"En la escala de lo cósmico sólo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero."
Pierre Teilhard de Chardin
En 1954, unos años antes de que tuviera comienzo la carrera espacial [1], el Dr. Seuss escribía: Horton hears a who [Horton escucha a alguien].En el 2008, los directores Jimmy Hayward y Steve Martino se propusieron llevar al cine la historia, que se tradujo al castellano como Horton y el mundo de los Quién.
El libro infantil del Dr. Seuss, seudónimo utilizado por el escritor Theodor Seuss Geisel, al igual que el film, presenta a un elefante simpático y bonachón llamado Horton quien escucha un distante llamado de auxilio que viene de una pequeña mota de polvo que flota en el aire. Esa partícula contiene a toda una ciudad llamada Who-ville, habitada por los microscópicos Whos, liderados por el Alcalde. Horton, gracias a sus enormes orejas, escucha el llamado de auxilio y acude en su ayuda, colocando la partícula en un “panadero”.
¿Quién no dudaría de la cordura de alguien que dijera que escucha “voces” provenientes de una partícula? ¿Quién podría creer que “quiénes” habitan la partícula y le hablan? Sin embargo, lo que aquí nos interesa, como excusa para reflexionar, no es la insania del paquidermo sino la insensata certeza de la mamá canguro.
La mamá canguro sostiene la tesis empirista “sólo podemos conocer lo que percibimos”. Ella es defensora de este principio. En su reduccionismo no hay lugar para otro mundo más allá de lo percibido. La tesis berkeliana aparece así reeditada en el mundo animal. El obispo Berkeley sostenía “ser es ser percibido” fundando con ello el empirismo inmaterialista del siglo XVIII. Sin embargo, Horton ha hablado con un habitante del mundo de la partícula y asegura su existencia. El alcalde de Who-ville y Horton establecen una comunicación que le da al alcalde información sobre su mundo. Éste recurre al saber científico para plantear el problema “y… ¿Si nuestro mundo fuera una pequeña partícula flotando en el espacio?”
Pregunta que se han hecho prestigiosos hombres de ciencia sobre nuestro mundo. En la historia de la ciencia tiene un papel destacado la figura de Giordano Bruno quien concebía al universo como un espacio infinito y en expansión. Bruno escuchaba la voz de la naturaleza y criticaba a los defensores del dogmatismo aristotélico y como Horton se encontró con la persecución e incomprensión de su tiempo [2]. El libro del Dr. Seuss, no sólo nos habla de lo poco que sabemos sobre las fronteras del universo cósmico sino sobre algo propiamente humano, las restricciones que recaen sobre nuestros propios mundos interiores.
El reducido universo de la mamá canguro, por ejemplo, no se conforma con su afirmación, sino que avanza sobre las creencias ajenas. Ella no sólo no acepta que Horton crea en la existencia del otro mundo sino que lo considera una amenaza. Su propio universo restringido es el único verdadero, esta es la posición del dogmatismo particularista que niega la ampliación de las fronteras de su propio universo. La prédica de Horton sobre los seres de otro mundo que habitan una partícula ha florecido en la imaginación de los niños del lugar. Todos creen tener un mundo en los coloridos panaderos de la pradera y se imaginan cómo es este mundo fantástico. La mamá canguro está decidida a todo con tal de preservar a su hijo de la dañina influencia de la imaginación. Las ideas de Horton representan según ella cree "un peligro para la comunidad". La canguro es una madre que “sabe” lo que le conviene a su hijo y que lo sobreprotege, a punto tal, que su tamaño es el doble de su bolsa, pero ella sigue cargándolo.
La aceptación de lo diferente le resulta insoportable y por ello decide acabar con la partícula. Contrata un conocido matón de la selva, el buitre Vlad, para que encuentre a Horton y destruya la partícula. La cacería de brujas ha comenzado.
El verdadero desafío que enfrentamos los seres humanos no es la disminución de la ignorancia sino la lucha contra el afianzamiento de las más inconmovibles certezas. El problema que enfrenta la ciencia, no es la pluralidad de respuestas sino la repetición incesante de una única letanía. Sólo un sistema de pensamiento abierto puede albergar lo humano. Solo la gran capacidad que tiene Horton para escuchar e imaginar puede ser la casa de las infinitas voces de los quiénes sin voz.
NOTAS
[1] En 1957 se lanzó el primer satélite ruso, el Sputnik 1 y el mismo año la perra Laika abordó el Sputnik 2, dando comienzo a la carrera espacial.
[2] Giordano Bruno fue juzgado y condenado a la hoguera por la Inquisición en el año 1600.
Película:Horton Hears a Who!
Titulo Original:Horton Hears a Who!
Director: Jimmy Hayward, Steve Martino
Año: 2008
Pais: Estados Unidos
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