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Knight Fall / Caballero fracasado

Temporada 6 - Episodio 17

Autor: Eduardo Montes

Palabras clave:

Síntesis

El capítulo comienza con la cámara recorriendo un escenario del Renacimiento donde se están por batir en pelea, en armadura, con espada y escudo, dos caballeros. Uno elegido por el rey (Sir. Horace The Black) y otro por la reina. Cuando la reina elige a su caballero, le dice:

Reina: ¿Pelearás por mi honor?

Caballero: Hasta la muerte, Su Majestad.

Reina: Esperemos que no llegue a eso. Escojo a Sir William como mi campeón.

William es un caballero en lo que más tarde descubriremos que es una Feria del Renacimiento (la Feria de Candem, una recreación de una aldea del Renacimiento, en la cual se respetan vestimentas, arquitectura, comidas, música, forma de hablar, juegos, etc.), y ha estado viviendo allí durante la mayor parte del mes. Después de luchar y ganarle a Horacio el Negro en el torneo, mientras festeja, el blanco de sus ojos se torna sanguinolento, se tambalea, cae y sufre una convulsión. El rey saca un celular y llama a una ambulancia.

En la siguiente escena House está desnudo en la cocina de la casa de su amigo y colega del hospital Dr. Wilson y se encuentra con una joven desconocida llamada Sam, quien se disculpa “pensamos que te quedabas en Nueva York anoche”. Ya en el hospital House lleva el historial clínico de William para que su equipo lo evalúe y les ordena que vigilen al caballero de urgencias. Los diagnósticos iniciales incluyen conmoción cerebral, hematoma subdural, o una reacción alérgica a algo en la feria. House ordena que vayan a buscar factores medioambientales a la Feria y que le realicen una resonancia magnética de la cabeza. Luego se dirige al consultorio de Wilson a interrogarlo sobre quien es Sam, e increpándole que lo importante no es que el estuviera desnudo en la cocina, sino el hecho de que Wilson no quiso presentársela. Sam, que según House quiere ser hombre ya que Sam es la abreviatura de un nombre masculino, resulta ser la primera esposa de Wilson (de la cual se separó antes de conocer a House). House le dice que con esta mujer va a arruinar su vida. Wilson apuesta a que las personas cambian, House no sostiene esta apuesta.
En la sala de resonancia Chase y Taub (dos médicos del equipo de House), discuten si William está loco por jugar a ser caballero, éste los escucha y les aclara que: “Ser un caballero no es un juego. Es un estilo de vida. Lo hacemos cada día, no sólo cuando jugamos a disfrazarnos. Vivimos según un código y sostenemos ideales como la lealtad, el coraje, la humildad”. La resonancia no muestra daños, pero William empieza a vomitar durante la prueba. Esta es una posible indicación de intoxicación alimentaria, pero la idea se descarta ya que William es el único participante de la Feria que tiene algún síntoma. Mientras tanto, Foreman y Trece -los otros dos integrantes del equipo de House- echan un vistazo a la Feria. Encuentran evidencia de que William había estado enfermo antes de su batalla, y también descubren que el rey de la Feria obligó a sus caballeros a comer todo tipo de alimentos repugnantes. House sospecha que William podría ser alérgico a uno de ellos, por lo que el equipo debe realizar ensayos de rayado (una prueba de alergia). Al mismo tiempo, también quiere tratar a William con epinefrina para minimizar sus síntomas.

Nos encontramos ahora en la habitación de William quien está hablando con la mujer que hacia el papel de reina, quien no se encuentra disfrazada, y nos enteramos que la misma se va a casar con quien hace el papel de rey. Poco después de recibir la epinefrina y comenzar la prueba de scratch (raspado para detectar alergias), William sufre dolor en el pecho y se desarrolla un latido irregular del corazón (taquicardia, según Foreman). Cuando abren la camisa de William para la desfibrilación, se ve una erupción vesicular (blister). El nuevo diagnóstico diferencial propuesto por el equipo de House, se compone de una alergia al conservante presente en las inyecciones de epinefrina, síndrome de Wolff-Parkinson White (una enfermedad con una frecuencia cardíaca rápida), o SARM (estafilococo aureus resistente a la meticilina - una infección que se propaga fácilmente y puede ser difícil de tratar). Trece le dice a Foreman que este no utilizó guantes cuando toco el pecho de William, a lo que House le dice que se mantenga alejado de él. House ordena cultivos de piel y que William se coloque en aislación. Mientras tanto, su dolor en el pecho es cada vez peor y ahora está desarrollando un dolor de espalda. House se dirige a hablar con Cuddy, la Directora del Hospital. Le dice que deben hablar de algo importante, ella pregunta si se trata de la SARM, y House le responde que “SARM no importa”, que se trata de algo más serio, a lo que ella dice “¿Algo que piensas que es más importante que una bacteria potencialmente letal esparciéndose por mi hospital como un incendio forestal? Bueno, eso lo reduce a algo personal y estúpido”. House, sorprendido de que Cuddy ya supiera del romance entre Wilson y Sam y él no, le pide que los separe, a lo que Cuddy le responde “¿Sabes qué sucede cuando interfieres en las relaciones de otras personas?”

House: “Por supuesto. Lo hago todo el tiempo (House permanece unos segundos pensativo). Veo tu punto”.

Cuddy: “Por eso me mantendré ajena a esto. Si lo fuerzas a elegir, la respuesta te podría no gustar”.

Nuevamente en la habitación Trece le pregunta a William hace cuanto que está enamorado de la “reina”, primero lo niega pero luego acepta que desde la primera vez que la vio. Continúan hablando sobre que éste está enamorado de la “reina” pero no hace nada por respeto y lealtad al “rey”, su amigo. Trece le marca que el mismo nunca fue a visitarlo, a lo que William responde que el rey tiene responsabilidades. Trece dice que la reina también debe tenerlas, a lo que él dice: “¿Qué clase de caballero le roba la novia a su amigo? Me molesta el sólo pensarlo”.

Trece: “No eres un caballero. Eres sólo un tipo”.

William: “Pero quiero ser más que eso”.

House anuncia que el sarpullido, y posiblemente el resto de los síntomas, se debe a la hiedra venenosa. House descubrió esto cuando manipulando la espada de William contrajo un salpullido por hiedra venenosa, y ahora se pregunta si la han estado quemando en fogatas, y si William inhaló el humo y se le metió en los ojos. William desarrolla problemas del corazón nuevamente, sólo que esta vez su ritmo cardíaco es demasiado lento. Chase le inyecta una gran cantidad de epinefrina a pesar del hecho de que él sea alérgico. El corazón se detiene por un segundo, pero al final el tratamiento funciona. Como la bradicardia (frecuencia cardíaca lenta) no sería síntoma de la hiedra venenosa, esto hace que el equipo deba volver a evaluar su diagnóstico diferencial. El nuevo diagnóstico diferencial consta de leucemia, las toxinas ambientales, o triquinosis (un parásito del cerdo mal cocido). House manda al equipo a tratar la triquinosis y comprobarla mediante una biopsia muscular.

Mientras tanto Wilson invita a cenar a House junto con Sam, ya que esta lo quiere conocer mejor. Por otro lado, en la habitación de William se encuentra la “reina”, quién le dice a William que el “rey” irá a verlo, el se niega; y cuando ella pregunta si quiere que ella se vaya también, él le toma la mano y se miran durante unos segundos. Luego Trece discute con William sobre los valores de honor y lealtad:

Trece: “(...) ella está esperando que tú lo hagas”.

William: “Se supone que los caballeros deben ser desinteresados”.

Trece: “Cierto, conquistaron países y construyeron castillos siendo desinteresados. La valentía y la lealtad son grandes cualidades, para los soldados. Si quieres ser Rey algunas veces deberás estar dispuesto a tomar lo que es tuyo”.

William: “Ella no es mía”.

Trece: “Tampoco es de él. Aún no”.

House llega a cenar junto con Wilson y Sam acompañado de un travesti, quién lejos de incomodarlos mantiene una amena charla con Sam, ya que resulta ser del mismo lugar que ella, Bloomington.

Las pruebas de detección de la triquinosis dan negativo y Foreman comienza a preguntarse si puede ser una infección por hongos. William ahora se queja de dolor en las piernas, informando que sus piernas se sienten como si estuvieran "en llamas". Al retirar la sabana, encuentran graves edemas en las piernas. Trece informa que William ahora tiene rabdomiólisis con insuficiencia renal. Taub sospecha que William tiene cáncer. Foreman y Taub hacen un ultrasonido del hígado en busca de los tumores mientras Trece y Chase investigan el departamento de William, ya que House insiste en que es algo ambiental. El equipo lee la terquedad de House como efecto del dolor de su pierna (por una vieja lesión y operación), ya que se encuentra tomando menos calmantes para controlar su adicción a los mismos (Vicodin). Mientras tanto el Dr. Wilson le pregunta a Cuddy, quien no parece estar cómoda con que Wilson se esté viendo con su ex esposa, si está loco por intentar nuevamente tener una relación con Sam, a lo que ella le contesta que está bien y deben darse otra oportunidad.

El ultrasonido revela un número de lesiones que primero se cree que son tumores, pero parecen ser lesiones vasculares más que tumores. La investigación del departamento de William revela que también ha estado practicando el ocultismo. El equipo sospecha que podría haber resultado envenenado por algunos de los brebajes que utilizó en los rituales de ocultismo, en tanto House sospecha que se trata de envenenamiento por plomo, ya que encontraron soldaditos de plomo en el departamento de William y la mayoría de las miniaturas de metal tienen un alto contenido de plomo. Las pruebas de envenenamiento por plomo son negativas.

En la siguiente escena House recibe a Wilson y Sam con una deliciosa cena, asegurando que quiere enmendar su mal comportamiento por haber llevado a una prostituta travesti al restaurant; pero cuando Wilson se va al baño House aprovecha y le dice a Sam que es “una perra sin sentimientos que le arranco el corazón” a Wilson y que no le permitirá que lo haga de nuevo, a lo que ella le pregunta entonces por qué la farsa de la cena, y House le dice “fase dos de “Conociendo a mi enemigo”. Mientras tanto, la frecuencia cardíaca y la presión arterial de William están empeorando. House visita la Feria Renacentista disfrazado con Trece. Allí Trece le dice que está de acuerdo con que Wilson se equivoca, pero que es un buen hombre. House por otra parte le explica que comparte con William “toda esa basura sobre el honor y la caballerosidad” y que eso lo convierte en “un imbécil y un blanco fácil”. Se dirige a la tienda del boticario (farmacia medieval). Encuentra hierbas mal etiquetadas, entre las cuales está la cicuta de agua confundida con una zanahoria silvestre. El Boticario admite haber vendido una pequeña cantidad al rey de la Feria. Al ser interrogado en el hospital, Miles, el “rey” responde que él pensó que era una zanahoria silvestre y que uso una pequeña cantidad en un desafío de sus caballeros, pero niega cualquier intento de envenenamiento. Ninguno de los otros caballeros se enfermó, por lo que dudan de éste y Trece señala como posible razón de éste acto a la “reina”. Miles jura estar diciendo la verdad. Las pruebas de laboratorio muestran una pequeña cantidad de cicuta en el sistema de William, pero los tratamientos convencionales no funcionan, y Taub insiste en que algo más debe estar pasando. Ante la acusación de House, William defiende a Miles diciendo que éste no miente, que es un excelente caballero. House le responde que solo es un idiota celoso.

House hace investigar a Sam por un detective privado que le lleva un informe a la oficina. Luego Sam acude a la oficina de House a pedirle que les dé una segunda oportunidad a ella y Wilson, le dice que sí se equivocó pero que eso fue hace diez años, a lo que House le contesta “¿chupar el alma prescribe?”. La charla con la ex esposa y actual novia de Wilson le da la inspiración a House para darse cuenta de que William ha estado abusando de los esteroides anabólicos. Esto hizo la cicuta más potente, lo que explica por qué sólo William sufrido los efectos negativos. Nuevamente en la sala de William, Trece va a ver cómo se siente, él le dice que avergonzado. Trece le cuestiona que arriesgue su vida por una pelea pero no por el corazón de Shanon, la “reina”, que el corazón no debe ganarlo, sino pedirlo; a lo que él contesta que la pelea no es la vida real, es solo un juego y que: “Miles es un gran tipo. Es rico, listo, y la trata bien. Ella tendrá una buena vida con él. ¿Pero conmigo? Bueno, haría cualquier cosa por ella, pero hasta con mucho esfuerzo, no sería demasiado. Y ella se merece lo mejor. Supongo que preferiría que sea feliz, aunque eso signifique que yo no lo sea”. Trece retruca que House tenía razón también sobre él, que es un idiota.

El capítulo finaliza con la imagen de House sentado en su oficina, tirando el sobre con la información de Sam que le entregó el detective privado sin abrirlo y tomando su Vicodin, mientras suena el final del tema “Just the motion” que en una parte de su letra dice “Y es sólo el dolor que te mantiene cuerdo”.

Desarrollo conceptual

Si bien la traducción elegida en España para este capítulo de la serie estadounidense “House M.D.” fue “El caballero y la muerte” y en Latinoamérica fue “Caballero fracasado”, considero más acertado traducirlo en forma más literal como “La caída del caballero”, o en todo caso “El caballero caído”. Pero entonces se me plantea la pregunta ¿quién es el caballero caído?

Vemos que el episodio comienza mostrándonos dos situaciones en serie, en paralelo, similares pero no iguales. Similares en cuanto a que se dirigen al sujeto, lo comprometen en su totalidad, ¿cuál es su posición? ¿cuál es su lugar en el deseo del Otro? En el caso del “caballero” William, la “reina” le pregunta ¿pelearás por mi honor?, hasta la muerte responde él. Producto de las palabras parónimas y de su deseo, su implicación en esto, podemos pensar que William escucha de labios de la reina ¿pelearás por mi amor? Veremos entonces que esta frase marca a William que intentará de aquí en más ligar esto mediante sus síntomas del corazón, a pesar de la advertencia de Trece, el corazón no hay que ganarlo, sino pedirlo. Pero ni la muerte (su corazón se detiene cuando Chase le inyecta la epinefrina por segunda vez), ni su Majestad, lograrán moverlo de su lugar moral que mantiene gracias a las figuras de la culpa (“me molesta solo pensarlo”, “me siento avergonzado”). Como vemos si bien la “reina” se dirige al sujeto, este puede no aparecer, el pulso en el cual se abre el inconsciente puede obturarse de al instante con las figuras de la culpa, o intentar su ligazón siempre fallida a través del síntoma. El problema es que el deseo nunca ceja. En paralelo podemos ubicar el encuentro de House con Sam, la mujer desconocida, la incógnita que interpela a Gregory. Podemos comenzar a esbozar un circuito de la responsabilidad y ver en esta irrupción un Tiempo 2, algo que incomoda a House, que lo interroga, si bien a simple vista podría pensarse que la incómoda es ella por el hecho de que House se encuentra desnudo. Pero si prestamos atención vemos en la situación a House como en una escena de infidelidad in fraganti : el aparece como la pareja que convive con Wilson, paseándose desnudo por el departamento, seguro de su lugar, y aparece una extraña que lo viene a cuestionar: ¡perdón pensamos que no estarías!, no quisimos romper tu ilusión. Tomaré como lo que considero el mejor ejemplo de la posición que House adopta en el Tiempo 1 la escena de la falsa cena que House “arrepentido” prepara para Wilson y Sam. Específicamente dos frases que House dice a Sam muy ricas para analizar la posición de éste. Por un lado vemos a House defendiendo a su amigo, “le arrancaste el corazón una vez pero no voy a permitirlo de nuevo”, lo que pareciera altruista a una mirada poco atenta, ¡miren que buen amigo que pone en riesgo su amistad con Wilson a pesar de que Cuddy le advirtió que puede terminar mal, hara lo imposible por no verlo sufrir de nuevo! Pero no es sino una figura de la culpa, un intento por mantenerse completo, un intento por tapar la pregunta que se va abriendo paso, que invita a House a responder por su acto, un intento de desresponsabilizarse. Vemos aún más claro esto cuando -ubicandose en espejo- le dice a Sam “estudio a mi oponente”, desde una posición neurótica, desde el plano imaginario diciendo ella o yo, sin correrse de la farsa que se monto . Además se sigue manteniendo en la posición que mantiene su fantasma, el resuelve enigmas, lee síntomas, y como un síntoma de Wilson se dispone a conocer/estudiar a Sam.

Antes de continuar retomemos un poco la lectura del episodio. Respecto al tema de la farsa que cada quien se monta cobran relevancia las palabras de William ante la discusión de Chase y Taub, éste les dice: “Ser un caballero no es un juego. Es un estilo de vida. Lo hacemos cada día, no sólo cuando jugamos a disfrazarnos. Vivimos según un código y sostenemos ideales”. Aquí William sin saberlo les traduce el eje de lo particular, la necesidad del mismo para que sobre él pueda desplegarse la universal-singular, es como si les dijera: ¡ustedes se sorprenden y me llaman loco, alienado a un código que es pura convención, farsa, acaso ustedes no viven alienados también a un código, el código moral, que no es sino una convención socio-histórica! De la misma manera debe existir la responsabilidad moral para que de la misma se diferencie la responsabilidad subjetiva. House al ubicarse de igual a igual, en espejo, desde lo imaginario, respecto de Sam, no hace sino permanecer en el plano moral. Ya que la responsabilidad moral y la subespecie de la responsabilidad jurídica, no hacen sino reafirmar al sujeto igual al resto, autónomo, racional, capaz de dirigir sus acciones según su intención ; pero nada nos dice del sujeto dividido, del sujeto del inconsciente, que sin embargo como inaugura Freud en sus obras no puede ser sino responsable de sus actos y de sus dichos. Podríamos decir de dar respuesta y de la muerte no hay quien se salve.

¿Y si el sujeto no quiere responder? Retomemos a William ¿Qué pasa con el síntoma del corazón? El amor por la “reina” lo interpela, en la escena en que hablan de que ella está por casarse con el “rey”, responde con un paró del corazón, es como si su corazón dijera lo que él no puede decir: “si mi reina se casa con otro me muero”. Y luego cuando por fin acepta ante Trece que está enamorado de la reina, responde desde la culpa: “¿Qué clase de caballero le roba la novia a su amigo? Me molesta el sólo pensarlo”. Vemos aquí la culpa, que actúa como tapón (sentimiento de culpa), impidiendo que William haga lugar a lo que lo interpela, la “reina” preocupándose por él, le molesta el sólo pensarlo, por lo tanto no lo piensa. A esto contrapongo la culpa como reverso de la responsabilidad subjetiva, esa que vela y devela, nos muestra el camino hacia el sujeto más allá de lo que la persona pueda representarse conscientemente. Nuevamente enfrentado a la pregunta ante la cual debe responder, enfrentado a su deseo, elije callarlo, pero éste se expresa igual a través del corazón, este se detiene. Vemos que una vez interpelado el sujeto no puede sino intentar ligar lo disruptivo, en este caso mediante el síntoma.

Veamos el paralelo con House, cuando este se dirige a buscar una alianza para llevar adelante su empresa con Cuddy, esta le dice: “¿Sabes qué sucede cuando interfieres en las relaciones de otras personas?”, a lo que House responde desde la negación: “Por supuesto. Lo hago todo el tiempo. Veo tu punto”. Expliquemos un poco más esto: dentro de las figuras de la culpa, aparece la negación, ya que si bien dice ver su punto, en realidad sigue intentando imponer su propio punto de vista, ciego a las interpelaciones, no sale de su posición, y como se ve en el capítulo: sigue intentando poner en jaque a la pareja. Pero como nos muestra Lacan no pueden calcularse todos los movimientos en el ajedrez, sino solo el primero que hacemos, no solo porque no conocemos todas las jugadas del Otro, sino porque si bien las “leyes” del ajedrez son universales, cada quien se sitúa ante las mismas desde su singularidad, como lo demuestra su fallido intento al llevar al travesti al restaurant. Y Cuddy va todavía más lejos: ”Si lo fuerzas a elegir, la respuesta te podría no gustar”. Cuddy le advierte, aunque tal vez no lo sepa desde una lectura psicoanalítica, la respuesta te podría no gustar. Podemos traducir: podrías quedar enfrentado a tu verdad, y la verdad que emerja de tu inconsciente podría no gustarte. Pero podríamos preguntarnos respuesta a qué pregunta, y aquí Lacan no se hará esperar: ¿qué me quiere Wilson?. Pero no nos adelantemos, esto aún debemos desarrollarlo.

Continuemos avanzando por el circuito de la responsabilidad subjetiva de House, y veremos que en este paralelo, como dijimos al comienzo, las situaciones son similares pero no iguales. A pesar de ir y venir entre el tiempo 1 y 2, el 2 y el 1, donde House y William se comportan de la misma manera, sin abandonar su posición, sin hacer lugar a la pregunta, tapando la misma, algo sucede en House a diferencia de William. Sam lo enfrenta, se muestra en falta, o por lo menos marcando la falta de House. Le dice: “me equivoque” y pide una oportunidad por fuera de la lectura del Destino, ¿chupar el alma prescribe? ¿o el destino es implacable y estamos condenados a la pura repetición?. Solamente desde el acento que inaugura el Tiempo 2 emerge el Tiempo 1, se funda el Tiempo 1 como tal resignificadose los actos de House que debieron haber finalizado en su objetivo, deshacer la pareja, no que esta se divierta con el travesti, no que Sam se abra ante él. Se inaugura así la posibilidad de un tiempo tres, tiempo de la responsabilidad subjetiva, tiempo que exige una desición de House ¿puede correrse de la pura necesidad del caballero, sujetado a un código, a Otro que lo goza, al cuál obedece ciegamente?. Allí House lo ve, William arriesga su vida tomando anabólicos con tal de ocupar un lugar en el deseo de la “reina”, pero él ¿hasta donde está dispuesto a llegar para ocupar un lugar en el deseo de Wilson? Tiempo ético por exelencia. ¿Podrá House a diferencia de William ubicarse por fuera del campo de la pura necesidad, la pura obediencia al rey, al código, posición que se encuentra en el terreno moral y por ende particular? ¿Podrá correrse también del plano del azar, a diferencia de William que a la necesidad de obedecer los caprichos de Miles, el rey, suma el azar, el azar que quiso que justo el boticario le diera una cicuta de agua creyéndola una zanahoria silvestre? En definitiva ¿se ubicará entre?, o mejor dicho, ¿surgirá el sujeto dividido entre la necesidad y el azar?
Hacia el final podemos vernos tentados (a pesar de todo), a pensar que House tiró el sobre porque sintió culpa de perseguir así a Sam, que vino a abrirse con él, culpa moral, autoreproche. Pero no podemós mantener por mucho esta posición, vemos claramente que a House poco le importa la moral, no siente vergüenza al montar la escena con el travesti en el restaurant, ni se preocupa por una bacteria letal esparcida por el hospital, mucho menos por irrumpir en la casa de un paciente sin autorización, sino que acomete todos estos actos como experimentos que pretenden probar un punto de vista racional, reforzando así su forma de leer la realidad, su fantasma. Pero ante Sam tambalea, cae su racionalidad, ante la angustia que le genera la interpelación monta escenas, la del travesti, la de la cena, se revela la inconsistencia subjetiva. ¿Si ahora ama a Sam, que lugar queda para mí en Wilson?

Queda así habilitado un Tiempo 3, tiempo de la responsabilidad subjetiva donde aparece el sujeto dividido que fue convocado a responder. A raíz de la culpa que obliga a ligar, reverso de la responsabilidad subjetiva. Adviene el sujeto, “pero siempre siendo. Nunca del todo realizado, pero siendo. De eso debería dar respuesta, de la razón de su ser en la razón deseante, en lo calculable y también en lo incalculable y no representable de su ser. En eso el Sujeto no tiene otra elección pero no por eso es menos responsable” .
House que se posiciona desde el saber completo contenido en los libros de medicina, que tiene todas las respuestas para los síntomas de William, el gran especialista en semiología médica, que se posiciona desde la pura razón científica que todo lo sabe, que llena su falla estructural manteniendo al Otro completo, para no ver la castración actuando, su propia castración, tira el sobre. Elige el no saber, antes que la respuesta que contiene el sobre que podría salvarlo de enfrentarse con lo que no tiene, con lo que estructuralmente nunca tuvo, que le evitaría, tal vez, la angustia de no poder saber-se deseable, deseado por Wilson. “Y es solo el dolor que te mantiene cuerdo” canta el tema final, cuerdo, o sea no alienado al Otro. El dolor-síntoma, la marca de la falta en el cuerpo, la incompletud en tanto le falta un pedazo de músculo, pero también (y sobre todo) la falta-en-ser. House mira las pastillas, sabe que está sólo, que no hay garantías, me pregunto si sabe que solo podrán calmar el dolor de su pierna pero nunca el dolor de la falta .

Un caballero no cae, ni aún al borde de la muerte como nos demuestra William preso entre el Tiempo 1 y 2 , se golpea sí, tal véz incluso sale herido, pero núnca abandona el juego/código. House ciertamente no es un caballero, ya que no se rige solamente por la moral, por la obediencia al Otro, en todo caso es un caballero caído, en falta.


Referencias

D’Amore, O.: Responsabilidad y culpa. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006.

Freud, S.: (1925) La responsabilidad moral por el contenido de los sueños. En Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto. Obras completas. Tomo XIX, Amorrortu editores. 1984.

Michel Fariña, J.J. “Fantasma. A propósito de El secreto de sus ojos” en http://journal.eticaycine.org/

Michel Fariña, J. J. “The Truman Show” (Versión resumida de la clase dictada en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ, el lunes 8 de noviembre de 1999).

Mosca, J. C. (1998). Responsabilidad, otro nombre del sujeto. En Ética: un horizonte en quiebra. Eudeba, Buenos Aires.

Salomone, G. Z. (2006) El sujeto autónomo y la responsabilidad. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva.

Salomone, G. Z.: El sujeto dividido y la responsabilidad. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006.



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