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El incesto y la inexistencia

por Eduardo Laso, con la colaboración de Juan Jorge Michel Fariña

Las relaciones genealógicas que organizan simbólicamente el orden familiar implican una sucesión cronológica generacional.El vínculo entre padres e hijos presupone una relación de ascendencia y descendencia temporal: la precedencia del deseo de los padres sobre la existencia del hijo. De modo que resulta imposible que un hijo tenga la misma edad que los padres que lo gestaron. Nadie puede ser contemporáneo del acto sexual del que fue producto.

Tal situación sólo puede hacerse posible en el ámbito de la realidad psíquica: en la fantasía de tener la misma edad que los padres, imaginando posible un imposible. Tal anulación temporal en lo imaginario, aproxima al sujeto a la realización de fantasías incestuosas y parricidas. Si una mujer es el sustituto del amor por la madre, la fantasía vuelve a poner a la madre en el lugar de la mujer. Mujer que por la edad no puede ser aún la madre y que al mismo tiempo lo es. De ahí el carácter ominoso de estas escenas, sólo realizable en sueños, ensueños diurnos, o ficciones. [1]

En Volver al futuro, lo que da lugar a la situación imposible de que un hijo y su madre coincidan en la misma edad, es el recurso a la máquina del tiempo, que permite al personaje principal viajar al pasado y encontrarse con sus padres en el momento en que éstos son adolescentes como él.

¿Qué pasaría si un hijo y su madre hubiesen tenido la misma edad? Fantasía realizada de encontrarse en el lugar del padre, el hijo varón se plantea la pregunta: “si yo hubiese sido mi padre antes de nacer ¿se habría fijado mi madre en mí? El amor de mi madre ¿de qué naturaleza es: soy querido como hijo o como hombre? ¿Soy el falo, o tengo el falo?”. De esa pregunta se sale vía castración paterna: ni serlo ni tenerlo, el falo se negativiza y se eleva a símbolo, para que el hijo varón pueda salir a buscar una mujer y dejar el problema del goce materno en manos del padre.

En Volver al futuro, el joven Marty McFly se topa con la situación imposible de encontrarse con su madre cuando ella era una adolescente de 18 años –la misma edad que él– antes de haberlo concebido como hijo. La película realiza una variante del fantasma fundamental de ver la escena primitiva, de ser testigo del acto sexual de los padres que nos dio origen. Al ocupar el lugar del padre en la escena del baile de graduación –situación que le sucede por accidente: el viaje al pasado hace que él irrumpa en la vida de su futura madre en el momento en que ella debería enamorarse de quien será su padre– la existencia de Marty se ve amenazada, ya que si sus padres no llegasen a unirse esa noche, él no existirá. El film recrea este punto de imposibilidad donde incesto y muerte coinciden: el incesto con la madre implica la desaparición del sujeto.

En el film, Marty debe evitar a toda costa que esa adolescente que se enamoró de él y que se propone seducirlo, logre su objetivo. Marty se encuentra dividido ante algo al mismo tiempo prohibido y –sin embargo– todavía no prohibido desde el tiempo en que se encuentra. Él está ante una joven seductora de su misma edad que lo desea como hombre. Sólo que sabe que es su madre antes de que sea su madre. La cronología generacional ha sido suspendida y su nacimiento no ha ocurrido. Será su madre, si Marty no sustituye a su futuro padre en la escena en la que él sabe que se produjo el inicio de la relación entre sus padres. Como Marty se encuentra en el tiempo en que ella aún no es su madre, depende de él hacer entrar al padre, para garantizar su existencia en el futuro, o sucumbir a lo que él sabe una relación incestuosa, que lo condenaría a la inexistencia.

Marty se hace padre de su padre, al sostener tanto a la ley del Padre, como al padre imaginario que le tocó en suerte, para que llegue a conquistar a su futura madre y de ese modo garantizar su nacimiento. La vía del incesto –incesto para Marty, no para esa adolescente para quien él no es un hijo, por lo cual no es operante en ella la prohibición– haría desaparecer a Marty como hijo y como sujeto mismo. Tras la fantasía de ciencia-ficción que propone el film, se plasma así una verdad: la disyunción entre incesto y sujeto de deseo.

Que al final ella le robe un beso y sienta rechazo, como si estuviera besando a un hermano, es una humorada tranquilizadora del film. Es Marty, en todo caso, quien transmite en ese beso el lugar filiatorio que todavía no es para ella. Y al hacerlo, se castra como varón –en nombre de la ley del Padre– para existir como hijo de esa mujer a la que él reconoce como madre, incluso a pesar de que todavía no lo ha tenido.

El film plasma los dos aspectos del lugar del padre en dos personajes: por un lado, George McFly, futuro padre de Marty, ocupa el lugar del padre impotente, humillado. Por el otro, Biff Tannen, un joven abusador y prepotente que casi viola a la madre de Marty, encarna la figura del padre del goce. Marty debe intervenir para lograr que ese joven tímido y torpe que va a ser su padre, advenga al lugar de objeto de deseo de su futura madre en vez de ser él quien ocupe ese lugar. Para que eso sea posible, George debe portar alguna insignia fálica para ella: debe ubicarse como varón ante esa mujer, y debe rescatarla de la versión perversa del padre del goce que encarna Biff.

Es porque Marty ha incorporado la ley del Padre, que al volver al pasado pone en juego esa ley para que su padre se la transmita. Es evidente en este punto la circularidad: Marty en el pasado hace de un cobarde, un hombre, y así se da a sí mismo un padre, para que en el futuro ese padre le transmita la ley. Es Marty quien tiene que llamar a quien va a ser su padre a que sostenga ese lugar y lo reemplace. La condición para ello es que lo sustituya a él, pero también a la figura del padre gozador: debe poder derrotar a Biff y quedarse con la chica al final de la fiesta, de modo que Marty pueda existir en el futuro. Todo el arte del film es tenernos en suspenso en torno de ese cambio de posición George McFly, dado que es un acto que no puede ser hecho por el hijo en lugar del padre.

Que al final haya un happy end, es decir, que finalmente se ordene una salida normal del Edipo, le da a Marty la posibilidad de volver a tener futuro. Con la ironía de un futuro cambiado: al retornar al presente, sus padres ya no son esa familia disfuncional que conocimos al comienzo del film. Marty ha creado un futuro alternativo en el que su padre no es un pusilánime que se deja maltratar por Biff, y su madre no es una pacata reprimida y alcohólica. Su familia se ha transformado en otra, mejor ubicada en relación al deseo de Marty.



NOTAS

[1Este artículo está tomado de uno más extenso publicado en 2013 por los autores en la Revista Generaciones, editada por convenio entre la Facultad de Psicología y Eudeba, bajo el título "Trastornos en las relaciones de sucesión generacional (Volver al futuro, Brazil, In time)". Allí se ponen el línea las tres películas cuyas tramas ofrecen diferentes tratamientos del tema de la alteración generacional, En Volver al futuro, lo que da lugar a la situación imposible de que un hijo y su madre coincidan en la misma edad, es el recurso a la máquina del tiempo, que permite al personaje principal viajar al pasado y encontrarse con sus padres en el momento en que éstos son adolescentes como él. En Brazil y en In time, en cambio, se apela a los recursos de la tecnociencia, ya sea mediante cirugías y tratamientos químicos que logran rejuvenecimientos milagrosos, o mediante una manipulación genética que permitiría detener el envejecimiento del cuerpo. Ver Revista Generaciones, Año 2, Vol. 1, 2013, pp. 39-48, Buenos Aires: Eudeba.

Película:Volver al futuro

Titulo Original:Back to the Future

Director: Robert Zemeckis

Año: 1985

Pais: Estados Unidos

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