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Recursos audiovisuales para la transmisión de las complejidades bioéticas

por Acosta, Elizabeth Ruth

Universidad de La Matanza

Resumen:

El presente escrito forma parte de una investigación más amplia, que se desarrolla en la Universidad de La Matanza, bajo el nombre “Recursos audiovisuales para la transmisión de complejidades bioéticas en el ámbito y la tecnología” bajo la dirección de la Dra Elizabeth Ormart. El objetivo de este escrito es diferenciar el paradigma médico hegemónico en salud mental del paradigma de la singularidad que propone el psicoanálisis. Este último se ubica como respetuoso de las complejidades bioéticas.

Palabras Clave: bioética | singularidad | derechos | psicoanálisis

Audivisual Resources for The Transmission of Bioethical Complexities in, “A Brilliant Mind”

Abstract:

This writing is part of a broader investigation which is being developed at the University of La Matanza, under the name “Audiovisual resources for the transmissión of bioethical complexities in the field and thechnology” under the direction of Dr. Elizabeth Ormart. The objective of this paper is to differentiate the hegemonic medical paradigm in mental health from the singularity paradigm proposed by psychoanalysis. The latter is positioned as respectful of bioethical complexities.

Keywords: bioethics | singularity | rights | psychoanalysis

Introducción:

La película “Una mente brillante” (Howard, 2001) relata la vida de John Nash, un genio de las Matemáticas a partir del momento que inicia sus estudios en Princeton. Nash se encuentra exigido por publicar, tanto por el presidente del Departamento de Matemáticas como por su rivalidad con Hansen, con quien comparte la beca Carnegie. Se niega a realizarlo hasta que encuentre una idea realmente original. En determinado momento, Nash tiene un desencadenamiento psicótico que requiere su internación en un psiquiátrico. A lo largo de la trama el protagonista va enfrentando los desafíos de su enfermedad, esquizofrenia paranoide (presenta delirios y alucinaciones). Esto afecta a su condición física, a sus relaciones familiares y amistosas, no solamente por su patología, sino sobre todo por los tratamientos a los que va siendo sometido.

Esta película nos va a plantear un dilema bioético con respecto a la intervención médico psiquiátrica clásica, en contraposición a la calidad de vida del psicótico cuando se lo considera desde su “saber hacer”.

Intervención clásica médico-psiquiátrica

De la presente película extractaré una primera escena que permite cuestionarnos acerca de la tecnología psiquiátrica ante la enfermedad mental. John Nash se encuentra dictando una conferencia en Harvard él cree estar acompañado allí por Charles, su compañero de cuarto en Princeton, y Marcee, la sobrina pequeña de este último. Intempestivamente Nash intenta huir de lo que parecen ser agentes extranjeros, encabezados por el Dr. Rosen (un psiquiatra). Después de golpear a Rosen en un intento de huir, Nash es sedado por la fuerza y enviado a un centro psiquiátrico. Él cree que el centro está dirigido por los soviéticos.

El Dr. Rosen le cuenta a Alicia, esposa de Nash, que su marido padece Esquizofrenia paranoide, que Charles, Marcee y Parcher (su reclutador) sólo existen en su imaginación. Alicia investiga y finalmente confronta a Nash con los documentos sin abrir que había colocado en el buzón secreto que él creía entregar a Seguridad Nacional. Nash es tratado con terapia de shock y finalmente liberado. Sintiéndose frustrado por los efectos secundarios de la medicación antipsicótica que está tomando, en secreto deja de tomarlas debido a que le impedía trabajar, ayudar con el bebe y satisfacer a su esposa. Esto provoca una recaída y la reaparición de Parcher.

Como se puede observar en el desencadenamiento psicótico de Nash, frente una patología mental la intervención del modelo médico tradicional, implica: el aislamiento del loco en un psiquiátrico y su medicamentalización de acuerdo al diagnóstico establecido.

Ante la locura, según Maud Mannoni (2004), cuando un individuo viola las reglas no escritas de su medio familiar se encuentra ante la siguiente alternativa: castigos o atención médica. La atención médica apunta a un regreso del sujeto al estado anterior del código de reglas familiares. Es decir, que el objetivo del tratamiento que se persigue es readaptar, “normalizar” e integrar al paciente a la sociedad. Esta primera intervención del modelo médico, implica el aislamiento del loco y su finalidad es la reinserción de acuerdo a los criterios de adaptación social. Según esta autora, curarse bajo este modelo, significa entrar de nuevo en las filas de los bien pensantes.

Al establecer un diagnóstico se desaloja al enfermo de una posición subjetiva. Se lo objetiva, deja de ser un sujeto para ser tratado como objeto. Es decir, que al nombrarlo desde una patología pierde sus cualidades propias y se lo piensa desde la nominación médica. El psicótico ha sido alojado dentro del discurso de la ciencia con un diagnóstico, que consagra al sujeto en su lugar de enfermo mental. Este conoce su diagnóstico y su calidad de peligroso. Nash en diferentes momentos de la película se nombra a sí mismo como loco y como peligroso. Estas nominaciones marcan al sujeto, propiciando que actúe de acuerdo a la patología.

Los medicamentos , en principio son imprescindibles en los episodios de crisis agudas como una manera de reprimir el delirio. A su vez, viene siempre a proteger al terapeuta contra lo que el enfermo puede transmitir como angustia. Según plantea M. Mannoni, lo protege en tanto, es la respuesta al síntoma; así puede ignorar lo que en el otro trata de hablar y que no es otra cosa que el retorno de lo reprimido. Los psicofármacos amordazan el delirio en un primer momento, pero luego se empobrecen frente a él. Pueden anular lo subjetivo, lo más propio. John Nash lo plantea cuando abandona la medicación porque le impedía trabajar, ayudar con el bebé y satisfacer a su mujer.

Otro punto que en la intervención médico psiquiátrica queda de lado, es que hay que considerar la enfermedad mental en su relación con la sociedad en la que se encuentra inmersa. En esta relación se encuentra implicado no sólo el “enfermo” con su “enfermedad”, el médico y también la sociedad que juzga y define la “enfermedad”.

El hecho de equiparar a la locura con una enfermedad mental lleva al psiquiatra a situar en el individuo un desorden que debe ubicarse en otro lugar. Ubicarlo al nivel de los accidentes simbólicos que han marcado el discurso familiar que preside el nacimiento de esa persona.

Esta posición pone en cuestión qué lugar queda para el “sujeto”, cuando no hay posibilidad de hacer con lo que le pasa, solo puede readaptarse a lo que la sociedad le impone, a lo esperado dentro de su contexto. Se convierte en un producto de la tecnología psiquiátrica ocasionando sobre él un efecto deshumanizante.

El saber-hacer del psicótico: calidad de vida

La escena que voy a tomar es en la que Nash pone en peligro a su hijo pequeño mientras lo baña por creer que lo dejaba al cuidado de una de sus alucinaciones. Luego accidentalmente golpea a Alicia y al bebé en el suelo, pensando que Parcher está presente, dispuesto a matarlo. Ante esto, Alicia huye de la casa por temor de lo que le pueda pasar a su hijo. Nash se pone delante del auto para evitar que ella se vaya. Él le dice a Alicia: "Ella nunca crece", en referencia a Marcee: a pesar de los años que han pasado desde su primer encuentro, se ha mantenido exactamente en la misma edad, es todavía una niña. Con esta afirmación acepta que, si bien las tres personas parecen reales, son sus alucinaciones. En oposición al consejo del Dr. Rosen, Nash decide no volver al hospital, creyendo que puede enfrentar los síntomas de otra manera. Plantea que son un problema sin solución. Afirma “Yo doy solución a problemas. Yo solo tengo que aplicar mente. En mi mente se generó el problema, con algo de tiempo lo puedo solucionar” Alicia decide quedarse y apoyarlo. Las alucinaciones no desaparecen, sino que él cambia su posición frente a ellas, decide no hablarles más, ignorarlas.

Considerando al delirio, como lo nombra Freud, en tanto restitutivo. Es una tentativa de cura, es un trabajo de elaboración, de significación para pacificar el goce y restaurar una identidad. A diferencia de la intervención psiquiátrica clásica donde el delirio es algo a acallar, amordazar a través de medicación, aislamiento, y se sostiene que en la psicosis no hay nada para escuchar, el psicoanálisis, trata de ponerlo a trabajar dando lugar a la invención subjetiva en relación a establecer algún remedo de lazo social con su delirio. Según J. A. Miller (2003) es permitir la pacificación de un goce que estraga su vida íntima y social.

La invención es servirse de lo que hay (J.A. Miller, 2007) es en este caso una creación a partir de materiales existentes para producir una novedad al estilo del bricolaje. Servirse de lo que hay para inventar aquel modo de habitar el lenguaje. Es un modo de anudar aquello que queda infinitizado debido a lo propio de la estructura.

Se trata de que a través de la invención, cada individuo encuentre un camino que le permita un “saber hacer” con su sufrimiento. La invención va a estar del lado del psicótico en relación a los modos de hacer con aquello que se le impone como insoportable Nash encuentra su “saber hacer” con sus alucinaciones a partir de reconocer que Marcee no crece, las logra reconocer como una producción de su mente y aprende a hacer con aquello que se le impone, ignorándolas. Logra establecer un vínculo con el Otro, empezando a dar clases. En definitiva, logra hacer con lo que le sucede, pasa de ser pasivo a ser activo con lo que lo avasalla.

Desde el psicoanálisis, se considera que el delirio (E. Fernández, 2005) implica un trabajo, tiene la particularidad de producir como efecto, muchas veces, la muerte del que lo fabrica o la de su perseguidor (en particular en la paranoia). Intenta hallar al delirio una función distinta al de la pura muerte. Plantea que quizá la estabilización tenga que ver con la posibilidad, para el que lo sostiene, de circular con dicho delirio por otros caminos. O de tenerlo a raya y poder trabajar desde el anudamiento que este le permite, desplegando su talento.

Cuando el individuo deja de explicar todo desde el delirio, desde esa trama delirante algo distinto empieza a poder ser pensado, permitiendo la invención frente a su malestar como un saber hacer singular. Es permitir la pacificación de un goce que estraga su vida íntima y social.

Reflexiones finales

En esta película podemos vivenciar en primera persona las diferentes formas de abordaje ante la patología mental desde el atravesamiento de John Nash a partir de su desencadenamiento psicótico. Podemos ubicar los resultados que trajo aparejada la intervención psiquiátrica clásica en su vida, y a partir de eso, su trabajo de elaboración con respecto a su padecimiento para lograr un saber hacer propiamente singular con ello. El protagonista hace una apuesta a mejorar su calidad de vida generando un cambio de posición. Logra hacer el pasaje de ser objeto del goce del Otro, a una pacificación de ese goce mediante sus propias coordenadas.

Cuando Nash recibe el premio Nobel afirma “Estoy loco, tomo las medicaciones más recientes. Aún veo cosas que no existen. Elegí dejar de hacer ciertas cosas… Creí siempre en los números, la lógica lleva a la razón”.

Referencias:

Fernández, E (2005). “Algo es posible. Clínica psicoanalítica de locuras y psicosis.” Buenos Aires. Letra Viva.

Freud, S. (1919). Nuevos caminos de la terapia psicoanalítica. En Obras Completas, Buenos Aires, Amorrortu, 1976. Tomo XVII.

Lacan, J. (1955-1956). Las psicosis. En El Seminario, Buenos aires, Paidós,1995, libro 3.

Lacan, J. (1958). De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible en la psicosis. En Escritos 2 Buenos Aires: Siglo XXI, 2013

Mannoni, M. (2004) “El psiquiatra, su loco y el psicoanálisis” Buenos Aires. Siglo XXI.

Miller, J.A. (2007). La invención psicótica. Revista digital de la Escuela de Orientación Lacaniana. 1 (16). La invención psicótica | Virtualia, Revista digital de la EOL (revistavirtualia.com)

Miller, J.A. (2003) Embrollos del cuerpo. Buenos Aires. Paidós



NOTAS





Película:Una mente brillante

Titulo Original:A Beautiful Mind

Director: Ron Howard

Año: 2001

Pais: Estados Unidos

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