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Reflexiones desde la PSI. Aplicada al deporte a partir de un caso de dopaje

por Fiorella Pollero

Resumen:

El presente artículo aborda, a partir de los conceptos que brinda la Psicología aplicada al Deporte incluyendo una mirada psicoanalítica, el caso de “Alex Schwazer”, un joven italiano especialista en marcha atlética que se halló implicado en un conflicto por un resultado dopaje positivo.
Partiendo de lo narrado en la serie “Marcha por la redención” se reflexiona sobre la singularidad del caso: su padecimiento desde el momento de alcanzar el Oro Olímpico; el uso del dopaje como un intento de invisibilizar la imposibilidad constitutiva del sujeto propia del Discurso Capitalista; como también la influencia del entorno del deportista como la apreciación subjetiva de su práctica en pos de comprender las fluctuaciones que lo llevaron de estar de una situación de vulnerabilidad y sufrimiento psicosomático a una de mayor salud y bienestar.
De forma simultánea, también el articulo reflexiona sobre las implicancias del deporte de alto rendimiento, las repercusiones de un resultado analítico adverso tanto a nivel legal como sus consecuencias subjetivas; y dentro de este ámbito elitista, la importancia del rol del psicólogo que tenga como objetivo el máximo umbral de salud posible.

Palabras Clave: deporte | salud | bienestar | dopaje.

Reflections From the Perspective of Psychology Applied to Sport, Based on a Case of Doping in High Performance Sport

Abstract:

This article is based on the concepts provided by Psychology applied to Sport, including a psychoanalytical perspective, and focuses on the case of "Alex Schwazer", a young Italian specialist in race-walking who was involved in a conflict due to an adverse analytical result of doping.
Taking as a starting point what was narrated in the series "Runnig for the truth: Alex Schwazer", we discuss the singularity of the case: his suffering from the moment he achieved the Olympic Gold medal; the use of doping as an attempt to make invisible the constitutive impossibility of the subject proper of the Capitalist Discourse; as well as the influence of the athlete’s environment as the subjective appreciation of his practice in order to understand the fluctuations that led him from a situation of vulnerability and psychosomatic suffering to one of greater health and wellbeing.
Simultaneously, the article also reflects on the implications of high performance sport, the repercussions of an adverse analytical result both at a legal level and its subjective consequences; and within this elitist environment, the importance of the psychologist’s role aiming to the maximum possible health threshold.

Keywords: sport | health | well-being | doping.

Introducción

El presente artículo, se centrará en el análisis de un recorte de la serie de la plataforma Netflix: “Marcha por la redención”. Sus capítulos, narran los últimos años de carrera como atleta Olímpico de “Alex Schwazer”, un joven italiano especialista en marcha atlética. Su historia resulta de particular interés, por ser el ganador de la medalla de Oro, en la disciplina 50 km en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008, pero posteriormente en el año 2010, luego de consagrarse Subcampeón Europeo, se ve envuelto en una situación sumamente compleja a nivel personal, mediático y judicial, ya que este último título se le es revocado debido a un resultado analítico adverso [1] en un testeo de dopaje.

Entendemos en el marco del presente trabajo a esta serie como una forma de expresar la singularidad de la época, entendiéndose inserta en un contexto específico del deporte, pero también como un reflejo de una problemática contemporánea tanto dentro de la salud, como de la psicopatología que, al mismo tiempo, permite indagar respecto a las implicancias de, por ejemplo, el alto rendimiento, competencia o el dopaje. Como objetivo general del escrito, el mismo se abocará en reflexionar desde los saberes específicos que la psicología aplicada al deporte los aspectos que refieren a salud y el bienestar de los deportistas de alto rendimiento o de élite, teniendo como eje principal la siguiente hipótesis rectora: Considerando las singularidades del caso de Alex Schwazer, sería posible afirmar que, debido a la situación de completa desprotección en que se encontraba el atleta, presionado a continuar más allá de sus limitaciones físicas y mentales, la aparición del dopaje podría ubicarse como una respuesta a la demanda del contexto de borrar dichos límites del sujeto.

Lado B del campeón: el agotamiento físico y mental y las consecuencias a nivel de la salud del deportista

La serie nos sitúa desde sus inicios con lo que nuestro protagonista Alex Schwazer ubica como uno de sus máximos logros: alcanzar la clasificación a los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008.

Desarrolla detalladamente cuál era el plan a seguir durante la jornada: ubicarse siempre en el primer grupo. Pero como el deporte siempre está harto de ejemplos, todo lo que sucede en competencia puede no entrar dentro del universo de lo planeado. El atleta nos cuenta que llegó con un gran dolor debido a una inflamación en ambos tibiales, lo que lo llevó a pensar en abandonar a mitad de la carrera. Se puede ubicar en su relato, lo que se entiende dentro del ámbito de la psicología aplicada al deporte, como una puesta en práctica óptima de algunas de las habilidades mentales necesarias para favorecer al rendimiento deportivo (Gimeno, Buceta y Pérez – Llanta). Su determinación, junto con su gran desarrollo de dichas habilidades, (entre las que se encuentran: la modificación de los focos atencionales, su alto nivel de concentración y motivación, su capacidad de autocontrol y su gran capacidad de gestión emocional) en conjunción con una alta tolerancia al dolor, propia de los deportes de resistencia y del alto rendimiento, le permitieron finalizar en el primer lugar la carrera, alcanzando el Oro Olímpico.

Luego de lograr alcanzar el reconocimiento máximo que el deporte posee, el documental nos enseña recortes respecto a la vida personal del atleta, los cuales son completamente distintos a los que podría pensar el imaginario popular. Utilizando el recurso de la intimidad de la entrevista, Alex acota que ese momento de exposición post medalla fue totalmente agotador, que lo llevó al punto de no poder comer en semanas. Lo define como un momento absolutamente estresante en el que nunca pudo sentirse tranquilo. Entiende que el querer disfrutar de la victoria al máximo lo llevó a situaciones sumamente complejas a nivel emocional, entre las cuales por ejemplo se pueden encontrar signos de despersonalización.

La madre explica que después de los JJOO se lo veía triste, agotado y vacío. Lo que el atleta confirma y agrega que este agotamiento emocional le estaba repercutiendo en una disminución de su rendimiento a la hora de volver a entrenar. Nos cuenta también, que empezó a ser más introvertido, hablando menos de lo que sentía. Dentro de este estado de desasosiego, Alex agrega que lo único que le generaba placer era comer. En lo que respecta a su rendimiento en competencia, el deportista nos cuenta que, en el mundial de Berlín de 2009, a pesar de haber estado muchísimo más entrenado y con un alto nivel de competitividad, llegó en un estado de agotamiento absoluto, lo que trajo como consecuencia que a mitad de la carrera deba abandonar.

Luego de verse imposibilitado a terminar la competencia debido al agotamiento físico que sufría; Alex llama a su máximo sponsor para disculparse por el mal rendimiento. Es dentro de esa misma llamada, cuando se le facilitó por primera vez al deportista el acceso a un “profesional” de la salud para “mejorar su rendimiento”. Sin entrar en detalles respecto al profesional ni sus métodos, es importante aclarar que el Dr. Ferrari era una persona importante en el mundo del deporte de alta competencia Internacional de deportes de resistencia como el ciclismo, sumamente controversial por sus estudios y prácticas para lograr mejoras del rendimiento de los atletas que competían en disciplinas con el uso de Eritropoyetina (EPO), como también testosterona. También considero relevante tener en cuenta que el primer entrenador de Alex era amigo del mismo y que anteriormente también le había indicado consultar por un tratamiento con el médico mencionado para mejorar el rendimiento, pero dentro de la serie no se realizan aclaraciones de cómo fue el resultado de esa intervención.

Luego de comenzar con su tratamiento con el Dr. Ferrari, Alex se presenta en el Campeonato Europeo de Barcelona, en el año 2010, en el cual logra la medalla de Plata. Completamente enojado y abatido por el resultado, el deportista nos cuenta que él se sentía altamente superior a los demás, y por ello no podía tolerar un segundo lugar en una tabla de posiciones. La madre agrega una reflexión importante para entender cómo se encontraba el deportista en ese momento: “Alex llegó a Barcelona triste. Debería entusiasmarte un segundo lugar. Nada, ninguna reacción. Como si no estuviera ahí, estaba fuera de sí por completo”. El padre relata que de vuelta en su casa, Alex tiró la medalla a la basura ya que no consideraba como victoria un segundo puesto: “solo importa ganar”, “el segundo es el primer perdedor”, para el atleta la situación en que se encuentra, le resulta imposible sonreír. La relación con dicho médico, se vio interrumpida debido a una investigación judicial que el Dr. Ferreri tuvo que afrontar por la presencia de una denuncia penal por sospecha de complicidad en casos de dopaje positivo.

A causa de la denuncia mencionada, Alex volvió adentrarse en el camino de la soledad: por un lado, continuó alejándose emocionalmente aún más de su familia, y al mismo tiempo, continuó entrenando pero completamente solo, lo que le generó altos niveles de desgaste y fatiga. Fue en este período que el atleta empezó a mostrar signos de depresión, hasta llegar al punto de enunciar querer terminar con su vida saltando por la ventana. El deportista en sus palabras dice, haberse sentido tan vacío por dentro, que le estaba siendo imposible poder realizar las cosas consideradas como más simples.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” (WHO, 2023); y específicamente define a la salud mental como “un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente” (Peris-Delcampo, 2023. P 10). Partiendo de dichas definiciones, si el deportista gozara de buena salud, sería alguien quien debería contar con la capacidad de disfrutar y de ser feliz; y llevándolo específicamente al ámbito deportivo/competitivo, sería quien pudiera afrontar más o menos de forma efectiva las diferentes situaciones estresantes que la competencia en sí misma presenta.

En este punto del documental, el deportista se encuentra en el polo opuesto de todos los conceptos antes mencionados. Podemos inferir que las demandas físicas y psicológicas con las que se encontró Alex luego de ganar la medalla de oro, superaron ampliamente su capacidad de respuesta y de tolerancia, empujándolo a un estado de desequilibrio a nivel psíquico que lo llevó a sufrir consecuencias a nivel somático.

No se puede desconocer que, intentar competir en este estado de completa vulnerabilidad psicosomática coloca al deportista en un alto riesgo. No es sin un costo para un deportista. Lograr el éxito dentro de una situación de competencia requiere de la coordinación de muchas variables personales. En el caso de Alex, más allá de su aumento de entrenamiento y mejora de sus condiciones físicas, la realidad fue más fuerte y le fue imposible terminar de correr la carrera del Campeonato del Mundo.

El dopaje como solución. Pero ¿a qué? Una reflexión desde la Psicología como campo de saber específico, con una mirada psicoanalítica, aplicada al deporte.

Al año 2011, se puede ubicar el punto de quiebre en la carrera deportiva de Alex Schwazer. A partir de charlas con quienes eran sus mayores adversarios al momento, surge su necesidad imperiosa de comenzar a doparse con EPO y testosterona para mejorar su rendimiento.

Esta “solución” aparece frente al enojo de entender que quienes en aquel año se encontraban dentro de las primeras posiciones en todas las competencias estaban realizando prácticas antirreglamentarias casi de manera cotidiana pero no eran descubiertos; y por ello, toma la decisión de incursionar por el mismo camino.

En todo momento él entiende que se encontraba planeando, planificando y realizando algo que era ilegal y que estaba prohibido y penado por las normas antidopaje, pero decide correr ese riesgo, a pesar de conocer sus consecuencias.

Los primeros efectos del uso de EPO se vieron en la carrera de Lugano del 2012 (clasificación para los JJOO de Londres 2012), donde batió sus propios récords de manera avasallante, en los cuales llegó a correr los últimos mil metros en 3:33. Menos de un mes después, Alex tuvo que enfrentarse a dos controles de dopaje en menos de 10 días, lo cual lo hizo entrar en alerta ya que entendía que su carrera comenzaba a correr algunos riesgos. A causa de este estado de alerta, todos los síntomas anteriormente nombrados en el atleta, empeoraron aún más. En sus palabras, “tuve momentos en los que no sabía cómo iba a llegar al día siguiente. Era como estar en una pesadilla y entender que ya no hay salida, y nadie puede ayudarte, porque sabes muy bien que al otro día, tendrás que afrontarlo solo de nuevo. Si estás en esa situación, los días son muy largos. Son días en los que duermes poco, nada o mal.” Su madre agrega a la explicación del momento crítico, un relato sumamente angustiante, en donde encuentra a su hijo sentado en la cama, ella le pregunta cómo estaba, si se sentía enfermo, y para sentarse con él corre una mochila que estaba entre ellos; y es allí cuando nota el peso de la misma, y frente a la pregunta de qué es lo que había dentro, el deportista responde “son piedras. Mamá, quería ahogarme porque no puedo más, pero no lo hice por ti, [...] pero ya no puedo más”.

La reflexión y la rumiación empiezan a ser agotadoras para el deportista, replanteándose su trayectoria, sin comprender cómo pasó de tenerlo todo, luego del Oro Olímpico a considerar quedar quinto en Londres, para poder continuar dopándose hasta el último minuto, ya que se había convertido en una obsesión para él.

A un mes de los JJOO, en Julio de 2012, Alex es objetivo de un control de dopaje fuera de competencia, luego de un complejo episodio con un primer fallido por encontrarlo, en un segundo intento logran satisfactoriamente recolectar la muestra necesaria para realizar el control de doping; el cual arroja un resultado analítico adverso por el uso de Eritropoyetina.

En una posterior conferencia de prensa, Alex confirma a los medios el resultado positivo del testeo a cargo de la WADA-AMA [2], por el uso de EPO. Su actitud durante toda la entrevista es de completa vergüenza y arrepentimiento. Se muestra totalmente agotado tanto a nivel físico, como mental. La angustia lo desborda desde el inicio. En sus palabras, afirma no haber tenido más fuerzas para dilatar el momento, y su único deseo era que se terminara todo. Entre llantos, palabras y sollozos, se puede ver y escuchar como los flashes casi de forma continua, retratan la desolación del deportista. En la conferencia, el deportista cuenta todas las situaciones sumamente estresantes a las que debió enfrentarse, que hacía semanas que casi no dormía, que se sentía sumamente culpable por mentirle a sus seres queridos, y que estaba completamente aliviado de que todo eso haya terminado lo que quizás lo habilitará a poder vivir una vida normal.

Como afirma el Psicólogo Alfredo Fenili (2016), el dopaje es un fenómeno relativo al rendimiento deportivo, que tiene como único fin mejorar el rendimiento para lograr ganar. No necesariamente está relacionada lo que conocemos como “trastorno por consumo de sustancias” [3], ya que esta última es un concepto mucho más complejo, que no necesariamente se reduce al uso de drogas.

Según el autor, el deportista que se dopa, lo que está buscando es ganar a cualquier precio y sin medir las consecuencias, casi bajo el lema comúnmente conocido como “el fin justifica los medios”. Ubica también que es algo característico dentro de la historia del hombre desafiar permanentemente los límites que se ha impuesto a sí misma. “Típica contradicción: hacemos el mismo esfuerzo en poner el límite que en transgredirlo. Y somos presos de esa dualidad.” (P. 154)

Fenili (2016), respecto al deporte y el dopaje, hace la siguiente reflexión teniendo en cuenta la naturaleza de los sujetos desde una perspectiva psicoanalítica [4]: “la verdad de la persona se expresa a través del cuerpo y no del discurso. Siendo el gesto deportivo el punto más alto de la verdad del hombre, el doping es el equivalente a la mentira cuando hablamos. Encontramos una manera de mentir que no sea a través de lo que se dice. El deportista queda preso de sí mismo y de un ambiente que muchas veces lo invita a mentir” (P. 155)

Es importante detenerse en esa última frase del Lic. Fenili: “El deportista queda preso de sí mismo y de un ambiente que muchas veces lo invita a mentir”. No podemos desentendernos que los deportistas se encuentran dentro de un paradigma actual de hipermodernidad, completamente comandado por las leyes del mercado, o como lo definiría Lacan, determinado por el “Discurso [5] Capitalista”. Assef (2013) afirma que, bajo las coordenadas de este discurso, queda definida la subjetividad de la época, donde el mercado genera una forma de gozar a nivel comunitario y produce una subjetividad compartida en un lugar y tiempo determinados. Con respecto a este goce, dentro de este discurso no existe ninguna forma de ligarlo, ni tratarlo; lo que produce una ruptura que ocasiona que la sociedad se tenga que enfrentar a una desregulación del mismo. Por otro lado, este discurso también busca forcluir la falta en el sujeto; excluye la castración como límite al goce, dejando al sujeto inmerso en un círculo sin fin en el cual es empujado a gozar constantemente. (Dipaola, Esteban Marcos; Lutereau, Luciano, 2015). Este desarrollo teórico psicoanalítico se resume en la icónica frase de la marca líder deportiva “impossible is nothing”. El paradigma que enmarca nuestra realidad actual, no solamente en el ámbito del deporte, sino que en todos los espacios en donde haya sujetos hablantes inmersos, está delimitado por las normas del capitalismo que nos remarca incansablemente que todo es posible, ya que debe faltar la imposibilidad, debe faltar la falta. El dopaje se puede entender como una consecuencia de este discurso, borrando provisoriamente la falta constitutiva del sujeto durante su uso, convirtiéndolo en invencible, casi en inhumano. Pero como la realidad es más fuerte, y lo real nunca para de reinscribirse, los límites del sujeto aparecen. Los controles antidopaje cumplen el rol de devolver a los deportistas su calidad de sujetos, marcando los límites del juego limpio, en búsqueda de la prevalencia de la salud de los sujetos, como de la equidad a la hora de competir.

Entonces, el dopaje surge en el deportista como una salida “fácil”, que le permite ampliar sus capacidades físicas, tras una mentira habilitadora a borrar sus límites de la imposibilidad (tanto físicos como mentales), permitiéndole llegar a marcas impensadas por él mismo. Pero lejos de ser una solución, doparse se convirtió en un problema mayor a sortear en su vida cotidiana. La rutina para él se volvió insostenible, y el peso de la mentira se convirtió en una mochila muy difícil de cargar. Llegado el resultado adverso, detrás de la vergüenza por la exposición y el acoso de los medios, Alex sintió alivio de que la pantomima había terminado.

Por otra parte, a partir de la llegada de la notificación, de que un deportista es positivo de dopaje para WADA-AMA, la vida y rutina del mismo se ve completamente modificada. Lo que ocurre es que las variables que maneja a nivel cotidiano, se ven completamente interrumpidas debido a la llegada de las sanciones. En el caso de Alex fueron:

 Debido a que lo ocurrido fue en Italia, el atleta se vio obligado a enfrentar un proceso judicial debido a que el dopaje es considerado un delito penal
 La sanción lo obliga a estar por fuera del circuito de entrenamiento y competencias por un período de casi 4 años.

Desde la perspectiva que nos ofrece la psicología aplicada al deporte, dentro del marco del presente artículo, es necesario detenernos a reflexionar sobre este último punto. Un deportista de alto rendimiento o de Élite, en el momento de la llegada de la notificación del positivo, es completamente aislado de su grupo de pertenencia (amigos, institución, entrenador, etc.), debido a la sanción que impone la WADA-AMA con la aplicación del código anteriormente nombrado. Considero un punto crítico para la reflexión las implicancias a nivel de la salud mental que puede sufrir un deportista a partir de la implementación de dicha sanción.

Si comparamos tal situación con la de una lesión, ya que en ambos casos el deportista se ve obligado por causas ajenas a su voluntad a abandonar la práctica deportiva; todas las recomendaciones que se pueden seguir en pos del bienestar integral del deportista en su rehabilitación, son (casi) imposibles de seguir en el caso de un atleta con un resultado analítico adverso.

Algunas de las recomendaciones a tener en cuenta como profesional de la salud o como integrante de un equipo técnico o médico de un deportista son (Rotella y Heyman, 1991), por un lado asegurarse la continuidad de los contactos con sus vínculos, por otro, la continuación o adaptación de las rutinas deportivas para que los deportistas continúen con actividades lo más similares posibles a las de entrenamiento o competencia; y se resalta como principal la importancia de prevenir el desarrollo y exacerbación del deterioro, buscando ofrecer herramientas para avanzar hacia adelante y continuar viviendo de una manera sana y exitosa.

La realidad a la que se afrontará un deportista en estas circunstancias es sumamente distinta. El deportista queda solo, aislado e inhabilitado para continuar con su práctica deportiva. Las instituciones y los entrenadores pueden ser sancionados si continúan teniendo algún tipo de interacción con los deportistas. No existe ningún tipo de programa, protocolo, planificación o recomendación por parte de ninguna institución que vele por el bienestar del deportista dentro de este período de transición hasta finalizar la sanción. Es el mismo deportista por sí solo que deberá buscar, dentro de su bagaje de herramientas adquiridas, la forma de adentrarse y sobrellevar el tiempo que dure la pena impuesta. Es sabido la efectividad que tiene el deporte a la hora de aumentar el bienestar, como también lo efectivo y el gran valor terapéutico que tiene en la reducción de emociones de ansiedad y depresión, por ello, resulta contradictorio a los efectos de la sanción, el aislar a los deportistas de su ambiente y su práctica deportiva.

Marcha por la redención: en búsqueda de un nuevo objetivo

Alex afirma que a partir del resultado todo cambió:

“El deportista había sido destruido en ese momento; que no es poco para un campeón olímpico. Pero ahora la vida espera, una vida por descubrir. Después del positivo, me sentí mucho más libre. A los 28 años empecé a hacer lo que haría un chico después de terminar la secundaria: me anoté en la universidad, con chicos que eran en su mayoría diez años más jóvenes que yo, que tenían una formación muy superior a la mía. Yo empecé de cero, no entendía nada. En el verano, me quedé en Innsbruck y trabajé de mesero [...] y a nivel humano fue algo que me enriqueció. Eso era lo que necesitaba, un cambio drástico que me hiciera entender ciertas cosas”. “Mientras tanto, la imagen que tenía del deporte, volvía de a poco a su sitio. Me había empezado a ejercitar de nuevo: correr, andar en bicicleta. Renací.”

Es sumamente importante analizar, al igual que en las lesiones o cualquier conflicto que pueda estar atravesando el deportista, cómo el sujeto interpreta y se posiciona frente a esa situación acontecida más allá de la situación objetiva en sí misma. En el caso de Alex, es explícito el cambio que ha surgido a nivel personal: su posicionamiento subjetivo frente a la sanción es más adaptativo y saludable que aquel que estaba padeciendo durante su período competitivo, incluso siendo esta segunda etapa de su vida, calificada por él como un “renacimiento”.

Luego, su carrera deportiva realizaría otro giro drástico: Alex comienza a entrenarse para las eliminatorias de Río 2016 de la mano de Sandro Donati, referente del atletismo y del antidopaje de Italia. Sandro fue el encargado de realizar desde el primer momento la inteligencia para lograr dar con el positivo de Schwaser, y posteriormente también será el líder del equipo técnico que intentó llevar al atleta a la competitividad nuevamente, una vez sea levantada la sanción por doping positivo.

El rol de Donato es sumamente importante en acompañar y sostener al deportista en toda su transición por la “marcha por su redención”. Él y su equipo entienden las obligaciones y consecuencias que tiene que ocupar ese lugar, como también resaltan la importancia de “no dejar solo” al atleta en este momento, que necesita ayuda para recuperarse; en el marco de sostener “primero a la persona y luego al atleta, en búsqueda no de resultados, sino de lograr un proyecto de vida”. El compromiso de todos los integrantes del equipo en busca de lograr este nuevo objetivo fue total. La motivación casi instantánea, fruto de la pasión de todos los integrantes que lo componían. Esta confianza puesta por parte de los entrenadores sobre el deportista funcionó como un puntapié en la autoestima del deportista, que él mismo la ubica como una “motivación adicional”. A partir de la implementación del plan de entrenamiento diseñado por Donato, éste comenzó a ocupar el rol de Líder que para Alex al momento nadie estaba ocupado. La confianza y el respeto entre ambos era plena, y los resultados de dicho vínculo y esfuerzo de trabajo fueron arrolladores: en la primera evaluación realizada de manera individual por fuera del circuito de competencia, logró quedar a pocos segundos del récord del mundo.

Finalizada la sanción en inicios de 2016, Alex es convocado al mundial de marcha atlética del mismo año, el cual lo habilitó a participar en los Juegos Olímpicos, tras lograr alcanzar la medalla de oro en los 50 KM. Tanto su participación en los JJOO como dicha medalla obtenida se vieron truncadas por un nuevo resultado adverso ante la presencia de testosterona en dos testeos el mismo año, lo que lo dejó fuera tanto de las Olimpiadas de Río de 2016 como las de Tokio de 2020. Su carrera se vio finalizada hasta el momento ya que aún al día de hoy no ha concluido su sanción por el nuevo resultado.

Más allá del ofuscamiento de la carrera deportiva del atleta a causa del nuevo incumplimiento de las normas antidopaje, sanción que se apela y pone en duda en lo que resta de la serie ya que se plantea un sabotaje al marchador, sobre lo cual no entraremos en detalle. Resulta importante destacar el completo cambio de perspectiva que comienza a tener Alex sobre su vida a nivel deportivo y familiar. A nivel personal, la modificación de su rutina, relaciones y costumbres generó que se produzca un contexto mucho más favorable para el desarrollo de factores que permiten proteger la salud mental de la persona (García-Naveira y Rivas, 2023). El atleta empezó a descubrir una vida por fuera del deporte, comenzó a formarse académicamente, se puso en pareja formando una familia, obtuvo un trabajo… El entrenamiento y competencia en el alto rendimiento requiere de muchísimo tiempo y energía, lo que hace muchas veces incompatible el desarrollo de otras actividades por fuera. Pero el poder establecer un proyecto de vida por fuera del ámbito deportivo es sumamente importante a la hora de velar por la salud psicológica de un atleta, ya que la falta del mismo puede generar mayores niveles de estrés y ansiedad, como también incrementar la dificultad del retiro deportivo a la hora de abandonar la práctica del mismo.

Por otro lado, la llegada de Donato es de vital importancia para este cambio de perspectiva de su práctica deportiva. Un entorno que entiende la situación del marchador, lo acompaña en su rehabilitación y proceso legal, generando un plan de trabajo acorde a sus limitaciones, fue determinante para poder generar espacios, relaciones y entrenamientos de calidad que beneficien la salud y rendimiento del atleta. La presencia de un tercero, que a partir de mediciones objetivas y estudios de las cualidades deportivas y el rendimiento circunstancial de cada momento, que vaya estableciendo las metas y los objetivos, permitió regular la autoexigencia del deportista, ayudando a disminuir niveles de estrés, ansiedad y fatiga, logrando generar una práctica posible de sostener en el tiempo, en momentos sumamente complejos del proceso legal al que tuvo que enfrentarse Alex.

A partir de lo desarrollado, podemos inferir que el proyecto deportivo en su totalidad y su práctica se volvió mucho más saludable. El ambiente y sus relaciones generaron un ámbito de práctica controlado, que permitió mucho mayor nivel de disfrute, siempre acompañado por un entrenador y su equipo que eran ubicados como referentes y líderes positivos. El acoso de los medios continuó siendo el mismo, pero Alex ya no estaba solo enfrentando a los periodistas, sino que siempre se encontró acompañado por Donato, siendo muchas veces este último quien se encargaba de hablar con la prensa en pos de velar por el bienestar y la tranquilidad del deportista.

Fue la práctica del mismo deporte, junto a la suma de condiciones y un contexto completamente diferentes, lo que le devolvió a Alex bienestar en su vida. A pesar de no poder concretar su objetivo de volver a ganar otra medalla debido a las sanciones, es de suma importancia el destacar el cambio rotundo si se compara con el tiempo posterior al Oro Olímpico. No fue el premio, ni la medalla, ni nada que se relacione con haber ganado, lo que le trajo felicidad ni salud, sino todo lo contrario. La falta de un entorno que lo guíe, contenga y escuche, lo empujó a límites de falta de tolerancia al estrés y la ansiedad que lo llevaron al punto de producción de ideas suicidas y a la toma de decisiones que coartaron su práctica deportiva.

Conclusión

El fin del presente artículo fue reflexionar a partir de una historia real, de un padecimiento verdadero contado en primera persona por parte de un deportista de Élite. Se buscó analizar las consecuencias a nivel subjetivo que puede atravesar un atleta que logró alcanzar el máximo reconocimiento, como es un oro olímpico, con todo lo que ello implica a nivel físico y mental.

Desde la psicología considero que resulta importante contemplar en sentido amplio el alcance y la importancia que puede tener nuestra labor en el bienestar de quien practique deporte, velando siempre y ante todo por la salud. García Ucha y Ortiz Marholz, (2023) reflexionan respecto al rol de los psicólogos en el deporte a lo largo de los años. En sus inicios se ha caracterizado por ser el encargado de mejorar y casi hasta garantizar el rendimiento de los deportistas; pero sin embargo, en la actualidad los problemas derivados del estrés, las presiones individuales y del contexto, entre otros, han generado un cambio de paradigma respecto al rol de estos profesionales de la salud. El trabajar en entornos deportivos, no debe ceñirse únicamente a la mejora del rendimiento en miras de alcanzar un resultado, sino que también es necesario trabajar respecto a la salud, el bienestar y la felicidad de todos aquellos que se encuentran en el entorno deportivo, y muy especialmente en alta competencia.

Los autores afirman “Los deportistas son personas que no solo deben recibir una preparación mental para su quehacer en el deporte, sino además para sortear el estrés derivado de su esfera social” (García Ucha y Ortiz Marhols, 2023, P.21).

Como afirman García-Naveira y Rivas (2023) “es importante recordar que detrás de la habilidad deportiva y los resultados que obtiene, hay una persona real, con su propia historia, circunstancias, emociones, necesidades y limitaciones. No hay que olvidarse que los deportistas de élite son humanos y no máquinas, que sienten y padecen (p. ej., ansiedad estrés y depresión). A menudo se los ve como superhéroes y modelos a seguir a partir de sus éxitos deportivos, aunque también tienen sus propias luchas y desafíos fuera del deporte y dentro del mismo” (P. 69)

Por ello, me es imperiosa la pregunta aunque sea contra fáctica de ¿podría haberse evitado tanto sufrimiento a una persona si se la hubiera escuchado y acompañado a tiempo? La reflexión no hace foco en el dopaje, sino en todas las señales previas que el atleta fue enumerando, que tanto la familia como todo su entorno deportivo presenció pero no pudo/quiso ver ni escuchar, que terminaron influyendo en un malestar generalizado de gravedad y en la decisión de doparse para no enfrentarse con una realidad, que era la de “no poder”: no poder ganar, no poder entrenar, no poder concentrarse, no poder dormir, etc.

Desde el panorama que nos brinda nuestra profesión, como especialistas de la salud, según Alfredo Fenili, la alternativa de conseguir alcanzar la práctica de un deporte más humano y mejor debería ser una de las cuestiones que más debieran preocuparnos dentro de esta temática del doping (2016). Lejos de tomar una perspectiva moralista dual de bien o mal, entender que doparse es una realidad dentro del deporte y ubicarla como una consecuencia dentro de la realidad de un deportista que no quiere (o no puede) aceptar sus límites y que lo puede llevar a poner en riesgo tanto su carrera como su salud o hasta su vida, considero que es central para abordar dicho problema, intentar tener como objetivo de trabajo velar por el bien del atleta, en miras de preservar y mejorar su salud en el sentido más amplio.

Entonces, también me urge preguntar ¿Es el más alto rendimiento una práctica que se pueda ubicar dentro del paradigma de la salud? Creo que es una pregunta con más de una respuesta, no se puede decir rotundamente que sí, pero tampoco que no. Es un derecho de las personas el poder acceder al grado máximo de salud que se pueda alcanzar, y es allí en donde considero que hay que ubicar el norte de nuestra práctica. El escuchar y alojar, y si es necesario psicoeducar a los deportistas debe ser siempre con el enfoque de buscar su máximo umbral de salud posible.

Esta serie nos permitió adentrarnos en los últimos años de carrera de un deportista de la más alta categoría del deporte, tanto en su punto más alto, como en su punto más complejo y difícil de transitar. Lejos de lo que se podría creer desde el sentido común, el éxito y lo que le continuó se encontró ubicado en el polo opuesto a lo que entendemos como saludable. La sanción vino a poner un límite a un goce desregulado y a síntomas sumamente complejos para devolverle a la persona su cualidad de sujeto que no todo lo puede, lo que forzó al individuo a buscar nuevas alternativas para llenar un vacío que había dejado la limitación de la sanción. Esto permitió entender al deporte y su práctica desde otra perspectiva, lo que afortunadamente se vio acompañado por un equipo de personas que siempre buscaron velar por el bienestar de Alex.

Todo este recorrido realizado a lo largo del trabajo gracias a los lineamientos que nos brindó la docuserie de “Marcha por la redención”, lejos de buscar demonizar o criticar, buscó ser un ejercicio de pensar y reflexionar. Se buscó dar lugar a un espacio para el cuestionamiento en miras de ampliar el horizonte de la salud en el ámbito deportivo, que de a poco va ganando protagonismo en nuestro ámbito de trabajo a partir de las necesidades que los mismos atletas exponen en sus discursos.

Referencias:

Assef, J. (2013). La subjetividad hipermoderna: una lectura de la época desde el cine, la semiótica y el psicoanálisis. Grama Ediciones.

Dipaola, Esteban Marcos; Lutereau, Luciano. (2015). El Discurso Capitalista y el goce de lo que se consuma: Lacan y la cultura contemporánea. Diferencia(s), 19-39

Dylan Evans. (2018). Diccionario Introductorio de Psicoanálisis Lacaniano (PAIDOS LEXICON).

Fenilli A. (2016) “Alto rendimiento: psicología y deporte”. Garcia Mas, A. (2016). Alto rendimiento: psicología y deporte: tendencias actuales (M. Roffé & F. E. García Ucha) (P. 154-157)

Gimeno, F., Buceta, J. M., & Pérez - Llanta, M. d. C. El cuestionario «Características Psicológicas Relacionadas con el Rendimiento Deportivo» (CPRD): Características psicométricas. Análise Psicológica. https://bit.ly/3A1fZsx.

García-Naveira A, Rivas C (2023) “Juguetes Rotos, del éxito al fracaso: el lado más humano de los deportistas de Elite”. En Peris-Delcampo, D., Roffé, M., Jodra, P., & García Ucha, F. (2023). Salud Mental y psicología del deporte: Fundamentos prácticos. Imaginante editorial. (P.69-79)

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NOTAS

[1Un “Resultado Analítico Adverso” según la WADA-AMA (World Anti-Doping Agency o Agencia Mundial Antidopaje en español), es un informe de un laboratorio acreditado por la AMA u otro Laboratorio aprobado por la AMA que, de conformidad con el Estándar Internacional para Laboratorios, establece en una Muestra la presencia de una Sustancia Prohibida o sus Metabolitos o Marcadores, o evidencia del uso de un Método prohibido. (WADA-AMA, 2021, P6)

[2En “fundamentos de la Psicología del Deporte” (Weinberg & Gould, 2010)

[3Según el DSM 5, “se utiliza la expresión más neutra trastorno por consumo de sustancias para describir el amplio abanico de un trastorno, desde un estado leve a uno grave de consumo compulsivo y continuamente recidivante. Algunos clínicos preferirán utilizar la palabra adicción para describir las presentaciones más extremas, pero esta palabra se ha omitido de la terminología oficial del diagnóstico de consumo de sustancias del DSM-5 a causa de su definición incierta y su posible connotación negativa”.

[4Se entiende como “sujeto”, desde la perspectiva psicoanalítica Lacaniana como “sujeto del inconsciente”, como sujeto barrado por una falta constitutiva del mismo. (Dylan Evans, 2018)

[5Lacan (2009) en el seminario 17 desarrolla el concepto de discurso, definiéndolo como la función fundamental para el lazo social. Para Lacan, el discurso es una estructura necesaria que excede por mucho a la palabra, ya que se trata de un discurso sin palabras. Tampoco se funda en el sujeto, sino que parte de la estructura del lenguaje y por ende, del significante.




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Título Original:Il caso Alex Schwazer

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