Se suele utilizar el término “kafkiano” sin haber leído nunca a Kafka. De esa manera, el adjetivo se separa de la obra que lo engendró y pasa a formar parte del imaginario popular.
Muchos de nosotros sabíamos que la frase “tócala de nuevo, Sam”, era el latiguillo de una película que había seducido a nuestros padres. La iconografía de Bogart, enfundado en su traje blanco, nos era cotidiana sin haberlo visto nunca en acción.
Pero un día sucedió: el tiempo mítico, ahistórico, del film, nos envolvió en el blanco y negro –a nosotros también– de una de las mejores películas de todas las épocas.
Se sabe que Casablanca tuvo un rodaje accidentado. Hasta último momento nadie sabía a ciencia cierta cómo iba a ser el final. Yo creo que esta forma precaria de construcción la volvió vertiginosa, le dio el toque que hoy la hace diferente a pesar de ser una película llena de clichés.
Quizás la transformación de Rick sea uno de los momentos más esperados del film. Todos intuimos que detrás de la máscara escéptica que se construyó se esconde un hombre cabal. Rick es el único, de todos los personajes de la película, que logra ser de carne y hueso. Los demás son demasiado arquetípicos y sólo están para servirle.
Cuando Bogart, al final, decide su destino y, con éste, el del film, sabemos definitivamente que el poder no corrompe, delata; y que esta película es tan amada porque nos habla de un hombre justo en un tiempo atroz.
NOTAS
Película:Casablanca
Titulo Original:Casablanca
Director: Michael Curtiz
Año: 1942
Pais: Estados Unidos
PDF: Casas_Casablanca
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