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Una mosca no es un padre

por Bronstein, Pablo

Intento una payasada neutral frente a esta mosca

que ha venido a posarse en mi cuaderno de poemas para lavarse las manos.

Paralizo mi cuerpo y mi respiración. No tomo parte en el curso de las cosas.

Pero la mosca sospecha una conciencia mortal en las inmediaciones.

Salta y desaparece en el mundo ilegible y eterno.

Gianuzzi, J.: Reflejo Condicionado.

En Violín Obligado.

Introducción

El cuento de George Langelaan fue la inspiración para la remake que David Cronenberg ha hecho de La mosca. La primera versión cinematográfica fue realizada por Kurt Neumann en 1958 y la del cineasta canadiense en 1986 y tiene como protagonistas a Jeff Goldblum y Gena David, pareja en la vida real en ese entonces. Es precisa planteando un tema fundamental, aunque secundario en la trama y el análisis: el estatuto de lo humano frente al progreso de la ciencia. Durante los 100 minutos que dura la película los géneros se subvierten entre sí constantemente: ciencia ficción, fantástica, terror, suspenso, culto, thriller psicológico y por supuesto, romántica porque es, en verdad, una historia de amor entre una mujer y un hombre que se transforma en mosca.

De entrada se explica quiénes son y dónde están los personajes principales: un evento social organizado por la empresa en la que el excéntrico y solitario científico Seth Brundle (Jeff Goldblum) trabaja desde hace algunos años. Conversando con la periodista Veronica Quaife (Geena Davis) quien está allí en busca de una nota para el editor de la revista en la que trabaja y ex pareja Stathis Borans (John Getz), le cuenta que está trabajando en un proyecto que cambiará el mundo y la vida humana en general.

¿Cambia mucho o poco?, es la pregunta señuelo que formula la periodista a la que Seth responde con una invitación al laboratorio donde vive, (o la casa donde trabaja), para mostrarle de qué se trata el invento. En el camino, arriba del auto que maneja Veronica, Seth se marea un poquito, porque desde chico no le gustan los transportes, un guiño que nos anticipa que está ocupado en el ambicioso proyecto de la teletransportación. Para demostrarle cómo funciona el invento, el científico le pide un objeto valioso a Verónica, y como ella no usa joyas, descorre una de las medias de su pierna, otra anticipación, la del romance. Es sencillo el experimento. Hay dos máquinas, dos “telepods”, que son como una especie de cabina con forma ovalada o más bien de panal de abeja. Se transportan objetos de una a otra a través de ciertas órdenes a la computadora, la máquina desintegra el objeto en un telepod y lo reintegra en el otro. La ciencia conmueve las leyes del tiempo y el espacio. La prueba con la media de la periodista resultó exitosa, pero hasta ahora solo puede ser posible la teletransportación con objetos inanimados. Una primera prueba que realiza Seth con un mono babuino lo demuestra y anticipa el horror: la desintegración de la carne y con ello la apertura a la pregunta acerca de la responsabilidad subjetiva frente a la desintegración de la suya. Un primer fracaso que muestra algo de su historia:

Seth: las computadoras solo saben lo que les decís. No se lo suficiente de la carne. Tengo que aprender.

Un agujero en el saber sobre la carne, el científico estuvo muy ocupado en descubrir el invento del siglo, progresar con la ciencia y pasar a la historia, pero no es posible que la máquina teletransporte humanos si no le carga un saber sobre el sexo. En la escena siguiente ella le enseña de la carne. Desnudos en la cama él se lastima con una pieza de su laboratorio, ella le besa la herida y le da una primera lección:

Veronica: Quiero comerte vivo. Por eso las viejitas pellizcan a los bebés, es la carne, te vuelve loco.

Una síntesis perfecta del desarrollo psicosexual que va de la fase oral caniblística a la satisfacción genital adulta. Y como Seth es un buen aprendiz se le ocurre teletransportar un pedazo de carne de vaca, y hacerle comparar a Veronica los gustos del pedazo teletransportado con otro que no (por supuesto cocidos). El teletransportado sabe a sintético. Apreciación que le permite a Seth sacar la siguiente conclusión: la computadora hace su propia interpretación reinventando al objeto en vez de reproducirlo:

Seth: Algo se pierde en la traducción

Verónica: Yo estoy perdida

Seth: la carne debe enloquecer a la computadora, así como a las viejitas.

El deseo, el de ella, le marca la clave del éxito: después de la carga de datos a la computadora con el nuevo saber, la segunda prueba con otro mono es un éxito. Y como a esta altura están locos de amor, es hora de descansar un poco y entregarse al ocio y a la carne, hasta que terminen con las pruebas al babuino para determinar si todos los órganos funcionan bien y si definitivamente es posible la teletransportación en seres humanos. Ella le propone un viajecito a algún lugar cálido. Como si no quedara del todo claro Seth le pregunta si están viviendo un romance. Pero ella, en el medio de la preparación del festejo, decide ir a cerrar unas cositas con su ex y editor de la revista en la que trabaja, porque anda molestando con la amenaza de publicar sobre el descubrimiento. Y el apuro en el momento menos oportuno precipita la caída del sujeto, del humano en insecto. Los celos lo ponen loco, como los bebés a las viejitas; piensa que Veronica se va con su ex. Queriendo olvidar la pena que ello le produce se entrega a la botella de vodka, hace catarsis con el mono pero sabiendo que ahí no hay respuesta, porque el mono no solo no entiende del lenguaje en el que se expresa el despecho del amor, sino que además está ocupado con una mosca que le sobrevuela. Se somete así a teletransportarse, solo, desnudo, despechado y ebrio, con la intención de dejarla a ella afuera de la experiencia reveladora de la que hasta ahora, había formado parte activamente registrando en una cámara cada prueba.

Nudo

Pero el azar mete la pata porque la mosca que antes molestaba al mono ahora se mete en el telepod con Seth y digamos que la máquina, en ese indeterminado tiempo y espacio entre un telepod y otro, los hace copular; parece que la máquina entendió algo del hacer de dos uno, algo del sexo y del amor que le transmitió Seth, porque a partir de aquí comienza la metamorfosis del hombre en mosca, del resultado de cruzar un hombre con una mosca. De lo que estamos seguros es de que la teletransportación humana es posible, logro que deja de interesar en el film. Pero que el hombre se transforme en insecto (por un acto de negligencia quizás) expresa algún sentido de lo aplastante que puede ser la ciencia respecto al campo de lo subjetivo.

Veronica regresa de haberle puesto los puntos a su ex, le ofrece a Seth las explicaciones pertinentes por su accionar, uno pensaría que no era para tanto. Y el romance continúa, pero avanza ahora hacia lo imposible porque la máquina ha procedido a realizar una fusión humano-mosca en el nivel molecular-genético y la primera manifestación es que le salen a Seth unos pelos muy gruesos en la lastimadura que se hizo aquella primera vez que hicieron el amor. Todavía sin saber lo que sucedió, Seth se siente vital, indestructible, ágil como un insecto, y hasta cree haberse encontrado consigo mismo; unas condiciones físicas y psicológicas inmejorables son los primeros indicios de que hay algo que ha cambiado:

Seth: nunca me he dado la oportunidad de ser yo mismo. Curiosamente cuando logré lo que será la obra de mi vida me convertí en mí mismo finalmente.

Es decir en mosca. Sabemos que es irremediable. Ya en el plano de la ética, de la singularidad en acto de un Sujeto, nuevamente la anticipación nos pone en pista, porque al final de la película con un Seth ya transformado completamente en mosca, la retroacción a esta escena donde expresa que ahora ha logrado el punto más satisfactorio de su existencia, no pasa desapercibida en términos de responsabilidad subjetiva. Seth, por despecho, hizo un acting. Pero ¿Qué le muestra al Otro? Que no puede ser un padre. Curiosamente cuando logra la obra de su vida deja de ser un ser humano, y una mosca no es un padre.

La transformación se precipita hacia el horror de ver la carne destrozarse, la carne caerse a pedazos, la carne humana que queda como resto, como tegumento que representa el objeto a, estructura propia del acting out en la que el sujeto “al mostrar su causa, lo esencial de lo que se muestra es su resto, su caída [1]. Pero, pensando no ya en su causa, sino en su verdad, ¿de qué se trata? Lacan dice en el mismo Seminario:

En el acting out diremos, pues, que el deseo, para afirmarse en cierto modo como verdad, se embarca por un camino al que sin duda no llega sino de una manera singular. Por nuestro trabajo aquí ya sabemos que de algún modo podría decirse que la verdad no está, por su naturaleza, en ese deseo [2].

Si no está en ese deseo ¿estará en su renuncia? En el Seminario VII La ética del psicoanálisis expresa Lacan que de la única cosa que se puede ser culpable es de ceder en su deseo. Y eso tiene una estructura:

Lo que llamo ceder en su deseo se acompaña siempre en el destino del sujeto, lo que observarán en cada caso, noten su dimensión, de alguna traición. O el sujeto traiciona su vía, se traiciona a sí mismo y él lo aprecia de este modo. O, más sencillamente, tolera que alguien con quien se consagró más o menos a algo haya traicionado su expectativa, no haya hecho respecto a él lo que entrañaba el pacto (…) Algo se juega alrededor de la traición cuando se la tolera, cuando, impulsado por la idea del bien, entiendo del bien de quien ha traicionado en ese momento, se cede al punto de reducir sus propias pretensiones y decirse: pues bien, ya que es así renunciemos a nuestra propia perspectiva, ninguno de los dos, pero sin duda tampoco yo, vale más, volvamos a entrar en la vía ordinaria. Ahí, pueden estar seguros de que se encuentra la estructura de ceder en su deseo [3].

Desenlace

Entre el azar que nos trae una mosca que vuela al interior del telepod en el momento preciso en el que desencadena una tragedia, y la determinación que en todo el film da pistas del destino mosca de Seth, se abre la pregunta por la responsabilidad subjetiva. Seth no es culpable por la mosca que entró al telepod (aun en la ejecución de una prueba que ponía en riesgo su vida). Pero de lo que sí es responsable, es de convertirse en mosca por no convertirse en padre, es responsable de no saber de la carne, es responsable de su acting. El quiere convertirse en el hombre que cambiará el destino de la humanidad para siempre, quiere pasar a la historia. Cayó en la trampa amorosa, una trampa mortal que lo hubiera transformado en padre (porque Veronica efectivamente está embarazada), si no hubiese entrado la mosca, pero por imposibilidad, en vez de convertirse en padre se convierte en Brundlemosca:

Seth: me estoy convirtiendo en Brundlemosca, eso se merece un premio Nobel.

El quería un Nobel. Pero no hay a quien dárselo porque Seth ya es casi un insecto que soñó que el amor de una mujer podía hacerlo sentir humano, pero que solo precipitó su destino, la necesidad de acentuar la idea en la repetición.

Seth: Soy un insecto que soñó que era humano, y me encantó. Pero ahora el sueño terminó y el insecto ha despertado.

Una conmovedora idea de destino, lugar al que fue introducido por el azar, pero entre uno y otro Seth debe responder porque le es imposible ser padre. Tal vez sea esta una hipótesis arriesgada pero hay que rescatar algunas ideas que del cuento original Cronenberg modificó o dejó fuera del film. Se dice que su versión es libre en extremo y efectivamente las variaciones respecto del cuento de Langelaan son sustanciales. En el cuento el protagonista que se transforma en mosca es un atento padre de un niño de 6 años, y además casado con su mujer (quien colabora en darle fin a su vida de hombre antes de su transformación completa). Es una circunstancia no menor que el director excluye de la película porque el protagonista debe responder no porqué se transformó en mosca, sino porque no puede ser un padre. El Seth de Cronenberg es un hombre solitario, dedicado a la ciencia, que no conoce de la carne. No puede convertirse en padre de un niño, sino en padre de un invento que cambiará la historia de la humanidad.

Lacan, respecto a la ética del psicoanálisis expresa que “la relación de la acción con el deseo que la habita en la dimensión trágica se ejerce en el sentido de un triunfo de la muerte [4].

Otro dato importante que fundamenta aquello a lo que Seth debe responder es que en la película Veronica efectivamente ha quedado embarazada del científico. Y cuando va a su encuentro para confesarle que va a ser padre y que es necesario que ese niño no nazca (después de haber soñado que paría una larva) él, ya casi convertido en mosca, antepone su palabra a la de la confesión de la periodista, no la deja hablar:

Seth: Los insectos no tienen política. Es brutal. No hay compasión. No hay acuerdos mutuos. No podemos confiar en el insecto. Quisiera convertirme en el primer insecto político. Me gustaría pero tengo miedo.

Es decir que, antes de que ella pueda tan solo abrir la boca para darle la noticia, él le advierte que está por fuera de la ley, que no va a poder ubicarse en el lugar de un padre real que cumpla con una función simbólica, porque ahora se rige por otra ley, una brutal, sin compasión, irracional, le advierte en definitiva que ya no es un hombre, ni va a ser un padre para ese hijo. Pero entonces Veronica no le dice nada, y se va llorando a los brazos de su ex.

El fin se intuye, él se entera del embarazo, ella está en el hospital (es de noche) conversando con el médico (interpretado por el mismo David Cronenberg), acerca del procedimiento para llevar adelante el aborto sin esperar un segundo más. Brundlemosca va hasta el hospital y se la lleva volando a su laboratorio-casa, convertido ahora en un lugar repugnante, propio de una mosca. Con alguna que otra vuelta, Seth ya convertido absolutamente en insecto, y despojado de la conciencia del hombre, un halo de humanidad le alcanza para que, sin hablar, exprese un último deseo de morir. Y Veronica, con lágrimas en los ojos, de un escopetazo termina con su corta vida de monstruo. El final conmueve.

Bibliografia

Lacan, Jacques: Seminario Libro VII: La ética del psicoanálisis. Paidós, Buenos Aires, 2009.

Lacan, Jacques: Seminario Libro X: La angustia. Paidós, Buenos Aires, 2009.

Langelaan, George: “La Mosca”. En Relatos del Antimundo. Luis de Caralt Editor, Barcelona, 1976.

Mosca, J.C.: “Responsabilidad: otro nombre del sujeto”. En Etica: un horizonte en quiebra. Eudeba, Buenos Aires, 2002.



NOTAS

[1Lacan, Jacques: Seminario Libro X: La angustia. Paidós, 2009. (pp. 78)

[2Lacan, Jacques: Seminario Libro X: La angustia. Paidós, 2009. (pp. 78- 79)

[3Lacan, Jacques: Seminario Libro VII: La ética del psicoanálisis. Paidós, 2009. (pp. 186)

[4Lacan, Jacques: Seminario Libro VII: La ética del psicoanálisis. Paidós, 2009. (pp. 183)





COMENTARIOS

Mensaje de Carlos Fraiman  » 31 de octubre de 2016 » cfraiman@fibertel.com.ar 

Buenísimo análisis del film. Nos da la posibilidad de tratar varios temas. Uno de ellos, el avance de la ciencia, sobre todo en los tiempos que corren, de la biología, que nos hace creer que la completud existe. Pero el trabajo, y por ende el film, nos muestran que siempre algo se pierde cuando algo se gana. Ser mosca, a costa de no ser padre. Felicitaciones al autor.



Mensaje de Marta Lilian de Toro.  » 29 de agosto de 2016 » martalilian2006@gmail.com 

Olvidé dar mis datos en el comentario fechado: 29 de agosto de 2016.
Marta de Toro.



Mensaje de   » 29 de agosto de 2016 »  

Muy interesante que este trabajo haga la diferencia entre las dos puestas fílmicas de este cuento: las que darían cuenta de la diferencia (¿tal vez para marcar la distancia y las preguntas sobre la función Nombre del Padre en contextos-temporales-culturales separados por varias décadas?), no menor, en el abordaje de los temas: paternidad, amor -renuncia por amor, celotipia-, deseo...

Por otro lado, me parece que el planteo de "fusión" mosca-hombre -en ese orden-, es preferible al de "cópula" mosca-hombre.

Y, agregaría, que hoy no es menor el tema: ética en la investigación: ¿hasta dónde?, ¿se puede evitar la implicación del sujeto?, ¿cuáles son los límites tanto con animales como con humanos?...

Complejo film y osado comentario: porque, más allá de haber sido o no taquillero el film de 1986, y de haber pasado ya unos años, plantea cuestiones de ética muy actuales.

Sdos.



Mensaje de Daniela Prieto  » 28 de agosto de 2016 » danii.prieto@hotmail.com 

Leyendo el análisis, me parece muy interesante la pregunta por el padre, en tanto posición a ocupar y asumir, y creo que también es posible habilitar la pregunta por el amor y el deseo.

Ese invento que supuestamente iba a cambiar la historia de la humanidad ¿No era también un modo, entre otros, de poner la ciencia al servicio de la tan anhelada completud humana? Anhelo que constantemente nos devuelve a los seres humanos un real, en su cara más cruda, que nos señala que dicha completud es imposible.

A su vez también cabe preguntarse por la posición ante la situación de tener que elegir entre el amor o el renombre, "Ser el científico del siglo¨. Quizás optar por la segunda opción sea consecuencia del rechazo hacia lo no-todo de la condición humana, incompletud que el amor deja en evidencia.



Mensaje de Alexander  » 17 de agosto de 2016 » alexandertaylor81@gmail.com 

muy bueno el analisis, una pelicula clasica de terror pero como bien decis con un heroe tragico. Seth es como un héroe trágico griego. El cual al no poder seguir con la ley del padre, ya que ahora pertenece a otra diferente, desborda Brundle alterando el orden de las cosas teniendolo que matar!




Película:La Mosca

Titulo Original:The Fly

Director: David Cronenberg

Año: 1986

Pais: Estados Unidos