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La enfermedad de ser uno mismo

por Ermiaga, Ana Carolina, Faginas, Federico

Resumen:

El escrito toma el sesgo del contrapunto con las reseñas que toman al narcisismo o lo tóxico de la relación que está en el centro de la película noruega “Sick of myself”.
La figura del partenaire permite analizar al sujeto y complementariamente a aquel con el que juega su partida. Si se requiere un partenaire es porque el sujeto está incompleto en tanto tal. En qué nivel se lo necesita es lo que hay que esclarecer en cada caso. Esa es la pregunta que se busca esclarecer, tratando de no caer en la demonización de una relación donde cada cual puede encontrar su satisfacción. Es por eso que el trabajo se detiene en las fantasías de la protagonista, en tanto enseñan de la relación fundamental del sujeto, relevado por la estructura del fantasma.

Palabras clave: pareja | fantasía |cuerpo| narcisismo | partenaire-

The disease of being oneself

Abstract:

The writing takes the bias of the counterpoint with the reviews that take the narcissism or toxicity of the relationship that is at the center of the Norwegian film “Sick of myself”.
The figure of the partner allows to analyze the subject and, in addition, the one with whom he plays his game. If a partner is required, it is because the subject is incomplete as such. At what level it is needed is what must be clarified in each case. That is the question that is sought to clarify, trying not to fall into the demonization of a relationship where each one can find his satisfaction. That is why the work focuses on the fantasies of the protagonist, as they teach about the fundamental relationship of the subject, revealed by the structure of the ghost.

Keywords: couple | fantasy | body | narcissism | partner

Desarrollo

El director noruego Kristoffer Borgli nos presenta en Sick of myself a una pareja estable en un contexto acomodado (buscar otra palabra). Ellos son Thomas, un artista del mundo del arte contemporáneo en franco despegue hacia la popularidad, y Signe, empleada de una cafetería, cómplice en la metodología de robo de mobiliario que lo llevará a él a la trascendencia. Sólo a él.

Una contingencia brutal saca a Signe del tedio y del anonimato. Un perro muerde a una transeúnte fuera de su trabajo. El local minimalista se llena de sangre y ella asiste a la víctima quedando cubierta de sangre. Su imagen es la de una suerte de Carrie escandinava. La caminata hacia su casa después de esa escena es triunfal. Es vista. Por los otros, no por Thomas.

Lo contingente puede ser muy propicio. Desde ese momento Signe comienza su juego. No sin cierta complicidad de él, al menos en un comienzo; la maniobra para ser vista apelando a la enfermedad no le pasa desapercibida al chanta profesional. Pero gradualmente empieza la mentira que también va dirigida a él.

Nuevamente el azar, o una búsqueda, le facilita la información sobre una enfermedad dermatológica producida por un medicamento ruso: Lidexol. Comienza a tomarla. Se duerme, se cae, el sarpullido se convierte en deformidad. No parece buscar ser amada, sino portar las marcas en su cuerpo, visibles. Bien visibles. De víctima a influencer. De allí es catapultada a imagen de H&M. Ahora sí, ella también logra notoriedad.

La película oscila entre dos registros, la masividad de la experiencia mediante las redes sociales –y la trampa imaginaria de ocupar un lugar en la cultura de masas– y los momentos dónde se rompe con lo masivo y aparece lo que interpela a nuestros protagonistas, y los saca de sus posiciones consistentes. La primera de estas formas retratadas apunta al borramiento de la singularidad, que estructura cierto acoplamiento en la colectivización de las relaciones. Serán ciertas secuencias (fantasías, sueños, diálogos con personajes disruptivos) que rompen con la continuidad automática, y obligan a Signe a replantearse la vida construida, y los afectos que tocan el cuerpo más allá de lo que decide mostrar (y construir) en su imagen.

Desde el título de la película se introduce un interjuego de sentidos, sick of myself puede traducirse como una enferma de sí misma, pero también admite una traducción como frase compuesta que implica un estado de hartazgo respecto a uno mismo. Sea enferma de sí misma o harta se trata de un malestar donde se ve involucrada la propia existencia, y lo imaginario como punto de problema (y al mismo tiempo solución creativa) en la relación con el semejante.

Amores Tóxicos

Está de moda en nuestros tiempos apelar a la toxicidad para hacer mención a una cualidad de ciertos lazos de pareja que intoxican. La crítica de cine no es la excepción. Señala Eugenia Arpesella en su artículo Una comunidad de dolor (2024) que casi todas las reseñas sobre la película hacen énfasis en el narcisismo o la toxicidad del lazo de la pareja. Si se busca en Google amor tóxico las referencias coinciden en lo siguiente: cuando se habla de lo tóxico del amor

(...)el elemento más característico es la dependencia emocional, en la que normalmente el sumiso puede percibir al otro como imprescindible en su propia vida y por miedo a perder su aceptación o cariño, hace cualquier cosa que quiera la otra persona, aunque vaya en contra de sus intereses o de sus valores, es capaz de pagar cualquier precio por evitar el rechazo del que depende emocionalmente (De Carbajal, 2021).

El sumiso es víctima, inocente. El Otro es malo. En las antípodas de esta idea Freud introdujo la posibilidad de que en la toxicidad exista un matrimonio dichoso. En la que denomina Contribución a la psicología de la vida amorosa aborda las complicaciones de las relaciones que radica en la naturaleza misma de la pulsión sexual, afectada por la imposibilidad de la satisfacción plena. De manera que es necesario articular un entramado que permita sostener una relación. Pero esta no llega a ser como ese dichoso matrimonio del bebedor y su botella: arquetipo de la más pura armonía. Allí encontramos una relación estable, según Freud, que parece basarse en la satisfacción y que elude cualquier tipo de conflicto (Freud, 1912).

La relación de Signe y Thomas es una relación estable. Vemos desde el comienzo de la película una particular complicidad de la que cada uno extrae su satisfacción: el robo, la narración compartida de sus transgresiones, la mentira, las escenas en las que son vistos amándose en la adversidad. Resultaría absurdo reducir la dinámica de la pareja protagonista a la categoría de tóxica, o de corte narcisista, casi tanto como encasillar a la película de Borgli como una crítica a la sociedad de masas, y a los vínculos en la postmodernidad. Cada uno de ellos encuentra un punto de satisfacción en aquel vínculo que no apuntamos a demonizar, sino a reconocer en su singularidad.

La x de ese punto de satisfacción nos lleva a la pregunta ¿Con quién juega Signe su partida? Este es el punto en el que queremos detenernos. Si se requiere un partenaire es porque el sujeto está incompleto en tanto tal. En qué nivel se lo necesita es lo que hay que esclarecer en cada caso. Esa incompletud es lo prematuro de la introducción de la alteridad en la identidad que Lacan trabajó en su escrito del estadio del espejo; es el Otro simbólico que por más buena fe que tenga está barrado por sus propias faltas, hay algo de deseo en él; es la ausencia de inscripción de la sexualidad en el inconsciente, que abre a la contingencia de los encuentros, porque no hay un programa en el ser humano (Miller, 2023).

El partenaire fundamental del sujeto, relevado por la estructura del fantasma, es un objeto extraído del cuerpo del sujeto. No es el Otro del sujeto, ni la imagen, ni el falo. Allí la interrogación que pesa sobre la elección, en cada uno de su partenaire sexual. Partenaire sexual nunca se deduce más que por la manera en que él mismo se acomoda a la no relación sexual. Nunca se seduce más que por su síntoma.

Si es posible hablar de aquello que provoca el amor, debemos buscar la referencia en el Seminario XX: Aun. Allí queda dicho que lo que permite vestir lo opaco de la satisfacción pulsional es “el encuentro, en el partenaire, de los síntomas y de los afectos de todo aquello que marca en cada uno la huella del exilio de la relación sexual”.

Fantasías

Con el correr de la película, Signe comienza a producir una multiplicidad de fantasías que se exacerban con el creciente deterioro en su estado de salud. Las fantasías elaboradas por la protagonista van desde la presencia de su padre y su amiga disculpándose con ella, la decisión de confesar su engaño a su amiga, su propio velorio, hasta la posibilidad de ser descubierta por un médico respecto a la mentira que construyó. Estas elaboraciones con carácter de escena introducen una serie de elementos relevantes para sostener la pregunta por la narración en la cual se inserta Signe; la presencia de un tercero que la interpela, interroga, ve más allá de sus intentos de captura especular propios del narcisismo, e introduce la dimensión del afecto que aparece velada en la ficción construida. Se trata de un otro que la conmueve, y rompe con la efectividad del armado imaginario al instaurar el lugar de una Otro simbólico que opera como mediación, y puede ubicar la intencionalidad que existe detrás de su manifestación.

Cabe destacar que en el discurrir de la película hay una fantasía que no entra en la serie, aquella que se elabora de forma conjunta entre Signe y Thomas al momento de tener relaciones sexuales. Se teje una trama que termina de tomar forma cuando ambos llegan al orgasmo con la idea del funeral de Signe, al cual asisten una diversidad de personajes que su pareja le narra durante el acto sexual. La particularidad de esta fantasía reside en que se trata de una construcción de a dos, una articulación discursiva que se ubica en un lugar de diferencia con las escenas temidas por Signe. Lo que se introduce es una forma de placer ligada a la escena donde ella ocupa un lugar de protagonista.

En El creador literario y el fantaseo, Freud plantea que en las fantasías el creador extrae el material para la creación. En ellas, pasado, presente y futuro se articulan con el deseo. (Freud, 1908, p.130). El fantaseo –como proceso de elaboración creativa, y construcción de una escena– pone en juego la historia de la protagonista, sus diferentes atravesamientos, y puntos de angustia que remiten a la forma del fantasma del sujeto. La narrativa sostenida en sus actos se ve trastocada por un fantasear que la deja en otra modalidad de vincularse con el semejante, y con el Otro.

La fantasía como jugueteo de la vida diurna de que se puede extraer una satisfacción fue enlazada a la idea de fantasma por J.-A. Miller (1984). El mundo en cuanto tal es inaccesible, “el mundo entero está suspendido del sueño del mundo” (Lacan, J. 1968/9. p. 62). La realidad en la cual el sujeto habita, y el formato de escena donde se articula la posición subjetiva como efecto de discurso, en las relaciones con el objeto (es sus vertientes) y con los otros.

Particularidad del vínculo con el semejante

Vamos a volver a Freud, específicamente al Proyecto. Allí está trabajando sobre la percepción, pero introduce ahí que no es lo mismo percibir un objeto que percibir a alguien parecido al sujeto, alguien que encima habla, “a saber, un prójimo (...) un objeto como ese es simultáneamente el primer objeto de satisfacción y el primer objeto hostil (...). Sobre el prójimo aprende el ser humano a discernir” (1895, pp. 376-377). Además, agrega, a partir del prójimo puede tener el sujeto noticia del cuerpo propio.

Resulta interesante encontrar esto en Freud, y a esta altura, ya que a veces, en nuestra forma de pensar a esos otros, pequeños a, no el gran Otro que habita la vida de los sujetos, nos limitamos a pensar en el otro como sostén imaginario.

Semejante, prójimo, y Otro. Tres conceptos nodales para pensar la alienación del sujeto en los registros, y la direccionalidad del discurso en el encuentro con el mundo. Se trata de cuestiones articuladas, pero con cierto grado de diferencia que puede pensarse en función al devenir de los personajes en la película. En la dimensión del semejante, en tanto otro con el cual el sujeto se refleja en relaciones especulares, marcada por afectos móviles, y por la tensión respecto a las posiciones ocupadas, puede ubicarse el vínculo establecido entre la pareja protagonista del film. La rivalidad imaginaria en el lazo, donde aparece la atención de los otros como punto necesario, y sostén para el armado subjetivo. La relación de Signe con Thomas tiene un agenciamiento particular por el valor de las situaciones donde se introduce un tercero a la escena montada por las partes, como la falsa alergia en la cena laboral, donde se necesita la aparición de un tercero para sostener cierta modalidad de satisfacción.

En relación al prójimo, podría pensarse en aquellos otros que Signe imagina como figuras de consumo que responden a su necesidad de atención, y que la ubican en un lugar de modelo de inclusión, y diversidad. Será la dimensión del Otro como lugar simbólico la que aparece de forma encubierta en la película, se trata de aquellas terceridades que la reubican a Signe en su posición, que la obligan a salir de la consistencia imaginaria, y la fuerzan a asumir un lugar marcado por las fisuras, líneas de lo imposible, y marcas de su deseo.

Es imposible pensar la relación de Signe con el prójimo, y con el semejante sin pasar obligadamente por el lugar de cuerpo como vía para transmitir un mensaje, se trata de un elemento que se presenta en escena en una centralidad construida por la protagonista. No se trata del cuerpo en tanto organismo biológico, sino que remite a las marcas de goce que arman un cuerpo, un litoral con el mundo, una traza del lenguaje sobre lo material, un punto de satisfacción donde se articula la mirada, la voz, y otras vertientes del objeto. El cuerpo está presente a lo largo de la película como elemento central, como portavoz de un discurso, de una posición que compromete a Signe. Desde su decisión de tomar pastillas que alteran su imagen, los recursos estéticos que acompañan la mordedura del perro, las secuencias de modelaje ligadas a la inclusión (tanto Signe como la otra modelo), hasta las secuencias con el grupo holístico que refleja otra forma de relacionarse con un cuerpo marcado por la patología, y una ajenidad que no logra articularse si no es a partir del lazo grupal que ofrece un soporte, y una palabra.

En “Sick of myself” el cuerpo de los personajes –y particularmente el de Signe– opera como vector con la direccionalidad de los actos para obtener la atención en la escena; se necesita de la mirada y la presencia de terceros para sostener la modalidad de satisfacción de la protagonista y su pareja. Con lo dicho, podríamos sostener que eso que el sentido común llama “narcisismo” no debe ser banalizado ya que no es sin el Otro.

Referencias:

Arpesella, E. (2024). Una comunidad del dolor. Revista Paco. Disponible en: https://revistapaco.com/una-comunidad-del-dolor/

De Carvajal, C. C. (2021). ¿Cómo saber si estás en una relación tóxica y cómo salir de ella? Revista OndaCero. Disponible en: https://www.ondacero.es/noticias/sociedad/como-saber-estas-relacion-toxica-como-salir-ella_202111086188fcfad19d5b000182ae7c.html

Freud, S. (1908). El creador literario y el fantaseo. Obras completas. Tomo IX. Amorrortu.

Freud, S (1912) Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa. Contribuciones a la psicología del amor. Amorrortu. Obras Completas. Tomo XI.

Freud, S (1895) Proyecto de una psicología para neurólogos. Amorrortu. Obras Completas. Tomo III.

Lacan, J (1958-1959) Seminario de Jacques Lacan. Libro 6. El deseo y su interpretación. Paidós.

Lacan, J (1968-1969) Seminario de Jacques Lacan. Libro 16. De un Otro al otro. Paidós.

Lacan, J (1972-1973) Seminario de Jacques Lacan. Libro 20. Aún. Paidós.

Miller, J.-A. (1984) Dos dimensiones clínicas: síntoma y fantasma, Ediciones Manantial, 2007.

Miller, J. A (2023) La teoría del partenaire. Revista Pharmakon vol.4. Revista digital, disponible en: http://pharmakondigital.com/la-teoria-del-partenaire/?lang=es



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COMMENTS

Message from Beatriz Meireles  » 31 de octubre de 2024 » psibeatrizmeireles@gmail.com 

Sick of myself es una película que, a pesar de ser explícita en varios sentidos, parece que en otros muchos trae discusiones que van más allá de lo obvio. Aborda, por supuesto, los problemas de una generación que necesita y busca atención a cualquier costo. Pero también habla de la relación muy antigua, si no intrínsecamente humana, de ser sujeto si y sólo si a través y a partir del otro. Me llamó la atención la escena de sexo entre los personajes, donde el personaje principal goza, literalmente, por el hecho de causar preocupación, cuidado y ocupar el lugar del deseo del otro. Me pareció interesante la salida corporal que el personaje histérico da a su deseo de ser deseo.



Message from Lourdes Oronó   » 19 de septiembre de 2024 » lourdessorono@gmail.com 

Muy interesante la lectura de la película sick of myself, quería retomar la parte del trabajo donde comentan acerca del reconocimiento de la singularidad en la relación de Signe y Thomas en tiempos donde se suele encasillar rápidamente. Kohan (2020) comenta en su libro "Y sin embargo, el amor":
"La medicalización de la vida nos ha disciplinado a tal punto que algunas personas desmienten ese disciplinamiento creyéndose dueñas de sí mismas y han asumido voluntariamente el trabajo de gendarmes de la salud (...) señalando donde esta lo tóxico y hacia donde hay que correrlo. (...) sin dudas el éxito del uso que hoy tiene ese término es consecuencia, también, de que haya sido implantado por un pastor de la Iglesia Bautista ministerio presencial de Dios. Esos discursos van esparciendose a modo de evangelización y proponen que mientras existan los amores tóxicos o las personas tóxicas, existirá un remedio. (....) Están ahí no como fármacon sino como remedio, como pretendida solución al problema del deseo como tormento" (p.117)



Message from Maria Sol Ruiz  » 18 de agosto de 2024 » solruiz99@gmail.com 

El análisis de Sick of Myself es fascinante, especialmente en cómo se aborda la relación entre Signe y Thomas a través del concepto de partenaire. El enfoque en la figura del partenaire, en particular, ofrece una perspectiva enriquecedora sobre cómo las personas buscan completar su identidad a través de sus relaciones. Es interesante cómo se vincula la teoría psicoanalítica, especialmente la noción de incompletud del sujeto según Lacan, con la dinámica de la pareja en la película.
La forma en que Signe utiliza su enfermedad para obtener visibilidad y reconocimiento es un aspecto clave de este trabajo. La idea de que su enfermedad se convierte en una herramienta para la autoafirmación y la notoriedad subraya cómo el cuerpo y la salud se entrelazan con el deseo de ser visto y valorado en la sociedad contemporánea. Esto también toca la crítica a la cultura de masas y la forma en que las personas buscan ser reconocidas a través de una imagen pública.
Signe, atrapada en la sombra del éxito de Thomas, recurre a una enfermedad autoinducida para captar atención y finalmente conseguir su propia notoriedad. Esta acción no tiene que verse simplemente como una patología narcisista, sino como una estrategia dentro de un contexto en el que ambos personajes buscan satisfacer necesidades psicológicas profundas y simultáneamente, sostener sus propias posiciones en la sociedad.
Además, la mención a las fantasías de Signe como una forma de explorar su identidad y su relación con Thomas es muy pertinente. Las fantasías no solo revelan su propio conflicto interno, sino también cómo estos conflictos se reflejan en su interacción con el Otro simbólico y con el entorno social. Esto sugiere que la película ofrece una crítica profunda a las formas en que las personas construyen y negocian su identidad en el contexto de las expectativas culturales y sociales.
Este trabajo resalta cómo la película explora la complejidad de las relaciones y el deseo, y cómo estas dinámicas se reflejan en las experiencias y estrategias de los personajes. Este enfoque permite una comprensión más rica de los temas tratados en la película y ofrece una reflexión valiosa sobre la naturaleza de las relaciones humanas y el deseo.
Freud, S. (1908). El creador literario y el fantaseo. En Obras completas (Tomo IX, pp. 123-150). Amorrortu.
Freud, S. (1895). Proyecto de una psicología para neurólogos. En Obras completas (Tomo III, pp. 75-100). Amorrortu.
Lacan, J. (1958-1959). Seminario de Jacques Lacan. Libro 6. El deseo y su interpretación. Paidós.
Lacan, J. (1972-1973). Seminario de Jacques Lacan. Libro 20. Aún. Paidós.
Miller, J.-A. (1984). Dos dimensiones clínicas: síntoma y fantasma. Ediciones Manantial.



Película:Enferma de mí

Título Original:Syk pike

Director: Kristoffer Borgli

Año: 2022

País: Noruega

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