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Risky Business / Negocios arriesgados

Temporada 8 - Episodio 04

Autores: María Victoria Bollella y Nadia Di Carlo

Palabras clave: Ética profesional - Neutralidad - Confidencialidad

Síntesis

Un hombre y su hija están conversando sobre la mudanza de la empresa familiar a China. En el medio de la conversación el hombre parece sentirse mal, y le dice a su hija que necesita que lo lleve a un doctor.

El doctor House conversa con la dra Park y le afirma que sería despedida, a lo cual ella le hace una apuesta por cien dólares diciendo que no sería así. Posteriormente el Dr. House visita al paciente, y, coerción mediante, le hace firmar un cheque:

Dr. House: “Bueno, si realmente quieres agradecerme…mi departamento no es realmente un departamento, porque mi jefe dice que no tiene el dinero; lo que nos proporciona un bonito contraste contigo”. “Yo nunca quebrantaría la confidencialidad pero… podría haberte ingresado en un establecimiento que trate exclusivamente desordenes mentales”. A esto el paciente responde: “¿Cuánto quieres?” El Dr. House se sonríe permaneciendo en silencio

En la mesa del comedor de la clínica, Dra Park, Dra Adams y el Dr. House discuten sobre patriotismo y nacionalismo. La Dra Adams se muestra indignada con el nuevo paciente ya que, dice, está destruyendo miles de empleos. Siguientemente conversa con su hija, a quien le comenta que le parece “terrible” el hecho de que su padre cierre las operaciones americanas, la cual le menciona que su madre falleció hace cuatro meses por un Linfoma no-Hodgkin y que su padre, entonces, trasladaba la empresa por pena. En ese momento, su padre comienza a vomitar sangre.

Al día siguiente, el Dr. House le dice a la dra. Adams que la conversación que había tenido con la hija del paciente no podía deberse a su descontento con la decisión sobre la empresa, sino con el funeral que había presenciado cuando según ella estaba en una entrevista laboral. Llega entonces el Dr. Foreman (presidente del Comité de Disciplina), quien rompe el cheque obtenido por el Dr. House. Ese mismo día, en una visita de las doctoras al paciente, la dra. Adams le pregunta a éste último sobre las condiciones de trabajo bajo las cuales abriría la empresa en China:

Paciente: “Escuche que una de Uds. piensa que soy un gran bastardo”

Dra. Adams: “Supongo que esa seria yo”

Paciente: “¿Tu jefe hace chantajes y tú cuestionas mi ética profesional?”

La dra. Park, aludiendo al tema, le cuenta a la Dra. Adams sobre un primo de 10 años que trabaja en una fábrica en su país, dándole a entender que para su familia ello representa una esperanza.

Luego, discutiendo nuevamente sobre el diagnóstico del paciente, la dra. Adams propone que quizás la mujer de éste fue mal diagnosticada y que entonces quizás, portadora ésta del linfoma HTLV-1, se lo contagió a su marido. Dejan así abierta la posibilidad de que el paciente padeciera de cáncer. Posteriormente, en una sala el Dr house cura a un paciente herido producto de una pelea callejera. Le pide a la Dra. Park que le de algún consejo a éste sobre lo aprendido en la clase del manejo de la ira. Ella comienza a hablar y el Dr. House graba una parte que la dejaría comprometida con el Comité de Disciplina.

El paciente, mientras tanto, es sometido a una radiación y la Dra. Adams durante el proceso indaga si la decisión de mudar la empresa a China no está relacionada con la muerte de su esposa.

La dra. Park conversa con el Dr. Wilson acerca de la apuesta que le hizo al Dr. House, y teme que éste, en su afán por ganarle, termine logrando que efectivamente la despidan. El Dr. Wilson le dice que el Dr. House en realidad se está jugando su honor, y que para que ceda, debe darle algo que valga más que aquello.

Dr. House le pide doscientos mil dólares a la Dra. Adams. La Dra. acepta pero bajo la condición de que le doctor duplique sus horas en el Hospital. De ese modo, dice, los tratará con más “humanidad”.

La dra. Park y el Dr. House vuelven sobre el tema de la apuesta y el Dr. le deja entrever que Foreman, aunque sabía que el Dr. Andrews estaba borracho, no comentó nada en la audiencia, siendo que él autorizó su intervención sobre el paciente el día del incidente que terminó en una denuncia por acoso sexual contra ella.

House se dirige al consultorio del Dr. Andrews presentándole a las Dras. Adams y Park. El Dr. House sabiendo que la Dra. Park y el Dr. Andrews se conocían, pregunta si se conocen. Le solicita a Park que ponga al tanto al Dr. Andrews sobre la condición del paciente:

Dra. Park: “Micropsia, Hemorragia, Taquicardia, Dificultad para respirar”

Dr. Andrews. “Suena como si la medula espinal estuviese comprometida. ¿Has considerado normalizar la presion hidrocefalica?”

Dra. Park: “No es su medula espinal, son la conexiones entre el corazon y el cerebro. Síndrome de Disregulacion Automática”

La Dra. Park continúa señalándole que esto podría confirmarse si se hiciera una prueba vasculante. Andrews le responde que esto podría dejar al paciente en una cama, a lo que la Dra. responde que eso seria bueno porque tiene ADS. House interrumpe preguntándoles si cree en ese diagnostico, ordenándole que realice una prueba de fluido de medula para confirmar. Luego, la Dra. Park le comenta a la Dra. Adams que necesita la confianza del Dr.- House para desobedecerlo y comenta que tiene sus confirmaciones para el diagnostico. Ambas acuerdan avanzar con el paciente y continuar de todos modos.

La Dra. Adams se encontraba realizándole un estudio a el paciente cuando el Dr. Foreman interrumpe preguntándole por una costosa maquina rejuvenecedora de piel, que había desaparecido, pidiéndole que si sabe de ella que la regrese sospechando que ella estaba cubriendo al Dr. House. Cuando Foreman se retira la Dra. Adams advierte que el paciente había ingresado en estado de coma.
Ya en la audiencia del comité encabezada por la Dra. Park, el Dr. House irrumpe en la sala señalando que ya estaba despedida por haber causado el coma del paciente, insubordinándose a sus indicaciones. Inmediatamente el Dr. Foreman lo expulsa de la sala solicitándole a Park que continúe con su relato, y la audiencia continúa.

La hija del paciente le pregunta a la Dra. Adams sobre la salud de su padre. En ese momento le comenta que debía firmar un documento a no ser que su padre despierte a tiempo. Adams le aconseja que no lo firme.

La Dra. Park ingresa a un consultorio donde se encontraban el Dr. House y la Dra. Adams, alegre porque no la habían despedido. El ruido de un aparato desconcentraba a House quien muy molesto se dirige con intenciones de golpear al doctor que lo manejaba, cuando la imagen reflejada por el aparato interrumpe el golpe: mira sorprendido la imagen y les dice a las Dras. Adams y Park que pongan al paciente en Plasmaferesis, que se despertaría en una hora.

Más tarde, cuando el paciente ya se encontraba despierto, el Dr. House le pide que firme un documento, un comunicado de prensa en el que consta que está saludable y volverá a trabajar:

Paciente: “Tengo sed”

Dr. House: “Ese es un efecto secundario de morir. Resulta que la sangre estaba espesa y viscosa. Complejos con forma de anticuerpos están obstruyendo los vasos sanguíneos. Están causando a sus órganos que se apaguen uno por uno (…). Ahora están siendo filtrados, la sangre va a ser un poco menos salsa de pato y un poco mas salsa de soja”

Paciente: “Así que voy a estar completamente curado”

Dr. House: “No es todo acerca de ti. El precio de tus acciones serán completamente curadas una vez que firmes esto. Es un comunicado de prensa, dice que estas saludable y volverás a trabajar. Esta firmando el contrato que oficialmente mueve la compañía a China”

Hija: “Acaba de despertar. Papá, no tienes que lidiar con esto ahora”

Dr. House: “Si, de hecho…tiene, porque el mercado abre a las nueve y esto significa mucho para mi. Debes recordarme de la época que salvé tu vida”

La hija se opone y le dice que no tiene que firmarlo ahora y que si lo hace seguirá sin ella. Sin embargo el paciente lo firma.

Luego, se observa al Dr. House ingresando al despacho del Dr. Foreman con la costosa máquina, se la entrega junto con un cheque dejando al Dr. Foreman asombrado.

Más tarde, en una sala del Hospital, el Dr. House le hace entrega de un guardapolvo a la Dra. Adams, a quien le comenta que sabía que su tardanza aquel día era producto de una discusión entre ella y su novio a causa de un engaño que ella descubrió, a lo que la Dra. Adams responde que no era su novio sino su ex esposo; que en ese momento estaban firmando los documentos del divorcio. House le alcanza un bate de Béisbol para que pueda romper con todo lo que en ese espacio había, ya que estaría todo cubierto (aparentemente con el cheque que le entrego al Dr. Foreman). Finaliza con las imágenes de la Dra. Adams destruyendo el lugar.

Desarrollo Conceptual

Elegimos al Dr. House como personaje para elaborar este trabajo ya que el recorrido del episodio nos permite ubicar el circuito atribuible a la responsabilidad.

El Dr. House recibe como paciente a un empresario, que ingresa descompensado en el Hospital que él trabaja requiriendo atención y es internado. En el primer contacto que tiene con este hombre, ante el agradecimiento del paciente, House la propone dar su agradecimiento firmando un cheque. Ante la negativa, le deja entrever en relación al pronóstico de su estado de salud que una de las posibilidades es encuadrar su estado como un desorden mental, lo que llevaría a internarlo en una institución psiquiátrica, dejando en desventaja su imagen frente a los empresarios chinos. El paciente decide finalmente firmar el cheque.

En este contexto, la Dra. Park le hace una apuesta al Dr. House por cien dólares si lograba no ser desvinculada del Hospital tras una audiencia con el Comité de Disciplina:
House: Estás tan despedida…
Park: Cien dólares a que no me despedirán
House: Oh, no quieres apostarme…

En un encuentro en la oficina con el doctor Foreman, el Dr. House le hace mención al cheque, quien lo rechaza destruyéndolo.

En este contexto de apuestas, el Dr. House le pide a la Dra. Adams doscientos mil dólares para invertir en las acciones de la empresa del paciente, las cuales estaban en default a partir de la internación del éste por la caída de su imagen pública, y las estarían en alza tras su recuperación. El propósito de promover la recuperación del paciente, entonces, está desde ese momento circunscripto al resultado de esta inversión.
House: Necesito doscientos mil dólares. Su compañía perdió un tercio de su valor desde que fue admitido.
Adams: ¿Y tú quieres hacer uso de alguna información privilegiada? Se toma como delito. ¿No estás violando tu libertad condicional?

House: No es información privilegiada. Sólo estoy apostando en mi mismo para resolver el caso. Una vez que lo cure, la cotización sube. Te lo pagaré.

La Dra. Adams se niega a invertir esta suma de dinero, y termina ofreciéndole cinco mil dólares.

Al día siguiente, tras un ataque cardíaco que tuvo el paciente, el tema de las apuestas sigue apareciendo en House como un elemento invariable:

House: Mi oferta para vender la comida de Barton a 34 dólares está a punto de expirar. Pensaron que el paciente debería estar mejor ahora. Sin embargo, voy a perder veinte mil dólares ahora.
Adams: ¿Veinte?
House: Tus cinco, más los cinco que le robé a Wilson, más los diez que tengo al margen. Hay una manera de que puedas tener tus cinco mil de vuelta. Dame los doscientos mil completos.
Adams: …Y mañana te debo un millón de dólares
House: Es tu culpa. Me obligaste a ir con esta opción.

Es decir que paralelamente a la apuesta con Park y a la inversión que realizara en la bolsa “apostando en sí mismo para resolver el caso”, House continúa apostando en torno al estado del paciente. Aparentemente le ganó la comida a Barton tras haber apostado que el paciente no mejoraría.

Por no conseguir el dinero que requería para apostar en la bolsa, opta por robar una máquina láser del Hospital, valuada en doscientos mil dólares.

Seguidamente, House decide realizar una interconsulta con el neurólogo del Hospital, Dr. Andrews, en compañía de las doctoras Park y Adams, involucrada la primera en un conflicto con éste médico a partir de una denuncia por abuso sexual, y por el cual la doctora tendría la audiencia. El Dr. Andrews aseguraba que se trataba de una hidrocefalia con presión normal, mientras que la Dra. Park rechazaba el diagnóstico. House comparte el diagnóstico del neurólogo y le ordena a Park hacer una prueba de fluído de médula. Ésta lo desobedece bajo aprobación de la Dra. Adams, y ésta última le realiza una prueba de mesa basculante dejando al paciente en coma. Posteriormente, en una conversación entre House y Adams, ésta le manifiesta que Andrews predijo el coma, mientras que House lo atribuye a la suerte. Aquí podemos pensar en una primera exculpación posible para House. La necesidad también opera allí donde un suceso se encuentra por fuera de la voluntad humana [1], pero decimos que la responsabilidad subjetiva se encuentra en la grieta entre el azar y la necesidad. [2]

Si él como jefe de Park estaba de acuerdo con su diagnóstico, y sabía que ésta iba a hacer la prueba de mesa basculante a pesar de su indicación, el hecho de haberla contradicho puede entenderse como un intento por desligarse de la responsabilidad por los resultados, responsabilizando a otro, en este caso a Park, por su accionar. Pero los resultados de tal prueba, el coma del paciente, le dan la pauta a House de que algo en su cálculo ha fallado. Desde el orden del derecho, y considerando aquellos dos conceptos necesarios en la construcción de las figuras de desrresponsabilización [3], tanto la razón pero aún más la intención como segundo elemento que corroboramos en House como elemento que liga a la responsabilidad y la culpa, ob-ligando a responder.

En un primer tiempo el personaje lleva adelante una acción, una conducta orientada por un determinado objetivo y entendiendo que tal iniciativa se agota en los fines para los cuales fue concebida. El sujeto autónomo, de la razón y de la intención con fines precisos, el Doctor House, hombre de ciencia, se ve de repente interpelado por una acción cuyos efectos no previó. Lo confronta con aquello que perteneciéndole, le es ajeno. [4] Por esto podemos atribuirle responsabilidad subjetiva.

Se abre como respuesta a esta interpelación la negación y la proyección como modos de continuar alojándose en el orden de lo particular. Si el coma es producto de la suerte, si Park es culpable por haberle realizado la prueba acorde a su diagnóstico, desobedeciéndolo, y si Adams es culpable por su propia ira, la cual lo obligó a apostar los veintemil dólares en la bolsa, entonces él no es responsable a nivel subjetivo. Él tenía intenciones definidas y claras, pero el azar y los otros…
Vemos así que de arriesgados sus negocios tienen poco y nada, en tanto no implican una apuesta subjetiva por lo que vendrá, no implican un acto en sentido estricto. En estas respuestas lo que House logra es la obturación de la emergencia subjetiva; no hay advenimiento del sujeto. Pero al llamado de la interpelación se le impone en forma de ley una respuesta [5] , y en este punto el Otro que es la ciencia y la medicina, no puede responder.

Al momento de la audiencia de Park, House irrumpe ordenando estrepitosamente que la despidan ya que por su desobediencia el paciente había quedado en coma, asegurándose de este modo ganar la apuesta que mantenía con la doctora. Los miembros del Comité, sin embargo, ignoran sus comentarios y lo fuerzan a retirarse de la sala. Foreman, irónicamente, le pregunta “¿estás seguro, House?”, a lo que él afirma: “soy lo suficientemente listo para saber lo que no sé”. A la luz de los hechos, nos preguntamos: ¿es lo suficientemente listo para saber lo que no sabe? Más que ser listo, saber requiere coraje. No hay necesidad de saber qué se sabe para gozar de un saber.

Finalizada la audición, la Dra. Park ingresa en la oficina de House festejando su permanencia en el Hospital. En ese momento, el ruido de una cortadora de yeso lo desconcentra y se dirige violentamente hacia quien la utilizaba en la sala de al lado, dispuesto a golpearlo, cuando una imagen detiene su golpe.

Entre necesidad y azar

Esta imagen es una radiografía que refleja una prótesis de cadera y miembro inferior derecho, la cual lo deja perplejo. Paso seguido ordena a las doctoras realizarle al paciente una plasmaféresis, asegurando que éste despertaría en una hora. El azar da lugar a su certeza, y finalmente, tras la intervención indicada, el paciente despierta.

En este tiempo, el sujeto se ve interpelado por ciertos elementos disonantes, y algo de esa diferencia le pertenece. El tiempo 2 se sobreimprime al tiempo 1, resignificándolo. [6]

Tenemos entonces un primer tiempo, constituido por el conjunto de sucesos que lo componen, en el que House despliega acciones determinadas en concordancia con el universo discursivo en el cual el personaje se halla inmerso (la medicina), y que se supone, se agotan en los fines para los cuales fueron realizadas, que serán confrontadas en un segundo tiempo con algún indicador que le enseña un exceso en lo acontecido. Tiempo donde el universo particular, soportado en las certidumbres yoicas, se resquebraja posibilitando una pregunta: ¿Qué soy? Es una pregunta por el ser del sujeto, que nunca podrá encontrar respuesta en el nivel del significante.

La interpelación subjetiva es la puesta en marcha del circuito; el recorrido puede volver sobre los elementos disonantes sin que esto implique una apertura, sino para cerrar el circuito. Si abre tiene que cerrar, este es el trabajo de la interpelación. No hay forma de responder, pues la interpelación exige respuesta.

Bet is better

La medicina, la ciencia, ubicadas en el registro de lo particular, no alcanzan para decir todo acerca del sujeto. Podemos pensar que House se identifica con esta falta en el Otro para no saber nada de ella, haciéndola carne en los sucesivos préstamos de dinero que solicita, en las apuestas en las que incurre y en el robo de la máquina láser que realiza. Esta identificación sirve para salvar a este Otro en tanto completo, lo cual le ahorra un buen monto de angustia. El libreto el sujeto actúa es en función de llenar la hiancia imposible de colmar de la deuda simbólica.

Debe recurrir a la apuesta en sí mismo, dice, para poder resolver el diagnóstico de este paciente en particular. ¿Qué es lo que apuesta? Apuesta en principio cien dólares por su honor con Park; apuesta en la bolsa dinero que en parte ha sido robado o prestado por un tercero (la Dra. Adams, quien, casualmente, también esta como médica implicada en la recuperación de dicho paciente). Podemos inferir que desde el punto de vista subjetivo nada pierde, porque nada apuesta. Y en este sentido decimos bet is better, marcando que es mejor (better) realizar las sucesivas apuestas que emprende, que apostar en el sentido de su propia implicación subjetiva, lo que se ve reflejado en sus rodeos y postergaciones. Procastina en lugar de tomar parte, tener parte y ser parte.

Pero podríamos inferir que House se anoticia de este saber que no quiere saber cuando lo real de la falta hace su aparición: la radiografía de una prótesis de cadera y fémur, azarosamente de aquella parte de su cuerpo que llama la atención en su andar, su pierna. Es en ese nivel en el cual este universo de la ciencia no abarca todo: es el punto del goce en su propio cuerpo, un real del que aparentemente la medicina (campo donde un médico podría sentirse a resguardo) no ha podido dar cuenta. La falta en ser determinada por el no-todo del Otro, que denota el agujereamiento del universo preexistente, en donde su propio cuerpo recortado por el goce constituye una singularidad.

Entendemos entonces que el encuentro con esa imagen de sí mismo (de un sí mismo incompleto) es respondida por House desde el nivel de lo particular que entraña la ciencia: tiene respuesta para el diagnóstico del paciente. De este modo, una vez más, intenta completar a ese Otro.

En ese Otro de la medicina que no puede dar respuesta a su propia falta, aquel Otro a quien evoca inconscientemente para que responda por él permite conjeturar que House continúa estando en deuda con su deseo, y estar en deuda ob-liga a responder. Responder no ya desde el nivel de lo particular ni de lo moral. Su deseo se convierte en un bien que se cede, materializando la culpa, lo que se ve reflejado en la devolución de la máquina láser robada, junto al pago del cheque a Foreman con el fin de recuperar su departamento por un monto significativamente mayor del que le había mencionado a House que era necesario para tales fines, sorprendiendo al Foreman mismo. Es este pagar demás otro de los indicadores de una interpelación a responder que ha tocado a House, en tanto que la interpelación es en términos económicos lo que genera deuda, culpa en sentido lato. [7] Sin embargo, y hasta nuevo aviso para House, las faltas simbólicas no pueden pagarse imaginariamente.

Referencias

  Ariel, A.: La responsabilidad ante el aborto. Ficha de cátedra. Mimeo.

  D’Amore, O.: Responsabilidad y culpa. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006.

  Domínguez, M. E.: Los carriles de la responsabilidad: el circuito de un análisis. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006.

  Michel Fariña, J. J., Responsabilidad: entre necesidad y azar. Clase teórica

  Michel Fariña, J. J. “The Truman Show. Mar abierto (un horizonte en quiebra)”. En Ética y Cine, Eudeba, 2000.

  Mosca, J. C. (1998). Responsabilidad, otro nombre del sujeto. En Ética: un horizonte en quiebra. Eudeba, Buenos Aires.

  Salomone, G. Z.: El sujeto dividido y la responsabilidad. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006



NOTAS

[1Michel Fariña, J. J., Responsabilidad: entre necesidad y azar. Clase teórica

[2Michel Fariña, J. J., Ibíd.

[3D’Amore, O.: Responsabilidad y culpa. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I:
Fundamentos. Letra Viva, 2006.

[4D’Amore, O., Ibíd.

[5D’Amore, O., Ibíd.

[6Domínguez, M. E.: Los carriles de la responsabilidad: el circuito de un análisis. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006.

[7D’Amore, O., Ibíd.