Resumen:
El siguiente artículo sobre la película After Thomas aborda la construcción del cuerpo y el lugar del goce en el autismo. En su recorrido, intenta poner en evidencia la importancia del cuidado y el acompañamiento de los intereses que pueden presentar estas personas, ya que los mismos son las herramientas que obtienen del campo del Otro del lenguaje para poder salir del goce propio del ruido de lalengua. En el caso del protagonista, este puede empezar a sostener una relación con los otros a partir de encontrar en los trenes y en su mascota la posibilidad de ubicar un objeto en el borde de su goce y así favorecer su desplazamiento como forma de lazo social. La posición ética que tengan las personas de su entorno será fundamental al momento de pensar cómo realizar tal sostén de estos recursos del sujeto.
Palabras clave: cuerpo | goce | lalengua | lazo.
Body, Jouissance and Ethical Position Before Autism
Abstract:
The following article about the film After Thomas addresses the construction of the body and the place of jouissance in autism. In his journey, he tries to highlight the importance of caring for and accompanying the interests that these people can present, since these are the tools they obtain from the field of the Other of language in order to get out of their own enjoyment of the noise of lalengua. In the case of the protagonist, he can begin to maintain a relationship with others from finding in the trains and in his pet the possibility of locating an object on the edge of his enjoyment and thus favoring its displacement as a form of social bond. The ethical position of the people around them will be essential when thinking about how to support these resources of the subject.
Keywords: body | jouissance | lalengua | lasso.
After Thomas (también divulgada como Un amigo inesperado) es una película británica del año 2006, producida por Beryl Vertue y Elaine Cameron, dirigida por Simon Shore y escrita por Lindsey Hill. Está basada en el libro “A Friend Like Henry” (Un amigo como Henry) de Nuala Gardner, que trata sobre la historia real de la familia de un niño con diagnóstico de autismo severo, donde se describe la desesperación, frustración y cansancio de unos padres, junto a cómo se va resquebrajando su relación de pareja a medida que pierden las esperanzas de encontrar mejorías en la condición de su hijo. Es interesante porque, sin ser el primer film, es novedoso por los temas que abarca, que no son sólo los síntomas y las conductas “inapropiadas” (sobre todo para su entorno) de un niño discapacitado, sino también la repercusión en su familia. Los intereses restringidos, las conductas estereotipadas y repetitivas, la dificultad para comunicarse junto con la limitación de las interacciones sociales son una serie de factores que dificultan la relación de estos padres con su hijo, lo que también tiene efectos en la calidad de la vida social que encuentran limitada.
La película nos muestra al inicio a un niño llamado Kyle Graham (Andrew Byrne), quien camina llevando un muñeco de Mickey Mouse acompañado de su madre –Nicola Graham (Keeley Hawes)–. Este niño presenta una crisis (desorden conductual, gritos, llanto) al tener que concurrir a una zapatería. Es notorio como suele desbordarse en ambientes que no reconoce como familiares. Su madre debe concentrarse en contenerlo y calmarlo ante la gente que observa su comportamiento, lo que aumenta su malestar. Es que el juicio de los otros y la desaprobación por tomar estas conductas como simples caprichos son una carga más que deben soportar los padres. Cabe comentar que encontrar el diagnóstico apropiado le llevó dos años a esta pareja, lo que distribuyó sentimientos de culpa y agresión de manera disímil. Esta situación no impidió que estos progenitores se sostengan siempre desde el amor para criar a este hijo, lo cual no excluye ambivalencias e incertidumbres.
Desde el psicoanálisis sabemos que siempre se presentará una desproporción entre el hijo deseado desde la fantasía y el hijo que llega a la vida de unos padres, pero aquí encontraremos un ejemplo de la brecha aumentada de tal desproporción, lo que necesariamente va a acarrear un duelo de otras características.
A continuación, el film nos muestra que al regresar al hogar, el niño encierra a su madre en un cuarto de depósito por un descuido de esta. Mientras tanto, Kyle se sirve jugo, previo a romper un objeto de vidrio y ponerse en peligro, ya que camina descalzo. Esto nos muestra que puede planificar una intención, ya que su objetivo es mirar un dibujo animado llamado Thomas the Tank Engine. El personaje principal de tal dibujo manifiesta: “Thomas el tren…era un día esplendido”, y al escuchar esto el niño se calma y focaliza su atención totalmente. Posteriormente, cuando el chico abre la puerta del cuarto donde estaba su madre, esta lo abraza y contiene, ante lo que Kyle sólo parece posicionarse de manera receptiva, pero sin manifestar una reacción propia para tal situación (sin reconocimiento de la mirada social ni respondiendo afectivamente al abrazo que su progenitora le entrega).
Encontramos que este caso de autismo severo pone en evidencia el lugar del cuerpo y su relación con los otros. Pero ¿de qué cuerpo estamos hablando aquí? Para empezar, este cuerpo para el psicoanálisis debe ser construido y apropiado. Para su construcción se requieren varias operaciones, ya que el ser humano (cachorro humano) llega al mundo con un cuerpo marcado por la estructura del lenguaje, donde este mismo viene a suplir la falla del instinto en el viviente. Tenemos, de este modo, que la construcción del cuerpo se caracteriza inicialmente por la prematuración, la incoordinación y la dependencia. Todos signos de que debe “acondicionarse” a una situación distinta a la de los animales (organismos gobernados por el instinto). Así, el cuerpo está desde el inicio desarreglado por la fragmentación pulsional que produce la entrada en el mundo del lenguaje. En esta línea argumentativa, sobre la sexualidad infantil, Freud postulará que se origina en algunas de las funciones fisiológicas de mayor importancia vital, estando el cuerpo orientado por la búsqueda de satisfacción. En efecto, esas marcas [1] comandarán la construcción del cuerpo con relación al Otro, partiendo del autoerotismo del cuerpo fragmentado y evidenciando que su fin sexual se halla bajo el dominio de las zonas erógenas. Recordemos que en un principio la satisfacción de la zona erógena (modelo) aparece relacionada con el hambre como necesidad vital. De allí que sostiene que “Las primeras satisfacciones sexuales autoeróticas son vivenciadas a remolque de funciones vitales que sirven a la autoconservación. Las pulsiones sexuales se apuntalan al principio en la satisfacción de las pulsiones yoicas, y sólo más tarde se independizan de ellas” [2]. Entonces, si observamos la presentación del protagonista en la película, vemos que Kyle no presenta un cuerpo construido, apropiado y diferenciado del Otro, sino que está comandado por pulsiones que buscan satisfacerse sin establecer ningún lazo. En cambio, para poder armar un vínculo, algo que se tiene que empezar a organizar, una incipiente diferenciación en el ruido de lalengua. Recordemos que “El traumatismo se presenta en principio como pura lengua desubjetivizada, por eso Lacan decía que “sufrimos una lengua entre otras”. De ese encuentro con lo sonoro de lalengua quedan restos, pequeños detritos que deja el aluvión e inyecta ese goce propio de lalengua como desregulación. Eso es lo que nos enloquece” [3]. En efecto, el sujeto padece lalengua que le tocó y el lenguaje (que se soporta en las primeras marcas y trazas dejadas por el lenguaje materno) viene a operar como una estructura de ficción que permite metabolizar el goce que lalengua conlleva (ya que introduce en el viviente una desorganización del mismo), dejando un resto imposible de tramitar. Por eso, “el inconsciente estructurado como un lenguaje” [4] implica un cierto saber hacer con el trauma de lalengua. Bajo esta concepción, tomamos nota de que el cuerpo será el efecto que el trauma de lalengua y la operación del lenguaje operen sobre el viviente. Luego, podrá llegar a devenir imaginario ese cuerpo por el efecto del anudamiento con lo simbólico y lo real.
Este camino no cronológico, sino lógico, en la constitución del sujeto y el cuerpo, se encuentra obstaculizado en Kyle, lo que derivará en dificultades sociales y de crianza que atravesarán a esa persona. Aquí la posibilidad de que empiece a armarse algo desde lo simbólico para este niño que vive en un puro real sin reordenamiento distributivo del goce lo observamos al inicio de la película, cuando su padre Rob Graham (Ben Miles) llega del trabajo y encuentra al niño jugando con témpera. Kyle nombra: “Auto. Tren. Tren. Salchicha” y repite. Iteración que no hace lazo con el Otro, mostrando un aislamiento típico de estos casos. Pero hay un padre que empieza a escuchar que algo de eso puede llegar a ser de importancia para su hijo. Es esa escucha modificada lo que puede permitir, dentro de un horizonte ético, que el niño encuentre una herramienta comunicativa para lograr un llamado al Otro que está impedido. Es que este sujeto no pude sostener situaciones de socialización mínimas, debido al lugar que ocupa el goce en ese cuerpo. Casi un puro real podríamos decir, donde lo simbólico aun no ha podido restar nada para que pueda insertarse algo de la falta. Es el lenguaje que viene del campo del Otro el que podrá facilitarle elementos para poder hacer algo con el ruido de lalengua, causando una reorientación de ese goce que lo aísla. En este film podemos ubicar que los dibujos animados del tren, los trenes de juguete, entre otros objetos, vienen a intentar elucubrar algo de lalengua en su caso. Son la posibilidad que encuentra este niño de armar un pequeño orden simbólico y aminorar el goce que lo mortifica.
Posteriormente, en otra escena, el padre cita a orillas del mar a la madre, en un lugar que ofrece la impresión de ser ameno y tranquilo. Le habla de su estado de preocupación permanente y le recuerda cuando la vio bailando con nueve meses de embarazo en el supermercado, escena que se remonta a una etapa donde esperaban la llegada del hijo sin el estado de tensión actual. Entonces, le propone a su mujer enviar a Kyle a una institución de cuidado permanente llamada Bruce House, la cual está lejos del hogar y que pertenece al doctor John Havers (Clive Mantle), profesional referente para ellos. Ante la resistencia de la madre y la pelea entre ellos por la calidad de vida perdida, pautan tener una entrevista con este director de la institución. En la misma le comentan la falta de avances en su hijo y este les dice que no se preocupen por las obsesiones. Incluso da vuelta la respuesta típica esperada por ellos y les dice: “úsenlas”. Intervención radical para producir un giro en la concepción que tenían sobre cómo educarlo. Y agrega: “Miren a estos niños. Son perfectamente felices en sus propios mundos… pero eso no es suficiente. Así que tenemos que presionar gentilmente… y usar sus obsesiones para que mejoren”. Además, el film nos muestra que mientras ellos observan al grupo en el colegio, el doctor se muestra paciente y comprensivo sobre las conductas de los niños, no sancionando sino acompañando el tipo de vínculo que ellos presentan. También les dice que la institución a la que concurre su hijo es un buen lugar, que esperen un tiempo más antes de enviarlo a un hogar.
De este modo, las obsesiones a utilizar que recomienda el doctor Haves, en este caso el mundo de los trenes, es justamente la posibilidad que se le ofrece a este niño de darle sentido a un mundo caótico y desorganizado, para intentar operar sobre algo de lalengua a partir del juego con el lenguaje. Esto puede permitir “enganchar” un significante con otro al menos por un momento y así aminorar el ruido intrusivo de lalengua que lo invade. Es que a diferencia de lalengua, el lenguaje posibilita el desciframiento, ya que está la articulación entre significantes (S1 y S2), siendo el sujeto dividido el producto de esa bisagra, de ahí la obtención del sentido. En cambio en lalengua está el goce como primera marca del cuerpo. Todo este último desarrollo es sintetizado por Jacques Lacan en el Seminario XX, donde hablará, como se refirió líneas arriba, del lenguaje como una elucubración de saber sobre lalengua, siendo esta un sinsentido y puro goce que no enlaza al Otro. Es el significante en su cara real que irrumpe en el viviente, produciendo una desregulación que signa el modo de relación del sujeto con su cuerpo. Por eso, es que podemos aseverar que es sobre ese ruido de lalengua que el lenguaje permitirá articular significantes para morigerar el goce que conlleva. De este modo, la apuesta subjetiva a partir de considerar tal uso de las obsesiones es lo que permitirá una incipiente constitución psíquica en el niño. Esta la encontramos detenida en Kyle, de ahí la importancia de abordarlo acompañando sus intereses, ya que estos son los que le permitirán hacer lazo con los otros.
Jean-Claude Maleval lo trabaja sosteniendo que esta modalidad subjetiva se define principalmente por estar constituida por un borde autista, por medio del cual el sujeto se protege del Otro y de la angustia eminente que este le genera. Este borde o encapsulamiento autista está construido por tres elementos claves: el objeto autista, el doble y los islotes de competencias. Estos últimos están en estrecha relación con un Otro de “síntesis”, lo que hace referencia a cierto recorte que el sujeto hace del Otro del significante. La inmensidad del lenguaje resulta angustiante al autista y una de las formas que encuentra para defenderse de ella es construyendo un Otro de síntesis para luego hacerse competente, experto en él. En este caso, en la etapa que analizamos, no podemos sostener que se vuelve experto en los trenes, pero sí que podrá armarse de un interés para contrarrestar la angustia que vivencia. Vemos que el sujeto autista, en el mejor de los casos y según cómo se lo “acompañe”, puede pasar del “encapsulamiento” hacia el lazo social, en este caso mejorando la relación con sus familiares y el entorno en general de manera incipiente. Sabemos que el objeto autista es otro de los elementos que componen al borde, estos pueden diferenciarse en objetos autistas simples o complejos, donde estos últimos se diferencian de los primeros por su complejidad y su mayor capacidad para hacer lazo. La función del objeto autista es, al igual que el doble, la de proteger al sujeto, pero además el autista busca a través de este objeto una animación libidinal de su ser. Mientras el objeto transicional de Winnicott funciona como sustituto del objeto primordial perdido, el objeto autista no suple, sino que funciona como protección ante la pérdida, negándola en parte. Y este objeto, simple en el caso de Kyle, le permite sostenerse en el mundo pudiendo armar vínculos rudimentarios con los otros.
Al regresar del colegio del doctor, el niño los recibe gritando: “tren de vapor” reiteradas veces. El padre le intenta explicar que el museo no está abierto a esa hora. La vía de la comprensión no funciona y, ante la insistencia, ya que el niño no puede entender eso, decide llevarlo a pesar de residir a 60 km de distancia. Allí le muestra que está cerrado y le dice que pueden volver a descansar, al igual que los trenes. Efectivamente, el niño vuelve tranquilo con el padre a su hogar. Podemos localizar un efecto inmediato que está relacionado con la imitación de los trenes (ellos descansan, él también debe hacerlo –diferenciándose esto de una identificación–) y un sentido que permite moderar el goce que lo invadía. Además, a partir de los efectos sobre su mundo real por el tratamiento de lo simbólico, vemos que Kyle puede acceder al control de esfínteres, dejando de usar el pañal y adquiriendo un control sobre su cuerpo que es notoriamente diferente al de antes. Notamos que algo del circuito pulsional se empieza a modificar.
Este caso nos permite inferir, a nivel metapsicológico, que tenemos un tiempo de lalengua en que el significante moviliza afectos en el cuerpo causando un efecto de dispersión. Es así que tenemos un primer tiempo donde Freud ubica el autoerotismo, con su fragmentación como descripción del cuerpo sin libidinizar. Sería un tiempo cero mítico. Aquí podemos ubicar lalengua del cuerpo fragmentado. Es que aun no está constituido el Otro como tal y los significantes están sueltos (y los tres registros que sostienen la realidad humana también). Y hay un tiempo de la estructura del lenguaje –que podemos nombrar como uno– en que los significantes se organizan y articulan en cadenas, que es el punto donde lo simbólico toma “cuerpo” causando un efecto de límite y pacificación de lo pulsional. Recordemos que Colette Soler sostiene que “Para que la individualidad orgánica se convierta en un cuerpo… es preciso que el significante introduzca el Uno” [5]. Esto permitiría que el narcisismo funcione facilitando la intrincación de las pulsiones, donde el cuerpo unificado es el velo necesario para que el sujeto pueda encontrarse con los otros, ya que la libido de objeto permite distinguir el cuerpo como parte de un yo (aunque nunca lo es del todo). Vemos que este narcisismo es una fase en que las pulsiones parciales se unifican y de la constitución de un objeto único que es el cuerpo, surge el primer objeto amor que es el cuerpo propio. Pero podemos sostener que este sucinto desarrollo, que se encuentra del lado de la neurosis principalmente –sin entrar en criterios diferenciales específicos–, en el autismo no se presenta. Aquí encontramos un “detenimiento” en el tiempo cero descripto líneas arriba, con las consecuencias de la deficitaria estructuración subjetiva y corporal. Además, no hay armado de un cuerpo pulsional y tampoco hay entrada en el significante, quedando en el borde de la alienación. De este modo, se configura un cuerpo condensador de goce para Otro cuerpo. Asimismo, permanece como objeto de lo real, presentando fenómenos de “regresión masiva” (por eso se observa a veces una inhibición generalizada). Kyle presenta estos síntomas, donde el rocking (balancear el cuerpo) es una muestra al inicio de este cuerpo sin relación con otros, al igual que su falta de interacción, no pudiendo responder a la sonrisa social o los pedidos que le hacen sus padres (como que se acerque a la mesa a comer, ya que el registro del apetito también está alterado –lo que evidencia que las pulsiones no se unificaron–).
Las dificultades para insertarse socialmente debido a las “conductas inapropiadas” que presenta el niño se manifiestan a su vez en el colegio, ya que allí no se vincula y no puede compartir actividades con sus compañeros. Pero esta escuela, llamada Unidad Especial en UPLANDS, tiene profesores que, con formación y entrega, intentan integrar a Kyle. Ellos buscan limitar su aislamiento a partir de poner palabras, de escuchar lo que manifiesta, de jugar con los juguetes de su interés, de acercarlo a sus pares, entre otras estrategias. Es que al inicio observamos que no hay Otro constituido para Kyle, quedando por fuera del sentido. El goce, al no poder ubicarse en la palabra, queda sobre los bordes. Estos fenómenos se dan a ver, por ejemplo, en emitir gritos intempestivos o en la presentación de un cuerpo no integrado desde lo imaginario. Podemos enfatizar que en estos casos la regulación del goce en el cuerpo no se opera (cuyos agujeros están todos ellos “cegados”), quedando este goce positivamente inscripto. Por eso aquí encontramos que no se produce la negativización del goce que permite el armado del cuerpo y el lazo con el Otro, y es así que la clínica nos presenta “estos niños y niñas que parecen no manejar un cuerpo que, sin embargo, está ahí. Un cuerpo ajeno, impropio, extranjero” [6]. Esto se evidencia en que el armado del circuito pulsional en el autismo no se articula al Otro, ya que esta falla en la alienación genera la imposibilidad de constituir el armado pulsional. Por eso la perturbación del cuerpo en el autismo es solidaria de la perturbación de la relación con el Otro.
La abuela materna, quien tiene un papel fundamental junto a su esposo, les sugiere que si no van a tener un hermanito como compañía para Kyle, podrían adoptar un perro. Propuesta que moviliza algo en su hija. Esta, quién buscaba actualizarse con la bibliografía vigente, encuentra que tener un Golden retriever puede ser una buena idea. Pese a la oposición del padre al inicio, concretan una visita para probar la experiencia. La vendedora le pregunta por un nombre para la mascota y el niño dice: “Thomas”. Vemos que puede nominar, hacer pasar algo de los dibujos animados de la televisión y lo pictórico en general a un “objeto” con vitalidad. Entusiasmada, Nicola le explica con dibujos a su hijo cómo sería la vida con el nuevo integrante, “Thomas va a ser el amigo especial de Kyle” le dice. El padre hace lo mismo con un perro de juguete para apoyar la adaptación. Cuando llega la mascota al hogar, es Kyle quién lo envía a dormir, saliendo de su rutina de tener que estar ya acostado. Esto sorprende a los padres. Y a la mañana siguiente vemos a Kyle jugando con el perro, dándole consejos, continuando la inversión, dejando de ser alguien que recibe órdenes solamente para pasar a ocupar una relación con otro donde él puede demandar. Empieza a compartir y a enseñarle cosas a su perro. Tenemos que la proyección y la identificación empiezan a configurar la posibilidad de otro armado subjetivo para este niño, lo que se evidencia en su observación respecto al crecimiento de la mascota –“algún día será grande” le dice a una desconocida, por ejemplo–.
Entonces, tomando la articulación de Fukelman sobre los casos severos en la infancia, podemos nombrar como “perturbación de la subjetivación” a esta presentación clínica. La consecuencia de la desregulación que lalengua introduce en el viviente es lo que nos permite explicar estas perturbaciones del cuerpo que muestran los autistas. Esto es lo que sucede cuando el sujeto no introduce la vía simbólico-imaginaria para velar el goce mortífero ligado a lo real en juego y el trauma propio de lalengua. Y es debido a esto que Colette Soler manifiesta, con relación a la libidinización del cuerpo, que “el autismo es una enfermedad de la libido” [7]. De ahí la importancia de lo “musical”, del ritmo, lo sonoro, el fonema (que da “borde y tratamiento a lo ajeno”) y “el vaciamiento de la voz” como cuestiones importantes a la hora de pensar las intervenciones en el autismo, ya que está más ligado a lo real que a lo simbólico. Y es lo que al inicio nos muestra la película como posibilidad a ser tomada en cuenta, unos dibujos de trenes con una melodía que le permiten aminorar el goce de lalengua, otorgándole una calma provisoria pero no por eso menor.
Otra cuestión importante es que empieza a aceptar el “no”, por ejemplo cuando su perro no le entrega un muñeco. Ante esto busca a su padre y le dice: “Thomas dijo que no”, sin manifestar una crisis. Y acto seguido agrega: “...me lo dará en otra oportunidad”, lo que muestra la introducción de una pausa y una diferenciación, contraria ante tanta iteración, y una espera, ante la pura demanda. También, al ver cómo le enseñan al perro a orinar en el parque para que la casa no esté sucia, él pide orinar en el baño. A su vez, nos muestra la película que puede recrear una imagen al dibujar un perro, diferente a sus trazos constantes espontáneos sin forma ni planificación de ningún tipo que realizaba hasta entonces. O sea, esta grafía es concomitante de que puede aparecer algo del otro delimitado, un adentro y un afuera, algo localizado sobre un espacio que empieza a tener una configuración de otras dimensiones. Lo mismo sucede con su escritura, donde muestra mejorías. Todo esto evidencia que el perro le permite poder asumir cambios de manera más amena, por ejemplo al comprar el collar que se le necesita reponer a la mascota por su crecimiento o al buscar sus zapatos nuevos para acompañarlo de manera más cómoda. Es decir, le facilita poder hacer circular distintos objetos en su mundo y, a su vez, diferenciarse de ellos.
Tenemos una escena fundamental cuando presenta una crisis con auto y heteroagresiones, estas últimas hacia la madre. Aquí el padre se dirige hacia su hijo pero a través de su perro, pidiéndole que cese con sus conductas inapropiadas. Kyle se calma e incluso pide disculpas a la mascota. Este es el momento en que se dan cuenta de la eficacia de hablarle a través de Thomas para captar su atención, logrando que acepte las propuestas, iniciando así una comunicación más efectiva. En la escena siguiente, cuando vuelve del cuarto para vestirse con el piyama, le dice al perro: “Thomas ven a la cama. Deja de jugar con papá”. El padre sorprendido le contesta: “Buenas noches hijo”, a lo que Kyle responde deseándole lo mismo pero ubicando su lugar en el linaje, al igual que con su madre.
En evidente, entonces, que el goce está relacionado a un real en el autismo que no se encuentra atravesado por lo simbólico y lo imaginario. De esta manera, el significante Uno comanda el goce del sujeto autista, no permitiendo que pueda establecer lazo con el Otro. Como dice Laurent: “A medida que los “paradigmas del goce” se desplazaron en la enseñanza de Lacan, la dimensión real del goce fue quedando al desnudo. Y, con ella, adquirieron relieve los efectos de goce del significante-sólo en el cuerpo del sujeto” [8]. Así, el goce se efectúa como un retorno en un borde, neo-borde desde el cual el sujeto podrá o no hacer lazo con los otros. En Kyle los trenes son los elementos simbólicos que permitirán inicialmente el desplazamiento desde ese neo-borde. Pero el cambio radical, hay que resaltarlo, sucede cuando aparece el Golden retriever en su vida. Este será hablado por los otros, por ejemplo por el padre y luego por la madre. Esa intervención creativa permite que el niño pueda escuchar por primera vez algo que viene del campo del Otro, con la vitalidad que le ofrece su perro como intermediario. Es el Otro que puede expresarse a través de la mascota, pudiendo instaurar una diferenciación entre el yo y el no-yo, posibilitando que algo del goce intrusivo se aminore a partir del registro de la pérdida que ofrece la mediación de lo simbólico. Esta articulación del sujeto al campo del Otro, donde se dirige para bordear el objeto que permite la satisfacción pulsional, evidencia un cuerpo que empieza a vaciarse de goce, recortándose en esos orificios que conectan y delimitan un interior-exterior, dándole bordes al cuerpo. Por eso, luego de la incorporación de Thomas al hogar y las intervenciones que van realizando los padres a través de él, podemos localizar que se van produciendo cambios en los modos de relacionarse del sujeto. Por ejemplo, puede empezar a nombrar más objetos de su entorno y organizar su espacio de otra manera, lo cual también cambia la disposición temporal, ya que puede ubicar un antes y un después (lo que favorecerá el aminoramiento de la pura iteración). Es decir, los padres al interactuar con su hijo a partir de su interés por los trenes y comunicándose a través de la mascota favorecen la posibilidad de un desplazamiento que antes estaba detenido. Es lo que se llama a partir de Miller una “clínica del circuito”, donde se busca desplazar el borde autista.
En otra ocasión, en una escena en la playa, los padres se quejan de que Kyle no pueda reconocer los sentimientos, de que no sepa “qué es el amor”. La madre dice: “nosotros somos sólo objetos que están para satisfacer sus necesidades”. Y el padre, en una situación de gran frustración, le dice a su esposa “…Por el amor de Dios, es autismo, no saben lo que son los sentimientos… Nunca te amará, sólo acéptalo”. Presentándose una importante frustración en esta etapa de la pareja. Pero mientras tanto, Kyle continúa jugando con su perro y los juguetes, diciendo que a Thomas le gustan los trenes e introduciendo otro ferrocarril: “el tren Thomas, el tren Henry”. Empieza a presentarse una mínima cadena, donde lo simbólico puede permitirle otorgar un sentido para el Otro. Aquí la terceridad del lenguaje como elucubración le permitirá empezar a nombrar otros objetos de su mundo, junto a categorizar y delimitar espacios de relación. Esto nos recuerda al caso Dick de Melanie Klein. Vale tomar en cuenta, al menos de modo sucinto, la contribución que nos aportó, ahí donde tampoco el simbolismo se había desarrollado. En este niño tampoco había relación alguna con los objetos de su entorno de manera simbólica y afectiva. Aunque no se trataba de una incapacidad de expresarse verbalmente, como en nuestro caso, puesto que podía recurrir a palabras expresivas, estas formaban parte de una pura repetición que no establecía lazo con el otro. Pero, entre otras cosas importantes, Lacan se detiene a destacar que en este abordaje Klein “le enchufa lo simbólico” al paciente (referido al mito edípico, en una operación de apertura hacia los otros). Esto ayudará a que salga del aislamiento a partir de poder proyectar sus pulsiones autoagresivas, entre otros efectos. En el caso de Kyle, este puede empezar a manifestar representaciones simbólicas más complejas a partir de ubicar sus pulsiones en objetos del mundo exterior por medio del juego.
Podemos observar en el transcurso del film cómo el registro del Otro va a ir cambiando para el protagonista, a medida que el ruido de lalengua empiece a ser morigerado, tomando el objeto voz otro lugar en su vida (no por nada Lacan los llamaba más bien verbosos). Es que para hablar es necesario estar inscripto en el lenguaje, apropiarse de lalangue y disponer de la palabra. Es un tránsito que va desde el llanto hasta la posibilidad de que el parlante-ser pueda decir algo. Mediante identificaciones es que el lenguaje se irá incorporando, y es así como se podrá organizar la pulsión invocante. Ubiquemos que es el Otro materno el que codifica un llamado a partir de un grito, cimentado al inicio a partir de las necesidades vitales. Pero para que un sujeto invoque debe haber sido invocado y alojado por el Otro. Recordemos que las pulsiones se organizan en la relación del sujeto con el Otro y son repuestas a la demanda y al deseo que viene de ese campo a su vez. Como nos dice Mariela Weskamp en Autismo y pulsión invocante: “Lo invocante se sostiene en el deseo del Otro, llamar es la respuesta y la pulsión invocante se satisface en su recorrido alrededor de la voz… Propongo que la posibilidad del armado del circuito invocante se vincula con el tiempo primero de la identificación a lo Real del Otro real, en la cual se produce el vacío que permite a su vez que el lenguaje devenga simbólico” [9]. Entonces, sostiene que el vaciamiento del ruido permite al cuerpo el goce de lalengua, pero ahora pudiendo ubicarse de otra manera ante el Otro. Si no se produce esa pérdida de ruido, la voz transmite la presencia del Otro sin agujero ni falta. Pura iteración que no hará lazo. Al respecto, Silvia Tendlarz nos dice que la operación de alienación no está presente porque no hay un significante inscripto en el Otro. Es por eso que el doble real se vuelve esencial en el autismo. Al no haber alienación a partir de la voz del Otro, este queda como absoluto, real, sin objeto voz separable que pueda ser cedido. Las palabras que vienen del adulto no se constituyen como Otro, sino que resultan intrusivas. En efecto, el planteo de la falta del objeto voz separable es el punto de partida del desarrollo de Jean-Claude Maleval. Este último autor nos dirá que el Otro real no presenta un objeto voz separable, lo que demostraría ser fuente de los trastornos en la enunciación que observamos en la clínica. Entiéndase por esto el mutismo, la verborrea, las enunciaciones que no apuntan a instalar un vínculo, etc. Y lo que esta película nos permite inferir, a partir del desarrollo del protagonista, particularmente con la incorporación de la mascota a su vida, es este incipiente vaciamiento del ruido de lalengua, lo que permitirá a Kyle poder ubicar un objeto voz separado a partir de un Otro que empieza a mostrar una grieta por la operación de lo simbólico (recordemos que este Otro no está barrado para el autismo y es una operación simbólica sostenida, con sus intermitencias propias, la que podrá permitir alcanzar eso). De ahí que la nominación, la capacidad enunciativa, la forma de dirigirse a sus padres, entre otros, sean efectos de que la pulsión invocante empieza a realizar otro recorrido alrededor del objeto voz.
Antes del final se nos muestra una escena donde la madre, junto a su marido, confirma que está embarazada, delante de sus padres y su hijo (junto a la mascota). Una escena familiar donde están comiendo, más relajados y contentos, contrariamente al inicio. Esta escena vale como ejemplo de los vastos contrapuntos que muestra la película. Son representaciones de la vida de un niño con estas características y los posibles cambios. Escenas diversas que muestran el paso del tiempo, los ciclos de la vida y los rituales presentes en la sociedad también. Uno de los ejemplos más notorios es el bautismo en la iglesia de una prima de Kyle al inicio (dónde tuvieron que retirar al niño por emitir palabras groseras) y el velatorio de la abuela materna hacia el final. Aquí, presenciando la ceremonia, refiere: “Thomas está llevando a la abuela al cielo, ya no veremos a la abuela”. Además, vale resaltar que a pesar de que la madre pierde el embarazo y está en una situación de duelo, puede sostener la intención comunicativa de su hijo (logrando esto a través del perro). Ahora bien, es importante señalar que esta angustia ya no estará alojada sin palabras en cada uno de los padres, sino que puede ser acompañada por el partenaire, motivada por la reorganización familiar a partir de los progresos de su hijo, logrando tener una vida más confortable y recuperando su intimidad.
En una escena siguiente, anteúltima de mi recorrido, Kyle, desorganizado en su conducta, patea a Thomas. Esto muestra algo sin precedentes, que asusta a sus padres. La madre se enoja, lo reta y lo expulsa del living, dejando al perro con ellos. Hay un cambio de posición. La madre puede mostrarle su enojo al hijo, puede decirle que también hay cosas que le molestan, que no todo está permitido, que hay espacios delimitados y conductas aceptadas y otras que no. Entonces, los padres se unen para organizar una escenificación donde le ponen una curita al perro (al igual que como lo hacían con él para que se calme ante un golpe) y refieren que lo devolverán a su anterior dueña. Ante esto, Kyle dice que lo siente, que por favor no lo deje, ya que lo ama, y luego lo abraza. Hay un cariño demostrado hacia la mascota, y algo de la pérdida que se empieza a configurar de una manera más precisa. Luego, la enfermedad de la mascota vuelve a presentar una situación de angustia en sus padres por el temor a una regresión en su hijo. Kyle le pide que no se muera a su perro para que no vaya al cielo donde está su abuela, mostrando empatía y reconocimiento de lo que le estaba pasando a Thomas. Cuando este mejora, Kyle mismo va a despertar con entusiasmo a sus padres junto la mascota.
Observamos que estos cambios son el resultado de rescatar aquello que puede marcar la singularidad de la persona a través de sus rasgos, lo que el doctor llamó “obsesiones”. Contrariamente a extirpar esas conductas, acompañaron y respetaron esa elección, logrando así que pueda insertarse de a poco en un mundo que vivencia como menos caótico y peligroso, para lo cual sus defensas tenían la función de protegerlo de lo hostil.
En el final, la última escena nos habilita a pensar sobre los tipos de atribuciones en estas presentaciones clínicas. La familia llega a un laberinto ajardinado, donde la progenitora le habla desde otro pasillo pero su hijo le recuerda que no puede sostenerle la conversación ya que no están en la misma “habitación”. Y agrega que Thomas dice que ya no está enfermo, que ama a su madre y, lo que sorprenderá a Nic, que “Kyle ama a su mamá”, lo que la conmueve sobremanera. Efectivamente, puede decirle algo a su madre no por aprendizaje vía repetición, sino por asunción propia. Intención comunicativa alcanzada por la apuesta subjetiva que permitió que el protagonista pueda manifestar unas palabras sostenidas desde el afecto.
Por último, antes de los créditos, se pone al tanto al espectador de los avances educativos de Kyle en su vida posterior, su vocación por servir a otros (estudió cuidado infantil en la universidad) y el nuevo embarazo de estos padres. Años después, cuando el perro enfermó gravemente, fue él quien decidió no prolongar el sufrimiento, sujetándolo en sus brazos mientras el veterinario intervenía sobre la mascota. Kyle lo contuvo, el mismo que cuando era niño, al estar su perro enfermo de las articulaciones y los huesos, a pesar de que le dijo que lo necesitaba y no quería perderlo, le describió lo bonito del cielo al que fue su abuela.
Esta historia nos muestra el desarrollo de un niño con autismo, acompañado por un “amigo inesperado”, donde la construcción subjetiva es atravesada por el vaciamiento del goce de lalengua, pérdida que se puede producir a partir de intervenir desde lo simbólico. El lugar que ocuparon esos otros en su vida, pudiendo respetar sus tiempos pero no por eso siendo pasivos, permitió a Kyle poder armar un lazo con ellos. Esto destaca la importancia de la clínica de la singularidad a la hora de abordar el autismo, ubicando qué objetos pueden ser beneficiosos para acompañar el proceso de subjetivación en cada uno de ellos. Como sostuve líneas arriba, el eje ético principal tiene que ver con que los padres pudieron “escuchar” lo que les manifestó su hijo acerca de los intereses que lo podían estabilizar. En este caso, esta posición de los otros le ayudó a ordenar la frágil y cambiante realidad que se le presentaba. Es a partir de hallar un objeto que puede ser ubicado en el borde de su goce que el trabajo con lalengua deriva en un “apaciguamiento” del estado de angustia. Cuestión que se evidencia en la clínica, donde encontramos que el paciente no elige por azar un interés o actividad, si no que lo obtiene del Otro del lenguaje, siendo los trenes en el caso de Kyle. Estos objetos son materiales del lenguaje: pueden ser palabras, frases específicas o algo concreto como los trenes. Son un tratamiento subjetivo de lo real e imaginario que les permite sostener un vínculo aunque sea por un momento, ya que cumplen con el objetivo de mantenerles una realidad más estable de modo de evitar así la irrupción de angustia. Será la posición del Otro la que podrá permitir que esto se encuentre favorecido o, en cambio, sólo amoldarlo a conductas que cumplan con las improntas del amo.
Referencias:
Freud, S. Introducción del narcisismo. A.E. Tomo XIV. Buenos Aires: Amorrortu. 1986.
Freud, S. Tres ensayos de una Teoría Sexual. vol. XII. Buenos Aires: Amorrortu, 1986.
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Lacan, J. El Saber del Psicoanalista. Inédito.
Lacan, J. Seminario 20. Buenos Aires. Ed. Paidós. 2012.
Laurent, E. La batalla del autismo. Buenos Aires. Grama. 2013.
Leibson, L. García,W.; Iuale, L. Hacer-se un cuerpo. Buenos Aires. Letra Viva. 2017.
Maleval, J. C. El autista y su voz. Barcelona. Gredos, 2012.
Miller, J.-A. “La matriz del tratamiento del niño lobo” (1988), en Miller, J-A. y otros, Estudios sobre el autismo II. Buenos Aires. Colección Diva. 2015.
Soler, C. El inconsciente a cielo abierto en la Psicosis. Buenos Aires. Manantial. 2013.
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Tendlarz, S. Clínica del autismo y de la psicosis en la infancia. Buenos Aires: Colección Diva, 2017.
Weskamp, M. Autismo y pulsión invocante. Revista de Psicoanálisis con niños: Fort-da. Buenos Aires. Número 14. Noviembre del 2020.
NOTAS
[1] Serán estas marcas lo que Lacan formalizará después con relación al rasgo unario tomando, principalmente, el texto freudiano Proyecto de una psicología para neurólogos.
[2] Freud, S. Introducción del narcisismo. Página 84.
[3] Leibson, L.; García, W.; Iuale, L. Hacer-se un cuerpo. Página 28.
[4] Lacan, J. El saber del psicoanalista. página 12.
[5] Soler, C. (1987) El cuerpo en la enseñanza de Lacan. Página 3.
[6] Leibson, L.; García, W.; Iuale, L. Hacer-se un cuerpo. Página 18.
[7] Soler, C. El inconsciente a cielo abierto en la Psicosis. Página 85.
[8] Laurent, E. La batalla del autismo. Página 43.
[9] Weskamp, M. Autismo y pulsión invocante. Revista de Psicoanálisis con niños: Fort-da. Número 14. Noviembre 2020.
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Película:Un amigo inesperado
Título Original:After Thomas
Director: Simon Shore
Año: 2006
País: Reino Unido
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