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¿Morir antes de nacer?: Una mirada psicoanalítica acerca de algunas consecuencias psíquicas del modelo predictivo de la Bioética

por Balzarini, Marco Máximo

Universidad Nacional de Córdoba, Argentina

Resumen

Este trabajo intenta demostrar consecuencias psíquicas del desconocimiento del inconsciente por parte de la ciencia en su afán de predecir aquello que se dirime en un terreno que tiene que ver con la ética. Ética y ciencia, dos términos antinómicos, que funcionan como en un armado especular donde tiene lugar el enfrentamiento. Dos caras de una misma moneda, pues si hay una no se ve la otra, que este trabajo intenta ilustrar con un episodio de una serie polaca lanzada por Netflix inspirada en Black Mirror. Se concluye que mientras la bioética se sostenga del avance científico, y este de la mano con el capitalismo, producirá la muerte simbólica antes del nacimiento. La ciencia podrá comprobar 99% de sus conjeturas, pero desconoce un 1%, relativo al inconsciente, de lo cual resulta la muerte incluso antes de nacer.

Palabras clave: ciencia | procreación | muerte | inconsciente | Bioética

Actualmente, el avance de la ciencia, sostenido por la acumulación de estadísticas en torno a enfermedades inventadas y comprobadas por su propio método, se corresponde con el aumento de credibilidad de parte de los seres hablantes. Tal creencia produce serios problemas y angustias de las más diversas. Es que la predicción futurista sobre el cuerpo, resultado de la administración de tests estandarizados, parece otorgar el derecho a decidir sobre la experiencia subjetiva. Ilusiona así con el ofrecimiento de un saber, incluso antes de conocer al sujeto, sobre la verdad que lo determina.

A partir de cuatro episodios breves, Netflix ha lanzado Czarne Lusterko, la serie polaca inspirada en Black Mirror, dirigida por Hucz y Jurkowski, y producida en 2018. Uno de estos episodios, de la tercera temporada, se titula “1 %” e “introduce en apenas 15 minutos cuestiones cruciales de bioética: tecnología aplicada a la reproducción humana, sofisticados test predictivos y farmacología para interrupción de embarazos avanzados” (Laso y Michel Fariña, 2018, p.1). La ideología cientificista aliada al biopoder del Estado se puede ver en dicho episodio.

Parece que pueden controlarlo a todo. Incluso aquello que hace a la vida, es decir lo no posible de ser traducido por la palabra, se vuelve posible. Una empresa delirante, que deja afuera a la vida. Como indican Laso y Michel Fariña (2018), se alienta la ilusión de que saber y ser quedan superpuestos sin resto. Vieja ilusión de poder y control al servicio de la sociedad capitalista, que cambia el rumbo de la ciencia, pues si su característica es la posibilidad de ser falseada, el capitalismo la vuelve irrefutable para su uso biopolítico. “Sus conjeturas pasan a ser certezas, y las probabilidades pasan a ser predicciones” (p. 1).

Este capítulo pone en evidencia, ya desde su título, una idea que cuestiona tal sueño de la ciencia, que desconoce el resto no simbolizable. 1% porque el resto existe, es vida. No hay 100%, hay un fuera de sentido y el discurso humano lo atestigua, pues de ahí que hablamos, que una palabra se articula con otra. Eso real de lo que se habla está perdido en el lenguaje. Eso aparece de manera sorpresiva, contingente y toca el cuerpo. Eso Lacan le llamó parlêtre. Singularidades no saturables por lo simbólico, ni por lo biológico. Es lo no controlable, lo que escapa al cálculo político. Es el 1%.

De acuerdo con Laso y Michel Fariña (2018) la empleada a cargo de tomar los tests a las mujeres embarazadas representa el biopoder burocrático, que transforma una probabilidad estadística particular –probabilidad de la que incluso se cuestionan los argumentos para erigirla– en la determinación sobre un singular, sin contemplar que este pudiera estar dentro del 1%. Ese 1% se vuelve aquí el nombre de la singularidad que queda anotada como cifra, es decir, como intento de hacerla pasar por el orden de lo calculable, como si no existiera “margen de error”. Se elimina así la brecha que introduce el no-todo, que tanto molesta a la ciencia. Rige la lógica por medio del uso de estadísticas, y se ignora la ética que se entreteje en el universo simbólico en el que habita cada ser hablante.

El capítulo nos permite concluir que partiendo de los resultados arrojados por el test predictivo, los padres, elijan lo que elijan, pierden a ese hijo. Sucede que en función de las predicciones se ubica a los sujetos en alguna clasificación. Y como el Estado está aliado con la ciencia, queda autorizado a hacer a su antojo con ese sujeto por nacer ya clasificado por la estadística como un potencial criminal. Jugar al adivino se vuelve el eje político. Pero va mucho más allá de un juego, es el no querer saber nada de eso que hace a la vida, es ignorar el inconsciente.

De esta forma, el hijo ya ha sido condenado: la prisión o no nacer. En este escenario futuro, el aborto está permitido, es legal y hasta parece justificado. La libertad para abortar se transforma en la obligación, en la única alternativa que el biopoder estatal le deja a esta pareja, que queda atrapada en un nivel alienante. Una pareja que deseaba un hijo termina convenciéndose de que hay que matarlo. El deseo se sobrepasa hasta convertirse en infanticidio porque aman demasiado el poder que a la ciencia le otorga la estadística.

La ciencia en vez de prevenir, lo que hace es producir enfermos, al presentar el criterio de humano deseable, común a la ratio, según un conocimiento que se desprende de sus propias resistencias. Como dicen Laso y Michel Fariña (2018) el episodio señala la paradoja de que la estrategia implementada por el Estado no previene la criminalidad, sino que la produce con su estrategia de nominación y segregación.

Lacan (2009) afirma que la procreación escapa a la trama simbólica, única trama con la que opera la ciencia. Que un ser nazca de otro no puede ser explicado en lo simbólico. LA impotencia lleva a la ciencia a un imposible de nombrar lo que no se sabe. La clasificación es la estrategia científica de lo que deriva la muerte como el sentido de la procreación. "La relación de procreación está implicada, en efecto, en la relación del sujeto con la muerte” (p. 440). Culpar al sujeto es mortificarlo.

La muerte es irrepresentable porque el objeto causa del deseo es siempre distinto al objeto que lo sustituye. El objeto causa del deseo no puede ser simbolizado, se vive como una pérdida de sí mismo y por lo cual una angustia real. La vida obliga a pasar de sustituto en sustituto, lo que significa pasar por nuevos objetos pero también por un proceso de idealización, de eternizar lo que se perdió. Esta idealización puede ser alienante, como la mencionada en el episodio, en donde el niño idealizado por la ciencia puede ahogar al niño que aun no nació. Y esta es la paradoja de la ciencia: mientras más quiere curar, más ignora, y por tanto más daño psíquico produce al punto extremo de la muerte.

Lo que se vive en la época en relación con la ética, la ciencia y la subjetividad exige re pensar las coordenadas de la intervención de un practicante de psicoanálisis. Vemos a diario en las noticias del mundo que la ciencia ofrece la posibilidad de diagnóstico pre-implantatorio con la selección de un cigoto sin una enfermedad genética conocida, donde la selección que se realiza le otorga un estatuto difícil de imaginar a los que son eliminados. También ofrece la selección de cigotos que tienen como objetivo lo que a veces se llama “bebés-medicamentos”, concebidos para permitir curar a un niño existente que tiene una enfermedad incurable o a quienes necesitan trasplantes específicos. Esto sin contar las reducciones embrionarias en caso de embarazos múltiples como consecuencia de procreaciones médicamente asistidas, que confrontan a los ginecólogos con la imposibilidad de imaginar el alcance de su acto y de la selección que realizan a pesar de ellos (Ansermet, 2014). Entonces están los que poseen genes deseables y los que no los poseen.

No conocemos la historia de esta pareja pero aunque la sepamos es algo en lo que ésta secretaria de la ciencia no se hubiese detenido en lo más mínimo. La ciencia, mientras más sabe más ignora lo vivificante. La acción de la secretaria del instituto médico de predicción prenatal muestra una manera de frenar lo insoportable que es aquello que es ignorado por la ciencia, a saber, lo real.

La modalidad cosmética, esa que pretende corregir aquello que se ve en la superficie, parece ser la preferida por la ideología cientificista. La vida se reduce a lo imaginario, a la imagen que depende de una coincidencia forzada con la que se extrajo de otros modelos. Haciendo equivalentes el ser y el resto, no tienen límites. Nada ignoran. Los límites de la ciencia prenatal predictiva no existen porque el inconsciente del médico es desconocido por lo cual opera en cada intervención. Y mientras esto pase, el ser estará siempre localizado en el órgano.

Podríamos interpretar que la imagen que devuelve el Otro está representada en este episodio por la ciencia, es decir, el espejo. Esta imagen que la ciencia devuelve es algo que perturba a los protagonistas: es una imagen negra, espejo negro, en polaco Czarne Lusterko. Se muestra la paradoja entre ciencia y ética, entre el saber que proviene del otro y la responsabilidad de autorizar el saber que proviene de lo singular, esos son los márgenes de esta decisión.

Esto muestra con mayor nitidez los problemas que la filosofía tradicional tenía con la ética. En “Ética a Nicómaco” Aristóteles presenta la idea de que habría un bien soberano con el que se alcanzaría el placer. En cambio, la ética psicoanalítica entraña el borramiento, el oscurecimiento, el retroceso, incluso la ausencia de la dimensión del bien y del mal hábito que constituye la ética que nos precede. La esencia del inconsciente se inscribe en otro registro. Toda exploración de la ética debe conducirse por lo real, no por lo ideal (Lacan, 2007).

Lacan arroja luz sobre el campo de la moral. “La experiencia del inconsciente revela que a nivel del principio del placer no existe el Soberano Bien que la filosofía propone para fundar una ética” (Laso y Michel Fariña, 2017, p. 17). El Bien rector es la Cosa, que deriva del latín “causa”, y en alemán das Ding. Aquello que el sujeto ha interpretado ante la falta de significante que cierre la estructura del Otro define ese objeto causa, no simbolizable, das Ding. Eso lleva al sujeto de las narices y marca una nueva medida en relación a la ética del Bien, más allá del principio de placer. En el episodio tendríamos derecho a ubicar del lado del Soberano Bien moral los postulados de la ciencia y del lado ético de das Ding al deseo de padre/madre. Dos terrenos que se enfrentan derivando en una situación donde la angustia de los padres es real.

Al contrario de la ciencia, los psicoanalistas no estamos orientados por lo ideal. Abrimos vías para encontrar la realidad que es para el sujeto la responsable de sus síntomas, distinto a quedarse con la realidad que ya ha encontrado la ciencia antes de empezar a investigar. La virtud no está en términos universales. Por eso, Lacan se pregunta:

[…] ¿qué significa nuestra ausencia en el terreno de lo que podríamos llamar una ciencia de las virtudes, una razón práctica, un sentido del sentido común? Pues, a decir verdad, no se puede decir nunca que intervengamos en el campo de ninguna virtud. Abrimos vías y caminos y allí esperamos que llegue a florecer lo que se llama virtud. (2007, p. 19).

Referencias

Ansermet, F. (2014). La muerte antes del nacimiento. Aesthethika, Revista Internacional sobre Subjetividad, Política y Arte, 10 (1), (6-15).

Hucz, M. y Jurkowski, J. (creadores). (2018). Jurkowski, J. (director). Czarne Lusterko [serie de televisión]. Polonia: Grupy Filmowej Darwin.

Laso, E. y Michel Fariña, J. (2017). El seminario de la Ética a través del cine. Buenos Aires, Argentina: Letra Viva.

Laso, E. y Michel Fariña, J. (2018). Distopías de la genética. Ética y cine. Recuperado de http://eticaycine.org/1-Czarne-Lusterko

Lacan, J. (2009). El seminario. Libro 3. Las psicosis. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Lacan, J. (2007). El seminario. Libro 7. La ética del psicoanálisis. Buenos Aires, Argentina: Paidós.



NOTAS





COMENTARIOS

Mensaje de Melina Binanca Jutkiewicz  » 31 de agosto de 2019 » melinabianca@live.com.ar 

¿Morir antes de nacer?: Una mirada psicoanalítica acerca de algunas consecuencias psíquicas del modelo predictivo de la Bioética (Czarne Lusterko- 1%) http://eticaycine.org/Czarne-Lusterko-1-3554

Me parece interesante como el autor recorta en el artículo, otras consideraciones en cuestión de ética que no me había planteado al ver el capítulo, demostrando las distintas e inagotables lecturas que se pueden desprender de un material audiovisual, produciendo reflexión a la población mundial y los alcances que puede tener una serie como Black Mirror de la cual se inspira la versión Polaca, en temáticas tan controversiales y polémicos hoy en día.
El autor plantea que se puede ver en el episodio la ideología cientificista aliada al biopoder del Estado, abriendo varios caminos por abordar. En este sentido, ¿se puede controlarlo todo, incluso aquello que no es posible de ser ? Es lo no controlable, lo que escapa al cálculo político, ese 1% que lleva el nombre del mismo, introduciéndonos en la temática de las probabilidades como certezas y la posible emergencia de una subjetividad. Coincido entonces en la inferencia de que “ ese 1% se vuelve aquí el nombre de la singularidad que queda anotada como cifra, es decir, como intento de hacerla pasar por el orden de lo calculable, como si no existiera “margen de error” “
Se hace mención en el artículo, a la figura que encarna la empleada a cargo de tomar los tests a las mujeres embarazadas, como representante del biopoder burocrático, que transforma una probabilidad estadística particular, en la determinación sobre un singular, sin contemplar que este pudiera estar dentro del 1%. Por otra parte, desde la perspectiva de esta sociedad particular que se muestra y su sistema determinista, resulta la categorización biológica del hijo como un destino infalible necesario, sobre el cual debe tomarse una decisión, ya sea de abortar o de separarse a los 6 años. Se deja entrever que este sistema eugenésico utilizado busca promover el desarrollo de la genética considerada mejor dotada y limitar el de los individuos considerados inferiores, como se observa claramente en el capítulo cuando la administradora del test explica que al ver una potencialidad se le brindarán las herramientas para que progrese, al contrario del caso de los protagonistas a quienes se les informa que su hijo será aislado por el bien de la sociedad.
En cuanto al rol de la empleada que se destaca, me da a cuestionar su implicación en la situación y un planteo hipotético de la responsabilidad subjetiva. Podría existir un cierto circuito de la responsabilidad subjetiva que se puede inferir en este caso a partir de dos tiempos o partes del capitulo, que consta de un primer y segundo tiempo únicamente, dado que no se visualizan en el capítulo indicadores de un tiempo más, con un posible y acertado efecto de dejarnos a la tarea de interrogar sus posibles desenlaces, junto con reflexiones hipotéticas. ¿Acaso un títere del sistema, no debe responder por la falla? Puedo encontrar entonces, un primer tiempo donde dicho personaje cree tener certezas,convencido lleva a cabo rutinariamente las mismas acciones pertinentes a su trabajo sin cuestionar la finalidad del sistema, lo cual deja ver en sus argumentos sobre la eficacia del 99%, “el sistema siempre funciona”, “ha funcionado eficientemente x 30 años”. En esta primera parte del capítulo entonces, se presenta como instrumento, como parte del sistema, ella se encuentra alienada por un universo moral particularista en tanto pretenden imponer como universal su concepción particular respecto a la crianza, la filiación y políticas. El sistema al cual ella pertenece se presenta como un universo cerrado, el cual no tiene en cuenta el eje universal-singular, la subjetividad y el deseo de los padres, así como aplasta toda singularidad que emerja en situación. Ya en un segundo tiempo, hay ciertos indicadores situacionales de que su acción adquiere un sentido diferente al inicial, yendo más allá de lo esperado, cuando encuentra un error del sistema que revela la inconsistencia de sus certezas. Ese 1% de error que se presenta como una singularidad en situación, algo que escapa de su control, la excepción, es contemplado dentro del universo en tanto se manifiesta que tal error es posible, pero aplastado en función de un universo totalizador no sólo en términos estadísticos. Algo de la situación la interpela, se puede pesquisar en los detalles cómo su creencia y seguridad inicial tambalean. Al final del capítulo podría interpretarse como la expresión en su rostro de un sentimiento de culpa. "La culpa se constituye así en el reverso de la responsabilidad. " (Fariña y Gutiérrez.1996). Junto con estos indicios de culpa, que surge de haber cedido en su deseo en función de someterse a un Otro o Autoridad, en este caso el sistema del cual ella es una funcionaria, en tanto lleva a cabo sus acciones bajo la obediencia a un Otro, evitando asumir la responsabilidad subjetiva, se puede pensar que si así sucediera, “dejarse interpelar es desanestesiar la desresponsabilización que crea la obediencia” (D’Amore; 2006), y que obedecer sin cuestionamientos a una autoridad, podría implicar la desresponsabilización. Dicha responsabilidad podría llegar a ponerse en juego respecto a ese 1% que el universo intentó aplastar pero finalmente se hizo notar. Se puede poner en juego en el sujeto una responsabilidad respecto a la situación que sea meramente moral, sintiendo culpa respecto a la situación; o desde una posición ética el sujeto puede confrontarse con la responsabilidad subjetiva.



Mensaje de Leonardo Sosa  » 31 de agosto de 2019 » leonardosdc0612@gmail.com 

“En la farmacia puedes preguntar, venden pastillas para no soñar…” (J. Sabina)

A partir del capítulo indicado el comentario plantea un versus entre Ciencia y Ética. En consecuencia, establece una bifurcación práctica y teórica entre ambas. Las supone dos modalidades de aproximación diversas a lo que considera “vida”. Del lado de la Ciencia, ubica a la bioética articulada al poder, a la biopolítica, al servicio de la dominación, del control, del orden y de su propia conservación. En ella habita el sujeto del conocimiento, el que se dirige heráldico a su objeto a conocer, adornado con las medallas de confiables y válidos métodos predictivos, provisto de incisivos instrumentos de recopilación de datos. El científico positivo, empirista, el que en sus ceremoniales objetivantes mide, calcula y confecciona las reverenciadas estadísticas de las que el poder se sirve para sus fines. Paradoja singular, lo que este sujeto ignora es su propio peso en la noción de objeto que maneja. Ignora el inconsciente que lo prefigura. En pos del Hombre de Vitrubio, de ese universal fantaseado hasta los límites de lo perverso, lo singular se esfuma, desaparece. Con ello, la biopolítica proclama su sermón: Sea un acto burocrático más para la foto del diagnóstico, venga la aplicación de tal o cual test, hágase éste o aquel análisis de sangre, llene las encuestas, rinda ese examen en la academia, complete los formularios, vaya a votar, etc. Claro que hay lugar para licencias, y para algunas torpezas también. En ese rumbo, con los tropiezos esperables de una hazaña tan arremetida, la Ciencia Positiva sale de pesca y despliega redes en el mar de sus objetos predilectos: los cuerpos y las mentes de las ciudadanas y ciudadanos del mundo libre. Objetalización, objetivación, objetivismo, todo es un objeto de conocimiento, todo se sabe, se puede predecir y controlar. No queda lugar para lo insondable del Sujeto. La muerte simbólica ya está paga.

Del otro lado, la Ética. La responsabilidad de autorizar el saber que proviene de lo singular. La verdad subjetiva, esa vertida en los andariveles, no del objeto a conocer, sino del sujeto deseante, el que se pelea con su propio goce, que no es otra cosa que un quiste nacido del goce del Otro, del científico-burócrata, del que sabe y controla. En ese plano, el psicoanálisis aparece como una herejía a los fines del progreso y el encanto cientificista. La subversión del sujeto a la que apunta es la rebelión temida de los goces impuestos e imperantes. Ética orientada por el deseo, motivada por la asunción de la existencia del inconsciente. Dirigida al Sujeto, al que tiene una verdad que decir. Instilada por el reconocimiento de la pulsión como aquello que dice que en el Sujeto hay palabra y hay goce. Que lo imposible es posible, y que lo innombrable existe, es real.




Película:1% Czarne Lusterko

Titulo Original:1% Czarne Lusterko

Director: Jan Jurkowski

Año: 2018

Pais: Polonia

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