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Del animé al concepto freudiano de identificación

por Hasan, María Florencia

Universidad de Buenos Aires

Resumen:

En este escrito, intentaremos mostrar un recorrido sobre el concepto de Identificación en Freud, y ciertas formulaciones que Lacan efectúa al respecto.
Es frecuente escuchar que la Identificación es un asunto sumamente complejo y difícil de pesquisar. Lacan mismo lo ha planteado así en su clase inaugural del Seminario 9 (1961-1962). No obstante, en este trabajo, realizaré una lectura que articula la conceptualización teórica de la Identificación, con una narrativa estética basada en una serie japonesa de Animé. Entusiasmada con este propósito, me serviré de algunos fragmentos de “Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba,”, contando con la orientación de lectura psicoanalítica freudiano-lacaniana. Se trata de una articulación teórico-clínica, que en tanto escritura académica, nos presenta a los psicoanalistas la posibilidad de auxiliarnos una vez más el método ético-clínico. Dicha metodología creemos que constituye una vía potencialmente rica, y que en el XII Congreso Online sobre Ética y Cine nos permitirá efectuar un intercambio dialéctico con otros colegas, augurando a su vez, que ello tenga efectos en nuestras respectivas prácticas clínicas.

Palabras Clave: Psicoanálisis | Identificación | Deseo | Animé

From Anime to The Freudian-Concept of Identification

Abstract:

In this paper, we aim to explore the concept of identification in Freud’s work and certain formulations made by Lacan regarding this topic.
It is often mentioned that identification is an extremely complex and challenging matter to investigate. Lacan himself acknowledged this during his inaugural lecture of Seminar 9 (1961-1962). However, in this study, we offer an interpretation that connects this theme with an aesthetic narrative based on a Japanese Anime series. With enthusiasm for this purpose, we will draw on fragments from "Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba," guided by a Freudian-Lacanian psychoanalytic reading. In doing so, we will establish a theoretical-clinical articulation that, as a dialectical movement, presents psychoanalysts as the necessary condition for the utilization of the ethical-analytic method. This method, in turn, represents a potentially rich avenue for critically examining and developing an understanding of the concept of identification.

Keywords: Psychoanalysis | Identification | Desire | Anime

La identificación:
tal es este año mi título y mi asunto.
Es un buen título, pero no asunto cómodo.

Lacan, Seminario 9

Este trabajo se encuentra en el marco de la presentación de un escrito que ha de tener la intención de participar del XIII Congreso On Line de Ética y Cine, a partir de la orientación brindada y trabajada en el Seminario denominado “Abordajes Interdisciplinarios: Cine y Psicoanálisis”, el cual se inscribe en la Maestría de Psicoanálisis de la Universidad de Buenos Aires.

Se situarán a continuación, algunos aspectos que se vinculan al concepto de Identificación en Freud, y ciertas formulaciones que Lacan efectúa al respecto, valiéndome de la utilización del método ético-analítico. El interés que motoriza estas líneas reside en un obstáculo, que conlleva consecuencias teóricos y clínicas: es frecuente escuchar que la Identificación es un asunto sumamente complejo y difícil de pesquisar. Lacan mismo lo ha planteado así en su clase inaugural del Seminario 9 (1961-1962).

Por este motivo, ofrecemos en este trabajo, una lectura que articule esta temática con una narrativa estética basada en una serie japonesa de Animé. Entusiasmada con este propósito, me serviré de algunos fragmentos de “Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba,”, contando con la orientación de lectura psicoanalítica freudiano-lacaniana. Se trata de una articulación teórico-clínica, que en tanto escritura académica, nos presenta a los psicoanalistas la posibilidad de auxiliarnos una vez más el método ético-clínico. Dicha metodología creemos que constituye una vía potencialmente rica, en tanto nos permitirá efectuar un intercambio dialéctico con otros colegas, augurando a su vez, que ello tenga efectos en nuestras respectivas prácticas clínicas.

Ahora bien: ¿Por qué abordar un entrecruzamiento entre un formato narrativo audiovisual como es una serie de Animé, y el Psicoanálisis? Es importante destacar que Lacan (1958) sostuvo enfáticamente el rechazo del psicoanálisis aplicado a alguna obra literaria o artística. Desde su posición: "No es que haya corrido ni aun por un instante el riesgo de parecerse a lo que el mundo analítico llama una obra de psicoanálisis aplicado. Ante todo, rechaza lo que esta calificación absurda traduce acerca de la confusión que reina en ese paraje. El psicoanálisis, sólo se aplica, en sentido propio, como tratamiento y, por lo tanto, a un sujeto que habla y oye". (p.727). Sin embargo, respecto a lo metodológico, es pertinente destacar que adscribimos a la idea que sostienen Fariña y Ormart (2009) planteando que “la utilización del cine y otros recursos audiovisuales adquiere especial importancia porque pone en juego la noción griega de pathos, categoría que Aristóteles consideraba, junto a la razón (logos) y el ethos como esenciales para el desarrollo de una genuina transmisión del conocimiento”. [1]

Entusiasmada con este propósito, me serviré de fragmentos de la serie anteriormente mencionada, y contando con la orientación teórica psicoanalítica freudiano-lacaniana, realizaré un abordaje dialéctico. ¿En qué consiste el mismo? Tomaré de la serie aquellos elementos que nos sirven para interrogar la teorización psicoanalítica sobre la identificación, y a la vez, intentaré efectuar una lectura donde las conceptualizaciones hechas se vean enriquecidas a nivel teórico y clínico, gracias al aporte del material audiovisual.

Breve reseña de la Serie Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba,

La serie elegida se basa en un manga denominado Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba,. El título podría ser traducido en occidente como “Cazador de Demonios”, o bien “La hoja de la destrucción del demonio”.

La misma narra cómo un chico joven, llamado Kamado Tanjiro, tiene una vida muy humilde, la cual comparte con sus hermanos y su madre. Dado que su padre ha fallecido, Tanjiro es quien sostiene a la familia saliendo a trabajar vendiendo carbón. Todo cambia en la vida del joven cuando en su ausencia, la familia es atacada y asesinada por un demonio llamado Oni. La única sobreviviente de dicho ataque es una de las hermanas de Tanjiro llamada Nezuko, quien producto del ataque queda convertida también en demonio.

Mientras Tanjiro busca desesperadamente a alguien que pudiera ayudar a su hermana a recuperar la humanidad perdida, se encuentra con un cazador de demonios que intenta asesinar al demonio Nezuko. Tanjiro procura que esto no suceda, aunque el cazador advierte al joven que tarde o temprano, dicho demonio desconocería el lazo de hermandad y lo terminaría asesinando.

Tomioka, el cazador de vampiros queda conmovido por el amor de Tanjiro hacia su hermana Nezuko. La desesperación y la lucha de Tanjiro para devolver la humanidad perdida a su única hermana aún viva, produce una rectificación en la decisión del cazador.

Tras una lucha entre Tanjiro y Tomioka, éste decide no asesinarla: advierte la persistencia de los cuidados que durante esa lucha había dado Nezuko en defensa de Tanjiro, tales como, defender a su hermano ante el cazador, y su negación a alimentarse de sangre.

En consecuencia, el cazador coloca una mordaza de bambú en la boca Nezuko y le indica a Tanjiro el camino hacia un maestro que podría ayudarla. La mordaza de bambú es sostenida entre los labios de la joven de manera constante, a fin de persuadir su tendencia acorde a su naturaleza venida ahora en demoníaca. En ese transcurso, los hermanos buscarán alguna cura o antídoto que le devuelva a Nezuko sus características humanas perdidas, luego del ataque del demonio Oni.

El asesinato originario de la cosa

Lo saben aquellos que en otro tiempo han escuchado mi seminario sobre La ética, aquel en el cual, exactamente, abordé la función de esa barrera de la belleza bajo la forma de la agonía que exige de nosotros la Cosa para que se la alcance.
Lacan, Seminario 9, La Identificación

En primer lugar, nos parece interesante en el inicio de este apartado, tomar de referencia la relación que Lacan establece entre lo bello y la pulsión de muerte, o bien, al decir del psicoanalista francés, el vínculo entre la Cosa freudiana en tanto lo inasible, lo Real absoluto que se pierde por la incidencia del significante y el sujeto, y la agonía que es anterior al advenimiento de la muerte.

Freud da una explicación del origen sirviéndose del mito darwiniano que presenta en su célebre texto “Tótem y Tabú”. Se trata de una construcción que permite ubicar el pasaje del Estado de Naturaleza a la Cultura. Freud establece allí una explicación filogenética en donde el macho más fuerte, y por ende el más poderoso de la horda, domina por la fuerza al resto de los machos y goza irrestrictamente de todas las hembras.

¿Cómo es el pasaje del Estado de Naturaleza al Orden Social? De acuerdo al Mito, en determinado momento todos los machos jóvenes se juntaron y dieron muerte al que hasta ese momento era el macho dominante. Se lo devoraron, y no dejaron ningún rastro de él, precisa Freud.

A propósito de ello, Lacan (1953) en El mito individual del neurótico dirá que “el mito es lo que da una forma discursiva a algo que no puede ser transmitido en la definición de verdad, porque la definición de la verdad sólo puede apoyarse sobre ella misma y la palabra en tanto que progresa la constituye” (p.39)

El modo entonces de poner fin a una lucha infinita por el dominio del más fuerte constituye el primer pacto entre los machos, de acuerdo a lo que este Mito puntualiza. El acuerdo entre los machos para dar muerte, y luego devorar al macho dominante, transforma a partir de allí a esos jóvenes machos, enlazados a partir de entonces como Hermanos. Es decir, que estos machos jóvenes quedan después del asesinato, Hermanados en la Culpa. Asimismo, el macho que fue devorado fue erigido en Padre: el asesinato del macho dominante, fue leído a pre- coup como un Asesinato al Padre (y no antes de ese acto). Allí podría ubicarse el establecimiento de la Ley del Incesto, que por Amor y Culpa y retrospectivamente, convierten al macho dominante y asesinado, en Padre. Padre que en tanto emblema será amado y respetado retrospectivamente.

A partir de estas puntualizaciones, creo sumamente pertinente ubicar cuando Lacan (1953) en el Discurso de Roma plantea:

Partir de la acción de la palabra en tanto es la que funda al hombre en su autenticidad, o captarla en la posición original absoluta del En el comienzo era el Verbo… del cuarto Evangelio, al que el En el comienzo era la acción de Fausto no contradice, dado que esta acción del Verbo le es coextensiva y renueva cada día su creación-por una vía y por otra parte ir directo más allá de la fenomenología del alter ego en la alienación imaginaria, hacia el problema de la mediación de otro no segundo cuando el Uno aún no es”. (Lacan, 1953, p.149).

¿Por qué citar esta puntualización? Porque con Lacan (1955) sabemos que la palabra que tiene poder subjetivante no tiene función de comunicación, y que quien decide el mensaje es el receptor del mismo, tal como lo explica en Variantes de la cura tipo [2] Siguiendo estos lineamientos, el lenguaje es imprescindible para que la existencia de la palabra ocupe su lugar y adquiera la función de objetivar ese deseo que se escabulle y que se escapa siempre por ser innombrable.

“No te acostarás con tu madre”, “No reintegrarás tu producto”. En Tótem y Tabú la culpa llevó a la exogamia, en tanto por la Prohibición del Incesto, el acceso a la madre queda vedado. En consecuencia, los machos buscan a sus mujeres por fuera de la horda. La horda pierde ese estado natural, y ahora será posible llamarla comunidad, debido a que se ha conformado un nuevo orden social. El No tiene que ver con el emblema, en el sentido en que posibilita y establece un orden. “El símbolo es primero un emblema” planteaba Lacan (1953) en Lo imaginario, lo simbólico y lo Real. En consecuencia el NO es el símbolo por excelencia, y es la cultura aquello que posibilita que se establezca algún ordenamiento.

A propósito de ello, planteará en el Seminario 1 vinculándolo con el Fort-Da “el símbolo permite esta inversión, es decir, anula la cosa inexistente, abre el mundo de la negatividad, el cual constituye a la vez el discurso del sujeto humano y la realidad de su mundo en tanto humano” (Lacan, 1954, p.258).

Pero tomemos también de referencia otro artículo que enriquecerá esta lectura. Freud plantea en “Psicología de las masas y análisis del yo”, que la Identificación Primaria es un Acto Psíquico masivo, que toma al Padre como Ideal, y que es anterior a toda elección de objeto libidinal. Es el primer acto de una ligazón afectiva. Es a partir de esta Identificación que cada ser viviente queda (o no) ligado a la cultura, y produciendo a la vez una modificación en su naturaleza como tal, a partir de la incidencia del significante en él. Freud sostiene allí que esta Identificación es la que en cada viviente, se inscribe (o no) el emblema del Padre tomado como Ideal, a partir del encuentro con el deseo no anónimo del Otro.

Podemos pensar que en la serie, el bambú utilizado como mordaza, afecta y pone coto a las tendencias demoníacas de Nezuko luego del ataque de Oni. Asimismo, a pesar de situar la nueva condición de Nezuko, podemos decir que hay un reconocimiento que viene de lo simbólico y que es introducido por Tanjiro hacia Nezuko. Por otro lado, hay que situar también la responsabilidad implicada en Nezuko al abstenerse a lo largo de toda la serie, a alimentarse de sangre humana.

Es posible también, reparar en dos detalles en esta escena. El primero de ellos, lo encontramos en el personaje del cazador, quien en tanto terceridad, sitúa estos elementos en cada uno de los hermanos, y que a partir del cambio en su posicionamiento acerca de la joven, decididamente los guía para que emprendan el camino correcto, para encontrar a un maestro que la ayude a Nezuko a tratar con su padecimiento demoníaco. Asimismo, es importante pesquisar en un segundo aspecto, que se presenta allí: el cazador, es quien nuevamente como terceridad, lleva adelante el acto de colocar entre los labios de Nezuko, un bambú, a fin de colaborar en poner límite a la tentación natural de un demonio, que sería la de morder a otros humanos, y enlazándola nuevamente al mundo humano a partir de la imposición sobre ella de ese artilugio, que Nezuko no rechaza y lo sostiene sobre sí a lo largo de todos los capítulos.

¿Es ello que posibilitará a que se re inscriba el lazo de hermandad, alojando a Nezuko en el deseo de Tanjiro? A la vez, ¿se podría situar en Tanjiro un lugar en el deseo de Nezuko? Es importante reparar en la operatoria de abstinencia que se puede ubicar en cada uno de estos personajes vía el amor, obstaculiza y pone un coto a la tendencia pulsional, que lleva a la búsqueda inmediata de satisfacción en la propensión a un goce cínico, irrestricto deshumanizado y mortífero.

Las identificaciones según Freud

Freud (1921) en Psicología de las masas y análisis del yo dirá que la Identificación Primaria, remite al orden mítico, es decir, una construcción que remite a un origen, y que no se puede localizar en la historia de vida de una persona. También plantea que es un acto psíquico masivo que toma al Padre como Ideal y que es anterior a toda elección de objeto libidinal. En esta narrativa, es posible ubicar la función del bambú como impedimento a esa tendencia irrefrenable que Nezuko portaba luego del ataque. Es así como en esa criatura demoníaca se re inscribe en Nezuko, su humanidad, una regulación al goce-todo, lo cual guardaría una relación clave con aquello que Freud denominó y conceptualizó como Identificación Primaria.

A diferencia de este tipo de Identificación, la Identificación Secundaria, sucede muchísimas veces a lo largo de la vida de un sujeto. Freud fuertemente aborda y explica en Introducción al Narcisismo que el Yo no está desde el comienzo como unidad, que es necesario que se agregue un nuevo acto psíquico y que precisamente remite a la Identificación Secundaria. ¿Por qué Freud la llama Secundaria? Porque es secundaria a una elección de objeto, en donde la libido inviste al propio Yo como objeto, constituyéndolo como objeto de amor. A la vez, se produce un proceso de investidura y de desinvestidura libidinal que permite investir a otros objetos, tomando un rasgo de éste. Podría leerse este tipo de Identificación a lo largo de la serie, en escenas en las cuales cada vez que Nekuco cae presa de su posición demoníaca, la voz de su hermano Tanjiro con un canto de cuna, es lo que propicia a que esta joven retorne a posicionarse de un modo más humano, poniendo coto a sus impulsos de consumir sangre. Asimismo, el ataque que sufre Nezuco en la serie es cuando ésta tiene 12 años de edad, momento que indica el inicio de la pubertad. Freud (1905) en Tres ensayos de una teoría sexual destaca enfáticamente lo necesario que resulta que la barrera del incesto se instale en la infancia, y sea reconfirmado con el advenimiento de la segunda oleada sexual. El respeto a esta barrera es sobre todo una exigencia cultural que encausa exogámicamente el porvenir de las generaciones venideras. Un nuevo desafío del sujeto en este momento de la vida, en donde tendrá que construir nuevas respuestas para tratar con aquella compulsión al goce irrestricto.

Por último, y si bien la narrativa presentada no permite realizar una articulación, es importante señalar que también Freud habla de una Identificación del Tercer Tipo una identificación transitoria a una situación de satisfacción, no quedan marcas en el desarrollo del Yo de ésta, excepto a lo que hace al goce generado allí.

De esta manera, Freud explica cómo estos dos actos psíquicos inconscientes, erogenización/ libidinización e identificación, producen en el cachorro humano una alteración del instinto, producto de la incidencia del significante sobre él. Freudianamente, podríamos decir que en tanto Identificación Primaria, si bien es mítica, se ha de sostener a lo largo de toda la vida. Freud nos advierte que tendremos que suponerla lógicamente, a partir de los rasgos de identificación que toma el sujeto, propios de la identificación secundaria, que generan cambios en el Yo y que se llevan a cabo a lo largo de toda la vida.

En relación a ello, y retomando el material audiovisual, a lo largo de todas las temporadas, Nezuco se abstiene de alimentarse de cualquier sangre que provenga de un humano. Inclusive algunos fanáticos de esta serie plantean que dicha abstención de Nezuko es lo que le permite a la joven ir desarrollando una extraña habilidad que ningún demonio posee, adquiriendo una destreza única en la que ella es inmune a la afectación mortífera de la luz solar que sí poseen el resto de las criaturas demoníacas.

La tesis explicitada anteriormente entonces, plantea a las claras, una la relación paradojal en donde si bien el significante es previo al Sujeto, hay un amarre en el ser viviente al significante, (operación psíquica masiva e inconsciente), que es anterior a la constitución misma del sujeto como tal. Tal como Lacan lo plantea a la altura del Seminario 9, “lo que distingue al significante es sólo ser lo que los otros no son; lo que: en el significante implica que esta función de la unidad es justamente no ser sino diferencia. Es en tanto pura diferencia que la unidad, en su función significante se estructura, se constituye.” (Lacan 1961, p 26).

El rasgo unario se transforma en un concepto clave ya que, hace de él el soporte de la diferencia significante. Como consecuencia de las elaboraciones teóricas que se extraen de este Seminario, conciben al sujeto como dividido, efecto de la cadena significante. Lacan se acerca a los aportes que le ofrece la topología para comprender la complejidad de lo que se denomina “sujeto” en psicoanálisis, interesado por supuesto en las consecuencias clínicas que ello conlleva en un análisis, cuando los rasgos unarios freudianos, los Ein Einzinger Zug, se los ubica en una relación discursiva con otros significantes. Solo así se da lugar al goce del viviente, con que alguien sienta que tiene lugar en el deseo del Otro, en tanto traza que inscribe el significante sobre él. Es esto lo que posibilita a que alguien, como Nezuko, se posicione ya no como objeto, sino como sujeto deseante.

El psicoanálisis y la época actual

Si hay algo que nos enseña el psicoanálisis es que más allá de lo que cada época propicia, el trabajo psíquico singular para tratar con la inexistencia del objeto, nos orienta a los psicoanalistas a poder situar lo que hace a la Responsabilidad Subjetiva, de cada quien. Ahora bien, para que dicho proceso tenga lugar, es condición necesaria (aunque no suficiente), el encuentro con el deseo del Otro. La característica de la obra freudiana, y aquello que subraya Lacan a lo largo de toda su obra es que no hay el objeto, lo cual resulta muy subversivo para esta época, en donde la proliferación de objetos está a la orden del día. En esa dirección, es que podríamos pensar que la época propicia la consideración de las personas como cosas, haciendo de ellas objetos al facilitar el arrasamiento de la subjetividad. Sin embargo, la posibilidad del deseo como causa, es imposible de domesticar.

En ese punto, en esta serie desde el primer capítulo, habría una fuerte preocupación en el protagonista por recuperar a su hermana, a pesar de que el cazador de demonios insistía inicialmente en explicarle que “eso” ya no es su hermana, y que por lo tanto de no tomar los recaudos pertinentes, ese demonio se lo devoraría a él. Los demonios en tanto antropofágicos, una vez adquirida esa condición, devoraban a cualquier humano, sin reconocer allí algún punto de tope.

Habría que señalar que hay algo de la transmisión de Tanjiro, que frente a eso que había arrasado con su hermana luego del ataque, tiene una incidencia en Nezuko vía el amor que crea en esa ahora criatura demoníaca, en una nueva versión de su hermana, sobre la cual tratará de “violentar” para transformarla en humana nuevamente. Por otro lado, podríamos ubicar la responsabilidad subjetiva en el personaje de Nezuko al dejarse tomar por el deseo del Otro, y que previo a ello, ya hay algún esbozo en ella que la inhibe a dañar y alimentarse de Tanjiro. La palabra de Tanjiro y el lazo fraternal vía el amor que reconoce y re-nombra a ese ser como su hermana, permite situar la incidencia de la palabra en el viviente lo cual ha de limitar la voracidad de ese goce irrefrenable propio de las criaturas demoníacas.

Una causa posible, un interrogante que insiste

Los estoicos definían al ser humano no como a un animal razonable o sociable, sino como a un “animal parlante”. La palabra articulada por la voz resulta permanentemente afectada por el límite. En efecto su interpretación resulta múltiple, y su significación no resulta evidente. Desde el inicio de la vida, el lactante es erogenizado, libidinizado por intermedio del órgano vocal, a partir de lo cual le es posible establecer algunas relaciones con el mundo muy ricas y vitalizadoras, inclusive mucho antes de que le sea posible hablar.

“Al principio era el verbo”, dice Lacan tomando la Biblia. Ahora bien, está la cuestión filogenénica posibilitada por el lenguaje en tanto sustancia inerte, pero a la vez, cada viviente, cada vez, por amor, debe dejarse tomar por ese efecto de la palabra único, que ha de adquirir el poder potencial de alcanzar y asesinar a La Cosa. En afecto, no podemos dejar de interrogarnos sobre dicha categoría, si retomamos las “quitapenas”, que al decir freudiano se disponen en la época actual por doquier, como medios para evitar el dolor.

Ahora bien: ¿de qué dolor hablamos? Nos referimos más bien a un dolor ligado a una falta estructural, una falta en ser que conllevaría cierta insatisfacción del deseo. Llamamos de esta manera dolor de existir a aquel punto profundo de estructuración psíquica que marca nuestra carne y nuestro organismo, transformándolo en cuerpo y revistiéndolo de una subjetividad, una existencia humana atravesada por la castración. Ubicamos allí un vacío por estructura propio de la falta en ser, que pareciera disponerse como una fuente privilegiada para las ofertas del mercado. Es allí donde podemos encontrar los “quitapenas” de Freud, o bien los gadgets que hace alusión Lacan, que aparecen al modo de una cancelación del dolor de existir. Tanto aquí como allí, notamos la presencia de objetos que se disponen a construir la ilusión de felicidad y completud, debilitando la función del deseo en cuanto a tal, porque recrean la ilusión para el sujeto de haber encontrado su objeto.

La intervención de Tanjiro propició operar desde la dimensión de agujero vaciado, capaz de quitar lo mortificante como pura cantidad pulsional, estado en que Nezuko se encontraba luego del ataque: allí donde no hay una direccionalidad hacia el Otro hay que construirla cada vez, y es en el mismo recorrido que se abre una posibilidad para la elaboración del propio lugar de objeto. En donde no se constituyó un lugar que aloje la relación con el Otro, el encuentro con el deseo de aquel tiene la chance de proponer algo distinto, que posibilite una apertura del mundo como despliegue de un tiempo para el sujeto.

Palabras finales

En realidad, los humanos que viven virtuosamente y decentemente sufren tragedias irracionales, mientras que las personas malvadas hacen lo que quieren porque viven dementes, vidas interesantes y embriagadas de placer. Fragmento de la Serie Demon Slayer

Identificación y libidinización/ erogenización son las dos operaciones psíquicas e inconscientes, que en tanto fundacionales, posibilitan el nacimiento de un sujeto. En el caso de estos personajes, podríamos decir que instituir, re “bautizar” el lugar de filiación de Nezuco a través denominación vehiculizado por un deseo no anónimo: re introducir el lugar de Nezuko en el deseo de su hermano, a pesar de la afectación demoníaca y Real suscitada en ella.

Cada sesión de análisis es un lugar donde podemos dejar de lado la preocupación por lo “común a todos”. Y la niñez y la pubertad son momentos de escritura, de constitución, de tiempos, de operaciones instituyentes y constituyentes. Y para que algo se anude, tiene que haber agujero. El deseo vehiculizado en las palabras de Tanjiro, convoca al advenimiento de un sujeto en Nezuko, que re-instaura en estos dos personajes el lazo fraternal que le da algún soporte al deseo y que vía el amor, posibilita el “nacimiento de un Otro”.

Hemos abordado a partir de una narrativa fílmica de animé, aquello que atañe a la posibilidad de una inscripción simbólica que instaura el no-todo para Nezuko, representado con el sostenimiento en la boca del bambú como soporte. Esta restricción en el modo de gozar irrefrenable de lo pulsional, re confirma la filiación entre ambos personajes de esta historia ficcional… Un tratamiento de los lazos que vía el amor pudiera habilitar como condición de posibilidad la convivencia de ambos.

Y allí se agrega otro interrogante: ¿Cuáles son los “demonios” que arrasan con la subjetividad porque funcionan como impedimento a la renuncia pulsional en la época actual? Creo que una de las consecuencias más fuertes es pensar en términos de lo que Lacan planteaba como falta de personas mayores, capaces de responder por su propio goce, en tanto se da un extravío del sujeto en la inercia de goce autoerótico que instala el empuje al consumo de los objetos. En consecuencia, acuerdo con lo que Schejtman explicita, cuando sostiene “El S1 pierde su función orientadora y se reduce a un imperativo ciego: ¡consume! Ausente las balizas identificatorias, deambula sin brújula en un mundo en donde la orientación se reduce al último objeto producido por la tecnociencia” (2013, p. 244).

Y allí, localizamos lo que excedió a la serie en sí misma, pero a partir de la cual, el discurso psicoanalítico nos permite situar en estos personajes: el amor como soporte y condición de posibilidad para que algo del orden de un deseo pueda transmitirse y sostenerse, en aquello que implicó también una limitación en los goces de cada quien… Construcción de una genealogía, en relación a la transmisión de un deseo amoroso, que ya no sea anónimo.

Claro está que sería un deslizamiento articular el fragmento de la serie que aquí presento, con una situación analítica. No obstante, no debemos retroceder de tornar instrumento de la palabra enraizada al deseo de analistas, ya que sigue siendo nuestro recurso privilegiado. Intenté ofrecer en este escrito una lectura que articule una temática tan compleja y difícil de asir para los propios psicoanalistas como lo es la Identificación, a partir de la utilización del método ético-clínico.

A partir del recorrido y la propuesta que este Seminario Interdisciplinario entre Cine y Psicoanálisis ha transmitido, podría precisar que esta tarea de articulación, ha funcionado como brújula que ha orientado una escritura entusiasmada de estas páginas.

Referencias:

Fariña, M & Ormart, E. (2009). Los medios audiovisuales como vía regia para el planteo de complejidades éticas. Primer Congreso de. Recuperado de: https://www.aacademica.org/elizabeth.ormart/260.pdf

Freud, S. (1913). Tótem y Tabú. En Sigmund Freud. Obras completas. Volumen XIV. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores, (2000).

Freud, S (1921). Psicología de las masas y análisis del yo. En Sigmund Freud. Obras completas. Volumen XVIII. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu Editores, (2000).

Lacan, J. (1955). Variantes de la cura-tipo. En Escritos I. Buenos Aires, Argentina: Siglo Veintiuno Editores (1988).

Lacan, J. (1953). Lo simbólico, lo imaginario y lo real. En De los nombres del padre. Buenos Aires, Argentina: Paidós (2006).

Lacan, J. (1953). Discurso de Roma, en Otros escritos, Buenos Aires, Argentina: Paidós (2012).

Lacan, J. (1953). El mito individual del neurótico. En Intervenciones y textos 1, Buenos Aires, Argentina: Manantial (1999).

Lacan, J. (1953-1954). Los escritos técnicos. Seminario 1. Buenos Aires, Argentina: Paidós (2006).

Lacan, J. (1954-1955). El Yo en la Teoría de Freud y en la Técnica Psicoanalítica. Seminario 2. Buenos Aires, Argentina: Paidós (2006).

Lacan, J. (1955-1956). Las Psicosis. Seminario 3. Buenos Aires, Argentina: Paidós (2006).

Lacan, J. (1958-1959). El deseo y su interpretación. Seminario 6. Buenos Aires. Argentina: Paidós (2006).

Lacan, J. (1961-1962). La Identificación. Seminario 9. Buenos Aires, Versión inédita, (2009).

Schejtman, F. (2013). Sinthome: ensayos de clínica psicoanalítica nodal. Buenos Aires, Argentina: Grama ediciones.



NOTAS

[2Lacan hará hincapié en que el poder discrecional del oyente en el caso del analista, debería adquirir una potencia segunda, es decir, un poder discrecional aún más marcado.




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COMMENTS

Message from Amalia Coronel   » 31 de octubre de 2023 » maria.amalia.coronel@gmail.com 

Fascinante trabajo. Como consumidora de animé además de investigadora en dicho género es muy estimulante poder encontrar en otros artículos el diamante en bruto de este género y todo lo que nos permite elaborar desde la teoría psicoanalítica, que paradójicamente no es la más elegida en Japón socialmente.



Message from María Florencia Hasan  » 31 de octubre de 2023 » hasanmariaflorencia@gmail.com 

Gracias Verónica por tu comentario sobre el artículo.



Message from Verónica Patiño  » 27 de agosto de 2023 » verisabel@gmail.com 

Agradezco a María Florencia por su trabajo con foco en el personaje de Nezuko ( unna chica transformada en demonio por Muzan) y el vínculo con su hermano Tanjiro. A partir del recorrido realizado pude vislumbrar que ésta es una historia de amor.
Tamioka, un cazador de demonios con quien se topan Tanjiro y Nezuko, intenta eliminar a la chica, pero conmovido por el vínculo de los hermanos, decide ayudarlos. Allí se rectifica su posición pero también actúa él como un tercero que provoca un efecto guía para los hermanos en su camino de devolver la humanidad a la chica. Pone en la boca de dientes monstruosos de Nezuko un palo de bambú, lo cual pasa a cumplir una función simbólica que recuerda al palito en la boca del cocodrilo del que habla Lacan.
Ese palo re-introduce el “no”, aquel de la identificación primaria al padre de carácter mítico que logró el paso de lo natural a al orden de la comunidad. Es un “no” a devorar a su hermano y a otros humanos, en principio. Es tal vez un agujero necesario, de una falta vital: la castración.
Tengo tres aportes que tal vez puedan sumar al análisis:
1) Avanzada la historia Nezuko va pudiendo soltar en ocasiones el palo de bambú. Incluso llega a romperse y su ausencia física ya no es desencadenante de arrebatos pulsionales. Incluso, en el último capítulo, con la boca libre, llega a decir unas palabras ¿Volvió a ser humana o al menos algo de lo humano se reescribió en ella definitivamente? Parece que algo de esa función simbólica del palo de bambú ha sido incorporado por la chica.
2) Muzan parece ir bastante bien en paralelismo con lo que María Florencia habla sobre los objetos “quitapenas”. Aprovechando su condición de demonio podríamos decir que Muzan es un muerto en vida. A él nada le puede faltar y no parece autorizar en él la castración necesaria para vivir. Lo que es vital para otros para él es algo mortal: no tolera la luz solar.
3) ¿Podríamos pensar la canción de cuna que Tanjiro le canta a Nezuko como una puesta en abismo? Esta canción tiene una letra que alude y conecta a Nezuko con un recuerdo de su hermano y madre. Cuando Tanjiro se la canta, algo de lo demoníaco parece retroceder en ella y parece reafirmarse algo subjetivo en ella con el que se vuelve a aferrar a su humanidad.



Película:Demon Slayer: Kimetsu No Yaiba

Título Original:Demon Slayer: Kimetsu No Yaiba

Director: Haruo Sotozaki

Año: 2019-2023

País: Japón

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