Autor: Rossi, Maia
Palabras clave: Duelo – Síntoma - Deber – Elección de vida - Eutanasia - Cáncer - Derrumbe - Vandalismo - Quimioterapia - Represión
Síntesis
El título alude a los mecanismos mediante los cuales los personajes principales de este capítulo, Dr. House y Derrick, el paciente, se manejan frente a la muerte de sus allegados, eludiendo el duelo y la aceptación. Aferrándose a sus seres queridos, niegan, en un caso lo que pasará, y en otro la muerte ya acontecida hace 10 años.
Suena la alarma del despertador en una habitación oscura donde Wilson se despierta. Escena siguente, House abre la puerta de su casa para encontrarse con Wilson del otro lado.
W:- No voy a seguir con la quimio.
H:-Buen plan. Morirás en cinco meses.
W:- Hemos intentado curarme. No funcionó. He pensado mucho sobre esto. Cinco meses más sobre la tierra es algo razonable. Un año en el hospital con un dolor insoportable.. no lo es.
H:- Alternando dos semanas de quimio con dos sin ella, tendrás mucho más de un año, quizás dos o tres.
W:-House... Lo siento.
H:- No voy a dejarte morir.
Éste le dice que no va a seguir con la quimioterapia, a pesar de la señalización de House de lo mortal que sería eso. Cinco meses de vida son mejores que el tiempo en el hospital y el dolor que el tratamiento conlleva. A pesar de ello, House no se rendiría.
Un nuevo día en el hospital. Al llegar, Foreman le acerca a House un sobre con entradas para la temporada de hockey mientras dice que las mejores ideas llegan ante el contacto casual. House interpreta por la fecha de los boletos, posterior a la "fecha de expiración" de Wilson:
F:-Trato de demostrarte que hay otras personas que se preocupan por tí.
H:- Tranquilo. Probablemente no me desmorone.
En su oficina se encuentren el Dr. Taub y las doctoras Park y Adams. Discute con su equipo en pos de dedicarse a pensar en una posibilidad de mantener a Wilson con vida, mientras sus inferiores insistían en continuar su trabajo como si nada: el paciente del día sería un atleta que se presenta con hemorragia nasal y mareos. Lejos de desistir, House diagnostica en segundos al paciente y se retira, ocupado en sus propios problemas, su mejor amigo está, según él, tratando de suicidarse, según su equipo, tratando de morir con dignidad (lo cual no existe para House).
Adams:- No es decisión tuya, House. Tu única opción es entre la resignación o las lamentaciones.
House:- Es un granuloma en la línea media. Haganle una tomografía al paciente.
Durante la tomografía descubren que los lóbulos temporales del paciente, Derrick, se activan sin un estímulo externo: escucha voces, generando sospechas de esquizofrenia.
Entretanto, House le ha puesto un sedante en el café de Wilson con el fin de hacerle lo que parece quimioterapia contra su voluntad mientras se encuentra desmayado. Mientras realiza el procedimiento, el equipo médico le trae las novedades del joven atleta cuyo tratamiento poco le interesa a House. Ante la noticia de las voces, manda a revisar su dormitorio en busca de drogas que pudieran generar tales alucinaciones.
Escena siguiente, el Dr. Taub y la Dra. Adams entran en el dormitorio de Derrick de la Universidad donde su compañero de cuarto se encuentra fumando marihuana en pipa. Una de las médicas encuentra, no drogas, sino una fotografía de un chico en el cajón de las medias. Esto le llama la atención y ella se lleva sin permiso la fotografía del dormitorio para confrontar junto al Dr. Taub al paciente con ella, frente a su novia. Ante aquella confrontación, el paciente confiesa que la fotografía era de su hermano, fallecido hacía diez años ya, sobre lo que no había hablado con su novia, y lo que no quería discutir con extraños. La Dra. Adams ata cabos de que la voz que supuestamente escucha el paciente era la de su hermano. Antes de que pueda responder, cambia la escena.
Wilson, tirado en el piso, se despierta de su letargo de sedantes para encontrarse con House sentado en su escritorio. Le pregunta si ahora el pelo se le caerá la semana siguiente, a lo que el protagonista le responde que no, sino que lo ha matado temporalmente: le ha dado la experiencia de un estado en el cual no hay sueños ni pensamientos, y lo invita, de esa manera, a imaginarse una eternidad de eso, lo vacío de la muerte. Wilson le reponde que la droga que le administró es lo vacío, y no la muerte. Se deja translucir para House con este comentario de Wilson su creencia en el más allá, que es recibida con más sarcasmos. Su objetivo ahora es derrumbar esa idea de algo mejor que lo espera con el fin de inspirarle miedo a la muerte.
H:- No hay cielo, no hay infierno. Tu alma no va a salir flotando de tu cuerpo para unirse a una gran fuerza energética unificadora. El hecho de que te estés muriendo no va a cambiar eso.
Wilson no le da cabida y le pide que se vaya, no sin antes hacerle entender que no va a cambiar de idea sobre dejarse morir ni sobre la existencia de algo luego de la muerte.
El equipo de médicos de House decide no entrometerse con su forma de lidiar con la pena que le genera saber que su mejor amigo morirá, la cual maneja negando la posibilidad de que no haya cura para el estado de Wilson y mediante la búsqueda de una solución.
El atleta pelea con su novia sobre no haberle dicho que tenía un hermano muerto, ante lo cual el joven le termina diciendo que se fuera y no volviera, no quería hablar. Mientras le realizan una prueba con electrodos en la cabeza, la Dra. Adams inicia un dialogo en el cual le cuenta la situación de House, cómo está perdiendo a su amigo por cáncer y cómo niega lo inevitable, en vez de hablarlo con sus compañeros, y lo compara con el hecho de que su paciente no quiera hablar con su novia sobre su hermano muerto, y no quiera admitir frente a los doctores que escucha su voz, lo cual podría hacerlo perder la salud. Lo conmueve y el chico comienza a contarle las reacciones de su familia frente al fallecimiento de Christopher, su hermano, en manos de un conductor borracho. No se había hablado jamás del tema y eso, según él, les había funcionado. Su padre comenzó a beber y su madre guardó todas sus fotos y fue como si nunca hubiera existido. Él había conservado la única. Acto seguido, el chico comienza a perder la vista del ojo derecho a causa de un coágulo en las arterias.
Pasamos a la cafetería del hospital, donde House y Wilson buscan mesa. House le comienza a recordar de aquél caso en el que Wilson, contra el juicio de los doctores de extirpar los ojos, donde se concentraba el cáncer, para evitar que se trasladara al cerebro, Wilson decidió aplicarle un tratamiento nuevo que tuvo como resultado que se salvaran sus ojos y su vida. Al llegar a la mesa, sorprende a Wilson con la presencia de ese mismo chico, ya crecido, que, enterado de su situación, viene a contarle que terminó el secundario y que fue aceptado en Princeton (la misma universidad a la que fue Wilson) para convertirse en doctor, y traerle un mensaje inspirador sobre que todavía puede seguir haciendo mucho bien, por más que tenga poco tiempo. Wilson no se muestra convencido, a lo que House exclama al resto de la gente del comedor, que se identificaran las personas a las que Wilson le había salvado la vida. En una conmovedora escena, toda la gente que se encontraba copando la cafetería se levanta con faces emocionadas, y comienzan a decir sus diagnósticos y hace cuanto que su cáncer se encuentra en remisión, y las cosas que han podido hacer en sus vidas gracias a que Wilson los había curado, culminando con una ovación. Wilson cierra los ojos y dice que Mickey, el niño que había salvado, se habría graduado el año anterior, descubriendo la farsa. House había contratado actores para montar aquella escena. Molesto, Wilson se retira.
Pasamos a la oficina de Foreman, donde uno de los médicos subordinados de House se encuentra pidiendo una carta de recomendación para reemplazar a House, previendo que éste se derrumbará con la muerte de su amigo.
Taub:- Una brillante carta de recomendación que acabas de escribir en mi laptop. Noté que falta tu firma en la parte inferior.
F:-¿No crees que estás siento un tanto prematuro, prediciendo la desaparición de House?
Taub:- No la desaparición. Sólo la implosión.
En medio de la escena comienza a salir agua por debajo de la puerta del baño de la oficina. Foreman de inmediato va a inquirir a House sobre el asunto, diciéndole que sabe que es responsable.
F:-Sé que eres el responsable.
H:- No, no lo sabes. Porque yo no lo he hecho. Sea lo que sea. Pero si hubiera metido esos boletos para la temporada por algunos retretes, lo habría hecho porque me lo pediste. Querías reemplazar a Wilson. Yo molesto a Wilson todo el tiempo. Disfrútalo.
En la escena siguiente Wilson se encuentra en un bar, donde se reúne con la Dra. Hadley, una médica que ya no trabaja más en el hospital, diagnosticada con Huntington, otra enfermedad terminal. Con ella discute qué se siente saber que uno va a morir antes de tiempo, y las respuestas que la gente alrededor da frente a ello, las cuales son solamente modos que las personas que no están padeciendo una enfermedad de sentirse mejor con ellas mismas, y no un intento de hacer sentir mejor al enfermo. Ella le recomienda que le dé una oportunidad a la quimioterapia, ya que pudiera no ser tan mala como él cree, a lo que él responde que no se imagina pasar sus últimos momentos internado, y que quiere pasar sus últimos días con sus amigos, o su amigo, ella aclara.
De vuelta en el hospital, House deja un mensaje a los padres de Wilson, con el fin de lograr el objetivo que los actores no completaron, pero que las personas reales que lo querían, sí. Sus médicos, que lo seguían en el trayecto por los pasillos del hospital hasta el baño, intentan obtener algún retorno sobre el caso que los ocupa, del joven atleta. Expresan que algunos de los síntomas del paciente son fisiológicos, y otros podrían ser psicológicos, estableciendo que evitar el duelo puede llevar a desórdenes de ansiedad que pueden manifestarse en enfermedades físicas. House decide asumir que todos sus síntomas son físicos, ignorando la represión del duelo, encontrando desacuerdo por parte de las Dras. Adams y Parks, y el acuerdo por parte del Dr. Taub, quien alude a una investigación sobre víctimas del once de septiembre que resaltaba la bondad de la represión para la supervivencia en una situación de crisis en contraste con aceptar el dolor del duelo. Entretanto continúan ensayando hipótesis, llegan al baño para contemplar el trabajo de los empleados de limpieza en sus intentos desesperados de contener el agua que sale a borbotones de los grifos.
La Dra. Park se encuentra haciéndole una punción a Derrick para ver si el líquido cefalorraquídeo da señales de una hemorragia subaracnoidea post migraña. Mientras, le expresa su opinión sobre por qué ella cree que tiene aquellos síntomas y por qué ella piensa que escucha la voz de su hermano, aludiendo a que su mamá no lo había dejado lidiar con la pena de perder a su hermano Christopher de la forma adecuada, ofreciendo ayuda de profesionales capacitados para ayudarlo con eso. El paciente no responde, y la punción muestra presión en el líquido.
House se encuentra pensativo en el ala de quimioterapia del hospital, cuando llega Hasley, quien actúa como mediadora entre los amigos en conflicto. Le recuerda que House la había despedido para que ella pudiera pasar el resto de su vida haciendo lo que ella quisiera hacer, expresando que es lo menos egoísta que nadie había hecho por ella hasta ese momento, queriendo de esa manera abogar por el deseo de Wilson, cual sea la decisión que él tomara, aunque aquella fuese la de no hacer quimioterapia.
Hadley:- Los amigos respetan las decisiones de los amigos, aunque no estén de acuerdo con ellas. Se llama lealtad.
H:- La lealtad es una herramienta par aobligar a la gente a hacer cosas que no quieren hacer.
Hadley:- Pero lo quieres hacer. Puedes haberlo racionalizado de mil maneras distintas, pero el hecho es que me despediste para que me viera obligada a pasar el resto de mi vida haciendo exactamente lo que quería hacer. Probablemente fue la cosa más desinteresada que nadie haya hecho por mí jamás. Y ni siquiera te caigo tan bien.
Esto inspira a House a "rendirse" ante Wilson, admitiendo su error al no escuchar a su amigo en su deseo, e invitándolo a cenar con la promesa de no intentar más nada para torcer su voluntad. Mentira
La mamá del atleta llega al hospital y se le informa del estado de su hijo. Ella se hiela al ver la foto de su hijo muerto en la mesita de luz al lado de Derrick. Entre la Dra. Adams y el chico, intentan explicarle la necesidad de hablar sobre el tema, ante lo cual la madre no responde más que con la expresión de su necesidad de café por el cansancio del viaje y saliendo de la habitación.
Luego se ve a House y Wilson en el restaurant, pasando un buen rato y rememorando anécdotas de la vez que fueron de excursión a la montaña. El postre, pedido por House, consiste en una bandeja de Oreos, en alusión a aquellas que se salvaron de ser devoradas por un oso durante el viaje, siendo lo único que les quedó de comer. Wilson reflexiona para sí unos segundos, luego de lo cual le expresa la posibilidad de que decida sí seguir con el tratamiento. House dice que le parece razonable, ante lo cual Wilson se pone sospechoso sobre todo el asunto de la cena para rememorar anécdotas, asumiendo que se trata de otro plan de House para manipular su decisión en pos de los deseos de aquél. House trata de desmentirlo, y le expresa su necesidad de tenerlo vivo como amigo por más tiempo. Wilson enfurece y le dice que no le debe nada y que su muerte es lo único de su relación que no tiene que ver con House, sino con él mismo. Se va a su auto a llorar, donde llega House un tiempo después para hablar.
Wilson le expresa la necesidad que tiene de atravesar aquello que le está pasando, su experiencia de cercanía a la muerte, con un amigo que esté ahí para él. House se niega a expresar su amor por él a menos que acepte pelear por su vida, y se retira.
Mientras, en el hospital, se le está realizando una resonancia a Derrick, que determina que la presión en el líquido cefalorraquídeo no se debe a una migraña, como suponían. Las Dras. Park y Adams se van a reunir con el paciente que está saliendo de la máquina. El paciente le agradece a la Dra. Park llamandola por el nombre de la otra doctora. En ese momento el techo se cae encima de los tres, cediendo al peso del agua.
House vuelve al hospital para encontrarse con el desastre: un hospital sin luz, un aparato de resonancia roto y doctores lesionados y enojados por la caída del techo. Él continúa su trabajo como si nada ante las quejas de sus inferiores. Discuten el hecho de que House haya dicho que había terminado con el tema de Wilson, a lo que el Dr. Taub le dice que hasta que él no esté muerto no había terminado, y que no puede abandonarlo así. House continúa hablando de la resonancia del paciente, le informan que no era una migraña y que antes de que el techo colapsara el chico había confundido a una de las doctoras con otra. House toma una jeringa y les dice que lo sigan a la habitación del paciente.
Inserta la aguja en su oído esperando que salga aire, en vez de lo cual sale sangre. El nuevo diagnóstico es la presencia de Arteria estapedial persistente, una estructura que debería desaparecer en la etapa embrional pero que en este paciente continuó existiendo y ejerciendo una presión contra el lóbulo temporal, causando todos los síntomas, incluyendo las alucinaciones auditivas. House se va, encargando a Taub, Adams y Park que le expliquen el tratamiento a Derrick.
Le explican al paciente que es necesario remover la arteria, y que ello implicaría que dejara de escuchar la voz de su hermano.
El Dr. Taub persigue a House por los pasillos del hospital, retomando la discusión que habían mantenido anteriormente, diciendo que debía respetar el deseo de Wilson de vivir el resto de su vida sin dolor. Ante esto, House responde, ya enojado, que la vida es dolor, que el se levanta por la mañana sintiendo dolor y que va al trabajo sintiendo dolor. Muchas veces había querido terminar con su vida, pero no lo había hecho. Se da vuelta y se va.
Al día siguiente, House llega al hospital para ser recibido por la Dra. Park, que le informa que no se había podido realizar la operación porque el paciente había intentado suicidarse tomando amoníaco del carro del conserje. No quería vivir sin la voz de su hermano. House se dirige con paso airado hacia la habitación del paciente, y preguntando si no puede esperar a morir, comienza a estrangularlo con los tubos que le dan oxígeno. En el forcejeo dice que su intento de no dejarse estrangular indica que quiere vivir y que es una responsabilidad humana el mantenerse vivo, mientras la madre y la doctora tratan de detenerlo antes de que lo mate. Finalmente la doctora le pega un bastonazo en la cabeza que lo detiene, y le dice que justo él, que siempre busca la verdad, no puede ver que a veces la verdad apesta.
Paralelamente, Wilson le comunica a Foreman que se va a ir antes del hospital, en unos días. Foreman presiente que esto se debe a un problema con House, a lo que Wilson responde con que él no es responsable de House. Foreman le dice que sí, arguyendo que la única constante durante esos años había sido su único mejor amigo, y que el cuidado que le proveerían sus seres queridos haría que valiera la pena hacer el sacrificio de soportar el dolor del tratamiento, realizando con esto también un acto de amabilidad para sus amados.
Ahora se encuentran ambos Wilson y House en sus apartamentos contiguos. House saca sus pastillas para el dolor, y su rostro indica que ha comprendido algo. Seguidamente, se pone a tocar el piano.
Al mismo tiempo, en el hospital, se da un diálogo entre Derrick y su madre, en el que él le hace prometer que si accede a realizarse la operación, ella deberá devolverle la foto que él guardaba de su hermano.
Escena siguiente, se está sometiendo a la operación.
Tocan la puerta en la casa de House, a lo que éste responde que no se encuentra en casa. Al escuchar a Wilson llamándolo, abre la puerta. Wilson le comunica que seguiría con el tratamiento de la quimioterapia porque sabe que Gregory lo necesita, y ya no le parece que eso sea malo. House le dice que no, que él solo es capaz de escuchar a Wilson, y que es hora de que acepte que es más listo que él mismo. Acuerdan que House aprecia que Wilson tenga cinco meses de vida en vez de ninguno, y Wilson entra en su departamento buscando Oreos.
En el hospital, Derrick se despierta de la operación, diciendo que funcionó porque su hermano "ya no está". Seguidamente, se disponen, madre e hijo, a mirar fotos viejas de cuando Christopher estaba vivo. Esta escena se musicaliza con una canción cuya letra repite las palabras "I wanna feel good".
La siguiente escena es de House y Wilson en su oficina, planeando una nueva excursión a la montaña. Foreman y el abogado del hospital entran para comunicarle que habían encontrado las entradas de hockey que habían tapado las tuberías. Foreman expresa que había intentado mantener el suceso lo más encubierto posible, pero el problema había resultado más serio de lo que esperaba. Los bomberos que las encontraron habían entregado las entradas a la policía, con lo que se había determinado que el culpable era House y que todo había constituido un acto de vandalismo. El oficial de libertad condicional de House había sido informado, y en consecuencia se revocaría la libertad condicional y House debería completar el resto de su sentencia, seis meses de cárcel. House y Wilson se miran preocupados y el capítulo termina.
Desarrollo Conceptual
– “No hay semejante cosa (como morir con dignidad)”; -“se quiere suicidar”; -“No hay cielo”; -“la muerte es nada”; -“no hay alma”; -“vivir da la posibilidad de hacer más cosas buenas”.
– “No voy a dejarte morir.”
– Dr. Gregory House
“Es como si imagináramos que un hombre es tanto más ‘achacoso’ cuanto más sano es. Ello se debe, sin duda, a que la conciencia moral misma es una formación reactiva frente a lo malo sentido en el ello. Tanto más intensa la sofocación de eso malo, tanto más susceptible la consciencia moral”
– Freud, S. (1925)
“La indicación freudiana es escuchar la verdad que se produce en su decir y que compromete al sujeto, aún más en esos puntos donde el yo –que se pretende autónomo- no puede dar cuenta. Es en este punto donde Freud ubica la responsabilidad: en relación a aquel propósito inconsciente que, ajenamente a la voluntad del yo, propició la acción.”
– Salomone, G. Z. (2006)
House no puede aceptar que su mejor amigo esté muriendo y aquellas citadas son las expresiones del campo de lo particular, herramientas del discurso del yo, de las que se servirá en su lucha por el cambio de decisión de Wilson: no hacer quimioterapia, morir en cinco meses.
A la manera de Ibbieta, es con las consecuencias de una broma en un primer tiempo que se verá confrontado, en un segundo tiempo, con algo más que todos aquellos argumentos, algo del orden de su ser, de su Inconciente.
Al inicio del capítulo, Foreman se acerca para entregarle entradas de hockey para toda la temporada, “conseguí asientos junto a los tuyos”. House nota que se trata de partidos cuyas fechas son posteriores a la pronosticada muerte de Wilson. “Relajate”, le dice, “probablemente no me vaya a derrumbar”. Tras el desprecio del gesto, negando que vaya a necesitar otro mejor amigo, nos enteramos por la inundación en la oficina de Foreman de que ha tirado por el inodoro el obsequio. Éste le dice “Yo sé que eres responsable.” Se refiere a responsable jurídicamente, pero luego se verá que el hecho va más allá de una interpelación en el plano moral/judicial que llama a House a responder ante la ley social. De momento, House asume la autoría del hecho material mediante una negación planeada: “Yo no lo hice. Lo que sea que eso es.” Y agrega: “Pero si hubiese tirado esas entradas por algunos inodoros, lo hubiera hecho porque me lo pediste. Querías reemplazar a Wilson. Le hago bromas a Wilson todo el tiempo. Disfruta.” La culpa es suya por querer reemplazar a Wilson. Se compara esta acción con la de Ibbieta, ya que ambas apuntan, en el plano del discurso del yo, a burlar al otro, y ambas son recortables temporal y espacialmente como el tiempo uno del circuito de responsabilidad.
Si “La interpelación subjetiva se pone en marcha cuando la Ley simbólica del deseo, ob-liga a retornar sobre la acción. No hay deseo sin culpa, implica retornar sobre la acción, y en efecto el psicoanálisis procede de este modo, retorna sobre la acción más moral, más particular” (la broma) “favoreciendo la interpelación para la responsabilidad subjetiva” (D’Amore, 2006), luego, al final del capítulo, se verá que aquella broma tuvo consecuencias más allá de las esperadas: la realidad le devuelve lo impensado: que deberá pasar en la cárcel, completando su condena, seis meses a partir de aquel día – un mes más del tiempo que Wilson tiene estimado para vivir. La broma se salió de control, y el desborde de las tuberías causó la caída del techo del hospital sobre un aparato de MRI y las cabezas de dos doctoras y un paciente. Es este tiempo 2 el fundamento que pone en el foco de la interpelación aquella broma, designada tiempo 1. La grieta entre azar y necesidad se hace evidente. Azar actúa sobre Necesidad: Él sabía que iba a causar problemas en la cañería al tirar un sobre con entradas de gran volumen a los inodoros, utilizó este saber para gastarle la mencionada broma a Foreman, necesariamente sucedería eso. Pero no sabía (o no podía controlar) que los bomberos le darían a la policía los boletos, ni que la policía avisaría a su oficial de libertad condicional, quienes catalogarían el hecho como vandalismo, haciendo que debiera completar su sentencia de cárcel un mes mayor al estimado de vida que tenía Wilson.
A lo largo del capítulo la interpelación subjetiva intenta tomar la voz de varios personajes, que lo llaman a concientizarse y median en el conflicto:
El primer episodio de tales características, y más significativo, de la Dra. Adams al comienzo del capítulo: “La única opción que tienes es entre aceptarlo o ser miserable”. Ella pone en palabras lo esencial de la situación en la que House se encuentra, la encerrona: Wilson se muere o se muere. House no lo reconoce y pone las cosas en un plano de oposición entre vida/muerte, su argumento es que Wilson decide morir, falla en el reconocimiento de Necesidad haciendo lo suyo en la vida de su amigo, en la forma de un cáncer incurable.
Otras voces se suman a este intento de “hacerlo entrar en razón” – una razón no conciente, se podría decir –. Foreman lo confronta con las primeras consecuencias reales de sus acciones, convocándolo a presentarse a los baños para contemplar el desborde de las cañerías y los intentos inútiles de los conserjes de frenar las cataratas.
El sujeto no es tocado por nada de esto, ya que continúa con sus trucos para hacerle notar a su amigo lo errado de su decisión.
Una intervención clave es la de la Dra. Hadley (Thirteen, Trece). Ella padece de la Enfermedad de Huntington, lo cual la pone en una posición equivalente a la de Wilson: más allá de saber que va a morir, lo cual es contingente a la raza humana, sabe que lo hará antes de tiempo y a causa de qué, y no puede hacer nada para evitarlo. En el diálogo que tiene con House en el ala de quimioterapia, expresa un punto central que señala una faceta de la importancia del exceso cometido en el tiempo 1. Ella le marca que es un acto de lealtad el aceptar los deseos de los amigos, a lo que House le responde que la lealtad es nada más que una herramienta para hacer que la gente haga cosas que no quiere hacer. Y ella le dice que él puede haberlo racionalizado, pero que en verdad sí lo quería hacer, ya que para con ella había realizado algo similar: la había echado de su grupo de médicos para que ella a la fuerza pudiera hacer lo que más quisiera con el tiempo que le quedaba. Es lo más selfless (desinteresado, generoso) que alguien haya hecho por ella. La palabra selfless se compone de las partículas self y less, que en inglés significan respectivamente yo, y la partícula less indica deficiencia o ausencia de. Lo más no-yo, lo más no-yo de House. Se podría decir que esta palabra ubica el problema: los argumentos de House en contra de la decisión de Wilson están ubicados en el plano del yo, el plano conciente, de lo particular, ciegos a aquello que se está jugando en más aquí y que hace a la diferencia en las actitudes para con su amigo y para con Hadley.
“Si la solución de estas acciones sintomáticas [aquellas que expresan algo que el actor mismo ni sospecha en ellas y que por regla general no se propone comunicar, sino guardar para sí (Freud, S. 1901)] va a ser alcanzada a través de las ocurrencias del paciente, entonces tenemos que entender que el significado de ellas va a surgir del sentido singular que esa acción tenga para el sujeto” (Salomone, G. Z. 2006)
La broma que le hace a Foreman contiene un mensaje. Foreman le regala esas entradas con el fin de “hacerle ver que hay otras personas que se preocupan por él”. Esto es, Wilson no es el único. House lo rechaza. Es decir, rechaza la posibilidad de que haya alguien más, Wilson es único, irremplazable. Tiene una posición privilegiada. Con esto a su vez niega la posibilidad de perder a ese único. La resistencia al gesto de Foreman plasmada en la broma que le gasta es expresión de la negación de la posibilidad de muerte de Wilson y de la de su decisión (de Wilson con respecto a su vida). El peso que tiene esa acción es ese. Sería como el “me cago en la causa” de Ibbieta. “Me cago en tu gesto”, en el caso de House para con Foreman. La amistad con Foreman es un accesorio para él como lo es la causa para Ibbieta, confrontado con algo de un orden mucho más superior, no percibido concientemente por el sujeto aún. Ibbieta, a pesar de la falta de significado de todo lo demás, no iba a hablar, pero lo termina haciendo. Mediante una burla a la seriedad del otro ante el asunto que le presenta, la muerte, al fin y al cabo. La interpelación de Hadley indica el punto que en el caso de Wilson se le escapa. El deseo que no sabe que sabe, esa diferencia entre la actitud self-full (“lleno-de-yo”) para con Wilson y la actitud self-less para con ella. Lo que está tirando al inodoro es la posibilidad de un más allá de la muerte de Wilson. El dicho popular “Te quiero, te adoro, te tiro al inodoro” viene a la mente. Te quiero, Wilson, te adoro, por eso te tiro al inodoro. Tiro al inodoro las entradas, tu deseo. El exceso que comete House está expresado en la frase citada al comienzo de este trabajo: “No voy a dejarte morir”. Va más allá de la decisión de Wilson, de si viva 5 meses o tres años más. La muerte es inevitable, para todos, es universal. La burla a Foreman es una burla a la muerte.
Retomando la conversación con Hadley, el movimiento de poner las cosas en términos de lealtad no funciona, el sujeto no se siente interpelado. House hace la invitación a la cena, y todo hasta el punto del quiebre de la misma hace parecer que sí, pero en cuanto Wilson pone sus sospechas y las cartas sobre la mesa se devela que la posición de House no ha cambiado, continúa exigiéndole que pelee por su vida. Una vida que no ve que ya perdió, es solo una cuestión de evaluar la calidad del tiempo que le queda.
Aún así, hacia el final del capítulo, las palabras de la Dra. Park parecen llegarle: “A veces la realidad apesta” Es difícil ignorar palabras que caen como bastonazo en la cabeza. ¿Qué realidad? ¿La realidad de la quimioterapia, de los efectos secundarios, del sufrimiento? ¿O la realidad de la muerte? Allí parece resolverse el nudo del capítulo. Seguidamente House y Wilson hablan y deciden hacer lo que Wilson quiera, y comienzan a planear un nuevo viaje y formas de darle calidad a los cinco meses que le quedan. Pero en la confrontación con Wilson, House dice algo que, contrapuesto con el suceso que conforma posteriormente el tiempo 2, resulta interesante: “No (estoy bien con que te queden cinco meses). Pero es mejor que nada”. Quizás el nudo no esté tan resuelto. Queda algo allí de lo que se anticipó anteriormente. No hay una aceptación de la inevitabilidad de la muerte. Es lo que vuelve a morderle los tobillos al final del capítulo. Sería algo así: Tu deseo va en la línea de no confrontarte con aquello, así que pasarás los últimos días de Wilson en la cárcel, lejos de él (otro desenlace sería el forzamiento del tratamiento de Wilson para que sobreviva al tiempo de cárcel de House, una manipulación). De ambas formas se evita el universal en juego. Es una solución conformista.
Como ubicación de la hipótesis clínica podría aventurarse esa importancia de la persona de Wilson que no tenía la de Hadley. Además de la burla que desconsiste al Otro, que burla a la contingencia de la muerte, algo en la mortalidad de su amigo lo toca en más, se le hace más real que cualquier otra. Quizás hable de algo del orden de lo especular en juego que no se quiera perder. La muerte de Wilson podría significar la muerte de House, lo dice: “Tú eres el único al que escucho. Los dos últimos días no lo he hecho y casi mato a mi paciente. Así que es hora de que acepte que eres más listo que yo.” Se mide en relación con él. Sin Wilson, casi mata a un paciente. Wilson es su parte buena. Lo escucha, a él y no a otros. Quizás la clave de unión entre ellos se encuentre en la discusión que entabló con el Dr. Taub en los pasillos del hospital:
Taub: No puedes rendirte con Wilson. Sabes que te necesita. Sabes que está haciendo una elección imposible. Simplemente no quiere vivir con dolor.
House: ¡La vida es dolor! Cada mañana cuando me levanto, siento dolor. Vengo a trabajar con dolor. ¿Sabes cuántas veces he querido rendirme? ¿Cuántas veces he pensado en terminar con todo?
Hay allí una comparación, una igualación de situaciones. Que Wilson se rinda quizás signifique que la pelea de House ha sido para nada, o que conviene más rendirse. O que la mortalidad es la misma para ambos. “Relájate, probablemente no me vaya a derrumbar”, le dijo a Foreman. Las cosas indican que sí. El Dr. Taub escribe una carta de recomendación para que él mismo tome el puesto de House y le pide a Foreman que la firme. Éste le responde: “¿No crees que estás siento un tanto prematuro, prediciendo el demise de House?” Demise, en inglés, fallecimiento o desaparición. “No la desaparición (así lo traduce el subtitulado). La implosión.”, le contesta. Sus colegas también lo presienten. A lo mejor, como Ibbieta, el deseo de House sea el de vivir, de que su parte buena siga viva. Y ante el desafío a la muerte nada se sostiene, ni siquiera los techos del hospital.
El tiempo 1, la burla de House, es una burla a la muerte. Muerte con la que no se confrontará, por las consecuencias de aquella broma.
Links:
Promo del capítulo (español latino):
http://www.youtube.com/watch?v=cGpuZ_2cJ6c
El sentido de la vida (en español):
http://www.youtube.com/watch?v=xde97qjrYIs
Referencias
D’Amore, O.: Responsabilidad y culpa. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006
Freud, S. (1901) Psicopatología de la vida cotidiana, Amorrortu Editores, Buenos Aires.
Freud, S.: (1925)La responsabilidad moral por el contenido de los sueños. En Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto. Obras compeltas. Tomo XIX, Amorrortu editores, 1984.
House M. D., episodio 21, temporada 8, “Holding On” (2012)
Mosca, J. C. (1998). Responsabilidad, otro nombre del sujeto. En Ética: un horizonte en quiebra. Eudeba, Buenos Aires.
Salomone, G. Z.: El sujeto dividido y la responsabilidad. En La transmisión de la ética. Eudeba, Buenos Aires.
NOTAS