Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires
Resumen:
El tema de la maternidad resulta complejo y se encuentra atravesado por una multiplicidad de discursos y lógicas heterogéneas, comprometiendo al ámbito de lo público y de lo privado. Despejando ese entramado discursivo, buscaremos luego situar a partir del film “Decálogo, cap. 7”, de Krzysztof Kieslowski, algunas coordenadas subjetivas respecto a las maternidades. No cuestiones generales, universalizantes, sino cernirnos a interrogar las complejidades del deseo –en tanto es deseo del Otro– a partir de que alguien toma la palabra en referencia a su lugar respecto de la maternidad.
El relato fílmico nos permitirá ubicar, entonces, coordenadas en las que el sujeto dividido emerge y se sitúa, pero justamente no como agente del discurso “yo soy madre”, sino en lo que excede a esa declamación en tanto esta se estructura en el campo del Otro y, entonces, más allá del sujeto en tanto social o jurídico (Salomone, 2006), que presenta su reproche ante un juez que pudiera saldar la cuestión desde una referencia a la letra de la ley.
Palabras Clave: Psicoanálisis | Maternidad | Sujeto | Ley
Complexities of Maternity in the Subject’s Word
Abstract:
The issue of motherhood is complex and is crossed by a multiplicity of discourses and heterogeneous logics, compromising the public and private spheres. Clearing up this discursive framework, we will then seek to locate from the film “Decalogue, cap. 7”, by Krzysztof Kieslowski, some subjective coordinates regarding maternity wards. Not general, universalizing questions, but rather focusing on questioning the complexities of desire - as long as it is the desire of the Other - from the moment someone takes the floor in reference to their place with respect to motherhood.
The filmic story will allow us to locate, then, coordinates in which the divided subject emerges and is situated, but precisely not as an agent of the discourse “I am a mother”, but in what exceeds that declamation as it is structured in the field. of the Other and, then, beyond the subject as social or legal (Salomone, 2006), who presents his reproach before a judge who could settle the issue from a reference to the letter of the law.
Keywords: Psychoanalysis | Maternity | Subject | Law
Introducción
El tema de la maternidad resulta complejo y se encuentra atravesado por una multiplicidad de discursos y lógicas heterogéneas, comprometiendo al ámbito de lo público y de lo privado. Despejando ese entramado discursivo, buscaremos luego situar a partir del film “Decálogo, cap. 7”, de Krzysztof Kieslowski, algunas coordenadas subjetivas respecto a las maternidades. No cuestiones generales, universalizantes, sino cernirnos a interrogar las complejidades del deseo –en tanto es deseo del Otro– a partir de que alguien toma la palabra en referencia a su lugar respecto de la maternidad.
El relato fílmico nos permitirá ubicar coordenadas en las que el sujeto dividido emerge y se sitúa, pero justamente no como agente del discurso “yo soy madre”, sino en lo que excede a esa declamación en tanto esta se estructura en el campo del Otro y, entonces, más allá del sujeto en tanto social o jurídico (Salomone, 2006), que presenta su reproche ante un juez que pudiera saldar la cuestión desde una referencia a la letra de la ley.
Maternidad, maternidades y sujeto
Comenzaremos por desplegar brevemente las complejidades que implica la temática de la maternidad en relación a los diversos discursos y lógicas que la atraviesan.
Por un lado, diversas autoras han destacado la importancia de romper con la equivalencia “mujer - madre”. En este sentido, Simone De Beauvoir (Herrera, 2020) ubica que esa identificación ha funcionado eficazmente en todos los ámbitos de nuestra sociedad: orden simbólico, orden religioso, científico, jurídico. Cuestiona el tinte naturalista desde el que esta equivalencia se sostiene, otorgándole un carácter irreflexivo: las mujeres quedan así subsumidas al orden natural, que no tiene, excluyendo así la voz y el logos que se volverían innecesarios.
Así ubicada, la maternidad en tanto supuesta condición natural, resulta el principal escollo para que las mujeres alcancen la trascendencia como sujetos del derecho y ciudadanos autónomos (Herrera, 2020).
Surge así entramada a las condiciones histórico - sociales con el lenguaje, en tanto posibilidad de aprehensión de la realidad y la violencia normativa que regula los intercambios entre los individuos y, a su vez, define las marginalidades. También, el lugar destacado de los discursos hegemónicos para la mujer en tanto sujeto histórico (Martínez Herrera, 2007).
Estas son condiciones, condicionamientos, que no es posible generalizar, sino más bien resultan útiles para poder ubicar particularidades locales. Por ejemplo, Perrota (2010) ubica en su trabajo a la maternidad como posible forma de realizarse como mujeres y ser reconocidas como tales en jóvenes de barrios marginales. A veces, como única forma de ser reconocidas como ciudadanas. No pueden tomar la palabra como mujeres, si no es mediante esta asociación a la condición de madres, plantea la autora.
Siguiendo estas particularidades locales, podemos ubicar, asimismo, un hito importante y reciente que ha sido la legalización progresiva del derecho a decidir sobre la continuidad o no de un embarazo en distintos países de occidente.
Por ejemplo, Amberschteguin, Flores y Aldaz (2015) ubican el impacto inmediato que tuvo para la libertad reproductiva en México la despenalización del aborto. Advierten que, sin embargo, implica para las mismas usuarias verse atravesadas por una disputa en términos de religión, de género y sociales.
Emerge como fenómeno, de esta manera, la posibilidad de la negación de esas cadenas naturalistas y, como consecuencia, la negación como posibilidad subjetiva.
Ahora bien, está claro que lo jurídico, social, histórico, no agota ni recubre plenamente el campo de lo que ocurre cuando alguien toma la palabra en una actualidad que es la de los tiempos lógicos del sujeto.
Ni el sujeto se agota en la persona jurídica (sujeto autónomo), ya que no es generalizable, ni su palabra agota su sentido en la significación de un enunciado positivamente realizado. ¿Cómo se pone a jugar la hiancia entre el sujeto y su objeto cada vez? Veamos un breve ejemplo trascendido en los medios:
Una niña de 12 años tuvo un bebé producto de un abuso y se genera un debate a partir de las declaraciones de que se le habría “ofertado” a la niña la posibilidad de realizar una interrupción legal de su embarazo y ella lo habría rechazado.
Algunas de las preguntas que propone la psicóloga que escribe la nota rondan alrededor de estos temas: ¿se trata de una oferta, equivalente a ofrecer un servicio a un consumidor? ¿Se actuó, en este caso, para garantizar sus derechos? Tomando como referencia a la letra de la ley en lo que hace a la progresividad de la autonomía, ¿qué “capacidad” para responder tiene la niña? Que vinculamos a esta otra: ¿qué registro tiene acerca de la maternidad?
Entonces, ¿cómo se leyó, en este caso, la letra de la ley?
Podemos concluir este apartado indicando que lo escrito en las leyes, incluso manejándose de acuerdo a una noción central como es la de la autonomía del sujeto (en este caso, una niña, sujeto de pleno derecho), tampoco resulta suficiente para recubrir y resolver problemáticas del sujeto y su palabra. Aunque habilite marcos de posibilidades. Lo escrito en las normas y lo que indican los discursos sociales requieren, llegado el caso, una interpretación y ponderación, una lectura que enlace lo singular del sujeto a lo general de la norma (Salomone, 2011).
Veamos a continuación el relato que nos propone el film.
Dos madres y dos hijas: tres personas
El film podría ser presentado con el siguiente juego de enigma: hay dos madres y dos hijas, pero tres personas. ¿Cómo es esto posible?
Ewa y Stefan tienen dos hijas: Annia, de seis años, y Majka, de veintidós. De a poco, vamos enterándonos de que Annia es en realidad hija biológica de Majka con un ex profesor suyo Wojtek cuando ella tenía dieciséis años, luego anotado secretamente como propio por Ewa. Así, inicia el film con un escenario nocturno en el que se oyen los gritos desesperados de Annia en la noche. Gritos en sueños –con lobos, según le propone Ewa–, mientras Majka intenta sin éxito despertarla y consolarla. Ewa entra intempestivamente y la corre: “tú no sabes calmarla”. Todo ocurre ante la presencia lateral e indolente del padre (Stefan).
En paralelo, asistimos a una escena en la que la joven Makja está realizando trámites para viajar con una niña, su hija, hacia Canadá. Ahí nos anoticiamos de que falta cierta documentación que le permitiría viajar con la niña: para retirar el pasaporte, requiere el consentimiento de la madre.
Podemos puntuar estas escenas tomando en consideración el rol de Majka como madre. Su lugar aparece cuestionado, entonces, por dos vías: la jurídica y la materna. De momento, la presencia lateral del padre pareciera avalar –por inacción– este cuestionamiento. El cuestionamiento materno es ejecutado por la vía del saber señalando una falta, en relación a la cual, ella se presenta completa.
Ahora bien, de momento no se nos indican razones, pero vemos a Majka escamoteando a Annia de la mirada de Ewa durante un acto escolar: la roba… y acude a Wojtek –padre de la niña– en busca de refugio temporal y define así su propósito: “me escapo con ella”.
Así, nos vamos enterando de algunas cosas cuando le relata sus propósitos a Wojtek. Ewa habría organizado las cosas para callarlo con la amenaza de la denuncia, además desde su posición de poder como jefa de estudios en el instituto al que asistía Majka y donde Wojtek daba clases. Supuestamente, además, con la finalidad de evitar el escándalo a Majka.
Ahora bien, cuando durante una llamada telefónica le comunica a su madre que su intención es que Ania sea suya, le reclama que le robó su hija y su maternidad… también su amor. El afecto que le dedicaba a Ania y que nunca le dedicó a ella.
Ahora bien: ¿una maternidad, una hija, es posible recuperarla por la vía de un robo? Digamos de otra manera: tomar el objeto “hija”, entendiendo que X niña se corresponde con ese objeto en términos libidinales.
La regresión en relación a la falta de objeto
Jaques Lacan aborda una cuestión pertinente de la que podemos servirnos para la reflexión en curso. En el seminario sobre la relación de objeto, plantea que la cuestión del mismo –y la relación del sujeto con este– en psicoanálisis se plantea en torno a la noción justamente de falta de objeto, dado que el encuentro con el objeto en el campo del deseo se caracteriza siempre como reencuentro de un mítico objeto perdido –y su mítica satisfacción– y la cuestión, la problemática, que quien consulta al psicoanalista presenta al respecto, tiene que ver justamente con la inadecuación o la falta del objeto en su experiencia.
Ubica entonces tres formas posibles de la falta de objeto: la frustración, la privación y la castración. Produce así un reordenamiento de nociones que en psicoanálisis por momentos se utilizaban como sinónimos. Este movimiento lo realiza al introducir y hacer jugar los tres registros (imaginario, real y simbólico) que había introducido previamente [1], quedando articulados en una tabla de doble entrada según el tipo de falta, el agente y el objeto en cuestión.
Es a partir de este movimiento que plantea la regresión de la siguiente manera:
“cuando el objeto real, junto con la actividad dirigida a hacerse con él, sustituye a la exigencia simbólica. El hecho de que el niño aplaste su decepción saturándose y saciándose con el pecho” (Lacan, 1956, 191).
Teniendo en cuenta que en esta época Lacan aún no ha terminado de definir con precisión lo que luego será el registro de lo real, tomaremos al objeto de la primera parte de la frase como aquel representable, localizable en algún lugar de la realidad. Es decir: “pecho”, pudiendo hacer imagen y correspondiéndose con el pecho de la madre, cerrando un sentido. Distinto a la exigencia simbólica, donde “pecho” no termina de corresponder con ningún pecho encontrado en la realidad o en la fantasía. No es posible terminar de cerrar su sentido. Es decir, “donde la estructura simbólica hace notar su incompletud, su imposibilidad de corresponder con aquello que se esperaba por parte del objeto” (ídem), quedando ese “objeto real” del lado del señuelo.
Por consiguiente, a este modo de relacionarse con el objeto le sucederá una frustración: daño imaginario al goce esperado.
Ahora bien, las expresiones de “tener una hija” o “recuperar a su hija” y su maternidad, si las acciones realizadas no son interrogadas, ¿no corren el riesgo de quedar como modos regresivos de relacionarse a su objeto en el deseo? Este robo, esta acción que pareciera tener el estatuto de un acto –al menos en tanto dirigidos a un otro/Otro–, pareciera quedar cernido a estas coordenadas. Continuando con lo que el film nos propone: esa niña como tal no podría recubrir lo que la “maternidad” representa para el sujeto. ¿La maternidad suya como madre, la que vivió como hija?
Legalidades en juego
Retomando un punto anterior, vemos que se plantea en el film una cuestión que toma también al sujeto del derecho. Al momento en que Majka le plantea a Ewa el pedido de “devolverle” lo que era suyo, esta responde que no es posible: no hay testigos. Hay una cuestión atinente a la posibilidad de maternar que no se resuelve con una exigencia a su propia madre, debe haber un movimiento en términos de la ley social. Entonces le pide que firme la autorización para llevarla a Canadá, ya no entonces legalmente como su hija, incluso aunque Ewa aceptara firmar, esa firma justamente ratifica que, legalmente, Ania no es hija de Majka.
¿Una intervención desde el campo jurídico bastaría para resolver la cuestión en este punto? Veremos que no, porque debe quedar implicado el sujeto en términos de sujeto dividido (Salomone, 2011).
Comentarios finales
En el presente trabajo hemos desplegado algunas cuestiones concernientes a la complejidad del tema de “la maternidad”, entendiendo que incluye variables históricas, sociales, políticas, económicas, éticas y psicológicas. Situamos algunos elementos de esta encrucijada discursiva que implica lógicas distintas y abordajes diversos. Nos hemos centrado en el entrecruzamiento del discurso jurídico y del sujeto.
Entonces, hemos visto que respecto de la maternidad de la protagonista, ha habido una apropiación por parte de su madre, un robo, al cual ella intenta responder redoblando el movimiento. Este acto por parte del sujeto que busca alcanzar algo en relación a su propio deseo, se observan algunas dificultades que son parte de las complejidades en juego.
Por un lado, ¿hubiera sido suficiente con una intervención de la justicia para rectificar algo? Dependerá seguramente del modo, ya que si bien hemos planteado que la rectificación de la ley social era necesaria, no podría ser suficiente. Baste ubicar el momento en que Majka le exige a Ania que le diga “mamá” fracasando y dando lugar a la impotencia y la angustia. La escritura de la ley tiene efectos a nivel del sujeto del derecho, pero esta condición no es suficiente ya que se requiere otro tipo de escritura que tendrá lugar sólo si para el sujeto es posible interrogar el sentido de sus actos.
Referencias:
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Lacan, J. (1953). Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis. En Escritos 1. Buenos Aires: Siglo XXI Editores. (2002)
Lacan, J. (1956-57) El Seminario 4. La relación de objeto. Bs. As.: Ed. Paidós.
Perrota, G. (2010) La perspectiva de género en salud sexual y reproductiva. En Memorias del II Congreso de Investigación y Práctica Profesional en Psicología, XII Jornadas de Investigación y Sexto Encuentro de Investigadores del MerCoSur: “Clínica e Investigación. Contribuciones a las problemáticas Sociales”. Facultad de Psicología. Bs. As. En: https://bit.ly/3LG78yJ
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Salomone, G. Z., (2011), “Discursos Institucionales. Lecturas Clínicas”. En Discursos institucionales. Lecturas clínicas. Vol. 1. Buenos Aires, Arg.: Ed. Letra Viva.
NOTAS
FORUM
En relación al comentario de Malena Batilla: me parece interesante interrogar el papel del padre (Stefan). Ese rol lateral, que condesciende a su pareja en acciones y palabras. Pero es verdad que desde esa lateralidad, aparentemente pasiva, juega un rol en el drama. Acciona ante la desesperación de su mujer ¿será que algo ahí lo asusta?
Respecto a la función materna de la que aportan varios comentarios: si seguimos el hilo propuesto, la Madre como tal es esa ficción que se arma en relación a "lo que viene del exterior", en relación al deseo y el goce. En este sentido, el padre no aportaría mucho de orden simbólico (que podría darle una regularidad al capricho real) más que "a tu madre mejor no contradecirla". Muy interesantes los comentarios.
Todos, incluso bajo las múltiples formas que cada época y cada contingencia de la vida imponen, tenemos una madre. Es así que las historias de ser madre atraviesan la historia misma de la humanidad. Sin embargo, asumirse como tal no es algo del orden de lo natural.
La película permite pensar en la función del Otro materno, quien con los ropajes que cada tiempo provee, se encarga de recibir al niño. Otro de los primeros cuidados en donde se produce una mezcla de amores, deseos, miedos, angustias, palabras dichas y no dichas, huellas mnémicas que se encarnan en la lengua privada de cada sujeto; y que delinean programas de satisfacción que se encuentran en las bases de las construcciones fantasmáticas.
Lacan usó la palabra estrago para referirse a la relación con el deseo materno. Lo graficó con la imagen de un hijo y una hija dentro de la boca abierta de un cocodrilo a punto de cerrarse. Imagen que da cuenta del deseo feroz, deseo puro goce en el cual se ubica al bebé/niño como objeto de satisfacción, prestando su cuerpo para ser un objeto del icc de la madre, obturando la castración, la falta.
El término estrago, introducido por el psicoanalista, nos permite pensar cómo en la relación madre-hija/s, como entre Ewa y Majka, entre Ewa y Annia, hay algo que escapa a la total regulación fálica. En el estrago se da un malentendido en cuanto a la respuesta de qué es ser mujer, esto evidencia la falla de la función paterna que es introducida en esta relación como un padre impotente. Así, el film también nos permite pensar en este intercambio que anuda para cada quien las vicisitudes del amor, el deseo, el goce y la función paterna, y cómo ante la declinación de la misma, se verifican efectos que favorecen la primacía de la madre en su versión más desregulada. Un deseo de la madre, goce sin intervención del significante nombre del padre, sin intervención de la ley.
Considero que es muy pertinente y relevante, preguntar (se) por los posibles efectos de la intervención de la justicia a nivel sujeto de derechos en un caso cómo tal, pero también por los efectos a nivel sujeto para el psicoanálisis.
Mafalda manifestaba “madre hay una sola”, pero en todo caso se trata del caso a caso, de la escritura de cada quien, de cada subjetividad.
El entrecruzamiento de los discursos que atañen el film alude a la pregunta sobre qué es la maternidad y como se lleva adelante la función materna. Existe una apropiación de la niña que queda por fuera del discurso jurídico por un lado, pero también queda por fuera del discurso psicológico que atañe a la subjetividad de los sujetos. Por eso, es fundamental entender que la función materna no sólo se basa en brindar los cuidados necesarios para ese niño pueda sobrevivir, sino que ademas implica que ese sujeto que lleva adelante dicha función, se encuentre atravesado por esa ley.
En relación al escrito del IVX Congreso Online sobre ética y cine de “Decálogo 7 -Complejidades de las maternidades en la palabra del sujeto” una de las cuestiones que me llamo la atención fue la posición del padre (Stefan), tal cual se describe en la escena donde Ewa entra intempestivamente y corre a Majka ante los gritos en sueños desesperados de Annia diciéndole “tú no sabes calmarla” y todo ocurre ante la presencia lateral e indolente del padre. Ello me remite a pensar en el Deseo de la Madre que no es soportable “tal cual”, que siempre produce estragos. La madre es un lugar de alojamiento necesario para el sujeto pero sabemos que Lacan nos dice que ese alojamiento no es sin riesgo. El Deseo de la Madre tiene algo de imprevisible, de loco, de no confiable.
Pero también sabemos, como dos caras de una misma moneda, que hay algo que tranquiliza, contiene, traba esa locura y ello se encuentra relacionado con el Nombre del Padre, ese falo que se interpone entre las fauces del cocodrilo y su víctima. Sabemos que la metáfora paterna es siempre fallida, que cada padre va a ocupar ese lugar de falo en la medida de sus posibilidades, algunos con mayor y otros con menor eficacia. Stefan a través de la presencia lateral pareciera avalar –por inacción– el cuestionamiento realizado por Ewa a Majka, lo cual podría ubicarlo en un lugar de menor eficacia en relación a la metáfora paterna ocupando ese lugar de falo que tranquiliza el Deseo de la Madre.
Película:Decálogo 7
Título Original:Dekalog, siedem - Dekalog 7
Director: Krzysztof Kieślowski
Año: 1990
País: Polonia
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