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El cuerpo como límite

por Guerra, Nazareno

Introducción: sobre la estructura de la película.

Full Metal Jacket es una película… o dos, si se quiere. Desde un punto de vista estructural, la película está seccionada, dividida en dos partes:

La primera parte es el entrenamiento, el aplacamiento de las subjetividades para crear un Cuerpo de Marines. Lo que podríamos llamar desde Mil Mesetas, el Plan de organización : “irrepresentable como tal, que sólo puede inferirse en función de las formas que desarrolla y los sujetos que forma, puesto que existe para esas formas y esos sujetos [1]

Es decir, el plan de organización es justamente aquello que se pretende de los sujetos. Es hacerlos pasar por el sometimiento que se supone necesario para la supervivencia en combate. Todo esto, sin un enemigo verdadero, sino uno artificial.

La segunda parte del film es la guerra en sí misma. El tedio, los muertos, la monotonía, el choque con lo Real de la situación Bélica. Es la muestra, también, de cómo los sujetos que forman parte de la guerra, se apropian de la situación en la que se encuentran. La segunda parte es cuando se pone en juego un cuerpo en la guerra, y ya no en una situación de ensayo, como en la primera mitad de la película. Es lo que desde Mil Mesetas se trataría como el Plan de Consistencia: “Luego hay otro plan completamente distinto, o una concepción del plan completamente distinta. Aquí ya no hay en modo alguno, formas o desarrollos de formas; ni sujetos y formación de sujetos. No hay estructura ni génesis. Tan sólo hay relaciones de movimiento y de reposo, de velocidad y de lentitud entre elementos no formados (…) Nada se desarrolla, pero, tarde o temprano, suceden cosas, y forman tal o tal agenciamiento según sus composiciones de velocidad. (…) Este plan, que sólo conoce longitudes y latitudes, velocidades y haeceidades, nosotros lo denominamos plan de consistencia  [2]

Ambos planes serán abordados desde la perspectiva a Leonard Lawrence, el personaje que permitirá desentramar la lógica de fuerzas en juego.

Leonard, o Pyle, es la bisagra que divide estos dos actos, o partes del film. Establece la separación de ambos planes: el de Organización y el de Consistencia.

Esa bisagra o división se dará en la escena del baño, que sucede durante la última noche del período de entrenamiento, justo antes de ir a la Guerra.

El plan de organización: El entrenamiento (o de Leonard a Pyle)

La primera mitad de la película, como dijimos, aborda el entrenamiento militar. Hay una serie de sujetos que son sometidos a la maquinaria de estructuración de la milicia. Entre ellos, se destacan tres.

  1. El nombre del primero es Leonard Lawrence.
  1. En la primera secuencia de la película, Leonard conoce al Teniente Hartmann (el segundo personaje en cuestión), quien lo bautiza con su nuevo nombre: Pyle.
  1. El tercero, la otredad, el espectador, es Joker, quien tendrá un desempeño crucial para el desarrollo de Leonard.

Ahora bien, el plan de organización se pone en marcha. Hay un desarrollo esperado para estos sujetos, y una finalidad específica: anular sus subjetividades al máximo, para generar un cuerpo militar, compuesto por una pila de cuerpos des-humanizados y cohesionados a través de la tortura.

¿Cómo se muestra este moviemiento? A través de Leonard: todo el proceso del entrenamiento militar supone que Leonard deje de ser quien es.

¿De qué se trata la primera mitad de la película Full Metal Jacket?: se trata de cómo Leonard se convierte en Pyle.

Es decir, cómo Leonard, a través de la tortura y el hostigamiento de Hartmann, se ve forzado a anular su subjetividad, para convertirse en Pyle.

Esto se ve desde el comienzo del film. En su primer día de entrenamiento, Hartmann se acerca a Leonard y éste se ríe, se muestra risueño.

Leonard se ríe cuando conoce a Hartmann, porque aun sin saberlo, entiende que no necesita de ese pseudo orden militar. Se ríe en la cara de Hartmann. No puede evitarlo. Es un momento de absoluta honestidad. De una sinceridad real. Más allá de cualquier tipo de pensamiento.

Da igual si pensaba que la milicia era un circo, o si se preguntaba por qué Hartmann usaba todo el tiempo ese gorro ridículo. Leonard se muestra tal cual es, y su manera es esa.

Leonard será entonces destruido, anulado, re-creado en un nuevo ser, fruto de la expiación de las pulsiones agresivas del grupo: Leonard será abolido, para posibilitar el advenimiento de Pyle.

Es interesante resaltar en este punto el juego de palabras. Pyle se pronuncia, en inglés, de la misma manera que Pile, que significa “Pila” en español, que según el diccionario de la Real Academia Española significa:

Montón, rimero o cúmulo que se hace poniendo una sobre otra las piezas o porciones de que consta algo.”

Desde allí puede pensarse la metáfora en relación al apodo de Leonard, y el proceso que supone el entrenamiento militar, es decir, que convierte a distintas subjetividades en una pila de cuerpos llamada pelotón .

Todo el trayecto de esa de-subjetivación, no es más que la alienación en su estado más puro. Destruir a Leonard para crear un Pyle.

Leonard no quiere convertirse en Pyle. Es Hartmann quien necesita a Pyle: tenerlo le permite dar un ejemplo de escarmiento ante sus compañeros. Hartmann crea a Pyle, lo inventa; y a través de él cohesiona al grupo, lo aúna.

Para ilustrar esto, basta con tomar su relación con Joker:

Ante las incapacidades físicas de Leonard a lo largo de las rutinas de ejercicios, Hartmann pone a Pyle bajo el tutelaje de Joker, con la finalidad de que mejore.

De hecho lo hace, y comienza a tener un mejor rendimiento. Es decir, al dispensarle un trato más cercano y humano, Joker consigue que el funcionamiento de Leonard mejore.

Pero esta no era la finalidad del movimiento: Hartmann no hizo aquello para que funcione, todo lo contrario. Lo hizo para que fallara.

Hartmann vuelve entonces a hostigar a Leonard, vuelve a conducirlo en dirección de ser Pyle. Lo busca e indaga, hasta que encuentra algo por qué penalizarlo: un dulce.

Así Hartmann consigue su Pyle, su no-ejemplo, su chivo expiatorio, aquello que hay que evitar.

Hartmann entonces, comienza a penalizar al grupo de soldados en nombre de la idiotez de Pyle. Por ejemplo, los hace ejercitarse como castigo, mientras Pyle se chupa el dedo como un bebé.

El grupo acepta el juego y todos comienzan a odiarlo. Es decir, en lugar de percibir al hostigador como tal, alinean su ideología a la de Hartmann, y perciben a Pyle como un escollo, como el culpable de sus problemas.

Este efecto de hostigamiento sobre Leonard, funciona como un factor cohesionante del grupo. El grupo se compacta, se hace una pila, para crear a Pyle: su chivo expiatorio.

Esto se observa claramente cuando despiertan a Pyle con golpes nocturnos, para hacerle “escarmentar”, por los maltratos ideados por Hartmann.

Allí, en ese movimiento punitorio, Leonard finalmente deja de existir: en la oscuridad de la noche, quien se despierta es Pyle; para ya nunca más conseguir descansar.

Allí, en este ritual de iniciación punitiva grupal, Leonard se convierte definitivamente en Pyle. Y ese movimiento, por el cual ese cuerpo singular es castigado y disciplinado, genera un efecto psíquico irreversible.

Cabe resaltar la actitud de Joker, que era su mentor; pero quien decide amoldarse a la lógica grupal de punción, y darle, con los últimos golpes de gracia, el escarmiento que termina de eliminar a Leonard.

A partir de allí, del ataque de esa horda que defiende la lógica del padre (es decir de Hartmann), Pyle es un cúmulo de respuestas primarias de supervivencia. Se limita a la adaptación. Se mueve por reflejos. Carece de pensamiento autónomo.

Leonard se transforma en Pyle: el soldado perfecto. El producto ideado y moldeado por el Plan de Organización, que hace de él exactamente aquello que necesita: un sujeto que responde al orden organizado. A la masa. “Pues el plan de organización o de desarrollo engloba efectivamente lo que llamamos estratificación: las formas y los sujetos, los órganos y las funciones son "estratos" o relaciones entre estratos.” [3]

Pyle se convierte no sólo en parte del grupo, sino también en un excelente tirador, y se gradúa a la par de todos sus compañeros.

Todos los soldados son enviados a distintos destinos. Pyle es llamado para ir a Vietnam en el cuerpo de infantería.

La irrupción de un cuerpo deseante: la escena del baño.

La escena del baño se trata de un momento de verdad. De una división, que establece la separación de ambos planes, el de Organización (ya explicado) y el de Consistencia (que se explicará a continuación).

Ambos planes que no se excluyen, sino que se necesitan mutuamente. Porque todos los sujetos están afectados por ambos planes todo el tiempo. “Porque constantemente se pasa del uno al otro, por grados insensibles y sin saberlo, o sabiéndolo tan sólo a posteriori [4]

La escena del baño entonces, divide la película en dos, es la bisagra, la bifurcación.

La secuencia transcurre durante la última noche de entrenamiento (previa a viajar a Vietnam).

Pyle está recluido en la madrugada, en el baño, con su rifle. Esto es advertido por Joker, quien estaba de guardia nocturna.

Entablan una charla, en la cual está claro que Leonard está muerto; Pyle parlotea metonímicamente, desde un cuerpo de-subjetivado y listo para la acción en el frente enemigo. Es un puro producto del Plan de Organización. Una máquina de matar. Un robot. Pura alienación. Con un discurso que ya no se mueve por la metáfora de su subjetividad, sino por la repetición de los significantes del discurso de la milicia.

Hartmann se entera de lo que está sucediendo en el baño y se acerca. Luego de amenazar a Pyle para que deje su rifle, le dice lo siguiente:

-What is your major malfunction, you numb-nuts? Didn’t Mommy and Daddy show you enough attention when you were a child ? [5]

Acto seguido, Pyle ejecuta a Hartmann y luego procede a suicidarse.

Pyle no puede dejar de ser quien es. Ya no es Leonard. Leonard estaba preparado para Vietnam. Para perdonar los maltratos. Pyle no. Pyle estaba listo para pasar el entrenamiento. Para seguir la pantomima de la milicia, pero no para dejar al grupo.

Pyle fue creado por el grupo y para el grupo. No pudo dejar de formar parte de él. No pudo tolerar el no estar más en el entrenamiento, porque el entrenamiento lo había creado a él para justificar su propia existencia.

Se puede pensar este acontecimiento, la escena del baño, como un tercer momento de una secuencia. A saber:

  1. El discurso militar actuando sobre Leonard, fue un primer movimiento afirmativo.
  1. Luego la resistencia de Leonard, fue una negación de esa afirmación.
  1. Finalmente la posterior sepultura de Leonard (perpetrada por el grupo mismo) da lugar al advenimiento de Pyle. Allí entonces, en la escena del baño, se escenifica la negación de la negación que amplía el campo discursivo.

Es decir, Pyle radicaliza el discurso militar, al acoplarse completamente a él. Y al hacerlo multiplica, desterritorializa el campo de lo posible: es impensado, efectivamente, que algo así pueda suceder.

Como aquello que acontece es tan imprevisto, tan traumático, tan Real en sí mismo, las posibilidades (y las necesidades) de análisis son infinitas, en tanto funcionan como una forma de intentar incorporar aquello que trauma, que no se puede asimilar.

Tomemos el primer análisis, que sale de la boca de Hartmann, al decir, antes de su ejecución: ¿No te prestaron suficiente atención Mami y Papi cuando eras un niño?.

Es sugerente, que ante la emergencia de algo del orden de lo extraordinario, Hartmann responde con una fórmula: la edípica. Es decir, que cuando un sujeto tiene un “mal funcionamiento”, y se lo atribuye a la representación familiar. De esto se extraen dos implicancias:

En primer lugar, implica un movimiento de negación sobre la potencia hostigadora del plan de organización. Hartmann no concibe, no logra captar aquello que sucede como una consecuencia de sus actos.

En segundo lugar, manifiesta la apropiación vaciada de sentido del discurso Freudiano. A saber: se apela a la noción de inconsciente, en una simplificación de causa y efecto. La lógica de sentido que muestra Hartmann es: Mamá y Papá fallaron, ahora Pyle se rebela.

Este movimiento, por el cual Hartmann se excluye de este retorno virulento de sus acciones, ya sea mediante la negación, o mediante la utilización simplificada de la teoría Freudiana, implica su imposibilidad de pensar a lo que acontece como un devenir, como una producción deseante.

“¿Se trata tan sólo de edipizar incluso al esquizo? ¿O se trata de algo distinto, de lo contrario? ¿Esquizofrenizar, esquizofrenizar el campo del inconsciente, y también el campo social histórico, de forma que se haga saltar la picota de Edipo y se recobre en todo lugar la fuerza de las producciones deseantes, y se reanuden en el mismo Real los lazos de la máquina analítica, del deseo y de la producción? Pues el propio inconsciente no es más estructural que personal, no simboliza ni imagina, ni representa: maquina, es maquínico. [6]

El inconsciente no dice algo en particular, sino que maquina. Y maquina en base a las significaciones que lo circundan; y en base a nada en particular, al mismo tiempo. Es decir, puede haber allí algo familiar, puede que no.

Ante la escena del baño se genera un vacío de sentido: ¿por qué Pyle explota y no algún otro de sus compañeros? ¿por qué la última noche? ¿por qué se suicida? ¿por qué no intentó desertar?

Hartmann no tolera el vacío de sentido que Pyle representa. El intento de Hartmann es edipizarlo para comprender lo que sucede. [7]

Resumiendo, Pyle plasma en acto, el límite que no puede ser cruzado por el Plan de Organización. Pone un coto al discurso de la milicia que se ha encarnado en él, a costa de su propia subjetividad.

Ese límite es el propio cuerpo. Un cuerpo que dice basta, y que reclama un lugar de expresión. Un territorio de apropiación discursiva: al amoldarse completamente al discurso militar, Pyle perdió su capacidad de apropiarse de lo que sucedía, de posicionarse como un sujeto ante esa opresión.

Pyle perdió su subjetividad, para luego recuperarla a través de ese acto.

El plan de consistencia: la Guerra en sí misma.

Desde un punto de vista estrictamente sintagmático, la segunda mitad de la película es de menor calidad cinematográfica. Según Roger Ebert “el film se desintegra en una serie de piezas autoconclusivas, ninguna de ellas lo suficientemente satisfactorias” [8]

Ahora bien, la propuesta del presente escrito es pensar esta segunda mitad del film, como una manifestación del Plan de Consistencia:

Las puras relaciones de velocidad y de lentitud entre partículas, tal como aparecen en el plan de consistencia, implican movimientos de desterritorialización, de la misma manera que los puros afectos implican una empresa de desubjetivación. [9]

El plan de consistencia es, en sí mismo, lo que frena la organización. Lo que la desestratifica. Son los cuerpos, en sí mismos, apropiándose de una situación a la que son sometidos. Desterritorializando lo adquirido.

Desterritorializar es el movimiento en el que el cuerpo adquiere una consistencia, es decir, tiene una dimensión; que está determinada por el lugar en el que está a partir del plan de organización, pero que no se reduce a él.

La consistencia para los autores, es la inconsistencia para el sentido común. Lo que se piensa como una incoherencia. Lo disruptivo. Lo que no se sostiene lógicamente. Lo que interroga. Lo que abre sentido. Es querer matar y en el mismo movimiento desear la paz. Esa es la consistencia de Deleuze y Guattari, aquello que nada tiene que ver con la lógica de organización, sino que remite a lo propio de cada sujeto, a sus incoherencias, a sus inconsistencias, a sus divagaciones. Es lo que pasa, lo que sucede, a pesar del plan de Organización.

Son pequeñas formas resistenciales de acumulación de poder. En la película son las camas deshechas, las largas charlas en ausencia de acción, las secuencias que muestran reuniones burocráticas, decisiones políticas, demostraciones viriles exacerbadas, conductas propias de adolescentes, etc.

Nada parece indicar allí que el entrenamiento era necesario. Y aún sabiendo que lo es, nada de la severidad de Hartmann parece tener sentido. .

La estética de la situación bélica sostiene esta postura. Defiende la idea del sinsentido represivo del poder militar de la primer mitad del film.

Esto lleva a pensar que Leonard no necesitaba a Hartmann para obtener algo que le permitiera ir a la guerra; ya que la segunda mitad de la película muestra que el campo de batalla real, es un lugar donde el hastío y el aburrimiento son más frecuentes que la acción.

Leonard encajaba perfectamente en ese mundo bélico. Leonard era quien debía ser desde el principio. Estaba listo, siendo quien era, sin la deformación que suponía el entrenamiento militar. Fue el ideal de la milicia quien hizo parecer a Leonard inoperante. El Real de la situación bélica no lo muestra como tal: a eso apunta la segunda mitad de la película, que para Ebert es una espiral descendente.

Pyle, en cambio, sí se muestra bajo estándar de la milicia. Era ágil con el rifle, decidido y consistente con el discurso grupal al cual ha sido arrastrado.

Leonard, al convertirse en Pyle, dejó de ser apto para una guerra, para la cual siempre había estado preparado.

Justamente por haber sido arrastrado a ser Pyle, nunca llega al campo de batalla. Esto se debe a que no hay en Pyle inconsistencia alguna. No hay una mediación de su cuerpo. No hay Plan de Consistencia. No llega a obtener ese “saber hacer” con el Plan de Organización.

Allí es donde la mediación del cuerpo como un límite se hace presente: Pyle era puro Plan de Organización, por lo tanto no había nada allí que remitiera a Leonard, que lo hiciera presente. Por eso no llega nunca a Vietnam.

Esto se puede apreciar a partir de las escenas de combate en Vietnam, que tienen lugar en una ciudad derruida, donde la vida se mantiene o se pierde de un instante a otro; y en esa lógica, no necesariamente es el más aplicado, veloz u obediente quien sobrevive. Allí se pondrá en juego la (in)consistencia de cada sujeto, su singularidad, su forma de encarar lo que sucede.

La película muestra, entonces, que el hecho de estar listo o no para la Guerra no se basa en estar físicamente preparado para pelear; sino en algo más: en la capacidad de tolerar la incertidumbre propia de la situación, y de posicionarse singularmente ante una situación límite.

Conclusión

Como ya se ha explicado, la escena del baño se trata de un momento de verdad. De una división, que establece la separación de ambos planes: el de Organización y el de Consistencia. Se constituye como una división en tanto tal, porque expone al plan de Organización a su propia limitación: el cuerpo.

Siempre, ante todo plan de Organización hay un cuerpo que resiste, que tiende a negarse a esa significación. Es justamente esa negación, la que introduce al sujeto en el plano de la Consistencia; de aquello que no responde a una lógica organizativa, sino a la multiplicidad que lo atraviesa como ser humano. Es allí donde la lógica del sentido común dictamina que ell sujeto es inconsistente, ilógico, irracional: en el lugar donde su propio cuerpo desterritorializa, responde.

La singularidad es siempre en el plano de la Consistencia, de la forma singular (a partir de lo grupal) y en acto.

Leonard, quien muere a manos del grupo en esa noche de punición grupal, pudo haber sido un gran soldado, porque contaba con una consistencia que le era propia.

Lamentablemente, de esa noche quien sobrevivió fue Pyle, que carecía de (in)consistencia alguna para encarar la experiencia bélica.

Este paso, de Leonard a Pyle, nos expone ante la imposibilidad de la supresión de lo singular.

Un singular que emerge siempre, frente a cualquier plan organizativo que tenga delante.

Bibliografia

Deleuze y Guattari, (1972) Anti-Edipo, Capitalismo y esquizofrenia, Ed. Paidos, Bs. As.

Deleuze y Guattari, (1980) Mil Mesetas, Capitalismo y esquizofrenia, Ed. Paidos, Bs. As.

Eberet, Roger, (1987) Review: Full Metal Jacket. [en línea] [fecha de consulta: 14 Octubre 2016]. Disponible en: .

Stanley Kubrick, (1987) Full Metal Jacket, Warner Brothers, EEUU.



NOTAS

[1Deleuze y Guattari, Mil Mesetas, Capitalismo y esquizofrenia, Cap. X Devenir-Intenso, Devenir-Animal, Devenir-Imperceptible, pág. 269

[2Idem 1. La negrita no está en el original.

[3Deleuze y Guattari, Mil Mesetas, Capitalismo y esquizofrenia, Cap. X Devenir-Intenso, Devenir-Animal, Devenir-Imperceptible, pág. 272

[4IDEM 3

[5¿Cuál es tu disfunción general, pelotudo? ¿No te prestaron suficiente atención Mami y Papi cuando eras un niño?

[6Deleuze y Guattari, Anti-Edipo, Capitalismo y esquizofrenia, El imperialismo de Edipo, pág. 60

[7Quizás, en este punto, mi intento sea igual que el de Hartmann. Quizás estas líneas tampoco toleran la ausencia de sentido de aquello que sucede, y quizás aquello que busco es situacionar la producción deseante de Pyle, en un intento de dominar la angustia que esa escena me provoca cuando la veo.

[8Eberet, Roger, (1987) Review: Full Metal Jacket. [en línea] [fecha de consulta: 14 Octubre 2016]. Disponible en: <http://www.rogerebert.com/reviews/f...> .

[9La cita en el idioma original es “The movie disintegrates into a series of self-contained set pieces, none of them quite satisfying.”





COMENTARIOS

Mensaje de Sergio Montenegro  » 11 de septiembre de 2016 » sergio.montenegro@hotmail.cl 

Me pareció muy interesante los conceptos de Deleuze que propone el autor para Leer la película. Partiendo de la división, de que por un lado está el maltrato, el hostigamiento, el no espacio para la subjetividad, postura que tiene la sociedad para moldear los cuerpos, "la disciplina" en palabras Foucaultianas, llevan a un exceso de poder en dicho dispositivo.

"El plan de organización" en la película, resalta el "castigo" al cual se someten los sujetos por el "ideal" de la patria y valores burgueses, esta preparación para combatir y defender las promesas del estado moderno, llevan al moldeado del cuerpo y la actitud, cuyo ejemplo más sobre-saliente es Leonard Lawrence y su "metamorfosis" en el personaje de Pyle. Este momento de cambio de "identificación", o, esta alienación por completo de Leonard a los ideales de la instrucción militar.

Leonard logra hacer de ese Otro, una identificación sin agujeros, "yo soy eso" este falso ser, es de aquello que Pyle no se puede despegar, a diferencia de sus compañeros los cuales logran identificarse al "plan de organización", de una maneras más especular, es decir más imaginaria, haciendo de una parte de su "yo" como característica: el "ser soldado". Es aquí donde se puede inferir que no hay corte en el mecanismo de Identificación con el "ser soldado", es decir no hay castración, no hay incoherencia en la identificación de Pyle con el "ser soldado".

Leonard Lawrence en un primer momento actúa como aquella rata de laboratorio científica "díscola" aquella que quizás tenga un mecanismo de conducta no aceptable por su funcionamiento neuronal, y a la cual, hay que adaptar, hay que castigar, hay que rectificar, el problema con el ser humano, es que están hechos de sentido y cada sujeto logra darle a la experiencia vivida un tinte propio, siendo el dilema cuando estructuras psíquicas no logran hacer este "plan de consistencia" si no más bien, se alienan por completo a discursos sociales, que le dan un sentido totalizante a su existencia.

Por lo cual, me surge la siguiente pregunta: si es necesaria la incoherencia, la falla, la falta, en la identificación al discurso del Otro ¿Que posición es pertinente, cuando un psicólogo clínico aplica su mirada, su ideal, o lo esperable del discurso social en relación a "como hay que vivir"?



Mensaje de Laura 10  » 24 de agosto de 2016 » mlauragonzalez@hotmail.es 

Considero muy buen analisis de la pelicula respecto de la consistencia y de la organizacion. Aludo que a la escena del baño es clave para demostrar lo verdadero de la demarcacion del cuerpo.
Me quedo pensando en esta frase: "El plan de consistencia es, en sí mismo, lo que frena la organización. Lo que la desestratifica. Son los cuerpos, en sí mismos, apropiándose de una situación a la que son sometidos. Desterritorializando lo adquirido." Pero en si el trabajo me parecio muy interesante ya que tiene una perspectiva distinta.
Gracias por el trabajo.



Mensaje de Nazareno Guerra  » 12 de agosto de 2016 » nazarenoguerra@gmail.com 

Este trabajo tiene su adaptación audiovisual, que puede ser vista en el siguiente link:

vimeo.com/nazarenoguerra/fmj




Película:Nacido para matar

Titulo Original:Full Metal Jacket

Director: Stanley Kubrick

Año: 1987

Pais: Estados Unidos