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Análisis desde una perspectiva institucional y psicoanalítica

por Fernandez Da Lama, Rocio Giselle

Resumen:

La presente investigación propone un trabajo de análisis de la primera película expresionista del cine alemán, El gabinete del Dr. Caligari (1919), dirigida por Robert Wiene y escrita por Hans Janowitz y Carl Mayer, la cual se ha constituido en un film de culto y precursor del cine de arte que influyera narrativa y artísticamente en películas estadounidenses, especialmente del género de terror. El contexto histórico –período de posguerra de la Primera Guerra Mundial– en el que se realiza el film resulta vital para lograr una comprensión profunda sobre cómo las producciones culturales de carácter ficcional pueden dar cuenta de aspectos complejos de la vida humana. Se expone el desarrollo y la articulación de conceptos teóricos fundamentales del discurso institucional, el poder, la autoridad y la obediencia, así como el lugar de la institución psiquiátrica, la violencia que la atraviesa y los trastornos mentales, según aspectos técnico-estéticos y narrativos del film. Asimismo, a partir de la riqueza visual y argumental de la película y sus indicadores escénicos, se despliega un terreno para el discurso psicoanalítico, situando en el horizonte del mismo la dualidad pulsional, el aparato psíquico, lo siniestro, y la inmersión del sujeto en la cultura.

Palabras Clave: Caligari | instituciones | psicoanálisis | poder

The Cabinet of Dr. Caligari’s: Analysis from an Institutional and Psychoanalytic Perspective

Abstract:

This research proposes an analysis of the first expressionist film of German cinema, The Cabinet of Dr. Caligari (1919), directed by Robert Wiene and written by Hans Janowitz and Carl Mayer, which has become a cult film and a precursor of art cinema that influenced narratively and artistically in American films, especially in the horror genre. The historical context - the post-war period of World War I - in which the film is made is vital for a profound understanding of how fictional cultural productions can account for complex aspects of human life. The development and articulation of fundamental theoretical concepts of institutional discourse, power, authority and obedience, as well as the place of the psychiatric institution, the violence that runs through it and mental disorders, are exposed according to technical-aesthetic and narrative aspects of the film. Likewise, from the visual and argumentative richness of the film and its scenic indicators, a terrain for psychoanalytic discourse unfolds, placing in the horizon of the same the drive duality, the psychic apparatus, the sinister, and the immersion of the subject in culture.

Keywords: Caligari | institutions | psychoanalysis | power

Introducción

El Gabinete del Doctor Caligari (1919) es una película alemana muda de terror, dirigida por Robert Wiene y escrita por Hans Janowitz y Carl Mayer. Contó con un gran éxito al poco tiempo de su lanzamiento y proyección a escala internacional, por parte de la audiencia y de los críticos. A lo largo del tiempo, se ha constituido como un film de culto y precursor del cine de arte, que influyera artísticamente en películas estadounidenses, especialmente del género de terror, y desde su apartado narrativo en cuanto a las técnicas del narrador no confiable y el giro argumental. Asimismo, fue denominada como la primera película expresionista del cine. El expresionismo fue un movimiento cultural surgido en Alemania a inicios del siglo XX, que abarcó campos diversos como el arte, la literatura, la música, el cine, el teatro, la danza y la fotografía, entre otros. Se constituyó como una contestación por vía de un arte más intuitivo, personal y con características heterogéneas, al impresionismo, de carácter naturalista y positivista, el cual procuraba ser una copia lo más exacta posible de la realidad.

El presente trabajo tiene como objetivo el análisis y la articulación de determinados fragmentos del film a partir de discursos diversos sobre las instituciones, la autoridad, y el psicoanálisis. Inicialmente, se presentará una sinopsis sobre el film seleccionado, luego se consignará una breve enumeración de las características político-socio-económicas en Alemania al momento de la producción y lanzamiento de la película. En cuanto a los apartados de articulación subsiguientes, se desarrollarán las distintas concepciones teóricas que hacen a la esencia de este escrito. En último lugar, se expondrán las consideraciones finales sobre lo expuesto, retomando lo más importante en los apartados presentados.

Sinopsis de la película

En un pequeño pueblo de montaña alemán, Holstenwall, comienzan a ocurrir una serie de brutales asesinatos. Todas las pistas apuntan al Dr. Caligari, quien presenta en la feria del pueblo un espectáculo sobre un sonámbulo de 23 años, llamado Cesare, quien es tenido en una especia de ataúd. Ante esta situación Alan y el Dr. Olsen, comienzan a vigilar a este extraño Doctor, para ser burlados por este al guardar un muñeco de Cesare en el cajón, mientras envía al Cesare real a matar a Jane, la prometida de Francis. Si bien las órdenes de Caligari fueron que Cesare matara a Jane, este no logra hacerlo al quedarse enamorado de la víctima. Por lo que termina secuestrando a Jane para llevarla a su guarida, generando que los pueblerinos comiencen a perseguirlo. Durante esta cacería, Cesare tiene una caída mortal y los pobladores descubren que Caligari ha creado un muñeco de Cesare para distraer a Francis. Tras esto, Francis persigue al Dr. Caligari hasta un hospital psiquiátrico, donde descubre que Caligari es en realidad el director del hospital psiquiátrico local. Con la ayuda de los otros médicos en el Hospital, Francis encuentra el diario del Dr. Caligari, donde este narra su obsesión por un místico llamado Caligari, quien en 1703 en el norte de Italia usó a un sonámbulo para asesinar personas. Al ser confrontado con esta prueba y con el cuerpo del difunto Cesare, Caligari revela su manía y es encerrado en su propio asilo.

Sin embargo, una vuelta de tuerca en la trama de la película revela que todo lo relatado por Francis es en realidad un delirio de él mismo, y que tanto él como Jane y Cesare son pacientes del hospital psiquiátrico, y que el hombre que dice ser Caligari es su médico tratante. Francis ve a Caligari y reacciona violentamente, con lo cual se le pone una camisa de fuerza y encerrado en su habitación. Al revisarlo, Caligari exclama ante la cámara que ha entendido finalmente el delirio del paciente, y que ahora guarda esperanza en que podrá ayudarlo.

Contexto socio-histórico del surgimiento de la película

Situando a esta obra en un momento socio-histórico particular, con sus saberes, ideas, creencias, valores y discursos específicos, puede mencionarse la derrota sufrida por Alemania ante los países aliados en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), a partir de la firma del Tratado de Versalles, el cual comprendía, dentro de varias disposiciones, que las Potencias Centrales (Alemania y sus aliados), se hicieran responsables moral y materialmente de los daños que engendraron al causar la guerra, abonando sumas exorbitantes en indemnizaciones a los estados vencedores, así como también debían emprender un total desguace de su industria militar. Debido a condiciones socio-políticas, a saber la reunificación del Imperio Alemán como se lo mantiene en la actualidad, la deuda pudo ser saldada enteramente el 3 de octubre de 2010.

En cuanto al clima vivido en la Alemania de posguerra, puede decirse que primaba la desocupación y la depreciación de la moneda alemana, esta crisis económica se debía, en gran parte, a la reducción masiva de puestos de trabajo que anteriormente se destinaran a la fabricación de armamento militar. En lo político, ente la huida de la familia imperial, el gobierno alemán fue reorganizado como una democracia, la República de Weimar, si bien varios partidos políticos se disputaban el poder. Asimismo, en cuanto a la vida social de sus ciudadanos, comenzó a darse un período de inestabilidad e inseguridad, así como también de florecimiento de distintas formas artísticas, tales como el teatro, la ópera, los bailes clásicos, y sobre todo el Cabaret, un espectáculo de elevado contenido político (Stevenson, 2013).

La urdimbre socio-política del poder, la autoridad y la obediencia en los avatares del film

En cuanto a la temática del poder, el film posibilita el análisis desde dos escenas. Por un lado, haciendo foco en el personaje del Dr. Caligari, puede decirse que este es la representación de un poder tiránico e irracional que abusa de sujetos con una débil voluntad, en este caso Cesare, para cometer actos que siembran el pánico en la sociedad (Kracauer, 1947). Asimismo, este accionar despótico e inhumano no pasa desapercibido debido a sus cruentas consecuencias, sino que a partir del accionar de Francis y los demás personajes, quienes se comprometen en una causa común en pos de desvelar al verdadero urdidor de los asesinatos cometidos en Holstenwall, logran obtener el éxito buscado y consiguen que Caligari sea internado en el instituto psiquiátrico del cual fuera director.

Por otro lado, al situarse en la narración del film que hace hincapié en el marco del relato, puede hallarse a un Dr. Caligari benévolo y preocupado por sus pacientes, muy diferente en cuanto a los rasgos obscenos y crueles con los que le fueran mostrados anteriormente, trabajando en el instituto psiquiátrico en el cual Francis, Jane y Cesare, no son más que pacientes con evidentes trastornos mentales. A partir de una reacción violenta de Francis en contra de Caligari, una gran cantidad de médicos acuden a reprimirlo, colocándole una camisa de fuerza y llevándolo a su cuarto. En ese instante el Doctor reconoce que el paciente lo confunde con Caligari, un místico del siglo pasado que usaba a un sonámbulo para cometer crímenes, y finalmente exclama que ahora que conoce su delirio espera poder curarlo.

Estas manifestaciones del poder en el film pueden articularse desde sus distintas procedencias y aspectos característicos a la concepción de poder de Foucault (1978), siendo que el autor concibe al mismo como un fenómeno en cadena, organizado de manera reticular, por lo cual no se trata de que alguien detenta el poder y lo ejerce sobre otros de manera masiva y homogénea. El poder nunca está localizado en un lugar ni en las manos de algunos, ni se encuentra quieto, sino que se encuentra circulando transversalmente, y su funcionamiento se ejercita por un sistema de redes por las que circulan los individuos, quienes están en situación de ejercitarlo o de sufrirlo. Esto se evidencia por el giro que se presenta en cuanto al poderío por parte de Caligari sobre Cesare, luego este primero siendo encerrado a manos del accionar de Francis y otros agentes, para en última instancia, ser Francis quien termina siendo retratado como el “anormal”, y se halla supeditado al poder de Caligari en la institución psiquiátrica.

Otro elemento importante a destacar en el film es el concepto de autoridad, sobre el cual es menester realizar ciertas aclaraciones, en pos de distinguir de manera sucinta poder de autoridad. Según las elaboraciones de Hannah Arendt (1998), la autoridad refiere al logro de la obediencia mediante el reconocimiento por parte de los que obedecen, sin la mediación ni de la coerción ni de la persuasión. El poder para la autora remite a la unicidad de un grupo de individuos entre quienes el poder es ejercido como una forma del actuar humano consensuada, que solo existe mientras el grupo permanezca unido. En este sentido, las relaciones que se gestan entre los personajes en la obra, dan cuenta de una relación de autoridad “vaciada” de sentido, en crisis, debido a la triste realidad de que los sujetos deben obedecer, independientemente de su conformidad o no con las autoridades, o más bien los agentes que efectivizan las medidas de coerción y persuasión sobre éstos. Esto se torna evidente en la relación del Dr. Caligari con Cesare, quien por medio de técnicas de sugestión condiciona a su paciente a asesinar gente inocente. Su accionar se inscribe por lo tanto, en un espacio que no deja espacio a la libertad del individuo con respecto a obedecer a consciencia del reconocimiento de la autoridad de Caligari, sino que es dejado en un estado obnubilado sin posibilidad de decisión.

Este punto es relevante al relacionar, por lo tanto, la autoridad magreada de su profundo significado, con su reemplazo por el autoritarismo, concepto que remite a una forma de gobierno en el que prima la relación jerarquizada, piramidal y de desigualdad, así como el poder se encuentra concentrado en la cúspide de la pirámide y este va disminuyendo hacia la base. De esta manera, puede decirse que las instituciones tienden a alentar el confundir los conceptos de autoridad y poder, y tomarlos como sinónimos, con el fin de recibir el apelativo de autoridad, y de investirse de una mayor legitimidad con la que puedan hacen creer a los súbditos que la obediencia a la institución es querida o consentida, y no injusta o impuesta.

Analizando el lugar de la institución psiquiátrica en el film, puede decirse que ésta sirve al propósito del mismo para vehiculizar e impostar el autoritarismo, así como la dominación de la población. En consonancia con esto, Basaglia (1981) va a desentrañar el sistema de objetivos que rigen a las instituciones por las que puede pasar un sujeto a lo largo de su vida, haciendo especial hincapié en las instituciones totales. Los objetivos explícitos, que refieren al para qué de una institución, cuál es el fin de la misma y qué es lo que dicen que hacen, mientras que los objetivos implícitos aluden a qué es lo que se hace realmente en dichas instituciones. El autor italiano expone que si bien el objetivo explícito de los institutos psiquiátricos es el de tratar o mitigar el sufrimiento psíquico de los pacientes, lo que efectivamente ocurre es que se normativiza a la población y se tiende a la homogeneización de los mismos, creando así enfermos a medida en espacios diezmados por la apatía y la violencia, en lugar de promover un tratamiento adecuado y el bienestar de los pacientes. Esto clama en su articulación con el arribo de Cesare como un paciente con sonambulismo al instituto psiquiátrico donde Caligari es el director, y cómo este paciente es manipulado a partir de la presencia de una patología que debe recibir un tratamiento adecuado, por un médico que se encuentra “tomado” completamente por su obsesión de reproducir los asesinatos de un místico del siglo XVIII, al cual admira al punto de la locura. En este sentido, el objetivo de velar por los cuidados de quien lo necesita en la institución, es completamente pasado por alto, teniendo esto un final lamentable que conduce a la muerte del paciente.

Asimismo, el film en su totalidad puede ser interpretado como una metáfora política que deja entrever la obediencia “ciega” a la figura de a la autoridad. Este mensaje puede ser interpretado de esta manera, independientemente de si se tiene en cuenta el relato de Francis como lo verídico, o si se aborda el marco de dicho relato enmarcado, el cual pone en duda todo lo relatado hasta ese momento.

Según Foucault (1984), el poder a partir del siglo XVII deja de manifestarse como la proyección de Dios sobre la tierra, encarnándose en la figura del soberano, quien obtenía obediencia a partir del uso de la llana violencia y la amenaza de muerte, y comienza a desarrollarse el poder disciplinario, el cual consiste en la imposición completa de la vida, a partir de la gestión calculadora de la misma, y la administración de los cuerpos. El poder disciplinario hace uso de la biopolítica como forma de gobierno, sometiendo a los individuos a códigos de normas, preceptos y prohibiciones, creando así al sujeto obediente. En adición a esto, el poder disciplinario no se agota en el disciplinamiento y el control de los cuerpos, sino que también busca ocuparse de la mente de los individuos.

De esta manera, la obediencia incondicional que se manifiesta en Cesare hacia Caligari responde a diversos elementos. En parte se debe a la relación de autoridad y subordinación imperantes en la sociedad, la cual promueve la producción, cual eficiente maquinaria perfeccionada, de inhumanidad. En este sentido, los actos crueles e inhumanos se deben en escasa medida a características psicológicas de los individuos que obedecen, sino a la estructura de poder a la que son sometidos (Bauman, 1997). En este sentido, Cesare no representa más que un sujeto común que se ve supeditado al cumplimiento de una tarea que le es asignada, sin la posibilidad de negarse a ella por más atroz que sea. Pudiera pensarse que la consciencia adormilada de Cesare, en tanto es un paciente aquejado de sonambulismo por lo que no cuenta con un control exacto ni preciso de su propio accionar, refleja de manera fidedigna el efecto de una autoridad monopolista y dogmática, a la que no puede cuestionársela en instancia alguna (Laso, 2009). Su obediencia es a tal punto extrema, que inclusive al momento en que se aleja demasiado de su “benefactor”, termina sucumbiendo y cae muerto, desprovisto de sus fuerzas por un precipicio, indicando que al no haber cumplido su cometido de asesinar a Jane, su existencia, como medio o instrumento para satisfacer las órdenes de su superior, se reduce a algo sin valor.

El Gabinete del Dr. Caligari como vehículo de la complejidad psíquica del sujeto inmerso en la cultura

A lo largo de la película, pueden dejarse entrever diversas representaciones de una relación dual, por un lado, la salud en sus formas físicas y mentales, y por el otro, la enfermedad y la degeneración; un lenguaje visual que refiere a una visión “normal de la realidad”, en contraposición a la visión del delirio de Francis, donde las locaciones parecen espacios cerrados asimétricos y asfixiantes; inclusive puede hablarse de una dualidad en términos existenciales, donde la mayoría de los personajes se muestran como seres vivientes con motivaciones e intenciones, a diferencia de Cesare, quien representa el automatismo y la inconsciencia en el actuar. Vale aclarar, que estas dualidades presentan un viraje al encarnarse en los personajes, ya que en el relato del delirio de Francis, estas cualidades que se presentan, son luego “vistas” desde otra perspectiva, y resultan ser lo opuesto, lo antagónico. Así por ejemplo, el Dr. Caligari es presentado inicialmente como un doctor demente y despótico, para luego ser retratado como un médico amoroso y preocupado por sus pacientes.

Quizás la dualidad más remarcable, sin embargo, remita al dualismo pulsional, que se presenta en Cesare, entre la pulsión de vida, de Eros, y la pulsión de muerte, de Thanatos. Este ser autómata, que no cuenta aparentemente con la posibilidad de controlar su mente, se ve conmovido en su accionar, modificando el curso de lo encomendado por Caligari. Ante una Jane inerme y circundada por una pureza, castidad e inocencia que se sostienen por el benevolente color blanco de sus vestiduras y de las ropas de cama, se genera un contraste abismal con la negrura que consume y compone los elementos mortecinos que invisten a Cesare. Es en esta situación en la que Cesare se queda mirando a Jane, blandiendo su cuchillo a una distancia milimétrica de su víctima, que se torna manifiesto la impresión que le deja la belleza de la misma, y en ese instante, en que se encuentra a punto de asesinarla, suelta el cuchillo e intenta acariciar su rostro. En esta escena, puede hallarse la lucha inconsciente entre ambas fuerzas pulsionantes. Las pulsiones, según Freud (1915), remiten a la tensión corporal que tiende hacia distintos objetos y que se descarga al acceder a ellos, aunque de manera momentánea, ya que la pulsión nunca se satisface completamente. Se trata de una ligazón entre lo somático y lo psíquico. Lo concerniente a la pulsión de vida radica en todo actuar relacionado a ella, donde se tiende a la conservación de la vida, la unión y la integridad, mientras que la pulsión de muerte, tiende hacia la autodestrucción, y la desintegración, manifestándose como agresividad y violencia (Freud, 1920). Puede adicionarse que el sueño al que se encuentra supeditado Cesare al ser un sonámbulo, remite a su vez a la pulsión de muerte, ya que el fin de la misma es retornar toda vida hacia un estado inorgánico e inanimado, un estado de anulación de estímulos.

Asimismo, los rastros de la cinematografía en su apartado visual de carácter expresionista, golpean de manera acuciante al espectador, al provocarle todo tipo de sensaciones y afectos extremistas. Tanto la escenografía con sus luces y opacidades pintadas a mano, junto con las aristas descollantes de los techos de alturas elevadísimas, sirven de soporte vivo para el andar decrépito de sus personajes, especialmente el sonámbulo Cesare. En cierto sentido, el aspecto enjuto de Cesare, oscurecido por una total falta de humanidad, no puede sino remitir al efecto de lo siniestro tratado por Freud (1919). Este término, que en la lengua alemana se conoce como Unheimlich, coincide con los dominios de lo angustiante, repulsivo y espeluznante, experimentados como afectos negativos en el sujeto ante determinadas manifestaciones de lo estético en personas y en cosas. Esta sensación, sostenida en un extrañamiento ante lo familiar, lo conocido, siempre es incómoda, y suele ocasionarse por la duda de que un ser viviente, efectivamente esté vivo, o que un objeto sin vida, se encuentre de alguna forma animado. Freud cita como ejemplos de esto a las muñecas, las figuras de cera y a los autómatas. En este caso, se torna evidente la reacción de pavor y miedo, como menos incomodidad, que genera el sonámbulo ante la audiencia. Es el silencio sepulcral de sus actos, y lo desvencijado de los movimientos del durmiente que ponen en cuestionamiento si este se trata de un ser vivo, con consciencia y elementos que lo tornen en un sujeto con motivaciones y deseos que lo dirijan en su camino, o si es alguna especia de criatura de una disímil naturaleza.

El tema de la dualidad pulsional cobra gran relevancia al poder ser considerado desde la interacción de un sujeto con la sociedad. En este sentido, Freud (1929) va a situar la puja constante entre las exigencias pulsionales y lo que la cultura, entendida ésta como las prácticas e instituciones que distancian al hombre de sus antepasados animales y que velan por el bienestar de este tanto ante la fuerza abrumadora de la naturaleza como en las relaciones entre sí, restringe. Esta restricción va a promoverse a partir de la instauración de un sentimiento de culpa en el sujeto, en parte por la presencia de dichas pulsiones sexuales y agresivas, conduciendo a nuevas renuncias pulsionales, lo cual en lugar de generar una mayor conformidad del sujeto con la sociedad, termina produciendo mayor malestar. En el film se presentan de modo patognomónico distintos reservorios libidinales que dan rienda suelta en su satisfacción en la sociedad, con independencia del desorden que pueda generar en la misma. Por un lado, se introduce el despliegue de una serie de asesinatos brutales cometidos por un sujeto de quien difícilmente podría sospecharse. Mientras que, por otro lado, se es espectador de cómo la belleza de una mujer y el embelesamiento de un hombre, conducen al secuestro de la misma.

De esta manera, se torna evidente el tratamiento que le es otorgado a lo que necesariamente debe ser reprimido individualmente en el sujeto para poder dar pie a la introducción del mismo en un orden cultural. Con respecto a esto, Freud (1929) acertadamente indica que el hombre debe abandonar una satisfacción completa, trocando ésta por algo de seguridad que le es dada por su pertenencia a la sociedad. Sin embargo, si bien a lo largo del film pareciera indicarse que toda transgresión va a ser penalizada por alguna vía, no puede dejar de explicitarse, de ser puesta en las narices de los espectadores, ya desde una intencionalidad que boga por desvelar las estructuras de sometimiento imperantes, el reflejo de un sentir de la sociedad con respecto a la expresión y la puesta en escena de aquellas pulsiones sexuales y agresivas reprimidas, en un momento en el que se encuentra instaurada una sensación de libertad para una visualización masiva de algo que necesariamente integra la vida de los sujetos.

Esto se justifica al dar cuenta que las manifestaciones de dichos actos transgresores del orden, se encarnan en los personajes que presentan un desarrollo complejo de su estructura e historia, en contraposición con el resto de los personajes con un menor grado de intervención en la trama, los cuales guardan evidentes rasgos estereotípicos. De tal manera, tanto en Caligari, Cesare y Francis guarecen los aspectos que dan cuenta de la verdadera naturaleza humana, en el sentido de una integración de los aspectos duales propios del sujeto, como las pulsiones de vida y de muerte, que se manifiestan en el propio accionar humano. En oposición a esto, los personajes de Jane y de Alan engendran a los prototípicos caracteres de cine, como la joven bella e inocente que resulta ser secuestrada y a la que van a su rescate, y él como el cordial amigo que es poco renuente a escuchar sabios consejos y que fraterniza con Francis por el amor de Jane.

Esta posibilidad dada en el film como medio de expresión del dualismo pulsional y de los avatares de la inmersión del sujeto en la cultura desde lo reprimido y lo que puja por ser expresado, da pie a un análisis más profundo, tomando en cuenta el desarrollo del personaje de Francis, a partir del relato que este presenta, según la segunda tópica freudiana (1923) del Yo, el Superyó, y el Ello. De esta manera, puede decirse que tanto el personaje de Caligari como el de Cesare, representan las instancias psíquicas del Superyó y del Ello, respectivamente, de Francis, quien representaría al Yo como un vasallo y almácigo de la angustia por parte de las demandas de ambas instancias y su intento de conciliación con la realidad exterior (Freud, 1923).

El contenido de la instancia psíquica del Ello es inconsciente y no adviene a la consciencia sino de una manera deformada a partir de formaciones como los chistes, los actos fallidos y los sueños, y consiste en la expresión de las pulsiones y deseos que debido al contenido de sus representaciones se encuentran en conflicto con el Yo y el Superyó. En consonancia con esto, Cesare representa la expresión de aquellos actos agresivos y sexuales, los cuales se encuentran en gran medida relacionados con los posibles deseos de Francis, ya que el asesinato de su mejor amigo Alan, le deja el camino libre para dar rienda suelta a su amor por Jane, así como el intentar secuestrarla se vincula con sus deseos de estar con ella y tenerla sólo para sí.

El Superyó es una instancia moral y juzgadora de la actividad del Yo, en la que guarecen las normas, reglas y prohibiciones parentales, sostenidas a su vez por las leyes y restricciones que la sociedad impone. En este sentido, si bien la figura del médico demente, director del instituto psiquiátrico, se aleja de manera abismal de una ley y una conducta moral adecuadas a los ojos de la actualidad, sí puede decirse que representa la interiorización de un discurso institucional y de un momento específico de la sociedad en la que el matar y el realizar todo tipo de actos que siguieran los designios de las autoridades a las que se debía prestar obediencia era la norma y no la excepción. Esto termina convergiendo en la figura de un dictador que impone una ley, la cual en el caso de no ser cumplida de manera estricta, emprende la gestación del mecanismo de culpa inconsciente por no haber estado a la altura de lo esperado. Esto se evidencia en el film a partir de que la serie de asesinatos que van ocurriendo terminan cayendo bajo la responsabilidad de Francis en cuanto a su elucidación y resolución, como si de una carga que debe expiar se tratara. En última instancia, al momento en que Francis puede asirse de recursos para enfrentar a Caligari, quien ocupa plácidamente el despacho del asilo mental, es que puede hacer frente a una legalidad que él siente injusta, y que es aplicada desde una severidad y dogmatismo sádicos.

El Yo como instancia psíquica media ente los deseos inconscientes del Ello y las exigencias punitivas del Superyó, y las demandas provenientes de la realidad externa. De esta manera, parte de las funciones del Yo es desarrollar mecanismos defensivos que permitan la obtención del mayor placer posible, pero dentro de los límites que la realidad imponga. El Yo se ve amenazado tanto por los peligros de la realidad exterior, como por las demandas del Ello, ya que éstas no pueden ser admitidas en cuanto a su satisfacción y cumplimiento en la realidad objetiva, por los peligros que ello conllevaría. En el film, Francis debe lidiar continuamente con el accionar tanto de Cesare, en cuanto a los asesinatos que este comete, como el de las autoridades a las que debe asistir, en tanto manifestaciones de la realidad externa.

Intersecciones en la realidad ficcional: la no tan ingenua impresión del espectador

A lo largo de este trabajo se han presentado instancias de análisis y articulación de determinados conceptos fundamentales de los discursos institucional y psicoanalítico, a partir del que fuera uno de los films emblema del movimiento expresionista en Alemania y del período de posguerra. Es importante destacar que tanto la visión institucional como la psicoanalítica del film refieren a distintas formas de abordaje del material audiovisual que no constituyen sino discursos a ser leídos de manera complementaria entre sí, con sus obligados puntos de intersección. En este sentido, puede entenderse a la existencia del pueblo alemán, no agotándose, sin embargo, en una nacionalidad o tiempo específico, como supeditada a un régimen autoritario que bregara por la prohibición y restricción insensata de todas las libertades, y siendo esas mismas fuerzas, las que luego orillaran a los ciudadanos a encarnizar un enfrentamiento bélico sin un sentido claro.

Asimismo, el esfuerzo sublimatorio en el que se concretiza la película es la forma de elaborar aquellas situaciones alienantes y traumáticas experimentadas durante la guerra, las cuales cobran un valor creacional en tanto el film es una respuesta a preguntas internamente formuladas. Es decir que en la sociedad remanece una esperanza de despertar de un ensueño de pesadillas, para revelarse, desasirse de aquellas “camisas de fuerza” que contienen una razón sana acallada.

De esta manera, el Gabinete del Dr. Caligari genera el efecto de poder ser leído aún en la actualidad como una instancia de lucha y protesta contra el régimen alemán en la época de posguerra, independientemente de la escena final que vuelve todos aquellos intentos del ciudadano común en causales para una internación psiquiátrica. ¿Se reduce de esta manera el poder de esta película? La respuesta es un rotundo no, ya que la crisis de autoridad que se ha mencionado, así como el desvelamiento de ciertas estructuras de poder que someten al sujeto a una obediencia más allá de sus valores morales, si bien continúan perviviendo en el mundo contemporáneo, han advertido a las masas de que sus dirigentes no son quienes parecen ser, ni son tan confiables. La duda y la incertidumbre, sin embargo, asolan en cada rincón urbanizado, engendrando, de esta manera, cierta ideación persecutoria, aún entre los más allegados amigos.

A modo de conclusión

Para finalizar este trabajo se presenta un extracto de la antología de Antonio Gamoneda, un autor español sobreviviente del régimen franquista. Sus palabras deben servir como testimonio de que la naturaleza humana, si bien corrompida en instancia de matanzas sin sentido, puede, a su vez, ser productora de pasajes de una belleza extranjera y simbólica:

El óxido se posó en mi lengua como el sabor de una desaparición. /
El olvido entró en mi lengua y no tuve otra conducta que el olvido, / y
no acepté otro valor que la imposibilidad. / Como un barco calcificado en
un país del que se ha retirado el mar, / escuché la rendición de mis
huesos depositándose en el descanso; / escuché la huida de los insectos y
la retracción de la sombra al ingresar en lo que quedaba de mí; /
escuché hasta que la verdad dejó de existir en el espacio y en mi espíritu, / y
no pude resistir la perfección del silencio (Gamoneda, 1977, p.55).

Referencias:

Arendt, H. (1998). Los orígenes del totalitarismo. Madrid, España: Taurus.

Basaglia, F. (1981). Los crímenes de la Paz. Ciudad de México, México: Siglo XXI.

Bauman, Z. (1997). Modernidad y holocausto. Madrid, España: Sequitur

Foucault, M. (1978). Microfísica del poder. Madrid, España: La Piqueta

Foucault, M. (1984). Historia de la sexualidad 1: la voluntad del saber. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI Editores.

Freud, S. (1915). Pulsiones y destinos de pulsión. En Obras completas. Tomo XIV. Buenos Aires: Amorrortu.

Freud, S. (1919). Lo ominoso. En Obras completas. Tomo XVI. Buenos Aires: Amorrortu editores.

Freud, S. (1920). Más allá del principio de placer. En Obras completas. Tomo XVIII. Buenos Aires: Amorrortu editores.

Freud, S. (1923). El yo y el ello. Obras completas Tomo XIX. Buenos Aires: Amorrortu editores.

Freud, S. (1929). El malestar en la cultura. En Obras completas. Tomo XXI. Buenos Aires: Amorrortu editores.

Gamoneda, A. (1977). Antología poética: descripción de la mentira. Madrid, España: Abada.

Kracauer, S. (1947). From Caligari to Hitler. A psychological History of the German Film. New Jersey, Estados Unidos: Princeton University Press.

Laso, E. (2009). Las coordenadas de la obediencia. Milgram a través de la lectura de Zygmunt Bauman. Revista Aesthethika, 9 (1), 41-47.

Meinert, R.; Pommer, E. (productores) y Wiene, R. (director). (1919). El gabinete del Dr. Caligari [Cinta cinematográfica]. Alemania: UFA.

Stevenson, D. (2013). 1914-1918. Historia de la Primera Guerra Mundial. Barcelona, España: Círculo de Lectores.


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Mensaje de Sofia Castaño  » 22 de agosto de 2022 » sofia.castano@gmail.com 

Este análisis destaca el “esfuerzo sublimatorio” de la película que podría permitir tramitar situaciones traumáticas de posguerra. Además, es importante señalar la importancia del final del film, no porque contradiga la fuerza pesadillesca de los eventos narrados en el supuesto delirio, sino por la resolución que ofrece. Pensemos en otra película de terror que también incluye la locura y el asesinato: el final de Psicosis (1960) muestra al protagonista sumergido en su delirio, pero la diferencia es que en ese caso nadie se acerca a él y le dice “ahora te comprendo y podré ayudarte”. Norman queda atrapado, no solo en la cárcel, sino también en su propio padecimiento. En el caso de Francis, toda su pesadilla, el exceso de los asesinatos, los ámbitos enrarecidos de la feria y de la ciudad, el poder también excesivo de Caligari, todo ello puede ser dejado atrás. La película no muestra cómo, justamente porque es una película pesadillesca, pero promete el despertar, en las palabras esperanzadoras de médico. Así, el médico se presenta como alguien que puede imponer límites, es decir, alguien que tiene un poder coercitivo, pero también tiene el poder de la comprensión y la voluntad de ayudar a quien no puede ayudarse a sí mismo. Si bien es fácil hacer paralelismos históricos con otro líder que es severo pero que “entiende las necesidades del pueblo”, el personaje con poderes mayores a los de la mayoría que resuelve los problemas cuando todo parece perdido (el Deux ex machina), es casi tan antiguo como el teatro. Y quizás, así como los sueños y los chistes, la ficción puede dejar pasar, en este personaje, algunos deseos inaceptables para nuestro yo.



Película:El gabinete del Dr. Caligari

Titulo Original:Das Cabinet des Dr. Caligari

Director: Robert Wiene

Año: 1920

Pais: Alemania

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