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Adicciones, de perder a perderse

por Tineo Farina, Juliana

Universidad de Buenos Aires

Resumen:

En el presente trabajo se toma al personaje de María Bolaño de la serie Merlí Sapere Aude (2019) para interrogar la relación que puede haber entre las adicciones y las pérdidas. María Bolaño, interpretada por María Pujalte, es la profesora de Ética de la carrera de Filosofía de la Universidad de Barcelona, y se recorta su singularidad a partir de observar que, además de ser alcohólica, vive anclada a su pasado, lamentando las pérdidas que sufrió. Es entonces que, a partir del método de lectura clínico-analítico de películas y series televisivas propuesto por Michel Fariña, no sólo se interroga cuál es la relación que podría haber entre las pérdidas y las adicciones, sino que también se pretende indagar cuál es el lugar del sujeto dentro de esta problemática. Asimismo, cabe situarse que el siglo XXI se caracteriza por ser una época que empuja al consumo desmedido de distintos objetos/sustancias y, por lo tanto, para el campo de la psicología resulta necesario repensar esta problemática, más allá de lo “ilimitado”. Finalmente, se tomará al psicoanálisis como marco teórico en general y se interrogarán los conceptos de duelo y melancolía propuestos por Freud (1917) como los modos privilegiados para tramitar las pérdidas.

Palabras Clave: adicciones | pérdidas | duelo | melancolía

Addictions, from Losing to Losing Oneself

Abstract:

This paper takes the character of María Bolaño from the series Merlí Sapere Aude (2019) to question the relationship that may exist between addictions and losses. María Bolaño, played by María Pujalte, is the professor of Ethics of the Philosophy degree at the University of Barcelona, and her singularity is cut from observing that, in addition to being an alcoholic, she lives anchored to her past, regretting the losses she suffered. Thus, based on the clinical-analytical reading method of films and television series proposed by Michel Fariña, we not only question the possible relationship between losses and addictions, but also try to find out what is the place of the subject within this problem. It should also be noted that the 21st century is characterized as an era that pushes towards the excessive consumption of different objects/substances and, therefore, it is necessary for the field of psychology to rethink this issue, beyond the "unlimited". Finally, psychoanalysis will be taken as a theoretical framework in general and the concepts of mourning and melancholy proposed by Freud (1917) will be questioned as the privileged ways to deal with losses.

Keywords: addictions | losses | duel | melancolia

Introducción

La serie Merlí Sapere Aude (Lozano, 2019) es el marco general bajo el cual se trabajará, pero, principalmente, es a partir del personaje de María Bolaño (interpretado por María Pujalte) que se propone pensar la relación que puede haber entre las adicciones y los procesos de pérdida, entendidos en términos de duelo y melancolía.

Lo perdido en el pasado, resonancia del presente

Merlí Sapere Aude (2019) es una serie que surge luego de la serie Merlí (Lozano, 2015) y toma como protagonista a Pol Rubio (Carlos Cuevas), un joven que ahora inicia su camino universitario para ser filósofo y profesor de Filosofía. En la primera clase ya se topa con María Bolaño, docente a cargo de la materia de Ética con quien Pol genera un vínculo afectivo debido a que ella le recuerda a su antiguo profesor, Merlí Bergeron (Francesc Orella). No obstante, a medida que transcurren los capítulos, puede observarse que, aunque los dos son disruptivos a la hora de enseñar, entre ambos profesores hay diferencias esenciales que hacen a la singularidad de cada uno. Mientras que Merlí se presenta frente al curso de estudiantes diciendo “Me llamo Merlí y quiero que la filosofía los excite; quiero decir, me propongo contagiarles mi interés por la filosofía” (Merlí, capítulo 1), las primeras palabras con las que la profesora Bolaño se dirige a su clase son: “Me encanta el sonido de la decadencia”, luego de detenerse unos segundos en el crujido que hacían las viejas maderas del piso del aula. Pero basta con avanzar unos minutos más en el primer capítulo de esta serie, para dar cuenta de otra referencia que este personaje hace sobre la vejez y, por qué no, sobre la decadencia; cuando una colega le habla sobre la cantidad de alumnos que María tenía en otra época, ella le contesta en tono de añoranza que: “Hace quince años de eso. Entonces yo era hermosa y venían a verme. Ahora sólo vienen a escucharme”. Estas palabras resuenan como aquellas maderas viejas que envejecen en el mismo lugar y, en un doble movimiento, permiten situar que, en principio, Bolaño detesta la (su) vejez y extraña su juventud. Si bien esto podría ser algo propio de una persona que ya ha transitado más de la mitad de su vida, resulta interesante destacar que la juventud no es la única pérdida que añora. Apenas comenzada la serie, su colega y docente de Problemas Filosóficos, Silvia (Eva Martín), le señala que a causa de un motivo –desconocido hasta ese momento– Bolaño ha perdido la tenencia de su hija. A su vez, en el segundo capítulo el guionista muestra a María en el aula, insistente en su aparente atractivo del pasado, preguntándole a sus alumnos: “¿Alguien en esta aula se ha enamorado de mí? ¿Hay alguien que no pueda sostener el latido de su corazón al ver cómo deambulo por el claustro?”. Al parecer, son por lo menos tres las pérdidas que atraviesan a María Bolaño: la pérdida de la tenencia de su hija, la pérdida de su propia juventud y la pérdida del lugar de mujer deseada que tenía en el pasado.

Tal como indica Freud (1917) en “Duelo y Melancolía”, el duelo es un proceso psíquico que se inicia luego de haber sufrido algún tipo de pérdida que no necesariamente tiene que referirse a una muerte. Las pérdidas pueden tratarse de algo real, así como también de algo simbólico. Es decir, uno puede iniciar un proceso de duelo por haber perdido a un ser querido que ya no volverá, pero también pueden perderse amores en una separación, trabajos, ideales, etc. Es en esta línea, que el personaje de Maria Bolaño a partir de las coordenadas situadas previamente, permite dar cuenta de que aquí se estaría jugando algo del orden de la pérdida que no pareciera tratarse de algo actual, pero que insiste de forma compulsiva. La pérdida, y más específicamente el lugar de docente joven y admirada, es un telón de fondo que parece teñir a la mujer en una nostalgia permanente. Ahora bien, en el texto mencionado previamente, Freud sitúa que en el duelo hay una falta de interés por el mundo y que no hay productividad en la persona porque todo lo que hay es una entrega incondicional al duelo. Y si bien en este personaje se puede observar constantemente la insistencia de la pérdida, esto no parece coincidir con las etapas que propone el psicoanalista cuando caracteriza al duelo. Pues la protagonista, pareciera estar “anclada” a las pérdidas sufridas de su pasado, pero no pareciera estar atravesando actualmente un proceso de duelo en tanto que mantiene su interés por la docencia, así como también su labor en el ámbito educativo. Al respecto, podría pensarse que este interés es causa de que ya haya atravesado previamente las etapas del duelo y, por eso, está ahora disponible para libidinizar nuevos objetos. Pero también, es lícito preguntarse: ¿es posible haber atravesado un duelo y seguir tan atado a la nostalgia de lo perdido?

Esta pregunta resulta interesante en articulación con el presente trabajo, ya que no se trata de poder ejemplificar el duelo –o la melancolía– a través de la serie, sino que, como propone Irene Cambra Badii (2018), se trata de “(…) pensar los conceptos a través del cine” (p. 1) y “considerar al cine como una vía de acceso conceptual a problemáticas complejas del campo de la subjetividad” (p.1). De esta manera, la serie de Merlí Sapere Aude (2019) en general y el personaje de María Bolaño en particular, se presentan como herramientas para repensar qué pasa con las pérdidas y su tramitación psíquica más allá de las etapas propias del duelo propuestas por Freud, como vía privilegiada para asumir y simbolizar una pérdida.

Adicciones, de perder a perderse

Ahora sí, se hace necesario avanzar un poco más sobre la docente en cuestión y situar que el personaje se empieza a complejizar cuando, en el capítulo n°2 llamado “Fin’ Amor”, la muestran de compras en un supermercado con su hija, Laura (interpretada por Gloria Ramos). Mientras la joven va a elegir un postre por indicación de su madre, ella se apura y le pide al cajero que le dé una botella de ginebra y, manteniendo la actitud de esconderse de su hija, que la guarde en una bolsa de madera. Cuando llegan a la casa, Laura la ve a María escondiendo la botella en un cajón, pero, al rato y sin que la madre se dé cuenta, le vuelca toda la ginebra en la bacha de la cocina. Sin embargo, los indicios hasta aquí mostrados no han engañado a los espectadores y, Bolaño, que tiene una relación particular con el alcohol, se da cuenta de lo sucedido, pero no le da mayor importancia. Desde luego, haberle quitado la botella no cortó con su necesidad ni con sus posibilidades de volver a tomar. Al poco tiempo de que Laura se vaya de la casa de su madre, María busca detrás de los libros de su biblioteca y recoge una botella escondida de Whisky. Por lo general, suele haber una relación estrecha entre las adicciones y la soledad, en tanto que la persona adicta niega su problema o adicción frente a los demás y consume de forma desmedida cuando nadie la ve. Eso es lo que sucede con la profesora, que mientras se sirve un vaso de alcohol, llama a la hija por teléfono y le dice: “Laura, había comprado la ginebra para este fin de semana que tengo una cena acá en casa con amigas. Me has dejado sin”. La hija no le cree y ella insiste: “Es para el cumpleaños de Rosa. Ya sabes que los mayores celebramos las cosas comiendo y bebiendo. Lo hace todo el mundo esporádicamente. No vas a decirle a tu padre que era para mi ¿no?”. En el mismo sentido, resulta interesante mencionar que, a lo largo de toda la serie, este personaje hace reiterados comentarios acerca de su sentida soledad. Tal es así que, en la segunda temporada, ella empieza a ir a “Alcohólicos Anónimos” en donde se hacen reuniones grupales para trabajar la adicción. Cuando el coordinador le pregunta a María cómo se siente y le toca hablar frente a los demás, ella responde y hace referencia a su soledad de forma, por lo menos, llamativa: “Aquí se viene a decir la verdad, ¿no? ¿Cuál sería la gracia sino de sentarnos en círculo a celebrar la sobriedad del mundo? ¿Para qué mentir? No los voy a engañar. Me sentiría tan descansada si bebiera cuatro vasos de Whisky…” (sonríe, piensa y agrega) “Por suerte tengo el apoyo de mi familia. El otro día mi hija me recibió en casa con una tortilla de papas. Y en el trabajo también me ayudan. Tengo mucha suerte, la verdad”, cerrando así la escena con un plano en su cara de tristeza y un público que, como María, sabe que no ha dicho la verdad.

Ahora bien, no podría pensarse que sólo el episodio del supermercado diera cuenta de que la profesora Bolaño es adicta al alcohol, ya que una de las características de las adicciones es la relación compulsiva y sin límites que el sujeto tiene con el tóxico. En otras palabras, no se trata de algo esporádico –como Bolaño le quiere hacer creer a su hija– sino que la adicción implica un consumo en donde siempre se necesita “un poco más”. Tal como indica Ernesto Sinatra (2020) “(…) vale destacar por su notable precisión clínica, la manera con la que Miller definió al alcohólico: el que bebe siempre del mismo vaso, una y otra vez” (p. 97). En este sentido, podría ubicarse que como causa de este consumo problemático, es frecuente que la persona tenga problemas en distintas áreas de su vida tales como el trabajo, la familia y las amistades, entre otras. En el caso del personaje citado, su problema con el alcohol derivó en que pierda la tenencia de su hija, pero eso no es todo. En el capítulo 8 de la primera temporada, denominado “El batalló Sagrat De Tebes”, Bolaño entra a dar clases con un termo del cual se servía para beber mientras decía: “La envidia siempre aparece frente a la felicidad ajena. Yo, por ejemplo, no solamente quiero ser feliz, yo necesito que los demás no lo sean”. Los alumnos ríen y ella, mientras agarra sus cosas y se retira, agrega: “En definitiva, ¿tenemos la vida que nos merecemos? ¿Es justa la vida?”. Acto seguido, se ve que los alumnos comentan que, aunque la profe les encanta, parecía estar borracha. Quizás, este punto permita dar cuenta del modo singular que Bolaño encontró para afrontar las “injusticias” de la vida, pero, como se dijo previamente, es un modo problemático cuando varias esferas de la vida cotidiana se ven comprometidas e incluso, para la propia vida.

Avanzados pocos minutos del capítulo mencionado, se ve a la profesora Silvia yendo a visitar a su amiga y colega María, quien la recibe en un estado de ebriedad extremo y sin recordar que ella misma la había llamado. Sin acusar recibo de la situación, le insiste a su amiga en que tome algo con ella y, frente a la negativa de Silvia, María le dice: “¿Qué? ¿Me vas a dejar sola tomando una copita de cava?”. La situación avanza y ante la negación de tomar de la profesora de Problemas Filosóficos, Bolaño se pone cada vez más agresiva hasta que termina rompiendo todas las copas de su vitrina gritando “¡Es mi vida y hago lo que se me da la gana!”. Pero en ese acto, terminó en una guardia psiquiátrica y con un corte profundo en su brazo. Cuando despertó en la clínica y pudo volver a su estado de sobriedad, la amiga le dijo: “Tal como estás no puedes dar clases. El lunes te darán la baja y hablaré con tus alumnos. María, eres alcohólica. Si admites que necesitas ayuda, ya sabes dónde encontrarme”.

Al parecer, Bolaño no sólo está situada en una posición nostálgica respecto de sus pérdidas, sino que también tiene serios problemas con el alcohol que le han hecho perder la tenencia de su hija, le han provocado tener lesiones físicas, pelearse con su mejor amiga y, posteriormente, también le ha provocado quedar suspendida de su cargo docente. ¿Acaso la adicción es un modo de generar nuevas pérdidas en la vida de un sujeto? Al respecto, interesa situar un diálogo del capítulo 5, que mantienen Pol Rubio y María Bolaño en la sala de profesores. Él acude a ella por estar en crisis y le pregunta “¿cómo puede uno huir del dolor cuando siempre está presente?” pero María, lejos de dar respuestas, le retruca: “¿Cómo obviar la búsqueda de placer? ¿Hay que satisfacer todos los deseos? ¿La reflexión nos puede salvar de la angustia de no tener todo lo que queremos? Siempre atento, Pol le dice que parecen ser dos los que están en crisis. Y ella, agrega: “No. Yo no tengo crisis. Yo las provoco”.

El adicto, un sujeto melancolizado

Cuando Freud (1917) habla del proceso de duelo, hace un contrapunto respecto de la melancolía, ubicando que ésta última es un modo patológico de tramitar una pérdida. Al respecto, sitúa que mientras que en el duelo el sujeto hace un recorrido para poder tramitar simbólica y psíquicamente la pérdida, en la melancolía hay “(..) una rebaja en el sentimiento de sí que se exterioriza en autorreproches y autodenigraciones y se extrema hasta una delirante expectativa de castigo” (Freud, 1917, p.242). En este sentido, puede situarse que esa rebaja del sentimiento de sí como también los castigos y la autodenigración, se ponen en juego en la profesora Bolaño cuando está bajo los efectos del alcohol. De hecho, el alcohol en sí mismo podría pensarse como un modo de castigo que daña a la propia persona en términos psicosociales y también en términos físicos, tal como fue mencionado previamente. En cuanto a la autodenigración, cabe situar un episodio de la serie en donde el personaje en cuestión pierde toda ética –paradójicamente para una docente de ética– por su estado de ebriedad. En el capítulo 6 de la primera temporada, denominado “Crazy”, Pol Rubio entra a un bar en una noche lluviosa y se encuentra allí con la profesora Bolaño que le pedía otro vaso de alcohol al mozo, a pesar de que éste le decía que ya debía parar. Cuando se da cuenta de que Pol estaba ahí, le dice al camarero: “Alberto, te presento a mi novio. Ya tiene edad para que no me condenen. Venga, ponga ese whiskito”. Su alumno, observa la situación y la lleva hasta su casa por el estado en el que estaba. Mientras viajan en el taxi, ella se le acerca y le dice: “Tú no me has conocido cuando era yo una joven profesora. Era muy creativa”, situando una vez más su añoranza por la juventud perdida. Al llegar a la casa, Pol ve que Bolaño trastabilla por la borrachera y corre a preguntarle si está bien. En ese instante, ella se acerca y le dice “venga, guapo, dame un beso”, mientras se levanta la remera y agrega: “anda, ¡tócame las tetas!”, llevando a Pol a una situación en extremo incómoda y, a ella misma, a ubicarse frente a su alumno en un lugar de poca integridad ética y moral. A partir de todo esto, la serie lleva a una nueva pregunta y es ¿cuál es el lugar del sujeto en las adicciones?

Retomando lo que dice Freud (1917) respecto de la melancolía, podría agregarse ahora que, además del empobrecimiento del yo y los autocastigos y autorreproches mencionados, lo que sucede en este “duelo patológico”, es que el sujeto perdió algo del mundo, pero no sabe qué es lo que perdió con ello. Podría decirse, que no se logró tramitar psíquicamente esa pérdida y, por lo tanto, lo que se pierde es el sujeto en su totalidad. La persona queda identificada al objeto perdido y, de esta manera, advienen las características propias del melancólico, que se pierde a sí mismo. En otras palabras:

Y en otras circunstancias nos creemos autorizados a suponer una pérdida así, pero no atinamos a discernir con precisión lo que se perdió, y con mayor razón podemos pensar que tampoco el enfermo puede apresar en su conciencia lo que ha perdido. Este caso podría presentarse aún siendo notoria para el enfermo la pérdida ocasionadora de la melancolía: cuando él sabe a quién perdió, pero no lo que perdió en él. Esto nos llevaría a referir de algún modo la melancolía a una pérdida de objeto sustraída de la conciencia, a diferencia del duelo, en el cual no hay nada inconsciente en lo que atañe a la pérdida. (Freud, 1917, p. 243)

Bajo estas coordenadas, podría pensarse que, en las adicciones, el sujeto queda en una posición melancolizada en tanto que, bajo la situación constante de consumo, se pierde principalmente a sí mismo. Bolaño, en el acto de beber, queda pegada a ese objeto y pasa de consumir a ser consumida, a ser una persona que no puede mantener su vida laboral, familiar ni social. Es en ese acto de beber en donde queda perdida toda su vida y ella queda atrapada entre otra copa más, y otra más, y otra más. ¿Será esta metonimia del adicto un modo de evadirse de su lugar como sujeto deseante? ¿Se trata la adicción de una pequeña muerte de la propia persona? El capítulo 4 no tiene ninguna escena para destacar en este trabajo, pero su nombre ha suscitado los interrogantes mencionados. Se llama, “La Petite Morte”.

¿Qué tiene el cine para enseñarnos a los psicólogos?

El presente trabajo se basa en el método clínico-analítico que orienta respecto del lugar privilegiado que tiene el cine como experiencia de pensamiento y acción (Fariña y Maier, 2016, p.1). En este sentido, se puede situar que el material cinematográfico elegido permite pensar acerca de cuál es el lugar que tienen las adicciones con relación a la pérdida y, a su vez, cómo se juega la pérdida en la adicción. Entendiendo que se trata siempre de la singularidad del caso, el personaje en su narrativa permite abrir un abordaje de las adicciones en donde podría pensarse que se pone en juego el intento por tramitar una o más pérdidas. Esta relación, surge a partir de un recorte singular, de una mirada propia del observador, en donde se observa una posible conexión entre la añoranza demostrada por perder su juventud, su lugar de docente reconocida, la tenencia de su hija, y el ilimitado consumo de alcohol. Si bien Freud plantea como caminos a seguir luego de sufrir una pérdida, el duelo y la melancolía, esas opciones se presentan como conflictivas si se tratasen de situar en el personaje de Bolaño.

En cuanto al duelo, podría pensarse que posiblemente María haya atravesado las etapas de este, y que en el momento en que su líbido quedó libre para libidinizar otros objetos, el único objeto que pudo investir de energía fue el alcohol. No obstante, también podría pensarse que la profesora Bolaño está de alguna manera melancolizada por su adicción, pues con esta problemática, es ella misma quien queda tomada como objeto degradado, denigrándose frente a sus alumnos, castigándose con el propio daño que le genera el alcohol, así como también con los efectos de este (como la lesión generada en estado de ebriedad). Se autodestruye a través del alcohol. Pero, como se dijo en un principio, el cine bajo el método crítico-analítico no implica hacer encajar a la teoría en un filme, sino que, por el contrario, se trata de poder ampliar los horizontes ya conocidos. En este sentido, resulta interesante pensar qué otros modos más allá del duelo y la melancolía pueden advenir frente a una pérdida. ¿Hay pérdidas que no impliquen en lo psicológico un proceso de duelo o de melancolía? La adicción de Bolaño con el alcohol, quizá pueda ser la punta de un nuevo ovillo. La puesta en escena que propone Héctor Lozano con Merlí Sapere Aude (2019), ha llevado a pensar que, frente a las pérdidas, María no ha duelado, no se ha melancolizado, sino que se ha alcoholizado.

Conclusión

Las adicciones son una problemática que puede rastrearse desde muchos años atrás, pero, en la actualidad, cobra una mayor relevancia debido a la época en la que vivimos. El capitalismo salvaje del siglo XXI, de la mano de la globalización, se caracteriza por un empuje al consumo en donde cualquier objeto puede adquirir un valor adictivo. La falta de límite que hace algunos años atrás se relacionaba de forma directa con las adicciones, ahora puede observarse en distintos fenómenos que no necesariamente se relacionan con una adicción. En este sentido, dentro del campo de la psicología aparece la necesidad de poder delimitar de qué se habla, ahora, cuando se habla de adicción.

La serie Merlí Sapere Aude (2019) a través del personaje de María Bolaño, permite ampliar el universo de la temática central de este trabajo, a partir de observar distintos factores que se ponen en juego junto con su alcoholismo: la soledad, las pérdidas y la añoranza por su pasado. Es frente a este armado propuesto, que los conceptos de duelo y melancolía citados por Freud (1917) permiten echar luz respecto de los distintos procesos psíquicos que advienen frente a una pérdida. En pocas palabras, ambas nociones son las vías que establece este autor para dar cuenta de cómo aquello perdido en el afuera, es resignificado como pérdida en lo psíquico. Ahora bien, la docente de Ética parece estar totalmente atravesada por distintas pérdidas, que no son actuales pero que, sin embargo, parecen estar teniendo efectos en el presente. Es en este punto que, a través del método clínico-analítico, se abre la pregunta acerca de las pérdidas y el proceso de duelo. ¿Es siempre éste el camino psicológico bajo el cual se intenta tramitar una pérdida? ¿Puede haberse transitado un duelo y aún así seguir atravesado por las pérdidas tal como lo muestra María Bolaño?

Además de las pérdidas que constantemente aparecen en el personaje interpretado por María Pujalte, puede verse que es adicta al alcohol. María, es alcohólica. Y en esta compulsiva e incesante acción de tomar, se propone que la persona genera nuevas pérdidas. Tal es así que, en el caso de Bolaño, a causa de su adicción ha perdido la tenencia de su hija, ha perdido su trabajo y ha perdido a su única amiga. ¿Será entonces la adicción un modo fallido de intentar tramitar pérdidas? Es algo a repensar. Lo que se sugiere a modo de conclusión es que, más allá de si la adicción se trata de un modo fallido de tramitar las pérdidas sufridas o no, lo que efectivamente se pierde es el sujeto en tanto sujeto deseante. Pues éste queda atrapado (en el caso del alcoholismo) entre al menos dos copas que no hacen más que detenerlo en el transcurso de su vida. La persona se autodestruye y no sólo se genera daños a sí mismo, sino que también afecta a su entorno más cercano. Es en esta asociación de las adicciones con la autodestrucción, que podría pensarse que el adicto, además de caracterizarse por la falta de límites en su consumo, es una persona que se ha melancolizado: es una persona que ha quedado en lugar de objeto denigrado, perdiéndose a sí mismo y olvidando esas pérdidas con otra copa más.

La serie Merlí Sapere Aude (2019) significa “atrévete a saber”. Quizás, afrontar las adicciones implique poder poner en juego un saber, un saber oculto que quedó aprisionado por el consumo, intentando ser olvidado, intentando calmar algo del dolor. Quizás se trate de poder poner en palabras eso que queda taponado por el alcohol. En el capítulo n°2 de la segunda temporada, María Bolaño lo recibe a Pol Rubio muy angustiado y le ofrece la única solución que conoce: le da un vaso de Whisky. Mientras lo observa tomar, sonríe y le pregunta: “¿Qué se siente?”. “Cierta calma” responde Pol. Ella ríe, y calla una vez más.

Referencias:

Araujo F., Comillas, I., Corral D., Lozano, H. y Montánchez, A., (Productores ejecutivos). (2019-2021). Merlí Sapere Aude [Serie de televisión]. Movistar+; CCMA.

Cambra Badii, I. (2018). Pensar el cine. La narrativa de películas y series como matriz metodológica para el tratamiento de problemas complejos. Prometeica, 17, 62 – 76. Disponible en: http://prometeica.com/ojs/index.php/prometeica/article/view/230/pdf

Fariña, J.; Maier, A. ¿Cómo leer un film? La formación ética a través del cine y la virtualidad. Informática en Educación: teoría y práctica, Porto Alegre, v. 19 n. 1, p. 69-83, enero/mayo 2016.

Freud, S. (1917). “Duelo y melancolía”, Obras Completas, Buenos Aires: Amorrortu editores, Vol. XIV, 1917

Lozano, H. y Montánchez, A., (Productores ejecutivos). (2015-2018). Merlí [Serie de televisión]. Veranda TV (Grupo Godó y Boomerang TV).

Naparstek, F. y colaboradores (2005). La tesis freudiana sobre la adicción. En Introducción a la clínica con toxicomanías y alcoholismo.

Sinatra, E. (2020). Adixiones. Grama



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COMMENTS

Message from Silvia Gouvert  » 23 de septiembre de 2023 » silviagouvert@yahoo.com.ar 

Que interesante el planteo de Juliana Tineo Farina ! Su impecable desarrollo de la relación entre las pérdidas y las adicciones me hace repensar en cómo se hace presente la manifestación de la angustia en el personaje de la profesora Bolaño. La mirada desde la angustia tal como Freud la explica , en tanto afecto que tiene como sede al yo, que funciona como señal ante la vivencia de un peligro y que invade al aparato sin poder ligar en representaciones lo conflictivo representado en las perdidas.¿ Que es lo que en su adicción al alcohol insiste sin poder ser mudado en representaciones ? Por qué la angustia ante las pérdidas se taponan con el consumo de alcohol ?¿ De que es señal la angustia que se cuela en sus dichos ácidos y ex abruptos de modo insistente en las viñetas señaladas por la autora de este trabajo?. Tomando los desarrollos sobre la angustia en Inhibición Síntoma y Angustia (1925) respecto de cuál es el peligro que señala la angustia, Freud va a decir que el peligro que visualiza el yo es la castración y va a tomar la angustia del nacimiento, para ponerla en serie con otras angustias cruciales del desarrollo del sujeto tales como desvalimiento del yo, perdida de objeto de amor ; entonces me permito decir que la angustia activa la represión ante lo conflictivo que resulta el encuentro con la mortalidad y la finitud, lo que no es sino el encuentro con la propia idea de castración. Represión fallida que en vez de acallar el conflicto trae como síntoma el consumo para “calmar” el dolor que provoca aquello que no se quiere saber pero que se muestra en girones en cada una de las perdidas que bien ubico la autora . La identidad profesional del personaje, ser profesora de Ética le permite posicionarse como una docente que intenta “provocar crisis antes que tenerlas” . Así, el atreverse a saber sobre su propia finitud, puede velarse al menos un poco en la interpelación hacia aquellos a los que provoca.



Message from Diego Ortiz  » 27 de agosto de 2023 » ortizdiegoh@gmail.com 

Daría Daría la impresión que el personaje de la profesora utiliza el alcohol como objeto que obtura la falta en ser del ser hablante. El alcohol cómo casi toda sustancia tóxica, que es utilizada con dicho fin, sostiene la posición melancólica desde la que la profesora de ética goza con sus pérdidas a la manera de una satisfacción paradojal, que le permite hacer con su vida lo que quiera al mismo tiempo que le trae displacer y desdicha en áreas de su vida tan importantes como su trabajo, el cual podría suponerse le ha dado tantas satisfacciones como su joven belleza perdida allá en el tiempo, y la perdida de la tenencia de su hija, lo que sumado a la separación de su pareja metaforizan sus pérdidas del lugar de madre y de mujer. Todas estas pérdidas, asociadas a la falta en ser, producen la transposición del objeto a de causa a resto, desperdicio al que se identifica. De este modo, queda relegada la posición de sujeto deseante a la melancólica que se describe en el artículo.



Message from braian ezequiel santillan  » 24 de agosto de 2023 » braiansantillan2000@gmail.com 

El análisis de ‘’ Merli sapere aude ‘’ resulta interesante para poner a trabajar la cuestión del duelo. Este proceso parecería haberse detenido o no haberse finalizado : durante varias escenas aparece un reproche compulsivo a destacar aquellos momentos de juventud donde se consideraba bonita. El personaje Bolaño tuvo que confrontarse con perdidas en relacion a la juventud, la tenencia de su hija o su rango de mujer deseada. Este constante lamento se esconde en un consumo alcohólico excesivo que obtura la posibilidad de simbolizar una falta y poder tomar duelo por aquellas cuestiones. Esta adicción es importante para pensar como en la época actual imperan sustancias que producen una satisfacción inmediata sin permitir interrogar por aquel proceso psíquico que permita simbolizar lo real. Podríamos preguntarnos hasta que punto el capitalismo dominante obliga a concebir una ilusión de que existe un objeto para la relacion sexual, esto es cooperador para obturar la castración. En el análisis se destaca la relacion entre la soledad y la adicción, cuestión interesante para repensar sobre la cuestión del goce abolido a las sustancias que funcionan sin la posibilidad de un lazo, de manera autoerotica. Estas adicciones no solo dificultan la relacion a un otro sino que también, a su vez, no permiten hacer emerger un sujeto deseante, ya que su posición en el lugar de objeto, atrapado por esta pulsión inmediata, tapona un vacío que posibilite un deseo. El duelo destaca por llevar un tiempo de elaboración que permite regular un goce para convivir en comunidad, sin embargo, la embriaguez en estas sustancias empujan a un placer inmediato.



Película:Merlí: Sapere Aude

Título Original:Merlí: Sapere Aude

Director: Héctor Lozano (Creador), Menna Fité

Año: 2019

País: España

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