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Heavy / Obesidad

Temporada 1 - Episodio 16

Cuestión de peso


Autores: Julieta Gamba y Mauro Bejarano

Palabras clave:

Síntesis

Sinopsis

Jessica es una nena de 10 años, que sufre de sobrepeso, y se niega a ir a la escuela ya que los demás niños la discriminan por su cuerpo. En la escuela mientras realiza unas pruebas de salto en cuerda durante la clase de educación física sufre un infarto de miocardio. El caso es tomado por House, quien junto a su equipo médico, luego de varios estudios, descubren que la paciente tiene el síndrome de Cushing, a causa de un tumor en la glándula pituitaria (hipófisis). Durante el episodio, House es forzado a decidir el despido de unos de los integrantes de su equipo, debido a órdenes de Volger - el nuevo director- por lo que considera recortar el sueldo de todos los miembros; y de esta forma evitar despedir a alguien. Ante esto, Volger se niega e insiste en que elija a uno de los integrantes de su equipo. Finalmente, House decide que sea Chase, no obstante el nuevo director no lo acepta y exige que sea Foreman o Cameron. En cuanto a ésta última, para ese momento ya se había ido enfada del hospital, luego de manifestarle a House su disconformidad respecto al trato impartido hacia ella y su deseo de renunciar debido a la situación generada.

Caso clínico

El capítulo comienza con Jessica, un niña de 10 años que sufre de sobrepeso y no quiere ir al colegio, porque lo demás niños se burlan de ella y la discriminan por su sobrepeso. La mamá le dice lo hermosa que es y la convence para que vaya a clases. Ya en el colegio durante la clase de educación física, mientras se encuentra saltando a la cuerda, durante una prueba de rendimiento físico, siente dolor en el brazo y puntadas en el pecho, pero el profesor insiste en que continúe. Luego de unos segundos Jessica se desmaya, sufriendo un ataque cardíaco.
El caso interesa a House porque los ataques de corazón son completamente inusuales en los niños. La junta médica empieza a evaluar el caso. Chase considera que se debe a la obesidad mórbida de la niña. Pero Cameron no esta de acuerdo con esa hipótesis porque la niña hace un año que viene manifestando síntomas de fatiga, dolor muscular y problemas de concentración. Foreman no concuerda que sea dicha causa y considera que tal vez es algo genético, mientras que Cameron incluye la posibilidad de que se trate del síndrome x metabólico (resistencia a la insulina); razón por la cual House manda a hacer una pinza hiperinsulinémica euglucémica.

Cameron le comunica a la madre de Jessica que posiblemente se trate de un problema de insulina, que deben realizarle un estudio. La madre pregunta si es tratable, a lo cual le responde que se controla con dieta y ejercicios. Ante esto la Sra. Simms se enfada, diciendo que su hija come bien y hace ejercicios todos los días. Pidiéndoles que “vean más allá de su peso”, comunicando que si “esa es la recomendación, el diagnostico esta mal”.

Mientras se realiza la pinza hiperinsulinémica euglucémica Jessica sufre un ataque nervioso (psicosis), que atribuyen inicialmente a una hipoglucemia, que luego descartan al recibir los análisis del laboratorio. Tras una reunión House considera que las causantes podrían ser pastillas para adelgazar ya que causan coágulos e infartos. Pero Chase y Cameron dudan sobre eso, no consideran que la mamá se las haya dado. House asegura que miente. Y manda a Cameron y Chase para que le den heparina y warfarina para evitar más coágulos, indicándole a Foreman que busque las pastillas.

Foreman va a ver a la profesora para saber de las pastillas y no sólo se entera que Jessica no tiene amigos, sino que al hablar con una compañera de la niña, le cuenta que una vez la vio tomando pastillas y le dijo que su madre se las había dado. La madre niega esta situación, al momento en que Jessica llorando confiesa haber tomado las pastillas, que robó de una tienda, porque “ya no quería ser más fea, desagradable, sólo quería encajar, tener amigos y que alguien de su edad fuera amable con ella”. Es así que para Foreman, las pastillas explicarían los coágulos, infarto e insomnio.

A pesar de esto los problemas continúan, presentándosele úlceras en la piel, que House considera provocadas por los médicos. La necrosis en la piel sería provocada por la administración de warfarina. Sin embargo, para Cameron es imposible porque le dieron la heparina antes de la warfarina. Chase dice que él le dio heparina y la warfarina le correspondía a Cameron. Ella está segura de haberle suministrado la droga correcta, pero House supone que Cameron cometió un error tras las dudas que provoca Chase.

Jessica no mejora, y se considera la posibilidad del tratamiento con heparina, no obstante para Cameron se trata de otra cosa. Al no encontrar la causa, House continúa pensando que se equivocó. No se debe esperar más ya que la necrosis puede llegar a la pared abdominal, y de no mejorarse deben realizarle una amputación de los pechos (mastectomía); lo cual comunican a la madre para su autorización.

Al empeorar el cuadro, House adopta una nueva perspectiva y supone que tal vez Cameron no se había equivocado. Le pide entonces opiniones a Chase y Foreman, considerando la obesidad como síntoma. A Chase se le ocurre hipotiroidismo, pero Foreman no adhiere ya que es algo genético y la madre es gorda. Esto hace que House observe a la madre y note que además de gorda es alta. Rápidamente pregunta sobre el padre, el cual también es alto. Deduce así que la niña es baja, y que entonces partir de toda la sintomatología presentada podría tratarse del síndrome de Cushing. De inmediato ordena que se le realice una resonancia magnética para encontrar algún signo que pudiera estar causando el hipercotisolismo. De esta manera, le encuentran un tumor en la glándula pituitaria. Luego la niña es operada y los síntomas desaparecen, incluso la obesidad.

Caso clínico de rutina

Paralelamente House atiende a una paciente que sufre de acidez estomacal, con cierto sobrepeso. Él piensa que está embarazada, cosa que la paciente niega. El médico insiste en la hipótesis del embarazo, pero la mujer rechaza rotundamente esa suposición ya que su marido se realizó una vasectomía, razón por lo cual es imposible. Ella se enfada y se para diciéndole que “así es como debe lucir una mujer” mientras muestra su figura. Pero a House nada lo hace cambiar de opinión y sigue insistiendo que tiene una personita adentro. La manda a realizarse unos estudios de sangre.

Luego el diagnóstico revela que es un tumor benigno de 13 kg en el ovario. Lo cual es comunicado por House y Wilson, a la Sra. Hernández. Wilson le manifiesta que ya está todo listo para la cirugía, pero ella se niega a operarse, diciendo “si no es cáncer no es nada que pueda matarla”. La mujer piensa “que si se opera le quedará cicatriz”, y considera que House quiere obligarla a realizarse una cirugía estética, ya que eso cambiaría su apariencia. Wilson, tratando de defender a su colega; le dice que eso la va a ayudar con la acidez y el dolor estomacal, pero ella permanece inmutable en su posición, sosteniendo “que a su marido le gusta así, y que si se opera no querrá tocarla más”. Y se va.

El Sr. Hernández va a ver a House por el asunto del tumor de su mujer, a lo cual él le contesta: “¿Le dijo por qué no quiere extirpárselo?”, si bien el marido lo sabe, se encuentra preocupado y a él “no le importa la cicatriz que pueda quedarle, ya que el peso puede recuperarlo”. House le dice que es la decisión de su mujer. Pero Hernández lo sigue y le pide “que le diga que es cáncer, que no le importe mentir”. Le dice que tienen 6 hijos, mostrándole sus fotos, que se apiade de eso. House mira las fotos y lo mira a él; y conmovido acepta que la señora regrese a verlo.

Cuando ella vuelve, House la interpela diciéndole “los hombres son cerdos”. Ella no entiende por qué dice eso y exclama: “¿para esto me llamó?”. Él le muestra la foto de sus hijos, y le dice “me encantan sus ojos verdes y azules, siendo que su esposo y usted tienen ojos marrones”. Ella pregunta “¿de dónde sacó eso?”, él le dice “del padre de 3 o a lo sumo 4 de sus hijos”. Lo que House considera es que no quiere realizarse la cirugía no porque su marido no la vea atractiva, sino porque teme “que los otros hombres con los que se acuesta sean prejuiciosos”. La convence finalmente asegurándole que siempre habrá hombres que gusten de ella, afirmando que "los hombres son cerdos" y que tendrían sexo prácticamente cualquier mujer, incluso si tienen cicatrices quirúrgicas, obesidad, etcétera. House la mira fijamente y le dice “debe haber sitios en Internet llenos de hombres que buscan mujeres casadas con cicatrices quirúrgicas”. Le devuelve las fotos de sus hijos diciéndole “Así que opérese, por favor” Ella lo mira y asiente.

Relación entre los personajes

House se encuentra con la doctora Cuddy quien le dice que debe deshacerse de uno de sus médicos, él ya lo sabe, lo hará en cuanto evalué lo que considera, ironizando el tiempo. Ella insiste en que debe hacerlo cuanto antes.

Luego de esto, House les comunica a sus colegas que debe despedir a uno de ellos esta semana, por lo que el desempeño de cada uno será importante. Cameron sostiene que permanezcan juntos, que no permitan que eso los afecte. Pero Chase se opone, piensa que no es algo para jugar juntos “es un juego que suma cero: tu perdida es mi ganancia”. Por su parte, Foreman, piensa que es una jugarreta de House, por lo que no quiere darle esa satisfacción y decide permanecer aliado a la idea de Cameron.

Más tarde, House está en el almuerzo con Wilson, el cual le pregunta que pensó sobre el despido, y éste le comenta que “tal vez sería redituable conservarlos a todos”.

En otro momento, Foreman va a ver a House, y lo increpa diciéndole que si tiene que despedir a alguien que lo haga, pero que no espere a ver cómo se atacan entre ellos. House le pregunta “¿Qué debería hacer?” Foreman le contesta que no sabe, a lo que House vuelve a preguntar “¿A quién despedirías tú?”, pero Foreman le dice que no es su decisión y se va. Antes de pasar por la puerta, House le dice que “lo despedirá a él” y es ante ese aprieto que Foreman manifiesta que despida a Chase ya que no sabe apreciar su labor.

Cameron por su parte propone no despedir a ninguno y bajar proporcionalmente los salarios. Luego se enoja con House por su falta de apoyo y dice que ella debería renunciar, retirándose del hospital.
Más tarde, House está con Wilson. Habla sobre lo sucedido con Foreman y este último le insinúa por qué no se elige a él mismo, renunciando.

En cuanto a Volger, va a ver a cada uno de los miembros del equipo médico, tratando de llegar a algún arreglo. En un primer momento lo hace con Cameron, quien no accede a ningún trato. Y después con Foreman quien manifiesta querer conservar el cargo, pero que no hará nada a cambio de ello.

Al llegar el día House le comunica a Volger y Cuddy que la decisión tomada es recortar el sueldo de los cuatro, con una reducción del 17 % pudiendo conservar a todos por el mismo dinero. Pero Volger no accede, y le dice que “hará lo que él le pida por más que sea desagradable”.

Durante el transcurso del episodio Cameron va a ver a House y le comunica su deseo de renunciar, ya que no puede soportar su falta de apoyo, retirándose del hospital. Por otro lado Chase enfrenta a Volger, ya que considera que es injusto con él, porque cumplió su promesa de informarle a cambio de protección.

Hacia el final, la decisión ya esta tomada., el elegido es Chase. Pero Volger se opone y dice que Chase se queda, que elija a otro; ya que él hizo un trato. Ante esta situación House se niega, pero el director lo presiona ya que si no elige a otro “cerrará el departamento”.

El capitulo concluye con Chase observando atento lo que sucede; Cameron haciendo su currículum vitae; Foreman caminando tranquilo por los pasillos del hospital; y House sentado en su oficina, pensativo.

Elección del Personaje

Para la realización del análisis se eligió el caso de la Señora Hernández, descripto anteriormente. En él es posible ubicar algunas coordenadas que permiten situar la responsabilidad subjetiva de la paciente frente a la decisión inicial de negarse a realizar la cirugía. En el diálogo desplegado con House en distintos momentos se realiza una modificación en la posición subjetiva de la paciente que hacia el final culmina con la aceptación de la operación. En este movimiento, se produce una interpelación de House hacia la Señora Hernández que permite entrever una verdad que permanecía oculta: No es el rechazo de su marido por la cicatriz resultante lo que la inquietaba, sino el rechazo de sus amantes, quienes además son los padres de algunos de sus hijos.

En una primera escena podría ubicarse el enojo de la Señora Hernández frente al diagnóstico errado de House acerca del embarazo. Se presenta una consistencia del propio ser con el cual defiende su imagen y sentencia: “así es como debe verse una mujer”. Lo que allí se figura es un “deber ser” que es del orden de una moral particular. Las mujeres deben ser gordas. Se consagra a cumplir la demanda del Otro, con el fin de sostener una imagen narcisista de su propio cuerpo, del cual se siente orgullosa. Nada de esto se modifica cuando se confirma el diagnóstico acerca del tumor benigno. Al cual reduce importancia, ya que si se operara su marido no querría volver a tocarla.
En una segunda escena, vuelve a encontrarse con House, luego de la intervención del marido que le revela a House una intervención posible: “los hombres son unos cerdos”. El diálogo comienza con dicha frase y la sorprende, quitándola de la escena, a lo cual ella despliega una pregunta “¿Para esto me llamó?” Aquí es cuando se resignifica la primera escena. House le hace saber que los hombres no distinguen entre gordas, flacas o casadas. Y opera restando consistencia a la mirada del Otro. Las mujeres pueden ser vistas de distintas maneras, y no dejan por ello de resultar atractivas. Algo de la propia imagen en relación a su cuerpo es alcanzada por la intervención de House, y nótese que es bajo un efecto transferencial que se realiza la modificación del sujeto: la mirada inquietante de House que se acerca para decirle “Opérese por favor”, al tiempo que le devuelve otra mirada posible, la de sus propios hijos. En el color de sus ojos asoman la verdad de la cual se asume responsable, no son los hijos de su marido.

Desarrollo conceptual

A partir del Capítulo “Heavy”, de la Primera Temporada de la serie televisiva Dr. House, se analiza el circuito de la responsabilidad en un personaje secundario de la trama: “La Señora Hernández”. La situación elegida comienza cuando la paciente ingresa al Hospital, debido a su acidez estomacal y dolores permanentes. La misma es atendida por House, quien insiste que el sobrepeso que posee es producto de un posible embarazo. Ella se niega rotundamente debido a que su marido se realizó una vasectomía. Luego, a partir de los estudios pertinentes, se descubre un tumor benigno de 13 kilogramos en uno de sus ovarios; y es frente a esta sintomatología que se presenta la elección de no operarse, ya que traería aparejado un cambio en su apariencia, de la cual se siente muy orgullosa.

En un segundo momento, la situación se resignifica al producirse un encuentro fortuito de House con el marido de la paciente, quien al facilitarle una serie de fotos de sus hijos pone sobre aviso a House de un saber que suplementa la escena. A partir de allí, es el cinismo ético de House el que interpela a la paciente, produciendo un viraje en la posición firme y sostenida de la Sra. Hernández. Aparece algo de otro orden, y se deja entrever una verdad oculta sobre la filiación de sus hijos y sus infidelidades. Punto en el que cae el velo del que nos hablaba su síntoma, y que supone un saber no sabido por el sujeto sobre su propio deseo.

Decisiones

El caso de referencia supone un conjunto de decisiones llevadas a cabo tanto por la esfera médica como también por parte de la paciente. Al inicio de la escena frente a la sintomatología presentada, House decide mandar a hacer unos análisis de sangre para determinar la causación del síntoma. Él se encuentra convencido de la posibilidad de un embarazo. La paciente lleva a cabo dicha acción y los resultados arrojan la presencia de un tumor benigno localizado en unos de sus ovarios, con un tamaño bastante fuera de lo común -13 kilogramos-.
Cuando el diagnóstico le es devuelto a la Sra. Hernández, ésta es invadida por la angustia durante algunos segundos pero considera que el mismo es benigno y no le producirá cáncer alguno. No obstante, la decisión de los médicos es realizar la operación al día siguiente para extirpar el tumor, pero la paciente se niega a realizar la cirugía no sólo porque el tumor no es maligno, sino porque al hacerlo distorsionaría su imagen, de la cual se siente orgullosa y satisfecha.

Inmediatamente piensa que las tentativas por parte de los médicos corresponden al orden de una visión particular frente a personas con sobrepeso, y que dicha cirugía sólo compete al marco de lo estético, lo cual no haría más que modificar su aspecto y dejarle una cicatriz. Sostenida desde ese lugar, abandona el consultorio.

Durante los días próximos su marido se hace presente, preocupado por el estado de salud de su mujer e intercepta a House, para que convenza a su señora de que se opere. Lo persuade al mostrarle las fotografías de sus seis hijos. House se conmueve y decide abrir la puerta a un posible interrogante, al percatarse del color de ojos de sus hijos y compararlos con los del padre.

En el próximo encuentro con la señora Hernández, House realiza una intervención desde lo personal y no desde lo médico profesional, al hacer evidente la filiación de esos hijos, siendo algunos producto de aventuras amorosas. Esto convence al médico que la preocupación por la imagen demostrada frente a la cirugía no es algo que competa a la mirada de su marido sobre ella, sino a la de sus amantes y la aceptación de estos. De esta manera, al verse abordada por las palabras del médico, y con sus ojos inundados en lágrimas, la Señora Hernández decide operarse.

Del Síntoma a la Función Materna

De acuerdo a lo anteriormente planteado ubicamos a la Sra. Hernández como el personaje que se ve interpelado por las coordenadas de la responsabilidad subjetiva. Analizaremos como recorte decisional sus dichos frente a la extirpación del tumor benigno, desde el cual es posible establecer una hipótesis clínica.
Partimos de un primer momento en el cual se presenta el síntoma de acidez estomacal que a posteriori se revela como producto de un tumor de 13 kilogramos en el útero. Trascribimos a continuación el diálogo pertinente:

House: “Supongo que nunca mencionó esto en sus visitas prenatales”.

Sra. Hernández: “¿Prenatales? No estoy embarazada, sé cuando estoy embarazada, ¿Si? Tengo seis hijos. Además mi esposo se hizo la vasectomía y usamos condones”.

House: “La vasectomía es reversible y los condones pueden romperse”.

Sra. Hernández: Se para y dice: “Muy bien. Así es como debe lucir una mujer. ¿Sí? No somos sólo piel y huesos. Tenemos carne, tenemos curvas”, mientras se toca su cuerpo.

House: “Usted tiene una personita adentro”.

La perspicacia médica de House alcanza a establecer una primera hipótesis respecto de un embarazo. Si bien en el orden biológico se revela que efectivamente se trataba de un tumor, a posteriori se verá que en el orden subjetivo este síntoma cobra una significación más amplia.

Sin embargo, frente a la idea del embarazo la señora Hernández dice: “Así es como debe lucir una mujer”. (Tiempo 1)

En el primer tiempo se revela un sujeto bien afirmado acerca de sus dichos y actos. Se trata de la consistencia del propio ser a la cual se identifica, desde donde defiende su imagen. Lo que allí se figura es un “deber ser” que es del orden de una moral particular. Las mujeres deben ser gordas. Se consagra a cumplir la demanda del Otro, con el fin de sostener una imagen narcisista de su propio cuerpo. Nada de esto se modifica cuando se confirma el diagnóstico acerca del tumor benigno. Al cual reduce importancia, ya que si se operara su marido no querría volver a tocarla. Se ubica como una mujer deseada por su marido, y la frase se agota en ese fin.

Más tarde la señora Hernández se reencuentra con House, luego del encuentro previo con el marido de la paciente, quien le proporciona a House las fotografías de sus hijos. Con este material a su disposición, la escena resignifica a la primera a partir de la interpelación de House diciendo: “los hombres son unos cerdos” (Tiempo 2)

La frase sorprende a la Señora Hernández, quitándola de la escena, a lo cual ella despliega una pregunta en su perplejidad: “¿Para esto me llamó?”. Inmediatamente House le muestra las fotos de sus hijos haciendo alusión a los hermosos ojos verdes y azules que presentan algunos de ellos, y que no coinciden con el color de ojos de su pareja. De esta manera, queda al descubierto la filiación de sus hijos, quienes fueron producto de sus amantes. Ella queda sin omitir palabra.

La intervención de House “Los hombres son cerdos” produce un efecto de perplejidad en el sujeto porque operó restando consistencia a la mirada del Otro. Le hizo saber que aquellos hombres por los cuales verdaderamente se interesa no son prejuiciosos, y no distinguen entre gordas, flacas o casadas. Las mujeres pueden ser vistas de distintas maneras, y no dejan por ello de resultar atractivas. Algo de la propia imagen en relación a su cuerpo es alcanzada por el significante en juego: “cerdos”. Se trata de algo sucio que alude a la impureza de acostarse con otros hombres, ya que su marido no puede darle hijos. El cinismo que caracteriza a House se transforma así en un acto ético, en tanto suplementa la escena reorganizando el universo situacional previo e interroga el síntoma posibilitando otra clase de escucha.
A partir de allí se comienza a vislumbrar algo del orden del síntoma que sostiene a la Señora Hernández, como forma de cifrar en su propio cuerpo algo que tal vez no pudo ser dicho de otra manera. Teniendo en cuenta la imposibilidad de tener hijos con su marido, planteamos como hipótesis clínica la figuración del síntoma como un embarazo, en relación al deseo inconsciente de ser madre. A propósito citamos un párrafo de Gabriela Salomone:

“En el sueño, como en los actos fallidos, -en suma, en todas las formaciones del inconsciente-, un elemento accesible a la consciencia es medio de expresión de otra cosa, de algo desconocido pero sobre el cual podemos suponer un saber no sabido. Nos enfrentamos entonces, nuevamente, al campo de la responsabilidad subjetiva, y su relación con aquello que perteneciéndole al sujeto le es ajeno”

El síntoma, como formación del inconsciente, le sirve a la Señora Hernández para expresar una verdad desconocida por ella misma, que se figura de manera inconsciente. Algo fue más allá en el primer momento, y podríamos pensar que la frase pronunciada en relación al tumor benigno en el útero: “así es como debe lucir una mujer”; nos habla del deseo de lucir como madre, de verse embarazada.

Desde otro punto de vista, podríamos agregar que el síntoma en sí mismo constituye una respuesta posible desde la culpa. En este sentido, la culpa se muestra con el reverso de una responsabilidad subjetiva no asumida, aquella que le compete en cuanto a su función materna. Según Oscar D’amore:

“Saberse culpable implica pasar por una experiencia analítica de deseo inconsciente que, una vez más, ob-liga. Sin dudas es más sencillo querer des-ligarse del asunto, no querer saber nada de ello”
La señora Hernández es culpable de haber cedido frente a su deseo, ya que prefiere desligarse de una situación “embarazosa” que la obligaría a replantear su matrimonio

Azar y Necesidad

Para finalizar haremos algunos comentarios con respecto a los conceptos de necesidad y azar. En el orden de la necesidad, se puede ubicar el síntoma en tanto tumor benigno. Se trata de una cuestión de determinismo biológico en el cual se presenta como necesaria su extirpación con la finalidad de mantener su salud. Nuestro personaje no puede modificar esta situación.

Por otra parte el azar, en tanto sucede algo que está más allá de lo calculable, de lo determinado, también se hace presente. Esto puede verse a partir de que el marido de la Señora Hernández increpa a House para que influya en la elección de su mujer respecto a la operación a la cual se niega, utilizando la fotografía de sus hijos. Momento crucial que implica incertidumbre y que posibilitó una intervención con efecto azaroso e imprevisible para la paciente que sólo regresaba a atenderse al consultorio de House, y se encontró con la mirada de sus hijos.

No obstante, nuestro recorte finaliza en el segundo momento, y el capítulo de la serie no aporta elementos para pensar una respuesta subjetiva que suponga un tercer momento en el cual se concluya la emergencia de un nuevo sujeto.

Referencias

D´Amore, O. (2006): Responsabilidad subjetiva y culpa. En la transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, Buenos Aires.

Domínguez, M. E.: El acto de juzgar entre el dilema y el problema ético. Ficha de Cátedra.

Domínguez, M. E. (2006): Los carriles de la responsabilidad: el circuito de un análisis. En la transmisión de la ética. Clínica y deontológica. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, Buenos Aires.

Mosca, J. C. (1998): Responsabilidad, otro nombre del sujeto. En Ética: un horizonte en quiebra. Eudeba, Buenos Aires

Salomone, G. (2006): El sujeto dividido y la responsabilidad. En transmisión de la ética. Clínica y deontología. Vol. I: Fundamentos. Letra Viva, Buenos Aires.



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