Resumen:
El cine tiene funciones sociales: difusión, creación y legitimación de ideas son algunas de ellas (Prado, 2001). En este sentido, se analiza el film “Loco por ella” como una expresión cultural que escenifica diferentes posiciones sobre la salud y la enfermedad mental, los hospitales monovalentes y los distintos abordajes de curación de los padecimientos mentales.
A lo largo de la película se muestran posiciones en pugna. Este trabajo propone mostrar que estas concepciones no son propias de la modernidad, sino que es posible rastrearlas históricamente, analizar las luchas de poder que se dan entre ellas e identificar cuáles salen victoriosas.
Evidenciar la función del cine –y específicamente de esta película– en las representaciones sociales que rondan la salud mental es el objetivo del escrito que se presenta a continuación.
Palabras Clave: pugna | Salud Mental
Conflicting Conceptions About Mental Health. An Analysis of The Movie "Crazy About Her"
Abstract:
The cinema has social functions: diffusion, creation and legitimation of ideas are some of them (Prado, 2001). In this sense, the film "Crazy for her" is analyzed as a cultural expression that stages different positions on health and mental illness, monovalent hospitals and different approaches to healing mental illness.
Throughout the film conflicting positions are shown. This work proposes to show that these conceptions are not typical of modernity, but that it is possible to trace them historically, analyze the power struggles that take place between them and identify which ones emerge victorious.
Showing the function of cinema - and specifically of this film - in the social representations that surround mental health is the objective of the paper that is presented below.
Keywords: Conflicting | Mental Health
Introducción
El cine, considerado desde una perspectiva integradora, es a la vez, una forma de expresión artística, un negocio, una actividad industrial y un medio de difusión de ideas (Prado, 2001). Medios de comunicación como el cine, la prensa, la televisión y ahora el internet han construido un mundo de significaciones que rodean la idea de lo manicomial, incluyendo sus tratamientos y prácticas que ha terminado por instituirse como una “verdad” (Sacristan,2009). Marcos de referencia representacional que se transforman en realidad, e impregnan la vida cotidiana por el hecho de ser creencias compartidas socialmente (Bueno Abad y Mestre Lujan, 2005)
Las películas tienen una función de socialización y una de legitimación. La primera es el proceso por el cual nuestra cultura nos suministra un mapa cultural, mientras que la segunda es un proceso mediante el cual las películas legitiman ideas o actitudes propias de un contexto sociocultural (Prado, 2001). Si entonces, se toma al cine como una manifestación cultural y como formador de actitudes y comportamientos (Giassi, 1974 y Prado, 2001) se puede pensar entonces al cine como una manifestación política.
¿Qué posturas políticas figuran en la película “Loco por Ella”? ¿Cuáles son los pensamientos en torno a la locura que se manifiestan - y pugnan por la hegemonía de sentido - en el film a trabajar? ¿Cómo pueden leerse políticamente estas concepciones en la película?
“Loco por ella” es un filme español producido por Netflix en el año 2021. Su trama radica en que tras una mágica noche junto a Carla (personaje representado por Susana Abaitua), Adri (encarnado por Álvaro Cervantes) decide internarse voluntariamente en un centro psiquiátrico, donde Carla reside con un diagnóstico de trastorno de personalidad bipolar, pasando estados maníacos y depresivos.
A lo largo de la película se evidencian distintas concepciones sobre lo que es la enfermedad mental y los mejores modos de abordaje, pudiendo leerse así también, de fondo, críticas al sistema de salud español en lo que respecta a las cuestiones manicomiales y el lugar en que este sistema sitúa a los sujetos.
¿Qué efectos tienen estas manifestaciones culturales sobre la locura en la pantalla grande en la sociedad actual? es la pregunta que guiará el desarrollo realizado a continuación y la que justifica la existencia del mismo.
Desarrollo
El cine, considerado desde una perspectiva integradora es a la vez, una forma de expresión artística, un negocio, una actividad industrial y un medio de difusión de ideas (Giassi, 1974 y Prado, 2001). Sin embargo, hay cierto atractivo de parte de los productores de cine en abordar temas conocidos por el público ya que eso implica una rentabilidad económica (Company y Esteve, 1981). En este sentido es que la locura ha sido un tópico a lo largo de la historia que ha inspirado diversidad de obras artísticas, siendo así el film “Loco por ella” una forma más de creación y legitimación de ideas sobre las enfermedades mentales y las formas de abordaje de las mismas
La palabra “Psicopatología” tiene su origen en psyché (alma o razón), páthos (enfermedad) y logía o lógos (que significa discusión o discurso racional).Si bien hay muchas acepciones para la misma, es un término que suele usarse con carácter descriptivo para indicar qué es una conducta anormal (López López, 2012). Pero… ¿Qué es lo que determina que una conducta sea normal o no?
A lo largo del siglo XVII y XVII, las disciplinas se instalaron como instrumentos de dominación (Foucault, 1975) y entre ellas, la psiquiatría adquirió la potestad para sancionar qué es lo normal y qué es lo patológico. El instrumento que usó para ejecutar su poder es el asilo, manicomio u hospital monovalente. Sin embargo, “No se trata de ahondar en los cuidados y asistencia que el asilo presta a la enfermedad mental, sino en develar un poder normalizante que funda como verdadera, la delimitación de lo normal a partir de ciertas prácticas.” (Saquillo, 2014, pág. 70-71). Es así que durante mucho tiempo los manicomios han sido depósitos de enfermos mentales de diferentes enfermedades” (Lopez Lopez, 2012, pág. 25). Este aspecto es el que puede verse en “Loco por ella”, una película que transcurre principalmente en un hospital psiquiátrico y en el que cada personaje encarna un tipo de trastorno mental diferente.
Sin embargo, es necesario remarcar que todas las prácticas asilares y las medidas de curación a cargo de la psiquiatría fueron legitimadas por representaciones sociales que rodean la concepción que se tiene sobre la salud mental, dándole así a esta práctica médica un carácter sacralizado (Bueno Abad y Mestre Luján, 2005). Esto no implica que haya otros pensamientos en torno a las causas de los padecimientos mentales que intenten derogar la supremacía médica sobre este fenómeno. El litigio por la hegemonía de sentido es harto conocido; sin embargo, la psiquiatría como disciplina médica especialista en el tratamiento de las enfermedades mentales, ha salido victoriosa desde el siglo XVII y a pesar de que a lo largo de la película, concepciones alternativas intentan deslegitimarla, hacia el final, vuelve a erigirse como campeona de la disputa.
El desecho de la sociedad
Tras pasar una noche mágica con ella, Adri decide internarse en el hospital monovalente “Los Sauces”, donde Carla es residente con un diagnóstico de trastorno bipolar de tipo 1. Para poder hacerlo sin que esto traiga consecuencias en su trabajo, Adri, que es periodista, le dice a su jefe que su próxima nota tratará sobre esta experiencia: un relato desde adentro de un neuropsiquiátrico. Tras el primer encuentro con Carla, Adri piensa que la decisión de internarse no fue la mejor e intenta externarse, pero no puede hacerlo dado que ha cedido esta decisión a los psiquiatras del hospital –una nueva manifestación del poder de dominación de la psiquiatría como disciplina científica–. En un intento desesperado por salir del centro hospitalario llama a su amiga actriz para que caracterizando a una psicóloga, consiga darle el alta. Sin embargo, no lo logra y el único mensaje que ella le trae a su amigo es “tu jefe quiere el artículo para mañana”. Desde la frustración y el enojo, Adri comienza a dictarle el artículo prometido a su amiga para que lo entregue por él. Dicho artículo se titula “¿Dónde tira la gente los desechos de la sociedad? La respuesta te sorprenderá”.
Dado que el cine es una manifestación de la cultura (Prado, 2001) podría profundizarse sobre esta representación del Hospital Psiquiátrico como depósito de enfermos mentales sobre la que Adri escribe y ante una investigación superficial sobre la temática salta a plena luz, de que no es una idea nueva.
Lo primero que debe decirse es que hasta finales del siglo XX la psiquiatría pertenecía a la corriente higienista, mirada que se dedicaba al estudio de los delirios, la demencia y la locura con el objetivo final de la protección de la sociedad ante los “locos”. Como respuesta, se crea el hospital monovalente o manicomio y la psiquiatría se acomoda como la disciplina que viene a categorizar, y clasificar síntomas en lo que supone su especialidad: la enfermedad y el ojo clínico adecuado para detectarla (Orrego Fernandez, 2010). Sin embargo la reclusión que suponen estas instituciones tiene rasgos característicos, el primero de los cuales es que el confinamiento no estuvo ligado a ninguna idea médica o a algún problema de salud pública, sino en relación a una cuestión de orden y estabilidad política (Perez Cortes, 2009). Al fin y al cabo, el internado resulta durante el siglo XVII en un mecanismo social que permite eliminar los grupos que resultan heterogéneos o nocivos; los “asociales”. En esta categoría están incluidos los locos, los vagabundos, aquellos con enfermedades venéreas, los homosexuales, entre otros… (Foucault, 1964, Volumen 1). En definitiva el rasgo común que reúne a todas las personas internadas es su incapacidad de trabajar y por ende serle útiles al sistema capitalista (Pérez Cortes, 2009), lo cual no dista mucho de ser los internados “el desecho de la sociedad”, como los define Adri, siendo esta una representación social con la que se identifica buena parte de la historia e incluso de la sociedad actual.
Legitimación de la psiquiatría como saber- poder sobre la enfermedad mental
Foucault en el volumen 1 de “La historia de la locura en la época clásica” (1964) dice que “Antes de tener el sentido medicinal que le atribuimos, o que al menos queremos concederle, el confinamiento ha sido una exigencia de algo muy distinto de la preocupación de la curación. Lo que lo ha hecho necesario ha sido un imperativo de trabajo. Donde nuestra filantropía quisiera reconocer señales de benevolencia hacia la enfermedad, solo encontramos la condenación de la ociosidad” (pág. 97). Siguiendo con la línea el hospital psiquiátrico ya no tiene relación con ninguna idea médica, sino que se vuelve una instancia de orden aliado de la lógica capitalista, (Foucault, 1964, Volumen 1,). Lo cual se evidencia en la película en el punto en que dentro del hospital se les “filtró” una persona que no estaba diagnosticada como “enferma” y la todopoderosa psiquiatría no se anoticio de esto y aún así le prescribió medicamentos. ¿Cuáles? ¿Para qué? ¿Con qué pronóstico?, no se sabe.
“Desde luego, un hecho está claro el hospital general no es un establecimiento médico. Es mas bien una estructura semijurídica, una especie de entidad administrativa que al lado de los poderes de antemano constituidos fuera de los tribunales, decide, juzga y ejecuta” (Foucault, 1964, Volumen 1, pág. 74). Es decir, sanciona a quienes no son productivos en orden económico y en base a eso o los aísla, o los intenta corregir. Limita las libertades individuales, al punto de impedirle a Adri externarse cuando se arrepiente de su ingreso.
A partir del siglo XIX las prácticas de encierro no son estrictamente hablando formas de exclusión, sino que son prácticas de normalización inclusiva (Castro, 2014). El objetivo de la psiquiatría fue la defensa social contra la locura, que asociada a la criminalidad, ponía en peligro a la sociedad (Saquillo, 2014). “Hacía falta un remedio potente para liberar al público de esta corrupción y no fue posible encontrar uno mejor, ni más rápido, ni más seguro que una casa disciplinaria para encerrarlos y hacerles vivir allí bajo una disciplina proporcionada a su sexo a su edad, a su falta” (Foucault, 1964, Volumen 1 págs. 137 y 138).
Concepciones en pugna
“Una medicina exclusivamente psicológica no fue posible sino hasta el día en que la locura se encontró alienada a la culpabilidad” (Foucault, 1964, Volumen II, pág. 237 y 238). Pero cabría preguntarse, ¿Cuál es la culpabilidad moderna a la cual está asociada la locura? Una de ellas –y que también está representada en la película– es la “falta de voluntad” de las personas que padecen trastornos mentales de curarse.
En una escena, puede verse a la madre de Carla, que en una visita le dice: “Pronto te curaras (...) Si te esforzaras un poquito más, a lo mejor …” (46:05). A pesar de ser esta concepción de la locura una muy difundida en la sociedad actual, no es una novedad. Ya Foucault en el volumen II de la “Historia de la locura en la época clásica” (1964) mencionaba que a partir del siglo XIX “La psicología como medio de curación se organiza de ahora en adelante alrededor del castigo” (Foucault, 1964, Volumen II, pág. 237). Siempre que hay castigo, hay un culpable. En la escena en que la protagonista está con sus padres puede verse cómo ella le pide disculpas al padre por ser “una puta hija loca” (46:06). Asimismo, puede interpretarse a partir de la frase enunciada por la madre y mencionada más arriba, que en realidad, el encierro en el hospital es un castigo hacia Carla por no esforzarse lo suficiente para estar bien.
Dado que el cine construye la perspectiva global que tenemos de nuestra sociedad (Prado 2001) en esta conversación puede verse cierta concepción de la enfermedad mental encarnada en la madre de la paciente. Adri tiene una similar. Cuando el personaje de Carla le retruca al protagonista que no pueden seguir más lejos con esta relación porque ella no puede controlar sus sentimientos, el personaje masculino le contesta “Pero aprenderás a controlarlos ¿no? por eso estás aquí” Frase que acompaña con el comentario de “Estoy seguro que tu puedes” (1:00:22), como si la enfermedad mental fuera un hecho manejable a voluntad y el internado una escuela que enseña cómo hacerlo Sin embargo, también hay otra: la que sostiene Carla.
La palabra psicoterapia designa todos aquellos tratamientos médico-psicológicos en los que solo interviene el diálogo terapeuta-paciente (psicoterapia individual) o diálogos entre pacientes regulados por un terapeuta (psicoterapia de grupo). Se trata en definitiva de hacer comprender al paciente su dolencia, cómo debe convivir con ella y enfrentarse a las crisis eventuales que va a tener, cómo aliviar la angustia que se despierta en su interior y en definitiva como utilizar los recursos psicológicos propios y los ajenos (familia, amigos y compañeros) para lograr el máximo acercamiento a su entorno (López López, 2012 pág. 22). Efectivamente, esta definición, es sobre la que se respalda Carla cuando en una reunión dice “si estamos aquí es porque lo necesitamos” (40:33) le dice a su mamá, “no, no me voy a curar” (46:00). Carla deberá aprender a vivir con sus episodios y ella lo sabe.
Foucault dice que “nosotros los modernos comenzamos a darnos cuenta que, bajo la locura, bajo la neurosis, bajo el crimen, bajo las inadaptaciones sociales, corre una especie de experiencia común de la angustia.” (Foucault, 1964, Volumen I, pág. 164 y 165). La madre de Carla, una moderna en toda su expresión, le sugiere que vea pelis divertidas cuando está triste como forma de evitar los ciclados de su enfermedad; pero es necesario entender, que ni ella ni la psiquiatría, con todos los análisis patológicos de las enfermedades pueden “jamás, comprender en su totalidad, [el fenómeno de la locura]” (Foucault, 1964, volumen I, pág. 205). Esta frase Foucultiana va de la mano con el diálogo que se establece entre la psiquiatra y Adri hacia el final de la película, en la cual, tras la publicación del artículo en cuestión, se le otorga al protagonista el alta y se produce una conversación que es digna de ser transcrita de manera textual, ya que manifiesta la otra visión de la enfermedad mental:
La médica dice “¿Sabes por qué soy tan estricta en dejar entrar y salir gente de este centro? (...) Porque la mayoría de la gente quiere ayudar a sus seres queridos y piensan que saben hacerlo. “Mira, tengo dos carreras, tres másteres y aunque a muchos les cueste creer, en la mayoría de los casos, soy mucho más efectiva que el amor, las buenas intenciones, las motivaciones baratas. Los familiares los traen aquí y piensan que ya está, que se curarán, pero no. Aquí les ayudamos a convivir con ellos mismos y a aceptarse y eso lleva mucho más tiempo. Les enseñamos a que no finjan estar bien para que personas como tú lo estén. Mira, lo difícil de tener una enfermedad mental es que la gente quiere que te comportes como si no la tuvieras” (1: 23:10). A esto se refiere la cita de Lopez Lopez mencionada con anterioridad.
Este monólogo, y en especial esta última frase evidencia una postura crítica, desde dentro mismo de la psiquiatría a la idea de normalización de la patología, y acerca a la directora de la institución, a una concepción más psicológica de lo que es el padecimiento mental; posicionándose así, en un lugar contrario al de Adri y la madre de Carla e identificando en la doctora, a toda una parte de la sociedad que se alinea a esta idea de enfermedad y de curación. Ella sostiene que los factores simbólicos de origen social son decisivos a la hora de adoptar conductas frente a la enfermedad mental y es por esto mismo, que su presentación en la pantalla grande se vuelve esencial para deslegitimar la idea de que con buena voluntad el padecimiento se va e instalar una cultura social de abordaje responsable y respetuoso de los tratamientos psicológicos y psiquiátricos y facilitar así la asunción del rol del enfermo, es decir, que no viva su diagnóstico como una etiqueta descriptiva sino desde la aceptación activa de su condición para poder desarrollar herramientas que le permitan mantener una buena calidad de vida.. (Bueno Abad y Mestre Luján, 2005)
Conclusión
Si el cine es un medio de difusión de ideas y de legitimación de las mismas (Prado, 2001) se vuelve necesario analizar qué expresiones culturales se están divulgando, cuáles se están cuestionando y cuales legitimando, porque tales ideologías forman parte del entramado social en el que circulamos. En el caso del film presentado, este aspecto psicosocial de la industria del cine se vuelve relevante porque las conductas de enfermedad y su desarrollo posterior se ven influenciadas por la información que los grupos sociales tienen de los trastornos mentales y que se han constatado y descrito a partir de diferentes investigaciones (Bueno Abad y Mestre Lujan, 2005). Dado el carácter de certeza que adquieren estas representaciones sociales en torno a la locura, es necesario contrastarlas con posturas críticas como la presentada por la directora del instituto Los Sauces para poder incitar a la reflexión del público sobre una temática tan controversial.
Las significaciones asociadas a los diagnósticos médicos y las actitudes que se toman ante estos son reveladores del sistema social del que forma parte el individuo. Ningún concepto clínico, por más disciplinar que sea y objetivo que trate de resultar, está libre de valores (Sacristan, 2009). Lo mismo ocurre con los distintos tratamientos posibles de las enfermedades mentales.
En sintonía con la idea del padecimiento mental asociado a la angustia que sostenía Foucault y que fue mencionado en el apartado anterior, actualmente, la Organización Mundial de la Salud recomienda la sustitución de los grandes hospitales psiquiátricos por centros de atención comunitaria con el apoyo de camas psiquiátricas en los hospitales generales y asistencia domiciliaria a fin de “limitar la estigmatización aparejada al hecho de recibir tratamiento” (Sacristan, 2009)
Mi interés fue explicitar qué concepciones acerca de la locura se ponen de manifiesto en la película “Loco por ella”, qué consecuencias trae el asociar la enfermedad mental a una falta de voluntad y cuál es la concepción psiquiátrica sobre el asunto. Este último punto me lleva a mencionar, que si bien es real, que la psiquiatría tiene hegemonía sobre el tratamiento de los padecimientos mentales, su concepción ha ido cambiando a lo largo de la historia, lo que no impide que algún día pierda su potestad absoluta sobre el campo de la enfermedad mental.
Lo importante de esta película es que evidencia la lucha de poder entre dos significaciones. El cine es un medio de difusión de estas posturas antagónicas, pero sólo se puede tomar una postura política en favor de alguna de ellas si se tiene conciencia de cuál es el pilar que sostiene cada concepción. Evidenciar estos sustentos detrás de cada personaje y su posición fue el fin de este trabajo. Hacer una lectura crítica de un medio cultural, es lo que puede hacernos una sociedad más sabia.
Referencias:
Bueno Abad, J.R y Mestre Lujan, F.J (2005). Prensa y Representaciones sociales de la enfermedad mental. Intervención Psicosocial, Vol. 14 N.° 2 Págs. 131-159. ISSN: 1132-055. Disponible en: https://journals.copmadrid.org/pi/art/c182f930a06317057d31c73bb2fedd4f
Castro E, (2014). Introducción a Foucault. Siglo XXI Editores. ISBN:978-987-629-378-5. Disponible en: https://www.academia.edu/36247724/CASTRO_EDGARDO_INTRODUCCION_A_FOULCAULT?email_work_card=title
Company, JM.; Esteve, P. (1981). Cine y Sociedad. Cuadernos de cine. (1):61-68. Disponible en: https://riunet.upv.es/bitstream/handle/10251/42547/CUADERNOS_DE_CINE_001_007.pdf?sequence=4
Foucault, M. (1964). Historia de la locura en la época clásica Volumen I. ISBN: 958- 9093-84 X. Disponible en: https://proletarios.org/books/Foucault-Historia_de_la_locura_I.pdf
Foucault, M. (1964). La historia de la locura en la época clásica. Volumen II. ISBN: 958- 9093-84 X. Disponible en: https://programaddssrr.files.wordpress.com/2013/05/historia-de-la-locura-en-la-epoca-clasica-2-michel-foucault.pdf
Foucault, M. (1975) Vigilar y castigar. Madrid: Siglo XXI Editores.
Giassi, j. (1974) Cine y Sociedad. Disponible en: https://repositorio.uc.cl/xmlui/bitstream/handle/11534/6383/000381825.pdf
López López, S. (2012) “Esquizofrenia”. Práctica de Psicología del Trabajo II. Grado de relaciones laborales y desarrollo de recursos humanos. Disponible en: https://www.academia.edu/6176621/ESQUIZOFRENIA?email_work_card=thumbnail
Orrego Fernandez, D. (2010). Para una historia judicial del cuerpo: Aproximaciones a Michel Foucault. Universidad de Antioquia. Facultad de Derecho y Ciencias Políticas. Disponible en: https://www.academia.edu/6820861/Para_una_historia_judicial_del_cuerpo_aproximaciones_a_Michel_Foucault?auto=download&email_work_card=download-paper
Peréz Cortés, S. (2009). La locura y el poder: un fragmento del trayecto de Michel Foucault. En “La categoría del poder en la filosofía política de nuestros días”. Ediciones del lirio. ISBN: 978-607-477-008-7. Disponible en: https://www.academia.edu/32941241/Locura_y_poder_Un_fragmento_del_trayecto_de_Michel_Foucault?auto=download&email_work_card=download-paper
Prado, A. (2001) Cine como medio de comunicación. Disponible en: https://dadun.unav.edu/handle/10171/35977
Saquillo, J. (2014). Para leer a Foucault. Alianza Editorial. Disponible en: https://www.academia.edu/34737479/Sauquillo_Juli%C3%A1n_Para_leer_a_Foucault_pdf?email_work_card=view-paper
Sacristan, C. (2009) La locura se topa con el manicomio. Una historia por contar. Cuicuilco [en línea]. 2009, vol.16, n.45, pp.163-188. ISSN 0185-1659. Dispoible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185-16592009000100008&script=sci_abstract&tlng=en
NOTAS
Interesante película que nos interpela cómo futuros terapeutas a cerca de las consecuencias que trae el asociar la enfermedad mental a una falta de voluntad y cuál es la concepción psiquiátrica.
Justamente Adri, el protagonista de la historia en el tramo final de la misma, nos deja un mensaje al querer ayudar a Carla. A veces todo no se puede, no está todo al alcance de nuestras manos, a veces no basta con tener voluntad.
Película:Loco por ella
Titulo Original:Loco por ella
Director: Dani de la Orden
Año: 2021
Pais: España
Otros comentarios del mismo autor:
• New Amsterdam
• Estado Mental