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En el origen, soñados

por Schejtman, Catalina Inés

Universidad de Buenos Aires

Resumen:

Se propone un análisis de "Inception" de Christopher Nolan y "Las Ruinas Circulares" de Borges, mostrando cómo ambas obras exploran la creación de vida y relaciones parentales a través del sueño. Se destaca la importancia del derecho y el psicoanálisis en la filiación, que va más allá de lo biológico para incluir aspectos sociales y subjetivos necesarios para la transmisión. También se discuten los desafíos de las tecnologías de reproducción asistida, subrayando que la verdadera constitución subjetiva requiere tanto un marco legal y simbólico como una filiación de goce.

Palabras Clave: Filiación | Transmisión | Padre | Goce

In The Origin, Dreamed

Abstract:

An analysis of Christopher Nolan’s "Inception" and Borges’ "The Circular Ruins" is proposed, showing how both works explore the creation of life and parental relationships through dreams. The importance of law and psychoanalysis in filiation is highlighted, which goes beyond the biological to include social and subjective aspects necessary for transmission. The challenges of assisted reproductive technologies are also discussed, emphasizing that true subjective constitution requires both a legal and symbolic framework as well as a filiation of enjoyment (jouissance).

Keywords: Filiation | transmission | father | enjoyment

“And if he let off dreaming about you…” [1]
(Lewis Carrol, 1871)

Introducción

Inception o El Origen de Christopher Nolan (2010) introduce al espectador en dos contextos parentales. Por un lado, tenemos la historia del protagonista: Cobb, quien tiene dos hijos, James y Phillippa, a los cuales no puede ver debido a que se lo ha inculpado de un crimen y en el caso de retornar a su hogar, lo encontraría la policía y sería detenido. Por el otro, al comienzo del film al protagonista se le encomienda una labor que le permitiría volver a su casa. Para ello deberá implantar en Robert Fischer la idea de no continuar con el legado (la empresa) de su padre, Maurice Fischer, quien acaba de morir. De esta forma se nos da a conocer, vía el sueño, una segunda relación parental, la de Robert y Maurice.

Tomemos un nuevo escenario. Veamos entonces a otro padre, un tercero, a partir del cuento “Las Ruinas Circulares” de Borges. En este, un hombre llega a las ruinas de un antiguo templo circular. Tiene un solo objetivo: crear un ser humano a través del sueño e imponerlo a la realidad. Por noches sueña ese Adán rojo entraña por entraña: su cuerpo, sus arterias, su corazón y órganos principales; lo instruye durante dos años en cosmología y religión, y cuando lo creyó listo para nacer, le infundió el olvido total de sus años de aprendizaje. Al final del cuento de Borges se nos revela: Nadie es causa-sui [2]. Hasta el que se creía padre es hijo de un soñante.

Filiación: Hay que instituir lo vivo

Tanto el Derecho como el Psicoanálisis participan en el acto de “instituir lo vivo” mediante enfoques diferentes; en el ámbito del Derecho, el vínculo de filiación es establecido por las instituciones jurídicas. Este vínculo se basa en un principio político de organización, que une lo biológico, lo social y lo subjetivo a través de la genealogía, dado que es la ley la que asigna un padre a un hijo mediante una presunción legal. Según el Derecho Romano, no es suficiente con nacer; la vida debe ser instituida, y esto implica una normatividad que requiere un marco legal para garantizar la preservación de la especie. En el Psicoanálisis, “instituir lo vivo” se aborda a partir de las operaciones de subjetivación necesarias para que el viviente se humanice.

Encontramos dos familias en Inception, la formada por Cobb, su mujer y sus dos niños. Y la del joven Robert cuyos padre acaba de fallecer. La familia es el ámbito donde se desarrolla el ser hablante y desempeña un papel primordial en la transmisión de la cultura. Ese universo precede al sujeto, allí arriba con su nacimiento pero eso no basta, el nacimiento requiere de un acto de redoblamiento: ser inscripto en lo social (intermediación normativa a la vez que instrumental). Dicha inscripción encuentra su garantía en la intermediación de las instituciones jurídicas e introduce al recién llegado en una cadena generacional sustrayéndolo del anonimato de la especie, nombrándolo como hijo de y de. Cobb ha nombrado a sus hijos James y Phillippa; Maurice, nombra a su hijo Robert Fischer, haciéndolo heredero de su legado familiar. Cuando Cobb se da cuenta que los niños que ve en sueños son meras sombras de sus verdaderos hijos es que recupera su lugar de padre, en acto, y sostiene a sus hijos como tales y no como objetos gadgets. Al igual que Fischer recupera su lugar de hijo frente a las palabras que escucha de su padre, en su lecho de muerte, quien lo impulsa a seguir su propio camino y poder elegir el rumbo de su vida [3].

El recién nacido requerirá de las funciones materna y paterna para sobrevivir y, para formarse subjetivamente, se identificará con sus padres, de quienes recibirá una marca simbólica, un trazo identificatorio que le dará ser. Este proceso incluye ser nombrado, una inscripción que abarca la etimología del apellido y la historia familiar, ya que uno se nombra tal como fue nombrado, situándose así en relación con cada uno de los progenitores, quienes lo han integrado en el orden de las generaciones (Lo Giúdice & Olivares, 2006). Ya lo anticipaba Lacan, articulando las contingencias con las determinaciones que hacen el destino de los hablantes, y es retomado en Inception en su mecanismo base [4], los seres de la palabra somos hablados por nuestros progenitores: “creemos que decimos lo que queremos pero es lo que han querido los otros (...) Somos hablados y, debido a esto, hacemos de las casualidades que nos empujan algo tramado.” (Lacan, 1975).

La filiación es un concepto que “anuda lo biológico, lo social y lo subjetivo, posibilitando así instituir la vida en un entramado legal que garantiza la conservación de la especie, la filiación permitirá así el montaje de la cadena humana” [5]. De este modo, no basta con producir la carne se trata de instituir la vida. Jorge Degano, por su parte, propone que “la función del padre es instituir la vida” [6].

Entonces, ¿cómo se inscribe el campo de lo humano cuando es obvio que no basta con parirlo? Partamos de considerar cómo se humaniza la carne que nace, cómo se instituye un sujeto (Fariña & Gutiérrez, 2000) y cómo esto acontece en el ámbito de la…

…Constitución subjetiva, el padre significante

Ya en la Biblia se encuentran coordenadas de una primer operación constitutiva: En el principio era el verbo. Armar una familia, como nos indica Nolan (2010) es compartir un virus: el virus lenguajero. La familia tiene a su cargo la transmisión de una constitución subjetiva que implica la relación con un deseo que no sea anónimo. Podría decirse que es la lengua –que no por nada se llama materna– la que trastorna la naturalidad del organismo a partir de aquellos primeros cuidados.

Esos padres que nos tocaron en suerte tienen por función la transmisión de aquello que garantice que la cría humana sea parlante, y tenga un mínimo de ubicación en un sistema de intercambios. Indart (1991) ubica en este punto el encuentro con algo real, que no se mueve ni se modifica, a pesar de las variaciones contingentes aportadas por la subjetividad de cada época. En la familia, se trata de la transmisión y el mantenimiento de un núcleo social distintivo y no anónimo, donde se donan y se apropian marcas que, al mismo tiempo que contribuyen a la formación del sujeto como ser humano, determinan algunos de sus caminos posibles y limitan la potencialidad de otros. ¿Qué constituye este núcleo? Es un núcleo real e irreductible, no anónimo y singularizado, definido como aquello que, lógicamente, no puede faltar: se refiere a la constitución del sujeto en el ámbito del deseo del Otro, proporcionando el lugar donde un niño puede alojarse, acogiendo al recién nacido en el calor de un deseo no anónimo y singular (Kletnicki, 2006).

En el principio, la alienación

Lacan recorta las operaciones de alienación-separación como constitutivas del sujeto, a partir de las cuales propone formular la causación del sujeto. La alienación es la inscripción del sujeto en el lugar de Otro. El sujeto se funda en esa elección forzada que escribe la alienación. Señala la prioridad original del significante sobre el sujeto, no hay alienación más que al significante.

El sujeto no puede pensarse ni autoengendrado ni siendo idéntico a otro; pues, al nacer, sostenido por el deseo de los padres, subjetivarse será producirse como sujeto nuevo. Y es que la identidad, la identidad como derecho humano, que hace a la humanidad, supone la inscripción del hablante en un sistema de transmisión, ser inscripto por los padres en el sistema de parentesco reconociendo la igualdad y la diferencia (Powerpoint Clase Derecho a la Identidad, Domínguez). “El sujeto, desterrado de la naturaleza por la palabra que proviene del Otro, se aloja en las marcas de ese Otro como asilo necesario. La separación del Otro sólo es posible a partir de esa alienación como operación necesaria” (Fariña & Gutiérrez, 2000, p. 5)

La separación sólo puede pensarse como segunda. La separación no apunta a los significantes del Otro, aquellos que marcaron al sujeto fijándolo, sino al intervalo que se produce entre ellos lo que conduce –más allá del discurso efectivamente emitido por el Otro– a que el sujeto se pregunte por qué desea el Otro. Así la referencia no es el discurso del Otro sino su deseo. Implica, justamente un ¿puedo faltarle al Otro?, ¿qué soy para el Otro? Lewkowicz (2002) nos indica: “ese deseo es el único origen”.

La transmisión de la falla

Si el cuerpo es fruto de un linaje, lo es justamente porque transmite el malentendido; por la intromisión del significante el cuerpo hace su aparición en lo real como malentendido y eso es el principio de familia o el principio de una familia. “Dar el matema de la reproducción, dar la fórmula significante” [7]. ¿De qué matema habla Miller? ¿Cuál es ese real al que podemos decir, refiere Indart? Domínguez (2014) bien lo aísla: La castración. Lo encontramos en el piso superior izquierdo del grafo del deseo: S (A/).

Kletnicki nos advierte, eso no puede faltar, el significante debe operar sobre el cuerpo para que aquél sea un humano, y en la actualidad con el avance de la tecnología podemos ver como algunas “creaciones” han ido alterando este núcleo, y eso conlleva consecuencias, asistimos a una lógica más propia de la ciencia ficción. Allí el lenguaje que toca ese cuerpo es el de la biología, un lenguaje inequívoco, no es lalengua (pues lalengua agujerea el cuerpo con su sinsentido): “se recorta allí un intento de borrar el malentendido, al fin de cuentas de forcluir al sujeto.”(Domínguez, 2014). Ese malentendido que, en el mejor de los casos, todos compartimos marca la carne. Es el cuerpo como acontecimiento de un decir. Marcas iniciales que constituyen al parlétre. Será la función del padre, el padre de la ley –que la encarna pero que también está afectado por ella– quien pueda transmitirla [8]. La reproducción es un acto de transmisión generacional que esencialmente transmite el límite a la omnipotencia. Si la castración afecta al hijo “¿no le hace acceder también por el camino adecuado a lo que constituye la función del padre? ¿No se indica así que es de padre a hijo cómo se transmite la castración? Esa castración separa al sujeto al tiempo que lo divide fundándolo como deseante” (Fariña & Gutiérrez, 2002).

¿Nuevas a-filiaciones?

Armando Kletnicki releva la importancia en la actualidad de analizar la influencia del uso de las nuevas tecnologías en reproducción humana asistida (TRHA) en torno a la humanización de esa carne en nuevas modalidades filiatorias. Su desarrollo nos habilita a extrapolarlo a otros escenarios –distópicos o míticos– en los que lo que se pone en jaque es la conceptualización del sujeto a partir de la intervención científica. Nos referimos ya no a la transformación de lo simbólico, plausible de ser leído en el despliegue de nuevas modalidades de organizaciones familiares, sino a la afectación del núcleo real, a fin de leer allí si el producto en cuestión es un sujeto humano [9].

Vemos en el ejemplo creacionista de Borges un intento por nombrar a esa producción, y ya en el nivel del significante el soñante se encuentra con una dificultad: No logra encontrar palabras, letras, que puedan decir de ese ser, lo intenta, usa subrogados pero ni el tetragrámaton sirve: hay lo impronunciable. Como el golem, esa creación es un mudo cuerpo sin nombre. Se trata del origen de la vida, Gutiérrez (2000) nos indica que “convocar un hijo a la vida implica la articulación de un nombre”. Se transgrede ese núcleo real, y con él, la propia definición de especie humana.

Debemos aclarar, de todas formas, que para crear un sujeto tampoco alcanza con un nombre.

¿Y la pulsión? Sígase a Mary Shelly

Hemos dicho que el otro de los primeros cuidados acoge al niño, y en eso, lo traumatiza (trahumaniza). La constitución subjetiva no es solo por la vía del significante sino también la del objeto: objeto a. En suma, no alcanza con el padre significante, es decir con la filiación simbólica, sino también hay una filiación de goce, pulsional, perversa (señala Lacan en el Seminario 22 indicando lo que del goce del padre hace père-version). Se requiere un material de otro orden que permita que un hombre sea algo más que un sueño: o bien un agujero (lo hemos dicho), o bien un objeto pulsional. La electricidad que despierta al Frankenstein de Shelly es un quantum, energía. No alcanza con las costuras significantes, hay un nivel que es pulsional. Lacan, en su Seminario 23 indica que el nombre propio es otra designación que la provista por el nombre del padre, una designación que permite designar lo vivo del sujeto, un nombre de goce.

Lacan (1975) en el Seminario 22 nos indica que se funda el padre a partir de la mujer (¡lo que queda precisamente ilustrado por Cobb!), no de la madre: “Alcanza con que haya uno que haga de una mujer su causa, el objeto a que cause su deseo y que ella consienta a ello mientras se ocupa de otros objetos a, sus hijos.” La paternidad biológica o legal no basta para constituir la función del padre, tampoco alcanza únicamente el padre significante, debe haber la perversión paterna, es en ese punto en el que les transmite a los hijos algo de su modo de goce: “Hace falta que un goce se inscriba en letras efectivas, en relación, si puedo decir, al cuerpo de los hijos”. [10] Pero ese goce debe ser medio-dicho: transmitido veladamente.

Queda expedito el recorrido realizado: de la metáfora paterna como significante, la castración y el deseo, a la transmisión de un goce medio dicho en esa père-version.

Se han analizado tres paternidades puestas en cuestión, tres padres que soñaron hijos. Ahora bien, ¿no somos todos soñados por alguien? En el mejor de los casos, puede hacerse algo con esos sueños para que no sea (NN) anónimos.

Referencias:

Borges, J.L. (1944) [1940]. Las ruinas circulares. En Ficciones. Bs. As. Sur. 1944.

Domínguez, M.E. (2014). El cuerpo hablante. En Aesthethika. Revista internacional de estudio e investigación sobre subjetividad, política y arte. Departamento de Ética, Política y Tecnología, Instituto de Investigaciones, Facultad de Psicología, Universidad De Buenos Aires. Volumen 10, N.º 1, julio 2014, 46-61

Freud, S. (1925). Algunas notas adicionales a la interpretación de los sueños en su conjunto. B. La responsabilidad moral por el contenido de los sueños. Vol. XIX. Buenos Aires: Amorrortu ediciones (1991)

Gutiérrez, C. (2000). Restitución del padre. En La encrucijada de la filiación. Tecnologías reproductivas y restitución de niños. Argentina, Buenos Aires: Lumen.

Gutiérrez, C. (2000). Saber creacionista y ficción fundadora. En Michel Fariña, J. J.; Gutiérrez, C. E. (2000). La encrucijada de la filiación. Tecnologías reproductivas y restitución de niños. Buenos Aires: Lumen/Humanitas.

Indart, Juan Carlos (1991): "La familia", texto correspondiente al "Ciclo de Conferencias y Debates El Psicoanálisis en el Siglo", editado por "El psicoanálisis en el Siglo", Córdoba, Argentina.

Kletnicki, A. (2000). Un deseo que no sea anónimo. Tecnologías reproductivas: transformación de lo simbólico y alteración del núcleo real. En La encrucijada de la filiación. Tecnologías reproductivas y restitución de niños, Lumen/Humanitas, Bs. As

Kletnicki Armando (2006). Tecnologías de reproducción asistida: ética y desarrollo científico. XIII Jornadas de Investigación y Segundo Encuentro de Investigadores en Psicología del Mercosur. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

Kletnicki, A. (2014). El embrión como objeto extracorpóreo. En Memorias del VI Congreso Facultad de Psicología 11/21 - 04/03/2024 Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología, XXI Jornadas de Investigación y Décimo Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires.

Lacan, Jacques: "Dos notas sobre el niño", en "Intervenciones y textos 2", Buenos Aires, Manantial, 1993.

Lacan, Jacques (1974-1975): El Seminario. Libro 22: “R.S.I.”. Clase del 21/01/75. Inédito.

Lewkowicz, I. (2002), El mito del amor familiar: contextos alterados de adopción. Versión electrónica.

Lo Giúdice, A. & Olivares, C. (2006). Identidad y responsabilidad. Las violaciones a los Derechos Humanos frente a los derechos a la verdad y e identidad. Tercer Coloquio Interdisciplinario de Abuelas de Plaza de Mayo, (pp. 93-103), Argentina, Buenos Aires: Abuelas de Plaza de Mayo.

Michel Fariña, Juan J. (1998) "Ética. Un horizonte en quiebra", Buenos Aires, Eudeba, 2002.

Michel Fariña, J.; Gutiérrez, C. (comp.): (2000) La encrucijada de la filiación. Tecnologías reproductivas y Restitución de niños. Editorial Lumen Humanitas. Buenos Aires.



NOTAS

[1Mise en abyme que Borges introduce como epígrafe en “Las ruinas circulares”, extraído del capítulo IV del segundo volumen de Alicia en el país de las Maravillas: “y si dejara de soñar contigo, ¿dónde crees que estarías?”

[2Lacan, J. (1962-63): El seminario. Libro 10: La angustia, Paidós, Buenos Aires, 2006.

[3Maurice termina en el sueño una frase que ha pronunciado antes de morir: “Estoy decepcionado… de que intentaras ser como yo”.

[4Mecanismo de la transmisión del significante por la que un sujeto se constituye como efecto de los dichos de la otredad en él. Podemos preguntarnos qué tan lejos está la inception de la función paterna, la inception marca el traumatismo (troutmatisme, trauma del agujero) de la función paterna.

[5Lo Giúdice, Alicia, "Derecho a la identidad", en Psicoanálisis, Restitución, Apropiación, Filiación, Abuelas de plaza de Mayo, Buenos Aires, 2005.

[6Degano, J. (2002). “Conferencia: Legalidad y subjetividad”. Universidad de Tucumán. Inédito.

[7Miller, J. A. (1993): “Cosas de familia en el inconsciente”. En Lapsus, Revista de Psicoanálisis N.º 3, Valencia, 1993.

[8El padre puede ser función de excepción si se pone en juego la dimensión incalculable del deseo del Otro en una transmisión, un ordenamiento por amor.

[9Los avances científico-tecnológicos intensifican una característica ya presente en el discurso médico: la producción de un borramiento subjetivo debido a la reducción del cuerpo a un mero objeto. A diferencia de tecnologías anteriores, estas nuevas intervenciones actúan directamente sobre el cuerpo humano, lo que resulta en una progresiva tecnologización de la vida, la sexualidad y el deseo.

[10El padre transmite veladamente a sus hijos el abordaje de su mujer como objeto-causa, su “père-versión”, no sin antes hacer funcionar la castración simbólica entre la madre y sus objetos a, que son sus hijos (Lacan [1974- 75], 21-01-75). Si la mujer consiente a ocupar eventualmente el lugar de objeto causa para su pareja, algo de su posición de madre y de su goce fálico con sus objetos a, encuentra un tope. Es decir que un sujeto puede encarnar para un otro el objeto causa del deseo. Y si llegara a producirse una pérdida de ese otro de quien uno ha sido su objeto causa, el duelo es el trabajo que viene procesar ese dolor. Según Lacan, este ser objeto causa es lo que se va a tramitar en el duelo.




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COMMENTS

Message from Candela   » 18 de agosto de 2024 » benitocandela628@gmail.com 

Teniendo en cuenta la frase del articulo "Alcanza con que haya uno que haga de una mujer su causa, el objeto a que cause su deseo y que ella consienta a ello mientras se ocupa de otros objetos a, sus hijos.” del seminario 22 de Lacan. Entendemos que ambas representaciones de la realidad tanto la real como la psiquica de Cobb representan una division subjetiva en tanto la representacion de Mal en los sueños (esposa de cobb). Para Freud, la realidad de fantasía, a la cual Freud llama realidad psíquica es la que cuenta para el neurótico. Puede ser una ficción pero es una ficción en la que el neurótico cree y le da todo el valor que tiene como realidad. En este sentido, la representacion de Mal en tanto realidad psiquica para Cobb nos indica como queda aferrada al deseo de querer quedarse en en esa realidad onirica. Que un Otro me demande como forma de taponear el deseo. Ella instaura la pregunta sobre el deseo del otro,
aparecen sueños como formaciones del inconsciente y la pregunta sobre el deseo del otro termina funcionando como motor de su propio deseo o como algo a ser velado, en este caso poder hacer el trabajo del duelo de su esposa y elegir una realidad en la que el pueda reencontrarse con sus hijos.
En cuanto a el hijo de Maurice Fischer podríamos decir que hay un punto de inflexión en relación al nombre del padre que se refleja en su apellido.
Esa posible salida familiar que se le presenta por medio de un mandato paterno supone en Robert (hijo) una posición como sujeto, dado que en todos los aspectos de la vida responde bajo este ideal paterno. La caida del padre en tanto portador de la ley es tambien una forma de no lograr imponer el límite simbólico de manera efectiva, lo que lleva a Robert a experimentar dificultades en la formación de su identidad. A partir del lecho de muerte del padre, encontramos para Robert una nueva salida, con nuevas producciones que tienen que ver con la aparición de su deseo y por ende, con una posicion subjetiva.



Película:El origen

Título Original:Inception

Director: Christopher Nolan

Año: 2010

País: Estados Unidos

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