En un artículo de opinión publicado en Libération, la historiadora Laure Murat, invitada a una sesión de cineclub en Los Ángeles, contó que sintió el deber, en nombre de un nuevo enfoque teórico (la «perspectiva de género»), de revisar una escena central de la película Blow-Up (1966) de Michelangelo Antonioni. Atormentada por las acusaciones de violación y acoso contra el productor estadounidense Harvey Weinstein, había creído ver en la película la expresión de una horrible misoginia del cineasta, encubierta durante lustros por una crítica servil:
Se ve al fotógrafo, protagonista de la película, a horcajadas sobre una mannequin tendida en el suelo, con los brazos separados, en posición entregada. Un haz de rayos luminiscentes irradia de su teleobjetivo, sostenido por él con la mano izquierda mientras lo dirige hacia su presa. Esta imagen, en la que seguramente apenas habría reparado hace algún tiempo, me ha resultado evidente. ¿Hacía falta escoger esta representación caricaturesca de la dominación masculina en el ámbito de las artes visuales, justo ahora que Hollywood está sacudido por las consecuencias del caso Weinstein, que sale todos los días en las primeras páginas de los periódicos? [1]
Según Laure Murat, Antonioni se había hecho cómplice de una escena de violación y su «estetismo» era una forma de enmascarar una profunda adhesión a un sexismo «insoportable», de modo que el cineasta se habría convertido, por adelantado, en una especie de Weinstein aristocrático y superdotado.
Al leer este artículo una se pregunta cómo es posible que una destacada profesora, autora de libros apasionantes, pudiera dejarse llevar, en nombre de una crítica posmoderna (la famosa «perspectiva de género»), por semejante furor reduccionista. Porque nada permite afirmar que en esta película estemos ante una escena de violación, ni tampoco que el cineasta aprobara las violencias de su personaje. Bien al contrario, toda la puesta en escena obedece al relato del desvarío de un fotógrafo al borde de la locura, perdido en el laberinto de una perpetua ilusión óptica. No se gana nada con semejante simplificación, como no sea alejarse de los estudios de género pretendiendo arrancar el mal del corazón mismo de la creación artística.
NOTAS
[1] Laure Murat, «Blow-Up revu et inacceptable», Libération, <https://www.liberation.fr/debats/20...> , 12 de diciembre de 2017. Y la respuesta de Serge Kaganski, «Faut-il brûler Blow-Up, le chef-d’œuvre d’Antonioni?», Les Inrockuptibles, <https://www.lesinrocks.com/> , 15 de diciembre de 2017.
Película:Blowup - Deseo en una mañana de verano
Titulo Original:Blow-Up
Director: Michelangelo Antonioni
Año: 1966
Pais: Reino Unido
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