Lo primero que pude asociar, al salir de ver el film, fue: una película para niños no tan niños. Como si de adultos se tratara cuando hablamos de cronología y bien sabemos que lo infantil no sólo es imposible de erradicar “completamente” en un sujeto, sino que, además, sólo hacemos intervenciones que apunten a un agujereamiento de los núcleos traumáticos que participan en la separación fi de la formación de síntomas. Masa compacta, seca, endurecida con el paso del tiempo influye y/o determina, tantas veces, el proceder de un sujeto.
Maravilla de film, maravilla de mensaje, cada uno llevará el suyo: uno de los míos fue que los “adultos” no se movían de sus butacas al concluir el film, maravilla de sorpresa.
Me motivó ir a verla: no sólo porque atiendo niños y adolescentes y suelen hablar de los Films que ven, sino porque, cuenta la leyenda que el argumento fue confeccionado en función de los ingredientes que cuidadosamente pudo recoger de las vivencias y experiencias con su pequeña hija, no tan pequeña si nos atuviéramos a lo escuchado y visto en el relato.
Ya sabemos que las pasiones tienen un punto de origen en la infancia, pero no son las mismas a lo largo de toda la vida, se supone que trabajamos en un análisis por derribar los ideales hasta dejar restos que luego convertimos en causa. Sin embargo el autor se encarga bien de mostrarnos que las mismas emociones y pasiones de la infancia: lo son en la edad adulta de los padres de la pequeña personaje-intérprete del film. No cambia, no se modifica, como si del mismo objeto estuviéramos hablando a lo largo de la generación y a lo largo de todo el relato desplegado en lo visual y auditivo del film. Se duplica la imagen de las emociones: alegría, tristeza, furia, etc. hay un objeto que toma el primado tomando el lugar de reina la alegría. Y es que ella es “causa en la cura”, o tendría que serlo de ambos lados: del analista en su metáfora del Esquema R como una transmisión y del analizante (no importa la edad) en lo que recibe en dicha metáfora del Esquema R como una transmisión. La transmisión es transmisión fálica, no hay otra, caso contrario no hablo de metáfora, hablaría de metonimia como mecanismo fundante y fundamental de la psicosis, tal es la fórmula Lacan mediante.
Pero cuando “furia” se pone “furioso”, hablamos de neurosis o de psicosis? A dónde puede llevar y qué puede desencadenar tal sentimiento en un sujeto? Y cuando la “tristeza” se pone tan “triste” hay algo que sea diferente a una imagen-niño en una inhibición total en un sujeto? La melancolía, los duelos no elaborados jamás, el acento puesto en el cuerpo donde denota holofrases que gritan lo que las palabras dicen presente a la hora de pasar lista: son un botón en la muestra.
La “alegría” es “alegre”, no mucho, no poquito, como dice Silvina Troicovich en su Libro de cuentos para chicos no tan chicos. Si la alegría no puede parar, si la imagen-niño en la inhibición no cumple su función en la causa de la constitución y el tour de la pulsión, entonces la manía tiene lugar en la forclusión como mecanismo fundante que dice NO a la causa de la castración y a la imagen-niño como una inscripción de la función Nombre del Padre.
Diversas lecturas se harán del contenido del film pero innegable es la lucha entre el inconsciente y lo biológico, al primero se puede ingresar y salir indemne (neurosis mediante) pero al segundo mejor no entrar dice el elefante quien sabe más por tal que por su tamaño. Su trompa y la elección de este animal tampoco es azaroso.
Tristeza y Furia descalibran el sistema psíquico de la joven, desvían, casi destrozan dicho aparato pero un film para niños no tan niños no podría tener sino un final feliz.
Quién no se ha perdido?
Quién no tiene derecho a perderse?
Quién es quién? No es sólo un juego que empleo en el análisis con niños, púberes y por que no adolescentes. Quién es quién es la pregunta subyacente si nos atenemos a las emociones y los sentimientos en dicho film.
Y porque de emociones “desmedidas”, de la desmesura de la sentimentalidad se trata, el tiempo está absolutamente ausente. Sabemos que la niña fue pequeña porque a la manera de un análisis tiene recuerdos vía après-coup, pero desconocemos la edad de ella, sólo podemos imaginarla.
Una película para niños no tan niños: una niña que se escapa, se va de su casa, huye porque su vida no tiene la alegría que tenía, y cuando la alegría está perdida la infancia dice: ausente por el día de hoy. No hay infancia sin alegría, tampoco debiera haberla, no tiene existencia un sujeto ($) donde la alegría no medie. Si la alegría está ausente el sujeto nada puede hacer, nada puede producir, nada puede dejar en su paso, camino sin rastro, marcas efímeras, accidentales y lavables con la misma vara que mide el aire en el amor de hoy, un sujeto sin alegría desconoce el significado de “indeleble”, trascender es la tarea.
No se requiere el premio al “mejor papá del año”, tampoco a la “mejor mamá del año” y mucho menos a la “mejor hija del año” parafraseando al film “Blanco o Negro”, pero hay un mensaje importante en estos padres: donde nuestra hija no sea feliz tampoco nosotros seremos felices, tampoco nosotros podremos estar allí y la mudanza sobrevino. La alegría se trata de “un lugar para vivir” o de “como vivir”?, dualidad y paradoja de algo que recorre el camino cineasta del texto en cuestión que cada uno verá como responder.
Si por un momento pudiera pensar en el Director “como si” (siempre tengo que “como si”) fuera un analista diría que no hace por momentos sino un forzamiento del sentir de la joven, llevándola en una causa en la afirmación de la situación al extremo donde ella responde haciendo su propio forzamiento si acordamos que ambas partes están incluidas en el dispositivo con funciones diferentes, claro, una forzando y otra produciendo su propio forzamiento a la vez como respuesta a la propuesta del analista, propuesta que puede ser escuchada como pregunta también, por qué no? Qué harás tú con esto? En causa cuál fue y cuál es tu imagen-madre en la implicación en el asunto que te atañe?
Ahora:
Acordemos, por un momento las emociones se han manejado solas, alegría y tristeza se pierden entre el inconsciente y el cerebro. Claro, de imagen-madre en la imaginación se trata en la ficción propuesta, y en la vida cotidiana: esto tiene mucha diferencia cuando nos consultan por niños que tanto se enojan, niños muy pequeñitos que tienen comportamientos enojosos con frecuencia y que ni siquiera los padres pueden manejarlos?, claro: los padres tienen asunto en ello y en el Ello del hijo.
Bien podríamos pensar el film como un Paseo, un Paseo por la desmesura de las emociones, un Paseo a pensar en la medida justa y en la justa medida de lo que se supone cada uno tendría que sentir en la época de la “desmedida” y el “exceso generalizado”? no sólo de pan vive el hombre, el exceso es siempre ex – eso. No Todo está mal en la virtualidad, el film acusa recibo.
Bibliografía consultada
Soler, C.: “Lo que queda de la infancia”. Letra Viva edit. Bs. As. 2015.
Troicovich, S.: “Mucho y poquito”. Gerbera ediciones. Bs. As. 2012.
Peisajovich, M.: “Más acá ó Más allá de un padre”. Rv edit. Bs. As. 2011.
Paola, D.: “Erradamente la pulsión”. Letra Viva editorial. Bs. As. 2006
NOTAS
Película:La imagen
Titulo Original:O cuadro
Director: Thairon Mendes, Humberto Rosa
Año: 2011
Pais: Brasil
Otros comentarios del mismo autor: