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Un padre verdadero

por Ormart, Elizabeth

La serie True detective se caracteriza por contar con importantes actores que encarnan personajes grises, enrevesados, que contornean ciertos excesos, que están en el límite.

El protagonista de la segunda temporada de True detective es Raymond "Ray" Velcoro (Colin Farrell) un detective del Departamento de Policía de la Ciudad de Vinci. En su pasado, cuando trabajaba como agente del Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles (una de las agencias de policía local con jurisdicción en el Condado de Los Ángeles), Velcoro fue víctima de una tragedia familiar. Él y su esposa venían intentando tener un hijo pero éste no llegaba. Un día su esposa fue violada y el culpable no fue atrapado. El oficial Velcoro no pudo aceptar este hecho, que atentaba contra lo más preciado en su vida y juró vengarse. A los nueve meses de la violación, su esposa dio a luz un varón. Raymond Velcoro dice “mi hijo es mi hijo” No hay sombra de dudas en él. El hijo que su esposa ha gestado es su hijo y no el fruto de la violación. Pero tiene que tomar una decisión, seguir adelante con su vida, con su esposa e hijo o vengar la violación. Un hombre, se pone en contacto con él, se trata de Frank Semyon (VinceVaughn), un mafioso. Este hombre decide darle el nombre del violador, aparentemente por nada, aunque él sabe que la generosidad de un mafioso exige una recompensa. Raymond tiene el nombre y la foto del que violó a su esposa, ¿qué debería hacer con esta información? En tanto que en ese momento era ayudante del aguacil, en tanto figura de la ley, someterse a ella. Pero decide tomar la justicia en sus manos, matarlo y de ese modo, saciar su avidez de venganza al tiempo que vende su alma a la mafia, constituyéndose en el colaborador de Frank.

Entonces, los hechos se ven encadenados de la siguiente forma:
1. Su esposa y él desean tener un hijo.
2. Se produce la violación
3. Luego de nacer el niño, su esposa lo abandona. Dos meses después, vuelve y reclama la tenencia del niño.
4. Raymond mata al violador y supuesto padre de Chad. A partir de este hecho, se torna un sujeto solitario y violento. Pierde la tenencia de su hijo y a su esposa.

¿Qué deseo impulsa esta decisión de Velcoro? ¿Se trata de borrar de la faz de la tierra al violador de su mujer, se trata de venganza o de matar al hombre que podría disputarle el lugar de padre?

Raymond tiene la certeza de que ese es su hijo, él dice: “él es un verdadero hijo de policía” Estos son los títulos identificatorios que lo ensamblan a su linaje. Sin embargo, nada quiere saber de hacer un análisis de ADN para determinar su paternidad. La certeza amarrada a su voluntad tiene más fuerza que la certeza médica. Y la tozudez de su negativa nos dan la pista de la verdad que se juega entorno a su ser padre. En este plano, el no querer saber sobre el ADN de su hijo, lejos de ser una convicción anclada en el deseo parental se aproxima más a una renegación sostenida en sus propios temores.

La función del padre, sostiene Lacan (1938), requiere de una relación simbólica simple, donde lo simbólico recubre lo real. Sin embargo, en nuestra cultura el padre es siempre en algún aspecto discordante en relación a su función (Lacan: 1961).

Podríamos usar la metáfora de una manta que resulta corta para cubrir la cama, lo simbólico nunca llega a recubrir lo real por estructura. Yeste desajuste, esta discordancia se nos presenta en el film, a través de este exceso pulsional al que se entrega el padre en función, quien busca la venganza antes que la justicia.

Raymond ha matado a un hombre y este hecho ha signado su existencia en el desborde pulsional. La violencia se sostiene como única respuesta ante el encuentro con lo que no se ajusta a sus expectativas. En esta misma línea, en uno de los episodios encarna al padre indignado que ha decidido castigar al niño que matonea a su hijo, golpeando a su padre hasta dejarlo inconsciente.
Su hijo, un nene introvertido y obeso se siente asustado de la ira de su padre. El pequeño Chad no encuentra en esos títulos nobiliarios que lo enlazan a su estirpe un referente simbólico desde el que identificarse a ese hombre violento.

El plan de Raymond de matar al violador, no ha resultado para él, para su esposa, ni para su hijo.

La serie presenta un giro inesperado, cuando Raymond se entera que ha vendido su alma por nada, el hombre que él mató no era el violador. Entonces comprende que el mafioso le dio una información incorrecta para tenerlo sometido a sus exigencias, que lo engañó ofreciéndole un señuelo al precio más caro.

El episodio 6 de la segunda temporada, comienza con la escena de la confrontación. Raymond va a la casa de Frank a reclamar por el engaño del que fue objeto.

Pero cuál será su sorpresa al descubrir que el engañador y el engañado son la misma persona. El mafioso, que después de los años, se ha convertido en su mejor amigo, lo increpa por la responsabilidad de su decisión.Velcoro culpa a Frank de haberlo obligado a matar a un inocente, a lo que Frank responde que el único responsable es él mismo.

La responsabilidad por el crimen, la jurídica y la subjetiva se encuentran solapadas. Evidentemente recaen sobre Raymond pero por cosas diferentes. Él es responsable por un crimen (responsabilidad jurídica) ante la ley. Pero también es responsable del deseo de tener un hijo.

Podríamos hipotetizar que el motor de su obrar radica en el deseo de tener un hijo a cualquier precio y el temor de no poder ser suficiente padre para ese hijo. El precio de tener un hijo, fue matar al supuesto padre biológico que rivalizaba imaginaria y narcicisticamente con su amor. Pero ese precio insoportable no fue suficiente. Podríamos pensar su insuficiencia en diferentes niveles: desde lo imaginario, no fue suficiente porque el difunto no era el violador y por consiguiente, no era el padre [1]. Y desde lo simbólico, porque el padre es una función que no se soporta necesariamente en una certeza. No existe el padre cierto, aun con la convicciónque la tecnología nos ofrece mediante el ADN. La certeza del ADN no funda la paternidad, por el contrario la paternidad se funda en la ausencia de certeza.

Su conciencia moral lo encuentra culpable de haber matado al hombre equivocado. Pero si de algo es signo esta culpa es de su implicación subjetiva en otro orden. La culpa nos indica su responsabilidad eludida. La culpa consciente cubre y descubre la responsabilidad subjetiva. La cubre en el punto que aparece desenfocada, desplazada a otro objeto (el culpable es Frank por haberlo engañado). La descubre en tanto que encierra la verdad de la que el sujeto nada quiere saber.

Referencias

Lacan (1938) Los complejos familiares en la formación del individuo. En Otros escritos. Paidós, Buenos Aires, 2012 pp 33-96

Lacan (1961) Seminario VIII. La transferencia. Paidós, Buenos Aires, 2003

Galiussi, Romina y Godoy, Claudio. La declinación del padre en la enseñanza de Lacan (1938-1961) En Anuario de Investigaciones, vol. XX, 2013, pp. 105-111. Universidad de Buenos Aires.Buenos Aires, Argentina



NOTAS

[1Más aún, el test de ADN que se realizó a posteriori descubrió que el violador no era el padre. En el último episodio de la serie se devela la paternidad a través del ADN, pero en nuestro análisis ese dato resulta innecesario. Dejamos al lector la libertad de ver la segunda temporada y descubrirlo.





COMENTARIOS

Mensaje de omar  » 24 de octubre de 2016 » omarestefer@hotmail.com 

Muy interesante el analisis, la diferencia entre conciencia moral y responsabilidad subjetiva.



Mensaje de Juan Pablo Duarte  » 26 de septiembre de 2016 » juanpduarte2@hotmail.com 

El artículo recorre los acontecimientos centrales que ordenan la historia de Ray Velcoro y proponen una lectura de la segunda temporada de True detective a partir de la misma. Este abordaje es llevado adelante con precisión pero considero que también podría ser de utilidad para leer las figuras de Frank Semyon, Ani Bezzerides, Paul Woodrugh e incluso de la propia ciudad de Vinci que aloja el relato. Del mismo modo que la violación de su esposa marca el camino del trauma hacia la muerte que Velcoro recorre una y otra vez, experiencias de abuso y violencia iteran en los personajes de Ani, Frank y Paul trazando un recorrido similar. Creo que, así como estos traumas inapresables simbólicamente hacen de dínamo al goce mortífero de estos personajes, el cuerpo de Caspere es serviría a la narración de esta ciudad americana como un espacio de goce que lo simbólico no logra ordenar.