Conicet-UBA
Resumen
Entre una de sus vertientes, la bioética ha bebido para enriquecer sus análisis de la filosofía antigua, fundamentalmente de la ética de la virtud de Aristóteles (Luna & Salles, 2008: 80-92; Nussbaum, 1999: 573-614). Asimismo, mientras la cuestión específica de la discapacidad ha sido sometida en las últimas décadas a nuevos y minuciosos desarrollos en el campo de la argumentación filosófica (Shakespeare, 2016; Kristiansen, Vehmas & Shakespeare, 2009), un intento de abordaje integral de esta misma temática ha tenido lugar recientemente en los estudios sobre la antigüedad (Laes, 2016).
Nos proponemos aquí contribuir dentro de este marco de discusión con un análisis de la problemática de la discapacidad a la luz de la teoría de la belleza en la ética platónica, la cual podría aportar, creemos, valiosos elementos de reflexión respecto a esta temática. Como “caso” ejemplar, en línea con los abordajes bioéticos narrativos (Luna & Salles, 1999: 100-109), especialmente aquellos que privilegian la representación cinematográfica (Fariña, 2012), nos serviremos de la película DE ESO NO SE HABLA de M. Luisa Bemberg (1993), donde se plantea el enfrentamiento de perspectivas acerca del aspecto físico diferente de la joven Charlotte en cuanto a sus menudas proporciones corporales y aspecto singular –rasgos físicos englobados normalmente bajo la rúbrica de “enanismo”.
Palabras Clave: Discapacidad | Belleza | Platón
Entre una de sus vertientes, la bioética ha bebido para enriquecer sus análisis de la filosofía antigua, fundamentalmente de la ética de la virtud de Aristóteles (Luna & Salles, 2008: 80-92; Nussbaum, 1999: 573-614). Asimismo, mientras la cuestión específica de la discapacidad ha sido sometida en las últimas décadas a nuevos y minuciosos desarrollos en el campo de la argumentación filosófica (Shakespeare, 2016; Kristiansen, Vehmas & Shakespeare, 2009), un intento de abordaje integral de esta misma temática ha tenido lugar recientemente en los estudios sobre la antigüedad (Laes, 2016).
Nos proponemos aquí contribuir dentro de este marco de discusión con un análisis de la problemática de la discapacidad a la luz de la teoría de la belleza en la ética platónica, la cual podría aportar, creemos, valiosos elementos de reflexión respecto a esta temática. Como “caso” ejemplar, en línea con los abordajes bioéticos narrativos (Luna & Salles, 1999: 100-109), especialmente aquellos que privilegian la representación cinematográfica (Fariña, 2012), nos serviremos de la película De eso no se habla de M. Luisa Bemberg (1993), donde se plantea el enfrentamiento de perspectivas acerca del aspecto físico diferente de la joven Charlotte en cuanto a sus menudas proporciones corporales y aspecto singular –rasgos físicos englobados normalmente bajo la rúbrica de “enanismo”. [1]
En tal sentido una es la visión de la pequeña y prejuiciosa comunidad de San José de los Altares, liderada por Leonor -una viuda, madre de Charlotte-, quienes la “normalizan” a través de la negación de su diferencia; otra, la de un hombre foráneo y experimentado, Ludovico D´Andrea, cuya comprensión más amplia no solo reivindica a Charlotte sino que la ama en su alteridad, al punto de incluso respetar su deseo de abandonarlo a él y, junto con esto, la realización a través de una vida marital feliz como ideal esperable en una mujer “normal”.
A grandes trazos las discusiones bioéticas respecto al tema de la discapacidad se dividen en dos grandes paradigmas: el “modelo médico” –para el cual la discapacidad es una disfunción corporal que la ciencia médica estaría a cargo, si es posible, de reparar o mejorar- y el “modelo social” –para el cual la discapacidad surge de un acoplamiento precario entre un cuerpo físico con características inusuales y su entorno social, material y/o tecnológico (Kukla, 2016: Unit 5 “Disability”). Un modelo alternativo es el de Shakespeare quien propone tomar en cuenta una combinatoria de ambos factores –la constitución física y/o mental y el contexto social- para un apropiado abordaje del problema de la discapacidad. [2] No minimizamos en absoluto la consideración de impedimentos físicos o mentales de hecho y el valor de los aportes de los avances científicos para mejorar la calidad de vida de quienquiera sufra en algún sentido una deficiencia de este tipo, si bien, en cierta medida, este es el caso de todo ser humano de cualquier condición (Kukla, 2016: Unit 5 “Disability”). No obstante, nos interesa aquí analizar la influencia fundamental de categorías que operan en automático desde el contexto social y cuya modificación y ampliación permitirían no solo a la aceptación e inclusión de quien tiene habilidades diferentes sino al descubrimiento, a través de este tipo de experiencia, de una belleza de otro orden, invisible en principio al sentido común. [3]
Para esto la ética platónica nos proporciona útiles elementos conceptuales de análisis. Sin abandonar la natural admiración griega por la belleza corporal –entendida la belleza fundamentalmente como armonioso orden y proporción-, Platón rompe la necesaria conexión cultural establecida entre la hermosura física y la perfección moral (el ejemplo clásico es el de Tersites, cuya deficiencia física –ser chueco (pholkós)- implica necesariamente que es malo; Ilíada 2.217; Laes, 2016: 11, 15; Samama, 2016: 130) a través de su concepción del cuerpo y de la virtud del alma. [4]
Por un lado, si bien también para él un cuerpo bello es el primer disparador de la atracción física (Banquete 210a), no obstante, este primer impulso y aquello que lo genera puede operar ya como obstáculo, ya como vehículo de la actividad inteligente del alma (ver Fierro, 2012; Broadie, 1997). Para que esto último sea posible se requiere de una “sana” armonización de las tres principales fuentes de motivación –las llamadas “partes” del alma: lo apetitivo, lo fogoso y lo racional (ver República IV; Fierro, 2008). El proceso de educación temprana propuesto en los libros II-III de República está dirigido a lograr que los apetitos y la fogosidad de origen corpóreo (nuestros aspectos irracionales) estén apropiadamente direccionados y regulados a través de un correcto proceso de habituación a fin de permitir la conducción de nuestra existencia hacia lo mejor a través de la discriminación reflexiva de la racionalidad (ver C. Gill, 1998 sobre las similitudes al respecto entre la educación moral de Platón con la teoría de la virtud de Aristóteles). De este planteo surge el concepto de una belleza de otro orden consistente en una armonía interna, la cual requiere un adecuado uso del cuerpo propio y de constructiva canalización de los deseos que los cuerpos bellos pudieran suscitar. Pero Platón establece, además, una ruptura aún mayor respecto al concepto de belleza física al elegir como héroe de sus obras a Sócrates -el hombre “más justo” y “más sabio” de su tiempo (Carta VII, 324e; Apología 21a)-, de quien, a la vez que señala su notaria fealdad, de acuerdo a los parámetros usuales (Teeteto 143e), lo presenta a su vez como el mayor seductor y más codiciado objeto de deseo de jóvenes bellos como Alcibíades (Banquete 222a-b). Para la comprensión y amor por esta belleza que supera e incluso mitiga el esplendor de la hermosura meramente física es necesario el desarrollo de un ojo avizor, a la manera del filósofo, el artista o el enamorado (Fedro 248d), que permita una reconsideración y ampliación de la perspectiva habitual. Aunque este tipo de comprensión en su expresión máxima y más abarcativa queda reservada para Platón para el dialéctico, es en cierta medida realizable en todos los miembros de la comunidad a través de una paideía apropiada.
Estas discriminaciones conceptuales nos permiten reflexionar sobre la cuestión de la discapacidad en el caso de la joven Charlotte en De eso no se habla. Desde una percepción de la belleza que la reduce a ciertos parámetros acotados que atañen, por otra parte, solo a lo físico, Charlotte es anormalmente fea, deforme, y solo consigue una hipócrita inclusión en la sociedad por medio del silencio respecto a sus diferencias físicas, el cual es impuesto por su madre, gracias al poder que detenta. En cambio la llegada del galante y experimentado Ludovico al pequeño pueblo implicará una verdadera revolución al respecto. Desde una visión más amplia y libre de los escrúpulos pueblerinos el extranjero no solo aprecia la belleza corporal de Charlotte sino que además ama sus capacidades morales e intelectuales, y, sobre todo, lo enamora la contemplación secreta de su amada en el despliegue de su mayor pasión, la de cabalgar. Es decir, en términos de la ética platónica, no solo descubre una nueva faceta de B1 sino que su amor lo lleva a incursionar en la captación de B2. Esta apreciación distinta la demuestra Ludovico en la práctica a través de un accionar totalmente opuesto a lo esperable que escandaliza a los miembros de la comunidad: la de resaltar y elogiar como bueno, en lugar de ocultar como malo, la alteridad de Charlotte. Esta nueva perspectiva transforma la supuesta discapacidad de Charlotte en una capacidad diferente, y pone sobre el tapete, en cambio, la limitada comprensión de aquellos que permanecen aferrados a la seguridad de sus prejuicios.
Constituye este así, creemos, un buen ejemplo para reflexionar, sirviéndonos de categorías de la ética platónica, sobre la influencia del contexto a la hora de rubricar a alguien como “discapacitado” y sobre cómo podrían modificarse y mejorarse parámetros acotados de consideración al respecto, que se hallan arraigados en el tejido social e incluso, quizá, en nuestra estructura mental humana.
Bibliografia
Broadie, S. (2001). “Soul and body in Plato and Descartes”. Proceedings for the Aristotelian Society no. 101: 295-308.
Burnet, I. (1901-7). Platonis Opera, Oxford.
Fierro, M.A. (2013). “Two conceptions of the body in the Phaedrus”, G. Boys-Stones, C. Gill & D. El.Murr (eds.), The Platonic Art of Philosophy, Cambridge: 27-50
Fierro, M.A. (2008). “La teoría platónica del éros en la República”, Diánoia, vol. LIII, no. 60, Instituto de Investigaciones Filosóficas, 21-52
Gill, Ch. (1997). Personality in Greek Tragedy and Philosophy, Cambridge.
Kukla, R. (2016). “Unit 5: Disability”, Internet course “Introduction to the Bioethics”, Georgetown University (GeorgetownX: PHLX101-03x Introduction to Bioethics).
Michel Fariña, J.J. (2012). (Bio)ética y cine. Tragedia griega y acontecimiento del cuerpo, Buenos Aires.
Laes, C. (2016). Disability in Antiquity, Cambridge.
Luna, F. & A. Salles (2008). Bioética: nuevas reflexiones sobre debates clásicos, Buenos Aires
Nussbaum, M. (1999). “La ética de la virtud: una categoría equívoca”, en Areté, vol. XII, núm.1-2, 573-614.
Samama, E. (2016). “The Greek vocabulary on disability”, en Laes (2016: ).
NOTAS
[1] Según la definición médica del DRAE: “enanismo: 1. Med. Trastorno del crecimiento, caracterizado por una talla muy inferior a la media de los individuos de la misma edad y raza.”
[2] “I want to aggregate an even more diverse set of approaches that
rely on a realist or critical realist ontology and seek to establish a relational
understanding of disability. Many of the researchers within the
Nordic countries adopt this perspective, and I am happy to locate myself
in this emerging tradition which seeks to provide adequate empirical
evidence on how disability arises as a complex interaction of factors. To
offer a crude headline, people are disabled by society and by their bodies
and minds. (Shakespeare, 2016: 5; mis itálicas).
[3] Un excelente ejemplo al respecto es el testimonio del fotógrafo Rick Gidotti en el Panel sobre “Disability” en The Kennedy Institute of Ethics (Georgetown University, febrero de 2017 https://kennedyinstitute.georgetown.edu/) sobre cómo, tras fotografiar a famosos modelos y actores habitualmente considerados símbolos de la belleza, su ojo artístico le permitió también descubrirla -y hacer que otros la descubran a través de sus fotografías? en sujetos habitualmente considerados como feos por sus supuestas deficiencias físicas, tales como personas albinas, con manchas en la piel, enfermedades que alteran el tamaño de sus miembros, etc.
[4] En el caso de Platón nuestro intelecto posee de modo innato la capacidad de percibir tanto una instancia sensible y manifiesta de lo bello (B1) como los distintos grados de belleza de creciente des-instanciación (B2: la belleza de las almas; la de las normas y hábitos; la de las ciencias; la belleza en sí, pura, absolutamente des-instanciada; Banquete 210a-212a). No obstante, para B2 se requiere un entrenamiento especial para desarrollarla plenamente –tal como la educación inicial propuesta en República II-III y la educación superior descripta en República 7 (ver Fierro, 2007). Desde un planteo con bases filosóficas muy distinta esto presenta similitudes con la propuesta de la concepción evolucionista de la belleza según la cual nuestro cerebro ha evolucionado para percibir automáticamente ciertos rasgos como bellos –en tal sentido es una capacidad innata y no está en el “ojo del observador” (ver https://www.ted.com/talks/denis_dutton_a_darwinian_theory_of_beauty?language=es#t-909937)?; esto no contradice, no obstante, que, como en la concepción platónica, esta capacidad innata pueda desarrollarse en mayor o menor grado para lo cual el modo en que interviene para ello el contexto cultural sí sería un factor determinante.
Interesante análisis. Invita a pensar en el posicionamiento desde el que se etiquetan las "discapacidades", las "anormalidades", incluso la "belleza" misma y las intervenciones con la intencionalidad correctiva. En mi caso, relacionándolo con temas que son de mi interés, me guardo el link a esta publicación para tenerla como referente.
Es un analisis interesante a la hora de ver la imagen de discapacitado. Como ese termino descalifica a una persona que puede tener todas las capacidades para superarse. El tema de la discapacidad es muy importante de abordar como futuros profesionales y creo que debemos estar capacitados y formados ya que es un tema que merece ser tenido en cuenta por nosotros psicologos en formacion. Me gusto mucho el analisis y la mirada desestimatizadora que permite incluir a todos. Gracias por este trabajo muy buena exposicion y argumentacion. Califico excelente! 10 diez!
Película:De eso no se habla
Titulo Original:De eso no se habla
Director: María Luisa Bemberg
Año: 1993
Pais: Argentina
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