Inicio > Congresos Online > III Bienal > Subasta de almas > Primera película sobre un genocidio: el armenio

Primera película sobre un genocidio: el armenio

por de Toro, Marta Lilian

UBA-Diplomatura de Psicología y Cine (2023)

El arte cinematográfico se interesó tempranamente por mostrar el horror de masacres cometidas contra pueblos y sujetos. La matanza contra armenios perpetrada por los turcos, antes de existir el término genocidio (1944), modelo genocida moderno y de negacionismo, arribó al cine en 1919: Ravished Armenia, (Estados Unidos, Oscar Apfel): en Nueva York y otras ciudades, países de Latinoamérica y Londres. En Argentina se estrenó en 1920 como Subasta de almas.

La película, proyectada mientras se perpetraba el genocidio (1915-1923), relata el testimonio más difundido: los recuerdos de Aurora Mardiganian. Joven que, como otras armenias, fue violada y secuestrada en un harén. Pudo escapar y, gracias a la ayuda humanitaria, llegar a Estados Unidos en busca de su hermano. Su testimonio (en armenio), captó gran atención y se escribió una novela (en inglés): The Ravished Armenia: the Chirstian Girl who Survived the Great Massacres (1918), base del guión.
El estreno, aunque rodeado de polémicas, logró su objetivo: recaudar fondos para ayudar a los sobrevivientes. En Argentina recibió comentarios elogiosos por dirección y reconstrucción de hechos.

La sensualidad y la sexualidad, por presencia de mujeres, jóvenes y niñas violadas y empaladas, cristianas y blancas (lo religioso, lo racial), prendieron espectacularmente; las censuras se pusieron y levantaron una y otra vez en casi todos los países.

Mientras investigaba sobre este genocidio, mi interés en esta producción creció por las siguientes razones: es la primera película sobre el tema y es un cine silente, con imágenes intensas, de gran valor histórico y estético.

Lior Zylberman, en su artículo Memoria y olvido del genocidio armenio. El estreno en Argentina de Subasta de Almas (1919), comenta que, recientemente, se encontró un carretel de los nueve originales. Además, nos dice que tanto el genocidio como la película quedaron silenciados hasta que en 1994 el argentino Eduardo Kozanlian conoció en Armenia a Yervánt Setián, cineasta y archivista, quien rescató minutos de Subasta de almas. Los fragmentos, reconocidos por Kozanlian, luego fueron donados por él mismo al Museo-Instituto del Genocidio Armenio de Ereván.

En el artículo mencionado (2019), Zylberman reconstruye la historia del estreno de Subasta de Almas en Argentina. En él expone que en 1923 tuvo lugar la amnistía general, con una nueva reorganización geopolítica, que llevó este genocidio al olvido. El que antes fue conocido, lamentado y difundido, por libro y película, mientras Armenia fue Estado-Nación independiente. Durante cuatro años la diáspora armenia dio cuenta de lo sucedido; lo que permitió, después, retomar recuerdos y gestar políticas de la memoria. Con la ocupación de la Unión Soviética (1920-1991) esas intenciones fueron reprimidas. El estado perpetrador, Turquía, hasta la fecha sigue negándolo como lo hizo desde un principio.

Actualmente, luego de exhaustivas investigaciones históricas y recuperación de archivos a uno y otro lado del Atlántico, varios libros nos hablan del genocidio silenciado por excelencia. Subrayo lo que Zylberman sostiene: había una “tendencia que se venía repitiendo desde fines del siglo XIX: utilizar la imagen –fotográfica o cinematográfica– para concientizar sobre las violaciones de derechos humanos”. Ello permitió recuperar algunos materiales del tiempo caído en el olvido; trazas de lo traumático indecible, inimaginable, irrepresentable. Podemos pensar una transmisión posible, intento de inscribir algo de lo imposible y lo silenciado legal y socialmente, sostenido por la siguiente hipótesis: el cine como pasador de lo real a lo simbólico a través de imágenes. Hipótesis planteada en varias publicaciones por Jorge Michel Fariña y Eduardo Laso.

Fragmentos del film, pasado más de un siglo, nos interpelan hoy sobre la relación entre ética y estética con la misma tensión presente en las más recientes producciones –como Ararat (Atom Egoyan, 2002)–; como así también sobre lo irrepresentable. Al respecto, por lo someramente expuesto, sólo diré que lo hace en su triple vertiente:

  1. a priori: por los atributos del horror extremo propios del genocidio;
  2. por lo real lacaniano: lo que no cesa de no inscribirse, agujero constitutivo del sujeto, imposible lógico estructural, objeto a -plus de goce-, causa que hace hablar…;
  3. a posteriori: por ocultamiento de lo conocido, silencio deliberado. A lo que sumaría la pérdida de elementos por descuidos, extravíos y autodestrucción del material de época.



NOTAS




FORUM

moderación a priori

Este foro es moderado a priori: su contribución sólo aparecerá una vez validada por un/a administrador/a del sitio.

¿Quién es usted?
Su mensaje

Este formulario acepta atajos SPIP [->url] {{negrita}} {cursiva} <quote> <code> código HTML <q> <del> <ins>. Para separar párrafos, simplemente deje líneas vacías.



Película:Ravished Armenia

Título Original:Ravished Armenia

Director: Oscar Apfel

Año: 1919

País: Estados Unidos

Otros comentarios del Autor: