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Política y psicoanálisis en argentina

por Soriano Dagnino, Miranda

Universidad de Buenos Aires

Resumen:

El siguiente trabajo investiga la relación de extraterritorialidad de la política con respecto al psicoanálisis a partir del recorte de la escena final del film “Heroína” del director Raúl de la Torre de 1972. Esta producción audiovisual relata dos historias que se ven entrelazadas por dos temáticas: la psicología (y el psicoanálisis) y el sindicalismo. A partir del final del film se desprenden ciertos interrogantes: ¿cuál es la relación entre la extraterritorialidad del psicoanálisis con respecto a la política y la escena final del film Heroína de Raúl de la Torre? ¿Qué concepción de la neutralidad analítica se desprende a partir de esta extraterritorialidad? ¿Qué aportes a la neutralidad se pueden pensar a partir del recorte fílmico y las críticas de los autores mencionados? Se emplea el método clínico-analítico de lectura de filmes y series televisivas (Michel Fariña, 2014) para desplegar estos interrogantes como también las críticas de Oscar Masotta y Marie Langer a la relación problemática entre psicoanálisis y política.

Palabras Clave: psicología | Argentina | psicoanálisis | política

Politics and Psychoanalysis in Argentina

Abstract:

The following work investigates the relationship of extraterritoriality of politics with respect to psychoanalysis based on the cut of the final scene of the film “Heroína” by director Raúl de la Torre from 1972. This audiovisual production tells two stories that are intertwined by two themes: psychology (and psychoanalysis) and politics. From the end of the film, certain questions arise: what is the relationship between the extraterritoriality of psychoanalysis with respect to politics and the final scene of the film Heroína by Raúl de la Torre? What conception of analytical neutrality emerges from this extraterritoriality? What contributions to neutrality can be thought of from the film clipping and the criticisms of the aforementioned authors? The clinical-analytical method of reading films and television series (Michel Fariña, 2014) is used to unfold these questions as well as the criticisms of Oscar Masotta and Marie Langer of the problematic relationship between psychoanalysis and politics.

Keywords: psychology | Argentina | psychoanalysis | politics

Introducción

Heroína es un film argentino de 1972 dirigido por Raúl de la Torre que relata dos historias paralelas: la de Penny, una joven porteña que al asistir como traductora a un congreso de Psicología se ve conmovida por el relato de un congresista y desencadena una serie de sucesos que la llevan a una internación psiquiátrica; por otro lado, la cotidianidad de un trabajador del ferrocarril y las luchas sindicales en las que es partícipe. Este film encuentra su fuente de inspiración en la novela “Heroína” del psicoanalista argentino Emilio Rodrigué, quien participa del guion y como actor en el film. Sin embargo, se señala una particularidad: en la novela no hay dos historias paralelas sino que sólo se lee la de Penny. Es decir, la segunda historia del trabajador del ferrocarril y su intercalado con la de Penny sería invención del director, o al menos, invención en la realización del film.

El recorte de interés en esta ocasión es el final de la película, donde dos escenas se van superponiendo una a la otra, efecto buscado por el director. En un principio encontramos al psicoanalista de Penny teniendo una sesión de análisis con su psicoanalista, Emilio Rodrigué. Luego vemos al sindicalista agarrándose del brazo listo para marchar junto a sus compañeros en plena calle. Mientras las escenas se intercalan, resalta el último intercambio entre los psicoanalistas en sesión. El analizante contesta a una interpretación de Rodrigué diciendo: "Puede ser, pero de todos modos, no sé, yo pienso que la cosa no pasa por aquí, nos falta algo a usted y a mi doctor". Rodrigué responde: "¿Nos falta qué?", a lo que su analizante le responde: "no sé, sinceramente no sé qué es, además creo que usted tampoco lo debe saber. ¿Sabe lo que le diría doctor Rodrigué? Que la vida también es así".

Resulta interesante el cuestionamiento del analizante, interpretado por Tato Pavlovsky, "algo nos falta a usted y a mí doctor" intercalado con las imágenes de lo que podría llamarse la acción política o lo político a secas.

Entre 1965 y 1975 Oscar Masotta se ocupa de la relación problemática del psicoanálisis y la política: la imbecilidad de los psicoanalistas respecto a la política y la insistencia en separar una cosa de la otra. En 1972, Raúl de la Torre pesca y pone a jugar en su película Heroína la perpetuada y pretendida extraterritorialidad del psicoanálisis con respecto a la acción política. A su vez, Marie Langer entre 1969 y 1975 se cuestiona su marxismo junto con su práctica analítica y emprende una revisión de las relaciones entre política y psicoanálisis desde su país natal, Viena, hasta su residencia en Argentina.

A partir de estos autores surgen ciertos interrogantes: ¿cuál es la relación entre la extraterritorialidad del psicoanálisis con respecto a la política y la escena final del film Heroína de Raúl de la Torre? ¿Qué concepción de la neutralidad analítica se desprende a partir de esta extraterritorialidad? ¿Qué aportes a la neutralidad se pueden pensar a partir del recorte fílmico y las críticas de los autores mencionados?

Si bien la lectura de filmes permite introducir problemas y confrontarnos con la incomodidad de pensarlos, como también constituyen un modo privilegiado de acceso a las narrativas de época (Kuhn, Amatriain, 2021), sorprende la actualidad del recorte fílmico a analizar. Dicho de otro modo, aun cuando las narrativas de las películas y series sostienen la tensión entre pasado-presente-futuro o la realidad que es al mismo tiempo lejana y próxima es impactante la actualidad de la problemática del empecinamiento en separar psicoanálisis y política.

Oscar Masotta y la crítica a los psicoanalistas

Durante la enseñanza y transmisión de Oscar Masotta se puede dar cuenta de un intento de elaborar un pensamiento político del psicoanálisis, anclado en las problemáticas y cruces teóricos de la época en Argentina: marxismo, existencialismo y psicoanálisis. Por fuera de los modos de circulación legitimados pone en manifiesto la ineficacia de la obra freudiana puesta en el marco institucional oficial. En este apartado se intentará dar cuenta de algunas de esas críticas recurriendo a recortes en la bibliografía de Masotta.

En su primer texto sobre el psicoanálisis “Jacques Lacan o el inconsciente en los fundamentos de la filosofía” en 1965, Masotta desarrolla la lectura estructuralista del psicoanálisis de Lacan y sintetiza el objetivo del desarrollo: “Fenomenología, estructuralismo, marxismo, psicoanálisis convergen en Lacan y esto al nivel más inmanente de su obra y de su enseñanza” (Masotta, 1965b, p.121). Sin embargo el cierre del escrito abre por primera vez una serie de críticas políticas al psicoanálisis en la obra de Masotta:

“Hay que lamentar, sin embargo, y en un sentido, que Lacan permanezca silencioso y cauto en el plano de las manifestaciones ideológicas expresas (y uno se pregunta si ha ido o no más allá de Hegel, o más acá), y no se atreva, por ejemplo, a llevar adelante el alcance ideológico de su descripción del sujeto como sujeto agresivo, y como Sartre, a conectarlo con la necesidad ‘material’ y la ‘lucha de clases” (Masotta, 1965b, p.121).

En el mismo año, el autor argentino manifiesta en su texto “Roberto Arlt, yo mismo” los motivos que lo llevaron a abandonar su análisis fueron la confrontación política con su analista:

“Cuando me frustraba, yo en cambio de regresar hacia mis estructuras arcaicas, progresaba, hacia el marxismo. La situación no tenía salida, y en medio de un análisis en el que había puesto las esperanzas de la cura, me aburría. (…) Recuerdo que una vez le pregunté [a su analista] por quién votaba. Me contestó que por los socialistas de Ghioldi. Por favor, no me diga más, le dije. Era suficiente y ridículo. ¿Y yo esperaba la cura de ese hombre?” (Masotta, 1965a, p.234).

En la conferencia titulada “Leer a Freud”, Masotta (1969) afirma que “El psicoanálisis hoy (...) parece estar condenado a empezar por el final. Se trata en esencia de transmitir una técnica; en el mejor de los casos –o en el peor– de formalizar una teoría cuyos fundamentos y alcances ya nadie se pregunta” (p.191). En la misma conferencia sitúa dos historias del psicoanálisis: una poco pensada y escrita por Freud, y la otra inscrita en el Establishment psicoanalítico. Esta última, siendo su máximo referente la APA, causa la represión de Freud en la medida que borronea la obra freudiana y la hace comenzar a partir de la década de 1920:

Y de mismo Freud no quedaría hoy más que despojos de la última parte de su obra: una teoría de la personalidad pobremente conceptualizada, un modelo de lo psíquico como conflicto, el esqueleto de una concepción dinámica de la enfermedad y de la cura (...) Si leen las historias todo permanecería aparentemente en orden: el psicoanálisis comienza después de “codo” de los años veinte. (Masotta, 1969, p.190-191).

Esta historia que había sido poco pensada terminaba manifestando para Masotta una ausencia de función en la medida que la transmisión del psicoanálisis se sostiene en la mera transmisión de una técnica:

En tiempos de Freud (...) el psicoanálisis estaba lejos de ser una institución. El “psicoanálisis hoy” parece estar condenado a empezar por el final. Se trata en esencia de transmitir una técnica; en el mejor de los casos –o en el peor– de formalizar una teoría sobre cuyos fundamentos y alcances ya nadie se pregunta. (Masotta, 1969, p.191).

La maniobra de Masotta consistió en no tanto devenir en una posición anti institucional sino un vuelco a instituciones alternativas con el afán de evitar la neutralización de la obra freudiana. En ese ¿qué nos falta? se podría decir: deconstruir el mito freudiano y empezar a pensar los hechos de la teoría de Freud.

Algunas preguntas en torno al film y el señalamiento masottiano: ¿se podría inscribir a los psicoanalistas personajes de la película dentro de la llamada represión de Freud? El psicoanalista de Penny comenta que ni él ni su psicoanalista, Rodrigué, saben la respuesta a lo que les falta: Masotta, ¿los invitaría a leer a Freud? ¿Separar el psicoanálisis de la política fomenta no preguntarse por los alcances del psicoanálisis?

Por último, dándole un cierre a esta revisión bibliográfica propuesta, en 1975 Masotta da una serie de clases en España compiladas en el libro “Lecturas de psicoanálisis. Freud, Lacan” donde se registran referencias a los problemas institucionales del psicoanálisis lacaniano y sus escuelas en Argentina y Francia. Allí afirma que “los psicoanalistas, en la historia del psicoanálisis, individualmente, con respecto a la política, siempre han sido unos imbéciles. Cuando se ponen a hablar de política es lamentable” (Masotta, 1975, p.211).

Masotta y Raúl de la Torre con Heroína: trazos de la estética y política del psicoanálisis argentino: hay un interrogante que circula en el psicoanálisis, una pregunta por lo que torna ineficaz a esta práctica y que deviene en la mera utilización de una técnica.

Marie Langer con Emilio Rodrigué: psicoanálisis o política

El film Heroína introduce una variante a la novela escrita por Rodrigué: a la historia de Penny, la muchacha traductora, se le agrega la historia del maquinista sindicalista. Si bien las apariciones de este personaje relacionado al mundo de la lucha sindicalista son más acotadas, es interesante la presentación y entrecruzamiento de las historias: siempre aparecen separadas, escindidas, una por un lado, la otra por el otro. El único elemento que las une recién se inmiscuye al final. Este recurso estilístico que utiliza el director del film parece vislumbrar lo que se podría pensar sintomático en la relación del psicoanálisis con la política, o es uno o el otro, no podrían ser historias narradas juntas. Psicoanálisis o política. Penny o el maquinista. Ante esta presentación del film es imposible no preguntarse: ¿qué del contexto se inmiscuye en este particular entrecruzamiento de las historias? ¿Acaso de la Torre capta y pone a jugar este síntoma en el campo psicoanalítico?

En 1971, Marie Langer presenta una disyunción similar en su texto “Psicoanálisis y/o revolución social”. La autora realiza una revisión de sus años como militante marxista y, a su vez, como practicante del psicoanálisis a partir de 1930 en Viena y los avatares vinculados a las prohibiciones y persecuciones políticas provenientes del régimen nazi. Entre otras cosas, a partir del arresto de un analista, las autoridades de instituciones psicoanalíticas en Viena decidieron que se le prohibía a los analistas la práctica ilegal de la política y atender personas que frecuenten las mismas prácticas ilegales. Para Langer esto conlleva un conflicto de lealtad a la ideología política como también a la ética profesional (Langer, 1971, p. 68). Como consecuencia ante el conflicto o psicoanálisis o política, la psicoanalista abandona el marxismo durante los siguientes años: “Parecía así evidente que mis mayores en Viena habían tenido razón: debía elegirse entre psicoanálisis y marxismo” (Langer, 1971, p.70). Sin embargo, en 1969 ya en su estadía en Argentina, Langer ubica un quiebre fundamental: el Instituto de Psicoanálisis se adhiere a una huelga general en defensa de los estudiantes y obreros agredidos en una represión en Córdoba (Cordobazo). Lo que antes se planteaba como extraterritorial al psicoanálisis, la política y la acción, para una gran cantidad de psicoanalistas devino propio y novedoso. Langer (1971) afirma que: “Adoptar el criterio de complementariedad entre psicoanálisis y marxismo, es decir, de la no-contradicción entre ambos, no debilita sino que enriquece nuestra ciencia (...)” (p. 71). Se podría decir también: la no-contradicción y la tensión entre política y psicoanálisis enriquece a nuestra ciencia.

A partir de este momento Langer ubica algo que retoma la crítica masottiana al Establishment psicoanalítico, habría un pasaje de lo represivo sustentado por una situación política particular de la época, el nazismo y el fascismo, a lo represivo propio de las lecturas y teorizaciones psicoanalíticas. Es decir, habría una reducción del plano de la acción política a una jerga psicoanalítica donde estas se denostaron por pertenecer a “fantasías arcaicas y transferenciales”. Al respecto Langer (1971) comenta que “(...) aprendimos en los largos años de nuestros análisis y transmitimos a nuestros analizados una profunda desconfianza ante todo proyecto de acción” (p. 71). Y curiosamente, a los intereses de este trabajo, cita a Emilio Rodrigué: “E. Rodrigué define como nuestra caracterología profesional “una actitud valorativa que considera al “pensar” como básicamente bueno, mientras que el “actuar” siempre está tomado como a punto de convertirse en ‘acting out’”(Langer, 1971, p.71).

Durante el film varias cuestiones desarrolladas en este apartado se retoman. Penny trabaja como traductora en el congreso de Psicología, el cual se ve intervenido y clausurado por un grupo de militares: en realidad, esta clausura correspondía a la intervención y censura por parte de la dictadura de Juan Carlos Onganía ocurrida en 1969. Transcurridos unos minutos, se la ve a Penny movilizada por una ponencia del congreso, en un estado de casi perplejidad, estado que se ve interrumpido por el paso de un grupo de manifestantes arrojando papeles. A esta manifestación se la ubica como la manifestación social compuesta por obreros y estudiantes, el Cordobazo. Otra vez se ubica en la película lo político como lo que irrumpe en el mundo del psicoanálisis –siempre escindido y exterior, por fuera de éste–, como lo que sorprende a Penny, como lo ruidoso del acting out, siguiendo a Rodrigué.

Retomando el texto de Marie Langer, ésta introduce una discusión clave en relación a la neutralidad del analista. A partir de los dichos del autor Bauleo se entiende que el psicoanálisis padece de un ideal de la transferencia: aquella que no estaría contaminada de hechos sociales, dónde el paciente asocia libre y limpiamente mientras que el analista interpreta regido por la neutralidad de los dioses. Si se parafrasea al analizante que interroga a su analista Rodrigué en el film: ¿qué le hace falta a esa pretendida neutralidad de los dioses?

La pretendida neutralidad (a)política toma su mayor expresión en las citas que Langer selecciona del psicoanalista Bychowski, donde éste concibe que dirigirse contra representantes o contra el orden social sería la expresión de hostilidad no resuelta, y que, vía movimientos estudiantiles o militantes, encontraría descarga y racionalización. Langer argumenta que al reducir la protesta o el movimiento político a una mera dimensión edípica o transferencial o resistencial “(...) el análisis se vuelve efectivamente cómplice del establishment, adaptativo en el peor sentido de la palabra (...)” y, por otra parte “El analista prejuzga, además, al ver únicamente agresión donde en último término existe también creatividad y deseo de reparación o Eros” (Langer, 1971, p.72).

Lo que se ha tratado hasta aquí abre el problema de cómo se entiende la neutralidad. La autora (1971) escribe “¿Y la neutralidad del analista? Ya no creemos en ella (...)” (p.73), o dicho de otro modo, ¿qué neutralidad se puede pensar a partir del recorte de las escenas de Heroína entrelazadas con los desarrollos de Masotta y Langer?

Aportes a la neutralidad

“Agrego: una reflexión sobre lo Neutro, para mí: manera de buscar -libremente- mi propio estilo de presencia en las luchas de mi tiempo.”
Barthes

¿Cómo reflexionar sobre la neutralidad en análisis por fuera de la pretensión de la neutralidad como lo no tocado, lo impoluto, lo no contaminado? O al decir de Kuhn y Amatraian (2021):

Muchas veces se escucha que una posición neutral trata de despojarse de la persona, de lo que sentimos, de lo que nos moviliza o conmueve. Es decir, de excluir, dejar por fuera esta especie de monstruo que viene a invadir y a impurificar la escucha. (p. 434).

Para pensar esta cuestión es interesante considerar la noción de lo Neutro del autor Roland Barthes en su texto “Lo Neutro” de 1995, ya que brinda una forma de entender a la neutralidad ya no como lo indiferente sino como una actividad candente que desbarata el paradigma (Barthes, 1995). El autor lo define como el rechazo a dogmatizar y como la figura que hace aparecer los matices:

(...) Barthes introduce la complejidad de Lo Neutro, que apunta a deshacer los binarismos mediante la introducción de un tercer término. Para lo cual, va a distinguir dos posiciones éticas: el querer-vivir y el querer-asir. Mientras que la primera refiere al dar sentido, al cerrar sentido, la segunda se sostiene en lo que el autor llama “deshilar” (...) Los matices. (Kuhn, Amatriain, 2021, p.443).

No obstante, el punto interesante es lo que Barthes llama como deseo de Neutro: “Lo Neutro como deseo pone continuamente en escena una paradoja: como objeto, lo Neutro es suspensión de la violencia: como deseo, es violencia” (Barthes, 1995, s/n). A continuación afirma que: “Esto es discontinuo, errático, como lo es siempre el deseo: no se trata de una sabiduría, sino de un deseo” (Barthes, 1997, s/n). En estos fragmentos se pone en juego lo que traía Masotta con respecto a la de la mera transmisión de una técnica, la neutralidad, vaciada de lo que la motoriza: el deseo, deseo del analista, como violencia. Si se entiende a la neutralidad como sustentada por el deseo del analista entonces, en acto, esta neutralidad estaría suspendida de violencia, es decir, en una escucha parejamente flotante. Empero como deseo implica la violencia, como lo que conmueve.

En función de este desarrollo se pueden rescatar dos nociones para pensar la neutralidad: la disponibilidad y la hospitalidad. En el caso de la disponibilidad, esta es tomada por las autoras Kuhn y Amatriain (2021) desde el autor Jullien (2013) y se trataría de, en vez de no priorizar ni fijarse nada en la atención flotante según Freud, mantenerse abierto a todas las posibilidades. En esta posición el analista estaría obligado a una toma de posición al escuchar, que se verifica cada vez, y que permite la afectación. Por otro lado, en el caso de la hospitalidad, Derrida y Dufourmantelle (2000) proponen que:

La hospitalidad se ofrece o no se ofrece, al extranjero, a lo extranjero, a lo otro. Y lo otro en la medida que es otro nos cuestiona, nos pregunta. Nos cuestiona en nuestros propios saberes, en nuestras certezas, en nuestras legalidades. (s/n).

La introducción de estas dos nociones, la disponibilidad como la toma de posición y la hospitalidad como lo que se ofrece a lo otro, se inmiscuyen en el centro de lo político. ¿Qué cosa más política que la toma de posición y la entrada de lo diferente, del conflicto? Sin descuidar la dimensión errática y discontinua que supone la neutralidad sustentada por el deseo. También “Cuando la neutralidad es entendida como una impostura, garantía del buen trabajo, se manifiesta como una resistencia por parte de quien escucha y queda capturado por la lógica del querer-asir” (Kuhn, Amatriain, p.434). En cambio “Escuchar los matices implica que eso que se escucha, pueda sonar distinto” (Kuhn, Amatriain, p.434).

Conclusión. Psicoanálisis y política: la vida también es así

“Un día, en retrospectiva, los años de lucha te parecerán los más bellos”
Freud

El film presenta el síntoma del psicoanálisis: el esmero en separar psicoanálisis y política. Y los psicoanalistas no logran darle en la tecla: algo les falta.

El objetivo de este trabajo es reflexionar y preguntarse sobre este extravío a partir de la lúcida escena final propuesta por el film Heroína. Se puede decir que la película conlleva una toma de posición frente al asunto, que queda del lado de las propuestas de Masotta y Langer: el psicoanálisis y la política no son excluyentes. La película lleva el sello de las discusiones de la época.

Se rescató a los fines de este escrito una serie de críticas de Oscar Masotta hacia los psicoanalistas haciendo hincapié en la pérdida de potencia cuando algo no genera pregunta: el psicoanálisis restringido a una técnica. O al decir de Ferreyra: “(...) un psicoanálisis que de tan instituido se convierte en psicoanalismo adaptativo y, digámoslo, pequeño burgués (...) Un psicoanálisis finalmente vetusto, aburrido y sin ninguna pizca de potencia para provocar con ternura en las discusiones sociales” (p. 200).

Marie Langer introduce una doble cuestión: por un lado, la separación del psicoanálisis y la política por fuerza mayor, el atravesamiento de guerras e ideologías de extrema derecha que propiciaban la proscripción; por otro lado, el resto represivo que queda en las lecturas psicoanalíticas, es decir, leer a la acción política como un acting out. Patologizar e interpretar la acción con psicoanalismos. Este desvío trajo la problemática de la neutralidad: ¿qué neutralidad que no sea de los dioses? La que toma posición y abraza la diferencia. Como afirma Ferreyra: “Dicho esto, y una vez más, una cosa es la neutralidad y otra la tibieza: la neutralidad que no abraza una ética es un rechazo a la toma de posición, una imberbe pasividad” (p.192).

En un comienzo se pensó en la actualidad del final que vislumbra el síntoma donde los analistas se enfrentan ante lo que les falta mientras que se superpone una marcha en la calle. Sin embargo, que haya un intento de separar psicoanálisis y política no detiene los pobres análisis y opiniones de algunos psicoanalistas. Al respecto dice Ferreyra (2020): “Existe una dificultad de muchos psicoanalistas para leer la realidad política (...) Confunden la masa freudiana con la complejidad de un movimiento o fenómeno de masas” (p.199). Al mismo tiempo que “(...) critican de manera snob a un capitalismo abstracto, pero nunca sus consecuencias materiales en la vida cotidiana, incluidas las que los interpelan en su quehacer como ciudadanos y/o en los tratamientos que conducen” (Ferreyra, 2020, p.200).

La pretendida –y falsa– neutralidad política que pregonan ciertas instituciones psicoanalíticas no hace más que perpetuar la extraterritorialidad del psicoanálisis con respecto a la acción política, degradando la práctica y la enseñanza a una mera transmisión de una técnica.

Referencias:

Barthes, R. (1995). “Lo Neutro”. Siglo Veintiuno Editores: Buenos Aires.

Derrida, J y Dufourmantelle, A. (2000). La hospitalidad. Trad. de M.Segoviano. Buenos Aires: De la Flor.

Freud, S. (1927). “El porvenir de una ilusión”. Obras Completas, Tomo XXI, Amorrortu: Buenos Aires.

Kuhn, Macarena y Amatriain, Lucía (2021). ¿Otra neutralidad? Una lectura del principio freudiano desde la narrativa audiovisual. XIII Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología. XXVIII Jornadas de Investigación. XVII Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. III Encuentro de Investigación de Terapia Ocupacional. III Encuentro de Musicoterapia. Facultad de Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.

Langer, Marie. “Psicoanálisis y/o revolución social. Cuestionamos. Buenos Aires: Granica, 1972.

Masotta, O. (1965a). “Roberto Arlt, yo mismo”. En Conciencia y estructura. Buenos Aires: Eterna Cadencia. 2008.

Masotta, O. (1965b). “Jacques Lacan o el inconsciente en los fundamentos de la filosofía”. En Conciencia y estructura. Buenos Aires: Eterna Cadencia. 2010.

Masotta, O. (1969). “Leer a Freud”. En Introducción a la lectura de Jacques Lacan. Buenos Aires: Eterna Cadencia. 2008.

Masotta, O. (1975). Lecturas de psicoanálisis. Freud, Lacan. Buenos Aires. Paidós. 2015.

Michel Fariña, J.J. (2014). “Ética y cine: el método clínico-analítico de lectura de películas y sus aportes a la psicología”. Tesis de Doctorado en Psicología. Universidad de Buenos Aires, Argentina. Inédita



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Película:Heroína

Título Original:Heroína

Director: Raúl de la Torre

Año: 1972

País: Argentina

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