Comencemos con la imagen que Martin McDonagh, director de la película, eligió para introducir su obra. Se trata de una tijera de esquilar, una herramienta de trabajo, que se torna en arma de mutilación y de muerte.
En un extremo de la tijera, vestigios de sangre, en el otro, los perfiles enfrentados de Colm y Pedreric. ¿Qué nos dice el director con este banner inicial? Que asistimos a un film trágico, en el que la fraternidad se transformará en una guerra. Una metáfora política, sobre los enfrentamientos entre hermanos que devienen enemigos.
Como con Etéocles y Polinices, nunca sabremos del todo cuál fue el origen último del enfrentamiento. Sabremos, sí, que atañe a las pequeñas diferencias de la que nos habla Freud en El malestar en la cultura, cuando pone como ejemplo a esos primos hermanos que devienen enemigos, “españoles y portugueses, alemanes del Norte y del Sur, ingleses y escoceses.”
La película Los espíritus de la isla comienza con un travelling. Un plano secuencia que arranca a la salida del pueblo y acompaña al personaje de Collin Farrel a través de las suaves colinas rumbo a la costa. Lo vemos allí a contraluz con el fondo de una hermosa playa desde la que se avizora la silueta del continente: lo inquietante llega desde el otro lado del mar.
Pádraic se queda mirando los destellos en el horizonte y anuncia: “disparos de fusiles y cañones”. Se trata de hermanos que se están matando del otro lado del mar. Los ecos de la guerra civil entre ingleses e irlandeses, que tuvo lugar entre 1919 y 1922. Guerra que se nos presenta a través del sonido sordo que llega desde el continente. Una vez más ¿qué nos dice MacDonagh? Que esos disparos lejanos impactan en los habitantes de la isla, que hacen carne, literalmente, en los cuerpos de estos dos amigos.
En Inisherin no se habla del IRA, no se menciona al Ejército de la República de Irlanda, tampoco a las fuerzas de seguridad británicas en Irlanda, que se están masacrando a pocos kilómetros. Pero de pronto, de la nada, un amigo se enemista con el otro. Los personajes de Colin Farrell y Brendan Gleeson son una metáfora de la Guerra civil.
El relato toma la forma de una tragedia griega, en la que la Sra. McCormick, una pitonisa, anuncia las desgracias que vendrán. Y cada trozo de carne mutilada representará la inexorable fatalidad. La muerte trae más muerte: los fragmentos desanudados de Colm termina alcanzando al cuerpo impertérrito de Pádraic y el inocente burrito representa lo indigesto de la situación... y se desata el infierno.
Luego de la hecatombe, la escena final debe ser pensada como un fantasma pseudo reparador. En ese encuentro alucinado y al no haber oído disparos desde el continente esa mañana, Colm se pregunta si la Guerra Civil estará llegando a su fin, y Pádraic le responde que está seguro de que los enfrentamientos comenzarán nuevamente, porque "algunas cosas son inamovibles". Como confirmándolo, vemos a la distancia a la Sra. McCormick que los observa con los ojos todavía encendidos en llamas. [1]
NOTAS
[1] Versión resumida de la presentación del autor en el Simposio de Cineanálisis organizado por la Asociación Psicoanalítica Argentina, APA, en 2023.
Película:Los espíritus de la isla
Título Original:The Banshees of Inisherin
Director: Martin McDonagh
Año: 2022
País: Reino Unido
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