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Formaciones Familialienadas

por Sueiro, María Milagros

Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires

Resumen

A lo largo de este trabajo se buscará, tomando la saga de películas de Alien, poder problematizar las formaciones de filiación que son producidas a través de la afectación del núcleo real del personaje de David y las repercusiones de esto en el resto de los personajes de la saga. La posición que termina tomando el sujeto en relación a esta afectación y las posibilidades de encadenamiento simbólico y reelaboración del trauma. Tomando para esto cuestiones dilemáticas como la clonación y la producción de inteligencia artificial y las implicancias que tienen estas para las formas de relación en torno a la producción o reproducción de seres humanos y las relaciones vinculares.

Palabras Clave: Alien | Filiación | Tecnología | Clonación

Introducción

La saga de Alien comenzó en 1979, trayendo aparejada cuatro películas de la considerada “saga original” que contiene a Alien (1979), Aliens (1986), Alien3 (1992) y Alien: Resurection (1997). Mientras que, la nueva saga incluye Prometheus (2012) y Alien Covenant (2017), las cuales fueron realizadas como precuelas a la original [1]. La primer película, dirigida por Ridley Scott, dejó una marca para las siguientes de la saga original, que muchos consideran que no pudieron igualar. Es por esto por lo que, para la realización de las precuelas, se lo convocó nuevamente para continuar la historia.

Aun así, estas películas que bordean el término “de culto”, ha tenido una trayectoria a través de los años que no deja de sorprender. Cuando pensábamos que habría terminado, Ridley Scott nos trae una parte más, sumándonos información a aquello que transcurre, al estilo de la develación de lo inconsciente desarrollado en un primer momento por Freud. Como sabemos esa forma de “cura” lo que quizás conseguiría era esclarecimiento para el analista de lo que allí sucedía y la tramitación de lo acontecido en el camino hacia un cambio de posición para el sujeto que allí se encuentra como analizante.

¿Qué es lo que la saga de Alien nos pude aportar hoy por hoy a la psicología? Basándome en el método clínico analítico de lectura de films que Juan Jorge Michel Fariña plantea, me interesa desarrollar, como el título intenta nombrar las formas de filiación producida en los personajes de los films de Alien, en su mayor medida -aunque no exclusivamente- en David (Michael Fassbender), de quién tomamos conocimiento a partir de las precuelas y cómo ello desencadena toda una serie de consecuencias para lo que consideramos el universo Alien en tanto lo conocemos. Por esa razón, habría que iniciar por Prometheus y Alien Covenant, quizás con la pregunta de ¿quién es David para el Otro?

Androides alienados

Prometheus es la nave espacial que se dirige hacia un punto remoto en la galaxia, con el fin de encontrar la raza alienígena creadora de la humanidad, lo cual no es menor resaltar a los fines de este trabajo. Ésta fue denominada: “ingenieros o engineers”, según los descubrimientos de dos científicos, Elizabeth Shaw y su pareja, quienes consiguen que un empresario, Peter Weyland, financie su investigación para poder ir hasta ese lugar, ese planeta.

Las películas de Alien tienen como regla algunos factores que se repiten a lo largo de ellas, uno de éstos, es tener un androide a bordo. En el caso de Prometheus, el androide es David, el cual se encarga de despertar a la tripulación de stasis –estado en el cual los humanos se mantienen dormidos y conservados durante largos períodos hasta arribar al destino–. La labor de David es asistir a los tripulantes en su búsqueda, sin embargo, notamos claramente desde un comienzo que pareciera tener un interés diferente al que tienen los investigadores, su curiosidad es notable, pero a la vez extraña para el espectador, por qué habría el androide de tener tanto interés.

En la base que encuentran al llegar al planeta, no hallan más que recipientes, dentro de los cuales se encuentra una sustancia negra y los cuerpos de los que ellos presumían ser los engineers, por lo cual dan por extinta la raza. Sin embargo, consiguen extraer ADN de estos cuerpos sin vida y así confirmar que anteceden el material genético humano.

Me gustaría retomar uno de los diálogos entre la pareja de científicos que luego nos será de utilidad. Al enterarse acerca de que los engineers efectivamente habían creado a la raza humana, el científico le dice a su pareja que “no hay nada especial de la creación de vida, cualquiera puede hacerlo, sólo se necesita un poco de ADN y medio cerebro”.

La película nos trae reiteradas veces este concepto de una manera u otra, el saber científico que viene a explicar y, en este sentido, a aplastar de alguna forma la subjetividad. Pareciera que no hubiera de por medio deseo alguno en la forma en que lo plantea y esto se repite al poco tiempo en una conversación con David.

David lleva a la nave uno de estos cilindros anteriormente mencionados y retomando lo dicho anteriormente acerca de su curiosidad, realiza un experimento: pone algo de esta sustancia en la bebida de uno de los investigadores que, de tal manera, queda infectado con este virus alienígena. En la conversación que lleva a esto David le pregunta al científico por su convicción para la realización de este viaje intergalático y él le responde “me gustaría saber por qué nos crearon en primer lugar”. La pregunta por su lugar en el Otro de alguna forma aparece allí representada. David pregunta por qué entonces los humanos lo crearon, a lo que el investigador responde “porque podíamos”. David rápidamente responde “¿se imaginaría que decepcionante sería escuchar esa misma respuesta de sus creadores?”.

¿Dónde queda el deseo en la creación de un androide? ¿Dónde queda el deseo en la creación de David? Al principio de la película Peter Weyland presenta a David como lo más cercano a un hijo que podría tener, pero que es un androide que, como tal, no habría de envejecer y morir, pero que él no podría comprender las virtudes de ello. David aparece allí, como una creación, que tiene un lugar especial para un padre, pero desde un lugar alterado. Las respuestas del científico vienen a aplastar allí cualquier posibilidad de subjetividad –en la medida en que consideramos que allí podría darse lugar a una– que se corresponde con la respuesta de su “padre”.

Según Legendre la genealogía proporciona: un principio de identidad, a partir del cual el sujeto puede decir este soy yo, un principio de diferenciación subjetiva, mediante el cual el sujeto no se confunde con otros y no confunde a los otros con él y un principio de causalidad, por el cual da cuenta que fue engendrado por determinados padres. David es un androide producido en masa, al igual que él, hay miles de androides con iguales características. Hay algo de las leyes de la genealogía que se ve claramente alterado. El lugar que ocupa David, tanto para Peter Weyland, como el lugar que le demuestra el científico, llevan allí a una alteración de las funciones parentales en David, en la medida en que hay algo allí, de la alteración de un núcleo real.

Núcleo real, término elaborado por Armando Kletnicki, es aquello que hace a la condición humana, que no puede no estar, en tanto tal, se relaciona con un deseo no anónimo y singular. Estas cuestiones no se encontrarían en David, en tanto que, podríamos decir, más bien habría de encontrarse una alteración de este. El aplastamiento de cualquier subjetividad humanizante posible. El lugar que representa David para su “progenitor” tanto como es visto por el resto de los tripulantes, da cuenta de esta cuestión. El concepto de la creación de vida, de otro sujeto, aparece por fuera del deseo no anónimo y singular en este caso.

Entonces yace la cuestión, qué es lo que podría esperarse de David desde estas coordenadas que lo acontecen.

La producción desde lo Real

Haber hallado este planeta tiene múltiples repercusiones para la saga de Alien. Desde el inicio, el objetivo de ir a este lugar yacía, como mencioné anteriormente, en encontrar a los creadores de la raza humana, algo del lugar en el Otro aparece allí, pero desde un lugar disímil, dado que hay grandes diferencias en preguntarlo a aquellos que cumplen las funciones parentales y, en contraposición, es en preguntarlo a un “dios”. El concepto de “engineers” aparece allí en esta alteración, como previamente decíamos, de las funciones maternas y paternas, sin deseo allí de por medio, sino, desde la posibilidad de la creación en sí misma.

Retomando la situación anterior en la que David, fascinado por este hallazgo de la sustancia negra, decide llevarse parte del mismo y experimentar con él. Coloca en la bebida del científico una gota de esta sustancia, que es suficiente para infectarlo, el cual, al tener relaciones sexuales con su mujer, Elizabeth Shaw, queda “infectada”, pero de una manera diferente a la de su pareja. Ella no podía quedar embarazada y, sin embargo, al día siguiente estaría gestando algo que tendría un tiempo estimado de tres meses.

El experimento de David había producido algo allí que estaba por fuera del orden de lo humano. Desde qué lugar podría producir algo David, sino desde un lugar de producción por fuera del núcleo real. Un alien, pero alienado a qué tipo de significantes, algo que esté por fuera de lo que un sujeto podría haber pensado. Elizabeth logra extraer esa criatura extraña finalmente, que no será sin consecuencias. La criatura termina viviendo y, luego del encuentro con el último engineer la tripulación decide sacrificarse para evitar que llevaran el patógeno a la Tierra. De dicho encuentro los únicos sobrevivientes son Elizabeth y David, quienes van juntos a buscar el verdadero hogar de los engineers para saber por qué querían destruir a la raza humana. Podríamos pensar esta transición entre Otro creador a Otro destructor. Hacia el final de la película, Ridley Scott, que hasta entonces pocos datos nos había dado de las películas originales, presenta el nacimiento de un Alien del engieneer.

Si bien no podemos saber si habrá una afectación del núcleo real o no previamente, podemos preguntarnos o pensar si en la situación de David podría haber, aunque sólo se conozca a posteriori. Este alien es la primera creación de David, podría pensarse como un producto que estaría ligado a los efectos de la afectación del núcleo real. En la medida en que hubo allí algo que no pudo ser asimilado, que su lugar en el deseo del Otro no fue desde la falta, sino de saber, que esa creación/producción de David, tuvo lugar desde lo Real.

Teniendo esto en cuenta, Alien Covenant surge como un grupo de colonizadores que, debido al azar, una onda solar arremete contra la nave, por lo que deben despertar prematuramente del stasis, perdiéndose la vida del capitán y de varios de los colonizadores. Dentro de esta nave se encuentra Walter, un modelo de androide idéntico a David, sólo que una versión posterior. Se encuentran con una intervención en el sistema de un mensaje que contenía una canción, proveniente de un planeta cuyas condiciones para habitarlo eran más prósperas que el planeta al que se dirigían, así como también, a menor distancia en tiempo y espacio.

Decidiendo investigar, parte de los tripulantes descienden a este planeta, encontrándose con silencio, sin animales, sin movimiento, lo ominoso. Un par de ellos quedan infectados por unas esporas que dan lugar a la creación de un ser, como había terminado la película anterior, el surgimiento de un alien. Cualquiera puede ser el incubador de uno de ellos, sea hombre o mujer es indiferente. La criatura escapa ante el rescate de los tripulantes llevado a cabo por David, quien se encontraba en este planeta desde hacía varios años ya, quien los lleva a refugiarse a una estructura abandonada rodeada por miles de cuerpos petrificados, una escena que genera la incertidumbre de lo que allí sucedió.

Como preámbulo a los hechos que suceden en la película a partir del rescate de David, podemos ver el estrago causado por el lugar que ocupa David para su Otro en tanto androide. Al comienzo de la película, su creador Wayland le dice que él es su hijo, su creación, pero no le da un nombre, contrariamente a lo que implicaría venir con un nombre dado, un lugar esperable, le deja a David nombrarse a sí mismo, el cual lo escoge admirando el David de Miguel Ángel. Este David se encuentra esperando la batalla, para derrotar a Goliat, el gigante. Podríamos decir que aparece allí algo de la identificación o una pista de lo que Ridley Scott nos quiere dar a entender, David, esperando derrotar a un gigante, a un gran Otro, a su gran Otro, al padre, a su creador, a la humanidad, o a su humanidad en tanto tal es subjetivante.

El androide había arribado a la tierra de los ingenieros y los había asesinado con su misma arma, el virus, un virus que afecta “la carne”, habiendo algo allí que lo evade. Walter, quien dedica un tiempo sustancial con David le marca, al hablar de la frustración que éste segundo siente al no poder crear, que entiende por qué la gente se sentía incómoda con él, era demasiado humano y que los modelos siguientes no tuvieron esa complicación. Más máquinas, aclaraba David. En este punto intermedio de frente a qué alienarse, no reconocido por los humanos en tanto tal dado que es un androide, no reconocido por las máquinas por ser demasiado humano. ¿Desde dónde puede crear David? Desde lo Real, fuera del significante.

El androide se atribuye el título de zoólogo, estudió el patógeno, su evolución y luego empezó a experimentar él, el ingenió –engineered–, creó a esas criaturas, la criatura perfecta, en sus palabras, casi parecería azaroso si dejamos pasar esa elección de palabras de David, dado que eso era considerado él por su creador. En su interés por llegar a la nave, David “mata” a Walter y escapa junto con la única sobreviviente del viaje hacia este sector quien, hacia el final de la película, da cuenta de que en verdad era David, pero ya es muy tarde. El androide, quien le pide al sistema de la nave, mother –madre–, que reproduzca La entrada de los dioses al Valhala de Wagner, mientras pone sus creaciones mezcladas con los embriones humanos. Podríamos leer allí que David ya no es más una creación, sino un creador, en lugar de Dios, de Otro, para sus creaciones, pero por fuera de lo simbólico, en tanto que, desde lo acontecido, sólo puede crear por fuera del núcleo real, un alien, el lugar de la creación desde lo siniestro, sin velo. Prometheus prácticamente nos adelantaba este resultado cuando el científico expresó “no hay nada especial de la creación de vida, cualquiera puede hacerlo, sólo se necesita un poco de ADN y medio cerebro”, el problema fue desde dónde se da lugar a eso.

La repetición de lo inaprehensible

Tanto Prometheus como Covenant funcionan como precuelas, a la considerada saga original de Alien. Nos cuentan de dónde surgen éstos y es a través del análisis que venimos llevando que podemos pensar que la creación de David y, en consecuencia, los efectos subjetivos de la afectación del núcleo real, tienen efectos en lo acontecido en el resto de las películas.

No es novedad que podemos pensar las películas de la saga original de Alien desde el lugar de la maternidad, se han escrito trabajos e incluso Slavoj Žižek escribió un libro al respecto. La intención en este caso es aportar a estos desarrollos que se encuentran ya en el estado del arte de estas películas y temática, planteando alguna novedad dentro del mismo.

A grandes rasgos, y para quienes éste es el primer encuentro con la saga original de Alien, las cuatro películas restantes tienen por protagonista a Ellen Ripley, quien tiene su primer, pero no último encuentro, en Alien, cuyo título fue ampliado a “el octavo pasajero” en Latinoamérica. Ese agregado que se le hizo a la película sirve a esta investigación por varios motivos. Por un lado, a nivel de la trama, el octavo pasajero efectivamente es el Alien que encuentra la tripulación del Nostromo. Y, por otro lado, habla de algo que no esperado, lo no buscado. Frente a una llamada de auxilio que se encuentra la tripulación, algunos de ellos van a investigar una nave espacial. Los espectadores de 1971 no sabían que esa nave era una nave que luego Ridley Scott nos mostraría en Prometheus. Uno de los tripulantes termina infectado al adherirse una criatura que, en la jerga alien es un facehugger. Todo parece salir bien cuando la criatura libera al humano quien parece haberse recuperado hasta que se da el nacimiento del primer alien. Como ya hemos mencionado, tanto hombres como mujeres pueden ser “infectados” y, podríamos decir, traer un alien al mundo. Como hemos dicho, no es la primera vez que se habla del nacimiento del alien como un nacimiento humano, como si fuera un parto o una cesárea, sólo que siempre se lo tendió a mencionar desde el lugar de la mujer, como Shaw o más tarde Ripley, pero también en esta saga pueden hacerlo los hombres. Retomando el “traer un alien al mundo”, escrito de esa manera lo que quiero describir es que no necesariamente ese sujeto quiere dar lugar a eso que se encuentra en su cuerpo, el alien como por fuera del deseo.

Recordando el inicio de este trabajo, comentaba que en las tripulaciones siempre hay un androide, en Alien –el octavo pasajero– éste se llama Ash. En contraposición con David, nadie sabe que Ash es un androide, sino que, por el contrario, todos piensan que es un humano. Una parte importante para destacar es que es Ash, quien deja entrar a los tripulantes aun habiendo sido infectados a la nave, aún cuando Ellen Ripley estaba en contra. La razón detrás de esto es que Ash tenía como función principal la protección del alien.

Bajo la misma lógica, cuando todo empieza a desmoronarse, cuando el reservorio de los significantes ya no es suficiente para responder al encuentro con lo real, Ripley va a buscar auxilio a mother –madre–, el sistema operativo de la nave. Quien –o que– debería haberle dado una solución. Sin embargo, se encuentra una respuesta que no estaba dentro de las opciones que Ellen siquiera podría llegar a considerar: la protección del alien como prioridad sobre la tripulación. El lugar del deseo se ve alterado en todo sentido. Esa repetición que plantea el subtítulo en el cual nos encontramos de este escrito, algo allí se ve corrupto en las funciones. Mother, quien debería proteger a la tripulación, así como Ash, se ven del lado de lo real, no sólo no dando respuesta, sino poniéndose alienadamente desde un lugar siniestro para Ellen Ripley, el encuentro con lo real dejándola sin significantes para responder. Algo de la alteración de la genealogía, de la afectación del núcleo real de David, que se sigue repitiendo, en ese lugar donde el Otro se vuelve absoluto y no deja lugar a la falta, sino que aplasta la subjetividad y cualquier respuesta que pueda el sujeto elaborar en ello.

Por suerte para Ripley, tenía tanto herramientas simbólicas como físicas para escapar de la situación, por esta vez.

Ripley o replay, producción o reproducción

Tanto Aliens como Aliens3, segunda y tercera película respectivamente dentro de la saga, son ejemplos de que hay algo que insiste o resiste a la posibilidad de encadenamiento simbólico, en tanto hay una imposibilidad de asimilación de los aliens dentro del deseo, proveniente de su origen, en tanto algo de lo humano insiste o resiste a eso alienado. En Aliens3, luego de su segundo escape, Ripley siente haber sido “violada” dado que se encuentra infectada con un alien, pero no cualquiera, sino un alien reina, es decir, un alien madre. Al final de esta película ella decide morir antes de que terminara de gestarse.

He aquí lo interesante, la última película de la saga, Alien Resurrección, nos presenta con la dilemática cuestión en la que Ripley es clonada, pero no sólo ella, sino esa Ripley que era portadora del alien reina. La ciencia posibilita que ella termine de gestar a este ser, dado que la corporación que se encarga de esto quería estudiar a los aliens y no había otra forma de hacerlo.

Más allá del deseo de ésta en no traer eso al mundo, la ciencia, desde un saber total, más allá de cualquier deseo, la trae a ella de vuelta. Aun así, cabe la pregunta de ¿quién es esa Ripley? ¿Podría decirse que es la misma? Podríamos responder rápidamente que no necesariamente. Ésta, físicamente, tiene un cuerpo científicamente mejorado y subjetivamente, con lo acontecido, tiene un pensamiento completamente disímil a la Ellen a quien hemos acompañado durante tanto tiempo, quien había decidido la muerte antes de ser portadora de un alien. Ésta Ellen Ripley, considera a ese alien su bebé, su hijo.

Una posición totalmente diferente de la que nos hemos encontrado en esta saga. Si bien podríamos pensar que David les quiere dar un lugar a éstos, es en tanto producto de la afectación del núcleo real que eso que insiste en el intento de aprehensión de lo simbólico, sólo termina escapando a las posibilidades de la subjetivación. Me gustaría plantear la pregunta sobre la solución, a qué tipo de resolución, que capacidad de reelaboración tiene lo acontecido, que posibilidades tiene del encadenamiento simbólico, si es que fuera posible. Podríamos aventurarnos a decir que esta Ripley, por el contrario, les da un lugar en una genealogía, nombrado desde un deseo, quizás aventurarnos a decir no anónimo y singular, dado que lo nombra como “hijo” y no bajo la serie de “creación”. Pero antes, habría que pensar algunas cuestiones al respecto, no menores.

Bajo esta misma lógica, es importante destacar lo que podríamos llamar un dilema. Esta Ripley, la número ocho para ser exactos, es decir, que habría intentos previos a ella, tiene recuerdos y se denomina a sí misma como Ellen Ripley. Sin embargo, ya desde el principio, podemos ver cómo ella es nombrada bajo el “it” –eso–. It has memories –eso tiene memoria–. La denominación no es ajena bajo la lógica que estamos pensando este trabajo, nombrada por Otros, ella es un eso, una cosa, pero que, en tanto tal, no debería tener recuerdos. La explicación que se da es que hay algo en el ADN en la formación híbrida que le permite tener los recuerdos de Ellen Ripley pero pasado a través de las generaciones de aliens, quienes también le proporcionan esa modificación física de gran fortaleza. A la vez que explican esto, viéndola a Ripley desde un monitor, le presentan imágenes, en las cuales hay una niña y, frente al encuentro con ésta, ella demuestra angustia. Esa maternidad que no pudo ser en Aliens, con Newt –una niña sobreviviente del encuentro con los aliens, pero que fallece en stasis– y su posibilidad de ejercer la función materna.

En contraposición con las anteriores naves, donde era mother el sistema operativo de las mismas, esta vez es father –padre–. Podríamos pensar dos líneas al respecto, por un lado, en las anteriores pensar algo del deseo de la madre, puesto allí en juego, desde un lugar fallido. Sin duda al hablar de la afectación del núcleo real, hablamos de que hay una afectación también de las funciones materna y paterna. Si bien estas siempre son fallidas, no es de las mismas proporciones en este caso, efectivamente bajo esa lógica, uso la palabra afectación. El deseo de la madre, en las anteriores, se posiciona desde un lugar de protección al alien, esa protección aliada a los androides, quienes tienen la misma función, ese lugar que, para los humanos, no tendrá respuesta. Llama la atención, entonces que decidieran llamar al sistema operativo en esta oportunidad father, cabe la pregunta si la función de mother no necesita aquí un punto de restricción.

En esta oportunidad también tenemos un androide a bordo de la nave, parecido a Ash en tanto se hacía pasar por un humano, pero con otro fin sin embargo, Call tenía como misión la destrucción de los aliens, o de la cosa Ellen Ripley, antes de que pudieran extraerle a “su bebé”. En el encuentro con ella, luego de que inevitablemente el control sobre los aliens se perdiera, buscan escapar de la nave a la vez que redirigen las coordenadas para que la misma se estrellara extinguiendo a los aliens que allí habitaban. Para esto, Call debe sacarle el control a father y la frase que utiliza es “el padre está muerto”. Mostrando así que hay algo que también excede a esta función.

Se nos plantean las siguientes preguntas ahora, ¿cuál es la forma de reelaboración, de aprehensión simbólica? ¿Qué salida hay a este perpetuo encuentro con lo real? ¿Hay posibilidad de esto bajo la forma de la afectación del núcleo real, de las funciones materna y paterna?

Podríamos pensar una forma de “solución” planteada desde los androides, habría algo en ese querer ser, en ese ideal humano que se le aparece a Call, en esa frase que dice Ripley “ningún humano es tan humano” que funciona como la posibilidad de poner un freno a esa repetición. En contraposición con lo planteado al principio en la conversación entre Walter y David, en la cual queda ese punto de rechazo entre ambos lugares. Ahora, en esta identificación, podríamos decir, que aparece entre Call y Ripley, la frase aparece ubicándose desde una posición tercera, es en la aceptación de que es un androide y no la negación de este. Bajo esta misma forma, Ripley, que fue una de las principales afectadas por los hechos de David, encuentra que la única forma en que ella pueda ejercer la función materna es mediante la alienación al significante alien, algo de esta identificación se pone en juego en la medida en que podría vislumbrarse que la cosa que es imposible de encadenar simbólicamente, pero sí capaz de ser velada. Podría decirse que, frente a la afectación del núcleo real, aparecen los lugares de saber que no dan lugar a la falta y que es mediante esta alienación al significante alien del que ahora es portadora Ellen, que puede haber algo de la separación en juego, el lugar de la falta que opera allí ahora.

El resultado de la mezcla genética extraído de la protagonista, da lugar a una nueva forma de alien, quien considera a Ripley su madre, la cual sabe, a su vez, que eso no puede existir. El rol materno que no había podido cumplir hasta ese entonces, podría decirse inclusive que la aparición de este era sólo bajo la forma de trauma, ahora mediante la aparición de la falta y no frente al taponamiento de la misma con el saber científico, es que Ripley puede hacer algo al respecto.

Podríamos pensar Alien: Resurrection, como el duelo de Ripley por la maternidad, es sólo a través de la alienación al significante alien, es a través de nombrarse a partir de ese híbrido que se denomina a sí mismo Ellen Ripley, que ella puede cumplir la función materna, no sin lo real estando allí presente pero siendo la única forma de elaborar algo de esto es a través del duelo, del duelo de aquello que no pudo ser. En el momento en el que decide poner algo de otro orden por sobre “su bebé”, aquel último de su raza. En esa angustia que demuestra, que hay algo de la renuncia y, en tanto tal, simbólica, que le permitirá detener la repetición de lo traumático acontecido a través de la afectación del núcleo real acarreada por David y dando lugar a la posibilidad de la reelaboración subjetiva de lo que ella es por fuera de la escena que insistía.

Referencias

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Jeunet, Jean-Pierre (director) O’Bannon, Dan (guionista). (1997) Alien: Resurrección (Película). Estados Unidos, Twenty Century-Fox.

Kletnicki, A. (2000). Un deseo que no sea anónimo. Tecnologías reproductivas: transformación de lo simbólico y afectación del núcleo real. En La encrucijada de la filiación. Tecnologías reproductivas y restitución de niños, Lumen/Humanitas, Buenos Aires, 2000.

Lacan, J. (1957-58) Seminario 5: Las formaciones del inconsciente. Paidós, Barcelona, 1999. Cap. IX, X y XI.

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Žižek, Slavoj. La metástasis del goce: seis ensayos sobre la mujer y la causalidad. Buenos Aires: Paidós, 2005.



NOTAS

[1Para el análisis de este trabajo utilizaremos las versiones de “director’s cut” de las películas que se mencionen.





COMENTARIOS

Mensaje de Mondragón, Facundo Javier  » 5 de septiembre de 2019 » facumondragon@gmail.com 

Muy interesante lectura. En particular, me quedo con la respuesta que recibe David acerca del motivo de su creación: "porque podíamos". Claro ejemplo de una respuesta que obtura, trastornando la relación con el Otro a partir de la negación de un deseo singular a través del cual poder advenir sujeto.




Película:Alien

Titulo Original:Alilen

Director: Ridley Scott

Año: 1979

Pais: UK | USA

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