Universidad de Buenos Aires, Facultad de Psicología
Resumen:
La indicación o suspensión de procedimientos terapéuticos en enfermos terminales resulta compleja, tanto para el paciente como para sus familiares y profesionales tratantes. En el presente artículo, nos proponemos indagar el rol de los familiares de los pacientes que solicitan la sedación terminal y el aporte de las producciones artísticas como manera de afrontar situaciones críticas debido a una enfermedad incurable. El film argentino El cuaderno de Tomy (Sorín, 2020) se encuentra basado en la historia real de María Vázquez. Tras anoticiarse de que la quimioterapia para tratar el cáncer de ovarios no había resultado eficaz y había hecho metástasis en distintas partes de su cuerpo, María espera la muerte internada en la clínica, ya que no había tratamiento ni cirugía posible debido a su debilidad corporal y el severo desmejoramiento físico. Ante este diagnóstico ella decide afrontar lo que le queda de vida escribiendo un libro para que su hijo, Tomy, lo lea cuando ella ya haya partido.
Palabras clave: Sedación terminal | Bioética | Autonomía relacional | Vínculos interpersonales
The Influence of Interpersonal Ties on The Exercise of Autonomy and Narratives as a Symbolic Resource at The End of Life
Abstract:
The indication or suspension of therapeutic procedures in terminally ill patients is complex, both for the patient and for their families and treating professionals. In this article, we propose to address the role of the relatives of patients who request terminal sedation and the contribution of artistic productions as a way to face critical situations due to an incurable disease. The Argentine film El Cuaderno de Tomy (Sorín, 2020) is based on María Vázquez’s true story. After learning that the chemotherapy to treat ovarian cancer had not been effective and had metastasized to different parts of her body, María awaits death while hospitalized in the clinic, since there was no treatment or surgery possible due to her physical weakness and the severe physical deterioration. Faced with this diagnosis, she decides to face the rest of her life by writing a book for her son, Tomy, to read when she has left.
Key words: Terminal sedation | Bioethics | Relational autonomy | Interpersonal ties
Introducción
La indicación o suspensión de procedimientos terapéuticos en enfermos terminales resulta compleja, tanto para el paciente como para sus familiares y profesionales tratantes. En el presente artículo, nos proponemos indagar el rol de los familiares de los pacientes que solicitan la sedación terminal y el aporte de las producciones artísticas como manera de afrontar situaciones críticas debido a una enfermedad incurable.
La sedación terminal consiste en la intención deliberada del médico para inducir y sostener una profunda sedación bajo circunstancias precisas y definidas con síntomas que no pueden ser contrarrestados debido al sufrimiento insoportable del enfermo terminal próximo a morir en un plazo breve (Marín et al., 2003).
Esta práctica es considerada controversial desde la doctrina del doble efecto, entendiendo que se pueden producir dos efectos, uno beneficioso y otro dañino, ya que dentro del campo médico existen cuadros complejos donde se puede obtener un beneficio causando un daño no previsto, siendo éticamente permitido si la intención del médico no ha sido la de provocar dicho resultado negativo (Lavernia y Morgado, 2016).
Desde esta perspectiva, Lavernia y Morgado (2016) entienden que la consecuencia buscada es la de aliviar el sufrimiento y el efecto contrario podría ser privar al enfermo total o parcialmente del estado de consciencia, ya que la muerte no podría comprenderse como un efecto indeseado por el eventual fallecimiento del enfermo terminal a causa de la progresión de su enfermedad.
El objetivo de este tratamiento es el alivio de los síntomas del enfermo sin intención de provocar la muerte, aunque es probable que esta se acelere por la acción de los fármacos suministrados, aspecto que la distingue de la eutanasia ya que la muerte del paciente a través de la sedación terminal acontece debido al curso natural de una enfermedad irreversible (Zurriaráin, 2019).
En Argentina, la situación legal en torno a la sedación terminal es receptada en la ley 26.742/2012, conocida como Ley de Muerte Digna. Dicha ley reconoce el derecho que posee todo paciente respecto de aceptar o rechazar procedimientos de índole médica o biológica con o sin expresión de motivo. En este aspecto, se acepta el derecho que porta toda persona con una enfermedad irreversible, incurable o que se encuentre en estado terminal, respecto de manifestar su voluntad en cuanto al rechazo de procedimientos quirúrgicos, de reanimación artificial o al retiro de medidas de soporte vital cuando sean extraordinarias o desproporcionadas en relación con la perspectiva de mejoría, o produzcan un sufrimiento desmesurado. También podrá rechazar procedimientos de hidratación o alimentación cuando los mismos produzcan como único efecto la prolongación en el tiempo de ese estadio terminal irreversible o incurable. Estas normativas se encuentran vigentes para toda persona mayor de edad, además se afirma que todo ciudadano puede disponer directivas anticipadas sobre su salud, pero se rechazan las prácticas médicas que impliquen desarrollar prácticas eutanásicas (Ley N° 26742, 24 de mayo de 2012).
El presente trabajo propone el análisis de los aspectos bioéticos y vinculares involucrados en la toma de decisión de los pacientes que solicitan la sedación terminal, a la vez que indaga en la elaboración de las producciones artísticas como un modo de afrontar una enfermedad irreversible, incurable, dolorosa y sumamente limitante físicamente. En tal sentido, se hace foco en el recurso narrativo en una doble vertiente: El cuaderno de Nippur (Vázquez, 2016), testimonio escrito por María Vázquez como legado para su hijo, y la producción cinematográfica El cuaderno de Tomy (Sorín, 2020), que recoge dicho testimonio en formato audiovisual.
El cuaderno de Tomy: un modo creativo de afrontar una internación prolongada con un desenlace inevitable
El film El cuaderno de Tomy (Sorín, 2020) se encuentra basado en la historia real de María Vázquez, una arquitecta, dibujante y bloguera argentina que tenía 43 años al momento de su muerte.
Tras anoticiarse de que la quimioterapia para tratar su cáncer de ovarios no había resultado eficaz y había hecho metástasis en distintas partes de su cuerpo, María espera la muerte internada en la clínica, ya que no había tratamiento ni cirugía posible debido a su debilidad corporal y la severa complicación de su cuadro clínico general. Ante este diagnóstico ella decide afrontar lo que le queda de vida escribiendo un libro para que su hijo, Tomy, lo lea cuando ella ya haya partido.
En esta producción María plasmó sus reflexiones respecto de la vida, la muerte y el amor durante su larga internación, dando a conocer a su hijo aspectos de su personalidad, sus gustos, intereses y deseos, tanto propios como los que espera que se materialicen en su hijo. En esta obra, un verdadero legado para su niño, relata hechos de su infancia, como por ejemplo el barrio en donde se crió, cómo eran sus padres, a qué se dedicaban, y el nombre de las mascotas que tuvo a lo largo de su vida.
Si bien su personalidad extrovertida e histriónica, su humor negro y sus cualidades tanto literarias como artísticas a la hora de transmitir emociones, anhelos y deseos influyeron a la hora de que su libro resultara un best seller, también cabe destacar las implicaciones subjetivas de las coordenadas históricas y sociales de este caso, ya que María adquirió gran notoriedad mediática por visibilizar su padecimiento y el día a día de una persona con una enfermedad terminal.
Debido a su fuerte convicción, ella logró ejercer su autonomía y decidir cómo finalizar su proyecto de vida, entendiendo que dentro de este se incluye el método por el cual decidió ponerle fin y la elección del día en el cual se debía realizar la sedación terminal que provocaría su fallecimiento, el día 21 de abril de 2015.
Perspectivas narrativas para la elaboración y reflexión sobre situaciones dilemáticas
La corriente narrativa de la bioética se inscribe en los aportes de la filosofía hermenéutica que nos permite reflexionar acerca de nuestro carácter de narradores. La misma incluye normas, principios y además contempla circunstancias, emociones y sentimientos (Lima y Cambra Badii, 2013). Las referencias estéticas suplementan el abordaje de los problemas bioéticos contemporáneos (Maliandi, 1991) al incorporar fuentes artísticas (óperas, pinturas, cuentos, etc.) que sitúan la complejidad inherente al pathos dilemático de la bioética, entendido como todo aquello que se siente o experimenta: estado del alma, tristeza, pasión, padecimiento, enfermedad (Lima, 2015; Lima y Cambra Badii, 2013).
La bioética narrativa representa un nuevo modo de reflexión que permite analizar, a través de relatos, escenarios o situaciones dilemáticas que muchas veces pasan inadvertidos por el discurso racional, diferentes perspectivas –como la del protagonista, los personajes involucrados, el autor y el contexto–, por lo que se desarrolla una mirada distinta de la misma situación. Como afirma Feito (2013), “la aproximación narrativa promueve un tipo de aprendizaje inductivo, es decir, se parte de la experiencia concreta, circunstanciada, histórica, contextual, (...) para extraer enseñanzas que puedan ser extrapolables a otros ámbitos o personas, y quizá alcanzar algún grado de universalidad” (p. 3).
El método narrativo ha sido aplicado a la bioética desde diversas aproximaciones, como la literatura, el relato fílmico y dramático, la ópera y la autobiografía, a fin de ilustrar la forma en que, desde sus propios imaginarios, personajes y creencias, el paciente enfrenta el universo de los profesionales de la salud (Parra, 2015).
Para Feito (2013), otra característica de la bioética narrativa es que permite derivar una reflexión generalizada de un hecho particular:
Las narraciones, las historias, enseñan algo universal a través de lo concreto, muestran un elemento de la naturaleza humana que es visible desde una experiencia contada en forma de historia. Y con ello logran que el sujeto desarrolle procesos de empatía, de razonamiento, y también de imaginación, como nuevo espacio de creación. (pp. 2-3).
Los relatos en los que basamos el análisis nos introducen en aquello que Casado Da Rocha (2009) postula como cultura bioética, entendida como un conjunto de presunciones y expectativas, a menudo poco reflexivas o inarticuladas (es decir, imágenes o clichés) que tenemos acerca de la relación que a diario se establece entre profesionales y usuarios de los servicios de salud.
Cabe destacar que las narrativas aquí abordadas son producciones argentinas, ya que nos interesa hacer foco en las características que poseen los problemas bioéticos del final de la vida en nuestras latitudes, atendiendo a que los mismos resultan inseparables de la cultura y del lugar geográfico donde surgen, por lo cual deben tomarse en cuenta las condiciones donde el mismo acontece (Neira, 2008).
La gestión de la muerte, un gran acto de amor
Luego de someterse a una histerectomía bilateral, María debe ser hospitalizada debido a la obtención de resultados negativos de ciertos indicadores en los estudios que le fueron realizados. Su médico tratante contraindica cualquier otro tipo de tratamiento, como cirugía o quimioterapia. Sin perspectivas de mejoría, la paciente permanece en el hospital, debilitándose progresivamente dada la complicación de su cuadro.
María transita su enfermedad e internación sostenida por sus familiares y amigos, especialmente por su pareja, quien también se ve apoyado por la misma red de contención, que facilita y organiza la cotidianeidad familiar, como por ejemplo las visitas de Tomy a su mamá y los juegos que tienen lugar en la habitación de la clínica. En esta coyuntura, encuentra como medio de expresión la escritura, llenando los cuadernos que le dejará a Tomy. Allí, en primera persona, narra a su hijo situaciones que vivieron juntos, transformadas ahora en recuerdos, y le expresa su nostalgia por ya no vivirlos, pero su felicidad por haber podido disfrutarlos.
Debido al creciente malestar y debilitamiento físico, María decide apelar al procedimiento de sedación terminal cuando la situación se torna insoportable para ella. Dicha solicitud genera una gran polémica entre los profesionales a cargo de su caso, así como también a nivel institucional. Si bien se había acordado que se realizaría la sedación, el día que debe llevarse a cabo la doctora Molina, quien se encontraba a cargo del seguimiento de María, se niega a realizar el procedimiento, manifestando que no está dispuesta a cruzar ciertos límites impuestos por sus convicciones. La médica menciona que es su derecho no verse obligada a llevar adelante acciones que atenten contra sus valores éticos y/o religiosos, indicando que “para ella la vida es sagrada, aún en casos como el de María”. Estas palabras de la profesional dan cuenta de la tensión que tiene lugar en este tipo de casos entre uno de los principios fundamentales de la Medicina, “lo primero es no dañar” y la consecuente preservación de la vida como fin último, y el respeto de la autonomía de la paciente, quien había expresado su voluntad de solicitar la sedación y poner fin a su agonía.
Frente a estos contratiempos y negativas, a lo largo de la película se retrata cómo la red de apoyo conformada por familiares y amigos pudo materializar las demandas de María. Esto fue debido a que contaba con un entorno capaz de contenerla emocionalmente y brindarle apoyo psicológico. En sus propias palabras, esta “gestión de su muerte” de parte de su pareja es “un gran acto de amor”. Federico, su marido, considera que lo que María está atravesando resulta una tortura, por lo que tiene la convicción de lograr que acceda a la sedación, incluso si es él mismo quien debe administrarle la dosis. En esta dirección, realiza las averiguaciones pertinentes para comprender de qué manera se lleva a cabo el procedimiento. Gracias a la obstinación de Federico y la insistencia de María con respecto a esta solicitud, lograron que el director médico del hospital accediera a llevar adelante el procedimiento.
Es importante destacar que el profesional explica que el límite entre la eutanasia y la sedación terminal es algo sumamente cuestionado, no solo en el ámbito médico sino en la sociedad en su conjunto. Como se ha mencionado, la eutanasia es la acción de provocar la muerte de un paciente enfermo sin posibilidad de curación con la finalidad de terminar con su sufrimiento extremo a través de la administración de fármacos en dosis considerables o por la acción de no proveer los cuidados necesarios –como la privación de alimento o agua al paciente–; mientras que la sedación terminal pretende aliviar el sufrimiento que padece la persona enferma, a través de la administración mínima necesaria de fármacos. Por la propia naturaleza del procedimiento, la misma supone un elevado riesgo de provocar la muerte.
Finalmente, para darle curso a la solicitud de María, el profesional le solicita que firme un formulario en el que deje constancia de que se niega a recibir procedimientos que le prolonguen la vida –acto que se encuentra contemplado en la Ley de Muerte Digna (Nro. 26.742/2012)–. Al entregarle el documento de consentimiento informado, el médico expresa: “La sedación terminal debería llamarse sedación compasiva, ya que estaríamos otorgándole al paciente la manera de aliviar su dolor”. Es posible observar aquí que el consentimiento informado, además de resultar un documento legal y/o administrativo, opera situacionalmente como una herramienta que materializa y resguarda la decisión autónoma de la paciente sobre su salud y su porvenir. Los dichos del profesional ponen en evidencia la necesidad de abordar cada caso en su singularidad y de ponderar los principios éticos que rigen la praxis de forma contextualizada. De este modo, con sus palabras el médico humaniza a su práctica, considerando a la paciente de forma integral y no únicamente focalizando en su diagnóstico. Ello abona a que María se posicione como sujeto activo en la relación médico-asistencial.
Es interesante notar que María afrontó los últimos días de su vida entendiendo que la muerte es parte de la vida, aceptando la condición de vulnerabilidad y fragilidad corporal en la que se encontraba. Asimismo, es destacable cómo el humor juega un papel fundamental en sus lazos, que sostienen y vivifican esos últimos momentos que comparte con sus seres queridos.
Al respecto, es posible articular estos elementos del film con la noción de autonomía relacional, la cual permite poner en valor aquellas condiciones que favorecen el proceso de toma de decisiones e identificar las que la lesionan (Buedo, 2021). El carácter relacional de la autonomía pone en cuestión el supuesto requisito de autosuficiencia para la toma de decisiones. El caso de María pone en evidencia cómo el ejercicio de la autonomía es compatible con agentes que respaldan y valoran como importantes las relaciones familiares y sociales.
Por esto, coincidimos con Buedo (2021) al considerar que para posibilitar un ejercicio pleno de la autonomía no es posible soslayar la interdependencia respecto de las relaciones sociales. Entender al sujeto como absolutamente autónomo, plenamente racional y libre de interferencias supondría considerar a un sujeto ideal, alejado de la realidad material en la que se desenvuelve la vida en sociedad.
Esta situación se debe a que las condiciones sociales, económicas e incluso étnicas y culturales pueden influenciar los grados en los que se presenta la autonomía (Suarez Tomé y Belli, 2021). Por lo tanto, su ejercicio no solo depende de la capacidad individual, sino además de un estatus social que permita el despliegue de esta autonomía (Mackenzie, 2013 en Buedo, 2021). Según Arrieta Valero (2014), dicha autonomía solo puede ser posible y desarrollarse dentro de un campo de relaciones, prácticas e instituciones sociales, ya que la capacidad de autodirección depende en notable medida de la posibilidad de generar y sostener relaciones sociales.
El caso de María demuestra el modo en que los factores sociales, institucionales, legales y morales se entraman en este tipo de decisiones sobre el fin de la vida, pudiendo resultar obstáculos para el ejercicio de la autonomía de la paciente o elementos que potencien su despliegue.
El valor de las narrativas frente al padecimiento
La obra de María constituye un recurso narrativo a través del cual pudo desplegar sus pensamientos, sentimientos y emociones. Esta acción fue posibilitada por los recursos simbólicos con los que ella contaba, dada su destreza literaria y artística al momento de expresar ideas, combinados con la espontaneidad propia de una persona hábil en el uso de la narración como un vector emocional.
Un aspecto a considerar es el hecho de que este libro fue desarrollándose paralelamente a la progresión del cáncer. Esto demuestra cómo frente a la pérdida paulatina de autonomía provocada por una enfermedad progresiva e incurable que la colocaba en un estado de vulnerabilidad cada vez mayor, es posible desplegar actos autónomos al poder plasmar ideas, anhelos y deseos, los cuales esperaba que se concreten en su esposo y su hijo. María refiere: “En estos momentos, contar lo que me pasa me ayuda a estar un poco mejor”.
Es importante señalar que todo esto fue posible debido a que el deterioro físico provocado por la enfermedad no afectó sus facultades cognitivas ni su estado psíquico, los cuales conservó hasta el momento de la administración de la sedación terminal.
Consideramos que el hecho de plasmar sus ideas y sentimientos en estos cuadernos y poder compartirlos con su entorno más próximo posibilitó cierta reflexión sobre su propia identidad narrativa, entendida como “el frágil vástago, fruto de la unión de la historia y la ficción” (Ricoeur en Lythgoe, 2023, p. 75). En la obra de María, dotada de una gran información autobiográfica, es posible pesquisar una coherencia narrativa que se origina en historias de su infancia, y a medida que vamos avanzando en el libro encontramos que ella esboza un posible futuro para su hijo y su esposo mediante escenarios imaginados felices. Esta ficción se une de un modo coherente a su historia de vida.
Siguiendo a Ricoeur (2008), la identidad narrativa es un acto de poder y la posibilidad de gestionar la propia vida de una forma coherente narrativamente, comporta una virtud que es considerada un elemento fundamental en la autonomía de un sujeto. Esto es lo que ha hecho María hasta el momento de su muerte, ya que ha actuado conforme a sus convicciones y de forma autónoma tanto como se lo ha permitido su enfermedad, para poder llegar a plasmar su experiencia de vida, brindar consejos, plantear metas y objetivos que esperaba que fueran materializados en el desarrollo de su hijo.
Cabe destacar que la publicación de este libro fue posible gracias a la gestión de su esposo y de su círculo más próximo, quienes llevaron esta propuesta a las editoriales, produciéndose posteriormente su fabricación en un formato apto para la venta masiva que terminó convirtiéndolo en un best seller. De esta manera, el esfuerzo del entorno inmediato de María hizo posible que su caso y su historia sean conocidos a nivel nacional.
El cuaderno de Nippur (Vázquez, 2016), entonces, opera en una doble vertiente. Por un lado, se trata de la producción singular de María en un momento sumamente particular de su vida, en la que ha podido cifrar algo de su padecimiento, historizarlo y compartir con su hijo una parte de su identidad y de sus deseos. Por otro lado, esta narrativa tiene efectos en lo social y colectivo, al otorgarle visibilidad a las problemáticas vinculadas al final de la vida. Esto resulta especialmente importante si consideramos las coordenadas histórico-sociales que enmarcaron el caso, atendiendo a que si bien ya se contaba con la Ley de Muerte Digna (Nro. 26.742/2012), todavía quedaba –y queda– mucho camino por delante en lo que a los juicios morales en torno a esta temática refiere. Este relato en primera persona resulta paradigmático por exponer con sensibilidad y franqueza cómo fue su vida y cómo transitó sus últimos días. Así, sus palabras trascienden a la propia María para convertirse en un legado sobre cómo entender la dignidad en el final de la vida, para que la muerte deje de ser un tabú y se considere como parte de la vida.
Reflexiones finales
A lo largo de este escrito hemos intentado reflejar la importancia que tiene la red de sostén emocional en el caso de una paciente terminal que desea poner fin a su padecimiento. Los vínculos interpersonales pueden facilitar la formulación de sus demandas respecto de las condiciones acerca de cómo finalizar su vida. El caso aquí presentado visibiliza que el padecimiento no solo refería a cuestiones físicas, sino también a aspectos vinculados a la dignidad y el bienestar integral, que involucra lo físico, psicológico, emocional y socio-afectivo.
Debemos considerar que cuando un paciente terminal decide finalizar su vida eligiendo el método que le permita la ley jurídica perteneciente al país donde se encuentre, esta gestión de la muerte no solo involucra al enfermo terminal, sino a su entorno más próximo. En este caso fue el marido de María, al cual ella le asignó el rol de “gestor de su muerte”, el responsable de hacer viable su pedido para que finalmente ella pudiera acceder a la sedación terminal el 21 de abril del 2015.
El hecho de ser su esposo el encargado de gestionar la finalización del proyecto de vida de María y la total confianza depositada en él, le permitió a ella poder abocarse a plasmar sus sentimientos, reflexiones y deseos en el cuaderno para su hijo, que luego devendría una destacada obra literaria.
Nos interesa destacar la corriente narrativa de la bioética como metodología para la reflexión bioética, ya que pretendemos situar como variable imprescindible para el abordaje de los problemas éticos la complejidad sociocultural latinoamericana y su enraizamiento en contextos histórico-vitales específicos, así como también la especificidad de las experiencias sociales, las creencias, conocimientos y prácticas locales. Este enfoque posee un doble interés para nosotros: por un lado, pone de relieve el reconocimiento de sujetos sociales –como las personas con enfermedades terminales– que han sido tradicionalmente marginados de las discusiones bioéticas; y por otro, el hecho de poner en valor los relatos y testimonios de los propios sujetos involucrados en la situación dilemática permite cuestionar una mirada unilateral de la medicina y las ciencias sociales en tanto ámbito en el que se produce el conocimiento y se toman las decisiones. Resulta insoslayable la consideración de los dilemas éticos que involucra, tanto para los profesionales de la salud como para los familiares y la sociedad en su conjunto, el hecho de que una persona solicite poner fin a su vida.
Entendemos que las narrativas aquí expuestas constituyeron recursos subjetivos al momento de atravesar y/o acompañar la pérdida progresiva de autonomía, a la vez que posibilitaron plasmar y transmitir sentimientos y pensamientos emergentes ante la vulnerabilidad debido al hecho inevitable de morir. Asimismo, estos relatos –la película y el libro– poseen un inmenso valor al traducir y transmitir los problemas éticos a la sociedad, por lo que demuestran ser medios idóneos para la reflexión, al describir la enfermedad como experiencia subjetiva y como fenómeno social.
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NOTAS
FORUM
El cuaderno de Tomy es película que ayuda a dimensionar el poder de escritura autobiográfica y el valor de la palabra como legado. Este filme nos conmueve en muchísimos aspectos, quisiera poner el acento en la herramienta de la narrativa como una forma de acompañamiento y una manera de documentar un proceso y un recorte de la vida de una mujer que deja escrito para su hijo historizando un poco su propia vida y dejando un mensaje de esperanza y motivación a su pequeño, que junto a ella construye un diario destinado a mantener vivo su vínculo.
El hospital italiano en Argentina tiene un gran apoyo a los paciente en cuidados paliativos a través del arte, incluso promueven una formación en “medicina narrativa” para profesionales de la salud, que logra entramar la historia clínica del paciente con su historia biográfica. En este contexto, Rita Charon, MD, PhD, de la Facultad de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia, define la medicina narrativa como un compromiso con comprender la vida de los pacientes, cuidar a los cuidadores y expresar el sufrimiento. Adjunto un par de artículos que podrían ampliar el trabajo de la referencia: https://www.doctutor.es/2023/01/02/la-medicina-narrativa-segun-greenhalghhurwitz-launer-y-charon/
https://www.infobae.com/salud/2023/03/28/medicina-narrativa-como-se-entrenan-los-medicos-para-escuchar-a-sus-pacientes-y-comunicar-con-empatia/
La sedación terminal, enmarcada dentro de los límites legales de la Ley de Muerte Digna en Argentina, tiene como propósito aliviar el sufrimiento extremo de pacientes en etapa terminal, distinguiéndose claramente de la eutanasia. En este contexto, el testimonio de María Vázquez, plasmado en "El cuaderno de Tomy", ofrece una perspectiva profunda sobre la importancia de la expresión personal en los momentos finales de la vida. Este proceso no solo le permitió a María articular su subjetividad y sus reflexiones sobre el final inminente, sino que también subraya el rol esencial de una red de apoyo. La dedicación y el apoyo de su pareja ayudaron a MAria a dejar un legado literario para su hijo y asegurar una muerte digna. Así, la experiencia de María, como una reflexión sobre la sedación terminal, invita a una consideración más amplia de cómo la sociedad y la medicina abordan el final de la vida.
El cuaderno de Tomy es una excelente pelicula que pone en evidencia la importancia de poder poner en palabras aquello que estamos transitando, en este caso el final de la vida. Y también contar con una red de contención en quien apoyarse en momentos difíciles. En este caso, el recurso de escribir sirvió para "aminorar" la angustia de saber de manera muy consciente que iba a morir y poder desplegar su subjetividad con los pocos recursos que tenia al estar casi inmovilizada por su deterioro físico. El apoyo de su pareja fue fundamental para hacer cumplir su ultimo deseo, dejarle por escrito a su hijo como fue su historia, y sus anhelos hacia el y su pareja. Y por ultimo, tener una muerte digna.
Película:El cuaderno de Tomy
Título Original:El cuaderno de Tomy
Director: Carlos Sorin
Año: 2020
País: Argentina
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