Autor: Canepa, María Carla
Palabras clave: Trasplante de médula ósea - Examen - Consentimiento informado - Trauma - Duelo
Síntesis
El capítulo comienza en un salón de fiestas. Un chico lleva una torta de cumpleaños infantil. Luego de ponerla sobre la mesa comienza a cantar y bailar pero se descompensa y empieza a vomitar. Se corre hacia atrás agarrándose el pecho.
Una mujer le proporciona electroshock para intentar restablecerle el ritmo cardíaco. Llegan dos niños gritando: “¡Jack! ¡Jack!”. Les dicen que se corran y la niña le responde que es su hermano. Se pide que llamen a sus padres y vayan al Hospital Princenton-Plainsboro, pero sus padres murieron y él es lo único que tienen.
A Wilson, Jefe del Departamento de Oncología, la grúa le está llevando su auto. Se queja porque dice estar bien estacionado y entonces le comentan que lo ordenó el detective Tritter.
En el hospital, los médicos evalúan la situación de Jack quien tuvo un ataque al corazón pero el electrocardiograma no mostró anormalidades. Los síntomas antes del ataque fueron: fatiga, sudoración nocturna y pérdida de peso. El chico tiene 18 años y está cuidando a sus hermanos. El Dr. House dice que el estrés lo explica todo menos la picazón que tuvo en los pies. La Dra. Cameron le dice que los hongos pueden explicar la picazón ya que trabaja 12 horas con zapatillas viejas. El Dr. Foreman comenta que el chico siguió vomitando a pesar de los tratamientos para evitarlo, lo cual podría indicar presión intracraneal o tumor. El Dr. Chase menciona que puede haber sido un virus intestinal contagiado por los niños con los cuales trabaja y que los vómitos producen arritmia y luego ataque cardíaco. House le dice que no y anota en un papel que guarda en un sobre cerrado. Les pide a cada uno que le hagan una prueba para antes del mediodía. Anota en el sobre: “El juego de la picazón del pie” y lo pega con un imán sobre el pizarrón.
Wilson visita a su abogado quien le recuerda que está involucrado en una investigación narcótica ligado al sospechoso (House), es probable que House vaya a prisión ya que se encontraron 600 pastillas de Vicodin en su departamento y que tal vez haya falsificado sus recetas. Si sigue mintiendo irá a la cárcel con él.
Cameron, Chase y Foreman hablan sobre la historia clínica de Jack. Foreman dice que con 18 años es probable que beba, fume o se drogue. La historia muestra que dejó las drogas cuando murieron sus padres y también dejó de fumar. Chase le hará un cultivo de sangre, Foreman una resonancia y Cameron no cuenta.
Chase le extrae sangre mientras, Will y Kama (hermanos de Jack) hacen sus tareas. Will le dice que estando él en el hospital no importará si no lo hace a lo cual Jack le responde que a él sí le importará. Entra House y le pregunta a Jack sobre las drogas que toma, Chase le dice que no hace falta que responda ahora y Jack comenta que sus hermanos saben que antes de la muerte de sus padres él se drogaba pero que ya no lo hace porque criando a dos niños sería irresponsable de su parte. House le pregunta si contarle todo a un niño de 8 años está bien y él le contesta que si es honesto con ellos, ellos lo serán también. A lo que House responde que los niños no mienten por desconfianza sino porque siempre tienen algo que ocultar. Luego se desarrolla este diálogo:
– Will: “Nosotros no le mentimos a Jack”
– House: “¿Algún examen de deletreo reprobado?”
– W: “No”
– H: “De matemáticas”
– W: “No”
– H: “¿Peleas con el niño que se sienta a tu lado?”
– W: “No se sienta a mi lado”
Will mira a Jack pero éste baja la cabeza.
– H: “Y ella probablemente tenga sexo”
– Kama: “No”
– H: “Aún, pero cuando empieces mentiras sobre eso”
Se lo ve a Foreman realizándole una resonancia en la cabeza junto a House quien le pregunta:
– House: “¿Cuánta marihuana fumaste?”
– Jack: “¿Tiene que estar él aquí?”
– Foreman: “No. Ignóralo”
Luego le pregunta cómo dejó de fumar y le dice que simplemente se le fueron las ganas.
Cameron le inyecta ergonovina para ver si el ataque cardíaco fue causado por los vasos que rodean al corazón. Entra House mientras Jack pregunta por qué examinaron su cabeza si el problema está en el corazón, House le pregunta si dio su consentimiento para esto. Cameron explica que es para descartar todas las posibilidades. House le dice a Cameron que para poder constatar si el problema proviene del corazón habría que inducir otro espasmo y para eso debe ejercer más presión, a lo cual comienza a presionar a Jack diciéndole que se quedará sin trabajo y no podrá cuidar de sus hermanos, pero esto no provoca un espasmo en el paciente sino sólo un poco de aceleración cardíaca.
Wilson llega al hospital y le comunican en la farmacia del mismo que rechazan sus recetas porque le suspendieron su número de DEA.
House les comenta a los médicos que el cultivo de sangre dio positivo para Hepatitis A, lo cual explica el vómito del paciente. Wilson comenta lo sucedido y dice que usará al equipo para hacer recetas. House pide que le pongan inmunoglobina intravenosa (IGIV) para curar al paciente mientras les entrega el sobre que había escrito anteriormente. El papel decía: “Chase, análisis de sangre por bacteria; Foreman, RM, muy terco para examinar pulmones; Cameron, buen intento, no hay espasmos”.
Jack le lee cuentos a sus hermanos y entra Foreman para decirle que le retirarán la IGIV porque se curó de Hepatitis A y le darán el alta, pero de repente comienza a sangrar su brazo, los oídos y la nariz.
Los exámenes confirmaron una coagulopatía. Mientras los médicos intentan descubrir a qué se debió esto, House se queja de dolor en el hombro, luego continúa preguntado si buscan la causa o envían al chico de nuevo a su desdichada vida, pero Foreman dice que no es un desdichado. Dicen que puede deberse a bacterias del restaurante donde trabaja, como Eikenella o estreptococo o debido a los tatuajes o perforaciones y algún contagio de sífilis. Entra Wilson y pide que alguno lo acompañe, House autoriza a Cameron y pide a Chase que traiga vómito del restaurante para analizar, a Foreman que haga una punción y que Cameron haga análisis de bacterias.
House le pide a Chase que le recete más pastillas pero él se niega a hacerlo diciendo que prefiere perder su trabajo y no su licencia.
Wilson le pide a Cameron que haga las recetas para sus pacientes y ésta le dice que no es que no confíe en sus diagnósticos pero que las recetas llevarán su nombre, Tritter las verá y tal vez le hará preguntas sobre ello.
Chase va al restaurante en busca de una muestra de vómito.
Wilson evalúa a una paciente mientras Cameron toma nota.
Foreman le hace la punción a Jack. Kama le pregunta si su hermano morirá, él responde que nadie morirá y luego ella le cuenta que su padre solía tomar cuando salían y que se sentía bien para conducir, hasta que no fue así., y que quisiera que esta vez le adviertan si algo malo puede sucederle a Jack. Foreman le dice que eso no pasará, y al dar vuelta a Jack para acomodarlo, se le quiebra una costilla.
Foreman le comenta lo ocurrido a House. Jack tiene osteomielitis y la infección se propagó a los huesos por lo que se trataría de una bacteria o virus.
House y Foreman entran al laboratorio de análisis donde se encuentran Cameron y Chase. Allí descubren que Jack tiene tres infecciones. Los exámenes dieron positivo por sífilis, Eikenella y botulismo.
Estando en la habitación al cuidado de Kama, Jack comienza a tener espasmos.
Los médicos llegan a la conclusión de que los espasmos podrían estar siendo causados por drogas que quedaron en su organismo de tiempos anteriores y que provocaron la destrucción de su sistema inmune, y que al perder peso por sus problemas digestivos quemó células adiposas liberando las drogas en el sistema. Para estar seguros, House pide que lo hagan sudar y ver si la pérdida de peso que ello produce conlleva a otro espasmo o ataque cardíaco y así hacer otro análisis de toxinas.
En el sauna están Foreman, Chase y Cameron con Jack, quien les cuenta que la noche que murieron sus padres había consumido drogas y que cuando la policía le contó lo ocurrido él se rió, desde aquella noche no volvió a drogarse. Dice: “No soy la misma persona que era cuando murieron. Ojalá pudieran verlo”. De repente le agarra un espasmo y cae al suelo. Los médicos le extraen sangre.
Foreman le cuenta a House lo ocurrido. La sangre de Jack estaba limpia y sin drogas. House le pide que le haga otro escáner ya que la infección podría provenir de la cabeza.
House busca a Cameron en su locker para pedirle que le recete Vicodin pero se niega.
Foreman acomoda a Jack en el tomógrafo y éste le comenta sobre su preocupación por los hermanos diciéndole que tendrá que encontrar a alguien para que los cuide.
Los médicos descubren varios tumores esparcidos.
House dice que puede que no sean tumores sino solo pus, lo cual explicaría por qué no estaban allí en el escáner realizado el día anterior. Los manda a “pincharle” la cabeza y si extraen líquido significa que no son tumores.
House va al consultorio de la Dra. Cuddy, directora médica, a pedirle que le recete Vicodin, ella acepta y descubre además que su dolor de hombro no es físico.
Los médicos le comentan a Jack que no eran tumores sino abscesos de una infección por hongos como él había dicho. Jack tiene un problema genético en el sistema inmunológico que explotó cuando murieron los padres y que el continuo trauma emocional causó el trastorno genético. Wilson pide a alguien del equipo pero House no deja que nadie se retire. House propone infectar a Jack para descubrir su problema genético.
Para ello le cuenta que le darán un cóctel de cuatro infecciones y que el germen más veloz les dirá qué desorden genético tiene. Se darán cuenta porque si gana el meningococo tendrá otro espasmo, la serratia le cerrará los pulmones, con la cepacia tendrá un ataque cardíaco y el rinovirus lo hará estornudar. El chico acepta, House lo infecta.
A Jack se le cierran los pulmones lo cual no le permite respirar.
House le cuenta a Cuddy que descubrieron que tiene los pulmones llenos de serratia y el diagnóstico es granulomatasa crónica, siendo la única solución posible un transplante de médula lo cual reiniciaría su sistema inmunológico evitando así que siga enfermándose.
Foreman le comenta a Jack que un exámen mostró que es compatible con Will y que podría realizarse el trasplante, pero él se niega diciendo que Will es muy chico y que quiere protegerlo. Foreman le insiste con que el niño no correrá peligro y que si no lo hace él seguirá enfermándose ya que su sistema inmunológico no resiste los gérmenes que se contraen a diario, lo cual reduce sus expectativas de vida sustancialmente. Jack acepta ser trasplantado con células de su hermano pero cuando cumpla los 18 años.
Foreman cree que Jack quiere proteger a su hermano mientras que House opina que deber proteger a su hermano no significa que quiera, para él quisiera salir corriendo en vez de seguir protegiéndolo. Por eso van en busca de pruebas para ver quién tiene razón. House toma una carpeta y ambos salen del consultorio.
House le dice a Jack que encontró otro donante con concordancia perfecta y que lo único que tiene que hacer es firmar en la carpeta, a menos que no quiera curarse. Le dice:
– H: “Quizás estar en un hospital donde te atienden te recuerda la vida que tenías antes de que debieras hacer de padre y madre”
– J: “No me gusta estar enfermo”
– H: “Pero tampoco sano”
Jack dice que lo haría cuando Will cumpliera 18 años, a lo que House le responde: “Y pueda cuidarse sin ti”. Foreman le dice que sus hermanos lo necesitan y él grita diciendo que: “Cada segundo del día sé que me necesitan, pero soy muy joven para ser su padre”.
Wilson deriva a sus pacientes a otros oncólogos porque va a dejar de ejercer. Se muestra enojado, le pide a House que se entregue porque ha cometido un delito y que le diga a Tritter que está arrepentido y que buscará ayuda. House le responde que no la necesita. Wilson lo echa del consultorio.
Kama y Will se despiden de Jack, él les dice que los volverá a ver, que a donde van habrá una mamá que los atienda. Fuera de la habitación se encuentra Foreman a quien Kama le recuerda que había prometido curar a su hermano, el médico se disculpa. Los niños se van con una asistente y Foreman entra a la habitación y le dice que tal vez en unos meses cuando vuelva a verlos no podrá despedirse de ellos, reconocerá que se equivocó, aceptará el trasplante y volverá a cuidarlos: “Serán una carga y un dolor, y tu vida nunca será lo que debía ser, pero estarás orgulloso de ti mismo y tus padres estarán orgullosos de ti”. Jack le responde que no lo cree y Foreman le dice que es lo que quiere creer.
El capítulo finaliza con Wilson sentado en un banco que da a la calle, por la que pasa House en su moto, se para, lo mira y se va.
Desarrollo Conceptual
A partir de la síntesis del capítulo, se toma como referencia al paciente del caso principal, Jack, cuya situación advierte circunstancias que podrían compararse al caso de Ibbieta, el personaje del cuento El muro, de Jean Paul Sartre.
Al morir sus padres en un trágico accidente, Jack, de tan sólo 18 años, toma la decisión de quedar a cargo del cuidado de sus hermanos Kama y Will, de 11 y 8 años respectivamente. Pero, como sucediera con Ibbieta cuando hacía la broma a los falangistas, dicha acción no se agota en su propio fin ya que, un tiempo más tarde, Jack se ve interpelado por el Dr. House, quien está supervisando su caso luego de que comenzara con vómitos y tuviera que ser internado.
Estando en la habitación del hospital, House mantiene un diálogo con Jack, quien piensa que siendo sincero con sus hermanos ellos serán igual, pero House le insinúa que aún así los niños le ocultarán situaciones por el simple hecho de que tienen cosas que esconder, y se hace evidente cuando Will, consultado por House, comenta que tuvo una pelea con un compañero, situación de la cual no estaba enterado Jack. A raíz de esto se dan una serie de indicadores, que serán mencionados luego, mediante los cuales se podría pensar que el protagonista comienza a cuestionarse sobre aquel primer acto, el de hacerse cargo del cuidado de sus hermanos. Podría decirse que a partir de allí surgen una serie de preguntas: ¿Qué es ser padre? ¿Quiere Jack realmente serlo? ¿Está preparado para llevar adelante tal papel?
Aquí, Jack tomó una decisión que creyó como un fin agotado en sí mismo. Mueren sus padres y se hace cargo del cuidado de sus hermanos, con todo lo que ello significa. Pero un tiempo después, estando internado en el hospital a causa de una descompensación, aparece la situación que lo obliga a interpelarse a propósito de la aquella acción, que demuestra no haberse agotado en sus fines y por la cual debe responder.
Es en esta instancia de interpelación, y contra lo que él suponía (lo que se deduce por su comentario a House: “Si soy honesto con ellos, ellos serán igual”), que Jack se ve forzado, como Ibbieta al conocer el destino final de Ramón Gris, a volver sobre aquella acción llevada a cabo un tiempo antes. La creencia de Jack de que sus hermanos serían igual de sinceros con él como lo es con ellos, se ve ahora transformada por el comentario de House (“Los niños
no mienten por desconfianza, mienten porque tienen algo que ocultar”), y podrá suponerse que es en este momento en que se quiebra el universo previo de Jack, dando lugar al cuestionamiento sobre la posición que tenía al comienzo.
Este momento de interpelación, este “tiempo 2” generado por el diálogo que mantienen en la habitación, posibilita que aquella acción, es decir, la responsabilidad de cuidar a sus hermanos, se pueda erigir retroactivamente en “tiempo 1”.
Jack se veía muy cómodo en su papel de “padre”, les leía cuentos a sus hermanos, mostraba interés en sus tareas, comentaba que sería irresponsable de su parte consumir drogas estando a cargo de dos niños, incluso sabiendo que su enfermedad podría desencadenar la muerte manifestaba preocupación por encontrar a alguien que cuide de ellos. Pero Jack queda conmovido ante la confrontación de House, lo que se evidencia posteriormente, percibiéndose cierta incomodidad de su parte, cuando siendo evaluado por Foreman, y con la presencia de House, comenta: “¿Tiene que estar él aquí?”, en clara referencia a este último, lo que daría cuenta de que algo del comentario anterior quedó resonando en él y siente cierta molestia ante su presencia. Además, comienza a mostrarse arrepentido por lo que fue su comportamiento como hijo, cuando por ejemplo comenta: “No soy la misma persona que era cuando murieron. Ojalá pudieran verlo”, refiriéndose a sus padres o cuando menciona que dejó las drogas, luego de que ellos fallecieran, para poder hacerse cargo de sus hermanos. Este arrepentimiento, podría suponerse, daría cuenta de que las acciones llevadas a cabo un tiempo antes se ven ahora interrogadas por Jack. Esto indicaría que aquella interpelación se sobreimprimió a la primera acción, resinificándola. Lo que en un primer momento se creyó como una acción agotada en su fin, se ve ahora interpelada por un comentario, lo que lleva a Jack a volver sobre aquel acto.
Comienzan entonces a aparecer respuestas por parte de Jack, a aquella interpelación. Primero como reacción sintomática, ya que empieza a enfermar una y otra vez, luego de ser curado de varias infecciones. Es el caso en que Foreman le comenta que van a darlo de alta luego de haber curado su Hepatitis A, pero Jack comienza a sangrar por su brazo, nariz y oído, lo que da cuenta de una coagulopatía, y luego detectan otras infecciones debido a una fractura de costilla y espasmos permanentes. Pero luego de varios estudios, los médicos logran detectar que el diagnóstico del paciente evidencia un problema genético en el sistema inmunológico que explotó cuando murieron los padres y que el continuo trauma emocional aceleró el trastorno genético, motivo por el cual necesita ser trasplantado. Pero aparece aquí
otra respuesta de Jack ya que se niega a aceptar ese trasplante de médula y más aún si quien fuera su donante es su hermano de 8 años. Y se sirve además de la proyección, culpando a Foreman por haber presionado a Will a ser su donante.
A partir de estas situaciones, House se da cuenta de que en realidad él no quiere curarse y que estando en el hospital siendo cuidado le recuerda a la vida que llevaba junto a sus padres. La muerte de sus progenitores y la responsabilidad de mantener y cuidar a sus hermanos aceleró el desencadenamiento de la enfermedad, de la que ahora Jack se sirve para evitar dichas situaciones y por tanto, se niega a ser trasplantado o, acepta llevar a cabo la operación pero cuando su hermano sea mayor de edad.
Aceptar el trasplante cuando Will cumpla 18 años significa que el niño ya podrá cuidarse sólo y por lo tanto no necesitará de él. Esto queda explícito cuando le ofrecen ser trasplantado por otro donante pero aún así, él no acepta y ante el comentario de Foreman acerca de que sus hermanos lo necesitan, Jack responde: “Cada segundo del día sé que me necesitan, pero soy muy joven para ser su padre”.
Tanto aquella respuesta, como las situaciones anteriores, dejan en claro que no se habla desde una responsabilidad subjetiva, responsabilidad del sujeto del inconsciente, sujeto no autónomo, que no es dueño de su voluntad e intención, ya que, de ser así, Jack aceptaría ser trasplantado para poder continuar con la vida que le tocó y se haría responsable del cuidado de sus hermanos, a pesar de que por ello deba renunciar a su deseo.
Podría arriesgarse entonces una hipótesis clínica y proponer que surge eso que Jack “sabe pero no sabe que sabe” y es que, el cuidado de sus hermanos y el universo que creó a partir de ello tal vez lo llevaron a renunciar a su posición de hijo. Y renunciar significa enfrentar un duelo. Otro duelo que se suma al de la pérdida de sus padres. Y es aquí la cuestión.
La interpelación lleva a Jack a replantearse aquella decisión de cuidar a sus hermanos, acción que deviene ahora como opuesto ya que en realidad él no quiere cuidar a sus hermanos y es entonces cuando se sirve de su enfermedad. Jack sabe que si no acepta el trasplante, seguirá enfermando y por lo tanto necesitará ser cuidado y atendido. Tal como dijo House: “Quizás estar en un hospital donde te atienden te recuerda la vida que tenías antes de que debieras hacer de padre y madre”, Jack le dice que no le gusta estar enfermo y House le responde: “Pero tampoco sano”, Jack queda en silencio. Ante esta situación, y teniendo en cuenta que el paciente se encuentra en proceso de duelo por la muerte de sus padres, se podría suponer que, aceptando el cuidado que le brindan los médicos y el recuerdo que ello le
trae de su vida junto a sus padres, estaría negando la pérdida de los mismos. Es la negación inconsciente de la pérdida de sus padres y el deseo de volver a vivir junto a ellos. Tal vez aquella acción de cuidar a sus hermanos estaba dirigida a sus padres pero se vio frustrada ante la ausencia de los mismos.
Freud menciona en “Duelo y Melancolía” (1917): “El duelo es, por lo general, la reacción a la pérdida de un ser amado […]”, que en este caso, la reacción, sería la negación inconsciente de la pérdida, también como mecanismo de defensa, teniendo en cuenta, y siguiendo a Freud, que el duelo es un proceso intrapsíquico en donde el sujeto retira su interés del mundo exterior. Tal vez negando la muerte de sus padres Jack evita la angustia que genera retirar la libido de los objetos amados y para dar cuenta de ello es preciso citar nuevamente a Freud sobre el trabajo del duelo: “el examen de la realidad ha mostrado que el objeto amado no existe ya y demanda que la libido abandone todas sus ligaduras con el mismo. Contra esta demanda surge una oposición naturalísima, pues sabemos que el hombre no abandona gustoso ninguna de las posiciones de su libido, aun cuando les haya encontrado ya una sustitución” (Freud, S. en “Duelo y Melancolía” 1917).
Intervienen aquí, como en el caso de Ibbieta, elementos de necesidad, como el hecho de que, una vez enterados del diagnóstico y conociendo que el problema es a causa de un trastorno genético que explotó cuando murieron sus padres, para recuperarse y seguir con vida, Jack precisa ser trasplantado.
También intervienen elementos de azar, como el hecho de que Will sea compatible y pueda ser su donante, lo cual permite la pronta operación y posterior recuperación.
Jack no es responsable de lo que surge por necesidad y azar, pero sí de lo que se hace frente a eso que sucede por dichos elementos, y es justo en esa grieta donde se ubica la responsabilidad de Jack, puesto que es responsable de la acción que lleve adelante ya que de ahí surgirá la posición subjetiva del sujeto.
Pero, como se mencionó anteriormente, la respuesta que da Jack a la interpelación, no está del lado de la responsabilidad subjetiva, sino de la negación. Jack no acepta el trasplante de médula y se sirve además de la proyección, culpando a Foreman por haber presionado a Will a ser su donante. Aparece además, la figura del arrepentimiento, en tanto menciona que ya no consume drogas, que ha cambiado y que quisiera que sus padres pudieran ver el cambio. Y por si fuera poco, luego de rechazar ser trasplantado, Foreman le dice a Jack que
llegará el momento en que se dé cuenta de que se equivocó, aceptará el trasplante y cuidará de sus hermanos, a lo cual Jack responde “No lo creo”.
Puesto a que no hay un cambio de posición en el sujeto, ya que Jack decide finalmente no ser trasplantado, quedar internado y enviar a sus hermanos con una asistente para que queden al cuidado de otra persona, no se podría hablar de responsabilidad subjetiva, sino que se quedaría en la responsabilidad moral, jurídica, aplicable al sujeto autónomo del discurso jurídico.
Referencias
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– Fariña, J. & Gutiérrez, C. (1996). Veinte años son nada. Causas y azares. Número 3. Buenos Aires.
– Fariña, J. “The Truman Show. Mar abierto (un horizonte en quiebra)”. En Ética y Cine, Eudeba, 2000.
– Freud, S.: (1917) “Duelo y melancolía”, Obras Completas, Tomo XIV, Amorrortu Editores, Buenos Aires.
– Freud, S.: (1925) La responsabilidad moral por el contenido de los sueños. En Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto. Obras completas. Tomo XIX, Amorrortu editores. 1984.
– Jinkis, J. (1987). Vergüenza y responsabilidad. Conjetural, número 13. Editorial Sitio. Buenos Aires.
– Mosca, J. C. (1998). Responsabilidad, otro nombre del sujeto. En Ética: un horizonte en quiebra. Eudeba, Buenos Aires.
– Salomone, G. Z.: El sujeto dividido y la responsabilidad. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006.
– Sartre, Jean Paul: El muro, Editorial Losada, Bs. As., 1972.
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