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The Greater Good / Una buena causa

Temporada 5 - Episodio 14

Autoras: Romina Burroso y Débora Rodríguez

Palabras clave: Hospital - Doctor - Uso de drogas - Grupo Control - Ensayo clínico - Felicidad - Amor - Matricula - Intervención quirúrgica

Síntesis

En el contexto de una clase de cocina, mientras el maestro explica las propiedades nutricionales de algunos alimentos, su ayudante comienza a descomponerse. Al percibir los síntomas que presenta, la mujer expresa “soy médica, y necesito un médico”, justo antes de desvanecerse.

Foreman y “Trece” amanecen juntos.

Wilson lava su vajilla, excepto una taza que tiene la impresión de rouge de su novia Amber, quien falleció recientemente.

El Dr. House entra en la clínica, ambos ascensores tienen un cartel que advierte que están fuera de servicio, por lo que tiene que optar por las escaleras. Entra a la sala donde se reúne con los integrantes de su equipo, quienes después de bromear por su llegada tarde, le presentan el caso de la Dra. Dana Miller, la oncóloga investigadora que ha sido internada recientemente luego de sufrir un neumotórax. A pesar de que House considera que no es un caso que deba ser tratado por este equipo en particular, “Trece” le dice - Este caso nos interesa, dentro de cinco o diez años tal vez cure el retinoblastoma-, a lo que House replica - Eso haría que el caso fuera atractivo, si a alguien le interesara curar lo incurable - mientras saca algunas pastillas de Vicodin de su frasco.

El resto de los doctores intenta esbozar un primer diagnóstico:

Taub - No sufrió Epoc.-

Foreman - No fuma ni bucea. La saturación es baja, incluso tras la intubación.-

Taub - El neumotórax podría ser secundario de muchas cosas: fibrosis quística, cancer de pulmón.-

“Trece” - O para ser más optimistas, asma tardía disparada por un alérgeno desconocido.-

Entra Kutner en la sala - ¿Tenemos un caso?-

House - ¿Acabas de llegar?-

Kutner - ¿Estoy en problemas?-

House - ¿Tomaste el ascensor?-

Kutner - Sí.-

House queda sorprendido.

“Trece” Sigue ocupada en el caso - ¿Esteroides para el asma?-

House asiente y ordena que se haga una tomografía para buscar hiperinflación y confirmar el diagnóstico. Todos se retiran.

La Dra. Miller yace intubada en la sala de internación. Está sorprendida por la velocidad en los procedimientos. “Trece” le contesta: -El Dr. House tiene sus ventajas-.

Miller - ¿Tiene su propio tomógrafo?-

“Trece” - No, solo interpreta libremente el procedimiento del hospital.-

La paciente agradece el esfuerzo extra. Cuando los doctores aseguran que le están haciendo un favor a la sociedad ayudando a que mejore y que vuelva lo antes posible a su trabajo, la doctora y paciente confiesa que desde hace ocho meses ya no trabaja como doctora. A raíz de la operación de mioma uterino benigno, que se rompió y tuvo que se operado de urgencia, la paciente dice haber pensado “no puedo morir ahora, todavía no he sido feliz”. La Dra. “Trece” le pregunta si no pudo haber comprado un auto deportivo alemán, o tener un romance. La paciente le contesta que su auto hace lo que ella quiere cuando lo quiere, sin embargo ahora está aprendiendo con uno de los mejores cocineros de Nueva York. El Dr. Taub ingresa en la conversación – Lava ollas y pica ajo.- La paciente le responde convencida: - Picar ajo me hace feliz. Antes de eso estudié ocho años y trabajé doce en un laboratorio, siempre hice lo que se suponía que hiciera, no lo que realmente quería.-

House entra en la oficina de Cuddy y ella le muestra un video de su hija. House está preocupado por el mal funcionamiento de los ascensores. Cuddy le reprocha no haber obedecido a Cameron, quien fue su reemplazo mientras ella estaba de licencia por maternidad, la cual tuvo que interrumpir para volver a su puesto, como consecuencia del comportamiento de House. Ahora ella está resentida y puso en marcha su venganza.- Te felicito, me arrastraste a tu nivel.- le dice. Ya sabiendo ahora que los carteles de advertencia son solo parte de la venganza de Cuddy, House los retira y toma el ascensor para subir a su despacho con una sonrisa victoriosa.

A partir de los estudios, se descarta el diagnóstico de asma. Surgen nuevas hipótesis acerca de la afección. Mientras tanto el hecho de que la Dra. Miller haya renunciado desconcierta a algunos de los integrantes del equipo.

Kutner - No puedo creer que renunciara.-

Foreman – La gente tiene derecho a ser feliz.-

Kutner – Vi a una niña de 4 años con retinoblastoma en mi rotación de oncología. El cáncer le había comido un ojo y había llegado al cerebro.-

Foreman – Las enfermedades horribles existen. Eso no implica que la gente deba abandonar lo que la hace feliz.-

A “Trece” esto no parece importarle. Para ella es importante el trabajo como médica. En cambio para Foreman la vida personal, cuidar de uno mismo y de los que uno quiere está por sobre la profesión.

“Trece” - ¿Para qué eres médico entonces? ¿Por qué no estás bebiendo en una piscina en Fidji?-

House – La gente actúa por sus propios intereses. Todos están aquí porque los hace felices, o porque es su mejor opción.

Kutner – Estoy aquí porque quiero ayudar a la gente.-

House – No, ayudar a la gente te hace sentir bien. Taub y Foreman no tienen mejores opciones y “Trece” está desesperada porque su vida importe antes de morir.

Taub se dirige a House – ¿Usted está feliz de estar aquí?

House - ¿Se nota?

Un nuevo diagnóstico pone al equipo en actividad, harán una biopsia para confirmar fibrosis pulmonar. Foreman y House se quedan hablando acerca de los anteriores dichos de Foreman, en relación a cuidar de los que uno quiere. Foreman está administrando a su novia drogas contra la enfermedad de Huntington. En el ensayo clínico se suponía que ella estaría dentro del grupo control, consumiendo placebo. Sin embargo Foreman interfirió y un tiempo después de comenzado el estudio le cambió el placebo por la droga a estudiar. Ni ella ni el equipo de experimentación lo saben.

Foreman realiza algunos tests para evaluar las funciones cognitivas de “Trece”. Ella presenta un fuerte dolor de cabeza. Asegura no ser un efecto indeseado de la medicación, argumentando que de ser así, se hubiese presentando desde el comienzo del ensayo.

El Dr. Taub le anuncia a la paciente sus intenciones de realizar una biopsia pulmonar a cielo abierto, quien dice que es una intervención muy invasiva, que le impediría seguir con sus actividades durante unas cuantas semanas. Estas actividades son las que la hacen feliz: clases de piano, de cocina y grupo de lectura.

Taub – Un buñuelo de manzana me hace feliz, eso no significa que me forme como persona.-

Paciente - ¿Trabajar aquí si?-

Taub – Si no fuese así hubiese vuelto a aplanar estómagos.
Paciente – Lo felicito. Es raro que su trabajo lo satisfaga y lo haga feliz.-

Taub –No dije que fuera feliz. Me encantaba ser cirujano plástico, el dinero y el estilo de vida. Y en muchos sentidos este trabajo apesta. Gano poco y siempre estoy de mal humor, pero...-

Paciente – Puede mirarse en el espejo y pensar, “hoy hice algo valioso”.-

Taub – Exacto.-

Paciente – Es importante, extraño eso pero ya no era suficiente para mí.

La paciente expresa que no se siente bien, Taub la examina y descubre que su abdomen se llenó de sangre, clava una jeringa en el mismo y lo comprueba. Su hígado está sangrando.

House entra a su oficina y se tropieza con un alambre que ha sido colocado al ras del piso atravesando la puerta. Los médicos del equipo se declaran inocentes frente a este hecho. Nuevas hipótesis surgen luego de una tomografía a la paciente Dana Miller. Foreman descubre una manchita en el lóbulo cáudano, podría ser un granuloma. Mientras tanto House se detiene y observa atentamente a “Trece”, una vez retirados todos lo retiene a Foreman para decirle que “Trece” está perdiendo su visión periférica.

Más tarde House cura su rodilla raspada como resultado de la caída. Wilson entra en la sala y le pregunta a House si no tomará ninguna medida contra las agresiones de Cuddy, un contraataque frente a su venganza. Pero House quiere que todo vuelva a la normalidad y entiende que respondiendo con más agresión logrará lo contrario – La única forma de ganar es perder, que se dé el gusto.-

Wilson encuentra la carpeta con la historia clínica de la paciente Miller. Va a visitarla a la sala de internación. Ella lo recuerda, lo conoció en una conferencia sobre la especialidad médica que ambos comparten. Él le pregunta por qué renunció. Ella responde – lo peor es que cada vez que me enfermo debo oír a todos los que me juzgan.-

Wilson - ¿Quiere que la felicite? Tengo cuatro niños en oncología que van a morir, tres dentro del año y el otro durante los próximos días.

Miller – Habrá descubrimientos. Conmigo o sin mí, alguien hallará la respuesta.-

Wilson – Tal vez. Yo estoy en las trincheras, hago lo que puedo. Usted tuvo la posibilidad de terminar la guerra. ¿Cómo se supone que alguien como yo luche si alguien como usted abandona?-

Miller – Mucha gente se enfureció cuando renuncié. Era más fácil enojarse que admitir que no eran felices. Que estaban estancados en sus vidas, incapaces de avanzar.-

Wilson la mira perplejo y reflexivo.

Miller - ¿En qué se estancó?-

Taub está con su mujer en la cama, le pregunta - ¿Crees que deberíamos tener hijos?-

Mujer – Ya lo hablamos.-

Taub – Diez años atrás. Las cosas cambiaron.-

Mujer – Te dije que no quería hijos en la tercera cita y dijiste que estaba bien.-

Taub - Lo dije porque quería acostarme contigo y porque creía que podría estar bien con eso. No anhelaba un hijo.-

Mujer - ¿Has estado resentido todo este tiempo?-

Taub – Claro que no. Solo lo reconsidero.-

Mujer – No es un capricho ni una decisión tomada a la ligera.-

Taub - ¿Alguna vez te preguntas cómo sería?-

Mujer – Todo el tiempo. Pero no tanto como para querer hacerlo. Me gusta nuestra vida. ¿Estás bien?-

Taub asiente.

Mujer - ¿Puedo volver a encender el televisor?-

Asiente nuevamente.-

Foreman le hace una prueba de visión a “Trece”, verificando que la observación de House fue correcta. “Trece” se pregunta si no deben avisar a los otros médicos la aparición de este síntoma, pero Foreman le confiesa que los otros médicos que experimentan creen que ella está recibiendo el placebo. Al descubrir Foreman que la investigación estaba obteniendo resultados positivos, una semana atrás, decidió interferir en el proyecto para ayudarla. El haber comenzado recientemente a consumir la droga real podría explicar los dolores de cabeza. “Trece” dice que dejará la droga y todo estará bien. Ella se dirige a hablar con House para descartar el último diagnóstico presunto para la Dra. Miller, y le pide a Foreman que informe los resultados a la paciente. Antes de que ella salga del laboratorio, le hace notar a Foreman que hace apenas dos semanas que salen juntos y él violó el protocolo de la investigación y arriesgó su carrera para darle a ella una droga que no es seguro que pudiera ayudarla. Admite no saber si está lista para eso.

Cuando Foreman va a ver a la paciente, la encuentra durmiendo. Al despertarla descubre que se ha estado rascando dormida en la zona de la sien, atravesando su cráneo y segregando materia gris por la herida. Frente a este nuevo síntoma, y entendiendo que los receptores de la picazón están en las capas más superficiales de la piel, suponen que la sensación de picazón debe tener otro origen. No le pica realmente, a pesar de que ella crea que si. Nuevamente se abre una conversación acerca de la renuncia de la doctora. Taub ahora parece defender la decisión de la Dra. Miller.

Kutner – Podría ser psicogenético. Hizo un cambio en su vida, podría ser un desequilibrio.-

Taub - ¿Qué es lo loco de que quiera hacer lo que ella quiere?-

Kutner - ¿Por qué renunciar? Si quiero hacer algo, lo hago. No importa si encuentras un equilibrio.-

House entiende que esto no explica la picazón que es un síntoma reciente. Toma una pastilla de Vicodín. Ordena una Resonancia Magnética para descartar nuevas hipótesis: tumor, encefalitis. El equipo se pone a trabajar.

Foreman quiere ayudar a “Trece”, le expresa su interés en hacerle una RM para rastrear la causa de sus cefaleas. Finalmente la realiza, descubriendo que tiene un quiasma óptico. Se lo comunica a House.
Foreman se dirige a investigar si otros pacientes de la prueba presentaron un síntoma de esa índole. House le dice que espere, ya que de descubrirse la verdad su condición de médico se verá perjudicada.

Cuando Foreman llega a su casa la encuentra a su novia con la rodilla herida. Ella tropezó porque está perdiendo la visión.
Wilson entra en su despacho y encuentra a House durmiendo en el sillón.

Reunidos House, Taub y Kutner buscan nuevos diagnósticos para la Dra. Miller. Salen a la búsqueda de pruebas que permitan suponer un hemangioma espinal agresivo.

House visita a “Trece” y se entera de que no puede ver. Foreman fue al laboratorio, para pedir ayuda para ella. House quiere impedir que Foreman confiese el cambio que realizó y le pide a “Trece” que lo llame por teléfono para que regrese y no arriesgue su carrera. House revela que él fue quien le aconsejó a Foreman que cambiara la medicación si la amaba.

Wilson habla con Cuddy para hacerla recapacitar y lograr que deje de atacar a House ya que lo está lastimando físicamente. Cuddy dice que House no puede hacer infeliz a los demás sin pagar por ello. Wilson le responde que ella no es infeliz, hace lo que le gusta, y le gusta trabajar con House. Ella confiesa que le gusta lo que él hace por el hospital.

House y Foreman inician una sesión de radiación para tratar el quiasma de “Trece”.

House – Más despacio, si no quieres irradiar su corazón en lugar del cerebro. Claro, tus problemas desaparecerían.-

Foreman – Gracias, no sentía suficiente culpa. Entrando en la carótida común izquierda.-

House – Violaste las reglas, tu novia quedó ciega. Debes prepararte para que perder sea una posibilidad. Estás en la bifurcación carótida.-

Foreman – Sabía que darle la droga sería perjudicial para mí si me descubrían. Nunca pensé que la perjudicaría. Nadie más tenía reacciones adversas.-

House – Lo hiciste porque la amas. La ironía es que no pensaste en ella. Ansío ver qué le regalas para el aniversario. Catéter adyacente al quiasma óptico. Estamos listos.-

Taub y Kutner encuentran tras una resonancia, que la Dra. Miller tiene un mesotelioma, que hizo metástasis a la columna y los músculos. Estos síntomas no estaban dos días atrás. Entonces llegan a la conclusión de que no es un mesotelioma. Para confirmar van a pedir a Wilson que realice una biopsia.

Wilson se encuentra con la paciente para realizar la biopsia. Se disculpa con ella por haberse descargado, acepta estar estancado como ella sugirió. Le cuenta que su novia murió, que sigue viviendo en su apartamento rodeado de sus cosas y no sabe cómo salir de esa situación. La paciente le dice – el único error es no hacer nada.- Un sangrado descarta el mesotelioma.

“Trece” le dice a Foreman que siente culpa, y que no por eso tiene que arriesgar su carrera, para pagar por sus pecados.

Reunidos Taub, House y Wilson, se anotician de que el corazón de la paciente se detuvo. Empieza a tener sangrado en corazón, oídos, nariz y ojos. Logran estabilizarla pero su diagnóstico no es alentador. Deciden atacar los tumores vasculares del pulmón, pero corren el riesgo de perjudicar tejido sano.

Cuddy y House se encuentran. Ella le devuelve el bastón que había escondido y se disculpa por haber hecho cosas en su contra. Dice que él es quien es. House dice que en 28 días tendrán una situación similar, que Cuddy lo odia y después llora en su hombro (supone que las hormonas le hacen cambiar de humor repentinamente). En este momento parece tener una idea reveladora acerca del caso Miller. Va a la sala de internación y por los residuos que encuentra en el cesto de basura comprueba que la paciente está menstruando. Además, sangra por todas partes.

House – El diagnóstico es endometriosis ectópica. Hace ocho meses tenía un mioma. Los cirujanos cortaron la pared del útero. Cada corte de bisturí pudo haber liberado células endometriales, algunas se alojaron en los pulmones, algunas en el hígado, en la médula. Y como todas las células calientes se multiplicaron hasta llegar a la masa crítica en los días previos al siguiente período. Cuando su útero se hinchó, todo se hinchó. Cuando su útero debía sangrar, todo sangró. Deben esperar a que su período termine y deje de sangrar.-

Foreman se encuentra en la sala donde “Trece” está internada. Le pide perdón aunque ella parece dormir. Su novia abre los ojos y le dice que ahora puede verlo. Ambos se abrazan emocionados.

Taub visita a Dana Miller. - ¿Cómo se siente?-

Miller – En relación a los últimos días, genial.-

Taub – Casi muere. Por segunda vez en ocho meses.-

Miller – Lo sé.-

Taub - ¿Cómo se siente respecto de sus elecciones de vida ahora?

Miller – No estaba preguntándomelo.-

Taub – Siempre me pregunto si el día de mi muerte sentiré que hice algo realmente importante.

Miller – Pasará solo un día en su lecho de muerte. Debería preocuparse por los otros veinticinco mil. Vaya a la cama feliz hoy.

Foreman decide hablar y confesar acerca del ensayo. Como faltó al protocolo, los resultados en la salud de “Trece” no serán tomados para la investigación, sin embargo estarán atentos frente a otros casos de tumor. Foreman no perdió su licencia de médico pero no puede participar en otro ensayo clínico.

Taub y su mujer se encuentran en su dormitorio. Ella le pregunta - ¿Crees que podrás ser feliz sin hijos?- A lo que su marido responde – No sé. Sé que no puedo ser feliz sin ti.-

Wilson finalmente se anima a lavar la taza con la marca de rouge de su novia.

Desarrollo conceptual

Sujeto y recorte situacional

El Dr. Foreman está administrando a su novia (la Dra. “Trece”) drogas contra la enfermedad de Huntington, como parte de un proyecto de investigación. En el ensayo clínico se suponía que ella estaría dentro del grupo control, consumiendo placebo. Sin embargo Foreman interfirió y un tiempo después de comenzado el estudio le cambió el placebo por la droga a estudiar. Ni ella ni el equipo de experimentación lo saben.

Al realizar algunos tests para evaluar las funciones cognitivas de “Trece”, ella presenta un fuerte dolor de cabeza. Asegura no ser un efecto indeseado de la medicación, argumentando que de ser así, se hubiese presentando desde el comienzo del ensayo.

A partir de ciertas observaciones de House, que intuye lo que ha pasado, Foreman le hace una prueba de visión a “Trece”, verificando que House estaba en lo correcto: ella está perdiendo su visión periférica. “Trece” se pregunta si no deben avisar a los otros médicos la aparición de este síntoma, pero Foreman le confiesa que los otros médicos que experimentan creen que ella está recibiendo el placebo. “Trece” dice que dejará la droga y todo estará bien. Ella se dirige a hablar con House para descartar el último diagnóstico presunto para Dana Miller (la paciente que trataba el equipo), y le pide a Foreman que informe los resultados a la paciente. Antes de que ella salga del laboratorio, le hace notar a Foreman que hace apenas dos semanas que salen juntos y él violó el protocolo de la investigación y arriesgó su carrera para darle a ella una droga que no es seguro que pudiera ayudarla. Admite no saber si está lista para eso.

Más tarde “Trece” empeora, ahora ya no puede ver nada. Una Resonancia Magnética demuestra que se trata de un quiasma óptico. Foreman decide hablar con los investigadores, pero House y “Trece” lo detienen. No hay nada que los investigadores puedan hacer, sólo perdería su licencia de médico. Ella necesita “radiación, no un sacrificio”. Foreman y House intervienen a “Trece”, revirtiendo los efectos colaterales: el tumor desaparece y su visión se reestablece. Foreman explica: “Sabía que darle la droga sería perjudicial para mí si me descubrían. Nunca pensé que la perjudicaría. Nadie más tenía reacciones adversas.”

En el presente trabajo nos centramos en el personaje de Foreman. Si bien es cierto que este capítulo es rico en cuanto a contenido y presenta varios casos susceptibles de análisis, nos centraremos particularmente en la situación en la cual se ve envuelto este médico.
En nuestra elección tomamos en cuenta que su situación en el episodio es teóricamente comparable a Ibbieta, el personaje del cuento de Sartre “El muro” . Nos encontramos ante un sujeto que tomó una decisión, un personaje que, al igual que Ibbieta, toma la iniciativa, lleva a cabo una acción con determinados fines. Y como suele suceder con nuestras acciones, ésta trajo aparejadas consecuencias no esperables, o no ponderadas previamente por el personaje. La acción en este caso tuvo que ver con el suministro de la droga a Trece, personaje con el cual Foreman había iniciado una relación sentimental y amorosa hacía poco tiempo. Esa decisión, como se ve a lo largo del capítulo, conllevó ciertas consecuencias que en ningún momento habían sido contempladas concientemente por el personaje, así como le sucedió a Ibbieta, quien nunca pudo previamente imaginar la consecuencia de su respuesta ante el pedido de los falangistas. En este sentido es que creemos que el personaje de Foreman es comparable al de Ibbieta y nos sirve para pensar en qué posición estaba afirmándose el sujeto y cómo lo atraviesa la dimensión de la responsabilidad.

El circuito de la responsabilidad

A partir de este recorte situacional, podemos ubicar los dos tiempos del circuito de la responsabilidad que corresponden a este caso y esbozar una hipótesis clínica.

Tiempo uno: Foreman cambia la medicación de su novia, pasa del placebo a la droga a testear. Ésta es la acción voluntaria, en el plano del “yo”. Es una decisión calculada que Foreman emprende, teniendo en cuenta la ausencia de reacciones adversas en otros sujetos de la experimentación. Arriesga su carrera como médico en pos de salvar a la persona que ama.

Tiempo dos: “Trece” presenta reacciones adversas. Un quiasma óptico le causa dolores de cabeza y pérdida de la visión. Es el momento en el que “el universo particular soportado en las certidumbres yoicas se resquebraja posibilitando la emergencia de una pregunta sobre la posición que el sujeto tenía al comienzo del mismo” .

Hipótesis Clínica: A partir del tiempo dos, que remite y resignifica al tiempo uno, ubicamos la pregunta acerca de qué debe hacerse responsable el sujeto, en el sentido de su responsabilidad subjetiva. ¿Por qué le dio una medicación que no era seguro que pudiera ayudarla, y no consideró, incluso, que podía perjudicarla? ¿Por qué arriesgó su carrera, su licencia médica después de solo dos semanas de relación?

La enfermedad de “Trece” avanza implacablemente. Foreman toma las riendas en un acto omnipotente que podría impedir el final temido. Decide transgredir el protocolo del ensayo clínico, es decir, violar las leyes. Sin embargo, su intervención esconde un segundo propósito: el de infringir las leyes de la naturaleza.

El verdadero peligro de la cuestión no está en perder su licencia de médico, sino que reside en la muerte, para la cual no hay registro en el plano simbólico. La pregunta por la contingencia del ser abre un vacío, una falta que el sujeto neurótico prefiere velar. La muerte está en el centro del asunto, constituye la castración estructural ante la cual el sujeto responde con su síntoma.

La culpa como respuesta

A partir de lo expresado en el punto anterior, entendemos entonces que en el tiempo dos, el sujeto se ve interpelado y convocado a dar una respuesta, a pasar de ser responsable a hacerse responsable. Pero “no hay responsabilidad subjetiva sin culpa” . La interpelación exige esta respuesta, genera una deuda en el sentido moral, culpa condición del circuito. La culpa hace que se retorne al tiempo uno, a la acción por la cual el sujeto debe dar una respuesta. Sin embargo, la culpa puede constituir un modo de respuesta en sí misma adoptando diversas formas, sin que se produzca un efecto sujeto, un tiempo tres, que sería el momento de la responsabilidad subjetiva en el que el sentimiento de culpa se diluiría.

Foreman se siente culpable, quiere confesar, a pesar de que este acto no será de ninguna ayuda. “Trece” sigue enferma, necesita radiación para combatir el tumor. Hablando con los directores del proyecto, el sujeto sólo se perjudicaría. Podemos ver que ésta posición culpógena, en la que se precipita a atentar contra sus propios intereses, da cuenta de la responsabilidad pendiente que lo “ob-liga” a dar una respuesta. Confesar es reconocer y declarar su infracción, es una manera de asumir una culpa moral, ligada a sus deberes de médico, desentendiéndose de su deseo inconciente. “La equivocación es una coartada para la recomposición yoica, es un recurso de la conciencia moral para rectificar el rumbo errático del deseo” , la culpa asume un fin reparatorio que exime al sujeto de saberse culpable, es decir de ampliar su universo e introducir un cambio en su posición subjetiva.

La necesidad y el azar

Como venimos desarrollando, el sujeto es responsable de su deseo y de todo aquello que se juega y determina a nivel inconsciente. Para seguir pensando en la situación dilemática en la que se halla Foreman, hay que poder analizar los elementos de azar y necesidad que están en juego y que determinan (en parte) el curso de los acontecimientos. Estos elementos están siempre presentes y no los desconocemos en este episodio.

¿Como es posible pensar en la "necesidad" en este capítulo? La necesidad pude ser pensada como aquello que no es modificable por la voluntad humana. Está del lado de lo que esta inevitablemente presente, por fuera de nuestra intención y deseo conscientes. En el caso del episodio de Foreman se ve claramente como la necesidad excede al sujeto. Lo relacionamos con el hecho de que en el episodio el personaje está ante la realidad de su novia, quien sufre de una enfermedad incurable, degenerativa y mortal que aparece como inexorable e inflexible.

Del lado de la "necesidad" se pueden ubicar también los efectos impredecibles de la ingesta de drogas. En su ensayo clínico está probando la eficacia de ellas en el tratamiento de la enfermedad. Aunque las drogas están preparadas para ayudar al paciente en su rehabilitación y mejora, en el episodio se ve claramente cómo la necesidad hace su parte. Toda medicación o droga tiene sus efectos indeseados. Puede curar y tener efectos positivos pero a la vez se pueden hacer presentes los efectos negativos o llamados adversos. Estos últimos, en “Trece” no tardan en aparecer: pierde visión periférica y tiene fuertes dolores de cabeza.

Ahora bien, ¿cómo puede ser pensado el azar en este episodio? También podemos decir del mismo que está siempre presente, sin importar la situación. Interviene, al igual que la necesidad, en el curso de los acontecimientos por fuera de la voluntad de los sujetos. El azar está del lado de las coincidencias, de lo que aparece como casual, accidental y contingente. Se relaciona con aquello que llamamos en nuestra vida cotidiana "la suerte". En este episodio puntual, el azar hace su parte y tiene que ver también con el hecho de que con “Trece” la droga tuvo efectos colaterales y adversos para su salud, pero desde otra perspectiva. Foreman viene trabajando con la droga y sus resultados eran positivos en numerosos pacientes. No generaba reacciones adversas en ellos, por lo que el médico no dudó en suministrarle la droga. Nunca previó lo que podía suceder: “Trece” sí sufriría los efectos colaterales de la medicación. Eso fue arbitrario. Lo situamos del lado del azar porque aparece como aquello fortuito y accidental. El mismo Foreman, en una parte del episodio, al justificarse, menciona: "Nunca pensé que la perjudicaría. Nadie más tenía reacciones adversas". Al igual que la necesidad, el azar excede al sujeto.

Ambos elementos, son importantes a la hora de pensar y analizar este recorte situacional ya que entre ellos se abre la grieta por la cual emerge la responsabilidad del sujeto, determinando conjuntamente el curso de los acontecimientos.

Referencias

D’Amore, O. “Responsabilidad y culpa”. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006.

Mosca, J. C. (1998). “Responsabilidad, otro nombre del sujeto”. En Ética: un horizonte en quiebra. Eudeba, Buenos Aires.

Salomone, G. Z. “El sujeto dividido y la responsabilidad”. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006.

Domínguez, M. E.: “Los carriles de la responsabilidad: el circuito de un análisis”. En La transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, 2006

Sartre, Jean Paul: “El muro”, Editorial Losada, Bs. As., 1972.

http://www.miradrhouse.com/house-online-S5E14-The-Greater-Good.html



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