Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires
Resumen:
Tanto para la filosofía como para el psicoanálisis la moral y la ética fueron considerados de manera correlativa. La ética como sistematización de la moral en relación con el bien o el mal (filosofía), la moral respecto a la pulsión (Freud), o la ética respecto al deseo (Lacan). Dado que el psicoanálisis no es una ciencia que procura la verdad, su valuación no es verdadero/falso, ni bien/mal. La πρᾶξις es estética, y su escucha se centra en la ética del sujeto. La ética es definición del deber-ser y su semántica es la moral. El deseo es la ética del sujeto, y el sujeto (función de sujeción) es agente de la descisión al sujetar posiciones éticas dilemáticas e incompatibles al apremio de la ἐμπειρία. Esa es la correlación entre moral, ética y deseo para el psicoanálisis. Para demostrarlo nos valdremos de un fragmento de la película Relatos Salvajes, con la que interpelaremos la teoría a través de un análisis metateórico mediante la lógica clásica. Con ello relevamos los cruces discursivos que reflejan las posiciones éticas antagónicas, el quiebre de la garantía del deseo y las identificaciones (Ⱥ), y el consiguiente anudamiento creativo de la descisión.
Palabras clave: Moral | Ética | Deseo | Sujeto
Conundrum: Descision as Convergence Among Morality, Ethics and Desire
Abstract:
For both philosophy and psychoanalysis, morality and ethics were considered correlatively. Ethics as a systematization of morality in relation to good or evil (philosophy), morality in relation to drive (Freud), or ethics in relation to desire (Lacan). Since psychoanalysis is not a science that procures truth, its valuation is not true/false, nor good/bad. The πρᾶξις is aesthetic, and its listening is centered on the ethics of the subject. Ethics is definition of wishful-being and its semantics is morality. Desire is the ethics of the subject, and the subject (hold together function) is agent of the descision by holding together dilemmatic and incompatible ethical positions at the urgent demand of the ἐμπειρία. That is the correlation between morality, ethics and desire for psychoanalysis. To demonstrate it we will use a fragment of the film Relatos Salvajes, with which we will question the theory through a metatheoretical analysis by means of classical logic. In doing so, we will highlight the discursive crossings that reflect the antagonistic ethical positions, the breakdown of the guarantee of both desire and identifications (Ⱥ), and the consequent creative knotting of the descision.
Keywords: Morality | Ethics | Desire | Subject
Der mir so kräftig widerstand,
Die Zeit wird Herr, der Greis hier liegt im Sand.
Die Uhr steht still –
J.W. Goethe
§1. El arte no es ni verdadero ni falso. La calificación de la experiencia estética solamente puede ser sensible. Es, según Dewey (1979), experiencia en sentido puro [1]. Su decir evade la contradicción. Su lógica es la del inconsciente, y por ello no puede ser ni categorizada ni circunscripta por el Yo. Esto no quiere decir que la lógica consciente no pretenda clasificarlo, pero la experiencia no se deja capturar por nomenclaturas que intenten –de manera infructuosa– capturar su esencia.
El encuentro sensible con lo estético no puede ser catalogado mediante un modelo universal (en rigor, sí, pero es un conjunto cuya extensión es el de las experiencias singulares [2]). Sus elementos son unidades que no comportan multiplicidad, no tiene ni cardinalidad ni ordinalidad. No es como, por ejemplo, el número 4, que es la abreviación de 1+1+1+1, o sea, unidades agregables sin significado [3]. El hecho estético es lo opuesto, ya que sus elementos son unidades plenas de significado que no se pueden comparar, agrupar ni sumar [4].
Clasificarlo es abordarlo de un modo no-estético, desnaturalizarlo al imponerle una sistematización que le es ajena, por no coincidir con su esencia. La experiencia es estética, la clasificación es el límite donde se desubstancia en cosa no-estética [5]. Pero lo no-estético no es lo antiestético. Lo antiestético es uno de los modos de lo estético si rechazamos la relación de sinonimia entre estético y bello [6]. Lo estético no ha de ser necesariamente bello. El arte en tanto ἄρτι solo es la materialidad espacial y temporal de lo estético –ese es su πρᾶγμα– pero su materialidad πραγματική es la experiencia.
Si bien tiene reglas, a veces muy rigurosas, solamente sirven para preservar una identidad material que no garantiza sus efectos. Sea cual fuere el vehículo de la expresión artística, proveen una condición de posibilidad para que la experiencia tenga lugar. Luego, que suceda, no puede ser forzado.
La escucha del analista debe comprenderse con la lógica sensible del arte. Es también un fenómeno estético. El psicoanálisis es, sin lugar a dudas, un fenómeno de la αἴσθησις, ya que, como aquél, prescinde de una semántica valuada como verdadero o falso. Pero no carece de semántica, dado que, si no, solo sería una teoría especulativa. Su función ἀποδεικτικός [7] es ineluctable [8]. La escucha del analista es sensible y sintética. Su validez surge de trascender los sentimientos del analizante y desvelar las representaciones que se entremezclan en la experiencia [9]. A diferencia del acte lacaniano, no se instala como un punto singular de quiebre; es el formato de lo que sucede en la πρᾶξις analítica, una escucha estética ordenada mediante una sintaxis –la de la lengua– que no determina su semántica. Lo verdadero del análisis no reside ni en las categorías teóricas en juego, ni en lo empíricamente verdadero de lo que se dice, sino en su validez asertoria [10].
§2. El cine es una analogía útil para ubicar ciertas dimensiones estéticas de la πρᾶξις, en este caso, la relación entre ética y moral respecto al deseo. Una dimensión, la ética, hace a la escucha del analista, la otra, moral (universal), hace a la de la persona del analista. La escucha analítica debe despojarse de todo juicio moral (particular), y centrarse en la dimensión ética estrictamente. El límite lo pone la persona del analista, quien, en todo momento, escruta la posible contravención moral (universal) pero su interés está en la dimensión ética, por su relación con el deseo.
Por medio de un ejemplo tomado del cine, la última de las historias de Relatos Salvajes, (Hasta que la muerte nos separe), veremos como las posiciones éticas de los protagonistas (Ariel y Romina) se tornan dilemáticas en relación con la moral y el deseo. Allí Ariel [11] debe atravesar el peso de sus pasiones a partir del encuentro con el amor en formato de abyección. A pesar de su contexto festivo, su estructura narrativa es la de la tragedia [12].
El héroe de la tragedia es aquel que debe sobreponerse al sojuzgamiento de su propia impotencia. Persigue su purificación al templar sus apetitos. En el caso de Ariel, la encrucijada que encuentra es la de tener que renunciar a la forma indómita del deseo, como es el goce. Debe cargar con la emasculación que Romina le impone al enrostrarle lo baladí de su deseo encuadrado en un goce sin machihembrar: las pasiones en estado crudo, que debemos leer en términos de pulsión y deseo. La πρᾶξις procura que no se contradigan los destinos pulsionales respecto de lo prescripto por el deseo al eseyente. Por ello, la tragedia y sus pasiones deben abordarse desde la disyunción entre ética y moral, y su relación con el deseo y la pulsión. A partir de algunas correlaciones entre ética y moral desde Kant, Kierkegaard y Nietzsche, y luego, de ética, moral, pulsión y deseo en Freud y en Lacan, comprobaremos que la moral es la semántica de la ética, que la ética es la lógica del deber-ser (en sentido identitario) y que el deseo es la ética del sujeto [13].
§3. Para Kierkegaard la tragedia antigua implica un despliegue intelectual y ético [14] en procura de una finalidad. La tragedia parte de una imposición al héroe, quien, sometido a una encrucijada fatal, debe optar por caminos que necesariamente conllevan sufrimiento, y reproducir en su condición de personaje heroico la culpa por sus tropiezos o sus debilidades frente a las pasiones [15]. El héroe debe hacerse cargo de las acciones y su eticidad, por cuanto la ética lo preserva del pecado. En la tragedia moderna, la resolución no comporta una ley universal –opuesto a Kant– sino que un sujeto responsable de sus acciones [16]. La ética, para Kierkegaard, es la versión sistemática de la moral, es decir, su lógica. Pero no puede ser sin la moral, dado que, sin su trascendencia, la ética sería pura lógica [17]. En esto se distingue de Kant para quien, la ética representaba el modo racional de la práctica moral como lógica de un imperativo universal [18].
Quien estableció una diferencia categórica entre moral y ética fue Nietzsche. En primer lugar, al ubicar en la tragedia una fuente de saber estético, no verbal, en la que contrastan el saber dionisíaco y la objetivación apolínea [19]. El saber dionisíaco representa la apertura hacia la potencialidad del hombre liberado de las interdicciones impuestas por los imperativos morales y religiosos [20]. Es decir, que para Nietzsche moral y ética representan aspectos divergentes, ya que la moral comporta el sometimiento del hombre a una verdad y a un concepto de virtud que lo degrada en su esencia [21], mientras que la ética implica un proyecto creativo tendiente a la exaltación de su potencial a partir del encuentro con su propia e inmanente insatisfacción [22].
Ética y moral fueron abandonando su perspectiva universal hacia una individual. Nietzsche va un poco más allá, al separar teleológicamente ética y moral. Entiende la ética como expresión del potencial aplastado por la culpa y por el peso del pecado de la imperfección humana propios de la moral. Es similar –no sin matices– de la posición del psicoanálisis al respecto.
§4. Freud remueve toda connotación religiosa al concepto de moral, y lo define como uno de los diques de la Verdrängung. Las inhibiciones durante el período de latencia facilitan la incorporación del niño en la educación, modelo cultural de represión de las pulsiones [23]. El estatuto categorial de lo moral se vincula con las verdrängte erregungen [24] pulsionales. Éstas, por inagotables, no cesan de insistir, tornándose contradictorias con los mandatos sociales por ignorar toda prohibición. La cultura está edificada sobre las restricciones pulsionales [25]. La vida en sociedad depende inicialmente de una distinción entre el bien y el mal, como principios rectores generales para que la convivencia sea posible. Si las pulsiones están vinculadas –en sentido atávico– con la agresividad, el desvío de su Drang está relacionado de manera directa con la valoración de la noción del bien (por consiguiente, del mal) [26]. Esta disquisición no está dada, paradojalmente, es una construcción social.
Esto permite distinguir entre moral y ética en lo atinente al concepto de pulsión. Desde esa perspectiva son contrarias a lo esencialmente humano: la pulsión. Es la contradicción inherente a la cultura: el mandato social que supone contener al Drang no puede ser sin lo inagotable de su insistencia. Las tres instancias de la segunda tópica que señala Freud en Das Ich und das Es deben entenderse en su sentido lógico respecto a la moral. No hay moral sin lo amoral. El Ello representa la negación de la moral. El Superyó, la medida absoluta de lo moral, su afirmación [27]. La función del Yo es mediar entre dos fuentes de Wahrnehmungen [28] –externa e interna– y traducirlas en palabras [29], condición necesaria no suficiente para que haya sociedad.
Por otra parte, para Freud la ética es la disquisición entre el bien y el mal en sentido práctico [30]. El mecanismo con el que funciona es el tabú, que se distingue de las formaciones del inconsciente por su condición social [31]. Está instalado en la cultura, pero proviene de la moral. Aquí se observa la circularidad: la construcción social de la ética, en tanto determinación de las categorías del bien y el mal, resulta de las restricciones al despliegue de la pulsión. Al mismo tiempo, esas restricciones tienen lugar a propósito del Drang pulsional. Así interactúan las tres instancias lógicas intervinientes; el Ello, o la apetencia inefable e inagotable, el Yo, que infructuosamente busca clasificarla y el Superyó –herencia viva del padre muerto en formato de prohibición– cuya crueldad moral reprende las soluciones del Yo y representa a la castración, es consustancial a la cultura.
El Superyó instala la intensión del bien y del mal de modo problemático por su carácter singular, pero cuyo modelo son las interdicciones sociales exógenas. Esto queda claro en una nota al pie en Totem und Tabu, respecto del fracaso del Vatermord, dado que esa regla representa la adscripción al imperio de la ley por encima de las imposiciones de las pulsiones y el deseo [32], imperio esencial para la vida en sociedad, ya que nadie puede ocupar ese lugar y escapar a ser asesinado. Esta es la esencia ciega de la ley, o, mejor dicho, de la castración. La inclusión categorial de la interdicción como negación del Drang, acarrea que el Yo y sus nominaciones no son otra cosa que la afirmación de esa negación. Pero para que rija la ley hace falta sociedad, un consenso. Es lo que sucede con la prohibición del incesto. Si bien no contraviene la existencia de la sociedad ni de la cultura, es una prohibición con igual estatuto del Vatermord. Sus raíces son esencialmente sociológicas [33], es universal, pero, a diferencia de la anterior, no busca evitar la muerte vía la castración, sino que en una convención. Allí está la raíz de todo tabú.
La prohibición del incesto obliga a la exogamia, y con ello, a la vida social. Es por la definición de sociedad [34] que debe existir la exogamia –la multiplicidad de discurso– pero, además, por el hecho de ser una ley convencional y universal [35], inscribe su lógica, basada en la alianza. Si la castración es su semántica, la prohibición del incesto es su sintaxis. Restringe y regula la crueldad desintegrante de la condición humana sin una sexualidad separada exogámicamente [36]. Por este motivo, para Freud la definición de moral es intrínseca al psicoanálisis por su carácter sexual, mientras que la ética solo instrumenta el bien y el mal.
Sin embargo, para Lacan el psicoanálisis, en tanto πρᾶξις es inherentemente ético [37]. Su concepción de la ética no guarda correlación con las nociones del bien o del mal, sino que gira en torno al encuentro con lo real. No ordena por la sumisión a la ley social, sino a la del inconsciente [38]. La dimensión moral, en su faceta de restricción legal, se ubica del lado de la Chose cuya imposición es inevitable y permanentemente intacta. El mal está en lo deshumanizante la Chose [39]. Así la ética implica un juicio, no en relación con preceptos morales, sino paradojalmente, en evitar su encuentro. Si la moral es una ley rígida, cuyo registro es lo real, la ética se manifiesta en los caminos del deseo y su implicación trágica [40], cuyo πάθος resulta del desencuentro estructural entre la ley y el deseo. La posición ética del psicoanálisis implica soportar la transgresión estamental de la ley [41] –imprescindible para no sucumbir desintegrado en ella– y abrirle el paso al sujeto al orden del deseo cuya causa es la Chose, el objeto (a) [42].
§5. Como vemos, históricamente se mantuvo –aunque de modo heterogéneo– una necesaria correlación entre moral y ética. Ésta última representa una especie de formalización de la moral. Por conformar una perspectiva universal, mediante una axiomática regulatoria del accionar humano (Kant), o por concentrarse en la individualidad en arreglo a una moral religiosa y universal (Kierkegaard). Luego, la ética mutó de ser un corpus destinado a alinear las acciones con los preceptos morales, a otra enfocada necesariamente en un individuo horro de la culpabilidad pecaminosa impuesta por la moral religiosa (Nietzsche).
El psicoanálisis corrió definitivamente el eje al ubicarlo alrededor de la pulsión y el deseo. En esto coincide parcialmente con Nietzsche, si concebimos a la pulsión como la potencia humana en su aspecto más esencial. Pero, a diferencia de Nietzsche, cuyo Übermensch surge a partir de la muerte del “Überich” [43], para el psicoanálisis la acción superyoica juega un rol fundamental en la lógica de las identificaciones, por inscribir su valuación: el Ichideal. Es el modelo a partir del cual son elaboradas las construcciones noéticas del Yo, como es la cultura. El Ichideal en este sentido tiene valor semántico, determina la validez de lo que el Ideal-Ich instaura como modelo de identificaciones, que emergen como despliegue textual de un deber-ser [44]. Entonces el Ichideal instala la intensión del bien y el mal, mientras que el Ideal-Ich su extensión.
Lacan ubica al Ichideal (moi idéal) como la función del Autre respecto de la constitución del sujeto en tanto parámetro de un Yo-ideal [45], mientras que el Ideal-Ich (idéal du moi) es una versión cuya relación con el Autre es referencial [46]. El límite del Autre como parámetro reside en el hecho que no tiene garantías [47], es autopoiético [48]. Sin embargo, del otro lado de la frontera está lo real, caracterizado por el objeto (a). Así, lo que define la lógica identitaria del sujeto no es el Autre, sino lo que lo barra [49]. Ese límite separa el lugar de la moral, la Chose, del de la ética, el deseo.
Revisemos la relación entre moral ética y deseo. Es un consenso que tanto moral como ética implican un código, pero no son lo mismo. Desde Kant, vemos que la moral establece un criterio del que la ética resulta su código, un imperativo categorial impracticable. Kierkegaard propuso una diferencia. La moral como valor universal, basado en los preceptos religiosos, mientras que la ética es el modo de proceder de un individuo responsable de sus acciones. No comporta la mera adscripción a los preceptos morales, sino que hay un agregado singular, tilsætning, que coacciona al individuo al encuentro con la culpa. Sus acciones son libres, pero su juicio, no. Nietzsche rechaza esto último por ser la esencia de lo apolíneo, con toda la carga de hipocresía que conlleva respecto de la verdadera voluntad del hombre, liberar su potencialidad de manera irrestricta. Freud encuentra en la pulsión ese potencial que, de manera dilemática pugna por prevalecer, pero que si triunfase sería catastrófico, por ello la Verdrängung. Esto es la moral para Freud, no un mandato universal –aunque lo determina– sino uno particular. Es similar a la relación propuesta por Lacan entre el objeto (a) –que en lo sucesivo referiré como Ⱥ– y el Autre; la ley en estado puro delimitando su omnipotencia.
A estas instancias, universal - particular hay que agregarle la singular. No están en función dialéctica, sino en acción recíproca mutua, lo que Hegel llamó Wechselwirkung. Se implican entre sí, pero eso no significa que sean idénticos. Si bien entre ellos hay un tipo de identidad, es solamente semántica, y no ordinal. Hay una jerarquía entre el universal, el particular y el singular. En el lugar del universal se encuentra la moral. Esto parece contradecir la posición de Freud, pero no es así. La moral, como la definición semántica del bien es un modelo de valuación universal en sentido categorial. Luego, por lo que esa categoría representa, los diques morales son la expresión particular de ese universal. Por su parte, la ética, vista desde Kierkegaard, Nietzsche o Lacan, no encuadra específicamente el bien o el mal, sino el deseo, entendido como lo singular estético: un deber-ser [50].
La moral tiene entonces una doble connotación. Una, universal, cuya expresión material es la ley como orden social [51], y, simultáneamente, una particular, la determinación propia del individuo del bien y el mal. Ésta es la versión que destaca Freud en relación con la Verdrängung. Una restricción general exógena, pero ensamblada con las concurrencias de las individuales. Esto es lo que conlleva la combinación Vatermord – prohibición del incesto. Una imposibilidad absoluta –ocupar el lugar del padre sin ser asesinado– y al mismo tiempo aceptar por convención el régimen arbitrario impuesto por ese padre. Esta dualidad representa lo típico de la distinción entre el bien y el mal. No hay uno sin el otro. Por su parte, la ética no se rige por los ejes bien-mal, aun sometido a ellos. Es un deber-ser singular que se rige estéticamente, es gustativo [52]. Esta definición explica la naturaleza intrínseca al deseo. El deseo es la síntesis entre el empuje pulsional y el principio de realidad, que no lo restringe, sino que le presta nombres [53]. Luego, la moral es la semántica de la ética y la ética es la sintaxis del deber-ser. Lo ideal para la vida en sociedad, es que la moral en sentido particular no sea contradictoria con la universal, pero no es lo que ocurre necesariamente. La ética se monta con lo que la moral particular prescribe, lo que implica que ambas se definen mutuamente, pero no con la moral universal.
Es el caso de Ariel en nuestro ejemplo. Sus posiciones éticas –tenerlas a todas y tener solo a una– se cancelan entre sí. Pero ese temperamento no contraviene la definición de moral universal. Es un dilema ético, no moral. La moral solo sirve para establecerle un criterio de valuación, según él defina al bien o al mal, siempre en relación con sus preceptos éticos, a los que está sujeto. La contradicción ética no es problemática si algo de la moral universal no se le contrapone.
La ética vista de ese modo representa la lógica del deber-ser, está en la matriz de toda identificación. Por ello es el modelo lógico del deseo. El deseo es, en rigor, la ética del sujeto. La ética del psicoanálisis según Lacan, que el sujeto esté a la altura de su deseo, es en realidad una variante de esta idea, salvo que, para Lacan, el sujeto está dividido entre dos significantes y en ἀφάνισις [54]. Esa idea, la de la desaparición por su aparición es disonante con la nuestra. Si es una función de sujeción [55], la acción de sujetar cancela la no-sujeción, pero de modo apreciativo. Ese modo denota la esteticidad de la sujeción, refleja el deseo todo el tiempo. Por ello, el deseo es la ética del sujeto. Le imprime un estilo. Por lo tanto, la moral es la semántica de la ética, la ética es la lógica del deber-ser y el deseo es la ética del sujeto, QED.
§6. Veamos cómo funciona esto lógicamente analizando el caso de Ariel. Está recortado por dos posiciones éticas contrapuestas, dos aspectos del deseo que se contradicen entre sí, y cuya yuxtaposición es imposible. Es allí, precisamente, cuando ocurre la descisión [56]. No frente al saber (como agnomento de la verdad), sino que cuando ninguna de las dos posiciones incongruentes se opone a la verdad del deseo. El πάθος no es el desencuentro del deseo frente a la ley moral; el πάθος no es cuando el deseo contradice a la ley, sino que cuando se contradice a sí mismo.
El deseo como ética del sujeto connota el modo estético de los anudamientos entre el significante y la constante [57]. La moral interpela esa ética como unidad de valoración semántica. El Yo ordena al mundo abstracto respecto de los límites impuestos por el mundo empírico mediante clasificaciones, a las que llamamos también identificaciones. La identificación no es otra cosa que una determinación categorial, una referencia que funciona como un axioma, que a su vez establece un criterio de ordenamiento, al que quedan sometidas todas las experiencias en ajuste (o no) a lo que ese dominio establece como criterio extensional. Pero la sintaxis de las identificaciones es provista por la ética, cuyo garante es el Autre. Es la intensión de la semántica identificatoria, modela la verdad [58]. La descisión es la síntesis instrumental que elabora el sujeto cuando la contradicción del deseo enfrenta a la πραγματεία y el tiempo apremia; por ese motivo su garante (A) no puede fallar [59].
En el fragmento de Relatos Salvajes, Romina compele a Ariel al acto creativo de la descisión, lo conmina a ordenar argumentos [60], cuya eficacia no depende de que sean determinísticos, sino apropiados por y para Ariel. Con su hostigamiento, Romina abduce a Ariel del letargo lisérgico de sus decisiones enmascaradas en un goce descoordenado. La película nos muestra los vaivenes del discurso de Romina y como, a partir de sus movimientos retóricos, se desordenan las posiciones éticas de Ariel.
El inconveniente que tenemos es que para abordarlos mediante la teoría tal como está, obtenemos solamente descripciones de los mecanismos que tiene el aparato psíquico para tramitarlos. La teoría como tal no resulta consistente sin un método de prueba en tanto teoría. Por ello, nos valdremos de un nuevo nivel de abordaje: el lógico.
§7. Una lectura lógica no supone interpretaciones prescriptivas ni calculables. La teoría siempre termina condicionada por la práctica y no al revés. Es lo que Peirce llamó logica utens y logica docens. La primera representa los argumentos considerados verdaderos a partir de premisas (una teoría), mientras que la segunda comporta su verificación empírica (una πρᾶξις), por lo que puede ser falsada [61].
Todo razonamiento establece un criterio de validez a partir de, al menos, una premisa y una conclusión [62]. Este análisis permite comprender la teoría desde una (aún incipiente) perspectiva metateórica. Formalizaremos mediante la lógica clásica los cruces éticos en juego, el punto de quiebre de la garantía del deseo, y el anudamiento de la descisión.
Primeramente [63] reducimos los predicados a conceptos elementales, pero útiles para ver la lógica de los argumentos de Romina. Es una reconstrucción puesto que están implícitos en la secuencia de sus dichos. Entonces, supongamos los siguientes predicados:
La confianza en el partenaire es determinante para decidir casarse con él. Durante el relato, Romina cuenta que un día recibió un llamado que la hizo sospechar de Ariel. En ese momento no dijo nada, aunque conservó el número desde donde se había hecho la llamada. Es decir, hay una de las condiciones, en nuestro ejemplo, P, que falla. Esto abre el camino para que se instale algo nuevo. La primera premisa del silogismo era (P → Q). Por la regla de absorción
pero a partir del llamado, P se volvió problemático, se validan P y ¬P, o sea,
que es un problema puesto que, por el principio de identidad, tertium non datur, resulta que
y le presenta a Romina un dilema, puesto que ahora se verifican empíricamente tanto P como ¬P, que no pueden ser simultáneos, no puede confiar y no confiar al mismo tiempo, por lo que hay una de nueva alternativa válida donde la conjunción (P ∧ Q) queda negada
entonces, tanto (P ∧ Q), como ¬ (P ∧ Q) son válidas para sendos casos (P o ¬P). Este dilema interpela el deseo de Romina, se presenta contradictorio, y debe tomar una decisión. Dado que siguió con el plan de casarse, pero conservó el número telefónico que la hizo sospechar, reconstruimos un razonamiento, que, por agregar una suposición al silogismo, es abductivo.
Según Peirce, los razonamientos deductivo, inductivo y abductivo usan tres argumentos: una regla (universal), un caso (particular, típico), y un resultado (singular, ejemplo). El deductivo resulta de aplicar la regla al caso y de allí deducir el resultado. El inductivo es la inversión del deductivo, ya que se deriva la regla a partir del caso y el resultado. Finalmente, el abductivo, deriva el caso a partir de la regla y el resultado [65]. En primera instancia Romina elabora una hipótesis (abductivo):
Regla: Todo aquel que miente no es confiable, por lo tanto, tiene una amante
Resultado: La llamada sospechosa es de la amante de Ariel
Caso: Ariel miente y no es confiable
La hipótesis que formula sería: “Si todo aquel que miente no es confiable, por lo tanto, tiene una amante, y si la llamada sospechosa es de la amante de Ariel, entonces miente y no es confiable”. Como señalamos anteriormente, la condición para casarse era que P no sea ni contradictoria ni falsa, por lo que, de corroborarse la hipótesis, resultaría válido (¬P → ¬ (P ∧ Q)). Este es el dilema ético que Romina debe elucidar. En este caso, resulta del cruce de las dos expresiones del deseo de Romina: por un lado, el anhelo de casarse, por el otro, no tolerar un partenaire inconsistente.
En el casamiento, Romina observa una interacción entre Ariel y Lourdes que la convoca a verificar la hipótesis. En primera instancia, por razonamiento inductivo va a corroborar la regla mediante el primer llamado, entonces (logica utens):
Resultado: La llamada sospechosa es de la amante de Ariel
Caso: Ariel miente y no es confiable
Regla: Todo aquel que miente no es confiable, por lo tanto, tiene una amante
lo que le permite confirmar la regla. Luego, con el segundo llamado, prueba el silogismo por vía deductiva y lo confirma empíricamente (logica docens):
Regla: Todo aquel que miente no es confiable, por lo tanto, tiene una amante
Caso: Ariel miente y no es confiable
Resultado: La llamada sospechosa es de la amante de Ariel
al corroborar la hipótesis, se valida que (¬P → Q) ⊢ (¬P → ¬ (P ∧ Q)).
Para Romina esto resulta en la solución del dilema ético. Se ordena la serie de manera tal que la incompatibilidad entre el anhelo de casarse y la exigencia de un partenaire no inconsistente es saldada. Al elaborar la hipótesis a Romina le falló el garante de su posición ética en relación con su deseo, es decir, Ⱥ. Ahora, eso se ordena, se restituye su garante: A, y acepta que su anhelo de casarse no estaba por encima de tolerar que la contraparte no estuviera a la altura de su deseo (en la doble connotación de su).
El giro ético de Romina interpela a Ariel, desnudando su absoluta inconsistencia. La salida intempestiva de Romina del salón fuerza a que Ariel salga en su búsqueda y también de las contradicciones propias de su posición ética traccionado por Romina. En ese derrotero, a partir del hostigamiento, el dilema de Ariel queda en evidencia, desprovisto de toda garantía: Ⱥ. Es ahora él quien tiene que dar testimonio de cuál es su posición ética respecto de Romina y el camino que le propone. El resultado, desestimar quedarse con todas por quedarse con una sola, es el efecto de la descisión. En el límite del tiempo, debió determinar aquello que estaba dispuesto a perder. Se restituye el garante: A, y con ello (P → Q) ⊢ (P → (P ∧ Q)), solo que, si antes era síntoma, ahora es sinthome.
§8. Scholium. Ninguno de los dos se fue. Ninguno abandonó el mandato ético que hasta allí los conminaba al encuentro con su deseo. Deseo que, sin ser indestructible, no es descalabrado ni por los saberes noéticos del Yo, ni por colisionar con la inefable ἐμπειρία. Esa es la esencia del psicoanálisis como πρᾶξις. Allí donde emerge el ἔλεγχος, se revela la falta de garantía (Ⱥ), y el deseo debe probarse a sí mismo, validado únicamente por lo estético. Circunstancialmente logra mantenerse incólume, aceptando su esterilidad παθητική. Pero, por tratarse de un fenómeno estético, s’enferme en la consequentia mirabilis del amor dulcemente corrosivo, la insoslayable potencia de la Übertragungslibe: ¬A →A ⊢ A [66].
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NOTAS
[1] Utilizamos la definición de Dewey en el capítulo Having an Experience, de Art as Experience (1979): “In contrast with such experience, we have an experience when the material experienced runs its course to fulfillment.” (p.35).
[2] A lo largo de este trabajo nos referiremos a universal, particular y singular. A continuación, mediante la lógica clásica, vamos a aclarar lo que representan.
Dado un conjunto no vacío X, se entiende al universal como ⊢∀x ∈ X P(x), es decir que para todas las variables x pertenecientes al conjunto X, P(x) es verdadero.
Entonces, el particular, se formaliza como ⊢P(a), donde a es una constante –uno de los valores posibles de x– para la cual P(a) es verdadero, y a ∈ X. Es decir que hay un elemento de valor constante en X que cumple con la regla universal P(x).
Luego el singular implica que, dada una constante c, donde c ∉ X, una función F y una relación intensional R, tenemos que F(x)=(P(x)→R(x,c)), y donde ⊢∀x ∈ X (Px→Rx,c). Esto quiere decir que hay una función aplicada a la variable x, tal que, si P(x) es verdadero, entonces c está relacionado con x a través de R. Es decir que la variable x y la constante c están en relación intensional. En ese sentido, c es un ejemplo que representa al elemento x, pero que no comparte el dominio X.
Veámoslo con un ejemplo. Supongamos una definición de moral cualesquiera. Esa definición en sí misma implica una regla, que determina un dominio, por caso, Personas Morales. Entonces, el conjunto antes mencionado X corresponde con ese dominio. El predicado P se lee como es moral. La variable x representa cualquiera de los valores que pueden tomar los elementos del conjunto. Por lo cual la definición anterior ⊢∀x ∈ X P(x) debe leerse como: es verdad que para toda x que pertenece a X se cumple P(x), o, dicho de otro modo, todo x de quien se puede decir que es moral, es parte del conjunto Personas Morales.
En el caso particular, P(a), a es una constante, por ejemplo un nombre propio, digamos Juan. P(a) equivale a decir Moral(Juan), determina al mismo tiempo que a ∈ X, es decir que Juan forma parte del conjunto Personas Morales ya que decir P(a) equivale a decir Juan es moral.
Finalmente veamos el caso singular. Cualquier definición (en este caso, lo moral) va a contener aspectos que implican lo moral. Tomemos como ejemplo la definición de moral de Freud en Drei Abhandlungen zur Sexualtheorie en relación con la Verdrängung (que detallaremos más adelante). Uno de los diques es el asco (Ekel). Entonces, alguien a quien llamaremos Pedro (en nuestra formalización es la constante c) dice lo siguiente: “He soñado con ratas, me dio asco y no puedo dejar de pensar en ello y, por lo tanto, no puedo dejar de sentir asco”. El asco, en este caso, representa la relación intensional R. La insistencia de la imagen de las ratas se corresponde con la insistencia de la pulsión, por lo que es posible incorporar a Pedro en el conjunto X mediante la función antes descripta: F(x)=(P(x)→R(x,c)) es decir que si cualquier valor que tome un elemento del conjunto X tendrá el rasgo R (por ejemplo, sentir asco), y dado que es verdad R(c), o sea, Sentir_Asco(Pedro), entonces Pedro es un ejemplo, por relación intensional, de los elementos del conjunto X, es decir, que para los elementos del conjunto X se cumple el predicado R, ⊢∀x ∈ X (Px→Rx,c).
De modo tal que, lo universal implica una regla que determina la extensión del dominio, por cuanto define el criterio de pertenencia al conjunto, lo particular es un caso de los elementos de ese conjunto, esto es, el nombre propio de un elemento del conjunto, mientras que lo singular es un ejemplo que permite relacionar un elemento que no pertenece al conjunto con los elementos del conjunto, por vínculo intensional.
[3] Conforme el planteo de Frege en el apartado Meinungen über Einheit und Eins, en Die Grundlagen der Arithmetik (1986): “Die Zahl ist nichts Physikalisches, aber auch nichts Subjectives, keine Vorstellung.” (p.58).
[4] Ver Frege, Die Grundlagen der Arithmetik (1986): “In Bezug auf Eins und Einheit blieb die Frage, wie die Willkühr der Auffassung zu beschränken sei, die jeden Unterschied zwischen Einem und Vielen zu verwischen schien.
Die Abgegrenztheit, die Ungetheiltheit, die Unzerlegbarkeit sind keine brauchbaren Merkmale für das, was wir durch das Wort “Ein” ausdrücken.
Wenn man die zu zählenden Dinge Einheiten nennt, so ist die unbedingte Behauptung, dass die Einheiten gleich seien, falsch. Dass sie in gewisser Hinsicht gleich sind, ist zwar richtig aber werthlos. Die Verschiedenheit der zu zählenden Dinge ist sogar nothwendig, wenn die Zahl grösser als 1 werden soll.
So schien es, dass wir den Einheiten zwei widersprechende Eigenschaften beilegen müssten: die Gleichheit und die Unterscheidbarkeit.
Es ist ein Unterschied zwischen Eins und Einheit zu machen. Das Wort “Eins” ist als Eigenname eines Gegenstandes der mathematischen Forschung eines Plurals unfähig. Es ist also sinnlos, Zahlen durch Zusammenfassen von Einsen entstehen zu lassen. Das Pluszeichen in 1 + 1 = 2 kann nicht eine solche Zusammenfassung bedeuten.” (p.58)
[5] Tal como lo indica Dewey en la sección The Common Substance of the Arts en Art as experience (1979): “The difference between external and intrinsic operations runs through all the affairs of life. (…) Sometimes we journey to get somewhere else because we have business at the latter point and would gladly, were it possible, cut out the traveling. At other times we journey for the delight of moving about and seeing what we see. Means and end coalesce. If we run over in mind a number of such cases we quickly see that all the cases in which means and ends are external to one another are non-esthetic. This externality may even be regarded as a definition of the non-esthetic.” (pp.197-198).
[6] A propósito de la definición de Stendhal en De l’amour (1993) : “Si l’on parvient ainsi à préférer et à aimer la laideur, c’est que dans ce cas la laideur est beauté.” (p.53)
La concepción de lo estético a diferencia de lo bello, además, es su promesa. La única promesa de lo estético en tanto tal es el de la experiencia, la conmoción. La belleza es solo una de las formas que tiene esa conmoción. “La beauté n’est que la promesse du bonheur.” (p.53).
[7] Lo ἀποδεικτικός, lo demostrable, a partir de Aristóteles en Primeros Analíticos (2011) respecto del silogismo: “ἡ μὲν γὰρ ἀπόδειξις συλλογισμός τις, ὁ συλλογισμὸς δὲ οὐ πᾶς ἀπόδειξις.” [La prueba es su razonamiento, pero su razonamiento no es la prueba.] (p.8).
[8] Tal como lo plantea Platón en Teeteto (2005): “Αἴσθησις ἄρα τοῦ ὄντος ἀεί ἐστιν καὶ ἀψευδὲς ὡς ἐπιστήμη οὖσα.” (p.23) [La sensación tiene un objeto real, es indubitable*, como el ser del conocimiento.]
* La traducción de ἀψευδὲς como indubitable debe leerse en tanto resulta lo elemental del ἔλεγχος. Éste es un concepto central en los diálogos platónicos que podemos resumir como “refutación”, pero no en sentido llano, sino como método de revelación de la verdad. Algo análogo, pero no idéntico, es la noción de deconstrucción acuñada por Derrida. Por otra parte, ἀψευδὲς representa la antítesis de la verdad de la razón.
[9] En consonancia con el planteo de Freud en Der Wahn und die Träume in W. Jensens “Gradiva” (1976) respecto al rol central de los sentimientos como expresiones de lo inconsciente: “Das einzig Wertbare im Seelenleben sind vielmehr die Gefühle; alle Seelenkräfte sind nur durch ihre Eignung, Gefühle zu erwecken, bedeutsam. Vorstellungen werden nur verdrängt, weil sie an Gefühlsentbindungen geknüpft sind, die nicht zu stände kommen sollen; es wäre richtiger zu sagen, die Verdrängung betreffe die Gefühle, nur sind uns diese nicht anders als in ihrer Bindung an Vorstellungen faßbar.” (p.75).
[10] Los sentimientos como aserto, en coincidencia con Platón en Teeteto (2005): “Φαντασία ἄρα καὶ αἴσθησις ταὐτὸν ἔν τε θερμοῖς καὶ πᾶσι τοῖς τοιούτοις. οἷα γὰρ αἰσθάνεται ἕκαστος, τοιαῦτα ἑκάστῳ καὶ κινδυνεύει εἶναι.” (p.23)
[Lo aparente y lo sensible son lo mismo con relación al calor y a las demás cualidades sensibles, puesto que parecen ser para cada uno tales como las siente.]
[11] El nombre Ariel en hebreo significa “león de Dios”. En Isaías 29:7, señala el hecho de la futilidad de las cosas terrenales, y que, sobreponiéndose a todo asedio por parte de lo material, la naturaleza humana persigue la trascendencia.
וְהָיָ֗ה כַּֽחֲלוֹם֙ חֲז֣וֹן לַ֔יְלָה הֲמוֹן֙ כָּל־הַגּוֹיִ֔ם הַצֹּֽבְאִ֖יםעַל־אֲרִיאֵ֑ל וְכָל־צֹבֶ֙יהָ֙ וּמְצֹ֣דָתָ֔הּ וְהַמְּצִיקִ֖ים לָֽה””
[Y serán como un sueño, como una visión nocturna la enormidad de extraños que batallan contra Ariel, que luchan contra ella y contra su fortaleza, y que la asedian.]
[12] Tomamos la definición de Aristóteles en De la Poesía (2004): Ἔστιν οὖν τραγῳδία μίμησις πράξεως σπουδαίας καὶ τελείας μέγεθος ἐχούσης, ἡδυσμένῳ λόγῳ χωρὶς ἑκάστῳ τῶν εἰδῶν ἐν τοῖς μορίοις, δρώντων καὶ οὐ δι᾽ ἀπαγγελίας, δι᾽ ἐλέου καὶ φόβου περαίνουσα τὴν τῶν τοιούτων παθημάτων κάθαρσιν.” (p.9)
[Esta tragedia es una imitación de un acto completo de gran magnitud, en lenguaje sazonado, actuando y no por recitación, que, por misericordia y temor, pasa por la purificación de tales pasiones.]
[13] Sujeto entendido como función de sujeción: “[E]l sujeto, esa función, es la encargada de sujetar esos dos mundos indisolubles.” (Cazachkoff, 2023, p. 47).
[14] La ética según Kierkegaard supone el modo de lidiar con el pecado hereditario, y contiene una profunda relación con la moral religiosa. Toma el concepto de negación hegeliano, es decir, la negación lógica, y ubica a la ética como la negación del pecado. Entonces, pecado y ética se hacen necesarios para existir como conceptos. Leemos en Begrevet Angest (1991): “Den nye Ethik forudsætter Dogmatiken og med den Arvesynden, og forklarer nu af den den Enkeltes Synd, medens den paa samme Tid stiller Idealiteten som Opgave, dog ikke i Bevægelsen fra oven ned efter, men fra neden op efter*.” (p.6).
[La nueva ética presupone la dogmática, y por medio del pecado original, explica el pecado singular del individuo, al tiempo que plantea la idealidad como tarea, aunque no en el movimiento de arriba hacia abajo, sino de abajo hacia arriba.]
* Ned efter / op efter: La preposición efter puede compararse con el inglés after, es decir, no solamente provee una direccionalidad espacial (como el español hacia) sino también temporal (después). Por su parte, ned, también se puede corresponder con el inglés nether o el alemán nieder, que significan bajo o abajo. Mientras que op es similar al inglés up, o sea, arriba. Entonces, la traducción neder efter / op efter debe incluir estas tonalidades en la acepción, esto es, una direccionalidad espaciotemporal, una meta en términos de tiempo y de lugar.
[15] En la comparación respecto al lugar de la tragedia aristotélica respecto de la moderna, donde el acento está puesto en el sufrimiento subjetivo en lugar de la catarsis colectiva de la antigüedad, es lo que plantea Kierkegaard en Enten-Eller (1997):“Som bekjendt angiver Aristoteles som Kilde for Handlingen i Tragedien to Ting, διανοια ϰαὶ ἠϑος, men bemærker tillige, at Hovedsagen er τελος, og Individerne handle ikke for at fremstille Charakterer, men disse blive for Handlingens Skyld optagne. Man vil let bemærke her en Afvigelse fra den nyere Tragedie. Det, der nemlig er det Eiendommelige for den antike Tragedie, er, at Handlingen ikke blot fremgaaer af Charakteren, at Handlingen ikke er subjectiv reflekteret nok, men at Handlingen selv har en relativ Tilsætning af Liden*.” (p.53)
[Como es bien sabido, Aristóteles da dos cosas como fuente de la acción en la tragedia, διανοια ϰαὶ ἠϑος, pero también señala que lo principal es τελος, y los individuos no actúan para representar personajes, sino que éstos son tomados para lidiar y registrar sus culpas. Uno notará aquí un desvío en la tragedia moderna. Lo peculiar de la tragedia antigua es que la acción no surge simplemente del personaje, que la acción no se refleja subjetivamente lo suficiente, sino que la propia acción de lidiar tiene un añadido de sufrimiento.]
* Liden: comparte la raíz etimológica con el alemán Leid (dolor, trastorno). Pero el danés en este caso tiene una particularidad que es importante remarcar en lo que respecta a lo ambivalente que se propone señalar aquí Kierkegaard. Dado que la expresión kan lide, que a la letra se lee como “puedo sufrir” en realidad significa “me gusta”. Por ello Lide (Liden está declinado en acusativo) tiene la doble significación, que es inherente a la tragedia y al mito heroico, la hora más terrible, al mismo tiempo que la más gloriosa.
[16] En este pasaje el dolor subjetivo se anuda con la culpa existencial para Kierkegaard en Enten-Eller (1997): “Denne Smerte er altsaa ikke den æsthetiske Smerte, og dog er det aabenbart den, den nye Tid arbeider hen paa som den høieste tragiske Interesse. Her viser det samme sig igjen med Hensyn til den tragiske Skyld. Vor Tid har tabt alle substantielle Bestemmelser af Familie, Stat, Slægt; den maa ganske overlade det enkelte Individ til sig selv, saaledes, at dette i strængere Forstand bliver sin egen Skaber, dets Skyld er altsaa Synd, dets Smerte Anger; men hermed er det Tragiske hævet.” (p.55).
[Este dolor no es, pues, el dolor estético y, sin embargo, es evidentemente aquél hacia lo que el nuevo tiempo brega como si se trata del más alto interés trágico. Aquí se demuestra nuevamente lo mismo con respecto a la culpa trágica. Nuestra época ha perdido todas las determinaciones sustanciales de familia, estado, linaje; debe dejar enteramente al individuo a sí mismo, de modo que él en un sentido más estricto se convierte en su propio creador, su culpa es así pecado, su dolor remordimiento; pero con esto lo trágico se eleva.]
[17] Es posible ver el lugar que tiene la moral para la ética, que la inscribe la condición de trascendencia por cuanto la ética no es solamente un código procedimental vacío. Así lo indica Kierkegaard en Begrebet Angest (1991): “Har Ethiken ingen anden Transcendents, da er den væsentlig Logik, skal Logiken have saa megen Transcendents, som dog bliver for en Skams Skyld Ethiken nødvendig, er den ikke mere Logik.” (p.5).
[Si la ética carece de toda trascendencia, entonces es esencialmente lógica. Si la lógica contiene tantos trascendentes como los que hacen necesaria a la ética, entonces cesa de ser lógica.]
[18] Tal como lo propone Kant en los Vorarbeiten zu die Metaphysik der Sitten (1955): “Da aber es Gesetz ist sich jede Pflicht zur Maxime der Handlung zu machen so befaßt die Ethik sowohl die Rechts= als Tugendpflichten was die Maximen (die Gesinnung) betrift d. i. das Formale des Willens aber was die Gesetze in Ansehung des Materialen der Handlungen betrift ist sie nur der Theil der Moral der die Unvollkommenen Pflichten enthält.
Es giebt einen categorischen Imperativ.
Die Willkühr des Menschen ist freye Willkühr.
Die Rechtslehre als Lehre strenger Pflichten (unter bestimmten Gesetzen) ist entweder die Lehre des inneren oder äußeren Rechts, wodurch a, entweder die Freyheit im inneren oder b. im äußeren Eingeschränkt ist. Die erste gehört für sich selbst zur Ethik dem Inhalt nach aber doch zur Moral überhaupt und also auch zum Recht als einschränkende höchste Bedingung.” (pp. 384-385).
[19] En la introducción de Die Geburt der Tragödie, Nietzsche (2021) ubica al arte como “der höchsten Aufgabe und der eigentlich metaphysischen Tätigkeit dieses Lebens im Sinne des Mannes” (p.22). El arte, como señala al inicio del primer capítulo es producto de “die Duplizität des Apollinischen und des Dionysischen” (p.23).
La diferenciación nietzscheana entre lo apolíneo y lo dionisíaco queda explicitado en uno de los fragmentos póstumos recopilados en Nachgelassene Fragmente 1887-1889 (1999c): “Mit dem Wort „dionysisch“ ist ausgedrückt: ein Drang zur Einheit, ein Hinausgreifen über Person, Alltag, Gesellschaft, Realität, als Abgrund des Vergessens, das leidenschaftlich-schmerzliche Überschwellen in dunklere vollere schwebendere Zustände; ein verzücktes Jasagen zum Gesammt-Charakter des Lebens, als dem in allem Wechsel Gleichen, Gleich-Mächtigen, Gleich-Seligen; die große pantheistische Mitfreudigkeit und Mitleidigkeit, welche auch die furchtbarsten und fragwürdigsten Eigenschaften des Lebens gutheißt und heiligt, aus einem ewigen Willen zur Zeugung, zur Fruchtbarkeit, zur Ewigkeit heraus: als Einheitsgefühl von der Nothwendigkeit des Schaffens und Vernichtens… Mit dem Wort apollinisch ist ausgedrückt: der Drang zum vollkommenen Für-sich-sein, zum typischen „Individuum“, zu Allem, was vereinfacht, heraushebt, stark, deutlich, unzweideutig, typisch macht: die Freiheit unter dem Gesetz.” (p.224).
[20] Al final de Ecce Homo, Nietzsche (1999a) lo resume en una línea: “Hat man mich verstanden? - Dionysos gegen den Gekreuzigten…” (p.374).
[21] La moral como un vampiro que seca la sangre creadora, en Ecce Homo (1999a): “Alles, was bisher „Wahrheit“ hiess, ist als die schädlichste, tückischste, unterirdischste Form der Lüge erkannt; der heilige Vorwand, die Menschheit zu „verbessern“ als die List, das Leben selbst auszusaugen, blutarm zu machen. Moral als Vampyrismus … Wer die Moral entdeckt, hat den Unwerth aller Werthe mit entdeckt, an die man glaubt oder geglaubt hat” (p.373).
[22] Lo encontramos en Nietzsche, Nachgelassene Fragmente 1885-1887 (1999b): “Ethik oder „Philosophie der Wünschbarkeit“. „Es sollte anders sein“, es soll anders werden: die Unzufriedenheit wäre also der Keim der Ethik. (...) denn verlangen, daß Etwas anders ist als es ist, heißt: verlangen, daß Alles anders ist, — es enthält eine verwerfende Kritik des Ganzen — es ist insofern… Aber Leben ist selbst ein solches Verlangen!” (pp. 299-300).
[23] En Freud, Drei Anhandlungen zur Sexualtheorie (1968): “Während dieser Periode totaler oder bloß partieller Latenz werden die seelischen Mächte aufgebaut, die später dem Sexualtrieb als Hemmnisse in den Weg treten und gleichwie Dämme seine Richtung beengen werden (der Ekel, das Schamgefühl, die ästhetischen und moralischen Idealanforderungen). Man gewinnt beim Kulturkinde den Eindruck, daß der Aufbau dieser Dämme ein Werk der Erziehung ist, und sicherlich tut die Erziehung viel dazu.” (p.78).
[24] Verdrängte erregungen: las traducciones más populares al español dejan de lado algunos aspectos sustanciales. López Ballesteros tradujo erregung como excitación, mientras que Etcheverry la tradujo como moción, luego ambos tradujeron Verdrängung como represión.
Ambas traducciones de erregung reflejan alguna de las acepciones, pero dejan por fuera una central que es “despertar”. En el caso de López Ballesteros, traducir Trieb como instinto conlleva –por su naturaleza– que su activación sea concebida como excitación. El inconveniente es su postura biologicista, que no es del todo desacertada, pero si imprecisa por parcial. Luego la traducción como moción se centra en su aspecto kinésico, dada su raíz etimológica, del latín motionis. Hay un pasaje de las Tusculanæ Disputationes de Cicerón (2005) donde, en referencia al concepto de “mente” (animum) aristótelico, la define como: “ἐνδελέχειαν (endelecheian) appellat novo nomine quasi quandam continuatam motionem et perennem.” (p. 13). En este sentido, las corrientes (otra acepción de Erregung) están descriptas adecuadamente con esta idea, la ἐνδελέχεια, pero sin la condición de un despertar.
Luego, es sustancial destacar la estructura del término Verdrängung. Se compone del prefijo ver- y el verbo drängen (que es la forma verbal del sustantivo Drang, que conocemos por empuje –pulsional–). Lo substancial en este caso es la función del prefijo ver- que implica una transformación, una terminación o un desvío. Por consiguiente, la traducción por represión solamente conlleva su carácter de censura, repressio (en el sentido que leemos en las Oratio in gymnasio in Ingelstadio de Conradus Celtis (1942): “quomodo et misericordia et omnis animi suscitatio et repressio in manu oratoris et poetae sunt.” (p.5))
[25] Como lo señala Freud en Die kulturelle Sexualmoral und die moderne Nervosität (1976): “Unsere Kultur ist ganz allgemein auf der Unterdrückung von Trieben aufgebaut”. (p.149).
[26] Esta idea la observamos en la conferencia XXXII llamada Angst und Triebleben de las Neue Folge der Vorlesungen zur Einführung in die Psychoanalyse (1961b): “ (…) unsere Kultur auf Kosten sexueller Strebungen aufgebaut ist, die von der Gesellschaft gehemmt, zum Teil zwar verdrängt, zum anderen Teil aber für neue Ziele nutzbar gemacht werden. (…). Nun, was wir für die Sexualtriebe erkannt haben, gilt im gleichen, vielleicht in noch höherem Maße, für die anderen, die Aggressionstriebe. Diese sind es vor allem, die das Zusammenleben der Menschen erschweren und dessen Fortdauer bedrohen; Einschränkung seiner Aggression ist das erste, vielleicht das schwerste Opfer, das die Gesellschaft vom Einzelnen zu fordern hat. (…). Es ist wie eine Fortsetzung jenes Dilemmas vom Fressen und Gefressen werden, das die organische Lebewelt beherrscht, aufs psychische Gebiet. Zum Glück sind die Aggressionstriebe niemals allein, immer mit den erotischen legiert. Diese letzteren haben unter den Bedingungen der vom Menschen geschaffenen Kultur vieles zu mildern und zu verhüten”. (p.118).
[27] En Freud, Das Ich und das Es (1967): “Vom Standpunkt der Triebeinschränkung, der Moralität, kann man sagen: Das Es ist ganz amoralisch, das Ich ist bemüht, moralisch zu sein, das Uber-Ich kann hypermoralisch und dann so grausam werden wie nur das Es.” (p.284).
[28] Percepciones. La elección del término alemán es por su morfología: Wahr (verdad) nehmung (apropiación, aprehensión). Hay algo de lo verdadero que se incorpora allí.
[29] Como señala Freud en Das Ich und das Es (1967): “Die Rolle der Wortvorstellungen wird nun vollends klar. Durch ihre Vermittlung werden die inneren Denkvorgänge zu Wahrnehmungen gemacht. Es ist, als sollte der Satz erwiesen werden: alles Wissen stammt aus der äußeren Wahrnehmung. Bei einer Überbesetzung des Denkens werden die Gedanken wirklich — wie von außen — wahrgenommen und darum für wahr gehalten.” (p.250).
[30] En Freud, Das Unbehagen in der Kultur (1991): “Immerhin gibt es Unterschiede im Verhalten der Menschen, die die Ethik mit Hinwegsetzung über deren Bedingtheit als "gut" und "böse" klassifiziert.” (p.470).
[31] En Freud, Totem und Tabu (1961a): “(...) das Tabu ist doch keine Neurose, sondern eine soziale Bildung (...)” (p.88).
[32] En Totem und Tabu (1961a): “Keiner der Söhne konnte ja seinen ursprünglichen Wunsch durchsetzen, die Stelle des Vaters einzunehmen. Der Mißerfolg ist aber, wie wir wissen, der moralischen Reaktion weit günstiger als die Befriedigung.” (Freud, 1961a, p.173).
[33] Así lo plantea Lévi-Strauss en el prefacio de Les Structures Élémentaires de la Parenté (2009): “[L]a prohibition de l’inceste qui exclut, au nom de la règle sociale, certaines solutions qui sont cependant biologiquement ouvertes. (…) Je persiste à croire que la prohibition de l’inceste s’explique entièrement par des causes sociologiques (…)” (pp.X,XVI).
[34] Conforme la concepción de sociedad como creación esencial de lo humano que propone Feuerbach en Das Wesen des Christentums (2014): “[A]lle diese sogenannten Seelenkräfte sind Kräfte der Menschheit, nicht des Menschen als eines Einzelwesens, sind Kulturprodukte, Produkte der menschlichen Gesellschaft. Nur wo (...) der Mensch mit dem Menschen spricht, nur in der Rede, (...) entsteht die Vernunft. Fragen und Antworten sind die ersten Denkakte. Zum Denken gehören ursprünglich zwei. Erst auf dem Standpunkt einer höhern Kultur verdoppelt sich der Mensch, so daß er jetzt in und für sich selbst die Rolle des andern spielen kann.” (pp. 166-167).
[35] Tal como lo indica Lévi-Strauss en Les Structures Élémentaires de la Parenté (2009): “[L]a prohibition de l’inceste présente, sans la moindre équivoque, et indissolublement réunis, les deux caractères où nous avons reconnu les attributs contradictoires de deux ordres exclusifs : elle constitue une règle (…) qui, seule entre toutes les règles sociales, possède en même temps un caractère d’universalité. Que la prohibition de l’inceste constitue une règle n’a guère besoin d’être démontré ; (…) l’interdiction du mariage entre proches [a] un champ d’application variable selon la façon dont chaque groupe définit ce qu’il entend par proche parent ; mais que cette interdiction, (…), est toujours présente dans n’importe quel groupe social.” (p. 10).
[36] Es la función del tabú del incesto que señala Freud en Totem und Tabu (1961a): “Das andere [Tabu] aber, das Inzestverbot, hatte auch eine starke praktische Begründung. Das sexuelle Bedürfnis einigt die Männer nicht, sondern entzweit sie.” (pp. 173-174).
[37] Así lo indica Lacan en el Acte de Fondation incluida en Autres Écrits (2001): “[L’] éthique de la psychanalyse, (…) est la praxis de sa théorie.” (p.232).
[38] Lo ubicamos en el Seminario VII de Lacan, capítulo VI, De la Morale (1973b) : “Pourtant, c’est à cette recherche de ce qui revient toujours à la même place, que reste appendu ce qui s’est élaboré au cours des âges de ce que nous appelons éthique. L’éthique, ce n’est pas le simple fait qu’il y a des obligations, un lien qui enchaîne, ordonne, et fait la loi de la société. (…). Ce qui, à travers les générations, préside à ce nouvel ordre surnaturel des structures est exactement ce qui rend raison de la soumission de l’homme à la loi de l’inconscient. Mais l’éthique commence encore au-delà.” (p.92).
[39] La cosa como la cristalización del deseo, al que fija, y que por lo tanto resulta lo no humano de la creación humana, tal como lo indica Lacan en el Seminario VII, capítulo IX, De la Création Ex Nihilo (1973b): “[L]e mal peut être dans la Chose. (…) Il s’agit en effet de la Chose en tant qu’elle est définie par ceci qu’elle définit l’humain - encore que justement, l’humain nous échappe.” (p.150).
[40] Esta dimensión de lo irreconciliable del deseo y la ley, respecto a la ética para el psicoanálisis se observa en el capítulo XXIV, Les Paradoxes de l’Éthique, del Seminario VII de Lacan (1973b) : “L’éthique de l’analyse n’est pas une spéculation portant sur l’ordonnance, l’arrangement, de ce que j’appelle le service des biens. Elle implique à proprement parler la dimension qui s’exprime dans ce qu’on appelle l’expérience tragique de la vie.” (p.361).
[41] Idea que Lacan señala en la sección Le Paradoxe de la Jouissance, sección L’Amour du Prochain, del Seminario VII (1973b) : “Quiconque s’applique à se soumettre à la loi morale voit toujours se renforcer les exigences toujours plus minutieuses, plus cruelles, de son surmoi.” (p.212)
[42] Ver la clase XVII del Seminario XII de Lacan (2022) : “Si être psychanalyste est une position responsable, (…) puisqu’il est celui à qui est confiée l’opération d’une conversion éthique radicale, celle qui introduit le sujet à l’ordre du désir (…)” (p. 655).
[43] En una analogía entre el Superyó con los Göter a los que Nietzsche refiere en Also sprach Zarathustra (1988): “Todt sind alle Götter: nun wollen wir, dass der Übermensch lebe.” — diess sei einst am grossen Mittage unser letzter Wille!” (p.102).
[44] Conforme lo que Freud destaca en el apartado Das Ich und das Über-Ich (Ichideal) en Das ich und das Es (1967): “ (…) das Ichideal allen Ansprüchen genügt, die an das höhere Wesen im Menschen gestellt werden. (...); deren Gebote und Verbote sind im Ideal-Ich mächtig geblieben und üben jetzt als Gewissen die moralische Zensur aus. (...). Die sozialen Gefühle ruhen auf Identifizierungen mit anderen auf Grund des gleichen Ichideals.” (p. 265).
[45] Tal como Lacan lo indica en el apartado Le Transfert et la pulsion del Seminario XI (1973a) : “Vous aurez à y voir que c’est dans l’Autre que le sujet se constitue comme idéal, qu’il a à régler la mise au point de ce qui vient comme moi, ou moi idéal — qui n’est pas l’idéal du moi — c’est-à-dire, à se constituer dans sa réalité imaginaire.” (p.132).
[46] En el apartado 3 del capítulo XXIV, Du a aux Noms-du-Père, del Seminario X, Lacan (2001) hace referencia al modo en que el Autre representa, a nivel escópico, el Idéal du moi en tanto soporte últmo –velado por la especularidad– de las identificaciones: “ (…) l’Idéal du moi, c’est-à-dire ce qui, de l’Autre, est le plus commode à introjecter” (p.384).
[47] En Autres Écrits, particularmente en el apartado VI de Télévision, Lacan (2001) habla acerca de la posición kantiana respecto a la primacía de la razón. A partir de ello, se opone a la idea centrada en la razón como sostén universal del hombre, dado que se refiere al sujeto del inconsciente, y por ello, la ausencia de un para todos, a propósito de una expresión que le atribuye a Aristóteles, μη πάντες, señala la falta de verdad universal: “(…) il n’y a pas d’Autre de l’Autre” (p.540).
[48] Según la definición de Niklas Luhmann en su libro Organisation und Entscheidung (2011): “Autopoietische Systeme sind operativ geschlossene und in genau diesem Sinne autonome Systeme. [A]nders gesagt, nicht zu, dass das System auch in seiner Umwelt oder die Umwelt auch im System operiert.” (p. 53).
[49] Tal como lo indica Lacan en la clase IV del Seminario XXII, RSI (2023) : “Sans le petit a, quelque chose manque à toute théorie possible d’aucune référence, (…), et ceci, du fait que le sujet, le sujet supposé, (…), ne connaît quelque chose que d’être lui-même, en tant que sujet, causé par un objet qui n’est pas ce qu’il connaît, (…) n’est pas l’Autre comme tel de la connaissance, mais qui, au contraire, cet objet, l’objet petit a, le raye, cet Autre.” (p.62).
[50] Formalmente veremos la relación entre ellos. La moral como valor universal es una fórmula de predicados: ⊢∀x Px para x ∈ X (ver nota 2). Luego, el particular es el caso típico del universal, que a la postre incorpora un valor determinado al predicado en tanto es consecuencia lógica del modelo*. Allí ubicamos al sostén del modelo, el Autre: ⊢∀x∃y(Px⟷Py), donde y ∈ X. El particular se deriva del universal, pero no recíprocamente: ⊬∃y∀x(Py⟷Px). Aquí, y es una variable, pero al tomar un valor determinado, pasa a ser una constante, P(a).
Finalmente, el singular, que como habíamos señalado, se relaciona con las variables del universal en relación intensional**. El camino inverso es el modelo para la determinación de R a partir de una variable libre z que funcione como ejemplo de x en R. Tomemos una variable z, donde z ∉ X, y vemos en primer lugar que no es válida para toda x, ⊬∀x(Px⟷Pz), es decir que z no es válido para todos los valores posibles de x. Sin embargo, z es un ejemplo del particular, hay al menos un valor de x que es válido en z: ⊢∃x(Px↔Pz). En la relación entre el particular y el singular, se encuentra la ética como deber-ser del sujeto. Esa relación, además, indica que el particular es un modelo del singular en R, por cuanto responde al modelo universal. Es lo que llamamos la moral en sentido particular o individual.
Así la moral universal resulta el modelo semántico de la moral particular, en este caso, bien o mal. Luego, una relación de isomorfismo entre particular y singular determina la eticidad de la acción –expresión empírica del singular– a la vez que replica el modelo de relación intensional R.
No hay conflicto entre la ética y la moral en sentido particular, aun si hubiese conflicto entre la ética y la moral en sentido universal. Esta paradoja pone de relieve que la determinación moral de la acción ética puede ser válida en una concepción particular del bien y el mal, pero no necesariamente válida en una concepción universal.
* Conforme la definición de consecuencia lógica de Tarski en Über den Begriff der logischen Folgerung (1937): “Die Aussage X FOLGT LOGISCH aus den Aussagen der Klasse K dann und nur dann, wenn jedes Modell der Klasse K zugleich ein Modell der Aussage X ist.” (p. 9)
** De acuerdo con la definición de Bertrand Russell en el capítulo Denoting, en The principles of mathematics (1996): “A concept denotes when, if it occurs in a proposition, the proposition is not about the concept, but about a term connected in a certain peculiar way with the concept.” (p. 53).
[51] La ley es un código vivo que interactúa de manera recíproca con los usos y costumbres de cada época. Así podemos leerlo en el tratado de la ciencia del derecho de Savigny (1814): “Das Recht wächst also mit dem Volke fort, bildet sich auch mit diesem, und stirbt endlich ab, so wie das Volk seine Eigenthümlichkeit verliert.” (1814, p. 11).
[52] Este par rige –en última instancia– a absolutamente toda acción humana, sin excepción. El inconveniente es, que, por tratarse de categorías estéticas, no tienen valor de verdad.
[53] Es análogo al amour-passion de Stendhal (1993) : “Dans l’amour-passion, l’intimité n’est pas tant le bonheur parfait que le dernier pas pour y arriver.” (p.125).
[54] Según Lacan en el Seminario XI, capítulo XVII, L’Aphanisis (1973a) : “Il n’y a pas de sujet sans, quelque part, aphanisis du sujet, et c’est dans cette aliénation, dans cette division fondamentale, que s’institue la dialectique du sujet.” (p. 201).
[55] “[E]l sujeto no está dividido, sino que es una función de sujeción de esa división del hablante entre los dos contextos” (Cazachkoff, 2023, p.44).
[56] Neologismo acuñado en base a la morfología alemana del término Entscheidung. El prefijo Ent- implica el español des– (algo que se quita), y Scheidung significa corte. El el des-corte, o la des-escisión: descisión.
[57] “un significante es lo que representa a un sujeto para una constante.” (Cazachkoff, 2023, p.48).
[58] Establece la intensión de la verdad, desde una base no semántica, de acuerdo con la definición de Barrio en Verdad y Circularidad: El Problema de la Superveniencia Semántica (2002): “la base no semántica determina por completo el valor de verdad de todas las oraciones”. (p.75).
[59] El Autre se ubica en los confines de lo estético de la moral y la ética, en la no-ética de Dewey, al inscribirle a la estética valores de verdad. Es una hermenéutica análoga a la tesis central del poema de Parménides (2022): “ἡ μὲν ὅπως ἔστιν τε καὶ ὡς οὐκ ἔστι μὴ εἶναι,” (p. 5) [Lo que es, es imposible que no sea.]
[60] Esta idea es central en la elaboración de los tipos de razonamiento de Peirce, en el texto VI, llamado Deduction, Induction, and Hypothesis, incluido en Chance, Love and Logic (1998): “The chief business of the logician is to classify arguments; for all testing clearly depends on classification.” (p.131).
[61] Como está definido en el Dictionary of Philosophy and Psychology de Baldwin (2016) en el que Perice contribuyó: “In all reasoning, therefore, there is a more or less conscious reference to a general method, implying some commencement of such a classification of arguments as the logician attempts. Such a classification of arguments, antecedent to any systematic study of the subject, is called the reasoner’s logica utens, in contradistinction to the result of the scientific study, which is called logica docens.” (p.21).
[62] Una premisa sola lo que representa es una condición, pero no se concluye nada de allí. Sin embargo, lo que distingue a la descisión –acción derivada de un silogismo (explícito o intuitivo)– del fantasma o del sinthome, es que éstos últimos provienen de la descisión, pero funcionan como derivaciones del catastrófico predicado veritativo esencial al Autre.
[63] Vamos a simplificar pasos, señalando solamente los que resultan relevantes.
[64] La conectiva ⊢ (implicación) indica que la conclusión se deriva a partir de las premisas.
[65] Recuperamos las definiciones de Peirce de deducción, inducción e hipótesis (a la que también se le ha llamado abducción) respecto del silogismo deductivo, según la nomenclatura aristotélica –Barbara–, en Chance, Love and Logic (1998): “[D]eductive reasoning (…) is, in fact, nothing but the application of a rule. The so-called major premise lays down this rule; as, for example, All men are mortal. The other or minor premise states a case under the rule; as, Enoch was a man. The conclusion applies the rule to the case and states the result: Enoch is mortal. (…). [I]nduction is the inference of the rule from the case and result. (…). But this is not the only way of inverting a deductive syllogism so as to produce a synthetic inference. (…) Hypothesis is where we find some very curious circumstance, which would be explained by the supposition that it was a case of a certain general rule, and thereupon adopt that supposition.” (pp. 132-134)
[66] Girolamo Cardano, en el primer tomo de su Opera Omnia, (Philologica, Logica, Moralia), en el apartado Dialectica (1663), hace referencia a la ley de Clavius, silogismo también conocido como consequentia mirabilis, donde, a partir de la negación de una proposición se valida su afirmación. Este silogismo, aun siendo tautológico, permite arribar a conclusiones contradictorias o absurdas, como, por ejemplo, la ignorancia es el saber. Es según el autor, es la esencia de la dialéctica que, a partir de posiciones contrapuestas –comúnmente llamadas tesis y antítesis– se arriba a una conclusión que las incluye. Entonces, la frase que propone es: “Ignorantia Elenchi eſt autem Elenchus compræhenſio, ſed accipitur pro reprænſione” (p. 300) [La ignorancia de los ἔλεγχος, es por tanto comprensión del ἔλεγχος, pero recibida como reprimenda.]
Recordamos que en la dialéctica platónica el ἔλεγχος es el proceso de develación de la verdad por vía de la refutación.
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Relatos Salvajes
La película comienza con un Teaser, que es su primer relato. El mismo se llama Pasternak y nos muestra el interior de un avión y todos los pasajeros tenían dos cosas en común, una haber ganado un “sorteo” cuyo premio era un viaje.; y la otra cuando ya está por ocurrir el desenlace de la historia, todos conocen a Pasternak. ¿Quién era Pasternak? Pasternak era una persona antisociable, que le habían hecho bullying en la escuela y que su mayor frustración fue no aprobar un examen de ingreso riguroso en la academia de Música. Comienzan a interactuar los pasajeros del avión, y allí aparece entre los ellos, una mujer que había sido una antigua novia de Pasternak y que lo dejó por fracasado, y al lado de ella estaba sentado el profesor de música que reprobó a Pasternak en el examen de ingreso de la escuela. Llega un momento que éste profesor de música les pregunta a todos los pasajeros si conocen a Pasternak, en coro contestan que sí y aparece Pasternak que ya había ultimado a los pilotos del avión para que él mismo pierda el rumbo. Va teniendo una “entrada en pérdida” hasta caer encima de dos ancianos que estaban almorzando en el parque de su casa. Se congela la escena y comienza los títulos. Allí vemos que esta primera historia – relato tiene, un comienzo, nudo, desenlace y clímax. Que nos muestra Damián Zifrón en ésta secuencia. Un hombre que es un sociópata extremo y que no mide las consecuencias a tal punto que asesina a decenas de personas incluyendo su propia muerte. Aquí aparece lo peor del ser humano, su instinto primitivo, su pérdida de control, su violencia extrema.
Luego vienen los títulos y aquí me voy a detener un poco ya que cada nombre de los actores actrices tiene un dibujo de un animal, algunos son de depredadores y otros de posibles presas.
El 2° relato se llama “Las Ratas” y está ambientado en un restaurant de poca monta al paso de una ruta. Allí se detiene un político con su hijo para almorzar. Lo atienen una moza y atrás estaba la cocinera. La moza reconoce al político que años atrás le había hecho rematar la casa de sus padres. Se lo informa a la cocinera y ella quiere envenenar la comida. La cocinera ya había estado presa y tenía un resentimiento social y un odio visceral hacia los políticos. La cocinera le sugiere ponerle en la comida veneno para ratas, la moza no quiere porque no quiere ir presa pero ella igual lo hace y le sirve la comida al político, se cae la bandeja, hay una discusión con el comensal, hasta que el chico comienza a comer y a descomponerse, y en ese instante cuando se levanta el político la cocinera de atrás lo acuchilla. Viene la policía y arresta a la cocinera. En una película convencional la que se vengaba era la persona afectada y no alguien que no tenía nada que ver en esta historia. Zifrón nos transporta hacía la locura, deseo de revelación, y porque no un halo de justicia, aunque sea esa justicia asesinar a una persona desconocida.
El 3° relato se llama “El más Fuerte”, aquí se enfrentan “David Versus Goliath”, un turista adinerado que circula con un Audi por la ruta 68 a la altura de la Quebrada de las Conchas en Cafayate, Salta, y se encuentra en el camino con un Peugeot 504 destartalado conducido por un hombre maduro y de piel mestiza que le obstaculiza la ruta, y se le complica pasarlo con su potente auto. Entonces el conductor del Audi cuando lo pasa en la ruta le grita insultos y le hace un gesto con el dedo. Se adelanta unos kilómetros al Peugeot y sigue su camino, hasta que se le pincha un neumático. Llama por su celular al Automóvil Club y como estaba en un lugar muy lejano, su auxilio iba a tener una demora importante. Entonces la saca el cricket del auto y la rueda de auxilio para cambiar el neumático, pero para desgracia de él, vuelve el auto destartalado y se para justo enfrente del Audi. El sr. Maduro y mestizo comienza a romperle el parabrisas del auto y tiene un encontronazo con él, saca rápidamente el cricket del auto y se apura a marcharse a toda velocidad, pero el conductor del Peugeot le grita y amenaza que lo va a buscar en donde se hospeda y lo va a asesinar.
El peor error del conductor del Audi, al creerse todo poderoso quiere atropellar a su oponente, no solo que no lo logra, sino que termina su auto en un barranco y ellos seguían matándose a golpes dentro del mismo hasta que el vehículo se incendia y fallecen los dos ocupantes. Aquí hubo cruce de razas y de clases sociales, de una clase opulenta y una media baja. Cuando la ira, el resentimiento, la envidia, el perder el control en una situación crítica y en la vía pública puede pasar lo que ocurre en éste relato, no es la primera vez que hubo enfrentamientos mortales entre dos automovilistas.
El 4°relato se titula “Bombita”.
Fue el relato en el que más se identificaron los periodistas que asistieron a la Privada de prensa de Relatos Salvajes. Bombita era un ingeniero experto en demolición. Era un profesional muy respetado en su rubro, pero cuando se llevan el auto con la grúa por estar mal estacionado comienza un calvario burocrático para el protagonista de la historia. Desde querer romper el vidrio que separaba al empleado de la empresa de remolques de CABA, hasta gritar, amenazar y hasta al estar tan desquiciado y que no le dan respuesta idónea a lo que él plantea, toma una medida muy drástica volar el lugar donde estaban incautados los autos. Esto le provoca el despido de su trabajo y la cárcel. La esposa y el hijo lo van a visitar allí e inclusive le festejan su cumpleaños en ese lugar. Allí el protagonista tuvo ataques de nervios, ira y una locura temporal que le produjo arruinarse su propia vida. Quiso revelarse al sistema, pero al cometer un delito y tratar de cumplir con su mandato de tener el la razón y la última palabra ideo una medida extrema que arruinó su vida. No tuvo el equilibrio para evaluar si convenía por tener una infracción pagar un precio muy alto que incluía su falta de libertad y el propio desempleo.
El 5° relato se titula “La Propuesta”.
Un joven adinerado que conducía un BMW atropella y asesina a una mujer embarazada. Va hasta la mansión en donde vive y le pide llorando a su padre que le solucione la situación. Como estaba decorada la casa, se ve que era el patriarca de la misma y él y no su mujer tomaban las decisiones. Llaman a su abogado y él mismo le dice que la situación está comprometida, entonces comienza un devenir a quien tiene que sobornar, al fiscal, al juez, a ambos, al propio abogado, llega un momento que éste padre millonario se cansa y se le ocurre un plan B, convoca en una habitación que sería como un estudio con escritorio, etc. Al jardinero de su casa y le propone que se eche la culpa del accidente, por supuesto cuando hacen las pericias no coincide como estaba el volante y el asiento con respecto a la estatura del jardinero, pero eso con dinero se resuelve. El jardinero acepta el dinero para que no le falte nada a su familia, y cuando sale esposado y custodiado por la policía y lo iban a llevar en un móvil policial de la casa del verdadero asesino del volante, el marido de la víctima asesina con un fierrazo al jardinero.
Acá se dan varias cuestiones, la impunidad del poder económico, la codicia de un pobre trabajador inocente y la corrupción que llega hasta los estamentos de la justicia, y otra vez la venganza y la violencia rondando también en éste relato.
El 6° relato se titula “Hasta que la Muerte nos separe”
Aquí el director nos sumerge en una fiesta de casamiento, el tono al principio de la misma es lo que sucede en una celebración tan importante. Aparecen muchas mesas, música, pantalla gigante con fotos y videos de la pareja, aparentemente todo funciona en forma normal, hasta que la protagonista, la novia se entera de que su marido había tenido relaciones sexuales con una empleada de la inmobiliaria que él y su madre tenían y la había invitado a la fiesta. A partir de allí una novia que estaba muy bien producida, peinada, vestida, etc., se convierte en una pobre loca enferma, saca a bailar a la amante del marido y la tira contra una puerta blindes. Después comienza a amenazar a la madre y su flamante marido de que iba a denunciar todos los negocios sucios de él. Allí comienza una historia muy particular, el novio y su madre se arrodillan y lloran, ella se burla de ellos, y les dice “los quisiera filmar para sus nietos” y en un arranque de celos y venganza, va hacia la terraza del hotel, se cruza con unos de los cocineros de la fiesta y tiene sexo con él. El novio la busca la vuelva a traer a la fiesta y luego de discutir un poco más la tira contra la mesa donde está la torta y la comienza a besar y hacen las paces. Ahora él se reconcilia con ella por amor o para no tener que rendir cuentas a la justicia por sus actos corruptos que había cometido con su madre. El descontrol, la violencia extrema, la venganza y la locura son el hilo conductor de ésta película.
Cuando observé el capítulo de "Relatos Salvajes", me llevó a reflexionar sobre cómo las crisis personales pueden revelar deseos profundos y generar dilemas éticos, cuestionando la capacidad de las normas morales para contener la fuerza del deseo. Esta reflexión resalta la complejidad inherente a la naturaleza humana. La transformación de la protagonista durante la boda, donde sus emociones contenidas por las expectativas sociales y morales estallan en un acto de venganza y liberación, desafía no solo las convenciones sociales, sino también la cohesión entre el deseo individual y las normas morales colectivas.
En su texto "Ética y Moral", Alejandro Ariel aborda estas categorías de manera profunda y su análisis proporciona un marco teórico para comprender mejor los conflictos presentados en la narrativa. Ariel sugiere que el deseo, en su expresión más pura, puede llevar a actos que transgreden los límites de lo aceptable, obligándonos a confrontar nuestros propios principios morales y éticos. Este episodio ilustra cómo los deseos y pulsiones pueden desbordar las barreras impuestas por la moralidad, empujando a los individuos hacia una confrontación con sus propios valores éticos.
Esta obra cinematográfica invita a una profunda reflexión sobre la condición humana y los dilemas éticos que emergen en situaciones de crisis.
Me pareció interesante cómo se desarrolla la relación entre la moral, la ética y el deseo desde una perspectiva psicoanalítica, destacando cómo estas categorías se entrelazan en la práctica analítica y en la vida cotidiana. Si bien cuando vi la película Relatos Salvajes me había gustado mucho; leyendo este artículo me es posible pensar al conflicto entre los personajes, como un enfrentamiento de dilemas éticos y morales que reflejan sus deseos y pulsiones; y llevan a cuestionar hasta qué punto las categorías éticas son capaces de contener la fuerza del deseo. La transformación radical que transita la protagonista durante su boda, donde sus emociones, que inicialmente estaban contenidas por la expectativa social y moral, estallan en un acto de venganza y liberación, no solo desafía las convenciones sociales, sino que también pone en evidencia la dificultad de mantener la cohesión entre el deseo individual y las normas morales colectivas; como si el deseo en su expresión más pura, llevara a actos que desbordan los límites de lo aceptable, empujando a los individuos a una confrontación con sus propios principios morales y éticos.
Película:Relatos salvajes
Título Original:Relatos salvajes
Director: Damián Szifrón
Año: 2014
País: Argentina
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