Esta es una versión en español del texto publicado por la autora en setiembre 2023 en la Sección “Film of the Month” de la International Chair in Bioethics. Destacamos que se trata de la ópera prima de Chie Hayakawa y es una coproducción franco-nipona que recibió la Mención Especial del Jurado ‘Caméra d’Or’ en la última edición de Cannes y fue seleccionada en Japón para competir en los Oscars 2023 como mejor película internacional. [1]
El desarrollo de la película
Chie Hayakawa es una escritora y directora de cine nacida en Tokio en 1976. Su última película, “Plan 75”, obtuvo una distinción especial en el Festival de Cine de Cannes en 2022 y devino una interpelación sobre la vejez y el fin de vida.
Cuando Hayakawa estaba desarrollando el guion de su película, decidió probar sus primeras ideas con amigos y conocidos de su madre. Les formuló la siguiente pregunta: Si el gobierno patrocinara un programa de eutanasia para personas de 75 años o más, ¿darían su consentimiento? Descubrió que la mayoría de ellos se mostraban muy positivos al respecto, porque “no querían ser una carga para sus hijos ni para otras personas”.
Esta sensación de no ser una carga es, en la cultura japonesa, uno de los motivos que impulsan las decisiones al final de la vida, como se hizo público durante un seminario colaborativo que tuvo lugar en Kioto, Japón, a principios de 2023.
En la película se sigue al personaje principal durante su solicitud para un programa gubernamental llamado Plan 75 que ofrece servicios gratuitos de eutanasia a todos los ciudadanos japoneses mayores de 75 años. Si bien el plan es voluntario, las circunstancias personales de quienes lo solicitan no son tan decididas ni claras como nos hacen creer los brillantes anuncios del Plan 75.
Consideraciones éticas
Las historias de los personajes que solicitan la opción del Plan 75 y se mueven a través de él interactúan con las de los empleados del Plan 75, cada uno de los cuales enfrenta a su vez dilemas morales relacionados con su trabajo. Es el caso de un burócrata del Plan 75 cuya apatía se ve desafiada cuando su tío solicita el programa, o un inmigrante filipino que acepta un trabajo tabú para poder pagar la cirugía cardíaca de su hija. Además, y sobre todo, el motivo subyacente del personaje principal (no querer convertirse en una carga cuando las circunstancias de su vida se deterioran) abre un interrogante sobre el sentido de su decisión.
Mi experiencia personal [2]
Hablé con muchas personas que vieron la película, todas tuvieron experiencias personales muy diferentes. En mi caso, aunque el tema era bastante sombrío, encontré que la película resultaba una experiencia esperanzadora de la condición humana: la dignidad inquebrantable del personaje principal a lo largo de la trama, así como la calidez que se desarrolla en la conexión entre varios personajes, tanto solicitantes como empleados del Plan 75, interpelan y a la vez alteran la fría eficiencia del sistema.
NOTAS
[1] Quienes deseen comentar este film pueden remitirse a: https://www.eticaycine.org/Plan-75
[2] Marie-José Gijsberts, MD PhD es médica especializada en cuidados paliativos, Profesora Visitante del End-of-Life Research Group, en la Vrije Universiteit Brussel & Universiteit Gent. Laarbeeklaan 103, 1090 Brussel www.endoflifecare.be/marie-josé-gijsberts
Película:Plan 75
Titulo Original:Plan 75
Director: Chie Hayakawa
Año: 2022
Pais: Japón
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