Charlie es el protagonista de esta historia. Es un chico de 15 años, muy inteligente, aplicado, sensible y vulnerable que decide contar su vida a través de una serie de cartas que le escribe a un amigo anónimo. En el desarrollo de estas se va vislumbrando el sentimiento de soledad e incomodidad que insiste en incomodarlo. Ya desde una de las primeras escenas, se descubre esta veta intelectual del personaje y también su costado más tímido e inestable, cuando en una clase de literatura el profesor pregunta por el autor inglés del primer libro de bolsillo y Charlie escribe el nombre de Charles Dickens en el cuaderno pero no se anima a decirlo en voz alta. Este “no animarse” ya da una pauta acerca de la dificultad en la expresión y de cierta sensación de vergüenza.
“La emoción en el adolescente, la que domina es la vergüenza”. [1] En este sentido, aunque ya apuntando al concepto particular de la adolescencia, Nasio postula una cara “positiva” del concepto cuando propone denominar a esta etapa como un “pasaje obligado, atormentado, delicado, pero creativo”. [2]
A propósito de esta definición, es menester destacar la relevancia de la creatividad y sobre todo la importancia de las ganancias intelectuales que también se reflejan durante la película pero que ante lo que después va ocurriendo resulta un tanto opacado. Charlie es un gran escritor, poseedor de un gran talento para esta práctica que tanto le aporta, en lo emotivo y en lo relativo a lo catártico, al adolescente. No todo es revolución, mutación, duelo, crisis, sino que en esta “etapa” también se desarrollan una serie de cualidades y capacidades bien salutíferas.
En la preparatoria para la Universidad, Charlie conoce a dos personas que serán fundamentales para su realización personal y para su desenvolvimiento vital. Así será su vida a partir del vínculo con estas dos personas: Sam y Patrick; con todo lo que implica lo vital, con miedos, con ciertos logros, con vicisitudes, con experimentación. Sam y Patrick son hermanastros y lo llevarán a Charlie a conocer lo más profundo, lo más superficial y también lo más revuelto de la vida. A partir de esta conexión, por momentos verdaderamente triangular, y a veces más bien reticular (hay personajes secundarios que tendrán sus historias con cada uno de los protagonistas) Charlie conocerá un nuevo mundo que es en verdad, el mundo en ese lugar en particular, en esa época. Empieza a experimentar con situaciones reales, concretas, con las drogas y sus efectos, con su sexualidad, con lo accidental, con lo constitutivo y con lo revolucionario de esta, con lo que tiene que ver con las amistades tan leales y tan traicioneras del adolescente. Charlie se dejará llevar por lo que siente, sin ataduras, sin tantas amarras, e irá, poco a poco, “duelando” a su propio niño y en algún punto (aunque no sea un tema central en la película) también atravesará, seguramente, el duelo de sus padres idealizados.
Sam y Patrick lo invitan a experimentar entonces, con lo pulsional, con su propio Ello, lo invitan a rebajar su Superyó, y a forjar un Yo que hasta el momento estaba encerrado en sí mismo y que ahora deberá reconstruirse junto a un pasado difícil y a un futuro prometedor pero aún muy incierto. Será su identidad, será su historia y sus propias vivencias las que se forjarán en la reconstrucción de su vida. Mientras tanto, sus experiencias serán llevadas al límite.
La vida infantil de Charlie no fue fácil. Estos primeros años son representados en la película a partir de flashbacks y no es casual- o al menos para este análisis - no resulta azaroso que así sea el formato en el cual se introduce aquello infantil del protagonista. La resignificación, más específicamente, para el psicoanálisis, es uno de los conceptos base. Es en la resignificación donde también se apoya tanto el mecanismo como la etiología de los síntomas. Tanto lo accidental como lo meramente pulsional se le presentan en un “hoy” al protagonista y amenazan con la inhibición de su desarrollo. Es probable que en estas escenas regresivas el director haya querido hacer hincapié en algo ya que el resto de la película posee tiempos lineales, cronológicos. Y es evidente que ese algo tiene que ver con lo que se discierne –o mejor dicho, se termina de entender– recién hacia el final de la película. Es en esta última instancia cuando se comprende que una vivencia pasiva de su infancia logró traumar a Charlie al punto tal de que le era prácticamente imposible llevar a cabo su primera relación sexual sin tener que enfrentarse con imágenes, pesadillas y representaciones de aquel terrible episodio. Su tía, ya fallecida, había abusado de él y su mejor amigo se había suicidado. Charlie experimenta para ese momento una crisis depresiva grave. Pronto re reincorpora a la vida pre universitaria, pero las heridas de aquella etapa seguirán abiertas por quien sabe cuánto tiempo más. La cuestión es que en el momento en el que Charlie comienza a interactuar por sus nuevos amigos, que lo incluyen, que se encariñan y que más allá de todo, desean que Charlie sea una persona más feliz.
Es preciso, ahora, detenerse en este punto. Para varios autores, sino la mayoría, que tratan el tema de la adolescencia, el rol que tienen determinadas personas que por lo general no pertenecen al núcleo familiar, son determinantes en el desarrollo de este pasaje. Doltó propone llamar figuras de relevo a las personas que serían modelos nuevos con los cuales identificarse y que ayudan al sujeto a participar y a evolucionar “mezclándose con grupos constituidos que, para él, tendrán momentáneamente un papel de sostén familiar”. [3]
En una de las fiestas organizadas por el nuevo grupo “rebelde”, le dan a probar a Charlie un brownie preparado con marihuana. Ahora el protagonista se encuentra bajo los efectos de esta droga. Se relaja, su discurso se vuelve por momentos incoherente, se divierte, se confunde. Varias horas después, hacia el final de la fiesta, su amiga Sam (que para este entonces ya comienza a significar mucho más que una amistad para Charlie) le prepara una malteada y Charlie le comenta “Una gran palabra. Malteada. Como cuando dices tu nombre una y otra vez frente al espejo y después de un rato suena raro”. Inmediatamente después, sube las escaleras de la casa en la que se estaba haciendo la fiesta y pasa por al lado de un espejo; allí se frena unos pocos segundos, “se mira a los ojos”, y dice “Charlie”. Se aleja, y agrega “Raro”.
Salvando las distancias y también el hecho de que hace no muchas horas atrás Charlie se encontraba bajo el efecto de la marihuana, es importante detenerse por un momento en esta escena. Charlie pudo haber dicho cualquier cosa, puso haberse reído, llorado, pudo haberse quedado más tiempo inclusive en frente del espejo o haber experimentado alguna otra sensación además de lo que ya le había contado a Sam- que sería raro escuchar su nombre mirándose al espejo-. Pero fueron apenas unos segundos los que se frenó allí y las únicas palabras exclamadas fueron “Charlie” y “Raro”. Claro está que estaba corroborando lo que le había dicho a Sam, pero lo importante en esta instancia es que tal vez también se resuman, al menos en lo literal, las nuevas sensaciones del protagonista.
Charlie no parece estar a gusto ni conforme con lo que ve en el espejo (con su imagen) y esto es una sensación bien típica del adolescente. “La teoría del espejo en el adolescente, lo que me hizo ir al adolescente fue el tema del júbilo. La alegría, el triunfo. En el adolescente no hay esa emoción. Primero, cuando se mira en el espejo está solo, no está acompañado (…) y tendríamos la confrontación entre lo real del cuerpo del adolescente, la imagen del cuerpo que le viene, que nunca es una imagen global”. [4]
Es que la fragmentación es casi inevitable, no solo en el aparato psíquico en sí mismo, en lo que refiere a las tres instancias psíquicas propuestas por Freud, sino también la fragmentación y mutación referida a los registros de lo real, de lo simbólico y de lo imaginario lacanianos que en lo concreto se ven intensamente afectados durante este pasaje.
Charlie se enamora de Sam y Sam en algún punto, le corresponde. En este amor, que a medida que pasa la película, va creciendo cada vez más –por más que ambos estén de novios con otros personajes – confluyen ambas corrientes tierna y sensual que en la pubertad comienzan a confluir. “La normalidad de la vida sexual es garantizada únicamente por la exacta coincidencia de las dos corrientes dirigidas al objeto y a la meta sexuales: la tierna y la sensual”. [5] En este sentido es que Charlie ama y desea, a la vez, a Sam. Amor y deseo podrán ahora confluir.
“En Metamorfosis de la pubertad plantea Freud que la normalidad de la vida sexuales garantizada únicamente por la exacta coincidencia de las dos corrientes dirigidas al objeto y a la meta sexual: la tierna y la sensual. El encuentro de las dos corrientes de la pulsión en el (nuevo) objeto y con la (nueva) meta (penetrar/ser penetrada) de la pulsión en la pubertad, es como la perforación de un túnel desde sus dos extremos: perfecta coincidencia. Nos introducimos en algunas de las problemáticas que se plantea Freud relativas a las corrientes de la pulsión, sus proveniencias y articulaciones.” [6]
Ahora bien, la relación entre ellos, entre los protagonistas, la relación sexual en sí no tiene lugar en la película, no llega a concretarse. Pero sí es relevante en la temática en general e inclusive en la historia. Es en el momento en el que aparentemente ellos dos van a tener su primera relación sexual, en el que se le presenta a Charlie la imagen de su tía, una imagen perturbadora, que da todos los indicios de lo que le había ocurrido a Charlie en la infancia (aquella vivencia sexual pasiva que tanto tuvo que ver con su posterior depresión). Pero más allá de esto que es, sin lugar a dudas, un hecho fundamental, Charlie se siente también a gusto en ese momento, con Sam. Claro está que las contradicciones en este período son bien intensas. El deseo y el amor están presentes, a la par, simultáneamente. Pero también está el miedo, el malestar. “La época difícil es el momento de la preparación de la primera experiencia amorosa. El joven siente que hay en ella un riesgo, lo desea y lo teme al mismo tiempo”. [7]
En lo real, en la iniciación sexual, se le teme demasiado a ese momento, ya que implicaría también, una muerte simbólica de la infancia. Teniendo en cuenta que la infancia del protagonista de la película no fue para nada llevadera sino, por lo contrario, verdaderamente traumática, es doblemente difícil, para él, adaptarse con decisión y fluidez a este hito tan importante en la vida de cualquier persona. Con respecto al vínculo generado y gestado por estos dos protagonistas, vale destacar la elección que hace Charlie. Una elección más libre que las anteriores. Una elección que no implica directamente lo narcisista o aquello apuntalado. Una elección diferente. Porque elige a una persona diferente, no solo del núcleo extra familiar, sino también, distinta a él. Este hallazgo exogámico, hace a una distinción entre su propio yo y otro, que a esta altura, es justamente un otro. “Pero la elección de objeto en pleno sentido, implica, sino una renuncia al autoerotismo y al narcisismo, como a la elección (infantil) de objeto, sí a sus transformaciones y puestas en juego en una relación de vincularidad. Se trata también además de encontrar el máximo de placer en el orgasmo, de algo en relación al placer del partenaire. También generar placer en el otro. Este es un sentido del hecho que la pulsión deja de ser egoísta y se vuelve por decir así altruista. La alteridad se está constituyendo junto con el erotismo”. [8]
El desenlace de la película se desarrolla en torno al protagonista. Luego del primer acercamiento a Sam y de la resignificación y actualización de los hechos de su infancia, Charlie se vuelve a su casa y llama a su hermana. En esa conversación él se declara como responsable de la muerte de su tía. La culpa en este sentido, no solo es porque la tía había muerto en el día del cumpleaños de Charlie llevándole un regalo, sino también por el sentimiento de culpa que sufre por haber sido abusado por ella. La hermana de Charlie se preocupa ante tal declaración y llama a la policía creyendo que Charlie querría suicidarse. Seguidamente Charlie es internado en un neuropsiquiátrico. Allí le cuenta a la médica del episodio de abuso y la doctora se los comunica a los padres. En la última escena se lo ve al protagonista junto con Sam y Patrick. Los tres pasan con el auto debajo de un túnel, el mismo túnel que se ve en la primera escena. Ahora es Charlie, no Sam, e que se pone de pie y siente el viento y la adrenalina en la totalidad de su cuerpo.
Son muchas las conclusiones que pueden extraerse de las temáticas abordadas en la película y en relación a las teorizaciones de la adolescencia. Desde las más intensas contradicciones, los más fuertes contrastes, los amenazantes miedos y las numerosas y diversas experiencias, hasta lo más creativo e innovador de la adolescencia. “Se requieren estaciones de recambio, de su identidad infantil, de des-orden del cuerpo, de objeto familiar, de reposición generacional. Entre reedición y repetición, Grassi ubica como sustancial para esa transformación a la urgencia de transformar y crear.” [9] La sensibilidad y el intelecto del protagonista, su historia –la sinceridad para contarla–, y su gigantesco crecimiento, se reflejan en cada una de las palabras que utiliza para escribir sus cartas. La cuestión es que Charlie termina creciendo. La mayor conquista es su libertad. Esa libertad es la que le permite tener amigos nuevos, crear nuevos lazos, experimentar sin excederse demasiado. Es la misma libertad que le permite animarse, equivocarse, y elegir. Charlie acepta a su nuevo yo que fue forjando. Charlie se decidió a hurgar en su identidad y se encuentra aceptando a un yo que creció, que seguirá creciendo, a un yo recreado y prácticamente renovado que ahora sabe que es capaz de elegir, lo que sea, para sentirse mejor.
Bibliografía
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Córdova, N.: “La primavera del significante”. Entre niños, adolescentes y funciones parentales. Parte I: El entretiempo adolescente. Ed, Entreideas. 2010.
Dolto, F. Cap. I: “El concepto de adolescencia. Puntos de referencia, puntos de ruptura”. La causa de los adolescentes. Ed.: Sexbarral. 1993.
Entrevista a J. D. Nasio realizada por Adrián Grassi "El estadio del espejo en el niño y en el adolescente" Revista Actualidad Psicológica. N° 411 de septiembre de 2012. Pag. 2-7.
Freud, S. “Las metamorfosis de la pubertad”. Tres ensayos de teoría sexual. T II Amorrortu, Bs, As. 1976.
Grassi, A. “Adolescencia: reorganización y nuevos modelos de subjetividad”. Entre niños, adolescentes y funciones parentales. Parte I: El entretiempo adolescente. Ed: Entreideas, 2010.
Grassi, A.: “Metamorfosis de la pubertad: el hallazgo (?) de objeto”. Entre niños, adolescentes y funciones parentales. Parte I: El entretiempo adolescente. Ed, Entreideas, 2010.
Grassi. A.: Identidad sexual, identidad de género y derechos de niños/as-adolescentes.Ficha. 2014.
Grassi. A: “El objeto de estudio de la Psicología” El pensamiento de lo complejo (ficha cátedra) 2008.
Guía para la lectura de “Tres ensayos” (ficha cátedra). 2007.
Hallazgo de objeto Grassi, A.: “Sobre los intereses (libidinales) de los jóvenes y la subjetividad en devenir”. Homenaje a S. Bleichmar. Rev, Generaciones N1, 2012.
Lo originario y la imagen inconsciente del cuerpo Grassi, A.: “Lo originario. Un aporte a la conceptualización de integración psicosomática y subjetividad”. Entre niños, adolescentes y funciones parentales. Ed, Entreideas, 2010.
Mesa redonda: Diálogos sobre Adolescencia Rev. Generaciones N°2
Metamorfosis de la pubertad Freud, S.: “Las Metamorfosis de la pubertad”. Tres ensayos para una teoría sexual. Ed, Amorrortu.TII, 1976.
Nasio, D. Cómo actuar con un adolescente difícil. Pág. 15 a 20. Bs. As. Ed. Paidós 2011.
Nasio, D.: “Mi cuerpo y sus imágenes”. Pág. 11-13. 17-20 Ed, Paidós, 2012.
Niñez y adolescencia. Nuevos Grassi, A.: “Niñez y adolescencia, paradigmas y sus nombres. Nuevos paradigmas, sus nombres y escritura”. Entre niños, adolescentes y funciones parentales. Parte I: El entretiempo adolescente. Ed, Entreideas, 2010.
Waserman, M Cap.1 “Condenado a explorar”. Condenados a explorar. Buenos Aires: Noveduc. 2011.
Waserman, M. Cap. 3 “El hallazgo de objeto”. Condenados a explorar. Buenos Aires: Noveduc 2011.
NOTAS
[1] Nasio, Sección Mesa Redonda sobre adolescencia realizada en el IV Congreso Internacional de Investigadores y Práctica Profesional de la Facultad de Psicología, UBA, 29 de noviembre de 2012, Revista Generaciones N°2, Ed. Eudeba 2013(pág. 166).
[2] Nasio, Cómo actuar con un adolescente difícil, Ed. Paidós 2011 (pág. 15)
[3] Doltó, F. Cap I: El concepto de adolescencia. Puntos de Referencia, puntos de ruptura. La causa de los adolescentes. Ed. Sexbarral 1993 (pág. 19)
[4] Nasio, Sección Mesa Redonda sobre adolescencia realizada en el IV Congreso Internacional de Investigadores y Práctica Profesional de la Facultad de Psicología, UBA, 29 de noviembre de 2012, Revista Generaciones N°2, Ed. Eudeba 2013(pág. 166).
[5] Freud, Obras completas, Tres Ensayos de una teoría sexual, capítulo III Las Metamorfosis de la Pubertad, Ed. Amorrortu, tomo VII (pág. 189).
[6] Guía para la lectura de “Tres ensayos” (ficha cátedra).2007, Capítulo3 (pág. 10)
[7] Doltó, F. Cap I: El concepto de adolescencia. Puntos de Referencia, puntos de ruptura. La causa de los adolescentes. Ed. Sexbarral 1993 (pág. 16)
[8] Guía para la lectura de “Tres ensayos” (ficha cátedra).2007, Capítulo3 (pág. 13)
[9] Córdova, Adolescencia: confluencia del bifasismo sexual en el entretiempo de la sexuación (pág 4)
Película:Las ventajas de ser invisible
Titulo Original:The Perks of Being a Wallflower
Director: Stephen Chbosky
Año: 2012
Pais: Estados Unidos
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