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por Gallino Fernández, Griselda

“He estado huyendo todo el tiempo, huyendo y huyendo. He imaginado África como el final de toda la fuga, el punto límite (…) Si quiero enfrentar mi responsabilidad solo tengo dos caminos: o lo estrangulo con mis propias manos o lo acepto”

Siempre queremos escaparnos, y cuando el lugar adonde queremos ir carece de nombre lo llamamos libertad.

Desde un comienzo queda claro que la tensión espacial entre estar y querer huir, ese anhelo de libertad en medio de la desesperación que nos produce estar presos en nuestro entorno, es la columna vertebral de “Una cuestión personal”, la novela semiautobiográfica de Kenzaburo Oé de 1964.

Se trata de la segunda novela de Oé, y la brutalidad con que está escrita, el tránsito al borde del abismo en que se desenvuelve cada personaje, recuerda por momentos a que las huidas tienen su costo.

Porque “Una cuestión personal” es una novela de una crueldad atípica, una incursión sin miramientos en las zonas más oscuras de nuestra condición. Es una novela sobre la crueldad propia, la crueldad del mundo natural y las pequeñas ilusiones que nos permiten continuar pese a todo.

En la primera escena, Bird, un profesor de inglés de veintisiete años, mientras su esposa está en un hospital a punto de dar a luz, se planta delante de un mapa de África en una tienda y sueña con huir hacia ese continente.

Lo que ya se prefigura como una vida familiar de encierro y convenciones asfixiantes, el cielo de África le lanza la última promesa de libertad.

Este deseo de dejar atrás la vida doméstica que ha construido no se trata de una simple quimera. Bird tiene planes reales de escapar.

Incluso tiene el dinero ahorrado que necesita para poner en práctica su fantasía. Y no es la primera vez que ensaya una huida. Después de casarse pasó un verano entero alcoholizado, abandonó sus estudios y se alejó del mundo exterior.

Cuando se recuperó, se tuvo que enfrentar otra vez consigo mismo, con la ciudad destruida por la guerra, y el deseo de huir resurgió en la nueva forma del viaje a África.

Una cuestión personal es un descenso moral terrible al oscuro núcleo interior de un sujeto cuya vida da un vuelco en el momento en que se entera que su mujer finalmente ha parido a una criatura con una deformidad en la cabeza, y con un problema que lo limitará a una vida vegetativa.

Bird comienza un viaje introspectivo que lo llevará a tomar una decisión de vida, basada en lo que ha perdido en el camino.

“Una cuestión personal” fue escrita luego del tremendo impacto que causó en Oé el nacimiento de su hijo Hikari con hidrocefalia.

No obstante, es una novela que tiene por sí misma gran valía al mostrarnos el desafío al que es sometido todo sujeto que debe decidir entre sus ansías de huir y los compromisos emprendidos a lo largo de su vida.

¿De qué huimos cuándo huimos? De nosotros, de los otros, de los otros que son cómo nosotros, de nosotros que no queremos ser como los otros, de la cárcel interna que nos hemos construido o del encierro que nos impone ser libres.

En la novela, Bird, el alter ego del autor, deja de huir y aprende a vivir consigo mismo, con su sufrimiento, con sus nuevas circunstancias.

Una cuestión personal es un testimonio sobre ese aprendizaje, sobre esa transformación.

Una narración despiadada sobre el fin de la huida.



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