Desde hace décadas, profesionales de la salud investigan las consecuencias subjetivas de la guerra. Mientras que en la primera mitad de siglo, esto consistía en un tratamiento posible de devolver al soldado a la batalla, es especialmente a partir de la guerra de Vietnam que la psiquiatría se pregunta sobre las consecuencias psíquicas [1].
Sin embargo, lo que se da por llamar consecuencias puede también ser pensado desde la perspectiva del “efecto”: qué efectos tiene para el sujeto. Lacan no deja de tomar partida en esto y expresa el carácter contingente de la guerra, situándolo en el goce del combatiente [2].
"¿Qué quiere decir que la interpretación es INCALCULABLE en sus efectos? Quiere decir que su único sentido es el goce; por otra parte, el goce es el obstáculo insalvable para que la relación sexual pueda inscribirse de alguna manera y, en suma, esto permite extender al goce la fórmula de que el efecto de la interpretación es incalculable. En efecto, si piensan bien en lo que ocurre cuando se produce el choque entre esas dos tropas llamadas ejércitos, y que además son discursos, discursos ambulantes, en fin, quiero decir que cada uno de ellos se sostiene sólo porque uno cree que el capitán es "S", resulta asimismo enteramente claro que si la victoria de un ejército sobre otro es estrictamente imprevisible, es porque no es posible calcular el goce del combatiente. En fin, todo está aquí: si hay quienes gozan con hacerse matar, llevan la ventaja. Esta es una breve ojeada relativa a lo que puede ocurrir con lo contingente, es decir, con lo que se define por lo incalculable..." [3]
De esta manera, dicho concepto parece atravesar toda la pelicula “Incendies”. Si lo incalculable son los efectos, en la pelicula queda entonces representado lo incalculable en y de los efectos de la guerra.
Al principio, los protagonistas, miembros de una familia, desconocen, cada uno a su manera, estos efectos. El film justamente avanza a medida que ellos comienzan a saber algo de éstos, y tratan de calcularlos.
El espectador no deja de soprenderse junto con ellos y, de la misma manera, e inevitablemente, comienza a calcular (años, lugares, fechas) sin llegar, en principio, a ningún resultado. Queda esperar el tiempo dos, tiempo de la resignificación.
El film comienza en Canadá, cuando Nawel Marwan, madre de Jeanne y Simon, acaba de fallecer. Ellos han crecido creyendo que su padre murió durante la guerra civil en Daresh, en el pais de origen de su madre, pais oriental que desconocen completamente. También crecieron creyendo ser únicos hijos de Nawel. Es al escuchar el testamento que su madre les ha dejado, que algo sorpresivo quiebra estas creencias:
“Todos mis bienes serán divididos entre mis gemelos, Jeanne y Simon Marwan. El dinero les será dado a partes iguales y los muebles distribuidos según sus deseos y acuerdos. Entierro: entiérrenme sin velorio, desnuda y sin rezos, la cara puesta contra el piso y así contra el mundo. Piedra y epitafio: ninguna piedra se pondrá sobre mi tumba y mi nombre no se pondrá en ninguna parte. No hay epitafios para los que no cumplen sus promesas. Jeanne y Simon, la infancia es un cuchillo puesto en el cuello. Uno no se libra fácilmente. Jeanne, el notario te dará un sobre. Este sobre está destinado a vuestro padre. Encuéntralo y dale este sobre. Simon, el notario te dará un sobre. Este sobre está destinado a vuestro hermano. Encuéntralo y dale este sobre. Cuando estos sobres sean entregados a sus destinatarios, se les dará una carta, el silencio se romperá y una promesa será cumplida, una piedra se pondrá en mi tumba, y mi nombre en la piedra será grabado.”
¿Qué hacer con la variable desconocida?
Ante la escucha del testamento de su madre, los gemelos reaccionan de maneras singulares. Simon elige desoír el pedido de su madre, y demanda a su hermana que el entierro sea “normal”. Jeanne, por su parte, enseguida se muestra en desacuerdo con esto. Si bien desconocemos las intenciones de la madre al redactar el testamento, podemos pensar que sus efectos eran a priori incalculables: ¿decidirían ambos entregar estas cartas? ¿o decidirían, por el contrario, que estas no eran más que palabras incoherentes de una mujer en su lecho de muerte? ¿los conmovería la curiosidad por su padre y hermano, o el deseo de sepultar dignamente a su madre?
Para Jeanne, las últimas palabras de su madre parecen haber tenido, en principio, efecto de mandato: ha sido interpelada. Ella no hesita entonces en responder. Sin embargo, frente al acontecimiento un sujeto puede responder de distintas maneras. Mientras su hermano no deja de señalarle que lo que la moviliza es la culpa, Jeanne, profesora de matemáticas, toma el mensaje de su madre, se responsabiliza por él, y calcula, en soledad, los próximos pasos a tomar.
Las palabras de un profesor de Jeanne, en pleno contexto universitario, reflejan algo de su pensamiento. Funcionan también como anuncio de la que será la respuesta de Jeanne, una respuesta vía el acto:
“Las matemáticas, tal como las conocieron hasta aquí, se trataban de llegar a una respuesta estricta y definitiva, partiendo de problemas estrictos y definitivos. A partir de ahora, entran en una aventura diferente. Se trata de problemas sin solución, que los llevarán siempre a otros problemas también sin solución. Las personas alrededor de ustedes les repetirán que se trata de una tarea inútil. No tendrán ningún argumento para defenderse porque se trata de una complicidad agotadora. Bienvenidos a la matemática pura, el país de la soledad.”
En efecto estas palabras decriben algo de la situación actual de Jeanne también en un sentido concreto. Es decir, debe resolver el problema de decidir si ir o no, sola, a un país desconocido, a buscar a sus desconocidos padre y hermano, y sin tener garantía alguna de que los encontrará. En tanto Jeanne luego elige ir, se puede pensar que ya no está respondiendo a un mandato, sino que, en algún momento, ha hecho de las palabras de su madre un deseo que la causa.
“Buscas a tu padre pero no conoces a tu madre”
Es así que Jeanne viaja a Daresh, y a través de una serie de encuentros, devela poco a poco el pasado de su madre. Conoce un país que ha sido arrasado por la guerra civil. Conoce que la guerra ha marcado el rumbo de su madre: las invasiones, migraciones, bombardeos, la forzaron a abandonar sus estudios, a separarse de quien amaba, a buscar justicia por sus propios medios, y a ser condenada a prisión por ello. Historizando la vida de su madre, empieza a saber de su propia filiación, construye algo de su identidad, aprende haber nacido junto con su hermano en la clandestinidad.
Jeanne y Simon descubren entonces haber nacido en la cárcel, y ser producto de una violación que sufrió su madre por parte de un torturador, durante el período en que permaneció allí. La relación de estos dos hermanos con la guerra, que hasta hace poco les era ajena, es, en este momento, cada vez mayor. Los efectos de la guerra que habíamos mencionado, empiezan a verificarse.
Una vez ubicado su padre, identificado como el torturador, resta saber sobre su hermano. Este sería aquél niño que su madre tuviera años antes que a ellos, el cual fue separado por ser hijo bastardo, por ser hijo de un enemigo del pueblo. Es un hijo que desconocía a su madre, y que ella prometió reencontrar.
“La conjuncion de Syracusa”
La conjunción de Syracusa [4] es la hipótesis matemática según la cual la secuencia de Syracusa de cualquier número entero positivo, tiene como resultado el número 1.
Jeanne conoce bien esta fórmula, incluso se la puede ver enseñándola, pero no es sino hasta que le informan que su hermano fue torturador en la misma cárcel donde fue violada su madre, que la conjunción cobra pleno sentido y a la vez lo pierde. Si alguna vez Jeanne pudo calcular la conjunción, y pudo obtener 1 como resultado, esta vez, que su hermano y su padre sean 1, es algo que no podría haber calculado.
“Los puentes de Kronenberg”
Una vez que Jeanne y Simon saben esto, y conociendo ya el nombre de su padre y hermano, el destinatario de las cartas, regresan a Canadá. Han localizado a este hombre, quien resulta vivir en la misma ciudad que ellos, ya que también migró a ese país.
Vuelven a la misma ciudad que ahora es distinta. Esto nos remite a otro problema que fue sutilmente citado a Jeanne durante la película: el problema de los puentes de Kronenberg [5]. Podríamos pensar que tal es el recorrido que ha realizado Jeanne, en tanto ha iniciado un viaje y ha recorrido kilómetros en búsqueda de su hermano y su padre, pero para volver en definitiva al mismo punto. Por otra parte, como bien sabemos, nunca se puede retornar al mismo lugar. Quienes partieron huérfanos regresan en posición de hijos. Tampoco la ciudad es lo que era: ahora Jeanne y Simon saben que allí habita alguien más. El circuito que han realizado no ha dejado de tener entonces un importante saldo de saber.
“1+1=1”
Cuando al final del film, Jeanne y Simon entregan las cartas a este 1, le hacen saber que a quien ha violado es a su propia madre. Recordamos entonces las palabras del abogado en Daresh, quien explicó en su momento a los hermanos, que en la época de la guerra, las documentaciones se perdían, se quemaban y se olvidaban. Para Marwan era imposible en aquel entonces seguir el rastro de su hijo, y para su hijo era imposible saber de su madre. Esta falta de registros, que en cierta medida anulaba datos y lazos de parentesco, era consecuencia de una guerra. El incesto, efecto incalculable de ella.
Referencias
Castro, Maria Clemencia (2003) La guerra y el deleite taciturno en ’Desde el Jardin de Freud N°3: Revista de Psicoanalisis de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia. http://www.revista.unal.edu.co/index.php/jardin/issue/view/968
Fariña, Michel J. (1998): Ética: un horizonte en quiebra. Eudeba, Buenos Aires.
Lacan, J.: El Seminario. Libro 21: “Los no incautos yerran”. Clase 19/3/74. Inédito Laurent, Eric (2011): Los hallazgos de la psicología evolucionista en ‘Lacan Cotidiano N°106’ http://www.eol.org.ar/la_escuela/Destacados/Lacan-Quotidien/LC-cero-106.pdf
Laurent, Eric (2002): El revés del trauma. Conferencia en la Maisson Franc en Nueva York http://virtualia.eol.org.ar/006/default.asp?notas/elaurent-01.html
Pujó, Mario: Lo incalculable en ‘Psicoanálisis y tecnociencia’ en ‘Imago agenda’, http://www.imagoagenda.com/articulo.asp?idarticulo=590
Salomone, G.Z. / Dominguez, M. E. (2006): La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva.
NOTAS
[1] Laurent, Eric (2002): El revés del trauma. Conferencia en la Maisson Franc en Nueva York http://virtualia.eol.org.ar/006/default.asp?notas/elaurent-01.html
[2] Castro, Maria Clemencia (2003) La guerra y el deleite taciturno en ’Desde el Jardin de Freud N°3: Revista de Psicoanalisis de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia.
[3] Lacan, J.: El Seminario. Libro 21: “Los no incautos yerran”. Clase 19/3/74. Inédito
[5] Este problema matemático plantea la situación de pasar por cada uno de los siete puentes que rodean la ciudad, sin pasar dos veces por el mismo lugar, regresando al mismo punto
http://es.wikipedia.org/wiki/Problema_de_los_puentes_de_K%C3%B6nigsberg
Película:Incendies
Titulo Original:Incendies
Director: Denis Villeneuve
Año: 2010
Pais: Canadá - Francia
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