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Trauma en 35 mm. Resignificación de la propia historia a través del cine

por Rispoli, Claudia

Facultad de Psicología. Universidad de Buenos Aires

Resumen:

El presente trabajo se realiza en el marco de la Práctica de Investigación de “Cine y Subjetividad: El método clínico analítico de lectura de films y series televisivas”, a cargo del profesor Juan Jorge Michel Fariña, correspondiente a la Licenciatura en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. El tema a desarrollar en este escrito es: el trauma y su tramitación a través del séptimo arte. Se explora cómo el cine desde su identidad artística puede devenir herramienta terapéutica para la sublimación de lo traumático. Esta temática se aborda a partir del análisis del filme “Honey boy” (Alma Har’el, 2019), basada en un guion autorreferencial de Shia LaBeouf que narra la relación tortuosa con su padre en la adolescencia y las secuelas que dejó en su paso a la adultez. Dicha obra está representada por el propio LaBeouf quien interpreta a su progenitor, el hombre que dejó una huella traumática en su vida real.

Palabras Clave: trauma | sublimación | escritura | cineterapia

Trauma in 35 mm. Resignification of One’s Own History Through Film

Abstract:

The present work is carried out within the framework of the Research Practice "Cinema and Subjectivity: The analytical clinical method of reading films and television series", in charge of Professor Juan Jorge Michel Fariña, corresponding to the Bachelor’s Degree in Psychology at the University of Buenos Aires. The topic to be developed in this paper is: trauma and its processing through the seventh art. It explores how cinema, from its artistic identity, can become a therapeutic tool for the sublimation of the traumatic. This thematic is approached from the analysis of the film "Honey boy" (Alma Har’el, 2019), based on a self-referential script by Shia LaBeouf that narrates the tortuous relationship with his father in adolescence and the sequels left in his passage to adulthood. LaBeouf himself plays his father, the man who left a traumatic mark on his real life.

Keywords: trauma | sublimation | writing | filmtherapy

Introducción

“La vida se vive hacia adelante, pero sólo se comprende mirándola hacia atrás.”
Søren Kierkegaard

El filme comienza con una puesta en abismo cinematográfico, un recorte de la película “Transformers” (Michael Bay, 2007), donde el guionista y protagonista de Honey Boy también fue participe. De esta manera nos adentra en la vida de Otis, un actor controvertido que está inmerso en el mundo del cine involucrándose en redadas policiales por abuso de sustancias. Es la última detención la que lo obliga a quedar internado en una clínica de rehabilitación, con la amenaza de ir a prisión por cuatro años en el caso que decida escaparse. En la entrevista de admisión la psicóloga que acompañará su proceso terapéutico, observa varios síntomas de trastorno de estrés post traumático (TEPT), es por eso que propone que uno de los primeros asuntos a trabajar sea su alta irritabilidad, ansiedad y su comportamiento autodestructivo. En este tránsito en la institución, esta profesional de la salud mental lo motiva a escribir su historia como parte de su tratamiento y así evitar los recordatorios del trauma que se le disparan sin control. Según su mirada profesional, son los desencadenantes de que sus niveles de angustia sean inmanejables y se traduzcan en violencia. En ese recorrido de historización, Otis emprende un camino doloroso de transformación personal y resiliencia logrando hacer las paces con su pasado. En ese viaje interior se conecta con el muchachito de doce años que fue, cargando sobre sus hombros un linaje de alcoholismo, agresión y desamparo. Su propio padre es quien de alguna manera lo obliga a hacerse adulto sometiéndolo al trabajo infantil en la industria del cine y la televisión. De la mano de este papá mánager, que no puede ser sostén, el abandono, abuso y la desprotección son el contexto donde crece este púber. Como una profecía autocumplida de la indefensión aprendida, lucha contra las drogas al convertirse en adulto, con la intención de no parecerse a su padre y enderezar su vida lejos del consumo y la violencia.

Planteamiento del tema de investigación

“El cine puede crear la apariencia externa de sentimientos internos y estados mentales. Puede dar forma visible a lo invisible." Béla Balázs

El cine posibilita un pasaje de lo real a lo simbólico a través del imaginario de las imágenes en movimiento (Laso, E., y Michel Fariña, J., 2019). Poniendo esta frase en transparencia son varias las preguntas que orientan este trabajo y que convergen en la búsqueda de las respuestas a las que pretendemos llegar: ¿Cómo incide la escritura en la tramitación del trauma? ¿De qué manera la sublimación mediante el cine podría resignificar una historia traumática? ¿Cuál es el aporte que realiza el film “Honey Boy” a la psicología? Por otro lado se dejará abierta la inquietud para futuras investigaciones del concepto de "trauma acting out" o actuación del trauma en el cine de ficción, como una poderosa forma de explorar y comprender las profundidades de la vida intrapersonal.

Marco Teórico

El marco teórico tiene bases en la corriente psicoanalítica, se apoya en autores tales como Freud y Lacan, y autores como Gabor Maté, Moty Benyakar y Boris Cyrulnik que realizan un abordaje con miradas psicodinámicas actuales. Se busca indagar acerca de cómo los hechos traumáticos de la infancia pueden ser procesados mediante un dispositivo artístico y cómo la potencia del cine como ficción, en su maridaje: escritura y actuación, puede ser un puente para la resignificación de las historias autobiográficas.

En el desarrollo de la investigación utilizaremos una estructura circular comparativa, movida por el principio de contradicción del método de análisis dialéctico de Hegel (1807). El cual representa una idea inicial (afirmación) que se enfrenta a una contradicción (negación), y cuya interacción conduce a una nueva idea o resolución (afirmación de la negación). Pondremos en contraste la tríada hegeliana con las contribuciones que realizó Linda Seger (1991), en el campo de la industria del cine hollywoodense, quien dio por sentado que un buen guion debe tener una estructura clara de tres actos: presentación, confrontación y resolución. Seger, ofreció un marco valioso para mejorar la estructura de las historias y convertirlas en guiones emocionalmente resonantes, coherentes y sólidos.

A lo largo de sus escritos, Sigmund Freud exploró la naturaleza del trauma y su impacto en la psique humana, este concepto en su obra es fundamental para entender su teoría psicoanalítica. Freud (1920), define el trauma como un peligro económico para el aparato psíquico, un exceso que sobrepasa cierto límite y que irrumpe inesperadamente rompiendo la barrera protectora, lo que nos protege de ciertos estímulos displacenteros, manteniendo nuestra realidad psíquica en una cierta estabilidad. Entonces lo traumático, es aquello que no encuentra un modo de ser tramitado vía la memoria consciente porque fue reprimido y sólo aparece como reacciones y repeticiones que nos perturban la vida cotidiana. El trauma se repite insistentemente.

En "Inhibición, síntoma y angustia" (1926) Freud, exploró cómo los recuerdos reprimidos pueden manifestarse en forma de síntomas físicos o psicológicos. La relación entre síntoma y trauma se basa en la unión de recuerdos inconscientes reprimidos por ser extremadamente dolorosos. Freud, en "Más allá del principio de placer" (1920), introdujo la compulsión a la repetición, donde las personas tienden a revivir eventos traumáticos en un intento inconsciente de dominarlos. Esta compulsión podría ser relevante para entender por qué los ex combatientes pueden experimentar recuerdos intrusivos o revivir experiencias traumáticas. Este fenómeno permite entender síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEPT) como la evitación, la hipervigilancia y la reexperimentación, que abordaremos más adelante. En "La interpretación de los sueños" (1899), Freud observó que los traumas no elaborados retornan a la conciencia como pesadillas, perturbando la vida de los afectados, estos enfermos estaban fijados al trauma, esto tendería a producir una repetición onírica. La elaboración de un trauma implica que eso que estaba por fuera de nuestra ficción detenida en el tiempo, afectando nuestra vida, pueda ser transformado en un recuerdo para que no retorne compulsivamente en una eterna repetición, sino como una posibilidad de articulación simbólica a través del recuerdo. Esto guarda una estrecha relación con las ideas expuestas por Sigmund Freud en su trabajo "Recordar, repetir y reelaborar" (1914). Según Freud se requiere recordar el evento traumático, reconocer y detener la repetición compulsiva de ese evento y, finalmente, reelaborar el recuerdo de manera que se integre simbólicamente en la narrativa personal del paciente.

Jacques Lacan (1955), también abordó el tema del trauma, enfocándose en su relación con el registro de lo Real, lo Simbólico y lo Imaginario. Lacan postuló que el trauma representa una irrupción de lo Real, algo que escapa a la simbolización y, por tanto, desestabiliza la estructura psíquica del sujeto. El trauma, en este sentido, es aquello que no puede ser asimilado dentro de la red simbólica del sujeto, generando un impacto duradero y disruptivo. En su Seminario VI, “El deseo y su interpretación" (1958), Lacan explicaba la función de la repetición traumática en una forma de dominar el acontecimiento doloroso, traumas de los progenitores que nos afectan de forma inconsciente a los descendientes y hasta no ser descubiertos o elaborados se va repitiendo y transmitiendo de generación en generación provocando una cadena interminable de repeticiones inconscientes que provocan un gran malestar.

Gabor Maté (2018) médico, psiquiatra y autor reconocido internacionalmente por su trabajo en el campo de la salud mental desde una perspectiva humanista, coincide con Lacan en que el trauma a menudo se transmite de generación en generación, ya que aquello que no resolvemos en nosotros mismos lo pasamos a nuestros descendientes (Maté, G., 2018, p.45), incluso puede manifestarse y perpetuarse de diversas formas, incluidas las adicciones, los trastornos de la alimentación, la depresión, la ansiedad y otros problemas de salud mental. Define el trauma de manera amplia, abarcando tanto eventos traumáticos evidentes como abuso físico, emocional o sexual; puede resultar de situaciones de estrés crónico, la violencia prolongada, la pobreza, la discriminación o la falta de recursos básicos así como también de experiencias más sutiles de trauma psicológico, como la negligencia emocional o la falta de apoyo afectivo durante la infancia. El trauma surge cuando la capacidad de afrontamiento de una persona es abrumada, y se manifiesta como una percepción subjetiva de amenaza o abandono.

Por su parte el Dr. Moty Benyakar (2016), reconocido psicoanalista argentino, especializado en el estudio y la clínica del trauma desde una perspectiva psicoanalítica ha realizado importantes contribuciones teóricas y clínicas en el campo del trauma psíquico. Considera al trauma como un evento o experiencia que impacta profundamente en la psique del individuo, perturbando su funcionamiento mental y emocional. Entonces el trauma no se limita a la mera ocurrencia del evento traumático, sino que implica un proceso psíquico complejo que puede tener repercusiones a largo plazo en la vida del individuo. Benyakar (2016), también ha trabajado en la diferenciación entre "lo traumático" y "el trauma". Esta distinción es crucial en su comprensión del fenómeno traumático: "lo traumático" o disruptivo como prefiere llamarlo, se refiere al evento o situación externa que perturba la psique del individuo, mientras que "el trauma" hace referencia al resultado psíquico interno de ese evento, incluyendo sus efectos duraderos en la vida emocional y relacional del sujeto. Actualmente se especializa en el estudio del trauma en contextos de desastres, catástrofes y guerras, y cómo estos hechos impactan la salud mental y emocional de las personas afectadas. Los traumas no resueltos pueden provocar una angustia persistente, que podría ser uno de los componentes del trastorno de estrés postraumático. ¿Qué es el trastorno de estrés postraumático? Es una enfermedad de salud mental desencadenada por una situación aterradora, ya sea que la persona la haya experimentado o presenciado. Los síntomas pueden incluir reminiscencias, pesadillas y angustia grave, así como pensamientos incontrolables sobre la situación. En relación con el TEPT, la resiliencia juega un papel importante en la recuperación y el manejo del trastorno. Las personas que poseen altos niveles de resiliencia pueden tener una mayor capacidad para superar los síntomas del TEPT, adaptarse a los cambios y reconstruir sus vidas después de un evento traumático. La promoción de la resiliencia puede ser un componente clave en el tratamiento y la intervención para aquellos que sufren de TEPT, ayudándoles a desarrollar habilidades de afrontamiento efectivas y fortalecer su capacidad para enfrentar y superar los desafíos.

Boris Cyrulnik, neuropsiquiatra y psicoanalista francés, es conocido por su trabajo sobre el trauma y la resiliencia. Su enfoque sobre el trauma se centra en cómo las personas pueden superar eventos traumáticos y desarrollar resiliencia. El concepto de trauma de Boris Cyrulnik enfatiza la ruptura que causa en la vida de una persona, la subjetividad del impacto, y la capacidad de resiliencia que puede desarrollarse a través del apoyo social, la búsqueda de sentido y la narrativa. En su ensayo “La maravilla del dolor. El sentido de la resilencia”, (2007) afirma que la resiliencia no es un rasgo innato, sino una capacidad que puede desarrollarse a lo largo del tiempo a través de factores como el apoyo social, la narrativa personal y la posibilidad de encontrar sentido en la adversidad. Para Cyrulnik, la narrativa es crucial en el proceso de recuperación. La capacidad de contar y recontar la propia historia de manera que le dé sentido a la experiencia traumática es una parte esencial de la curación y la construcción de la resiliencia.

Según Freud (1905), la sublimación es una de las maneras más saludables y aceptables de manejar los impulsos instintivos. Este proceso es fundamental para el desarrollo cultural y personal, permitiendo que las energías que podrían ser destructivas o inadecuadas se transformen en contribuciones valiosas para la sociedad y la cultura. En “El creador literario y el fantaseo” (Freud, 1908), se establece una relación entre la creación artística y las experiencias del pasado, presente y futuro, proponiendo que la creación poética surge de una vivencia actual que revive un recuerdo afectivo del pasado y busca satisfacer deseos insatisfechos a través de un nuevo escenario imaginario. Así, tanto la creación literaria como los síntomas psicológicos nacen de fantasías inconscientes, y ambas actividades sirven para expresar y elaborar deseos reprimidos. Freud (1930) en “El malestar en la cultura” amplía esta teoría, destacando la sublimación como un proceso que no solo tiene implicaciones culturales sino también personales, ya que permite encontrar satisfacción y sentido en la vida a través de actividades creativas.

“La vida [misma] tiene estructura narrativa” (Muñoz y Gracia, 2006, p. 17). La escritura terapéutica, por ejemplo es una práctica reconocida en las narrativas del yo, se utiliza para explorar y expresar pensamientos, emociones y experiencias internas, facilitando el proceso terapéutico. Esta práctica está estrechamente relacionada con los principios del psicoanálisis, especialmente en cuanto a la expresión y elaboración de contenidos inconscientes. Freud (1895) destacó la importancia de la asociación libre y la expresión de pensamientos reprimidos, proporcionando un fundamento para la escritura terapéutica, aunque no la desarrolló como método específico. Por su lado James W. Pennebaker (1997) realizó contribuciones significativas al estudiar los efectos de la escritura expresiva en la salud mental, encontrando que permite a los individuos dar sentido a sus experiencias emocionales e integrarlas en su narrativa personal, lo cual contribuye a la resolución del trauma y mejora la salud. La escritura terapéutica facilita el autoconocimiento, permitiendo a los pacientes descubrir aspectos ocultos de sí mismos y promoviendo la autoaceptación, además de reducir el estrés al actuar como catarsis emocional.

Un ejemplo relevante en la escritura terapéutica es la teoría de Lacan (1955) sobre el síntoma (symptôme). Lacan usa a James Joyce ("El Despertar de Finnegan", Joyce, U., 1939) para ilustrar cómo la escritura puede servir como un mecanismo de estabilización personal. Joyce, a través de su obra, crea un anudamiento singular de los registros del Real, Simbólico e Imaginario, estabilizando su subjetividad y utilizando su arte como solución a sus conflictos internos.

A través de varias ramas del arte, como la escritura, la plástica, la danza, la música, las artes visuales, el teatro, las personas pueden hacer recorridos que faciliten su bienestar biopsicosocial. La cineterapia analítica, también conocida como cine-análisis o clínica con el cine, es un abordaje clínico que explora la relación y experiencia subjetiva del espectador con una película. Este método se originó en la década de 1930 con Carl Menninger, quien también desarrolló la biblioterapia, una técnica que utiliza la literatura para facilitar la expresión de sentimientos y la adquisición de perspicacia a través de la lectura y discusión de textos con un terapeuta (Gallego Bermúdez et al., 2016). La cineterapia emplea metáforas para acercarse indirectamente a la situación del paciente, estimulando el pensamiento creativo y emotivo (García-Martínez y Moreno-Mora, 2011). Este enfoque permite la visualización de modelos a seguir, la identificación de emociones a través de los personajes y la búsqueda de un cambio subjetivo inducido por la película (Gallego Bermúdez et al., 2016). La posibilidad de pensar los propios problemas a través de otras experiencias, identificando emociones y sentimientos similares o diferentes a lo sucedido con los personajes del film, tramitar a través del arte cinematográfico hechos traumáticos pudiendo resignificarlos con finales resolutivos y positivos distingue el trabajo terapéutico a través del cine de la función del entretenimiento superficial y de consumo.

Desarrollo

“Si un hombre cualquiera, incluso el más vulgar, narra su propia vida, escribiría una de las más grandes novelas que jamás se hayan escrito.” Giovanni Papini

Convertir el trauma en guion cinematográfico

Este trabajo de investigación se propone desarrollar cómo en la película "Honey Boy" (Alma Har’el, 2019), escrita por Shia LaBeouf, se evidencia un proceso terapéutico mediante el cual el autor convierte su trauma personal en un guion cinematográfico. Esta obra, que es una representación semiautobiográfica de la niñez y juventud de LaBeouf, ejemplifica cómo las experiencias traumáticas pueden ser transformadas en arte, sirviendo como un mecanismo de sanación y autoexploración. El filme va y viene a través de una narrativa apoyada en los flash back para ir acompasando el proceso terapéutico del protagonista en un “Recordar, repetir y reelaborar.” (Freud, 1914). Desde esta perspectiva la cineterapia, entendida como un campo de acción transdisciplinario, se puede combinar eficazmente con la escritura terapéutica autobiográfica, aplicando el método del "cuento terapéutico" como herramienta terapéutica propuesto por Mónica Bruder (2000), doctora en psicología, especialista en escritura terapéutica. Esta metodología permite al paciente historizar sus conflictos y elaborar un final resolutivo y positivo, facilitando así la tramitación del trauma. A través de este proceso interno, el individuo puede resignificar su historia personal, integrando sus experiencias traumáticas de manera que promuevan la curación y el crecimiento emocional. Esta sinergia entre la cineterapia y la escritura terapéutica ofrece una vía poderosa para la expresión y elaboración de contenidos inconscientes, promoviendo el bienestar psicológico.

Hegel guionado en pantalla grande

En una estructura circular comparando los puntos de giro de Linda Seger (1991), en la excelente construcción de un guion cinematográfico y el método de análisis dialéctico de Hegel (1807); la tríada (afirmación, negación, y afirmación de la negación), se puede ver cómo ambos enfoques estructuran la narrativa a través de un desarrollo progresivo de conflicto y resolución, de manera sublimatoria.

Primer Acto – Afirmación

Similar a la afirmación en la tríada hegeliana, el primer acto de Seger (1991) establece los personajes, el mundo y la situación inicial. Se introduce a Otis de adolescente y su vida con su padre, estableciendo el contexto de la dinámica familiar disfuncional y de su relación dominante y abusiva. En esta estructura dramática existe lo que Seger llama: Primer Punto de Giro. Este punto de giro ocurre cuando se introduce el conflicto principal. En la película, esto sucede cuando Otis adulto es arrestado y enviado a rehabilitación, marcando el inicio de su confrontación con su pasado. En este primer acto podemos reconocer los conceptos de síntoma, trauma y estrés post traumático. Retomando a Gabor Maté (2018), muchas veces son la vía de acceso al consumo problemático, como en el caso de Otis el protagonista de la película. Una escena relevante en este primer acto es la que sucede en el centro de rehabilitación. Vemos un cuaderno que aparece en primer plano con la palabra "papá" escrita en su portada. Otis, camina de un lado a otro, visiblemente agitado, frotándose la cabeza con las dos manos en un claro signo de angustia. Después de un momento de lucha interna, Otis escribe a la fuerza en el cuaderno, pero su frustración y enojo lo superan, llevándolo a lanzar el cuaderno con furia, exclama que no necesita hablar de su papá y niega que su consumo de alcohol esté relacionado con él, atribuyéndolo en cambio al estrés laboral. Además, desestima las palabras de su padre en Alcohólicos Anónimos, calificándolas de una fusión de ideas ajenas. Esta escena no solo ejemplifica la teoría de Lacan (1958) sobre la repetición traumática y la transmisión intergeneracional de traumas, sino que también destaca la importancia de abordar estos traumas subyacentes en el tratamiento del TEPT, como señala Benyakar (2016). Recordemos que James, el padre de Otis es un ex combatiente de Vietnam, vale pensar que el estrés postraumático de Otis podría ser transgeneracional. Esta comparativa refuerza la idea de Gabor Maté (2018) sobre cómo los traumas pueden transmitirse inconscientemente de generación en generación, afectando profundamente a los descendientes hasta que sean descubiertos y elaborados, tal como se explora en el psicoanálisis, James, cargado con sus propios traumas no resueltos, repite y proyecta estos sobre Otis, perpetuando un ciclo de dolor y malestar.

Segundo Acto – Negación

Ambos estructuran el desarrollo del conflicto central y las dificultades que enfrenta el protagonista. Representa la contradicción que desafía la afirmación inicial. Otis internado en rehabilitación, sus sesiones de terapia y los flashbacks de su infancia, profundizando en su trauma y lucha interna. Aquí la historia tiene su segundo Punto de Giro. Este punto de giro suele ser una revelación o un cambio importante que lleva al clímax. En la película, puede ser el momento en que Otis confronta directamente su trauma en la terapia. Esto se manifiesta cuando enfrenta las consecuencias emocionales y psicológicas de su adolescencia. Aquí, la película muestra su resistencia, Otis comienza a reconocer el daño causado por su padre, lo que contrasta con la aceptación pasiva de su niñez. Este conflicto interno refleja la “negación hegeliana”, donde Otis debe confrontar y negar la influencia perturbadora de su padre para poder avanzar. Esto lo podemos observar en la escena de la sesión de terapia de Otis, cuando sumido en una crisis, revive un momento traumático de su adolescencia y repite en voz alta los dolorosos diálogos de ese recuerdo mientras llora, expresando con angustia que el único valor que su padre le transmitió fue el dolor. Cuestiona con sarcasmo a su terapeuta preguntándole si pretende quitárselo. Con una mirada comprensiva pero decidida, la psicóloga le responde: "¿Puedo?". Esta escena retrata el núcleo de origen del trauma del protagonista, la intensidad de la transferencia en la terapia y el desafío de Otis al confrontar su dolor y la posibilidad de liberarse de él, subrayando la lucha interna y la resistencia en el proceso de tratamiento. Este hallazgo, le permite a Otis darle una vuelta a su historia que lo empuja a buscar una nueva forma de mirar el recorrido de su infancia y de su vínculo con su padre. Desde este lugar podemos afirmar que la escritura terapéutica da cuenta de lo potente que puede ser utilizarla para documentar la historia autobiográfica y generar nudos simbólicos que se conviertan en los puntos de giro de los que habla Seger (1991).

Tercer Acto - Afirmación de la Negación

Similar a la síntesis en la tríada hegeliana, el tercer acto lleva al clímax y la resolución del conflicto. Esto se ve cuando Otis logra reconciliarse con su pasado y encuentra una nueva comprensión y aceptación de sí mismo. Sublimando su historia se permite avanzar hacia una vida más equilibrada. Ambos puntos de vista resaltan la evolución del protagonista desde un estado inicial, pasando por una confrontación significativa, hasta alcanzar una nueva comprensión y equilibrio. La "afirmación de la negación" en la filosofía de Hegel como dijimos en algún momento, se refiere al proceso dialéctico mediante el cual las contradicciones se superan al integrar los elementos conflictivos en una síntesis más elevada. En la película vemos como Otis integra su pasado y encuentra una nueva comprensión. A través del tratamiento, Otis comienza a comprender y perdonar a su padre, reconociendo las complejidades y sufrimientos de James, lo que le permite avanzar hacia una nueva forma de liberación.

La última escena de la película es un montaje que presenta un recuerdo que se entrelaza con una escena onírica del Otis adulto, quien se reencuentra con su padre vestido de payaso. La voz en off de la psicóloga sugiere que Otis debe deshacerse de lo que ya no funciona y empezar desde donde está. Simultáneamente, la voz en off de James le revela a Otis que proviene de un linaje de alcohólicos, personas buenas que sufrían sin saber qué hacer y que recurrían a la bebida. Finalmente, James advierte que ese rencor podría matarlo si no lo deja ir. La escena culmina con el Otis adulto abrazando a su padre, en un momento de reconciliación simbólica y cierre emocional. Este momento de autocomprensión y perdón se alinea estrechamente con el concepto de resiliencia descrito por Boris Cyrulnik (2007). Según Cyrulnik, la resiliencia es la capacidad de un individuo para reconstruirse y recuperarse a pesar de las adversidades y traumas sufridos. La resiliencia no implica olvidar el dolor, sino integrar la experiencia traumática y encontrar un nuevo sentido de identidad y fortaleza a partir de ella. Otis ejemplifica esta transformación final, subrayando la idea de que la resiliencia es un proceso activo de reconstrucción personal, donde el sujeto encuentra la capacidad de sanar y crecer a través del enfrentamiento y la integración de sus experiencias pasadas de dolor.

Si a modo de dispositivo interdisciplinario, fusionáramos la psicología, la filosofía y el arte podríamos utilizar la tríada de Hegel como un acto clínico. Un método transformador para el paciente mediante su propio guion cinematográfico como metáfora de vida. Una estructura narrativa del camino del héroe en tres actos; en la que el analizante sublima su historia simbólicamente. Superando así sus traumas al revisar su biografía con una mirada compasiva y resiliente de su recorrido.

Documentar los hechos

En cuanto al concepto de sublimación lo podríamos pensar como una herramienta de la cineterapia. LaBeouf se exonera en un inigualable proceso terapéutico, hace un giro en su propio guion de vida el estilo de Seger (1991), cuando decide conscientemente después la catarsis de la escritura, encarnar a su padre en su película autobiográfica, para poder resignificar su narrativa interna. Un nuevo final se reimprime en su propia historia y esto lo ayuda a tramitar de forma efectiva su trauma. Sería justo afirmar que la puesta en abismo de su propia vida interpretando a su padre dentro del filme que cuenta su historia, podría dar la solución terapéutica que redime un pasado traumático. Esa es una de las posibles funciones de la cineterapia o en todo caso el aporte que le hace “Honey Boy” a la psicología.

Basado en una historia “real”

La comparación entre "La interpretación de los sueños" de Freud (1899) y algunas escenas de "Honey Boy" demuestra cómo el cine puede ilustrar conceptos psicoanalíticos. Las pesadillas de Otis son una representación de los principios freudianos, donde los traumas infantiles se manifiestan en el contenido onírico, mostrando cómo las experiencias dolorosas con su padre se infiltran en sus sueños, al igual que los deseos reprimidos de ser amado y aceptado por él. Esta representación no sólo enfatiza la influencia duradera del trauma en el inconsciente, sino también la necesidad de confrontar y elaborar estos recuerdos para encontrar una resolución, un proceso central tanto en la teoría freudiana como en la ópera prima de Har’el. A lo largo del film, Otis lucha con estos sueños y recuerdos, y a través de su terapia y la narrativa de historización comienza a elaborar y confrontar su trauma, reflejando el proceso terapéutico freudiano de recordar, repetir y reelaborar (Freud, 1914).

Conclusiones

La presente investigación apoyada en la película "Honey Boy" (Alma Har’el, 2019), invita a recapacitar sobre temas como el abuso, la redención y el proceso de tramitar hechos traumáticos del pasado. La película en cuestión proporciona un terreno fértil para investigar el concepto de cineterapia desde la perspectiva del psicoanálisis. La meta-narrativa de LaBeouf interpretando a su propio padre añade una capa adicional de reflexión sobre la creación artística y la auto-representación, ya que el filme es, en esencia, una dramatización de la vida de LaBeouf. El personaje de Otis es un actor infantil, y la película dentro de la película que protagoniza, basada en su propia vida sirve como una forma de terapia a través de la actuación. LaBeouf se identifica con el personaje que interpreta en la pantalla, su padre, lo que le permite explorar y procesar su propio trauma de una manera metafórica y simbólica. La investigación destaca la importancia de la narrativa personal, es decir, la capacidad de construir una historia coherente y positiva sobre uno mismo y sus experiencias. Transformar el trauma en una narrativa que permita encontrar significado y propósito puede ser un factor crucial en la resiliencia y en la capacidad de conexión con el bienestar biopsicosocial. Esta pieza cinematográfica escrita y actuada por el damnificado del trauma tiene toda la potencialidad para ello. Podemos afirmar que el cine tiene grandes cimientos para ser una vía regia de elaboración de los traumas y que la escritura terapéutica autobiográfica funciona como un puente con acceso al inconsciente que permite documentar, clarificar y transformar hechos traumáticos en nuevas narrativas que puedan ser de gran aporte para el bienestar y la transformación personal.

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Referencias filmográficas

A Family Affair. (2015). [Documental.]. Holanda. Duración: 85 min. Dirección: Tom Fassaert.

Alive Inside. (2013). [Documental]. Estados Unidos.. Duración: 85 min. Dirección: Michael Rossato-Bennett.

Baby Reno. (2024). [Miniserie]. Reino Unido. Duración: 30 min por episodio. Dirección: Richard Gard.

Dime quién soy. (2019). [Documental]. Reino Unido. Duración: 85 min. Dirección: Ed Perkins.

Honey Boy. (2019). [Películal]. Estados Unidos: Ficción. Duración: 94 min. Dirección: Alma Har’el.

La sabiduría del trauma. (2021). [Documental]. Estados Unidos: Documental. Duración: 94 min. Directores: Maurizio Benazzo, Zaya Benazzo.

La vida de Michael J. Fox. (2013). [Documental]. Estados Unidos. Duración: 95 min. Dirección: Davis Guggenheim.

Memoria infinita. (2023). [Documental]. Chile. Duración: 85 min. Dirección: Maite Alberdi.

Un ángel en mi mesa. (1990) [Ficción]. Nueva Zelanda. Duración: 158 min. Dirección: Jane Campion.



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Película:Honey Boy

Título Original:Honey Boy

Director: Alma Har'el

Año: 2019

País: Estados Unidos

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