Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires
Resumen
Los cambios constantes en el ritmo de vida y de trabajo junto con los nuevos paradigmas de las tecnologías y sus incidencias en la vida cotidiana hacen imperativo contar con herramientas conceptuales acordes a dichas vicisitudes. El pensamiento crítico de Byung-Chul Han es, sin lugar a dudas, un recurso crucial que permite entender con mayor claridad la actualidad. Sujeto del Rendimiento, Panóptico Digital y Psicopolítica son algunas de las ideas más trascendentales del filósofo surcoreano. Al articularos con los escenarios planteados en la serie televisiva Black Mirror genera un interesante intercambio que enriquece ambas partes y permiten una profunda reflexión sobre la actualidad.
Palabras Clave: Tecnología | Sujeto de Rendimiento | Psicopolítica | Panóptico Digital
Sobre el pensamiento de Byung-Chul Han
Son pocos los pensadores contemporáneos que son capaces de plasmar en sus enseñanzas (manifestadas en clases, artículos o libros, entre otros formatos) un método para analizar y entender la dinámica de los aspectos más importantes y trascendentales de la vida actual.
Byun-Chul Han ha logrado establecer nuevos paradigmas de análisis y herramientas para analizar la realidad contemporánea. Nacido en Corea del Sur y doctorado en filosofía en Alemania, es actualmente profesor y escritor especializado en filosofía y ética contemporánea.
Uno de sus cuestionamientos más trascendentales pone en jaque a la idea de libertad y autodeterminación que las nuevas modalidades de trabajo se jactan de fomentar. Tras una engañosa propuesta de free lance en donde supuestamente el trabajador tiene la libre determinación de realizar la tarea que mejor encaje con sus aptitudes y objetivos –con la posibilidad de migrar cuando así le plazca–, crece la autoexplotación. El sujeto ya no necesita de un agente externo que lo someta, es él mismo quien se presiona y exige para progresar y alcanzar sus ambiciones. Entonces, si fracasa, él será el único culpable sin poder cuestionar a la sociedad o al sistema en el cual está inmerso. Es así como Han entiende al Sujeto del Rendimiento: “La explotación de sí mismo es mucho más eficiente que la ajena, porque va unida al sentimiento de libertad. Con ello la explotación también es posible sin dominio”. (Han, 2018: 11).
No es casual entonces que los discursos empresariales estén dominados por la idea de la motivación, la superación y la optimización personal fomentando el hecho de que es uno mismo quien debe exigirse para triunfar en el mercado laborar. En la meritocracia no hay lugar para cuestionamientos más allá de lo individual. He aquí la optimización del sometimiento y la explotación.
Otro de los aspectos destacables del pensamiento de Han son las discusiones que entabla con los conceptos filosóficos más importantes del siglo XX a la luz de las transformaciones que la sociedad experimenta en la actualidad. Para Han, el Panóptico –tan abordado por Foucault– se ha transformado siguiendo los patrones de la actual sociedad de la comunicación (Han, 2018). Las personas buscan ser vistas, ser seguidas, generar influencias en los demás a partir de mostrar lo que están haciendo –y con quién– en cada momento. Es decir, ya no es necesario generar una idea de control y observación externa que obliga a los sujetos a estar bajo los ojos de un supuesto vigilante. En la actualidad, las personas se desnudan voluntariamente con la ambición de subir de estatus en la sociedad estratificada no por clases socioeconómicas, sino por clases digitales.
El panóptico digital tiene un semblante agradable y permisivo que alienta a las personas a que se expresen libremente y las premia por ello. Son dichos usuarios los que fomentan, en última instancia, la construcción y el mantenimiento de semejante aparato de control.
Además, el hecho de que el actual panóptico no sea analógico –ya que no depende del ojo físico– mejora su eficacia:
La vigilancia digital es precisamente más eficiente porque es aperspectivista. No tiene la limitación que es propia de la óptica analógica. La óptica digital posibilita la vigilancia desde todos los ángulos. Así, elimina los ángulos muertos. Frente a la óptica analógica, perspectivista, puede dirigir su mirada incluso hacia la psique. (Han, B. C. 2014: 46).
Todos los conceptos anteriormente mencionados permiten cuestionar la dinámica actual de poder. Foucault sostenía que a través del disciplinamiento de los cuerpos era posible optimizar y maximizar el trabajo en las fábricas y así mejorar la cadena productiva. Los sujetos eran sometidos a otorgar su fuerza física a los dueños de los medios de producción siguiendo los parámetros de la optimización de los cuerpos y la gestión calculadora de la vida. En la sociedad neoliberal, la administración del poder a través del disciplinamiento es completamente inadecuada e ineficiente. Existe una transición de lo somático a lo psíquico. La fuerza física y lo corporal pierden importancia y centralidad en las nuevas formas de producción de bienes en donde la mayoría de los procesos están automatizados y robotizados. Los bienes que mayor ganancia generan son aquellos inmateriales como sistemas, información, programas y aplicaciones. Por lo tanto, la optimización de los procesos mentales son el eje central en el ejercicio del poder: El disciplinamiento corporal cede ante la optimización mental. (Han, B. C. 2014: 23). De esto se trata lo que Han denomina como la Psicopolítica –que suplementa a la Biopolítica de Foucault. El sujeto de la obediencia foucaultiano cede su lugar al sujeto del rendimiento haniano.
La Psicopolítica no busca ejercer su poder a partir del orden, el sometimiento o la disciplina, muy por el contrario, su eficacia está en buscar agradar adquiriendo una forma permisiva que genera una ilusión de libertad y autodeterminación.
Sobre el reflejo de Black Mirror
En 2011, es emitida por primera vez en Reino Unido la serie unitaria titulada Black Mirror, creada por Charlie Brooker, que rápidamente se convirtió en un suceso internacional. Parte de su éxito se basa en que cada episodio explora un escenario distópico en donde los personajes se encuentran atravesados por tecnologías que trastocan y subvierten su entorno y a ellos mismos.
En una lectura rápida y superficial, parecería que las tramas de los capítulos advierten a los espectadores de posibles futuros cercanos en donde la tecnología y su uso han menoscabado la vida humana y han degradado la existencia. En otras palabras, Black Mirror se consideraría como un llamado de atención, una profecía nefasta. Sin embargo, desde un análisis más atento, es posible advertir que la serie no se trata sobre el futuro sino sobre el presente. A partir de usar escenarios futurísticos, el guion toma una distancia precavida del presente solo para retratarlo de manera distorsionada.
A lo largo de los capítulos, el espectador es invadido por una sensación de incomodidad y desánimo que solo es posible mitigar con el consuelo de argumentar: “solo de seguir así podríamos llegar a esto”.
No es la primera vez que se utiliza dicho recurso para construir una crítica a la sociedad: Blade Runner (1982), Mad Max (1979) o 2001: Una Odisea en el Espacio (1968), son ejemplos claros de ello.
Cada capítulo invita al espectador a reflexionar sobre cómo las nuevas tecnologías inciden sobre las relaciones amorosas, la idea de justicia, el entretenimiento y el ejercicio poder.
Es por ello que el entrecruzamiento entre los conceptos de Byung-Chul Han y Black Mirror es oportuno para develar y entender el complejo enjambre (Han, 2018) de la sociedad neoliberal.
Articulación
El primer capítulo de la tercera temporada –titulado Nosedive– plasma de manera grotesca pero acertada los conceptos de Sujeto del Rendimiento, Psicopolítica y Panóptico Digital. En la trama, la protagonista comienza una patética cruzada por adquirir un estatus social a través de conseguir estrellas –una parodia al me gusta–. Para ello, se esfuerza por hacer publicaciones de su vida personal con la esperanza de que logren atraer la atención de los influencers. Ninguna fuerza externa coerciona al personaje a llevar adelante semejante exposición –no hay una ley o dictamen que la obligue a ello– solo la aspiración de progresar y ascender. El personaje se somete voluntariamente a un sistema de puntuación que posee un semblante amable, permisivo y positivo. El neoliberalismo es el capitalismo del me gusta. Se diferencia sustancialmente del capitalismo del siglo XIX, que operaba con coacciones y prohibiciones disciplinarias. (Han, 2014: 17). No pasa mucho tiempo hasta que comienzan a apreciarse los efectos devastadores que tiene en ella dicho sometimiento: sus sistemáticos yerros la van dejando rápidamente en un lugar cada vez más marginal hasta convertirse en un miembro de la clase baja digital.
Existe otro aspecto llamativo en este capítulo –también presente en tantos otros de la serie: cada individuo al subir a su perfil todo lo que hace, con cada persona con la que se encuentra y cada estado de ánimo que atraviesa, brinda información muy valiosa que puede ser usada en estrategias de mercado. Han sostiene que la Big Data (Han, 2014) es el reservorio donde se acumulan todos los datos que las personas suben voluntariamente sobre sus vidas. Dichos datos son clasificados y son materiales muy valiosos para poder influir en el comportamiento de las personas al momento de comprar prendas de ropa, consumir alimentos o votar. El Gran Hermano actual no busca someter y exigir sino agradar y permitir, allí radica la eficacia de su Psicopolítica.
En la actualidad, cada click, cada me gusta, cada búsqueda en la red queda registrada en la Big Data generando un perfil de nuestros gustos, comportamientos y consumos. Esto genera que por más que los usuarios se propusieran eliminar todos los registros digitales nunca lo conseguirían ya que son almacenados más allá de sus alcances.
A diferencia de lo que se podría intuir, lo que se acumulan no son recuerdos sino información que es posible de recuperar intacta cada vez que se desee; nada más diferente que la memoria humana. Los recuerdos en los sujetos son dinámicos e incluso alterables. Éstos son piezas fundamentales de un relato propio que no deja de construirse. Por lo tanto, la memoria humana no es un cúmulo de eventos registrados de manera estática, sino que se mezclan y entrecruzan en varias líneas temporales. Lejos de ser esto una desventaja, dichas particularidades son lo que permiten construir y edificar la identidad individual. En la acumulación de datos no hay narratividad posible.
Los avatares de estar alienado a un registro exacto son abordados en el tercer capítulo de la primera temporada – The Entire History of You. En este escenario, cada ciudadano tiene un dispositivo instalado en su cabeza que es capaz de registrar todo lo que la persona ve y oye pudiendo ser reproducido cuando se lo desee. Tal como le sucede a un personaje de Borges, no existe entonces posibilidad alguna de construir una memoria individual ya que la obscenidad de poseer semejante registro exacto genera estar preso de una repetición incesante.
Bajo los estandartes del rendimiento y la optimización, los sujetos resignan los rasgos más propios de su subjetividad. Nadie obliga a los personajes a instalarse semejante dispositivo, son ellos los que lo demandan –o se lo instalan a sus hijos recién nacidos– convencidos de que son herramientas cruciales para mejorar su desempeño. En la sociedad del rendimiento, el explotador y el explotado se funden.
Conclusiones
Las vicisitudes y las dinámicas de los tiempos actuales reclaman poseer herramientas de análisis acordes a ellas. Dentro de los siglos estudiados y analizados por Foucault, el cuerpo era el blanco del control y el disciplinamiento.
A través de estudiar lo propuesto por Han y lo retratado en Black Mirror, es posible entender que el foco ya no es el cuerpo sino la psique. En suma, el disciplinamiento no se ejerce a través de la orden externa, sino que son los sujetos los que se someten a la conquista de la optimización de sus rendimientos.
Por otro lado, el concepto de bioética fue otra importante herramienta de análisis para arrojar luz sobre la complejidad de la vida humana. Tomando el artículo de Ormart, E. (2011), existen diferentes concepciones de la bioética; la propuesta por Hottois sostiene que es una reflexión sobre la tecnociencia y la cultura tecnocientífica. Es decir, la bioética propone debatir cómo el avance de la ciencia y la tecnología impactan y modifican a los individuos y cuáles serían las advertencias y los límites del uso de las mismas en pos de velar por la continua trasformación del orden simbólico en el cual los sujetos emergen.
Lo sostenido por Hottois permite llevar al concepto de bioética más allá de los límites del bios para poder abarcar la complejidad inherente del ser humano. Sin embargo, teniendo en cuenta lo deliberado por Han, la dimensión Psi cobra en la actualidad un papel fundamental que no debe ser minimizado ya que allí radica el aparato de control de la Psicopolítca. Así como a la Biopolítica le corresponde la Bioética, a la Psicopolítica le corresponde la Psicoética. Esto no quiere decir que los aspectos propiamente bios deban ser dejados de lado; todos los aspectos son partes importantes para entender la compleja y holística realidad del ser humano poscontemporáneo.
Referencias
Han, B. C. (2018). La agonía del Eros. Herder Editorial.
Han, B. C. (2014). Psicopolítica: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder. Herder Editorial.
Han, B. C. (2017). La sociedad del cansancio: Segunda edición ampliada. Herder Editorial.
Ormart, E. (2011) La pregunta por la identidad a la luz de las nuevas tecnologías reproductivas. El caso de la inseminación con donante. En http://aesthethika.org/IMG/pdf/13_Ormart_Un_papa_por_accidente.pdf
NOTAS
Creo que el escenario que muestra el capítulo pone en evidencia el padecimiento de un sujeto borrado por la sociedad de consumo, en la que las singularidades son una amenaza para el orden establecido por el mercado. Las imágenes presentan una ciudad ordenada al punto de parecer una maqueta, espacios perfectamente delineados y las personas vinculándose con un nivel de especulación y rigidez que llena de tensión el ambiente. Un mundo previsible y artificial, donde se esconden las emociones y se busca encajar dentro de los estándares establecidos para poder acceder a determinado status “socio-digital”.
Si bien se ilustran personajes que logran escapar de semejante maquinaria, también se evidencia un sistema legitimado por instituciones que intervienen en el día a día de cualquier persona. Incluso vemos una escena donde la seguridad del aeropuerto utiliza el sistema de puntos para sancionar a la protagonista. En este aspecto disiento con el autor en que no haya una fuerza externa que coercione o que no operen prohibiciones disciplinarias. Si bien gran parte de las situaciones por las que pasa la protagonista son ocasionadas por su ambición de pertenecer a un status más alto, también es verdad que el sistema de puntos se vuelve una forma de control del que forman parte hasta los personajes que se presentan como marginados por el mismo. Lo paradójico es que solo los libera del control digital un control más clásico, el del confinamiento.
Este capítulo de Black Mirror nos muestra el lado negativo de la redes sociales. Sin embargo, no muestra lo positivo que ellas tienen. Por ejemplo, hoy en Chile la represión ha sido tan dura que hay 20 muertos, 100 personas han perdido un ojo, han habido violaciones, etc. Hasta la fecha hay 1132 heridos. Y si no fuera por las redes sociales, sabríamos muy poco de esto, ya que los canales oficiales no hacen sino darle énfasis a los saqueos.
Creo que el tema del trabajo y la vigilancia es un gran tema en el que han podido establecer una buena conexión a través del trabajo de Han. La idea de la mejora personal y laboral como una forma de explotar el capital subjetivo es una constante en las nuevas configuraciones del neoliberalismo. El capítulo Black Mirror lo demuestra: un panóptico a través de las redes sociales, donde el capital de imágenes se conecta con lo financiero y lo subjetivo.
Gracias sathya y Giselle por sus comentarios, observaciones y aportes.
Efectivamente el escenario (como muchos otros de esta serie) es más que apropiado para reflexionar sobre qué efectos en la subjetividad y la condición erotica del ser humano tienen estas formas de comunicarse y compartir. Creo que lo importante es ir más allá de una mera crítica de estos nuevos escenarios y poder reflexionar de manera objetiva y desde los conceptos del psicoanálisis.
Hola Francisco José,
Tu elección de capítulo me parece muy interesante. Creo que Black Mirror nos dio varias obras sobre los modos en que, siguiendo a Deleuze en P.D. a las sociedades de control, según recuerdo el autor plantea que dejamos de vivir en una sociedad disciplinaria al estilo de Foucault, que ya el policía panóptico cada tantas personas es muy caro y ahora el control se produce entre cada uno de nosotros contra el otro. El flujo indiferenciado entre acciones del orden de lo privado (actividades en el hogar y tiempos libres) con lo público (el trabajo y las relaciones interpersonales) se transforma en un todo uniforme. Un esfuerzo para agradar las 24 horas de día.
Particularmente me interesa mucho el personaje de la camionera como un lugar de fuga y disparador para la protagonista. Tal vez la única salida es, como Dice Deleuze y Guattari en Antiedipo, dejarse caer, devenir Antígona/Bartleby, un “preferiría no hacerlo”. Quizás la única solución a un dispositivo de control tan omnipresente sea el parar con la máquina interna y ofender lo existente.
Sería bueno pensar el capítulo del Oso blanco como el modo en que una sociedad punitivista piensa el espectáculo de un chivo expiatorio como posibilidad de orden. Lo dejo como posibilidad.
Felicito al autor tanto por la elección del escenario a analizar como por la articulación, tan atinada, con los desarrollos de Byung Chul Han.
Es impactante cómo la protagonista se somete voluntariamente, tal como destaca el artículo, al sistema de puntuación social que la lleva en un derrotero a perder todo y perder-se.
También resulta sustancial la articulación en relación con la recopilación de datos de la Big Data y el estatuto de los recuerdos para el ser humano, frente a lo que el autor afirma “En la acumulación de datos no hay narratividad posible”.
Un material privilegiado que permite desplegar preguntas que hacen a lo nodal del campo de lo humano en la épóca actual.
Me parece sumamente interesante el entrecruzamiento entre el pensamiento de Han con la serie Black Mirror en general, y más precisamente con este capítulo, caída en picada. Creo que más allá de la discusión a nivel macro del control del reservorio de datos digitales , y esta nueva estratificación social generada a partir del estatus o caudal de seguidores en el ámbito digital, y las consecuencias que plantea el autor, es de interés para mi, a partir de este episodio indagar acerca de la transformación del deseo, como consecuencia de la utilización de estas aplicaciones, y en el escenario distópico propuesto en el episodio. Creo que se observa con claridad el vacío en el que habita la protagonista , donde no posee ningún anhelo o deseo , más que el de ser deseada y valorada y ni siquiera le interesa la autenticidad de ese deseo, sino solamente su reflejo en la valoración digital de las "estrellitas". Su vida entera gira en torno a este objetivo, naturalizando esta lógica ,"rendida"a este status-quo podríamos decir, en términos de Han , dado que no cuestiona este sistema, al menos en un principio , Así la protagonista va modificando su apariencia , comportamiento y pensamiento constantemente en aras de este fin "digital-social". Me pregunto a partir de este capitulo si con esta lógica instalada del "corazón ", "me gusta" etc. no estamos borrando cierta dimensión propia de lo que es deseable e inercialmente reproducimos el modelo de aquellos que han sabido como cautivar por medio de las redes sociales, constituyendo un "molde" para ser exitoso en la era digital. Publicar determinadas fotografías,estados etc, En fin , el arte de agradar pareciera ser lo que se pone en juego aquí , y la propia singularidad, muchas veces es lo que se pierde al entrar en él.
Hola Francisco José,
Efectivamente concuerdo que la noción de LIBERTAD siempre es compleja a la hora de abordarla desde la perspectiva subjetiva. Desde el psicoanálisis, se sostiene que el sujeto no es libre en términos absolutos. Creo que en lo que refiere al texto, el hecho de que se haya instalado de manera totalitaria un sistema de puntaje en donde cada ciudadano tiene que participar para poder escalar socialmente, le agrega un matiz muy interesante a la cuestión: no hay un regimen (como en la novela 1984) en donde los individuos estén forzados de manera explícita a hacer las cosas; sino que, por el contrario, el escenario que nos plantea el capítulo tiene un semblante amable y permisivo -tal como lo plantea HAN- que oculta el hecho del sometimiento.
El articulo nos lleva a reflexionar sobre los cambios en las formas de ejercicio de poder, sosteniendo una suplementación de la biopolitica con la Psicopolitica.
Tomando como material de articulación el primer capítulo de la tercera temporada titulado “Nosedive”, en el artículo se afirma: “Ninguna fuerza externa coerciona al personaje a llevar adelante semejante exposición –no hay una ley o dictamen que la obligue a ello” … “El personaje se somete voluntariamente”.
Es válido cuestionar que voluntad puede ejercer nuestra protagonista, cuando está completamente atravesada por un sistema que somete cada acción a una evaluación pública. El capítulo nos muestra un universo no tan distante donde la vida privada es restringida al extremo en pos regular a cada individuo hasta el mínimo acto. Un Otro que nos habla en estrellas. Desde una perspectiva personal pienso que estar inmerso en un sistema totalizante como el representado en “Nosedive” restringe la noción de voluntad. ¿Podemos hablar de voluntad, cuando la consecuencia de no seguir la norma es la marginalidad?
No sé si es válido afirmar que las personas se exponen voluntariamente o “desnudan voluntariamente”, talvez solo pensar sobre qué grado de libertad tienen de publicar. ¿acaso todo comentario público es voluntario?
Me gustaría destacar, como según el artículo, la Psicopolítica cobra eficacia apoyándose en una ilusión de libertad y autodeterminación, cual lobo piel de cordero.
las aplicaciones denominadas “redes sociales”, hoy un atractivo central de los Smartphones, si bien tienen un gran matiz comunicacional promoviendo una comunicación veloz y constante, también brindan a los usuarios la posibilidad de crear personalidades virtuales, a veces un tanto alejadas de las características reales de las personas, creadas a partir de la necesidad de agradar a los espectadores. La fotografía digital en las nuevas generaciones parece mostrar otro tipo de subjetividad. No solo se trata de captar el momento sino también distribuirlo, publicarlo en la inmediatez. La combinación de las redes sociales y la popularización de teléfonos con cámaras de alta calidad, sumado al acceso a internet en cualquier sitio, ha desarrollado una narrativa gráfica permanente donde la identidad va mostrándose en fragmentos. La construcción de la identidad en las redes sociales constituye una de las formas más claras de observar la percepción del sujeto sobre sí mismo, y aquello que quiere mostrar al mundo.
Película:Black Mirror
Titulo Original:Black Mirror
Director: Charlie Brooker
Año: 2011-
Pais: Reino Unido
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