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Black Mirror con Byung-ChulHan

por Reos, Francisco

Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires

Resumen

Los cambios constantes en el ritmo de vida y de trabajo junto con los nuevos paradigmas de las tecnologías y sus incidencias en la vida cotidiana hacen imperativo contar con herramientas conceptuales acordes a dichas vicisitudes. El pensamiento crítico de Byung-Chul Han es, sin lugar a dudas, un recurso crucial que permite entender con mayor claridad la actualidad. Sujeto del Rendimiento, Panóptico Digital y Psicopolítica son algunas de las ideas más trascendentales del filósofo surcoreano. Al articularos con los escenarios planteados en la serie televisiva Black Mirror genera un interesante intercambio que enriquece ambas partes y permiten una profunda reflexión sobre la actualidad.

Palabras Clave: Tecnología | Sujeto de Rendimiento | Psicopolítica | Panóptico Digital

Sobre el pensamiento de Byung-Chul Han

Son pocos los pensadores contemporáneos que son capaces de plasmar en sus enseñanzas (manifestadas en clases, artículos o libros, entre otros formatos) un método para analizar y entender la dinámica de los aspectos más importantes y trascendentales de la vida actual.

Byun-Chul Han ha logrado establecer nuevos paradigmas de análisis y herramientas para analizar la realidad contemporánea. Nacido en Corea del Sur y doctorado en filosofía en Alemania, es actualmente profesor y escritor especializado en filosofía y ética contemporánea.

Uno de sus cuestionamientos más trascendentales pone en jaque a la idea de libertad y autodeterminación que las nuevas modalidades de trabajo se jactan de fomentar. Tras una engañosa propuesta de free lance en donde supuestamente el trabajador tiene la libre determinación de realizar la tarea que mejor encaje con sus aptitudes y objetivos –con la posibilidad de migrar cuando así le plazca–, crece la autoexplotación. El sujeto ya no necesita de un agente externo que lo someta, es él mismo quien se presiona y exige para progresar y alcanzar sus ambiciones. Entonces, si fracasa, él será el único culpable sin poder cuestionar a la sociedad o al sistema en el cual está inmerso. Es así como Han entiende al Sujeto del Rendimiento: “La explotación de sí mismo es mucho más eficiente que la ajena, porque va unida al sentimiento de libertad. Con ello la explotación también es posible sin dominio”. (Han, 2018: 11).

No es casual entonces que los discursos empresariales estén dominados por la idea de la motivación, la superación y la optimización personal fomentando el hecho de que es uno mismo quien debe exigirse para triunfar en el mercado laborar. En la meritocracia no hay lugar para cuestionamientos más allá de lo individual. He aquí la optimización del sometimiento y la explotación.

Otro de los aspectos destacables del pensamiento de Han son las discusiones que entabla con los conceptos filosóficos más importantes del siglo XX a la luz de las transformaciones que la sociedad experimenta en la actualidad. Para Han, el Panóptico –tan abordado por Foucault– se ha transformado siguiendo los patrones de la actual sociedad de la comunicación (Han, 2018). Las personas buscan ser vistas, ser seguidas, generar influencias en los demás a partir de mostrar lo que están haciendo –y con quién– en cada momento. Es decir, ya no es necesario generar una idea de control y observación externa que obliga a los sujetos a estar bajo los ojos de un supuesto vigilante. En la actualidad, las personas se desnudan voluntariamente con la ambición de subir de estatus en la sociedad estratificada no por clases socioeconómicas, sino por clases digitales.

El panóptico digital tiene un semblante agradable y permisivo que alienta a las personas a que se expresen libremente y las premia por ello. Son dichos usuarios los que fomentan, en última instancia, la construcción y el mantenimiento de semejante aparato de control.

Además, el hecho de que el actual panóptico no sea analógico –ya que no depende del ojo físico– mejora su eficacia:

La vigilancia digital es precisamente más eficiente porque es aperspectivista. No tiene la limitación que es propia de la óptica analógica. La óptica digital posibilita la vigilancia desde todos los ángulos. Así, elimina los ángulos muertos. Frente a la óptica analógica, perspectivista, puede dirigir su mirada incluso hacia la psique. (Han, B. C. 2014: 46).

Todos los conceptos anteriormente mencionados permiten cuestionar la dinámica actual de poder. Foucault sostenía que a través del disciplinamiento de los cuerpos era posible optimizar y maximizar el trabajo en las fábricas y así mejorar la cadena productiva. Los sujetos eran sometidos a otorgar su fuerza física a los dueños de los medios de producción siguiendo los parámetros de la optimización de los cuerpos y la gestión calculadora de la vida. En la sociedad neoliberal, la administración del poder a través del disciplinamiento es completamente inadecuada e ineficiente. Existe una transición de lo somático a lo psíquico. La fuerza física y lo corporal pierden importancia y centralidad en las nuevas formas de producción de bienes en donde la mayoría de los procesos están automatizados y robotizados. Los bienes que mayor ganancia generan son aquellos inmateriales como sistemas, información, programas y aplicaciones. Por lo tanto, la optimización de los procesos mentales son el eje central en el ejercicio del poder: El disciplinamiento corporal cede ante la optimización mental. (Han, B. C. 2014: 23). De esto se trata lo que Han denomina como la Psicopolítica –que suplementa a la Biopolítica de Foucault. El sujeto de la obediencia foucaultiano cede su lugar al sujeto del rendimiento haniano.

La Psicopolítica no busca ejercer su poder a partir del orden, el sometimiento o la disciplina, muy por el contrario, su eficacia está en buscar agradar adquiriendo una forma permisiva que genera una ilusión de libertad y autodeterminación.

Sobre el reflejo de Black Mirror

En 2011, es emitida por primera vez en Reino Unido la serie unitaria titulada Black Mirror, creada por Charlie Brooker, que rápidamente se convirtió en un suceso internacional. Parte de su éxito se basa en que cada episodio explora un escenario distópico en donde los personajes se encuentran atravesados por tecnologías que trastocan y subvierten su entorno y a ellos mismos.

En una lectura rápida y superficial, parecería que las tramas de los capítulos advierten a los espectadores de posibles futuros cercanos en donde la tecnología y su uso han menoscabado la vida humana y han degradado la existencia. En otras palabras, Black Mirror se consideraría como un llamado de atención, una profecía nefasta. Sin embargo, desde un análisis más atento, es posible advertir que la serie no se trata sobre el futuro sino sobre el presente. A partir de usar escenarios futurísticos, el guion toma una distancia precavida del presente solo para retratarlo de manera distorsionada.

A lo largo de los capítulos, el espectador es invadido por una sensación de incomodidad y desánimo que solo es posible mitigar con el consuelo de argumentar: “solo de seguir así podríamos llegar a esto”.

No es la primera vez que se utiliza dicho recurso para construir una crítica a la sociedad: Blade Runner (1982), Mad Max (1979) o 2001: Una Odisea en el Espacio (1968), son ejemplos claros de ello.

Cada capítulo invita al espectador a reflexionar sobre cómo las nuevas tecnologías inciden sobre las relaciones amorosas, la idea de justicia, el entretenimiento y el ejercicio poder.

Es por ello que el entrecruzamiento entre los conceptos de Byung-Chul Han y Black Mirror es oportuno para develar y entender el complejo enjambre (Han, 2018) de la sociedad neoliberal.

Articulación

El primer capítulo de la tercera temporada –titulado Nosedive– plasma de manera grotesca pero acertada los conceptos de Sujeto del Rendimiento, Psicopolítica y Panóptico Digital. En la trama, la protagonista comienza una patética cruzada por adquirir un estatus social a través de conseguir estrellas –una parodia al me gusta–. Para ello, se esfuerza por hacer publicaciones de su vida personal con la esperanza de que logren atraer la atención de los influencers. Ninguna fuerza externa coerciona al personaje a llevar adelante semejante exposición –no hay una ley o dictamen que la obligue a ello– solo la aspiración de progresar y ascender. El personaje se somete voluntariamente a un sistema de puntuación que posee un semblante amable, permisivo y positivo. El neoliberalismo es el capitalismo del me gusta. Se diferencia sustancialmente del capitalismo del siglo XIX, que operaba con coacciones y prohibiciones disciplinarias. (Han, 2014: 17). No pasa mucho tiempo hasta que comienzan a apreciarse los efectos devastadores que tiene en ella dicho sometimiento: sus sistemáticos yerros la van dejando rápidamente en un lugar cada vez más marginal hasta convertirse en un miembro de la clase baja digital.

Existe otro aspecto llamativo en este capítulo –también presente en tantos otros de la serie: cada individuo al subir a su perfil todo lo que hace, con cada persona con la que se encuentra y cada estado de ánimo que atraviesa, brinda información muy valiosa que puede ser usada en estrategias de mercado. Han sostiene que la Big Data (Han, 2014) es el reservorio donde se acumulan todos los datos que las personas suben voluntariamente sobre sus vidas. Dichos datos son clasificados y son materiales muy valiosos para poder influir en el comportamiento de las personas al momento de comprar prendas de ropa, consumir alimentos o votar. El Gran Hermano actual no busca someter y exigir sino agradar y permitir, allí radica la eficacia de su Psicopolítica.

En la actualidad, cada click, cada me gusta, cada búsqueda en la red queda registrada en la Big Data generando un perfil de nuestros gustos, comportamientos y consumos. Esto genera que por más que los usuarios se propusieran eliminar todos los registros digitales nunca lo conseguirían ya que son almacenados más allá de sus alcances.

A diferencia de lo que se podría intuir, lo que se acumulan no son recuerdos sino información que es posible de recuperar intacta cada vez que se desee; nada más diferente que la memoria humana. Los recuerdos en los sujetos son dinámicos e incluso alterables. Éstos son piezas fundamentales de un relato propio que no deja de construirse. Por lo tanto, la memoria humana no es un cúmulo de eventos registrados de manera estática, sino que se mezclan y entrecruzan en varias líneas temporales. Lejos de ser esto una desventaja, dichas particularidades son lo que permiten construir y edificar la identidad individual. En la acumulación de datos no hay narratividad posible.

Los avatares de estar alienado a un registro exacto son abordados en el tercer capítulo de la primera temporada – The Entire History of You. En este escenario, cada ciudadano tiene un dispositivo instalado en su cabeza que es capaz de registrar todo lo que la persona ve y oye pudiendo ser reproducido cuando se lo desee. Tal como le sucede a un personaje de Borges, no existe entonces posibilidad alguna de construir una memoria individual ya que la obscenidad de poseer semejante registro exacto genera estar preso de una repetición incesante.

Bajo los estandartes del rendimiento y la optimización, los sujetos resignan los rasgos más propios de su subjetividad. Nadie obliga a los personajes a instalarse semejante dispositivo, son ellos los que lo demandan –o se lo instalan a sus hijos recién nacidos– convencidos de que son herramientas cruciales para mejorar su desempeño. En la sociedad del rendimiento, el explotador y el explotado se funden.

Conclusiones

Las vicisitudes y las dinámicas de los tiempos actuales reclaman poseer herramientas de análisis acordes a ellas. Dentro de los siglos estudiados y analizados por Foucault, el cuerpo era el blanco del control y el disciplinamiento.

A través de estudiar lo propuesto por Han y lo retratado en Black Mirror, es posible entender que el foco ya no es el cuerpo sino la psique. En suma, el disciplinamiento no se ejerce a través de la orden externa, sino que son los sujetos los que se someten a la conquista de la optimización de sus rendimientos.

Por otro lado, el concepto de bioética fue otra importante herramienta de análisis para arrojar luz sobre la complejidad de la vida humana. Tomando el artículo de Ormart, E. (2011), existen diferentes concepciones de la bioética; la propuesta por Hottois sostiene que es una reflexión sobre la tecnociencia y la cultura tecnocientífica. Es decir, la bioética propone debatir cómo el avance de la ciencia y la tecnología impactan y modifican a los individuos y cuáles serían las advertencias y los límites del uso de las mismas en pos de velar por la continua trasformación del orden simbólico en el cual los sujetos emergen.

Lo sostenido por Hottois permite llevar al concepto de bioética más allá de los límites del bios para poder abarcar la complejidad inherente del ser humano. Sin embargo, teniendo en cuenta lo deliberado por Han, la dimensión Psi cobra en la actualidad un papel fundamental que no debe ser minimizado ya que allí radica el aparato de control de la Psicopolítca. Así como a la Biopolítica le corresponde la Bioética, a la Psicopolítica le corresponde la Psicoética. Esto no quiere decir que los aspectos propiamente bios deban ser dejados de lado; todos los aspectos son partes importantes para entender la compleja y holística realidad del ser humano poscontemporáneo.

Referencias

Han, B. C. (2018). La agonía del Eros. Herder Editorial.

Han, B. C. (2014). Psicopolítica: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder. Herder Editorial.

Han, B. C. (2017). La sociedad del cansancio: Segunda edición ampliada. Herder Editorial.

Ormart, E. (2011) La pregunta por la identidad a la luz de las nuevas tecnologías reproductivas. El caso de la inseminación con donante. En http://aesthethika.org/IMG/pdf/13_Ormart_Un_papa_por_accidente.pdf



NOTAS





COMENTARIOS

Mensaje de Stefanía Dufey Allende  » 31 de agosto de 2019 » stdufey@gmail.com 

Muy buen análisis, Byung-Chul Han y Black Mirror, una gran combinación para generar un debate sobre los modos de ser y hacer propios del siglo XXI.



Mensaje de Natalia Bologna  » 31 de agosto de 2019 » nataliabologna@hotmail.com.ar 

Me pareció un análisis muy interesante de la actualidad. “Caìda en picada”, tiene como propósito hacernos reflexionar respecto del comportamiento adoptado en las redes sociales. Nos muestra una sociedad donde la vida de sus miembros se encuentra regida por las apariencias, cada uno de ellos vive de sonrisas fingidas, y halagos a la par que comparten fotos ostentando solo felicidad. La hipocresía, la fluidez y la levedad guían toda interacción .Pareciera que, basados en el imaginario de la perfección, están dispuestos a hacer todo lo que sea necesario para tener la mirada y la aprobación de los otros. Si observamos con detenimiento, Leslie estaba “presa” antes de que la encerraran en una celda, no podía gritar, ni manifestarse triste o enojada libremente, ya que eso no le sería conveniente para mantenerse en el ranking. Una vez apartada de la sociedad y encerrada físicamente en la cárcel, pudo al fin, gritar y expresarse.
¿Somos más felices por conseguir una mayor cantidad de followers? ¿Que representan para cada uno de nosotros esos likes? ¿Qué tan libres somos respecto de las redes sociales?
Desde un plano intrasubjetivo, se observa en Leslie, a mi parecer, un problema de identidad. Su autoestima se encuentra guiada por la cantidad de estrellas con las que es puntuada en cada interacción. De todas formas es la misma sociedad, la que le impide romper con el status quo, ya que salirse de la cordialidad y la felicidad ficticia haría que deje de existir como persona ¿Que lugar para la subjetividad en una sociedad con estas características?



Mensaje de Belén  » 31 de agosto de 2019 » belen_agrelo@hotmail.com 

Me resulto un análisis muy interesante, no conocía los aportes de Byung-Chul Han. En particular me resonó mucho el concepto de panóptico digital interrelacionado al capítulo de Black Mirror donde se puede observar con claridad un aparato de control sostenido y replicado por los mismos sujetos, quienes se exponen constante y voluntariamente a la mirada de un otro. Un otro del cual desean aprobación, al punto de fingir situaciones y sentimientos perdiendo así la propia subjetividad. Hay un video que se llama “La falsa felicidad en las redes” (https://www.youtube.com/watch?v=rKvvw2_wNts) que retrata un poco esto de simular ante el ojo ajeno para mostrar lo que se supone se espera de uno, o esta socialmente aceptado, en un intento de pertenecer y alcanzar así un cierto estatus o popularidad.
A su vez, el no estar inserto en esta dinámica genera extrañeza como se observa en el capítulo Nosedive cuando la protagonista conversa con una mujer que le ofrece llevarla al encontrarla sola en la ruta. Así, quienes no se insertan dentro de esta modalidad vinculante son vistos como un “bicho raro” al quedar por fuera de un sistema que se sostiene en un compartir todo voluntariamete, exponiéndose ante un observador que juzga aprobando o desaprobando nuestros aspectos más íntimos y personales.
Por último, me gustaría resaltar otro aspecto desarrollado en el análisis que es el registro de toda actividad, gustos y preferencias de los sujetos. Por un lado, las personas comparten información personal muy valiosa que puede ser utilizada para diversos fines por quienes tengan acceso a ella. Por otro lado, al estar ocupados en capturar cada momento para poder subirlo a las redes, los sujetos pierden, no solo la construcción de los recuerdos sino la vivencia de la experiencia misma y todo el abanico de sentimientos que ésta le podría generar. Posponen dicho momento para un futuro en el que intentan reproducir la vivencia a través de una foto en una pantalla.
A raíz de los avances tecnológicos y su consiguiente impacto en la vida social y los modos de vínculo entre los sujetos, surgen nuevas formas de padecimiento subjetivo. Considero este un campo actual de investigación y desarrollo muy interesante sobre el cual es necesario replantear el rol del psicólogo y la forma de abordaje de dichas problemáticas.



Mensaje de Sissi Tenner  » 31 de agosto de 2019 » tenner.sc@gmail.com 

Resulta interesante la relación establecida entre los autores mencionados, principalmente Han y Focault, y lo ocurrido en el campo del film como así también en la realidad psíquica de cada uno de los sujetos del mundo contemporáneo. Como bien sostiene el autor del artículo la dramatización de Black Mirror supone poner sobre la visión de cada uno de sus espectadores sucesos, hechos, modos de actuar que parecería representar un futuro y, sin embargo, demuestra lo que estamos viviendo hoy en día. Me atrevería a decir que ni siquiera supone la exageración de los hechos, sino que se las ingenian para que resulte entretenido y, a su vez angustiante. Angustia porque tiene que ver con el padecimiento propio de la época, porque ya no se trata de una alteridad superyoica que viene desde el lugar de un Otro externo, al que podemos culpar y refugiarnos en un ello que nos permita satisfacciones paradójicas. Hoy día somos nuestros jefes más severos, sin permitirnos si quiera un descanso. El trabajo "free lance" cada vez más visualizado en nuestra cultura nos transforma en "Workaholics", El "homeoffice" termina por dar lugar a un "LifeOffice" en donde absolutamente todo lo que hacemos en el día tiene un punto de relación con nuestro emprendimiento que supone ser lo que deseamos "ser"y "hacer" en la vida. Un deseo que se encuentra atrapado y encapsulado en las garras de las famosas redes sociales que se presentan como "herramientas" que nos prometen alcanzar el éxito en lo que buscamos con el costo de terminar encarcelados en la plataforma virtual. El coste de la excelencia plantea Aubert en referencia al sistema managerial que resulta el paradigma propio de la época capitalista. El replegamiento sobre nosotros mismos y el consumo desenfrenado de los gadgets que nos provee el sistema resulta un goce mortificante, esa tableta que supone unir distintas subjetividades y con la que suponemos que podemos compartir diálogos no es más que una de las tantas ficciones psíquicas propias de cada ser hablante. Me gustaría hondear, en un futuro escrito, dentro del capítulo seleccionado en el recorte que supone la vida del hermano de la protagonista, aquel que se encuentra "mal visto" por la sociedad por ir en contra del sistema. La serie lo plantea y representa como un ser infeliz y alejado de sus vínculos sociales cuando en verdad parecería ser el único que aún apuesta por otros modos de relación con sus seres queridos como lo intenta con su hermana quien, presa de la red de influencers, termina por anularse subjetivamente y convertirse en otro de los tantos objetos de consumo. Pregunto como futura profesional de la salud mental ¿De qué manera poder abordar goces mortificantes en exceso que pugnan por anularnos cada día más generando lo que hoy día conocemos como las patologías actuales? ¿De qué manera poner un freno? ¿Resultaría eso posible?. El predominio de la imagen nos resulta encantador en una primera instancia, sin embargo, sin un semblante simbólico, la cuestión se torna ominosa y resulta difícil recuperar algo de nuestra subjetividad. Estamos en un momento en donde el límite entre deseo y goce se torna ínfimo.



Mensaje de Manuelignacioq  » 31 de agosto de 2019 » manuelignacioq@gmail.com 

Este capítulo noveliza la teoría sobre el poder de Foucault, actualizada por Byung Chul Han. Han, en su libro Sobre el Poder, dice: “el poder es un fenómeno de la forma. Lo decisivo es cómo se motiva una acción. La frase que expresa la presencia en el espacio de un poder superior no es “de todos modos tengo que hacerlo” sino “quiero hacerlo”. La respuesta de un poder superior no es la negativa interior, sino la afirmación enfática”. Aquí Han delibera qué es el poder, qué es el ejercicio del poder y sostiene la tesis de que cuánto menos evidente sea el ejercicio del poder, menos posibilidades de negación hay y por lo tanto más fuerte es. El análisis que propones sobre el ejercicio dramatizado en el capítulo, es muy interesante.
Creo que responder desde la investigación sobre las nuevas formas de ¿cohersión? ¿ejercicio de poder? ¿captación de subjetividad? ¿producción de un sentido alienado? Apunta a poder definir el poder, quizás que el concepto hasta pierda su sentido peyorativo, para poder evidenciar las estructuras que lo han ejercido.



Mensaje de Violeta  » 31 de agosto de 2019 » violetaknittel@hotmail.com 

La propuesta de Black Mirror resulta interesante como una forma intensificada de poner en evidencia los avatares de la construcción subjetiva en un futuro no tan lejano. En este capítulo en particular, se presenta el fenómeno de las redes sociales como un factor que atraviesa, moldea y construye la subjetividad, los modelos vinculares, los sistemas de valores y el propio deseo.
El escenario meritocrático en el que los personajes se encuentran plantea una realidad en la cual los éxitos y fracasos se constituyen a partir del propio esfuerzo; en este caso, este esfuerzo tiene que ver con mantener actitudes positivas para obtener aprobación de los demás y así poder escalar socialmente. En este sentido, se produce una deshumanización de las personas: se deja de contemplar el abanico de emociones que el humano experimenta. Las manifestaciones de sentimientos hostiles se califican como negativas y son, además de punibles, socialmente condenables. De esta forma, se constituye un terreno de sonrisas impostadas y positividad aterradora en el cual cualquier manifestación diversa conduce al fracaso absoluto y al destierro. A lo largo del capítulo, se observa cómo el rango social obtenido a partir de las calificaciones de los otros opera como un factor determinante para establecer valoraciones y armar vínculos. La positividad constante se configura como una herramienta de supervivencia y como un dispositivo de control. Al final del capítulo, se observa al personaje de Lacie en una celda, tras haber experimentado diversas situaciones que la condujeron a transgredir un sistema normativo que no contempla la hostilidad. Allí se encuentra con otro personaje con quien arma un intercambio de insultos, que resulta liberador después de una jornada cargada de intentos abrumadores de agradar.
En este episodio, la construcción subjetiva a través de la red social da cuenta de una forma de control y disciplinamiento que no responde a una lógica de obediencia y castigo. La modalidad con la que opera el panóptico digital es a nivel psíquico y aterradoramente más abarcativa.



Mensaje de Eunice  » 31 de agosto de 2019 » arakelian.eunice@gmail.com 

Esa fuerza que nos empuja a "pertenecer" en la sociedad consiguiendo estrellas nos determina y nos hace crear una identidad, nos aliena de nosotros mismos, quitando todo tipo de libertar para hablar, ser, sentir, comportarnos, amar. Sin embargo, como dice el artículo, no se trata de la existencia de una ley que obligue lo anterior, se podría entender entonces que se trata de una nueva manera de vivir, como si fuese la única manera de progresar en la vida, siempre exponiéndose ante los demás, ante la calificación de los demás quienes se van puntuando unos a otros según sus gustos. Se entiende acá la importancia de la mirada del Otro, quien lo juzga según sus criterios. Quienes no se adapten a esa realidad, están fuera del sistema, no se adaptan a la "norma" y entonces quedan eliminados de la sociedad, son marginados, desadaptados. En esto recae también la culpa cuando no se alcanzan los estándares que se deberían alcanzar, convirtiéndose la sociedad en una sociedad del perfeccionismo. Se cita a Foucault, quien da a entender que el control era siempre sobre el cuerpo, sin embargo y lo que llama la atención en este capítulo de Black Mirror es que ahora el control es sobre la mente. No difiere mucho de la realidad en la que vivimos, con lo cual es importante tener en cuenta ese poder que ejerce sobre nuestra mente esta nueva realidad, siempre expuesta ante la mirada de los otros.



Mensaje de gimena  » 31 de agosto de 2019 » mime_84@hotmail.com 

Como establece el texto, el capitulo refleja claramente la necesidad excesiva de los sujetos de exponer eventos de su vida privada en las redes sociales (como por ejemplo, el nacimiento de un hijo o la muerte de un familiar, hasta eventos mucho mas insignificantes como un cruce de palabras con otra persona.) tal como pasa en la actualidad. Los sujetos tienen necesidad de exponer su vida y ser valorados, pero a diferencia de lo que se plantea en el capitulo, actualmente (y esperemos que por mucho tiempo mas) todo aquello que nosotros no queremos dar a conocer de nuestra vida todavía sigue formando parte de nuestra privacidad. En la serie esto no es asi, ya que pueden ser valoradas experiencias de la vida cotidiana de los otros mas alla de la voluntad de cada individuo., como por ejemplo una charla con alguien en un comercio, o un ascensor,



Mensaje de FRANCISCO  » 26 de agosto de 2019 » reos.francisco@gmail.com 

Gracias Maria Elena por tu comentario. Efectivamente la dimensión de un encuentro genuino esta obstaculizada si la mediación esta dada por las pantallas y los algoritmos se sesgan y limitan



Mensaje de Domínguez, María Elena  » 20 de agosto de 2019 » mariaelenadominguez@psi.uba.ar 

La lectura realizada, si bien es a lo que parece lo actual nos conduce. La oscuridad del espejo no da lugar al encuentro con el otro, de carne hueso y portador de palabras. Un lugar posible para hallar la luz que irradia la emergencia evanescente del sujeto.
Una pequeña muestra de eso es que otra mediación es necesaria, en la cárcel para mediar con lo otro, con el otro




Película:Black Mirror

Titulo Original:Black Mirror

Director: Charlie Brooker

Año: 2011-

Pais: Reino Unido