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Buenos pensamientos, buenas palabras, buenas obras un horizonte moral en quiebra

por Domínguez, María Elena

Universidad de Buenos Aires

Resumen

Bohemian Rapsody nos posibilita echar una ojeada en ese señuelo de masas que produce el cine a la emergencia de una singularidad, a cómo la vida de Freddie y de Queen se entrecruzan para hallar un nuevo hacer con el mandato paterno soportado en el ejercicio del amor.

Palabras Clave: singularidad | moral | ley | amor

Good Thoughts, Good Words, Good Works

Abstract

Across the mass lure that cinema produces, Bohemian Rapsody enables us to take a look at the emergence of a singularity and at how Freddie’s and Queen’s life intersect to find a new make action with the paternal mandate supported in the exercise of love.

Keywords: singularity | moral | law | love
 

Las cosas más importantes son las más difíciles de decir
STEPHEN EDWIN KING

El mandato paterno de Farrokh

Freddie Mercury, tal como plantea el film, toda su vida se debatió en cómo responder al mandato paterno, el de su propia familia, que es el título nuestro escrito: “buenos pensamientos, buenas palabras, buenas obras”. Frase que le repetía su padre, sin cesar, cada vez que Freddie insistía con sus salidas nocturnas a escuchar música en los pubs de Londres. Sin embargo, para lograrlo debía primero poder elegir, pero por sobre todo aceptar y descubrir quién quería ser y cómo llevarlo a cabo, a su manera, por cierto. Claramente no por la vía de ser un buen boxeador, ni un joven criado en un internado que respondiera a lo esperable de su cultura de origen sino un intérprete. Ahora bien: ¿interprete entendido como cantante, tal como se define al comienzo, interpretar dicho mandato o interpretar las señales que encuentra cuando escucha la vía del deseo? Así se lo anuncia a Mary cuando le pregunta qué siente cuando está en el escenario: “Cuando sé que la gente me escucha, cuando tengo toda su atención no podría desafinar. Soy justo la persona que siempre quise ser no me asusta nada. Sólo me siento así cuando estoy contigo”. Freddie halló ahí una casa en donde sentirse cómodo para crear-se.

Se abre ahí en el inicio del film la posibilidad de leer la obra por él creada con Queen como una tragedia griega. No sólo porque conocemos el final de entrada, en especial los espectadores fanáticos de la banda, sino porque es la bella Mary Austin la que va anunciando lo que acontecerá. Ella nos anticipa la vida de Freddie en esa historia de amor y desamor diciéndole amorosamente: “vas a hacer cosas grandiosas”. Y él incluyendo a su musa –sin la que cree no poder hacer nada– agrega “vamos a hacer cosas grandiosas”. Pero ello no lo exime de la constante búsqueda: ser aceptado, ser una familia, tener una familia, un amor más allá del de Mary el cual sabemos lo acompañará toda su vida.

La identidad… ¿sexual?

El cambio de nombre de Farrokh Bulsara a Freddie Mercury indica el comienzo de Queen, algo que no se puede encasillar porque nadie sabe lo que significa, ni ellos mismos. Un nombre tan extravagante como él, desliza en algún segmento. Un reinado en la música se anticipa. El desafío del segundo álbum con la idea de introducir la ópera lo demuestra no es sólo su voz, inconfundible, por cierto, sino el interjuego entre los integrantes de la banda lo que opera en ese “misterio” [1]. La obra maestra que producen lo inaugura. La letra de Bohemian Rapsody nos pone en la pista de ello. Un poema épico anuncia la tragedia griega: “¿Es esto la vida real? Es ¿sólo una fantasía? Atrapado en un derrumbamiento. No hay escape de la realidad”, ¿pero cuál? La de la banda, la de la canción o la de la propia vida del Freddie? La letra sigue: “Abre tus ojos. Mira los cielos y observa. Soy solo un pobre muchacho. No necesito compasión Porque soy buena gente. Un poco arriba, poco abajo. Voy donde sopla el viento. Realmente no tiene importancia para mí…” La moral aún lo persigue en sus elecciones y las guían en una constante lucha contra ellas, hasta transgredir las normas vigentes en el mundo de la música.

Pero el que no tenga importancia eso para él ¿será realmente así? Si bien fue una producción conjunta ciertos significantes que se incluyen son propuestos por Freddie: Sacaramuche, Figaro –personaje principal de la ópera el Barbero de Sevilla– o Bismillah término árabe que implica en el nombre de Alá, Bismila. Ópera, rock, religión se unen en lo que apunta a producir una canción con el impacto de la tragedia griega, una experiencia musical. Así ellos la definen. ¿Una búsqueda de respuesta al mandato, una interpretación posible? Pareciera que no. Freddie aún no ha leído lo que dice la letra. Se encuentra perdido en saber y mostrar quién es más allá del instante en que se encuentra arriba de un escenario. Y es que por un lado, el disco y la canción Rapsodia Bohemian, descubren un nuevo Freddie y al verdadero talento de Queen en la idea de que la poesía es para quién la escucha y arruina el misterio cuando se la explica. Ello deja a un joven Freddie desorientado u orientado a intentar explicar los deseos sexuales que se le presentan en su actuación.

Open your eyes” o en la traducción “abres los ojos, miras a los cielos y ves solo soy un pobre chico, no necesito compasión porque tan fácil como vengo me voy…”. Y así, es después de haberle dado un anillo de compromiso a Mary y luego de la gira en la que ya había tenido esporádicas relaciones homosexuales. Él le dice a Mary a su regreso, toda la noche no supe si entendieron algo de lo que dije y, entonces en Río cantaron, Love of my live, canción escrita y dedicada a ella y agrega porque es cierto que eres el amor de mi vida. Él se ve en la televisión azorado ante unos otros, extraños que comparten su poesía y parecieran entenderla, a su modo claro. Ella le pregunta ¿Freddie, que ocurre? De allí que confiese: “creo que soy bisexual” ella le dice “Freddie eres gay”. “Lo sé desde hace tiempo pero no quería aceptarlo. ¿Qué quieres de mí?” Abrumado contesta: “Quiero casi todo, te quiero en mi vida, creemos el uno en el otro y eso lo es todo para nosotros”. Y le ruega que no se quite el anillo. Mary lanza la frase “tu vida va a ser muy difícil”. De nuevo se erige como oráculo. Y deja a un Freddie desvalido.

¿Una singularidad?

Luego de una fiesta sin su familia: sin la banda y sin Mary. Freddie se queda solo y se produce una charla con un mozo. Ahí habla de que esas fiestas son una distracción de los momentos intermedios, entre una composición musical y otra. Uno podría pensar una gran familia comprada por un rato. Confiesa no saber qué hacer con los momentos oscuros, el mandato paterno no lo dice o él no lo puede leer al igual que su ópera rock. No sabe cómo obrar con su vida, para tener una buena vida. No obstante, Jim Hutton, quien será su última y única pareja luego de Mary le da la pista: “los momentos oscuros los paso con verdaderos amigos y creo que necesitas uno. Sal a buscarme cuando decidas que te gustas a ti mismo”.

Mientras tanto Paul constantemente interfiere en los mensajes oraculares de Mary. Y como Creonte Freddie oye a ese ¿nuevo oráculo? Pensando que es su salvación y sigue todo lo que él dice, haciendo todo al revés de lo deseado. Esto le es señalado por su antiguo manager portador de las palabras que lo condujeron al abismo al ofrecerle ser solista: “Despides al traidor equivocado”. Paul niega que fue él quien quiso separarlo y separar a Queen, su familia como dice Freddie y las palabras se invierten su voy a cuidar de ti, promesa que le hizo a Mary le es hecha a él por Paul. Y Freddie cree que será así. Se halla en el camino de los malos pensamientos y obras al oír esas malas palabras. Transgresión a la norma paterna.

La grandeza de la tragedia

Paul intenta cerrar sus ojos, manejar su vida y no le deja llegar las señales oraculares de Mary. Tal es así que ella se aparece y lo encuentra en un estado deplorable pero por suerte Ella aparece como su salvadora, otra vez, para ponerlo en la pista del deseo. Le dice: “te llamé no contestabas, ayer tuve un mal sueño”. Al ingresar a la casa y ver los restos de drogas y alcohol de la fiesta anterior Freddie se excusa: “ser humano requiere un poco de anestesia. Te extraño. Quédate conmigo”. Ella le dice que no puede que está embarazada y Freddie se enoja preguntándole qué hizo y le dice esto no tiene nada que ver contigo. Luego le dice que Jim (Miami) lo estuvo llamando por Live Aid. He allí la palabra mágica: un ayudar a vivir, una ayuda a vivir para Freddie. Un concierto que requería a Queen, su presencia.

Una nueva fiesta llega con Paul a la casa y Freddie corre a oír el oráculo de Mary: “Intentabas decirme algo pero era como hablar con mi padre (su padre era mudo) intentabas decirme algo pero no podías porque no tenías voz”. La sigue y se alegra por el embarazo y confiesa que tiene miedo. Freddie se da cuenta de la pérdida de su voz, antes era oído por alguien, ahora, engañado y sus dichos sólo transformados en órdenes desordenadas. Mary le dice que “pase lo que pase eres amado por mí y Brian, John y Roger eres nuestra familia, es tu familia. Eso alcanza. Ven a casa”. Esas palabras conducen al acto que produce un nuevo sujeto. Deja de una vez a Paul diciéndole que no lo quiere más en su vida. En un último intento por retenerlo Paul exclama “por ser el último que queda me culpas”. “No!”, exclama Freddie “me culpo a mí mismo” y se va bajo la lluvia y la amenaza que le profiere su antiguo compañero de trabajo y amante: “sé quién eres Freddie Mercury”.

Freddie aún no lo sabe, pero sí sabe que no es ese que cree Paul. Así lo expresa “¿sabes cuándo te das cuenta que estás podrido? cuando hay moscas vienen a devorar lo que queda, pero acá queda poco por devorar. Vuela no quiero verte más”. Y Freddie vuelve a la familia pese a la extorsión sobre revelar sobre sus amantes. Él ya no es el de las fiestas.

La función paterna hace su entrada, no es ya la metáfora paterna que consiste en que la ley paterna sustituye al capricho materno con la aplicación de la ley pero no de manera automática ni arbitraria. Jacques-Alain Miller en su Lectura del Seminario 5 de Jacques Lacan señala que en un momento hace falta el padre que dice que ‘ no ’. Contra eso se reveló toda su vida Freddie. Reino de la transgresión a la norma automática. No obstante, este Seminario da cuenta del padre que dice ‘ ’. Es que el padre lacaniano es el que dice sí. Un sí que “es mucho más importante, más prometedor que su no. Por supuesto hace falta que diga que no, ya que si no lo hay, no puede haber sí. Pero el sí es precisamente lo que permite lo nuevo (…) el amable Nombre del Padre [2]. Un padre que sabe ir más allá de la ley donde hace falta, evitando el horror de su automatismo.

De allí que llame a su encarnadura pues cuando la ley funciona sola no hay encarnadura. El movimiento que irá haciendo Lacan será el del desplazamiento de esa función, “propia” del padre simbólico, al padre real que tiene en cuenta el caso singular. Es que “un significante, aun cuando sea un significante amo, no puede regular el automatismo significante ni ponerle límite, no puede [en suma] sustraerse a la ley del significante [3]. De modo tal, que hallamos una “depreciación” [4] del significante del nombre del padre, del carácter inerte del significante, de la función mortífera de lo simbólico, quedando el padre simbólico asimilado en sus funciones restrictivas al padre muerto freudiano, siendo, de esta manera, el padre real el que asume esa función de regulación, un padre que, contrariamente al simbólico, es un padre vivo, deseante. Y ese deseo de vivir es lo que pudo interpretar, finalmente, Freddie de ese decir paterno que se le presentaba como un No mortífero de su ser.

Pasaje de la moral al quiebre de su horizonte

Entre las pocas frases que le oímos al padre de Farrokh –tal como le gusta llamarlo–para no olvidar sus orígenes, sus creencias zoroastristicas que lo enorgullecían y sostenían a su familia. Leemos como la moral de su religión intenta marcar un horizonte en la vida de su hijo. Un hijo que quiere volar con alas propias y sentir el viento en su cara y que se mueve por arriba y por debajo del mismo pero no logra quebrarlo del todo. La familia es importante para Freddie pero a su modo.

Por fin expresa su deseo: quiere entrar al concierto Live Aid, reconectar con la nave nodriza, hablar con la banda pues son familia y todas las familias pelean todo el tiempo. Extraña eso. Pasaje de un niño pakistaní asustado que teme a la soledad a la familia como horizonte. Se reencuentra con su banda, lo perdonan, deciden tocar de nuevo juntos, no hay rencores. Encuentra a Jim, le demuestra a su padre quién es, ahora sabe hacer con su mandato participando del concierto, logra que su padre se sienta orgulloso de él. Halló una familia, la de origen que lo valora por cómo es, recuperó su familia elegida, sus dos amores: Mary que sigue portando su anillo y Jim. Pudo leer su poesía luego de años de haberse perdido. Un nuevo Freddie surge, una singularidad se recorta, se lee, se produce y nomina y nos es dada a ver en el concierto. Ciertamente a partir de ese padre real. De allí que exclame Yo soy Freddie putas Mercury, Brian agrega una leyenda. Y Freddie concluye todos somos una leyenda. Sigo amándolos. Ha descifrado el amor. El universo se ha ampliado, un sujeto nuevo se produce en acto, un acto en soledad que no por ello deja de afectar a aquellos que los rodean, transformándolos. Pero la brecha abierta pronto se cierra y el universo ha engorado su predicado y Live Aid consigue su meta con Queen cuatro inadaptados que no pertenecemos a esos inadaptados; somos familia. Eso es Queen.

Referencias

BADIOU, A. (2004). El cine como experimentación filosófica. Pensar el cine 1, (pp. 23-90), Argentina, Buenos Aires: Manantial.

DOMÍNGUEZ, M. E. (2008). Ética y singularidad: de lo particular del tipo clínico a lo singular del síntoma. En Memorias XV Jornadas de Investigación y Cuarto Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR: Problemáticas actuales. Tomo III, (pp. 410-413), Argentina, Buenos Aires: Facultad de Psicología. ISSN 1667-6750,

LACAN, J. (1957-58). El seminario. Libro 5: Las formaciones del inconsciente,
Argentina, Buenos Aires: Paidós.

LEWKOWICZ, I. (1998). P.U.S. Ética: un horizonte en quiebra, (pp. 59-65), Argentina, Buenos Aires: Eudeba.

MAZZUCA, R. (2004). Las antinomias de la función paterna. Cizalla del cuerpo y del alma, (pp. 355-408), Argentina, Buenos Aires: Berggasse 19.

MILLER, J. A. (1993). Cosas de familia en el inconsciente. Lapsus, Revista de Psicoanálisis Nº 3, (pp. 335-347), España, Valencia.

MILLER, J. A. (1998). Lectura del Seminario 5 de Jacques Lacan, ICBA, Argentina, Buenos Aires: Paidós.

MILLER, J. A. (2002). Biología lacaniana y acontecimiento del cuerpo, Argentina, Buenos Aires: Colección Diva.



NOTAS

[1En alusión a Freddie y su lugar de histérica. Soportando lo que es para él el misterio de la feminidad.

[2Miller, J.-A. (1998), p. 48.

[3Mazzuca, R. (2004), p. 373.

[4Ibíd.



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COMENTARIOS

Mensaje de Natalia Pedraza  » 31 de octubre de 2020 » nataliapedrazaj@outlook.com 

Excelente película y un muy buen análisis. Nos hace pensar en la historia de vida de alguien, que constantemente estaba buscando su identidad. Desde lo que muestra el filme, la segregación, el desprecio, la humillación acompañaban sus días, ¿por qué? por ser diferente, por sus rasgos, por procedencia. ¿Cómo sentirse bien con uno mismo, cuando todos te hacen ver que ser tú está mal? Preguntas de este tipo nos interpelan a pensar qué hacemos con los que nos rodean, si contribuimos o no a que puedan ser quiénes realmente son.
Nos queda pensar si como subjetividades vamos por la vida construyendo o destruyendo a las otra subjetividades. Muchas veces, somo nosotros quienes generamos los traumas de los otros y los alimentamos. Esa falta de empatía con la diferencia, esa imposibilidad de coexistencia prevalece en nuestras palabras y en nuestras acciones. Y no solo ocurre sobre los escenarios, especialmente, lo podemos apreciar en situaciones contingentes, como las que estamos viviendo actualmente.



Mensaje de Salma Ovejero  » 27 de octubre de 2020 » ovejero.salma@gmail.com 

Interesante artículo sobre una de las leyendas del Rock internacional como lo es Queen. Además de poder disfrutar de sus canciones, de su película, ahora lo hago con este análisis que enmarca varias cuestiones relacionadas con el ethos.
En este momento me encuentro realizando un trabajo sobre “El discurso del Rey”, por lo que me atención fue captada por el momento en donde Freddie pierde su voz. No solo por su afonía, cuestión que casi le cuesta el resto de su carrera, sino por la pérdida de su voz interior, de su verdadera voz. Tenemos a Paul decidiendo por él, alejándolo de su verdadera familia, de lo que Freddie quiere. Tenemos un mandato paterno que estaba en lucha con el verdadero ser de Freddie. Tenemos una voz hermosa que no podía desplegarse en su totalidad. El personaje de “El discurso del Rey” atravesaba por un proceso similar: apoderarse de esa voz, que además de serle ajena, le era propia. El rey Jorge VI era tartamudo y el film cuenta toda su travesía para poder, finalmente (y atravesando otras cuestiones y mandatos paternos), encontrarse con esa voz propia que no era propia del todo.
“Pudo leer su propia poesía luego de años de haberse perdido”, expresa María Elena, pudo escuchar su voz después de tanto silencio. Y qué placer para Queen, para su familia, para nosotros escuchar esa voz que tuvo más resonancia que ninguna. Y qué importancia es la voz en todas las cuestiones del ser humano. Y qué importante fue la voz de nuestro querido Freddie Mercury, en todos los aspectos en los que una voz puede serlo.



Mensaje de Nicolás Matías Romero  » 27 de octubre de 2020 » psiromero@hotmail.com 

Gran análisis de la película y vida de Freddie Mercury.
Martin Heidegger sostiene que “El lenguaje es la casa del Ser”, frase con claro eco en la obra de Lacan. Notamos que el uso que Freddie pudo hacer del lenguaje a nivel creador lo lleva a posicionarse en un acto que desafía la estética musical de su tiempo, “mezclando” dos géneros diversos en una obra elegida de entre las más notables de la historia: “Bohemian Rhapsody”. Diversas interpretaciones se han ofrecido a través del tiempo sobre esa pieza musical y su lírica (que nos convoca rápidamente a imaginar una tragedia griega con pinceladas de Post-Modernidad). Creo que otra lectura que podría contribuir al intento de comprensión (siempre fallido si busca alcanzar la certeza) es el objetivo de encontrar en ese canto un reconocimiento del Otro Materno, resultado no exitoso que lo empuja a la tentativa –fantaseosa- de desaparición (“Atrapado en un derrumbamiento…No hay escape de la realidad”). Es que el deseo no puede ser puesto en acto y la madre no lograría, al parecer, alcanzar a salvarlo. Es esa mujer que lo sostiene desde niño a la que él quiere convocar de nuevo…Pero, por otro lado, vemos que encuentra un señuelo por donde puede agarrarse del fino hilo de vida. Es que el juego con la lalengua –materna- que Farrokh Bulsara (nombre de origen del cantante) alcanza en esa obra logra ofrecerle una alternativa a esos intentos fallidos de posicionarse en el lazo social (“Mamá, acabo de matar a un hombre. Puse una pistola en su cabeza…Apreté el gatillo, ahora él está muerto…Mamá, la vida acaba de empezar”), donde iba cayendo, precipitadamente, en conductas de riesgo y daño para sí mismo.
Si al inicio de su recorrido artístico llega a decirle a Mary (su Otra gran Mujer): “Soy justo la persona que siempre quise ser, no me asusta nada. Sólo me siento así cuando estoy contigo”, es porque puede ubicar un reconocimiento femenino que logra sacarlo de la fría soledad de no poder ubicarse con su deseo en el linaje de su familia y el mandato paterno. En cambio, si al final vemos que Freddie vuelve a encontrar “una casa en donde sentirse cómodo para crear-se”, como bien señala la autora del artículo, es porque puede hacer con el lenguaje una vida menos gozosa, no dependiente del azar prioritariamente (como nombra al final de la canción: “Sople a donde sople el viento...”) y posicionarse con responsabilidad en su deseo ante las dos familias preciadas que logran sostenerlo: la del origen y la musical.



Mensaje de Leandro Nahuel Smerdel Zalazar  » 5 de octubre de 2020 » leandrosmerdel@gmail.com 

Gran película, gran análisis. Y los aportes de Alejandro Ariel con respecto a los pares conceptuales de estética-estilo y moral-ética pueden ser suplementarios.
Ariel afirma que la estética es histórica, por lo que está determinada según la época, a la vez que es la condición de posibilidad donde puede situarse la existencia de cada sujeto. Y que el estilo es la posición del sujeto frente a su soledad, frente a lo que está dispuesto a crear. Freddie rompe con la estética de su época, con lo esperable, con los estereotipos, por lo cual es discriminado, aunque lejos de inhibirlo, va creando desde los inicios de la película un estilo de manera muy convincente que se encuentra más allá de él mismo.
Para Ariel la moral, que se encuentra en la misma línea que la estética, es aquello pertinente a la conducta social de un sujeto entre otros, aquello que permite un ordenamiento del sujeto en lo social. Y en el caso de Freddie se presenta a través de lo esperable de su cultura y el mandato de su padre “buenos pensamientos, buenas palabras, buenas obras”, ya que él se posiciona en la vereda opuesta, no cree en esas palabras, a tal punto que le dice a su padre ¿y a dónde te han llevado? Se mantiene dentro del mismo universo simbólico, pero luego este se quiebra tras las palabras de Mary bajo la lluvia y se produce el acto creador ético. La ética, tal como afirma Ariel, es la posición del sujeto frente a su soledad, propone otro plano de existencia. Freddie se libera de sus amantes, de sus fiestas y de Paul aunque este último intente extorsionarlo haciendo público lo que sabe de él. A Freddie ya no le importa porque no es el mismo sujeto, ahora es uno que se acepta a sí mismo, se permite volar en soledad. Vuelve a casa y se posiciona sobre el mandato paterno ni a favor ni en contra, sino que le da otra vuelta, lo incorpora a su modo, y es lo que lo habilita a cumplir su deseo de participar de uno de los conciertos más grandioso de todos los tiempos, Live Aid.



Mensaje de Mailen Viland   » 4 de octubre de 2020 » viland.m@hotmail.com 

Seleccione este articulo en principio por el film, el cual me parece buen material para análisis. Ademas algo en el titulo del articulo me llamo la atención: Un Horizonte en quiebra.
Concuerdo con la autora y me parece un gran trabajo de presentación del film y articulación clínica. El quiebre del que se habla lo ubico en el eje particular, el mismo que se encuentra atravezado por el Universal -Singular. Es este quiebre el que abre la posibilidad de una nueva respuesta, digo nueva porque de no ser asi no habría un quiebre. Lo que requiere este quiebre es una nueva respuesta, una no preexistente, tal como lo expreso Lewkowicz, en su clase cuando abordó la paradoja, expresando que no hay respuesta adecuada dentro del universo y por tal es necesario abrir este. A la vez también dije, abre la posibilidad, ya que no necesariamente o mas bien directamente luego del quiebre surge la singularidad. Esta requiere del sujeto una respuesta en acto, un cambio de posición subjetiva , que como vemos Freddie hace, aunque luego de otros intentos. Pero una vez que responde en acto, ahora, desde el deseo que lo habita, se amplia el universo previo. Y de esto se desprende que el personaje logra responsabilizarse subjetivamente por su deseo y actual conforme al mismo



Mensaje de Enzo Iaciancio  » 2 de octubre de 2020 » enzoiaciancio24@gmail.com 

Tomo la misma película que en la actividad previa del mismo congreso, con el objetivo de desarrollar un poco más la idea planteada, esta vez tratando de articular con teoría. Freddie Mercury fue un personaje que rompió los paradigmas instalados en la época, tanto en lo musical como en la sociedad general, logró visibilizar una nueva forma de masculinidad, rompiendo con los patrones hegemónicos de aquellos años y que a pesar de todo, aún en gran medida se mantienen. Tomando el “Manifiesto Contrasexual” de Beatriz Preciado, se puede observar cómo la sexualidad constituye un entramado sociocultural, se construye en contexto y no es una condición fija de la persona. Siguiendo con esta apreciación puede pensarse que los roles de género también se construyen por la cultura y prácticas sociales, dando como resultado una gran cantidad de variantes que salen del binarismo. Se puede pensar que esta ruptura con lo socialmente establecido, comenzó con el cuestionamiento del mandato familiar, representado en la frase: “buenos pensamientos, buenas palabras, buenas obras”. ¿Acaso esta frase no está implícita en la normatividad social? Hay un mandato social de base, que establece cuáles son las buenas obras, los buenos pensamientos, que una persona debe cumplir para encajar en la sociedad y en el estereotipo binario hombre-mujer. El valor configurador y dominante de la masculinidad hegemónica nace con el discurso y es reproducido por las prácticas sociales, dificultando el proceso de cambio y moldeando las formas de vida en consonancia con el sistema patriarcal. En la película se puede observar cómo en cada etapa de la vida del protagonista, desde Farrokh hasta Freddie, se vio marcado por el no adecuarse a lo esperable, a lo normativo, de hecho, tuvo una pareja heterosexual durante años, pero en un momento cúlmine de su carrera, se atrevió a cambiar su rumbo, a ser quien sentía que quería ser, sin importar lo que dirían y las críticas recibidas. Por otro lado, Connel en “Masculinidades”expresa: "Reconocer que no hay sólo una masculinidad es el primer paso. También tenemos que examinar las relaciones entre las diversas masculinidades". Me parece que a lo largo de la película y de la vida de Freddie, quedó claro que hay muchas formas de “ser hombre”, rompiendo con la hegemonía patriarcal de lógica binaria.



Mensaje de Flavia Caserta  » 28 de septiembre de 2020 » fpc_1982@yahoo.com.ar 

Muy interesante la mirada del artículo e increíble película para apreciar de una forma muy clara lo que Alejandro Ariel menciona como el estilo de un artista. Allí se lo ve muy claramente a un Freddie Mercury en soledad, solo con su existencia luchando consigo mismo para aplicar su estilo único e inigualable sin dejar afuera su mandato paterno: “buenos pensamientos, buenas palabras, buenas obras”
Un artista que sin duda sirve de inspiración para muchos de nosotros que buscamos en nuestra vida el equilibrio de las creencias heredadas y nuestro aporte a este universo. ¿Cómo seguir ciertas normas culturales y familiares que pujan por ser satisfechas para nuestro placer pero entran en conflicto con nuestras pulsiones más íntimas, esas que nos hacen ser “únicos”?
¿Quién de nosotros no se encontró con este universo que se creía completo y nos obligaba a elegir entre estar a favor o en contra del “deber ser”? ¿Quién de nosotros no se sintió como este personaje tratando de ser lo que te nombraron? Nos encontramos tratando de ser como Farrokh con el vacío que eso implica. Automáticamente, al no lograrlo, sentimos que la otra opción es ser lo contrario, negar la otra parte del universo ¿Por qué acaso queda otra opción que lo que conocemos? Y allí cometemos las más increíbles locuras tratando de llenar algo que siempre está en vacío, tal cual nuestro artista nos muestra.
Y de repente nos llega, con suerte, ese momento en soledad con nuestra existencia, solos con nuestra obra, que es nuestra vida, si logramos traspasar ese momento podremos, quizás, lograr nuestra singularidad en situación dentro de ese universo conocido, lograremos encontrar nuestro estilo para dar nuestra impronta a esa vida heredada y encontrar, aunque sea por un momento, un equilibrio, y expandir los límites de lo hasta ahora conocido.



Mensaje de walter Dalmaso  » 16 de septiembre de 2020 » acquaesabone@hotmail.com 

Me encuentro en una pocision muy cercana y a su vez un poco sorprendido por la claridad y la profendidad del rsumen del film que figura en esta pagina, describe muy adecuadamente como se cruza la vida de un muchacho pakistani con infinito talento y una banda de rock que estaba en sus inicion, y como de este encuentro se genera una extraordinaria historia que revoluciono al mundo de la musica y dejo su legado por siempre.
En mi opinion y es de destacar, ya que no siempre sucede en la biografias cinematograficas, el film logra mostrar y resaltar el infinito talento de Freddy, a la vez que deja claro los prblemas existenciales por los que transitaba, como ser su sexualidad, los mandatos y cuestionamientos de su padre y los estereotipos de la epoca de como debia ser una estrella de rock y como debia comportarse, lo cual estaba muy alejado de la personalidad de este genio de la musica.
El film evidencia su coraje para enfrentar las estigmatizaciones sobre la homosexualidad y como logra desafiar los limites de una epoca, pudiendo impones su extraodinaria sensibilidad y creatividad a los ojos del mundo entero. Tambien es claro que los grandes genios como Freddy generalmente no encuentran sentido en este mundo que se presenta ante ellos como algo muy mediocre, lo cual los lleva a sufrir esta existencia cuando no estan creando cosas que no existian antes de ellos y esto los perjudica en su salud, cuestion que se ve en el film pero no ocupa una parte central y eso me parece muy adecuado.
Podriamos decir que Freddy Mercuri es una singularidad en situacion, fue un ser que imterpelo los limites del universo sobre como debia comportarse una estrella de la musica o de como y cuanto debia durar o ser una cancion, cuestiones que estaban muy establecidas en su epoca y ya no fueron asi despes de su paso por este mundo. Hubo un antes y un despues de su vida y eso es para pocos.



Mensaje de Florencia Collado  » 4 de septiembre de 2020 » florenciacolladoa@gmail.com 

Bohemian Rhapsody nos enseña acerca de la icónica banda de rock británica Queen, su música y también sobre su intérprete, tal como lo plantea la autora del artículo, ya que se trata de un film biográfico. Actualmente, Freddie Mercury, es recordado por su extraordinaria voz, y también por su originalidad. Sin embargo, en el film se puede plantear que esta figura es re-descubierta en lo que respecta a su identidad, esto es así debido a que Farrokh Bulsara cargó toda su vida con el peso del mandato paterno que se plasma en la siguiente frase: “buenos pensamientos, buenas palabras y buenas obras” el cual coincide con el título del escrito. Por lo que se puede establecer que se produce una verdadera transición de Farrokh un joven pakistaní marcado por las ideas moralistas de su familia, hasta llegar a ser el famoso Freddie Mercury. En el transcurso de la película se puede vislumbrar este camino rodeado de oportunidades y obstáculos, así como también de innumerables excesos que funcionaban como obturadores del deseo de Freddie. Finalmente, emerge un nuevo sujeto el cual logra expresar su deseo y responder por este, en palabras de la autora un nuevo Freddie surge, una singularidad se lee y se produce, la cual es dada a ver en el concierto Live Aid.

Por otro lado, me resulta muy interesante el modo de pensar al film como una tragedia griega, en la que Mary Austin es quien plantea el oráculo y va anticipado lo que sucederá en la vida de Freddie. Coincido con lo expuesto en el artículo ya que el cine recupera esa dimensión trágica que es puesta en escena al igual que nos aproxima a la singularidad en situación.



Mensaje de Paula Gabriela Eiriz  » 31 de agosto de 2020 » eirizpaula@hotmail.com 

Respecto de “Bohemian Raphsody” puedo pensar varias cuestiones. La tragedia que se cierne sobre un sujeto que no es alojado como “deseante” y no es oído por un padre que a la vez vive dentro suyo. Mercury pelea toda su vida contra su verdadero deseo. Protegido tras la fachada de “el que se aleja y se rebela”, se cambia el nombre de Farrok, pero en su “hacer” persigue ser aceptado, ser el de los “Buenos pensamientos, las buenas palabras y las buenas obras”. En él, la discordancia entre el hijo esperado -sobre el que pesan el mandato y el deseo paterno- y el hijo que llega. El film muestra su dolor, “tapado” entre comillas, por el sustituto de los excesos, las adicciones y las “hoy de moda” llamadas “transgresiones” que son tal vez heridas corporales visibles más fáciles de tolerar que el dolor del rechazo por no poder cumplir con lo que se espera de él.

Veo en el arte, la creación, en este caso, la música, como la vía sublimatoria que puede salvar a alguien y es a la vez la via regia, pura, impecable, en tanto pueda ser “leída y oída” por alguien sensible, otorgando acceso a ese padecer y a poder convertirlo en otra cosa. Palabras, que tal vez, sin sentido para el mismo Freddy Mercury, en el momento de crear la icónica canción “Bohemian Raphsody” que nos ha acompañado a lo largo de muchas generaciones, es lo que incesantemente puede ir salvándolo, dándole otra oportunidad.

Al analizar “the lyrics” de Bohemian Raphsody cuando dice textual “Mamma, I’ve just killed a man, put a gun against his head, pulled my trigger now he’s dead” casi con un lamento musical y que sumado luego a esa rara conjunción de acordes que al unísono forman una melodía casi perfecta para algunos y controvertida para otros poniendo en juego dos géneros tan diferentes en ese año ’79, como la ópera y el rock. Pienso que ese hombre que mató “in the lyrics” es para mí, él mismo, intentando todo el tiempo acallar su deseo verdadero. Y veo a la vez en ese lamento, en ese llamado y confesión a la Madre. Una madre, que ante la dureza del padre, está ausente y a la que también se la ve sometida a él, sin poder hacer nada para protegerlo. Una madre que sufre, a quién le dedica ese beso final, cual despedida, que logran en la película generar una emoción en el climax de los opuestos, lo paradójico del silencio de la cámara y el estar frente a millones de personas. Una madre que no llega a salvarlo. La confesión de su sentir en la frase “Beelzebub, has a devil put aside for me”: El Diablo ha separado un demonio especial a mí.

En toda la letra se habla del sufrimiento de alguien que no es oído. En palabras del mismo Mercury, cuándo en la película, le pregunta a Mary, si el público habrá entendido lo que ni él mismo comprende de la letra, claramente puede leerse el infierno que padecía. Esa lucha permanente entre su deseo, al cual temía aceptar, y los deseos de su familia. Esa “muerte” del sujeto deseante que no es lograda al tiempo que la música y los distintos efectos que causa en los cambios y virajes abruptos de las melodías acompañan al espectador a sentir que se está en el infierno y en el cielo a la vez, con el juego de acordes y las voces. Esos jueces, que implacable e inexorablemente, se niegan a salvarlo de la muerte. Sus gritos: “Mamma mía let me go” y los gritos de quienes piden que sea liberado y los jueces que dicen que no, llegando al clímax musical, y nuevamente, la caída en el “Nothing Really matters to me”: en realidad, no me importa nada que implicaría tal vez un “no quiero vivir así”.

Puedo pensar en Mercury y la figura de Mary, que lo sostiene todo el tiempo compensándolo imaginariamente tal vez y en “la” o “las” caídas que se producen cada vez que ella desaparece de su vida. La fragilidad del ser de Mercury, en yuxtaposición con esa fortaleza que mostraba en escena, la pisada, la fuerza de sus interpretaciones, el vigor que transmitía cuando podía ser “él mismo” cantando, componiendo música o ejecutando en sus shows. En resumen, creando. Pienso en cómo la Pulsión de Muerte, es visible acosándolo permanentemente, en sus altibajos anímicos y los excesos que comete. Y también en el costo tan alto que se paga cuando hay un Ello que se satisface en el dolor, un Superyo hiper-severo que le exige cada vez más y un Yo tan lábil que no puede sostenerse solo. Esa lucha interior pareciera concluir, cuando finalmente ese nuevo sujeto, se acepta, vuelve con su “familia elegida”- la banda- y con Mary hacia el final y creo que tal vez tarde, pero lo logra.

Coincido con la autora del artículo, María Elena Domínguez, en que la poesía es para quien la escucha, y arruina el misterio cuando se la explica.

Cuántos escritores y músicos (Sting, Spinetta, Ceratti por ej.) se piensan a sí mismos como “antenas transmisoras” de una inspiración que surge de repente y muchas veces no saben de dónde ni cómo explicar luego y pueden re-significarla con el paso del tiempo. Por ej. Sting con su famoso “Every breath you take” o Spinetta con “Muchacha Ojos de Papel” cuando dice “no comprender como pudo haber escrito esa letra monstruosa de un acosador perverso que disfruta de ser “dueño de otro”. O Gustavo Ceratti en su –para muchos- premonitoria “Cuando pase el temblor”. ¿Será esta la irrupción de Lo Real? ¿Será algo inconsciente de ellos mismos que se presentifica así de repente, como un sueño o un acto fallido?. O ¿Será mejor no interpretar las poesías?. En todo caso me parece que la riqueza radica en poder seguir haciéndonos preguntas y construir nuevas respuestas. Será el caso a caso.

Como futuros profesionales pienso en lo bueno que sería poder articular la teoría con la escucha de esa poesía hablante en una creación sublime única e irrepetible que es ese paciente que viene a pedir ayuda y quiere hacer algo con eso que padece, sin saber que es el único que tiene el saber. Ojalá seamos buenos oyentes de “poesías y músicas” singulares.