Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires
Resumen:
Reino de la perversión en su diversas formas. Existencias vueltas objeto del goce del Otro o père-version. La versión del padre, hacia el padre, en este caso Good señala el camino de los cuerpos por él creados. Regula los no y los sí. Un padre, un legado y una familia a partir de dar lugar al malentendido –mutaciones mediante– del opera con compasión al opera con pasión da el marco a otra modalidad, ciertamente singular de vida posible.
Palabras Clave: padre | versión | cuerpo | familia
Free Will: Creation, A Unique Journey
Abstract:
Kingdom of perversion in its various forms. Existences become objects of the enjoyment of the Other or père-version. The version of the father, towards the father, in this case Good points out the path of the bodies created by him. Regulate the no and the yes. A father, a legacy and a family from giving rise to the misunderstanding – mutations through – from operating with compassion to operating with passion gives the framework to another, certainly unique, modality of possible life.
Keywords: father | version | body | family
EL LIBRE ALBEDRÍO: LA CREACIÓN, UN RECORRIDO…SINGULAR
“No habitamos porque hemos construido, sino que construimos y hemos construido en la medida que habitamos (…)”
HEIDEGGER, M. (2016). Construir, habitar, pensar
1. De saltos al vacío a brincos
Asistimos a un suicidio, alguien muere, algo muere pero en poor thing, pobre cosa o por things, pobres cosas, todos los cuerpos serán tocados de otra manera a partir de eso. Se concurre al libre albedrío. Esa es la cuestión. Pobres criaturas o “pobres cositas”. Abre muchas líneas de lectura para esta empresa cuasi onírica que bordea lo que llamamos amor, aquello que viene al lugar de la relación, proporción sexual que no hay.
Recortamos por un lado, el fantasma de un hombre sostenido en un decir materno de baja estofa: toma una virgen y moldéala a tu manera. Pero ni por asomo hay amor, gestos amorosos marcando el cuerpo del otro, sólo encontramos teorizaciones y formalizaciones entre brincos de placer y demostraciones empíricas. En eso esa ilación se sostiene. Y es que se ajusta esa “mujer”, como un guante a una mano o la faja a su abdomen, a sus arrebatos pasionales. Amor no hay por asomo, solo saltos a escenarios diversos anunciados con un cartel que nos ubica en la travesía. Esa mujer finalmente es un síntoma: no sabe qué hacer con ella. Algo con lo que un hombre, aquí encarnado en Duncan, radicalmente no sabe qué hacer. Ciencia, experimentación, empirismo, aventuras que conducen a la locura o no-todo… a ella.
Desencadenamiento de cierto modo en que funcionaba su hacer. El punto de no retorno se ha establecido, requiere ser leído por el corroído amante que no contabilizó el libre albedrío. Crisis, corte, acontecimiento. La ruta para volver esta vez fue detonada, no falló ACME, no hay excusas ni argucias que oculten, el fracaso, eso es todo suyo. La imposibilidad ha sido leída y en tanto redoblada, por ella, claro está. No hubo estafa en esa aventura a la que esos dos se lanzaron sino clivaje, separación.
Por otro lado, el tour pulsional de la exploración de los orificios corporales se terminó allí, para uno de los integrantes de esa dupla, con ese eventual partenaire. La verificación puso punto final allí. El coyote sólo repitió sus brincos – su saber hacer– y saltó a otra aventura, con otro al que perseguir, o ¿será el correcaminos? Volveremos sobre ese doblez.
No obstante, los saltos y brincos de placer continúan, como los que se producen de un escenario onírico a otro desplegando en su trayecto un borde en que la travesía de Bella transcurre en su exploración.
La pulsación que se presentifica ahora es de otro agujero, el del inconsciente, y sus fallas que se nos revela en ese sueño del creador al que somos conducidos a leer: como el de Mary Shelley con su Frankenstein, es traza, marca. Un ombligo que es estigma, límite de lo no-reconocido, en suma, un agujero nuevo a explorar, experimentar como los orificios corporales que son ofertados a la diversidad de fogosidades con las que se pueda encontrar Bella en el parisino burdel.
El correcaminos sigue su ruta parando, cada tanto a mirar expectante; no muere a manos del coyote al final como en la conocida caricatura, pero algo muere allí o transmuta al recortarse lo que advendrá un punto de detención: esa cicatriz que porta en el cuerpo ¿coincidencia de bordes de orificios, tal vez? Se abre allí otro recorrido novedoso: ¿quién soy en el deseo del Otro? coincidente con la llegada de la noticia de la gravedad de God.
2. Un padre que dice que “sí”
Ese creador, como nos es presentado, vuelto un padre para ella, ya no aquél que dice no ante sus caprichos y roturas de platos, sino el que autoriza su aventura. No es un padre cualquiera, sino aquél que recorta J-A. Miller en su lectura del Seminario 5 de Lacan (1998) novedoso, si queremos, presentado como el que produce un movimiento en ella a través de los propios: “en efecto, en un momento en que hace falta [el padre] dice que “no”. (...) Este seminario podría servirnos para darnos cuenta que el padre dice “sí”, que el padre lacaniano, al contrario de lo que se cree, es el padre que dice que sí. Y su sí es mucho más importante, más prometedor que su no. Por supuesto hace falta que diga que no, ya que si no lo hay, no puede haber sí. Pero el sí es precisamente lo que permite lo nuevo (Miller, 1998: 48). Y vaya que aquí se produce.
Esta cuestión es muy interesante, dado que introduce respecto de la ley, y en relación con la función paterna la aplicación de la ley pero no de manera automática ni arbitraria. En efecto, en un momento en que hace falta el padre dice que “no” pero también el que dice “sí”, padre lacaniano. Por supuesto hace falta que diga que no, ya que si no lo hay, no puede haber sí pero ese sí es precisamente lo que permite lo nuevo. La consideración del padre real, permite a la vez situarlo como una función flexible que introduce el “sí”, que transmite la ley pero la transgrede, la emergencia de la singularidad.
De modo tal, que hallamos una “depreciación” del significante del nombre del padre, del carácter inerte del significante, de la función mortífera de lo simbólico, quedando el padre simbólico asimilado en sus funciones restrictivas al padre muerto freudiano, siendo, de esta manera, el padre real el que asume esa función de regulación, un padre que, contrariamente al simbólico, es un padre vivo, deseante. La función positiva del padre recae ahora en el padre real. Cuando, se trata de los cuerpos, uno por uno, tocados por un golpe real, ahí se requiere de otra encarnadura, que es la que provee el articulado de la ley con el deseo, lo que es propio de la intervención del padre real.
3. La respuesta ante el legado: ¿una subjetivación posible?
Exploración mediante, una nueva acontece y Ante la inminente muerte de su God/Dios, la pregunta sobre el origen aparece. La marca en su cuerpo es redoblada por la confusión previa producida al ser nombrada durante sus aventuras Victoria en lugar de Bella. Una nueva a-ventura se abordan y la presencia del Capitán Blessington, Alfie, su marido antes de su huida y posterior suicidio, marca un nuevo punto de no retorno. Ahora, claramente para ella, presto a ser leído y se lee. La crueldad previa, en sus múltiples sentidos, cobra otro cariz, ha mutado y la compasión, el legado de God hacia Bella Baxter, enunciado con su último aliento: opera con compasión, es operación de transmisión, opera, siendo transformado en con pasión, pues Bella ha descubierto los sentimientos amorosos y así, lo ha ajustado a ella.
De este modo, ha armado una familia, a su manera. Ha embelesado esos pequeños objetos a que crea, una suerte de reverso de la père-version, versión hacia el padre, encarnada en God, su causa, pero no soportada en una mujer que a la que haya adquirido para hacerle hijos. Ella misma es madre e hijo. No podríamos esperar otra que fuera de otra forma. Hay un saber-hacer-ahí-con savoir y faire avec (Lacan 1976-77. Clase del 15/2/77) con ese resto y ha enlazado esos elementos disonantes que, sin embargo, mantienen su polifonía. ¡Libre albedrío! ¿Un intento de humanización?, quizás.
Referencias:
Freud, S. (1915). Pulsiones y destinos de pulsión. Obras Completas, Tomo XIV (105-134). Amorrortu
Lacan, J. (1973-74): El seminario. Libro 21: Los no incautos yerran. Inédito.
Lacan, J. (1975): “Respuesta a una pregunta de Marcel Ritter”, 26-1-75. Suplemento de las notas. EFBA.
Lacan, J. (1974-75): El seminario. Libro 22: R.S.I. Inédito.
Lacan, J. (1976-77): El Seminario. Libro 24: L’insu que sait de l’une bévue s’aile à mourre. Inédito.
Miller, J. A. (1991): Comentario del Seminario inexistente. Manantial.
Miller, J. A. (1998): Lectura del Seminario 5 de Jacques Lacan, ICBA. Paidós.
NOTAS
FORUM
El trabajo presentado demuestra con precisión cómo la articulación entre el significante del nombre del padre y la construcción singular de Bella constituye un punto nodal del análisis.
En efecto, podemos observar cómo el significante paterno, encarnado en la figura de God, opera no solo como función prohibitiva sino fundamentalmente como habilitador de una construcción singular. El mandato "opera con compasión", transformado por Bella en "opera con pasión", evidencia cómo el significante paterno permite una apropiación única que, sin embargo, mantiene su función estructurante.
La père-version aquí funciona de manera particular: no es solo la versión hacia el padre sino el modo en que este padre habilita una versión única del ser. Bella logra, a través de esta operación, construir no solo su propia modalidad de goce sino también una forma singular de hacer familia.
Esta construcción demuestra cómo el significante del nombre del padre, lejos de ser una imposición rígida, permite diferentes modalidades de inscripción en lo simbólico, siempre que mantenga su función de anudamiento. La familia que Bella construye, aunque alejada de los cánones tradicionales, sostiene una estructura que le permite articular deseo y ley de manera operativa.
Es precisamente en este punto donde el análisis revela su mayor agudeza: demuestra cómo la función paterna, cuando opera efectivamente, permite la emergencia de lo singular sin por ello perder su eficacia simbólica.
Resulta interesante remarcar que al comienzo de la película, donde Bella es ya es adulta pero se comporta como una niña pequeña moviéndose de forma torpe y vociferando apenas algunas palabras, las imágenes que se proyectan en la pantalla son en blanco y negro. Esto podría indicar que su mundo es así, blanco y negro, con una visión simple de la realidad, sin matices ni colores que se entrometan en su juicio. Con la aparición de Duncan, el abogado contratado por su padre, la "cosa" comienza a cambiar. Este le asegura que no le importan las normas sociales y que ve en ella un fuerte deseo de experimentar y conocer lo desconocido, asegurándole que ha venido para liberarla. En su viaje a Lisboa, el mundo de Bella ha pasado de ser en blanco y negro a colores vibrantes y escenarios alucinantes, reflejando su nueva visión del mundo como emocionante y lleno de posibilidades. Luego, cuando desembarcan en Paris, la ciudad no parece ser tan cálida como Lisboa, manteniéndose con colores de una paleta más fría y gris. Si recordamos, para quienes hayamos visto la película, antes de que Bella se enfrente con las calles parisinas, vive situaciones de violencia, manipulación e incluso de aprovechamiento de su ingenuidad para robarle. En Alejandría, Bella experimenta una profunda desolación en cuanto ve las desigualdades sociales que existen entre los que están en el hotel con ella y disfrutan de los lujos y las comodidades, y los trabajadores que se encuentran abajo, hambrientos y enfermos. Este cambio en los colores podría representar el pasaje de Bella de creer que el mundo es un lugar magnífico y lleno de cosas bellas para explorar, a una visión más sombría. Lo mismo sucede con su sexualidad, lo que al comienzo parece emocionante, con autoexploración desmedida y más tarde brincos de lujuria, se convierte en una herramienta de trabajo en cuanto Bella decide prostituirse en un burdel. Le confiesa a la madame que la recluta que se siente como una "máquina", entendiendo luego de varios encuentros con hombres, que el sexo no solamente implica placer y diversión, sino que es mucho más complejo y a menudo se utiliza para aprovecharse de las personas. Esta experiencia la enfrenta con la visión de la mujer en la sociedad como un objeto sexual. Por último, cuando Bella vuelve a Londres para despedirse de su padre, todo se presenta de una forma más realista. En conclusión, la evolución de Bella y su viaje hacia la madurez se ve reflejada en la cinematografía a partir de la elección de colores en los distintos escenarios en los que se encuentra.
Poor Things (Pobres Criaturas o en su defecto por sinónimo de traducción, Pobres Cosas) expone el viaje subjetivo de Bella Baxter. El sonido de las cuerdas disonantes que Yorgos Lánthimos añade al inicio de la película, nos dan a entender que Bella es el resultado de un experimento, una pobre cosa creada a libre albedrío, torpe, un puro soma en desarrollo. Revivida con el cuerpo de su madre, pero con el cerebro de un bebé por el Dr. Godwin, podemos ver el pasaje de una mentalidad más primitiva e infantil al avance hacia su posición sexuada como mujer ante la vida. Godwin, como su creador, toma el lugar de un padre para Bella. A lo largo del film se intenta retratar las diferentes etapas de la vida (infancia, infancia tardía, adolescencia y adultez), en donde pasa de ser un cuerpo puramente pulsional y desorganizado a paulatinamente hacer ingresar una ley que la ordena de forma subjetiva, no sin el encuentro con un otro. Éste encuentro con la sexualidad es el punto de polémica moral de la película, ya que posee un cerebro infantil pero que es una mujer en apariencia, lo que la acerca de forma prematura a encuentros con otros hombres mayores que ella. Efectivamente, podemos observar cómo Bella se topa con diferentes versiones ¿del padre? (amorosos, controladores, sádicos) que la hacen cuestionar quién es ella y qué es ser una mujer. Pero tal como lo cita el artículo, es necesario que haya un “no” por parte del padre para posibilitar la apertura a un “sí” en Bella. Godwin, no sin un trabajo previo, comprende que Bella necesita poder conocer el mundo para habilitarla como sujeto, acepta que él “no” es Dios (God, como su nombre lo indica), lo que es un “sí” a la libertad de explorar en Bella. Y en esa libertad de explorar, el encuentro con lo traumático le posibilita a ella ejercer también la ley, el corte. Poder decir que no a aquellos controladores, que la denigran por ganar dinero con su cuerpo, por decidir qué hacer de ella misma, es también decir sí a ejercer una ley simbólica, que solo es posibilitada si el padre se deja atravesar por esa ley primeramente. Bella logra realizar giros subjetivos que la van acercando más a su deseo casándose, formando una colonia-familia, convirtiéndose en médica como su padre, tal como señala Domínguez, en una suerte de reverso de la père-version, versión hacia el padre. Aquí podemos evidenciar la potencia creadora del “no” ante una afirmación primordial que deja un intersticio de libertad para que un “sí”, a modo de la dialéctica hegeliana (tesis, antítesis y síntesis) haga surgir lo nuevo.
Recuerdo cuando ví esta pelicula en el cine. Fue la primera vez que sentí un poco de vergüenza e incomodidad ante algunas escenas, las cuales dejaban un silencio fuerte en toda la sala. Si bien el cine es una experiencia compartida con extraños, los silencios parecian unirnos en tanto reflejaban aquello que la pelicula pretende provocar en la audicencia a nivel general. Por otro lado, los tópicos que la pelicula explora resuenan de forma diferente en cada persona con sus vivencias. En mi caso, fui con 2 amigas y un amigo, y al conversar una vez fuera del cine, la puesta en común dejó entrever qué aspectos resaltaban más para cada uno.
En mi caso, la idea de La mujer es lo que más se destaca a lo largo del film. Incluso podría argumentarse que Bella representa a una niña y no a una mujer, ¿qué es ser una mujer?. Esa pregunta que Lacan plantea siempre parece tener nuevas respuestas, pero ninguna clara. Bella y God, por otro lado, creo que no se llaman así por casualidad. Bella es vista casi como un muñeco, alguien que puede ser manejada, y que solo tiene para aportar su belleza, su cuerpo. Godwin -God- juega a ser Dios creando a Bella y se comporta como si esta le perteneciera, al igual que los otros hombres dentro de la pelicula.
La libertad y actitud "unapologetic" de Bella incomoda y desconcierta a los personajes, (los cuales parecen ser meras caricaturas de ciertos aspectos de las personas reales). Sin embargo, esa misma libertad traspasa la pantalla y es la que provoca incomodad en la propia audiencia, poniendonos del lado de aquellos personajes de quienes nos reimos y aborrecemos. Este film nos escupe la pregunta: En este mundo, ¿Somos Bella o God?
Tomando el libre albedrío como referencia a la capacidad de los seres humanos para tomar decisiones y realizar acciones de manera independiente, conlleva de alguna manera una cuestión singular y propia del sujeto que podemos tomar de Bella en la película quien en el desarrollo de la película va tomando diferentes elecciones quien la va “creando” una propia identidad, y no una creación biológica.
En principio vale señalar que la relación de Bella con su "padre", el Dr. Godwin Baxter, se articula como un núcleo identificatorio complejo que revela la influencia del goce y la autoridad paterna desde una óptica lacaniana. Bella, una criatura creada por su padre, transita un proceso de subjetivación marcado por la tensión entre el deseo de este "padre" y su propio deseo de emancipación ( un conflicto que resuena con la dialéctica freudiana de la identificación y la individuación). Este padre que simboliza la figura del “padre que dice sí” cumple un rol ambiguo: es a la vez protector y represor, facilitando la emergencia de una identidad en constante reconstrucción permitiéndole explorar más allá de los límites de la identidad femenina. Algo que nos lleva a poder pensarlo desde una pregunta muy relacionada con el caso Dora que es ¿Que es ser una mujer? llevandolo mas alla de la biología y consiserando que para Lacan el cuerpo es un cuerpo marcado por la inscripción del lenguaje y el significante. Entre la identificación con el "padre" y su lucha por definir su propio deseo se muestra cómo lo femenino, en psicoanálisis, está siempre en juego en la relación con un Otro que intenta determinarla. Lo que invita a pensar a Bella como en un símbolo de la mujer lacaniana como incompleta, parcial , no toda.
Este escrito me permitió de grata manera comprender una lectura de la película "poor things" desde una perspectiva psicoanalítica. Si bien, personalmente, no es de mi principal agrado, me pareció pertinente y muy amena la lectura.
Ahora bien, a partir de esta lectura es que me implicó en realizar ciertas apreciaciones de la película.
Se entiende que a partir de un pasaje al acto tal como el dejarse caer de Bella hacia el suicidio, esto abre lugar a que el doctor pueda hacer su experimento con ella, dándole un cuerpo adulto a una subjetividad infantil. Desde este lugar, Bella toma su cuerpo como tal, como un cuerpo gozante que lo va conociendo a medida que transcurre la película, y lo muestra burdamente en algunas escenas específicas.
Me pareció interesante la lectura sobre el padre y la ley, en donde el médico intenta imponer este método de crianza, imponer la ley. Aún así, Bella intenta aislarse de esta figura paterna y emprender su propio camino, yéndose de viaje, quedando en soledad en lugares que le eran ajenos, trabajando consiguiendo su propio dinero. Entiendo de esta manera, como la protagonista conforma su propia subjetividad desde sus propias experiencias debido a su voluntad, aún cuando su vida fue construida en cierto punto "artificialmente".
La vida de Bella, que se inicia como un experimento, se va transformando a lo largo de la película, y pasa de ser una pobre criatura a una mujer, de ser un objeto a un sujeto. Empieza a reconocer su cuerpo, su sexualidad y va construyendo su identidad subjetiva. Siente curiosidad por conocer el mundo, por salir de la cárcel/ laboratorio que representaba su casa y es por esto y por su determinación, que su creador Godwin, que también encarna a la figura paterna de la misma, resigna su gran invento y ve ahora a su hija,como un sujeto deseante. Ve su crecimiento, su humanización, y da lugar a su libre albedrío. Es entonces Duncan el que vehiculiza tal movimiento de salida, y el puntapié inicial de su sexualidad. Sin embargo éste, quien se mostraba como una persona libre y sin ataduras, paradójicamente intenta nuevamente tomar a Bella, como un objeto, pero fracasa en el intento. Es que Bella es una mujer liberada, sin ataduras, y que al crecer en el aislamiento de su casa, no responde a los estereotipos de las mujeres de la época. Se constituye como sujeto del deseo y es este, quien motoriza sus actos. No ve mal usar su cuerpo para obtener dinero y es en el burdel de París y a través de las cicatrices que va redescubriendo de su cuerpo, que comienza a preguntarse quién es. Vuelve a su hogar, por el requerimiento de su padre enfermo, pero no vuelve sola, la acompaña una pregunta que la interroga, que le reclama a su padre, quien le da una respuesta abriendo paso a su legado, a la identificación, a la historia de su origen, dando un punto de pertenencia y profundizando el lazo familiar. Bella ya es una mujer resuelta, pero alguien desconocido irrumpe en la escena de su casamiento con Max y la lleva a buscar quien era antes de su suicidio. La breve vida que llevó junto a quien fue su esposo, el capitán Blessington Alfie, le muestra la crueldad del mismo y es la causa por la que terminó con su vida como Victoria, vida que Bella no está dispuesta a soportar, ni transformarse en una cosa, objeto, accesorio del capitán. Es que Bella no es Victoria, y se posiciona como sujeto deseante y desde ese lugar elige qué caminos recorrer en su vida.
Diversas preguntas de envergadura psicológica se han formulado en mi mente inmediatamente luego de ver el film. Pero casi todo gira en torno a lo siguiente: Bella es una niña en un cuerpo de mujer. En ese simple hecho se produce una torsión, un swich que deja perplejo a cualquiera que este cerca de ella. Incluyéndose a ella misma. ¿Cómo lidiar con una pulsión sin diques pero con un cuerpo que ya la ha transitado, con orificios ya chupados, agrandados y erotizado? ¿Qué pasa cuando el tiempo del cuerpo y de la pulsión estan desfasados? ¿Estan desfasados? El personaje de Bella nos deja pasmados porque nos muestra aquella perversión perversa polimorfa de la que nos hablaba Freud, en todas sus luces, pero en un recipiente corrido de lo esperable. ¿Hemos aquí lo ominoso? Entonces, ¿Cómo actúan los personajes ante esto? Algunos tal vez logran tratarla como una niña; God, su creador, que es atravesado por la ley y se abstiene, mas allá de su castración consumada en lo real. Por otro lado tenemos a Duncan, el cual si bien en principio parece lograr lidiar con esta ominosidad, aunque a la inversa; haciendo caso omiso a posibles cuestionamientos morales y total uso de la apertura sexual de Bella, luego esto lo desborda. Bella crece y las consecuencias de ser atravesada por el significante se comienzan a entrever. Bella desea otra cosa. Bella lee. Bella se angustia. Bella decide. Es esto lo que vuelve loco a su amante. Y por ultimo su prometido, quien, a pesar de algunos cuestionamientos o dudas morales accede a casarse con ella. Pero un halo distinto cubre su pulsión: el de la ternura. Su prometido es tentado por Bella pero su pulsión esta suavizada, algo velada. ¿Tal vez por el amor?. Bella Baxter pone en jaque mentes, cuerpos, diques, pulsiones, estructuras, neurosis, defensas. Así cautiva a todos y los hace penar hasta el desmayo y perder la cabeza. A sus amantes, a sus amigos y sus espectadores.
Dentro de lo que es el marco de la película es interesante el cómo Bella desde un primer momento toma experiencia de su cuerpo, viviéndolo desde el placer, desde un lugar de curiosidad, el cual la asombra y la lleva a vivir diferentes aventuras. Es ahí en donde Duncan que en un principio se mostraba interesado en el disfrute, siendo el “el alma libre”, la mujer lo acompaña esperando que se asemeje a la expectativa que se tiene de ella. Lo cual al no hacerlo se vuelve un síntoma para él, algo que padece pero que no puede soltar, contantemente la busca, intentado de moldearla y de adaptarla a su visión. Del mismo modo, la aparición de su “esposo”, casi terminando la película, en como ella tiene que volver a ser Victoria, vuelve a ser encasillada en esta idea de ser el deseo del Otro, y es aquí en donde también se puede pensar la analogía del coyote y el correcaminos, en donde el coyote al querer capturar al correcaminos, este termina herido pero el correcaminos solo se detiene para luego continuar con su camino, así, Alfie al moldear a Bella solo termina siendo un objeto en el cual ella luego experimenta como resultado de su inclinación por la medicina . Esto se puede relacionar en el cuestionamiento de Max al creador de Bella, God, en donde se pensó en un primer momento que solo la quería como una amante servil, en esta cuestión no había intención de que ella cumpla el deseo del Otro sino mas bien que se construya como un ser independiente lo cual convoca a que ella a lo largo de la película se vaya desarrollando como tal; God como un padre que autoriza esta experimentación del mundo más allá de solo introducir la ley.
Película:Pobres criaturas
Título Original:Poor Things
Director: Yorgos Lanthimos
Año: 2023
País: Irlanda
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