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Cre(A)ndo a Vera. Una hipótesis acerca de la posición perversa

por Valle Lanosa, Yanina Florencia

Conociendo a Robert, Gal, Vicente y Vera

El deseo se presenta como voluntad de goce, sea cual sea el lado por el que se manifieste, ya sea del lado sadiano-no he dicho sádico- o del lado que llaman masoquismo.” Lacan, J. (1963: 164)

La piel que habito es un film de Pedro Almodóvar que narra la historia del Dr. Robert Ledgard, un médico cirujano, quien luego de que su mujer sufriera quemaduras en todo el cuerpo por un accidente de auto se interesa en la creación de una piel resistente a todo pero sensible al tacto. Para crear esta piel dejará de lado todo miramiento ético y tomará como cobaya humana a Vicente a quién luego transformará en Vera, brindándole el rostro de su mujer fallecida, Gal -esta última luego de sufrir un accidente de auto no logra recuperarse y se suicida-.

A lo largo del presente trabajo se tomarán diferentes escenas de la película y se intentará dar cuenta de una posible posición perversa del personaje de Robert en estas escenas, para eso se utilizará como marco teórico el psicoanálisis lacaniano principalmente y una posible hipótesis del psicoanálisis inglés, apoyándonos en lo expuesto por Jacques Lacan en los Seminarios 10 y 16 acerca del perverso como un auxiliar de Dios (Lacan, 1969). Además utilizaremos concepciones del texto de Godoy publicado en Ancla 4 “Los auxiliares de Dios”. Para exponer la posibilidad de que la piel sea un fetiche para Robert tomaremos lo expuesto por Lacan en el Seminario 4 y Freud en “El Fetichismo” y “Tres ensayos para una teoría sexual”. Y finalizaremos con una posible hipótesis acerca del objeto transicional en la perversión con lo expuesto por Masud Khan (1987).

Lacan (1963) afirma que el perverso está al servicio del goce del Otro, se ubica como un instrumento del mismo. Se intentará demostrar que Robert toma esa posición de objeto intentando restituirle un goce a Vicente/ Vera, quiere tapar la falta de este último y en pos de lo expuesto realiza una serie de transformaciones en su cuerpo, en contra de su voluntad, y le impone su propia voz. El perverso es un cruzado del goce y se pone al servicio del goce del Otro, aunque el Otro no quiera - como en el caso de Vicente- (Lacan, 1969).

El ojo y la hendidura

Se comenzará por ubicar a Robert como un perverso y para ello es menester separar la concepción de perversión como estructura de la de actos o rasgos perversos, estos últimos pueden hallarse tanto en neurosis como en psicosis. Lacan explica en el Seminario 10 (1963) que también los neuróticos pueden tener fantasmas perversos pero eso no equivale a la perversión. Por otro lado, Godoy (2012) afirma que, para Lacan, al neurótico soñar con la perversión sólo le sirve para sostener su deseo pero no con ello deja de enmarcarse en la lógica neurótica ¿Cuál es la diferencia entonces entre perversión y neurosis? Godoy (2012) afirma que el deseo del perverso toma la forma de voluntad de goce, el sujeto perverso es quien se propone aportarle al Otro lo que a éste le falta.

Se tomarán diferentes escenas de La piel que habito para luego poder analizarlas e intentar establecer por qué Robert podría ser un perverso. Al comienzo de la película aparece Vera, quién siempre es observada por cámaras que Robert puede ver a todo momento, ¿Se podría interpretar esta conducta como propia de un voyeur? Lacan (1969) afirma que, en el caso del voyeur, lo que importa es interrogar en el Otro lo que no puede verse -tal vez por haber “profanado” todo lo que puede ser visto-. Esta es una escena en la cual podemos ver a Robert “tratando de mirar por la hendidura” (Godoy, 2012: 19), aparece tratando de buscar algo más y ejerciendo el poder, el poder de mirar cada vez que quiera y el poder de hacer con Vera lo que él quiera, aparece desde el principio como un “auxiliar de Dios” (Lacan, 1969: 231), un cruzado de la fe, que está allí para restituirle al Otro un goce que, se situará más adelante, no quiere pero acepta. Vera permanece encerrada en La Cigarra bajo el control del Ama de Casa. La Cigarra es una casa de lujo que se asemeja a una cárcel por los grandes muros que impiden el acceso y la vista sobre lo que sucede dentro de la mansión.

Voz y perversión

Podría pensarse que Robert intenta quitarte la voz a Vicente e imponerle la propia, lo cual es una modalidad propia del sujeto sádico. El sádico intenta completar al Otro quitándole la palabra e imponiéndole la propia, el primero no sería más que el instrumento del suplemento dado al segundo (suplemento que se le da para completarlo, para tapar su falta), el Otro no quiere pero obedece (Lacan, 1969). Sobre esto mismo se explaya Godoy (2012) quién resalta que “recortar” algo del objeto a del sujeto mismo y aportárselo al Otro es propio del sadismo en su tarea de volverse el instrumento del goce del Otro. La angustia del partenaire no está velada, como en el masoquismo. En la película se puede ver que Vicente no quiere volverse Vera, no quiere ser mujer, ni cambiar de piel y cada vez que intenta hablar es callado por Robert quién le impone la voz propia. Se ve en la escena en la cual Robert encuentra a Vera, quién intentó suicidarse cortándose las venas y dañándose parte del cuerpo. Rápidamente la lleva al quirófano que tiene en su domicilio y con meticulosa dedicación limpia cada herida. Esta “meticulosa dedicación” nos recuerda al juego de palabras que hace Lacan en el Seminario 16 acerca de las cruzadas. El perverso es un cruzado de la fe, cree en la existencia del Otro. En la escena relatada se ve a Robert cuidando con esmero del cuerpo de su partenaire y de la piel que él creó, cuidándolo como un religioso que lava los pies de otra persona. El tratamiento tan particular que hace de la piel se analizará más adelante.

Vera le pregunta cuándo va a terminar esto y le dice que si él no lo termina, ella lo terminará, a lo que Robert contesta que no sabía que tuviera la “piel tan blanda” y que si se hubiese querido matar se hubiera cortado la yugular. Vicente termina por tener que apropiarse de esta nueva piel que le es impuesta, como el nombre, como la voz. No quiere pero obedece.

Una particular relación

Lacan afirma que la función del perverso no tiene que ver con la del odio al partenaire quedando esto claro cuando Vicente se vuelve Vera, aquí aparece una nueva hipótesis ¿Vera viene a suplir a su mujer muerta? Podría llegar a aventurarse una hipótesis en la cual su primer partenaire fue su mujer. En su intención de tapar la falta del Otro, Robert intenta por todos los medios mantenerla con vida, la somete a diversas cirugías, oculta todos los espejos de la casa para que no pueda verse el rostro (luego de las quemaduras). Sin embargo algo falla y su mujer se suicida. Al perder a este partenaire, consigue uno nuevo: Vicente (Luego Vera). La particular relación que establece Robert entre su mujer fallecida y Vera puede verse en la siguiente escena: Robert aparece al comienzo de la película como un prestigioso cirujano plástico, dando una charla acerca de los trasplantes de rostro y planteando cómo las personas que sufrieron un accidente automovilístico necesitan un rostro, “así sea el de un muerto”. Tal vez sea por esto mismo que el rostro que decide darle a Vera es el de su difunta mujer. En esta escena podría interrogarse además qué relación tiene Robert con la castración, Freud (1927) al referirse al fetichismo dice que la desmentida (de la castración) aparece como una defensa. ¿Podría plantearse una hipótesis en la cual se pueda hablar de desmentida al referirse a esta actitud de Robert de tratar de vencer a cualquier infortunio de la vida? Robert aparece por un lado tapando la falta del Otro con estos inventos -Una piel indestructible, la posibilidad de brindarle un rostro nuevo a alguien- sin embargo también podría verse como una desmentida de la castración. A su vez a Vera no le da cualquier rostro elige el rostro de su mujer y, además, a la piel que le da a Vera -la piel que habita- la nombra Gal, como su mujer fallecida ¿Vera habita en Gal?

Con su segundo partenaire, Vera, otra vez aparece la modalidad de relación perversa en la cual Robert quiere ser un instrumento para devolverle el goce a Vicente/ Vera y para esto va a realizarle una serie de transformaciones operando por medio de cortes en el cuerpo del mismo para lograr aportarle al Otro lo que le falta, devolverle algo del goce. En la película se pueden observar todas las operaciones que se realizan sobre el cuerpo de Vicente/ Vera contra su voluntad pero que pueden interpretarse como una forma de restituirle el goce. Por ejemplo: Vicente, quien luego se convertirá en Vera (Robert lo nombra así, hasta eso le impone) está atado. Entra Robert y le dice que no ha hecho nada, que eso es un error y Robert le dice “Puede ser, todo el mundo se equivoca”. Vicente lo insulta y le dice que lo suelte y Robert lo comienza a bañar con una manguera contra la pared. En una escena posterior, Robert afeita a Vicente. Vicente respira y se siente el temor. Robert lo afeita sin que le tiemble el pulso y sin contestarle. Vicente le pregunta por qué lo afeita y Robert le dice que esa es una buena pregunta y lo duerme mientras Vicente se retuerce. Ahí le realiza una cirugía de cambio de sexo en el quirófano de su casa. Vicente se despierta y ve a Robert, le pregunta qué pasó, qué le hicieron y le contesta que una vaginoplastia. Vicente empieza a decir que “no”. Se sucede otra escena en la cual Robert entra cuando Vicente trata de ver sus nuevos genitales, le explica que la operación fue un éxito y que para evitar que los tejidos se peguen tiene que mantener abierto el nuevo orificio, que de eso depende su vida y le trae un maletín lleno de dilatadores. En estas escenas se ve claramente cómo se vela con la búsqueda de la angustia, el objeto a. A simple vista parecería que lo que se busca es la división subjetiva de Vicente/ Vera cuando lo que está oculto es el objeto a, ser el instrumento del goce del Otro. Robert aparecería como quien se brinda al servicio del Otro para completarlo y devolverle un goce. Él dispone del cuerpo de la joven como quiere pero no para su propio placer, la voluntad de goce del perverso fracasa encontrando su propio límite en el ejercicio del deseo, el perverso está al servicio del goce del Otro lo cual se puede ver en la particular relación que sostienen los dos protagonistas (Lacan, 1963).

Lo que hace ley: De deseos y desmentidas

La relación con la ley en la perversión es diferente a la neurosis, lo cual no implica que ésta no exista. En la perversión el deseo se presenta como lo que hace ley. Es el soporte de una ley. Lo que aparece desde el exterior como satisfacción no es sino defensa, por ejemplo cuando le señalan que lo que utiliza para endurecer la piel que crea -lo hace por medio de transgénesis- está prohibido, él se justifica hablando de todo en lo que el hombre interfiere y si bien le recuerdan que tiene que dejar de investigar sobre esto, en el foro de lo privado él sigue haciendo lo que quiere, se puede pensar que el deseo es lo que hace ley para Robert y no lo que le digan los otros (Lacan, 1963). Esta misma escena puede verse como desmentida de la castración en el punto en el cual Robert afirma que el hombre interfiere en diversos objetos y en cualquier instancia sigue actuando como él cree, desmentir la castración del Otro lo hace triunfar a él sobre una posible castración: él todo lo puede, no hay un límite ético que lo separe de su invento.

Creando al Otro

Otra lectura posible de la perversión y de este caso en particular es el enmarcado en las postulaciones de Masud Khan (1987) de la mano del psicoanálisis inglés. Para Khan la etiología de la perversión sería el resultado de una falla en los cuidados maternos. Existe entre el niño y su madre una particular relación en la cual el primero introyectaría su propio self idolizado que es la “cosa-creada de la madre” (Khan, 1987:11). El proceso que Khan (1987) explica consiste en que el niño nota que la madre catectiza e inviste de él no su persona total sino una parte de él y comienza a aprender a tolerar esta disociación del self. Luego en este tipo de relación las madres se retraen bruscamente al notar su gran vinculación con el niño y esto trae por consecuencia que éstos padezcan un trauma de separación tardío. Inconscientemente ese trauma se vuelve una amenaza de aniquilamiento y abandono. En este clima de pánico es que el niño intensifica sus catexias de su self idolizado -y ya internalizado- a la vez que lo oculta del resto de la gente. Los niños descriptos por el autor se caracterizan por la ausencia de juego y de objetos transicionales (Khan, 1987).

Al escribir sobre perversión Khan (1987) afirma que es importante distinguir tres características de la relación del perverso con su objeto y con él mismo:

“(...) la idolización, la idealización y la identificación narcisista. En la idolización, el perverso trata al objeto como un fetiche sagrado. En la idealización, otorga un valor demasiado intenso sólo a un aspecto del objeto. En la identificación narcisista, utiliza el objeto como un espejo del self, en un intento defensivo de ocultar sentimientos de inferioridad y desmerecimiento (Khan, 1987:15)”.

Estas tres características nos llevan a pensar la relación de Robert con Vera. A lo largo de las escenas analizadas en el presente trabajo vemos como el cirujano le otorga un valor de objeto fetiche a un aspecto en particular del objeto -entendiendo por objeto a Vera- su piel. La piel cobra vital importancia en el film, ya que como hemos mencionado, es creada por Robert quién a su vez la diseña por el accidente que tuvo Gal y es en la cual, como diremos más adelante, Vera debe habitar.

Siguiendo las características descriptas por Khan y retomando los recortes tomados de la película podríamos pensar que el aspecto del objeto -objeto Vera- que idealiza Robert es su cara en tanto se compone de dos objetos con una importancia destacable en la vida del cirujano, el rostro de su mujer fallecida ahora otorgado a Vicente/ Vera y su flamante descubrimiento: una piel resistente a todo. A su vez, es por medio de esta “creación” -en tanto Robert crea a la piel y a su vez a Vera, al objeto- que podemos pensar en una identificación narcisista, ya que por un lado es una forma de creerse omnipotente e invencible, él de alguna manera todo lo podría y también poseería un control omnipotente del objeto-Vera. Identificación narcisista porque en tanto Vera se vuelve irresistiblemente “inmortal” e irrompible, Robert en su fantasía también.

Es importante plantear la posibilidad de que Vera sea un objeto creado por Robert ya que no es un detalle menor si tomamos en cuenta lo escrito por Khan (1987), quién toma aportes de Winnicott, al afirmar que en la perversión también existe algo similar a un objeto transicional. La característica primordial del objeto transicional es ser un objeto creado por el niño, como Vera es creada por Robert; la segunda es que sólo puede ser modificada por el niño, tal es el caso de Vera ya que Robert por todos los medios trata de impedir que ella misma se provoque cambios, sólo él puede hacerlo. Khan (1987) dirá que la diferencia con el objeto transicional en los neuróticos es que a los perversos no les ofrece ninguna cura.

Al hablar de perversión (Khan, 1987) podríamos hablar de “objeto interno no confrontado”, el cual es un objeto cuyo papel es ser la realidad interna del perverso. Este objeto se diferencia del transicional ya que es netamente intrapsíquico. El conflicto para el perverso acontece cuando encuentra un objeto externo, ya que el sujeto intentará incorporar completamente el objeto interno confrontado al objeto externo encontrado aunque nunca lo logrará completamente. Esa esperanza se mantiene y se va viendo frustrada cuando se presentan las necesidades propias del objeto externo -al perverso se le presentan como intrusivas-. Tomando la película podemos pensar como el objeto externo a Vicente y como el objeto interno no confrontado a la fantasía que había creado Robert sobre lo que podría haber logrado ser Vera. Vera es ese “ser” que se da en el medio, en el espacio que luego se volverá la desilusión del perverso, ya que entre sus idas y venidas a lo largo del film se irán colando las necesidades de Vera. Esta última será el objeto que si bien fue creado por Robert, excede a su fantasía y llegado el momento a su control.

La piel que h(a)bita

Freud (1927) expone que el fetiche es el sustituto del falo de la madre en el cual el varón ha creído y no quiere renunciar. Es signo del triunfo sobre la amenaza de castración y lo protege contra ella. La desmentida aparece como una defensa para protegerse de los reclamos de la realidad externa. Es un sustituto del objeto sexual que puede ser una parte del cuerpo poco apropiada para el fin sexual o un objeto inanimado. En algunos casos se demanda al objeto sexual una condición fetichista para que pueda alcanzarse la meta sexual. (Freud, 1905) ¿Se podría considerar como fetiche en este caso la piel? Lacan (1957) retomando a Freud y sus concepciones acerca del fetiche dice que este último representa al falo simbólico, ausente, es un símbolo. El fetiche está constituido por un elemento simbólico que fija al fetiche y lo proyecta sobre el velo. En la película se ve a Robert nombrando a la piel de Vera como “blanda”, acariciándola con cuidado y limpiando sus heridas (en la escena en la cual se intenta suicidar) con suma dedicación. Además cambia la piel de Vera por esta nueva piel creada por él. Vera se ve obligada a habitar, y cuidar por sobre todo, esta piel impuesta por Robert. Creemos que en el caso de Robert la piel es un fetiche que no llega a sustituir por completo el objeto sexual, en algún punto es sustitutivo ya que no solo es condición necesaria para que él se interese en el mismo, sino que necesita cambiarle la piel a Vicente y darle una nueva y hacerlo habitar en ella: la piel de Vera, una piel irrompible, suave al tacto y diseñada por él.

Uniendo las piezas

Existe una gran diferencia al hablar de rasgos perversos -que pueden encontrarse en cualquier estructura- y la estructura perversa. La perversión como posición subjetiva va a ser descripta por Lacan como una modalidad de lazo al Otro en la cual el perverso se ofrece como instrumento del goce del Otro (Lacan, 1969).

En las escenas analizadas se puede inferir la hipótesis de que la posición subjetiva de Robert es la de un sujeto sádico. El sádico intenta completar al Otro quitándole la palabra e imponiéndole la propia, el primero no sería más que el instrumento del suplemento dado al segundo (suplemento que se le da para completarlo, para tapar su falta), el Otro no quiere pero obedece (Lacan, 1969). A su vez, Robert tiene un sistema de cámaras que le permite observar a Vera en su intimidad lo cual se relaciona con la posición del voyeur, quién trata de ver por la “hendidura” (Godoy, 2012).

Siguiendo lo expuesto por Khan (1987) podemos ubicar a Robert como un sujeto perverso que mantiene con Vera, objeto creado por él, una típica relación perversa. Se puede observar como idoliza una parte de Vera, su piel, a la cual le da el carácter de fetiche sagrado. Idealiza su rostro, el cual él mismo le brinda al trasplantarle el que pertenecía a Gal. Y por último aparece una identificación narcisista que se sostiene en la fantasía de haber vuelto resistente a todo a la piel otorgada a Vera, y por esto esas mismas propiedades se aplicarían instantáneamente al cirujano.

A lo largo de la película la piel ocupa un rol fundamental y en las escenas “recortadas” -como el tratamiento que hace Robert con el cuerpo de Vicente- se ve la importancia que tiene en la vida de Robert. Freud (1905) expone que el fetiche es un sustituto del objeto sexual y Lacan (1957) afirma que es un elemento simbólico, en la película se puede inferir que la piel es un fetiche y, si bien no podríamos suponer que sustituye al objeto sexual, ya que Robert no se satisface sólo con la piel, en el caso de Vicente necesita cambiarle la piel y darle una nueva, volverlo Vera y hacerlo habitar esta nueva piel, por lo cual se infiere que en este caso la piel adquiere el valor de fetiche.

Bibliografia

Almodóvar, P. (2011). La piel que habito. Anagrama.

Freud, S. (1927). "El fetichismo". En Obras completas, op. cit., t. XXI.

Freud, S. (1905). "Tres ensayos de teoría sexual". En Obras completas, op. cit., t. VII, cap. 1.

Godoy, C. (2012). “Auxiliares de Dios”. En Ancla, nº ?..

Lacan, J. (1957). El Seminario. Libro 4: “Las relaciones de objeto”, Paidós, Buenos Aires, 1994.

Lacan, J. (1967). El Seminario. Libro 10: “La angustia”, Paidós, Buenos Aires, 2006.

Lacan, J. (1969). El Seminario 16: “De un Otro al otro”, Paidós, Buenos Aires, 2008.

Khan, M. M. R. (1987). Alienación en las perversiones. Nueva Visión. Buenos Aires.



NOTAS





COMENTARIOS

Mensaje de Clézio dos Santos  » 25 de octubre de 2016 » cleziogeo@yahoo.com.br 

Oi Yanina, desculpe que no comentário anterior troquei seu nome pelo de Demian. Ma aproveito para comentar mais um elemento que me chamou atenção tanto no sei artigo como no filme que a capacidade do desejo de transformação e de subsitutição de um outro pode nos levar a atitudes pouco previsíveis.

Vera era algo num primeiro momento insusbistituível para Robert mas que tenta desesperadamente a reconstituir parte a parte num processo de descoberta e medo. O que poderíamos chamar de perversidade. Vicente ao virar Vera desencadeia o ponto culminante do habitar. Robert busca na pele o consolo de algo que não terá mais e seu instinto materialista o faz recriar Vera.

Adorei o artigo tanto quanto o filme. Ele nos faz pensar e refletir sobre nossas perversidades e nas peles que habitamos.



Mensaje de Clézio dos Santos  » 25 de octubre de 2016 » cleziogeo@yahoo.com.br 

Demian, gostei do final em unindo as peças. Não que não tenha gostado do restante do artigo. Mas de certa forma refaz o desejo de Robert: reviver Vera a qualquer preço.

O fetiche reinante em a pele que habito apaga a existênca de Vicnete para Robert e trás a tona Vera como projeto do desejo e do fetiche.



Mensaje de Yanina Valle Lanosa  » 13 de octubre de 2016 » yaninavallelanosa@hotmail.com 

Fernando, coincido con tu aporte y desde ya me parece muy valioso. Muchas gracias!!



Mensaje de Yanina Valle Lanosa  » 13 de octubre de 2016 » yaninavallelanosa@hotmail.com 

Daniel ¿Cómo estás? Sin lugar a dudas la relación entre Robert y su madre abre todo un capítulo de análisis aparte. Muchísimas gracias por tu aporte!



Mensaje de Yanina Valle Lanosa  » 13 de octubre de 2016 » yaninavallelanosa@hotmail.com 

María Florencia, si bien en mi trabajo no tomó ese recorte de escenas siguiendo tu análisis te diría que no coincido. Creo que el punto por el cual Robert opta someter a Vicente a ese tratamiento y no a otra persona es, en un primer momento al menos, como venganza por creer que intento violar a su hija. El horror para Norma es creer que su padre pudo haberla atacado, desde ya, ella no recuerda y la muestran como una mujer acomplejada intentando superar la muerte de su madre y que al momento de intentar mantener relaciones con Vicente comienza a escuchar una canción que le recuerda al suicidio de su madre y eso es lo que la llevaría a comenzar a gritar y descompensarse. Gracias por tu aporte!



Mensaje de Yanina Valle Lanosa  » 13 de octubre de 2016 » yaninavallelanosa@hotmail.com 

Demián ¿Cómo estás? Gracias por tu comentario. En relación a lo que escribías no podía dejar de preguntarme ¿No hacemos agua todos en el amor? ¿Perversos, neuróticos y psicóticos? Particularmente yo creo que Robert no ama a Vera sino que se pone en juego algo del orden del duelo, patológico desde ya.



Mensaje de Fernando Montoya  » 11 de octubre de 2016 » miminayeye@gmail.com 

Este trabajo tiene una visión muy interesante desde el punto de vista psicológico y abordado desde Lacan muestra un interés no solo de comentar el film sino en ponerlo en contexto de una perspectiva diferente.
Quiera además desde la psiquis ya no solo del protagonista de "la piel que habito" que puede dar para muchos análisis desde un ámbito psicológico sino también desde el tema de la película en general muestra como el ser humano pareciera que tuviese incorporado en su psiquis que todo aquello que pueda intervenir y transformar poniéndolo a su disposición. Todas las demás especies buscan una adaptabilidad a las situaciones, a los ambientes y a sus realidades pero la especie humana siempre se las ingenia para cambiar su entorno y su realidad.
Las opciones que en este tiempo entrega las alternativas biomédicas, la ciencia tecnológica son herramientas que siguen satisfaciendo ese deseo del ser humano que guarda en lo más profundo de su psiquis de transformar y cambia todo para complacer en muchas ocasiones sus deseos o necesidades. Ese film puede darnos una muestra más de ello.
"La piel que habito" es una muestra de las muchas intervenciones del ser humano ya no solo de su entorno sino también del otro para transformarlo y satisfacer un deseo profundo, cualquiera que sea, que alberga en su interior, en su mente, en su psiquis. Este es un reflejo de lo que hoy ya se denomina el intervencionismo del cuerpo humano.



Mensaje de Daniel Illuminati  » 11 de octubre de 2016 » dilluminati@gmail.com 

Desde cuantas perspectivas diferentes pueden abordarse esta película. Se me adelantó Demián, es la que menciona una de las observaciones que hice al verla es en relación a las cuatro mujeres en su vida y la relación con ellas. Retomando el tema del incesto que menciona María Florencia, tuve presente esta cuestión pero incluyendo además una cuarta mujer, su madre, que lo asiste y está a su disposición sin darse a conocer como tal y cuya participación fue crucial en la historia. ¿Qué lugar el de esa madre? Madre que le recuerda que nunca tuvo buen criterio en su elección con las mujeres.



Mensaje de María Florencia Leccese  » 11 de septiembre de 2016 » florleccese@gmail.com 

Partiendo de este interesante análisis acerca de la posible posición perversa del reconocido médico cirujano Robert Ledgard, me gustaría introducir otra mirada respecto a dicha posición, teniendo en cuenta detalles que llamaron mucho mi atención en la trama de esta película.
En principio, adhiero a la postura planteada por Valle Lanosa y Yanina Florencia, en el punto de los rasgos en la estructura perversa que se reflejan en Robert en las diferentes escenas, tales como el vouyerismo manifestado hacia Vera/Vicente, el temor y miedo causado a Vicente colocándolo como objeto a y apareciendo como el instrumento de goce en el Otro, y la ubicación de la piel como su objeto fetiche.
Mi análisis se centra en la hipótesis de un posible deseo incestuoso y hasta la inferencia de una efectiva práctica de incesto hacia su hija, que se podría evidenciar en dos detalles. El primero se ubica en la escena de la fiesta en la que Norma, su hija, comienza a hablar con un muchacho, que resulta ser Vicente, tiempo más tarde empiezan a besarse, y al momento de iniciar el acto sexual, la chica comienza a gritar con un notable gesto de horror en su cara. Posteriormente, su padre la encuentra y cuando la hija despierta, observa que está en brazos de Robert y comienza a gritar de la misma manera que lo hizo con Vicente cuando se iniciaba el acto sexual. Esta escena es recordada por Robert luego de unos años, e inmediatamente después, aparece la imágen de él mirando a Vera que se encuentra a su lado en la cama, y la abraza.
El segundo detalle se manifiesta en la escena de la visita de su hija al neuropsiquiátrico, quién al verlo y escucharlo mencionar: "Soy tu papá", comienza a gritar, lo rechaza y se esconde. ¿Estos detalles podrían dar la pauta de que existiría entre ellos una relación de incesto que no se devela en la historia, y el fundamento de rechazo y horror al acto sexual manifestado por Norma, que se repite con el mismo horror al ver a su padre tomándola entre sus brazos y en la visita a la clínica?.
En vez de sentirse protegida por su padre, se siente totalmente horrorizada.
Podría hipotetizarse además, que el amor y protección que ejerce hacia Vera, su creación, con el rostro de su madre, no significaría más que el ocultamiento de ese deseo incestuoso, de ese pacto perverso que acentúa el secreto que no se devela. En suma, ese objeto que elige para transformar en mujer, utilizando su cuerpo como instrumento al servicio de su goce, no es cualquiera, sino aquella persona con la que cree que su hija ha mantenido un acto sexual, y quien luego deviene en su objeto de amor.



Mensaje de Demián  » 13 de agosto de 2016 » demian.m@live.com 

El trabajo me pareció muy interesante y da cuenta de un interés genuino sobre la temática, tan poco abordada en la facultad de Psicología, lo cual en mi opinión tiene su mérito por la osadía de escribir al respecto y, aun más, incluir a un autor prácticamente olvidado como Masud Khan (o sea, incluir parte de las ideas de la escuela inglesa de psicoanálisis, además de las lacanianas, sobre la perversión). Esto me pareció una decisión arriesgada, pero que no desentona y que permite abrir un poco la perspectiva que tenemos acerca de esta estructuración del psiquismo tan controvertida. En fin, un trabajo que invita a pensar.

Por otra parte, pensando la relación que termina teniendo Robert con Vera, una relación que con todas sus peripecias perversas termina siendo de “amor” (al menos por parte de Robert, en mi opinion), me preguntaba si toda la escena sádica, todo el proceso de cambio (de tortura) tan meticulosamente planeado y cuidado, no le permitió a Robert ensayar algo que es tan inasible para el perverso: el amor. El amor como el dar lo que no se tiene, la castración, que es desmentida en el perverso. Y creo que el mismo desenlace de la película termina demostrando como el amor es el punto en donde el perverso hace agua. En el momento en que la relación sádica entre Robert y Vera se vuelve, para él, en amorosa, es en donde Vera puede escapar ya que aparecen los descuidos de Robert en sostener toda la escenificación. Robert no sabe hacer con el amor, a diferencia que con el goce (como Lacan afirma en el seminario XII, el perverso tiene un saber sobre el goce que oculta, dando lugar a la dimensión del secreto… claramente puede saber mucho sobre el goce, pero del amor nada). Y esto también me lleva a preguntar por la relación de Robert con su ex mujer y su hija. Ambas mujeres que “amaba”, y cuyos finales son trágicos. Y es interesante como esta cuestión del amor como aquello que el perverso no puede producir, en donde comete sus torpezas, se puede articular con las ideas de Masud Khan que nombras. Vera, como decís, es el producto intermedio de esta confrontación entre el objeto externo y el objeto interno no confrontado, y tal y como lo planteas en el escrito, termina volviéndose la desilusión (¿o por que no la perdición?) del perverso por quedar fuera de su control. Me parece que justo ahí se articula la cuestión del amor, y como el amor (las necesidades de Vera que se van colando) le resulta algo imposible al perverso




Película:La piel que habito

Titulo Original:La piel que habito

Director: Pedro Almodóvar

Año: 2010

Pais: España

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