Autoras: Mónica Andrea García y Alejandra Cecilia Guerra
Palabras clave: Muerte - Duelo - Necesidad - Azar - Accidente -Culpa - Decisión
Síntesis
Luego de una tragedia personal, (fallece su pareja Amber, a causa de la complicación de una herida en una pierna, producida en un accidente de tránsito, en ocasión de acompañar al Dr. House a su domicilio), el Dr. Wilson, renuncia a su puesto de trabajo en el hospital, luego de una ausencia de dos meses. También a su amistad con el Dr. House, si existió en algún momento, según sus dichos.
Paralelamente, un miembro del equipo del Dr. House, la Dra. Renny Hadley, a quien él ha apodado “Trece”, atraviesa un conflicto médico personal, al atender a una paciente que se desenvuelve como asistente ejecutiva y cuya personalidad es similar a la suya.
Síntesis detallada de la trama del capítulo.
En la primera escena Patty Michener (P.M), Presidenta de “Pluralidad Femenina” sube al ascensor junto a su Asistente Srta. Steinem (S). Le critica severamente la elección de un celular.
“ - P.M: ¿Quién eligió esta porquería?
-S: Vos lo sugeriste (en ese momento mata una hormiga que ve en la pared del ascensor).
P.M: Deja de confiar en una computadora que haga tu trabajo.”
La asistente no le contesta y le describe el motivo de la reunión a la que se dirigen: convocatoria de empresarios a causa de ocho denuncias de acoso sexual, en dos años, en la compañía.
La presidenta estornuda al salir del ascensor y la asistente le alcanza un pañuelo, (luego la escena se corta). Llegan a una sala, en la cual se encuentran nueve hombres sentados alrededor de una mesa. P.M realiza un comentario en relación a la cantidad de hombres reunidos y ninguna mujer, exceptuando a ellas dos.
Mientras P.M expone cómo solucionar la problemática de la empresa, la asistente mata una hormiga que le camina en su cuello y luego percibe hormigas en sus carpetas, escote, manos y en el resto de su cuerpo. Grita desesperada pidiendo ayuda: “Por favor, ayúdenme (…) No puedo sacármelas (…) Que alguien me ayude (…) Sáquenmelas. Ayúdenme por favor.”
Su jefa no lo observa, continua con su discurso, hasta que los gritos la obligan a atender la situación y sin moverse de su lugar, pregunta a su auditorio masculino porqué aún no han llamado una ambulancia.
En la escena siguiente el Dr. House, (H), está en la habitación de un paciente de edad avanzada, dormido, aparentemente. Él se encuentra sentado en la silla contigua a la cama, con un vaso de gaseosa, usando la mano del paciente como posa vaso. Juega con un video que tomó de Pediatría. Entra la Dra. Lissa Cuddy, Directora del Hospital, apaga el televisor, le comunica que volvió el Dr. Wilson y le pregunta desde cuándo no le habla. House contesta con otra pregunta: “¿Desde que murió su novia?” y explica que él había manifestado que quería estar solo.
Entra el Dr. Foreman, (F), y comenta que tienen un caso nuevo, describiendo lo sucedido a la asistente de Patty Michener. Mantienen un diálogo en cuanto al posible diagnóstico:
-H: “O se volvió loca, o comenzó a darse cuenta de que su propósito evolutivo se trata de inspirar a los hombres y no de castrarlos. Derívenla a Psiquiatría”.
-F: “Anemia, bradicarquia y dolor abdominal no son síntomas psiquiátricos”.
-H: “Entonces es la segunda opción. Envíala a mi departamento”.
La Directora deriva el caso a otro médico argumentando que House tiene cosas importantes de que ocuparse, (refiriéndose a la situación planteada sobre el Dr. Wilson).
House replica: “Lo siento, no puedo ayudarte” y agrega después, de tomar la carpeta con el caso nuevo, “Necesitas alguien con experiencia para remover ese tipo de verrugas”, haciendo referir el primer comentario no al Dr. Foreman sino a la Dra. Cuddy.
En una nueva escena, House, con su equipo médico, discuten los síntomas de la paciente; reunidos en una sala, en la cual están todos sentados menos House, que permanece parado y distraído. Se entremezclan en el diálogo, referencias al caso de la asistente con planteos respecto de su relación con el Dr. Wilson.
“-H: Alucinaciones, posible pérdida de memoria, anemia según los análisis, bajo ritmo cardíaco y un terco rechazo a afeitarse las axilas”
- Dr. Taub: ¿Has visto a Wilson?
-H: No, pero he visto el resumen de viajera frecuente de la paciente. En Europa oriental, Asia, países del Tercer Mundo”
Se suceden diferentes hipótesis de los miembros del equipo.
El Dr. Foreman le pregunta: “ ¿No pasaste por su oficina?”
House le responde: “¿Wilson también está alucinando hormigas caminando por su cuerpo?”
Continúan con los planteos diagnósticos.
La Dra. Haddley, Trece, hace una intervención y es puesta en evidencia por House, quien expone la enfermedad que ella padece y vincula su comentario autorreferencial, (para House), al diagnóstico enunciado.
Trece sale hacia el ascensor, seguida por sus compañeros que se interesan por su salud. Ella relaciona los comentarios de House con el problema que atraviesa con el Dr. Wilson y plantea la proyección de él. Agrega que cumplirá con la orden de House de dar a la paciente B12.
En la siguiente escena, House entra en la oficina de Wilson y hace un comentario sobre su nueva paciente. Wilson, (W), lo escucha y luego mantienen este diálogo:
“-W: Me voy
H: ¿Qué pasa? ¿Vas a tomarte otros dos meses? Tú sí que estás exprimiendo todo esto de la pérdida, ¿no es así?”
Wilson lo mira y no le contesta.
-H: Quiero decir: Bien hecho, tómate el tiempo que necesites.
W: Renuncio. Tal vez me vaya a New Jersey, aún no lo sé.
H: De acuerdo, es una reacción comprensible.
W: No es una reacción, es una decisión.”
Y comenta las tareas que está realizando para dejar su trabajo en el hospital.
“-H: Tú, más que nadie, deberías saber que esto es desconsuelo de manual. Crees que cambiar de lugar…
-W: Bueno eso me ahorra décadas de psicoanálisis.
-H: No digo que no estés dolorido
-W: Estás diciendo que mi dolor es un clisé.
-H: Digo que el dolor se desvanece.
-W: ¿Lo hizo el tuyo?
-H: El dolor físico es diferente.
-W: Preferiría que me hubiesen cortado una pierna.
-H: No conoces lo que no has sentido.
W: Ni tú.
Trece interrumpe por un sangrado de la paciente y House la echa.
“-H: Es tu pena la que habla. Y si, es un poco “de manual”. Así que luego que le des todas tus posesiones al ejército de salvación…
-W: Mi novia está muerta. Me alegra que hayas leído ese manual antes. Yo no.”
Y se retira a una reunión.
En otra escena se ve a la paciente en el curso de un examen por el sangrado intestinal. No lo encuentran. El equipo, nuevamente sin respuesta, revisa los estudios hechos y los posibles. Llega el Dr. Kutner con la noticia de un examen de embarazo positivo. A lo que Trece argumenta: “supongo que sí tiene una vida después de su carrera”.
Se le practica un ultrasonido, el cual no muestra rastros de ningún feto.
A continuación se observa al equipo reunido con el Dr. House, informándolo de los resultados de los diferentes estudios.
House parece no estar escuchando. Foreman le dice: “House, ésta es la clase de casos que amas. Contradicciones apareciendo a diestra y siniestra.” Entonces él repasa los síntomas, dialoga refutando hipótesis diagnósticas nuevas y se va hacia el consultorio de Wilson. Irrumpe diciéndole:
“-H: Eres un idiota. Arruinarás tu carrera. Y dentro de seis meses, cuando hayas pasado de “ambar” (nombre de la pareja de Wilson) a “castaño oscuro”, estarás encerrado en un consultorio rodante de oncología…
-W: Necesitaría un diagrama de flujo para explicar todas las formas en que eres ridículamente insensible.
-H: No puedes esconderte de la desgracia.
-W: No te incumbe.
– H: ¡Tuve el cráneo abierto para intentar salvarla!
-W: Entonces todos necesitamos un poco de té y compasión. Se acabó la discusión.”
El equipo los interrumpe por el estado de la paciente. Y nuevamente un diálogo entreteje diagnósticos con la problemática de Wilson.
“ - Foreman: Me alegro de verte de regreso.
-H: De hecho… está a punto de clavar una daga en el vientre de su carrera.
-W: Dejaré el hospital.
- Dr. Taub: ¿Por qué te vas?
-W: Necesito un cambio de paisaje.
-H: Cómprate una planta.
(…)
-Foreman: ¿No hay nada que podamos hacer?
-W: Podrías pedirle a House que sea un adulto y respete mi decisión.
-H: Respeto las cosas que merecen respeto…”
House deja el lugar y sale hacia la habitación donde la paciente duerme y comienza a ponerle gel en el abdomen para realizar un ultrasonido. La enferma se despierta, no sabe quién es, le pregunta. Detrás aparece Trece, lo presenta: “Es el Dr. House, demasiado brillante para andar presentándose”. Él ve el feto, aclara que se buscó en el lugar incorrecto, no está en el útero y es el motivo del sangrado.
Ordena que se extraiga el feto y explica que si sobrevive a la cirugía todo estará bien. Se retira. Trece lo sigue, exponiendo que hay habría que consultar con la paciente la decisión; manifiesta no estar de acuerdo con House. Él finaliza la discusión diciendo: “ ¡La gente muere! Tú, Amber, todos. No actúes como si acabarás de descubrirlo. Te dí un diagnóstico, si no te gusta hay salidas en todos los pisos.”
Entonces Trece vuelve con la paciente, trata de explicarle y disculparse, lleva el consentimiento informado. Ella no parece contrariada, tiene sus propios argumentos y pregunta dónde debe firmar.
En otra escena, House conversa con la Dra. Cameron, quien pasó por un duelo con la muerte de su marido. Él intenta convencerla que interceda ante la decisión de Wilson. Ella le aclara que habló con Wilson y lo escuchó, pero que no está dispuesta a llevar sus mensajes.
En otra situación, House se presenta con la Dra. Cuddy, (C), y le dice: “tienes que detener a Wilson de hacer mala praxis de carrera.” House le pide que bloquee las referencias de Wilson a otros nosocomios, que le diga que no puede dejar los casos del hospital. Ella abre el diálogo:
“-C: Hablen. Lidien con su dolor.
-H: Esa es una idea brillante, lo llevaré a tomar una cerveza. Eso compensará el hecho de que Amber esté en una caja de pino. Que hay azar y caos en el universo.
-C: Dile que lo sientes.
-H: Yo no la maté.
-C: Tú estabas ebrio y…
-H: Si, si su papi no hubiese estado ebrio…Ella probablemente no hubiera nacido. Entonces…
-C: Tú la llamaste en la mitad de la noche. Ella estaba en el autobús por ti.
-H: Yo no le pedí que subiera. Yo no iba manejando el autobús. Yo no iba manejando el camión de basura que golpeó al autobús. Y yo no le prescribí las pastillas para el resfrío que al final la mataron.
-C: Sí, lo sé. Todo eso es verdad. Pero… ¿Realmente no sientes nada de culpa? Tú no quieres que se vaya y él necesita saber que no está solo. Sólo dile que te sientes para la mierda.
-H: No tendría sentido.
-C: Hállale alguno. Y haz algo.”
Una descompensación de la enferma reúne al equipo, todos intervienen para volverla en sí.
House visita a Wilson, insiste e intenta pedir disculpas. Le dice que se irá a su casa hasta que él decida quedarse en el hospital. Wilson le dice que eso es chantaje. Recibe un mensaje acerca de la paciente que sufre un ataque cardiorrespiratorio. Wilson le pide que atienda, House responde: “Tu amistad me importa más que este paciente” y Wilson le dice: “Tengo que hacer lo que es mejor para mí. Haz lo que sea lo mejor para ti.” House le contesta: “Sí, pero es más fácil para mí”.
El centro de la escena es de nuevo la enferma y el equipo médico luchando para salvarla, esperando que House responda a los llamados. Él le deja su celular a Wilson y una imagen lo muestra retirándose del hospital.
La Dra. Coddy conversa con el equipo, se interioriza en el estado actual de la paciente y les expresa su confianza. Ellos le sintetizan los procedimientos realizados: colocación de marcapasos, remoción de embarazo ectópico, insuficiencia de vitamina B. La preocupación es por su insuficiencia cardíaca que no mejora y un nuevo problema en su cerebro. Trece asegura que pueden trabajar sin House, mientras deciden continuar con un nuevo diagnóstico: esclerosis múltiple.
Cuddy visita a House en su casa, le advierte de su indicación de no tomar un caso nuevo para ocuparse de Wilson y le pide que no huya como Wilson, subrayándole que él además, deja de ocuparse de su paciente y pone en riesgo su propia carrera.
En el hospital, Trece habla con la paciente, sobre su diagnóstico. Ella le pregunta si lo determinó House. Trece le dice que lo acordaron en equipo y la paciente le contesta que no son un equipo, que ellos trabajan para House. La Dra. entonces se refiere a su situación laboral como asistente de Michener. Ella le dice que P.M no la necesita, que se arreglaría sin ella. Dice: “Yo no soy nada sin ella”. Luego presenta fiebre por lo cual, se cae el diagnóstico de esclerosis múltiple.
En la oficina de Coddy, se presentan: House, porque ella le cortó el servicio de cable y Wilson, para avisarle de un mensaje de emergencia. Ella se sienta y les dice: “ Bienvenidos a la terapia de pareja”, una situación para que ellos hablen. No lo consigue. Ella le dice a Wilson que nada va a cambiar si huye de los que lo quieren y pueden protegerlo. Que lamenta lo de Amber. Termina expresando ella sus sentimientos, House, callado sólo le dice que es un idiota si se va. Cuddy le pregunta a Wilson si cree que eso es lo que querría Amber. Él le contesta que Amber ni siquiera les agradaba.
El equipo médico revisa la cirugía intentando hallar nuevas hipótesis diagnósticas ante la caída de la referida a la esclerosis múltiple. Encuentran un ganglioma que podría estar ocasionando todos los síntomas, según el Dr. Foreman. Buscan al Dr. Chase, el cirujano, quien no cree haberse equivocado y desvía al equipo de la idea de una nueva cirugía. Él considera que la paciente no resistirá. Es por ello que deben hallar una alternativa sin anestesia total y extraer material para una biopsia.
En una nueva escena, Wilson y la Dra. Cameron conversan sobre su renuncia, él le dice que la extrañará y ella le expresa que no debería irse. Él le responde con una pregunta: “ ¿Te lo pidió House?”. Ella le dice que sí, pero que además considera que se equivoca si piensa que su decisión es racional. Le da la razón a House. Le dice: “Crees que lo peor ya terminó” y le explica que aunque el tiempo pase, el dolor perdura, que nunca se irá realmente, quizás sea más manejable con el paso del tiempo.
Wilson le confiesa que tiene que hacer algo, que estar en el hospital hace que la recuerde. Ella le dice que está bien, pero que no crea que es la opción correcta, porque no existe una.
El equipo médico vuelve a reunirse, se descarta un ganglioma y nuevas hipótesis aparecen y caen sucesivamente. El Dr. Taub pregunta retóricamente: “¿Quién necesita a House?”.
Foreman decide consultar a Wilson. Éste le pregunta si lo hace para que se quede, pero prontamente concluye que entiende que la paciente se está muriendo. Y le explica su posible diagnóstico de cáncer. Se justifica diciendo que él es oncólogo y es lo que ve, un inmunólogo vería algo de su área. Foreman le dice que empezarán con quimioterapia y sobre su situación le dice que debería irse, porque House está preocupado porque pierde un amigo; Cuddy porque pierde al que vigila y controla a House y nadie se preocupa por lo que quiere él. Wilson le explica que no se trata de lo que él quiera y Foreman le dice que querer, necesitar…son términos vacíos, sólo se trata de que la vida se haga un poco más fácil, que cualquiera lo intentaría, que lo haga.
Se observa a Trece dialogando con la paciente, quien le pregunta si la idea del linfoma fue de ella, ya que eso es lo único que la hizo sentir mejor, después de tantos tratamientos. Trece le dice que no debió hacerla enojar y que las decisiones son de cada uno. Ella le dice que no son iguales, que ella tiene “alas”. Trece le confiesa su enfermedad y conversan sobre la necesidad de “asegurarse” que la vida importa, que algo es diferente gracias a cada uno. La paciente le dice que a ella la ayudó no solo porque le salvó la vida, que está buscando un nuevo trabajo en una fundación, que no volverá con P. Michener.
House y Coddy hablan, ella le pegunta por qué no habló con Wilson en el momento que ella los reunió. Una vez más no escucha y sale a ver a la paciente. Entra en su habitación, pregunta por su edad, parece llamarle la atención su piel, cree que no parece de una persona de 37 años. Trece le informa el tratamiento del linfoma, él no cree en ese diagnóstico y ordena suspender la quimioterapia. Se pregunta por los “moretones” que todos asociaban a los golpes ante las alucinaciones. Dice que no son tales, toma una aguja y pinchando uno en su pierna, dice que son lesiones microbaceriales. Entonces enuncia el diagnóstico certero: lepra lepromatosa difusa y considera que la debe haber contraído en uno de sus viajes. Que uno de los síntomas es que la piel se vea más tersa (por eso su confusión con la edad), indica antibióticos.
En una escena más tarde, Trece, a solas con la enferma, le informa que los análisis confirman el diagnostico de House: al quedar embarazada el estrés físico desencadenó el eritema nodoso leproso, inflamó los nervios cardíacos, dificultó la absorción de vitaminas y lesionó las trompas de Falopio.
La paciente le comunica que va a regresar a su trabajo anterior, que P.M le prometió otro rol. Trece la interroga acerca si cree realmente que su jefa cambiará. Y ella le contesta que, en verdad, ella no sabe si quiere que cambie. Le dice que ella es racional, es una empleadora y ella es una empleada que sólo gravita.
En otra escena House y Trece se encuentran en la sala de reunión, ella reconoce su diagnóstico equivocado. Se muestra enojada por la decisión de la paciente de seguir trabajando en el mismo lugar que la enfermó, dice: “casi muere por culpa de ese trabajo”. House le responde: “casi morir no cambia nada. Morir lo cambia todo”.
En la última escena, House ve a Wilson preparando sus cosas, se acerca, le pide disculpas por la muerte de Amber. Mantienen el siguiente diálogo:
“-H: Lo siento. Sé que no traté de matarla. Sé que no quería lastimarla. Sé que fue un maldito accidente. Pero me siento una porquería y ella está muerta por mi culpa.
-W: No te culpo. Quise. Traté. Debo haber revisado el caso de Amber cien veces para encontrar una manera. Pero no fue tu culpa.
-H: Entonces, ¿estamos bien? Quiero decir, sé que tú no lo estás, pero quizás puedo ayudar.
-W: No estamos bien. Amber no fue la razón de que me fuera. No quería decírtelo porque…, porque estaba tratando como siempre de protegerte. Lo cual es el problema. Tú desparramas desdicha porque no puedes sentir otra cosa. Manipulas a la gente porque no puedes manejar ningún tipo de relación real. Y lo he permitido. Por años. Los juegos, las borracheras, las llamadas en el medio de la noche. Yo debería haber sido el que estaba en ese autobús, no …. Tú deberías haber estado solo en el autobús. Si algo he aprendido de lo de Amber es que tengo que cuidarme yo mismo. Ya no somos amigos, House. No estoy seguro de que alguna vez lo hayamos sido”.
Wilson sale y House se queda sin emitir palabras.
Sinópsis del caso clínico principal.
Paciente de 37 años, mujer, sufre alucinaciones en su trabajo; siente hormigas que caminan por su cuerpo se desespera y es trasladada al hospital. Al equipo del Dr. House se le asigna el caso, la paciente llega sin fiebre y con alucinaciones, en principio y asociado a sus viajes frecuentes insuficiencia de vitamina B, luego se produce un sangrado intestinal, y al realizar el estudio correspondiente tampoco se verifica lugar de donde proviene.
Mientras tanto uno de los análisis de rutina da positivo, el de embarazo para comprobarlo se le practica un ultrasonido y como resultado no se encuentra feto en el útero. Esto es informado al Dr. House quien no cree que sea así y realiza él mismo un ultrasonido allí halla el feto pero fuera de lugar, motivo por el cual se produjo el sangrado.
House indica se retire el feto y ella estará bien. Bajo el consentimiento de la enferma se interrumpe el embarazo, luego tiene un paro respiratorio, hasta arribar al diagnóstico final: lepra contraída en algún viaje de trabajo que asociada al estrés físico, insuficiencia de vitamina B se concluye en lepra.
Sinópsis del segundo caso clínico (guardia)
En este episodio no aparece un segundo caso de guardia.
Diagnóstico del caso.
Lepra lepromatosa difusa, contraída al viajar al extranjero.
Se explican todos los demás síntomas del cuadro: al quedar embarazada el estrés físico desencadenó el eritema nodoso leproso, inflamó los nervios cardíacos, dificultó la absorción de vitaminas y lesionó las trompas de Falopio.
El porqué del título
Aunque se podría afirmar, que se pueden extraer de diferentes situaciones riesgosas para la vida y la existencia humana, diversos aprendizajes, sólo la muerte cambia todo. Sus consecuencias tienen esencialmente el carácter de irreversibles.
Desarrollo conceptual
“El espejo más fiel…Una lágrima desperdiciada en el fuego”.
Massive Attack
1- El personaje que decidimos elegir es el Dr. James Wilson. Es médico oncólogo, se enfrenta a diario con la muerte y a pesar de ello, cuando es interpelado por ésta, todo cambia. Intentaremos dar cuenta de su responsabilidd subjetiva, la cual se desplazará en dos tiempos lógicos y presentar una hipótesis clínica referida a dicho movimiento en la subjetividad del personaje.
Nos interesó fundamentalmente el viraje que pudimos observar en la posición subjetiva del personaje, a partir de la concatenación de circunstancias existenciales que le toca atravesar.
Wilson se muestra inicialmente como sujeto autónomo, que parece gobernarlo todo a voluntad y racionalmente. Omnipotente, completo, “respondiente perfecto” a la ley, al orden, al deber ser. La muerte lo deja en perplejidad ante su existencia. Comienza un nuevo diálogo desde una incipiente responsabilidad subjetiva ante los avatares de las circunstancias que se desenvolvieron en los escenarios del episodio. Observamos un cambio de lógica en su discurso y una puesta en acto de decisiones que intentarían producir un quiebre en su osificada posición respecto del Otro y en su intento por sostenerlo.
Lo fortuito, lo desprovisto de propósito consciente, empieza a cobrar otro sentido para el personaje. La inicial perplejidad ante la muerte, como lo inexorable, sobre lo que no podrá accionar, lo llevará a interrogarse sobre la farsa de su posición consciente.
No sabemos cuál será la magnitud de su cambio respecto a su posición subjetiva (y si produce como tal, finalmente), se verá en el devenir del guión posterior al episodio; no obstante el presente relato nos permitiría develar un Wilson “desilusionado”, que ha captado el lugar desde el cual es responsable subjetivamente de lo ocurrido. Ya no se reconoce como ajeno, ya enfrenta su inconsistencia e intenta resignificar sus “intencionalidades conscientes”. Un Wilson “en trabajo”, en posición de hacerse cargo.
Ese viraje desplegado en el capítulo fue el que nos interesó y por lo cual lo elegimos como personaje a profundizar.
Su decisión nos pareció comparable a la de Ibbieta, el personaje del cuento de Sartre “El Muro”. Si bien los caracteres de las personalidades de ambos personajes tienen marcadas diferencias iniciales, sí se acercan en cuanto a la toma de responsabilidad subjetiva frente a las circunstancias existenciales que los atraviesan y que superan el orden de lo necesario y azaroso. Observamos ese punto de encuentro. Ambos se ubican en esa grieta que Mosca (7) ubica entre necesidad y azar, allí donde emerge la responsabilidad subjetiva a partir del encuentro con algo del núcleo del deseo.
Desde otro plano de análisis, desde la primera línea del ser pensante, racional, voluntario y consciente, para el existencialismo de Sartre estarían ambos personajes frente al ser propio del hombre, el da-sein, eyectados en el mundo, haciéndose cargo de su existencia y además, de esa forma de existencia que es: tarea, arrojados a la existencia, donde nada está hecho. Esa disposicionalidad de la que hablara Heidegger, el da-sein frente a sí mismo, afrontando el estado de yecto y rehuyendo, generalmente, a dicha responsabilidad. Si bien estaríamos en diferentes planos de análisis (el sujeto del inconsciente vs. el sujeto consciente, cuya autorreflexión lo lleva a asumir una responsabilidad (que no es la responsabilidad subjetiva pero tampoco la jurídica), observamos algunos puntos de encuentro.
2-La grieta o vacancia entre la necesidad y el azar, que cita Mosca en su artículo (7), se develaría en la situación que Wilson atraviesa.
La complejidad de la situación permite, sin embrago, vislumbrar elementos del orden de la necesidad: la muerte de Amber; del azar: la colisión del micro que tomaran Amber y House con el camión y también relaciones que escapan a ese par de significantes. De ese conjunto, de ese universo de sucesos y coincidencias, algo escapa, algo no puede ser reducido, no se deja encasillar y hace “ruido”. Huye de la limitación del universal inicial de Wilson y lo coloca ante una nueva posición, ante la construcción de su responsabilidad subjetiva. Eso impensado que lo toca de cerca, rozando lo real que desde Lacan “se diferencia de la realidad, este real que está velado para intentar sostener una realidad estable y en la realidad permanecemos adormecidos, es el estado básico del ser hablante: la anestesia de lo real” ; es el encuentro con lo real lo que quiebra el adormecimiento de lo cotidiano en el que Wilson está enajenado. En ese devenir, percibiríamos el despliegue de los tiempos lógicos relacionados a lo acontecido:
T1: Wilson no puede concurrir como de costumbre en auxilio de House, que se encuentra borracho e impedido de retornar a su departamento por sus propios medios. Amber, su pareja, lo “reemplaza”(a). Lleva adelante esa acción: pasar a buscar a House, orientada a un objetivo: dejarlo sano y salvo en su domicilio, ya que se encuentra alcoholizado y solo no lo lograría.
Wilson acepta, no cuestiona que Amber lo reemplace en el “rol de asistir” a House. A él, a ambos quizás, no sabemos por qué, (nos faltan detalles), les “cierra” ese despliegue, “todo” lo planificado encaja.
Aparentemente es “una iniciativa que se agota en los fines para los cuales fue concebida…” (7), concluye lo que consideramos el primer tiempo del circuito de responsabilidad viéndose confrontado con un segundo tiempo.
(a) Aquí el personaje de Amber se presentaría como el que muere “de manera ajena”, quizás.
T2: Amber muere.
Su muerte interpela a Wilson, resignifica el tiempo uno, ubicando una inconsistencia, que parece señalar la emergencia de una naciente y distinta singularidad.
Resignificación que lo ubica en un lugar que compromete la integridad del yo, de sí mismo como sujeto y sacude la completud de ese “universo” que lo sostiene.
La interpelación deja abierta una dimensión desconocida y un primer intento de respuesta por parte de Wilson ante el hecho que lo sacude y traspasa como sujeto, intentará así re-ligar eso que estaba velado y oculto.
Wilson se percata que algo salió mal, que su acción desembocó en un lugar distinto de lo planeado, lo esperado. Comienza la sucesión de planteos e interrogantes. Lo acontecido interpela lo realizado en el T1. Entonces se inscribe una hiancia en Wilson, no todo puede ser interpretado como necesario o azaroso. Él dice: “… Debo haber revisado el caso de Amber cien veces…” Superada también la instancia de culpar a otro (House), a sí mismo, el trabajo sobre su posición y responsabilidad subjetiva se deja entrever.
Lo improbable no es imposible y esa diferencia hace grita en su omnipotencia, su círculo perfecto ya no cierra. Tanto él como Amber, toman decisiones que afectan sus vidas. ¿Por qué ambos coinciden en esa decisión? No hay disenso en lo que deciden hacer: pasar a “rescatar” a House y llevarlo a su casa. Acuerdan en tomar ese lugar. Wilson, “como siempre”.
La muerte, inexorable, no da lugar a ninguna intervención de Wilson. El encuentro con su deseo se presenta distinto de pensar y analizar su responsabilidad voluntaria y consciente sobre la muerte de Amber. La responsabilidad subjetiva diferente de la culpa, dice Wilson a House: “…No te culpo. Quise. Traté. (…) Pero no fue tu culpa. (…) Yo debería haber sido el que estaba en ese autobús, no… Tú deberías haber estado solo en el autobús.”
El “ruido” con que a Wilson se le presenta en ese momento su desmesura en la relación con House, el hecho de protegerlo, de hacerse cargo de todos sus entreveros, se le presenta ahora como una pretensión exagerada, excesiva. Wilson le dice a House en el diálogo final: “…estaba tratando de protegerte. Lo cual es el problema. (…) Lo he permitido. Por años. Los juegos, las borracheras, las llamadas en medio de la noche…”
Podríamos ver el cambio en la posición subjetiva de Wilson y la intervención, desde su responsabilidad subjetiva, respecto al despliegue de acontecimientos concatenados en su relación con House. La muerte de Ámber produce el quiebre de lo “empacado”, cerrado y le hace patética la disonancia en la relación con House. Ahora, el refugiarse en ese “inquebrantable proteccionismo” hacia House, se le presenta como no lugar, no posición, no camino; abre su incertidumbre. Lo que comienza a develarse le exige su respuesta.
Hacia el final del episodio, observaríamos a Wilson dejando de huir de sí mismo aunque su primera respuesta sea, paradojalmente, una huida: alejarse de House, de su trabajo que lo vincula a él. Pero es la primera respuesta, es la que puede dar en ese instante, que difiere de otras alternativas más negadoras y acomodaticias de su anterior posición. Podríamos ver un cambio en su posición subjetiva: ya no estará incondicional, dispuesto a protegerlo y solucionar “todo” lo que surja. La muerte infalible, inapelable, irremediable e ineludible, ya ocurrida, fue una marca que desbordó el universal de Wilson, lo amplió, desdichadamente. Wilson ya no podría eximirse ante aquello que agrietó su posición enajenada. Ya no le es ajeno. El irse podría corresponderse a una nueva posición, a una renuncia a su posición anterior, o no. No sabemos. ¿Un comienzo ético? No conocemos el devenir del guión. Pero el título del episodio: “La muerte cambia todo”, describe esa marca en Wilson. Como expresa Mosca (7) “después de todo ya era mortal…”. Es un Wilson que descubre que algo escapó a su cálculo, esa falla le mostró brutalmente una diferencia, un resto, “un agujero de sentido se abrió a sus pies” (7) Ya sabe del no saber, de la insuficiencia, algo tocó lo real de su deseo. Quizás para Wilson lo que siga ya no sea: “Una lágrima desperdiciada en el fuego”.
Posible Hipótesis Diagnóstica:
La muerte de Amber provoca una fisura en la lógica de completud de Wilson. Se observa un cambio en su posición subjetiva, el encuentro con su falta, como sujeto barrado. Esto podría desembocar en un apropiarse de su deseo y en un nuevo compromiso, asumiendo su responsabilidad subjetiva.
La muerte, tocando un punto ciego en Wilson, generando angustia ante ese resto irreductible, propiciaría un cambio en su responsabilidad subjetiva.
3-Leemos lo necesario como aquello de lo sucedido que resulta ajeno a la voluntad humana; por ende en el episodio analizado, la muerte de Amber, pareja de Wilson, correspondería a dicho orden.
La muerte a consecuencia de la conjunción de factores intervinientes: la herida provocada en el accidente, la medicación que Amber estaba ingiriendo a causa de su resfrío, la combinación de los efectos sobre el sustrato biológico, etc. La muerte se impone a esa situación compleja, si se quiere biológico-química, y ninguna acción humana hubiera podido remediarla.
El azar se cruza con el orden de la necesidad cuando Amber viaja en busca de House, que se encuentra alcoholizado y sin poder volver a su domicilio por sus propios medios. La coincidencia está presente en lo sucedido, lo analizaremos más adelante con la temática de la culpa que se expresa en el diálogo que sostienen House con la Dra. Cuddy, pero en esta instancia subrayamos los factores azarosos intervinientes en la situación, a saber: el hecho que House se emborrachara esa noche, que Amber fuera a buscarlo a esa hora exacta, que tomaran ese micro y no otro, que el camión de la basura pasara por allí en ese momento, que los chocara, que ella estuviera tomando un medicamento para el resfrío, que resultara herida, que la lesión fuera de esa índole, etc. No hay relación causa-efecto entre muchos de los sucesos citados, son azarosos.
“No somos responsable de todo lo que nos sucede” (6), sabemos que responsable es aquél del que esperamos una respuesta, pero no podemos esperar respuesta en este caso del accidente que involucra un hecho azaroso como lo es el choque del micro con el camión. La muerte de Amber es del orden de la necesidad, irremediable.
Y Wilson que trabaja con el orden de la necesidad, la necesidad es para él cotidianeidad, cuando la muerte toca su real, pone la falta en acto, lo incomoda y lleva a correr algunos de sus velos. Su padecimiento y sufrimiento yoico comienza a enlazarse con su goce, algo del enfrentarse con su herida narcisista lo deja como sujeto frente a su deseo y la dimensión ética comienza a desplegarse en su existencia. “Ya no guardará todo en los mismos cajones”, al estilo de la pintura de Dalí, que ubicamos en la portada.
4- Así como la dimensión moral se entreteje con la ética, para que la responsabilidad subjetiva nazca, la culpa interviene. Los ejes del universal singular se intersectan con lo particular en la vida del hombre y de Wilson, generalmente.
Wilson no tiene responsabilidad jurídica ante la muerte de Amber, se lo puede perfectamente desresponsabilizar desde los dos criterios: razón e intención.
Pero Jinkis en su artículo, plantea una pregunta entre las concepciones de las responsabilidades jurídica y subjetiva: “¿De quién es esperable una respuesta?”
Nos interesa la respuesta de Wilson ante la responsabilidad subjetiva, su interpelación y la culpa resultante de ese proceso subjetivo. Como expresa Salomone (8): “la responsabilidad subjetiva es la culpabilidad misma de lo que se hace y de lo que se dice; una singularidad que emite un sujeto, del deseo del inconsciente”. Wilson interpela lo ocurrido en el tiempo uno, esa decisión de aceptar que Amber rescate a House y eso lo lleva a “revisar” su lugar en la relación con House. Así Wilson resignifica ese tiempo uno a partir de la interpelación y a través de la culpa que lo lleva a revisar su acto pretérito. La interpelación lo llevará posiblemente a entender cómo cedió en su deseo. Como dice Salomone (8): “Esclarecerlo, es estar un poco mejor respecto al malestar. Nada más pero nada menos”.
Wilson ante las disculpas de House, él responde que no lo culpa, sí trató revisando el caso de Amber cien veces, y reafirma que no fue su culpa.
Así como Wilson se hace responsable de su acto no puede dejar de sentir culpa por lo sucedido dando indicios que algo anda mal. Que según Lacan: “la única cosa de la que puede ser culpable un sujeto es de haber cedido su deseo” (9) Podríamos pensar que Wilson cede su deseo para adecuarse a la demanda del super-yo, y renuncia a su deseo en una posición de sometimiento-padecimiento que él mismo reconoce en su relación con House, posición que produce el goce.
A nivel del plano yoico se deslizan las figuras de la culpa en Wilson, en torno al auto- reproche, es evidente en este personaje, como en un principio intentó proyectar la culpa al Dr. House pero luego se la adjudica como autorreproche, para pasar más tarde a la huida renunciando a su lugar en el hospital, quizás porque allí todo le recuerda a Amber y lo angustia.
El accionar de Wilson es el modo que encuentra de hacer frente a su obligación de dar respuesta a aquello para lo cual no hay vuelta atrás y no puede dejar de responder.
Referencias
1-Caligaris, La seducción totalitaria
2-D’Amore, O.: Responsabilidad y culpa. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006.
3-Freud, S.: (1925) La responsabilidad moral por el contenido de los sueños. En Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto. Obras completas. Tomo XIX, Amorrortu editores. 1984.
4-Lewkowicz, I. (1998). Particular, Universal, Singular. En Ética: un horizonte en quiebra. Cap. III. Eudeba, Buenos Aires.
5-Michel Fariña, J. (1998). Del acto ético (Cap. VI). En Ética: un horizonte en quiebra. Eudeba, Buenos Aires.
6-Michel Fariña, J. Responsabilidad: entre necesidad y azar. Ficha de cátedra. Desgrabación de cláse teórica. Publicado en la página web de la cátedra.
7-Mosca, J. C. (1998): Responsabilidad, otro nombre del sujeto. En Ética: un horizonte en quiebra. Eudeba, Buenos Aires.
8-Salomone, G. Z.: El sujeto dividido y la responsabilidad. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006.
9-Schejtman, Psicoanálisis y Psiquiatría En Encuentros y desencuentros.
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