Universidad de Buenos Aires
Resumen:
La presente investigación pretende dar cuenta del trabajo intrapsíquico que implica tomar decisiones y, para ello, explorar la relación entre la toma de decisión, la pérdida y la libertad desde una perspectiva psicoanalítica. Se trabaja con el film Paper Moon (Bogdanovich, 1973), el cual narra las vicisitudes de un adulto y una niña, mientras viajan estafando personas. Se toma como marco teórico al psicoanálisis, especialmente a Jacques Lacan y Erich Fromm, pero también a pensadores como Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Byung-Chul Han. La metodología seleccionada para trabajar la articulación entre la película y el marco teórico es el método clínico-analítico de lectura de filmes. Por otro lado, se vincula la dialéctica que existe entre la subjetividad y el contexto social, político y económico. Como conclusión, se propone repensar la importancia de la concepción de libertad a lo largo de la Historia y cómo esta impacta en cada sujeto de diferente manera. Por último, se reflexiona sobre cómo se deben acompañar estos procesos cotidianos por parte de los profesionales de la salud, sin perder de vista que el propio contexto estructura.
Palabras Clave: Paternidad | Libertad | Decisión | Pérdida
Deviations as Challenges for a Neurotic Psyche
Abstract:
This research aims to account for the intrapsychic work involved in making decisions and, for this, to explore the relationship between decision-making, loss and freedom from a psychoanalytic perspective. We work with the film Paper Moon (Bogdanovich, 1973), which narrates the vicissitudes of an adult and a girl, while they travel scamming people. Psychoanalysis is taken as a theoretical framework, especially Jacques Lacan and Erich Fromm, but also thinkers such as Georg Wilhelm Friedrich Hegel and Byung-Chul Han. The methodology selected to work on the articulation between the film and the theoretical framework is the clinical-analytic method of film reading. On the other hand, the dialectic that exists between subjectivity and the social, political and economic context is linked. As a conclusion, it is proposed to rethink the importance of the conception of freedom throughout history and how it impacts on each subject in a different way. Finally, it reflects on how these daily processes should be followed by health professionals, without losing sight of the fact that the context itself structures.
Keywords: Parenthood | Freedom | Decision | Loss
La siguiente ponencia es producto del desarrollo de una tesis de grado de la Licenciatura en Psicología para la Universidad de Buenos Aires, con la intención de articular una querida película con una temática vital como la toma de decisión y la pérdida. El método clínico-analítico de lectura de películas y series televisivas (Fariña, 2014), fue el utilizado para abordar el film Paper Moon (Bogdanovich,1973) y hacer un análisis exploratorio y reflexivo sobre la toma de decisiones y su relación con la libertad, la decisión y pérdida. Esto se articula desde la perspectiva psicoanalítica, tomando como eje de análisis al protagonista del film.
Para el análisis se utilizan autores de la perspectiva psicoanalítica, como Jacques Lacan que retoma la dialéctica hegeliana del amo y el esclavo, donde se pone en juego lo que implica la libertad. De igual forma, se consideran los desarrollos de autores como Erich Fromm y Byung Chul-Han para articular lo que implica subjetiva y filosóficamente la posibilidad de decidir y la libertad que aquello comprende. Asimismo, se entiende que en toda elección hay una pérdida y que quizás eso amerite un duelo de lo no elegido, de los caminos no emprendidos.
A partir del marco teórico psicoanalítico se entiende que la toma de decisión es un trabajo psíquico que implica cierta elaboración, ya que pone en manifiesto la pérdida, la falta, la castración. Lo que Lacan (1964) llama “la bolsa o la vida”, esa treta psíquica donde siempre se sale con pérdida.
A través del film se puede observar cómo, en un contexto social tan crítico como la Gran Depresión de los Estados Unidos de 1930, el personaje principal está tomando decisiones arriesgadas todo el tiempo. Moses intenta mantenerse vivo, conseguir dinero para comer a partir de su ingenioso don para engañar vendiendo biblias a viudas recientes. Vive su día como si fuera el último, un día tiene cientos de dólares y otro día no tiene nada, solo la fuerza vital lo saca adelante cuando tiene que empezar de cero para obtener alimento. Así transita cada decisión que debe tomar para continuar su cotidiano inestable y sorprendente. Por eso, se sostiene que al tomar una decisión o un camino algo se pierde siempre, entonces: ¿cuál es la relación entre la acción de decidir y la pérdida que vivencia el personaje de Moses Pray en el film?, ¿qué implica en términos de libertad esta acción? Estas son las preguntas que guían la investigación, que permiten profundizar en conceptos complejos como la toma de decisión, la libertad y la pérdida.
Para esta profundización se evoca, además del ya mencionado Lacan (1654), a Hegel (1807) el creador de la dialéctica del amo y el esclavo, a Erich Fromm (1941) psicoanalista que escribe Miedo a la libertad, y al filósofo surcoreano Byung Chul Han (2014) que desarrolla la imposición de la libertad dentro de Psicopolítica.
La libertad en la Historia
Según la Real Academia Española (RAE) el concepto de Libertad tiene varias definiciones, las dos principales son:
De estas dos definiciones se pone el acento en la responsabilidad y la condición de quien no es esclavo. La toma de decisión es entonces una expresión de la libertad con la complejidad que ella presenta.
En relación a esto, el filósofo Georg Wilhelm Friedrich Hegel presenta en su libro Fenomenología del espíritu (1807) la dialéctica del amo y del esclavo, la cual sostiene que será en vínculo social la condición de poder y sumisión. Para él no hay sumiso sin opresor y no hay opresor sin sumiso. Sin embargo, lo más profundo que nos entrega este mito hegeliano es sencillamente qué sucede con el esclavo cuando deja de serlo y puede elegir, de allí se desprende toda una reflexión existencial que amerita una pausa para su indagación, ya que el lugar de esclavo se puede pensar como una posición de pasividad, pero también de comodidad. A este planteo Fromm lo complejiza para abordar una concepción de libertad más integral.
De esta manera, el psicoanalista Erich Fromm (1941) en Miedo a la libertad plantea varias cuestiones interesantes para indagar. Una de ellas es pensar la libertad en contexto, es decir, qué sentido se le da a la libertad según la sociedad en la que se inserta el sujeto. El autor hace una pequeña historización del concepto en la Edad Media y diferencia lo que implica en la Modernidad. Así es como sostiene su tesis:
(…) el hombre moderno, liberado de los lazos de la sociedad preindividualista –lazos que a la vez lo limitaban y le otorgaban seguridad–, no ha ganado la libertad en el sentido positivo de la realización de su ser individual, esto es, la expresión de su potencialidad intelectual, emocional y sensitiva. Aún cuando la libertad le ha proporcionado independencia y racionalidad, lo ha aislado y, por tanto, lo ha tornado ansioso e impotente. Tal aislamiento le resulta insoportable, y las alternativas que se le ofrecen son, o bien rehuir la responsabilidad de esta libertad, precipitándose en nuevas formas de dependencia y sumisión, o bien progresar hasta la completa realización de la libertad positiva, la cual se funda en la unicidad e individualidad del hombre. (p. 30-31)
Así es como se observa que la libertad cambia en su sentido esencial, en cada época y en consecuencia, la toma de decisión significa diferentes desafíos. La dialéctica de Hegel es retomada por Jacques Lacan y le permite desarrollar el dilema de “la bolsa o la vida”, que define la disyuntiva que implica una elección, donde para ganar algo se debe, necesariamente, perder algo.
La bolsa o la vida
Se elige a Lacan (1964) para abordar el tema de la decisión, ya que la define con mucha simpleza: “(…) si voy allá no voy allí, tengo que escoger” (p. 218). Luego complejiza el tema creando metáforas como la de “La Bolsa o La Vida”, que implica una trampa psíquica donde se pierde algo, se quiera o no. Él lo resume de la siguiente manera: “La elección sólo consiste en saber si uno se propone conservar una de las partes, ya que la otra desaparece de todas formas.” (1964, p. 219). El engaño que tiene la metáfora de “la bolsa o la vida” es definida de la siguiente manera:
¡La bolsa o la vida! Si elijo la bolsa, pierdo ambas. Si elijo la vida, me queda la vida sin bolsa, o sea, una vida cercenada. (…) En Hegel ¿qué es? No desperdiciemos municiones –se trata de generar la primera alienación, esa alienación por la que el hombre emprende el camino hacia la esclavitud. ¡La libertad o la vida! Si elige la libertad, ¡pum! pierde ambas inmediatamente, si elige la vida, tiene una vida amputada de la libertad. (1964, p. 220)
En este sentido, Lacan refuerza y profundiza aún más esta contradicción y plantea:
Como es sabido, la libertad, a fin de cuentas (…) puede ser también la libertad de morirse de hambre. (…) Si eligen la libertad, entonces, es la libertad de morir. Es curioso que en las condiciones en que le dicen a uno ¡Libertad o muerte! la única prueba de libertad que puede darse sea justamente elegir la muerte, pues así se demuestra que uno tiene la libertad de elegir. (1964, p. 221)
La libertad en la actualidad
Así se llega a Byung-Chul Han (2014), autor de Psicopolítica, que retoma el concepto de Michel Foucault “Biopolítica” y lo aplica a una sociedad de la transparencia (2012), a una sociedad del cansancio (2010). Sencillamente, el autor plantea la profundización de lo que sostiene Foucault cuando desarrolla la Biopolítica como el gobierno de los pueblos, tanto en términos macros como micros. Sintéticamente, en términos micros es la internalización del panóptico y la política aplicada en los cuerpos. Han toma este término y lo lleva al nivel psíquico, donde la autovigilancia, la exigencia al éxito, al “sí, se puede” y la libertad como imposición se expresa como una opresión. El filósofo surcoreano lo describe con mucha claridad, de la siguiente manera:
Vivimos una fase histórica especial en la que la libertad misma da lugar a coacciones. La libertad del poder hacer genera incluso más coacciones que el disciplinario deber. (...) La libertad, que ha de ser lo contrario de la coacción, genera coacciones. Enfermedades como la depresión y el síndrome de burnout son la expresión de una crisis profunda de la libertad. Son un signo patológico de que hoy la libertad se convierte, por diferentes vías, en coacción (p. 1)
Inconcebible esta forma de pensar la libertad para la época de Hegel o para Fromm cuando la describe en la Edad Media y la Modernidad. Lo más interesante es que la tesis del vínculo social (amo-esclavo) que plantea Hegel (1807), o la importancia del contexto para determinar la libertad que plantea Fromm (1941), siguen siendo aplicables y pertinentes para lo que sostiene Han.
La libertad entonces depende de lo que socialmente se construya; de los sistemas de opresión que gobiernen, como el capitalismo y el heterocispatriarcado; de las relaciones que se establezcan entre seres humanos y medioambiente, que edifican una subjetividad diferente en cada época. Para profundizar en esto se desarrolla el siguiente apartado específico, que aborda la relación de la subjetividad con el contexto.
Subjetividad y Estructuralismo
La Teoría Estructuralista propone, sintéticamente, un abordaje de la realidad y de los procesos sociales, que se definen a partir de las relaciones que se establecen entre sus partes, con sus respectivos condicionantes. Esto quiere decir que las relaciones entre las partes no se explican por libre albedrío, sino por una estructura que las condiciona. En palabras de Antonio Bolivar Botia (2001):
Para el estructuralismo (...) los elementos forman un todo en virtud de sus relaciones mutuas, buscando las relaciones entre términos que tienen un valor de posición en el conjunto, siendo esta articulación la que los hace significativos. (p.36)
Y agrega:
Además, los fenómenos estructurales presentan, al igual que la lengua, un carácter sistemático en la medida en que presentan unas leyes internas de composición, que permiten el funcionamiento del sistema como una red de relaciones que vinculan los elementos entre sí. (…) Una estructura es dinámica, y autorregulativa: las transformaciones tienden a la conservación y equilibrio del sistema. (p.37)
En el ejemplo de las estructuras subjetivas, se puede observar cómo los contextos modelan y conforman a los sujetos.
El Estructuralismo fue nutrido por diversas disciplinas como la sociología, antropología, psicología, física, filosofía, biología, lingüística, entre otras. Asimismo, reconocidos autores como Marx y Freud, aunque desde diferentes perspectivas, han contribuido a esta Teoría para darle mayor robustez y una multidimensión, razón por la cual se ha logrado imponer desde la segunda mitad del siglo XX (Ochoa Rojas, 2019).
El aporte de Marx ha sido la explicación de la contradicción Capital-Trabajo desde el materialismo histórico, lo que ha sumado a pensar una estructura social que esté ordenada por esta contradicción que define las relaciones sociales de producción y reproducción. Así es como en este contexto particular de explotación de una clase social, la burguesía, por sobre la otra, la clase trabajadora, se comprenden formatos posibles de subjetividades (Ochoa Rojas, 2019). La relación entre sujeto y sociedad es dialéctica, lo que permite que, si bien es estructurada, esa estructura pueda ser dinámica y permeable a cambios.
En el caso de Freud, sus estudios y descubrimientos han demostrado que la estructura psíquica, consciente/inconsciente, es la matriz de cualquier subjetividad. Ha aportado con su Teoría Psicoanalítica, la creación del aparato psíquico y el análisis contingente del mismo, sencillamente lo que no sabemos que sabemos, como definición del inconsciente (Ochoa Rojas, 2019) Bolivar Botia (2001) aborda el estructuralismo desde la mirada de Lévi- Strauss, sumando una perspectiva antropológica y por ende comunitaria, cultural, que permite comprenderlo desde las relaciones sociales que se establecen:
Tras las relaciones observables externamente, aparentes y tangibles, el estructuralismo descubre que se oculta una lógica interna, estructura, que explica por qué son esas variantes las que aparecen a la observación. (...) Así Lévi-Strauss ha podido dilucidar unas estructuras comunes de parentesco que explican la diversidad de sistemas que aparecen según los lugares y grupos sociales; estructuras que se localizan en un nivel inconsciente. (p.38)
Un primer acercamiento
A lo largo del film se puede ver cómo el protagonista utiliza su ingenio para sobrevivir en un contexto social y económicamente muy hostil que atraviesa su país. Se lo muestra como “ventajero”, ya que trata de sacar provecho de cada oportunidad que se le presente; sin embargo, pese a eso, demuestra cierta amabilidad y escrupulosidad al hacer el favor de llevar a una niña huérfana que acaba de conocer hasta la casa de su tía. Así es como Moses y Addie emprenden un viaje donde la pequeña demuestra las habilidades para conseguir lo que desea, develando su verdadero carácter imponente, su desarrollado lenguaje verbal e inteligencia para aprender los trucos del adulto.
Primeramente, Addie descubre que antes de salir de su pueblo, Moses se presenta ante un comerciante y le pide dinero a cambio de su silencio. El hombre sin comprender el chantaje le pregunta de qué se trata, Moses le dice que él sabe que fue su hermano el que chocó borracho cuando la mamá de Addie lo acompañaba en el auto. Sería un escándalo y un total desprestigio que se enteraran que no fue un accidente lo que dejó a una niña del pueblo huérfana, sino la negligencia de su hermano. Por lo tanto, le pide al comerciante una cantidad de dinero por su silencio, bastante desorbitada, en cambio él le ofrece 200 dólares a lo que Moses acepta sin vueltas. Addie escucha esta conversación y, más tarde, le reclama ese dinero que Moses ya había usado para arreglar su auto. La niña considera que le pertenecen a ella, dado que había estafado al hombre a partir de la muerte de su madre. Esta exigencia de los 200 dólares acompañará a la pareja protagonista durante todo el film. Lo interesante de lo reiterado del pedido de dinero es que ambos personajes lo utilizan para mantenerse juntos, sin tener que decir que eso es lo que realmente quieren y deciden.
Otra información que se reitera es el parecido de sus mentones o que son padre e hija: se lo dicen las dos mujeres que se encuentran en el entierro de la mamá de Addie, se lo repite la niña en varias oportunidades y varios personajes que se los cruzan en la historia dan por sentado que son familia. En definitiva, lo que está en juego es la posibilidad de que Moses sea el padre biológico de Addie. Ahora bien, planteadas ya las coordenadas centrales del film, se avanza sobre el análisis del objetivo general de la presente investigación.
La carretera de la disyuntiva
La escena seleccionada se desenvuelve en el pasaje del primer acto al segundo, donde argumentativamente debe haber una decisión del personaje principal, ayudado generalmente por el secundario, para hacer que la historia avance. En el caso de este film, Moses entra en una disyuntiva de cuál camino tomar en la carretera a partir de las posibilidades que se le presentan: un camino que lo aleje de la pequeña Addie y que no le haga “perder el tiempo”, ni que lo “desvíe”, o uno que prolongue su compañía. Como no existe el camino correcto, ni en el que no se pierda nada, se encuentra ayudado por la niña para tomar esa decisión.
En la secuencia mencionada la decisión que debe tomar el protagonista del film es devolverle los 200 dólares a Addie y despedirse, o seguir con el negocio, el cual se vuelve más redituable desde que están juntos. Retomando lo desarrollado en el marco teórico respecto a la teoría de Lacan (1964), se puede decir que es un ejemplo bastante literal de “si voy allá, no voy allí”. Para narrar este momento el director decide mostrar a los dos personajes en su auto por la ruta. Addie viene cantando una canción alegre de la radio, mientras que Moses solo mantiene el rostro con el ceño fruncido; se cruzan con una familia de 7 integrantes varada en la ruta. El camión varado denota pobreza, está cargado de maderas, un animal en una jaula precaria y otros bultos, por lo cual Addie se sensibiliza ante esa imagen y le propone a Moses darles algo de dinero, ya que tienen 305,16 dólares. Moses no solo se niega, sino que se enoja con la propuesta de Addie, justificando que todo el país está viviendo en la pobreza. Es interesante el intercambio ideológico que tienen ambos sobre la coyuntura que están viviendo:
Addie: —Roosevelt dice que cuidemos al prójimo.
Moses: —Me importa un bledo lo que diga.
A: —¡Él lo dice!
M: —¿Si? Él sí que sabe cuidarse. Le sirven en bandeja de plata. No come como los demás. Eso le haría una persona común. Además, este negocio lo dirijo yo. No me digas qué regalar.
A: —El dinero es mío también. No te olvides que me debes 200 dólares.
M: —¿Los quieres? Ponme en el bolsillo lo que me toca y te llevaré a una estación de trenes.
Aquí Addie se da vuelta, ofuscada por el intercambio a gritos que han tenido, para buscar en la parte trasera del auto la caja donde guardan el dinero del negocio y un mapa para buscar la estación de trenes más cercana. Addie comienza a decirle los posibles caminos a tomar y Moses regaña por tener que "alejarse" del destino pensado o tener que "desviarse" demasiado para alcanzarla a la estación de tren. Aquí es donde es pertinente preguntarse ¿es posible tomar una decisión o un camino donde no se pierda nada?, realmente no, entonces: ¿cuál es la relación entre la acción de decidir y la pérdida en este recorte? Moses reacciona como una persona neurótica, no quiere un camino porque "desvía", no quiere otro camino porque "retrocede", se siente en la disyuntiva que Lacan (1964) nombró como “la bolsa o la vida” en el Seminario XI: si elige pierde, pero no puede hacer otra cosa que elegir para poder continuar.
Retomando la escena, Addie trata de ubicar al adulto, y le grita: "¡algún camino hay que tomar!". Suena tan simple dicho por una niña de 9 años, que se vuelve inimaginable todas las complicaciones y padecimientos que puede atravesar una subjetividad a la hora de decidir y aceptar la pérdida de lo no elegido. La escena termina con Moses preguntándole si tiene hambre y ganas de almorzar, algo que queda descolocado para el espectador, pero adecuado para el tono en el que se hablan y la importancia que le dan a los gritos. Addie puede dilucidar que a partir de su amenaza de irse Moses, no sin excusarse, termina “desviando” la discusión para que al fin y al cabo almuercen y ella no se vaya. Con lo cual la niña aprovecha el “desvío” para seguir con él y mantener su orgullo; en son de paz devuelve la caja del dinero a la parte trasera del auto, lo mira, sonríe y se vuelve a sentar con expresión de satisfacción.
Aquí se puede observar la polisemia del lenguaje para el término “desvío”, dado que se entiende como el desvío del camino real, de la carretera concreta, como así también se evidencia el giro lingüístico donde es la tensión la que se desvía y es aprovechada por ambos personajes para continuar acompañándose sin perder el orgullo. No es casual que el director muestre al auto tomando uno de los caminos que se bifurcan, se observa como dobla el automóvil y los personajes extienden su estadía en conjunto. En definitiva, toma “el camino de la vida”.
Libertades
Para Moses, la libertad está situada en un contexto de crisis del sistema capitalista, por ende, una crisis económica y social formidable que lo habilita a tomar decisiones de supervivencia en términos de conservación, pero también de impulsividad arriesgada. La libertad aquí está vista en términos de Erich Fromm (1941), es decir, contextualizada. No está en una situación donde la libertad sea una opresión, como lo plantea Byung-Chul Han (2014), ya que el momento sociohistórico donde se desarrolla la historia es la Modernidad, con un capitalismo industrial resquebrajándose, ni tampoco en términos hegelianos de “amo y esclavo” literal como lo fue en la Edad Antigua. Vale aclarar que la Modernidad ha modelado subjetividades que vienen de crisis y posguerras, donde el futuro es incierto y son las infancias las que encarnan la prosperidad. Evidentemente a Moses Pray, tener a una niña cerca, quien además se rumorea que es su hija, ya que a los ojos de todo el mundo se parecen y con la cual actúan el vínculo filial-paterno para sus estafas, no le es tan irrelevante como él lo manifiesta. Se puede advertir que le gustaría ser más desapegado de lo que finalmente es y que su discurso, el cual proclama desinterés por Addie, queda incoherente con lo que luego decanta de sus elecciones; sus gestos de cuidado, alimentación y atención; sus palabras no dichas; sus miradas de ternura y respeto por su ingenio; demostraciones de vulnerabilidad, luego de que le hayan roto el corazón, ante Addie; protección hacia ella ante mafiosos y ciertas violencias, etc.
A la vista de todos es un solitario, que tiene un destino incierto y que disfruta de las pequeñas cosas que le da el dinero sucio que gestiona como arreglar su auto, tener un traje nuevo o un diente de oro. Todo lo que aparenta es quizás, lo antagónico a lo que finalmente devela, ya que la relación con la pequeña le da otra dimensión a su vida y le permite priorizar cuestiones más profundas y menos superficiales.
En términos de Fromm (1941) es, de algún modo, la consecuencia de la libertad moderna, donde el sujeto se encuentra más aislado y solitario por no poder pensar de manera dialéctica la independencia y confianza en sí mismo, con el mencionado aislamiento y soledad, que no es otra cosa que el valor de la libertad individual que trae consigo el liberalismo de las democracias modernas. Retomando a Hegel (1807) y el mito dialéctico del “amo y el esclavo”, la pregunta que se hace alguien que se libera de las cadenas de la esclavitud será “¿y ahora qué hago con mi vida?”. Una pregunta que es tan pertinente como angustiante, ya que toda libertad amerita responsabilidad. El personaje principal de Paper Moon se lo pregunta constantemente, pues la libertad individual que posee por ser un varón adulto y blanco está siendo permanentemente interpelada por la crisis de su país. Esto quiere decir que en todo momento está siendo libre, está tomando decisiones y responsabilizándose, aunque muchas veces arriesgue su vida, como cuando recibe una fuerte golpiza por meterse con el negocio de unos mafiosos. Moses decide arriesgar, gasta dinero en cuestiones banales como la vestimenta, sin saber cuándo va a volver a tener dinero o si tendrá para comer en una semana, toda su vida, decisiones y responsabilidades se monta en una inestabilidad constante como la crisis que el país vive.
Es notable cómo contrasta la idea de libertad que tiene Moses con la que tiene Addie, la cual manifiesta solidaridad ante pobres y extraños que desbordan en un país en “Depresión”. Es aquello lo que los lleva al conflicto inicial del pasaje del primer acto al segundo, y es lo que desencadena la discusión ya desarrollada en el apartado anterior. Es interesante reflexionar sobre la disparidad que hay entre la mirada de Addie, adherente a las ideas del “New Deal” y fiel al presidente Franklin D. Roosevelt, con la de Moses, la cual está más ligada a la supervivencia individual, concretamente al Liberalismo.
Aquí lo enseñado por Fromm (1941) aplica a medias, ya que dos generaciones diferentes en un mismo contexto están siendo interpeladas de diferente manera y demostrando sensibilidades disímiles entre sí, ante la pobreza total de su país. Esto sin reparar en que los personajes afrodescendientes están más cerca de la Edad Antigua en términos de libertad, que de la Modernidad. Por lo tanto, habría que complejizar la idea de “contexto” y dimensionar cómo se vive para cada grupo étnico, etario, de género y de clases la llamada libertad. Esta reflexión es provechosa para tener una mirada respecto a la libertad en la actualidad, y entrecruzarla con el personaje Moses Pray. Según Han (2014) la libertad se presenta como una imposición en la actualidad, se refiere a un mundo donde impera el capitalismo financiero, el cual entra en crisis cíclicamente y se reinventa. La esclavitud y la vigilancia es ahora ejercida por cada individuo internamente, con la exigencia de rendir más sin tener patrón físico; de sumar más interacciones en las redes sociales para que tu marca o producto se promocione; demostrar felicidad y belleza hegemónica constante porque el mandato social dice que “sí, se puede” (Han, 2014).
En un momento donde gobierna la meritocracia, la libertad individual por sobre la colectiva y la creencia de que emprendiendo se es más libre, cabe preguntarse ¿qué haría un sujeto como Moses Pray? ¿Sería un referente del coaching ontológico?, ¿un buscavidas como en el ´33 o un impulsador de estafas piramidales? Es un supuesto contrafáctico que no se puede corroborar con exactitud, pero es útil imaginar esa posibilidad para idear cómo se podría trabajar, como psicoanalista, con un sujeto como Pray en esta actualidad. Alguien con mucha creatividad para sobrevivir en contextos adversos, pero en una sociedad más superficial aún, más inestable que antes, más incierta, con mayores posibilidades de elección para cada área de la vida y de la subjetividad.
Tanta diversidad puede ser abrumadora, por eso posiblemente alguien como Moses se vea obligado a adaptarse a las circunstancias cambiantes. Es probable que su nihilismo y despreocupación por el otro lo ayude a acomodarse mejor en una sociedad como la actual. A diferencia de Addie, que tiene mayor sensibilidad por lo que ocurre socialmente, la cual es posible que padezca las secuelas de un capitalismo tan destructor e insaciable como el del presente.
New Deal versus Liberalismo
El contexto sociohistórico de Paper Moon se enmarca en un Estados Unidos inmiscuido en una crisis económica y social, la primera de ese siglo y del capitalismo moderno asentado. Luego de la Primera Guerra Mundial, este país ya era una de las principales potencias mundiales, pero aún no era la hegemonía como sería luego de la Segunda Guerra Mundial. Las posiciones que se enfrentaban y que disputaban modelos económicos y sociales eran, por un lado, el de un Estado intervencionista, es decir, un modelo keynesiano; y por el otro, un modelo liberal, donde se sostiene que el Mercado se regula a sí mismo y el Estado no tiene que intervenir, es decir, en términos teóricos las ideas de Adam Smith.
De acuerdo con la escena previamente presentada sobre la familia varada en la ruta y el deseo de Addie de ayudarlos con dinero, se puede percibir que ambos representan un posicionamiento ideológico de los antes mencionados. Por su lado, Addie simboliza los valores del nuevo contrato que se intenta establecer, el famoso “New Deal” de Roosevelt, para lograr un Estado de Bienestar.
Si bien es una política económica, esta conlleva valores de solidaridad, tal cual lo plantea la niña en parte del diálogo: “Roosevelt dice que cuidemos al prójimo”. Ella realmente encarna ese modelo de país, de empatía hacia los demás y en búsqueda de cierta igualdad social. La escena comienza, precisamente, con ella queriendo darle parte de su dinero a esta familia numerosa, no se realza su codicia sino su sentido de cooperación. Es aquí donde se puede observar cómo el contexto social de crisis capitalista, conlleva una conformación subjetiva, atravesada por nuevos valores que emergen a partir de dicha crisis. Es entonces, para esas nuevas generaciones como la de Addie, una posibilidad o necesidad urgente solidarizarse con el resto de sus pares pobres. Así es como, desde una mirada estructuralista (Bolivar Botia, 2001), se relaciona dialécticamente el contexto y sus procesos sociales con la génesis de nuevas subjetividades. Es decir, que ella es modificada por la experiencia en su contexto social y, a la vez, ella modifica el contexto social con sus acciones.
A diferencia de ella, Moses representa los valores del Liberalismo, su respuesta, ante la solidaridad de Addie, es completamente negativa. Sostiene que Roosevelt proviene de una familia rica y por lo tanto, no le importa lo que tenga para decir: “Le sirven en bandeja de plata. No come como los demás”. En esa conversación se puede dilucidar su forma de sobrevivir, personificando un modelo notablemente individualista, en comparación con el que propone la niña. Es por eso que su respuesta es negativa ante la propuesta de la “redistribución económica” de Addie. Ya que Moses, como sujeto, representa valores de la misma crisis capitalista, pero con una salida individualista. A él también lo ha moldeado el contexto, pero teniendo otra edad, género, raza y posición económica, llega a diferentes conclusiones que Addie.
Estrictamente la transición del primer acto al segundo acto comienza con un plano de la trompa del auto en el centro del cuadro, con un camino delante abriéndose infinitamente. En el contra plano se ven los dos personajes siendo ellos mismos, Addie cantando una canción alegre y motivadora, Moses con el ceño fruncido. La niña, esperanzada, termina de cantar y le sonríe, pero el adulto le devuelve un rostro amargado. Es interesante cómo esta presentación da pie a los diálogos consiguientes y, por ende, a las posturas que cada uno figura. Un país lleno de esperanzas de progreso, de salida de la crisis a partir de la solidaridad y alegría, contrapuesto a un país en quiebra, resentido y dolido aún por la profunda crisis y pobreza general. Con esta presentación la niña queda sujeta al modelo de infancias de ese momento, que implicaba la representación del futuro, de promesa y sueños. Sin embargo, en la totalidad del film Addie contradice, en algunos momentos, este estereotipo de infante. Esa oscilación entre niña tierna y adulta hosca, juega con el vaivén de la paternidad de Moses, con el paso del tiempo se percibe que va dejando huella en él, como así también, el vínculo entre ambos. Tema atractivo para desarrollar en otro trabajo de investigación, con preguntas concretas sobre la paternidad o no de Moses, las modificaciones que a él le produce la interacción con este personaje y su supuesta paternidad, y su implicancia en la "crianza" de Addie.
Ideas finales
Para concluir, se puede destacar el hecho de que todas las decisiones desencadenan consecuencias, una es la de la pérdida de lo no elegido, lo que Lacan (1964) llama “la bolsa”, y sin duda otra es la acción que concadena esas decisiones, es decir, la vida. Para cada elección hay un entorno social que enmarca la libertad para decidir, por tanto cada elección hace uso de esa libertad que deviene con la responsabilidad correspondiente. Esta cadena de acciones y consecuencias, son muchas veces, un entramado complejo y hasta doloroso para las y los neuróticos, sea por no poder ejecutar la decisión; por no aceptar la pérdida de lo no seleccionado; por negar la responsabilidad inminente, tanto consciente como inconsciente, con la que acontece la libertad; o por la angustia existencial que implica ser libre.
Se ha recorrido cómo fue transformándose el concepto de Libertad en la Historia, para tener una mejor comprensión de lo inmenso y enredado que es comprenderla, ejercerla y analizarla. De cada forma de libertad se desprende una posibilidad de elección distinta y con ella una responsabilidad de las consecuencias.
En este caso, el cine está mostrando a los y las psicoanalistas la angustia con la que queda un sujeto que se encuentra en una disyuntiva, pero así también la profunda necesidad de elegir “la vida” para avanzar.
Por su lado, el personaje principal de ese film le está enseñando a cualquier neurótica o neurótico espectador, que sin elección no hay movimiento, y sin movimiento no hay vida para ser vivida. Así como no avanzaría la historia del relato cinematográfico si Moses no define un camino a tomar cuando las posibilidades de carreteras son variadas, no avanzaría la vida, ni la historia, ni el relato de cualquier persona en el mundo real no ficticio. Por eso la importancia de detenerse en lo cotidiano, pero relevante, de las grandes y pequeñas decisiones que se toman como humanidad, como clase, como géneros, como individuos, como profesionales de la salud.
Por otra parte, Addie y Moses, como ya se ha mencionado, representan modelos de país diferentes que dialogan e intercambian valores, dejando expuestos sus principios. Se puede pensar como una "grieta" que desgarra a la sociedad, pero también a quienes viven en ella. Sin embargo, ambos personajes logran convivir con sus diferencias porque hay algo superador que los une, la soledad de cada uno y las ganas de tener una familia.
Será parte de nuestra labor, como profesionales de la salud, saber y poder acompañar a esas neurosis con sus particularidades, dejándonos interpelar por nuestro propio contexto de escucha y de palabra.
Referencias:
Bolivar Botia, A. (2001) El estructuralismo: De Lévi-Strauss a Derrida. Madrid, España. Serie Historia de la Filosofía. Ediciones Pedagógicas.
Fromm, E. (1941). Miedo a la libertad. Buenos Aires, Argentina, Editorial Paidós.
Han, B. (2014). Psicopolítica, Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder. Barcelona, Editorial Herder.
Lacan, J. (1964). El Seminario 11, “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”. Buenos Aires, Argentina, Editorial Paidós.
Michel Fariña, J.J. y Laso, Eduardo (2014) “Cine y subjetividad: el método ético-clínico de lectura de películas” en Revista Intersecciones Psi - Revista Digital de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires.
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Película:Luna de Papel
Título Original:Paper Moon
Director: Paper Moon
Año: 1973
País: Estados Unidos
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